MINISTERIO DE AGRICULTURA 9ECCION DE P[]BLICACIONEB, PRBN8A Y PROPAOANDA HOJAS DIVUL(^ADORAS ^ YYANO XXXVII FEBRER0^1945- NUM. 5. DIVULGACIONES BOTANICAS flRBOtfS COIiIVHDOS Y HPIICBCIOnES POCO COnOCIUBS10 Por JoAQuÍN MAS-GuIIVnAI., Miembro de Flonor de Corporaciones Cientfficas de Cuba, Argentina, Brasil y Venezuela. Ent.re las variadas especies arbóreas que se cultivan en ]a Península eYis^ten algunas q^ue al parecer sólo se consi- deran como puramente ^orr^a_mentales, y, sin embarño, gozan de aplicaciones di^^ersas, que por no es^tar xr^uy divulgadas, merPCen conocerse. De momento, llarran nuestra atención los conocidos con los nombres de A•rbol ^e la pimientQ, ^rbol ^d'el cielo y Arbol del •raraíso. ^ De ellos nos hemos ^de ocupax•, aunque sea muy someramerite, AREOL DE LA PIMIENTA Falso pimentero ( ^chtnus molcó>. Rama frutifera ( :egún r.ngel) Ci^entíf camente 2S COn^Or cído cpn el nombr9 de Schi^ (1) En el arttculo qu9 publicáramos en la reviata Africa, intitulado "Los cul^^vos de plantas ornamentalea en Tetuán", citábamos com^ cultivados en diferentes sitiua Estae Ho.rss ae remiten geatie a qnien lae pida a la Sección d^ Pnhlicarionee, Prenea ^ Propaptanda, del Minieterio de Ag^lcaltars tI -a- >í"^cs na,olle L., ;de la familia de las Teberintáceas. En América del Sur es planta muy conoci^da, pue ^to que se encuentra extendida en Argentira, Brasil, Paraguay, Perú, Uruguay y la costa del Pacífic^o. Del Perú fué lleva^do probablemente pox• sus a^ltiguos moradores a Chile, puesto que los araucanos ya lo venían cultivando. Este curioso árbol ha llegado hasta Europa, donde se le' cultiva, especialmente en el sur de Francia y en Grecia, según nos dice nuestro buen amigo el sabio profesor uruguayo D. Matías González en su Tesis Doctoral •en Farmacia. Su cultivo ha llegado hasta nósotros, puesto que re'cordamos haberle visto en varios sitios de Andal^ucía, así como en Palma de Mallorca. Recibe este árbol varios nombres. Entre nosotros el de Falso p^mentero; pero en América los de Agiurlriba.y, Molle de Castilla. M. ^del Perú, M. ^de Bol^ivia, Arbol del P,e^rú_ Pimiant^o^ ^de América, P, fal.so, Bálsxmo y aun el de Terebinto. El S'ch^nus molle o Falso pimenterro es un árbol que' llega a los seis metros de altura, aun cuando algún ejemplar, en Río Negro de Amhrica, alcanza los doce, presentando una gran circunferencia. Los ejemplares que hemos visto cultivados en el sur de la Península o^en Palma, así como en Tánger y Gibraltar, no alcanzan es'a altura. Recuerda a veces, por su porte, al sauce llorón (S.alix Babilónica), y ello es debido a que presenta ramas fle^uosas y colgantes, como dicho sauce. El falso pimentero presenta hojas compuestas, imparipinliadas, de nueve a quince pares de folí^olas, sentadas, lanceoladas y dentadas, siendo la impar mayor, verde oscura en la cara superior. de la capltalidad el Ailanthus y el Cercis siliquastrum, con motivo de nuestros años de estancia en el Protectorado de Marruecos. La Melia Azederach o cinamomo tuvimos oca.sión de verla en las proximidades de Río Martin, ast como en nuestra visita a los viveros de esta localidad, especies de los géneros Ailanthua, Cercis, Eleagnus y Schinus molle. Ailan#hus y Schinus terebinthtijolius, en .a :1ue hiciéramos a los viveron de Segangan. Algún Ailanthus alslado, en Tánger, pudien_ do apreciar, en nuestras varias travesías por el territorio de Tánger, entonces internacional, abundantes ejemplares del Schinus molle, en una de ]as carreteras que aflufan a tan tipica loca.lidad. Nuestras visitas en diferentes épocas a los vivero.s establecidus en puntos diversos de nuestro Protectorado en Marruecos, no.s c.o ^irmaron el celo y la importancia que desplegaban tanto los ingenieros agrónomos como los de montes, en aquella época, por fomentar los cultivos de las numerosas especies que viéramos entonces, y que es lógico tengan en la actualidad mayor eaplendor. -3- Las inflorescencias de este árbol son racimos terminales, hasta de `LO centímetros, provistos de muchas flores blancas, regulares, de cinco sépal^s y cinco pétalos, con diez esta•mbres desiguales ; son monoicas, a veces dioicas, por aborto. El fruto es una drupa, rosada brillante, con olor y sabor a pimienta, de donde procede el nombre de falso pimentero; el sabof• es aromático picante: eI fruto encierra semillas, redondeadas casi lenticulares. Este árbol, muy elegante, según dice E. Sauvaigo, cuyos frutos persisten durante el otoño e invierno en el árbol, prefiere los terrenos fértiles, bien es^tercolados; se m^ultiplica por semillas en primavera, resistiend^o las largas sequías del verano; pero en los lugares expuestos a los vientos pierde gran parte d^ las hojas, durante la primavera. Bois y Grignan, en su obra I,r han jar^dun.ie^•, dicen que en la Provenza, y sobre todo en la Costa Azul, el Sch^nu^ nz^lle pasa el invierno en plena tierra, y es uno de ]os ornamentos más bell^os de los jardines. Los racimos enviados a París, dicc^ Sauvaigo, sit•ven para la confección de ra^milletes. Ramas de este árbol hemos visto por pri^mera vez, recientemente, entre las flores que se venden con destino a los cementerios. Dados a conocer los anteriores datos acerca de la m^orfología y belleza de este árbol, pasemos a ocuparnos de 1a,5 aplicacior.es de que goza, por lo menos en América del Sur, donde, según el profesor Matías González, se emplea en la medicina vulgar casi toda la planta. La Tesis Doctoral del distinguido Catedrático de I+armacia de Montevideo es la mejor fuente de informa,ción, entre todos los datos qu•Q consultamos, acerca del Falso plme•n^te^o. La raíz ft•esca se utiliza bajo la forma de cocimiento para c;ombatir las enfermedades del riñón, así como para teñir de aanarillo. En e] Paraguay, para combatir las afecciones de la piel. Las ramas jóvenes del árbol, para f^o^talecer las encías o fabricar mondadientes. La corteza del tronco, en Ios edemas de las piernas, según ya dijera Pedro Cieza de León, refiriéndose a los primitivos Incas_ -4- En la actualidad se emplean para combatir las blenorragias y los flujos. La infusión de las yemas, en las afecciones de la boca. Las hojas, en las enfermedades d^e la piel, pecho, etc., etc. Los frutos sir, Huigan (SChinz^s dependens). Ramas con hojas y fruto (según Englerl. ven de base para la preparación de la llamada "miel de aguaribay", obte^niendo la pulpa previamente de los frutos maduros; esta miei es purgante, diurética, antihemorroidal y par•a combatir las afecciones del estámago. Los frutos sécos se utilizan, como la pimienta de cubeba, para combatir las blenorragias. Todavía goza este árbol de otras aplicaciones. Espontáneamente, o bien por incisiones, fluy^e de él una resina que goza en la medicina vulgar de aplicaciones muy variadas. No^ fué desconocido -5- para el inmortal Colón, p^or lo visto, este mat:erial farmacéutico, puesto que, s^gún dice el gr•an farmacognosta alemán A. Tschirch, citado por Matías González, el insigne navegante ]o llevó a los P.eyes Católicos, y nuestro médico sevillano, el celebrado Monardes, ,ya refería que la resina era empleada para fortalec^er los dientes, t^amo masticatorio, disuelta en leche cbmo colirio y en locior.es como antigotosa. Esta resina forrnaba parte de la panacea conocida con el nombre de Bálsamos de las misiones o de ]os Jesuítas y^también "sanalotodo". De este bálsamo se remitía cier•ta cantidad a la oorte de España. Esta resina, según Planchon (L.) . es empleada en Perú y Chile en la preparación de barnices, ad^^más de masticatorio. Yor último, diremos que los antiguos peruanos obtenían por fermentación del zumo de los frutos una bebida (chicha), la llamada miel de molle; cuando ésta se volvía acídula• la dejaban que fermentase por completo y la utilizaban como si fuer•a vinagre. Tales son las vii•tud^s terapéuticas de este árbol, que no fué desconocido de nuestros escritores sobre cosas de América, como López de Gomara. Cieza de León, Vargas Machuca, ivIonardes^, Garcilaso de la Ve^*a, etc. I:os autor•es modernos, al hablar de este ár•bol, dicen crue sus frutos, ricos en "esencia y resina, se utilizaa rmno antihlenorrágicos, como condimento y pal'a falsificar el pol^^o de pimienta verdadera, y las hojas, como diuréticas al •interior •y- contra las enfer•medades de la piel. Véas•e, por lo expuesto, cómo este árbol, que sólo llamará l^i atención de ml;chos, que puedan conocerle por ser ornamental ^por su olol• y sabor a pimienta, es algu más que ornamental, y su cultivo debe exte^ derse entre rvosotros (2). Existe otra especie del género S'c,hinzes, como lo es el S. de^^^adens (Ihcvcuit^c cl•epe^nciNn,s DC.), llamado H^ei^^an. Hace ya nvuchos años, en nliestra época estudiantil, tropezamos con un ejemplal• (2) Entre las publicaciones con las que nos obsequia el docto botánico poruanu D. Fortunato L. Herrera, leemo5 que en la provincia de Calca (Perú) ee prepara ^^on las hojae do este árbol un abono catalitico denominado Rocke.scca, en el que ae sumergen las eemillas de maíz. -6- de esta especie en el Retiro, el que nos fué clasificado por cierto por nuestro sabio Profesor de Botánica en Farmacia, el Sr. Lázaro lbiza. Posteriormente no recordamos haberlo visto en ningún otro sitio de Madrid, al ir estudiando la flora de sus jardines. Tambiéll se considera a esta especie como medicinal. AftBOL DEI. CIELO. Se trata del llamado científicamente Ailanth^cs ,qGtz.^zd^closa Desf. ,y Fcclso bcrmn^iz ^ Japón, Z^maqrue fa,lso, de la familia de las Sima^r•ubáce^as. Es árbol ya conocido en la corte, puesto que, al fijarnos en los que sirven de ornamento en n,uestros paseos, lo vemos mezclado con especies de los géneros Robim•ia, PLatalr2as, Gl•edit4schicry etc. ^ Es un árbol originario de China, que llega a los 20 metros de altura, pero cultivable en todas las regiones cálidas o templadas del Globo. Fué transportado a Europa por el P. D'Incarville hacia mediados del siglo xvII1, desde cuya fecha contribuye por su hermosura a la ox•namentación de parques y jardines. Las hojas de este árbol son compuestas, imparipinnadas, de 14 ó más pares de folíolas, deñtadas en la base, verdes brillantes en la cara superior. Fiores verdosas de olor desagradable, unisexuales, de cinco sépalos y cinco pétalos, con diez estambres, dispuestas en panojas erguidas. El fru^to, verde-amarillento, es una samara (3) que se vuelve rojiza, dando un bello aspecto al árbol, según observamos entre otx•os sitios en los ejemplaxes cult.ivados en nuestro cemenlerio de la Almlydena. Este áx•bol es interesante. De él, dice Priego, que vegeta sin riego y en las peores tierras, y Fleury, que es de crecimiento rápido, no afectándole mucho ni las sequías extremadas, ni los fx•íos. (3) FI. Baillon, al hablar del Aálarnthus, dice que sus frutos ( samax•as), que en un principio .son verdea, en el otoAo toman un tinte amarillo, y después, r•ojo rn.^s o menoa vivo. Las diversas partea del árbol, cuando se frotan o quebrantan. exhalan mal olor, que puede llegar haata la producciSn de náuseas. EI olor de la^ flores es espermático y desagra.dable. El miamo botánico aRade que el Aákmto, recolectado en Europa, parece ser menos activo que el de China. -iLa rEproducción es por semillas, pies de planta o esquejes. García Moreno añade, por su parte, que es refractario a la invasión de enemigos y de enfermedades. Es+te último autor dice, que si bien en países demasiado frfos y- exposiciones al N. suelen helarse, las Arbo1 del cielo (A4la^ttus ,ql¢nduEos¢). Ftama tiorida. Fruto abierto. Flor femenina (corte longitudinal). ^umidades del árbol, en inviernos rigurosos, a la primavera siguiente repara el daño un fuerte brote que arroja la yema sana más inmediata a la parte q^ue se heló. A medida que el árbul crece, se va haciendo más insensible a los fríos. "No nos cansaremos, dice el Sr. García Moreno, de repetix• a nuestros agricultores se fijen en estos datos, y vean es un recurso inapreciable para establecer plantaciones en parajes secos y cálidos, pero ventilad^os." Tales son las bellas cualidades de este árbol, Veamos ahora las ^^plicaciones que se le asignan : En la medicina popular de China, -8- es usada la corteza como antihelmíntica : contienen materias resinosas, a la vez que tin glucósido. Las hojas también son medicinales y se emplean como vesicant^es, utilizándose en algunos casos bajo la forma de sinapismos, convenientemente machacadas. E1 cocimiento d^e las hojas, administrado al interior, sirve para combatir 1as disenterías rebeldes y las diarreas. Las hojas de este árbol están citadas como adulterantes de las d^e belladona, por algunos autores; sin negar el hec•lw• sólo diremos que durante los años c^ue estuvo a nuestro cargo el Laboratorio de análisis del Central de Farmacia militar, en el que, entre otx•os cometidos, teníamos ei del reconocimiento de numerosas partes y productos vegetales, no encontramos dicha falsificación, y sí las de las hojas del dondiego de noche y del pi^miento. El ailanío^, o círbol del cielo, goza de otras aplicaciones, de ]as que nos hablan Bois y Grignan en su obra Le bo^z jardinier, y sobre todo García Moreno en su Arbax•icztiltwra. Nos referimos ai empleo de las hojas para la alimentación del gusano de seda en China, como se hace en Francia; sobre este punto Ilama la atención el citado autor. Duchesne, al hablar de este árbol, dice que su madera, blanca, y de tejido muy apretado, puede ser ^util, con ventaja en la ebanistería y carpintex•ía, compitiendo con la de nogal. Priego dice que se trata de un árbol de somhra muy apreciado en los suelos áridos. Los botánicos italianos (UoIa, Negri y Cappelletti, al hablar de este árbol, dicen que es útil para contener las tierras de los ribazos escarpad^os, siendo introducido en Europa a mediados del sig]o pasado. Ei alemán Wettstein, en su recientísima obra, a?aade que con frecuencia es plantad^o en los países ektratropica:e.s en paseos y a^venidas, para repoblar montes, y a ménudo asilvestradó. Contra estas ventajas nos facilitan datos de otras índole algunos autores. Decaisne dijo que el jugo que fluye de las incisiones produce en el hombx•e vértigos, vómitos y adormecimiento profundo, ,y Fleury, l,or su parte, que las hojas del árbol, comidas por las cabras, clballos o vacas, las ocasionan la muerte. ^ -9- NTuy afín al árbol que venimos estudiando, es otra especie, el A^i^[corlthus Vil^mo7•rlni.ana, también de China, cuyas aplica.ciones dzsconocemos, citado por Bois; no así las del A. foetzxta, que el faranacéutico francés J. L. ,Sotlbeiran cita en su obra La ntct;eri^e 7rt^F^cli,cale, chez les cltinois, indicada en el país para eombatir, en la medicina populax•, afecciones muy variadas y hasta para hace,• crecer los cabellos. ARBOL DEL PARAfSO. Más conocido que los árboles anteriorm^nte citados es el llanzado Arbol ^del ^araíso (Ele,agnrzcs angustifoZia), de la familia Eleagnáceas. Arbol de la pluta., Oltvo sa,lvaje, Oliva de Bohemi.ct. Se le ]lama también Cinanvo^rto, lo mismo que a otro árbol (Meli^a rizadcrucit), que fuera de nuestro Jardín Botánico, hemos visto cultivado en otros sitios, como por ejemplo en Sevilla (4). El Arb^ol ^del paraíso, Pangvno o Pangi, es un arbolillo q^ue puesle alcanzax• los ^ocho metros, espinoso, de hojas lanceoladas, enteras, cubiex-tas de pelos escamosos, estrellados, que dan a las hojas ese aspecto, como plateado, tan especial, que conocen nuestros leciores, que también lo tierlen los cálices de las flores, pero por fuera, porque en su interior son amarillentos. Las flores son hermairoditas, olorosas, axilares, y los frutos de colqr rojo amarillento, ovoideos, alargados. Es pianta que vive en varias regi^ones de la Península. Se multiplica por semillas o estacas, siendo poco exi^•ente en cuestión de terrenos. No se li^mita, el interés de es^te curioso árbol a ser arnamental, debido a su porte pomposo y ramas algo arqueadas y muy numex•osas, sino que esta planta, ox•iunda del Japón, goza de aplicaciones variada,s. Las enumeraremas brevemente. La madera es útil para la calefacción. Los flores se utilizan en la collfección de licores de mesa. Los frutos, cuando verdes, son muy astr•ingentes, (4) El árbol del pa^'aíso, oriundo del Japón, se adapta a todaa las orientaclones y terrenos. Los faisanea y las perdicea (dice Fleury de la Roche) son muy aflcio7ados a sus semillas. - IO - pex•^o en la madurez adquieren un sabor que recu•erda el de las gI°osellas y ceI°ezas, siendo, a su vez, jugosos y come.stih:es, st^gún A^bol c]^^ paraíuo tl^,lcu^p^^i^i,^^ anrptstijo(io) (tbtoqratía F3iir^andiaín). Olivier. En Pez•sia, dice Duchesne, que son comestibles. Gon ]o., fru^tos, añade Fleuty, que se prepara. una excelente jalea, que se conse^rva en sitio seco. También del jugo de los frutos se elabora un jarabe refrescante, que resulta una^ bebi^da agradable. L9s ja- - II - ponesea obtienen de esta planta un aguardiente muy fino. Sin embargo, a pesar de todo Io dicho de este curioso árbol, la aplicación más conocida es la de servir para preservar la ropa de la acción d^e las polillas. En Fili,pinas los frutos ^de otra especie, E, philipine^zsis, son co^ mes^tiblea, cuya pulpa, según Perrotet, es comparable a la de las mejores cerezas. OTRAS ESPECIES. I.os árboles o arbustos ornamentales, que a su vez gozan de o^tras aplicaciones, que no son exclusivamente las de servir de ornato en parques o pasaos, y susceptible de ampliaciones, son varios; pero ante el temar de hacer interminable un artículo de divulgación de esta índole, sólo nos vamos a concretar a la cita de las especies siguient^es : El llamado Arbol ^de las pelucas (Rus Cotinus L. Terebintáceas) (5) , que se cultiva en el Jardín ide Aclimatación de la Oro:ava (Canarias), así com^o en nuestro Jardín Botánico; es medicinal, por su corteza febrífuga y la de la raíz, empleada como tintórea, a la vez que las hojas como curtientes. El Cercis siliquastr2um L. o Arbol del amor, que alguna^s v^eces sirve de ornamento a nuestros paseos, prop^orciona semillas ali^menticias, bo^tones florales, que se, utilizan confitados en vinagre; las ramas jóvenes tiñen de amarillo y la rnadera c^s útil pn la ebanistería y carpir.tería (6) (7) (8), (5) Del krbol de Zas pelucas, en cuya composición quimica entran la esencia tanino y la fuatina, se dice que tenidas en la mano las infloreacencias producea inflamaciones, que pueden llegar a la vexicaci5n. (S) EI krbol del amor puede alcanzar, según P. Hariot, hasta 15 metroa de altur^, con un metro o más de circunferencia, resistiendo bien ,en el clíma de F'aris, hasta temperaturas muy bajas. (7) El krbol del a^nor ea de efecto maravilloso cuando está en flor (Sauvaigo). Presenta f,ores .sobre ramas desi.udas, y aun en el mismo tronco antes que las hojas. Por cierto que este fenómeno hemos tenído ocasión de observarlo en el tronco de algún árbol del paseo de Recoletos. Reutter diee que las hujas jóvenes de] Cercis siliquatrum son comestibles, y su corteza, astringente intestinal. (8) Dalla Torre, al hablar del árbol del amor o de Ju3ea, díce que aus semillas negras son astringentes; las hojas acres se comen en ensalada; las yemas, a modo de alcaparras; su madera es negra y veteada de verde. El Cercis Canadensis o Amor del Canadá ofrece una corteza que es usada como astríngente. - I2 - Aun cuand^ ya no es fácil ver en nuestros parques las dos espe'cies que hemos d^ citar, sino en las estufas de nuestros jardines botánicos, aludíremos al Arbol del pan (Artocarp.us incisa, Artoearpáeeas), y al Ilamado A^•bol ^de la leehe o ^de la vaea (Galactocte^2dron u,tile). Del gen•ero Arto.c^arpus, vemos que se cultivan tres especies en el citado Jardín de Aclimatación de Orotava, cuyo Catálog^o debemos hace ya años a la benevolencia de su ilustrado Jardinero mayor, Sr. Bolinaga. Se trata de especies de los países tropicales de Asia y de Oceanía, útiles al hombre por todas sus part^es, a la vez que medicinales. El Arbol ^de la vaca, que también es interesantísimo, recordamos haberl•e visto cultivado hace años en nuestro Jardín Botánico: pertenece a la flora ecuatorial de América, y abunda sobre todo en los montes de Venezuela; es notab'e por el líquido blanco viscoso, que se obtiene por incisiones er el tronco, y^que goza, según dicen, de propiedades parecidas a las de la leche de los animales. García Moreno, al estudiarle, dice textualmente lo siguiente :"Los arboricultores espafioles, y particularmente los valenciano.s, murcianos, .catalanes y andaluces, deben ensayar la aclimatación de tan interesante planta" ; y aún insiste el distinguido Perito agrícola de Barcel^ona al ,decir que debe aclimatarse en los sitios pantanosos de las provincias meridionales. GRAFICAS UGUINA - MELENDEZ VALDES, ^ - MADRID