Células madre embrionarias para el tratamiento de la diabetes Con independencia de su valoración moral existe un indudable interés científico en conseguir células productoras de insulina a partir de células madre embrionarias, con la finalidad última de tratar a los pacientes diabéticos. Hasta ahora los resultados no han sido fructuosos, pues, por una u otra razón, esto no se había conseguido. Sin embargo recientemente se han publicado dos artículos en Nature Biotechnology (23; 1534, 2005) y 24; 1392, 2006), del grupo de Baetge, que parece que ha conseguido este objetivo. En el primer trabajo consiguieron derivar células madre embrionarias en endodermo y en el segundo los autores consiguen diferenciar el endodermo en células que producen las cinco hormonas que genera el páncreas: insulina, glucagon, somatospatina, polipéptido pancreático y grelina, así como células exocrinas que producen amilasa. La dificultad es que las células creadas no producen insulina ante el estímulo de la glucosa, como hacen las células ß-pancreáticas, por lo que su uso en la clínica humana no parece posible. Esto aleja su aplicación para curar la diabetes. Con independencia del hecho científico, también puede dar lugar estas experiencias a una reflexión social. Recientemente ha sido nombrado ministro de sanidad español el doctor Bernat Soria, quien alcanzó una determinada notoriedad social, cuando informó a los medios de comunicación social que había podido generar células productoras de insulina a partir de células madre embrionarias de ratón. Posteriormente un grupo de profesionales de la Universidad de Harvard dirigido por el prestigioso investigador, Dougles Menton, en un artículo publicado en Science, manifestaban que las experiencias de Soria, junto a la de otros tres grupos, que casi a la vez comunicaron resultados parecidos, no habían conseguido producir insulina. Es decir, que Soria no había conseguido lo que de una forma tan manifiesta había transmitido. Sus experiencias no eran válidas. Ahora en el reciente artículo de Beagle (Nature Biotecnology 24; 1392, 2006), llama la atención que para nada se cita el trabajo original de Bernat Soria, publicado en Diabetes y sí hace referencia a otro posterior (FAEB J, 19; 1341, 2005) del mismo grupo, pero para referirse a las diferencias experimentales que presenta, al afirmar que existía “ineficiencia en la diferenciación de las células, bajo contenido de insulina, una falta de confianza en la diferenciación directa de las células madre embrionarias y la producción de células productoras de insulina”, es decir la única referencia a los trabajos de Soria es para realizar una negativa crítica de sus experiencias. Sin duda, es esta una prueba más de la falta de seguridad de las experiencias del grupo de Soria, algo muy alejado de la idea que han transmitido a la sociedad acerca de unas experiencias que podrían ser utilizadas para curar la diabetes. La investigación sobre las células madre comenzó en 1961, cuando Till and McCulloch descubrieron que las células madre de la médula ósea podían regenerar la capacidad de generar sangre de un ratón que previamente había sido irradiado. El siguiente gran paso se dio en 1988 cuando se descubrieron las células madre embrionarias humanas (Nature Reports Stem Cells, DOI: 10.1038/Stemcells.53, 12-VII-2007).