Por qué los adolescentes comen como comen?

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Por qué los adolescentes comen
como comen?
Estudiar las preferencias y aversiones y con ellas todo el complejo
conjunto de creencias y actitudes que determinan la conducta alimenticia
de los niños y adolescentes ha sido el objetivo del equipo de
investigación en Psicología de la Alimentación. Para realizar este estudio
se han encuestado más de 2.000 escolares de las Islas y el Principado
de Cataluña. El equipo está dirigido por investigadores de la Universitat
de les Illes Balears y han participado en él profesores de la Universitat
de Girona y la Université París X-Nanterre.
Resumen
día más preocupados porque algunos de sus
alimentos preferidos (hamburguesa, pizza, dulces) no
Saber por qué los adolescentes comen como lo hacen
sean "buenos" para ellos.
es el objetivo de un estudio realizado por un grupo de
investigadores de las universidades de las Islas
Considera también el grupo de investigadores que
Baleares, Gerona y París X-Nanterre dirigido por el
conocer las razones de orden psicológico que llevan a
doctor Jordi Pich.
los sujetos entre los 11 y los 18 años a consumir unos
Se ha podido observar como la elección del alimento
y no otros alimentos sentará las bases para
responde a la interacción de diversos factores de
posteriores programas de intervención con el objetivo
orden cognitivo (conocimientos o creencias dietéticas,
de corregir hábitos alimenticios poco saludables.
incluidas las propiedades imaginarias atribuidas a
Este conocimiento psicológico resulta especialmente
ciertos alimentos) y también de orden emocional
importante cuando las campañas informativas
(actitudes hacia algunas categorías de alimentos que
realizadas en centros escolares (véase el plan
los convierten en alimentos "malos" o "buenos" para
PLENUFAR del Colegio Oficial de Farmacéuticos
mi).
español con más de 100.000 escolares encuestados)
Así, de la misma manera que los adolescentes saben
no han tenido prácticamente ningún efecto significativo
muy bien qué les gusta comer, parecen también cada
en lo que se refiere a una pretendida modificación de
PALABRAS CLAVE:
preferencias
alimenticias,
alimentación juvenil,
neofóbia
alimenticia.
KEYWORDS:
food preferences,
adolescent food
behavior, food
neophoby
Figuras 1 y 2.
Frecuencia de la
práctica de la
dieta.
los hábitos alimenticios más recomendables.
Los resultados sobre la población neofóbica
alimenticia en este tramo de edad (11-18 años) deja
Es en esta dirección que recientemente, la Conselleria
abierta la puerta a una nueva investigación: qué
de Salut de la Generalitat de Catalunya se ha
factores psicológicos se ocultan tras ese rechazo
interesado por los resultados del estudio,
sistemático de tantos alimentos habituales en una
contemplándolo como un posible fundamento sobre el
dieta normal? Pueden estar relacionadas algunas
cual pueda construirse un programa de intervención
variables de personalidad con esta conducta
educativa dirigido a los adolescentes.
neofóbica?
Los investigadores han detectado igualmente un
porcentaje de individuos neofóbicos alimenticios
Introducción
bastante más elevado que el esperando en esta franja
Figura 3. Las
razones de salud
se sitúan muy
por debajo de las
razones estéticas
a la hora de
proponerse
hacer dieta.
de edad. Se trata de sujetos que, por alguna razón,
El objetivo principal del proyecto de investigación era
rehúsan consumir e incluso probar ningún alimento
determinar los factores psicológicos que condicionan
que no les sea familiar. Estos individuos son
el consumo alimenticio entre los 11 y los 18 años.
detectados, por tanto, por la restricción de su dieta a
Estos factores pueden ser de diversa índole:
un pequeño grupo de alimentos habituales (el
preferencias o aversiones gustativas, conocimientos o
consumo de los cuales a menudo es excesivo) y
creencias dietéticas, actitudes hacia grupos de
porque consideran aquellos que ni siquiera prueban
alimentos, expectativa de engordar o tener buena
como "malos", aunque a menudo ni siquiera se los han
salud, temor neofóbico, etc.
llevado nunca a la boca.
Con el objetivo de poder evaluar cómo condicionan
todos estos factores las elecciones alimenticias, los
investigadores realizaron una encuesta piloto durante
el año 2000 a escolares de centros de Gerona. Fruto
del análisis de ese trabajo, durante el cursos 20022003 realizaron la encuesta definitiva en centros
escolares de las Islas Baleares, centros que fueron
elegidos al azar de entre la totalidad de los censados.
Así, más de dos mil escolares de Mallorca, Menorca,
Eivissa respondieron a un cuestionario en el aula bajo
la supervisión de un experimentador quien, además de
presentar los distintos apartados de la encuesta,
respondía a todas las cuestiones que presentaban los
adolescentes a la hora de cumplimentarla.
Una vez depurada la encuesta, la muestra quedó en
1.927 adolescentes de entre 11 y 18 años. Los
resultados que se exponen en este reportaje
corresponden al análisis realizado por los
investigadores de la muestra de Mallorca
correspondiente a 1.660 sujetos.
Al mismo tiempo se entregó a cada uno de los
adolescentes de la muestra un cuestionario a
cumplimentar por los padres. 700 de estas encuestas
fueron retornadas a los investigadores debidamente
cumplimentadas. Este dato es un síntoma claro, en
opinión del doctor Jordi Pich, "de que la calidad de la
alimentación de los hijos preocupa a los padres de hoy
día. El porcentaje de encuestas que se nos han
entregado cumplimentadas es muy superior al que
habíamos previsto y seguramente muy superior al que
hubiéramos obtenido si se tratase de otra temática".
Figura 4
La preocupación por la relación entre la dieta
alimenticia y su efecto en la imagen corporal
Casi uno de cada cuatro adolescentes encuestados
(24,9 por ciento) dice hacer o haber intentado hacer
dieta en alguna ocasión. La mayoría de los que lo
Figura 5
admiten (un 49,7 por ciento) dicen haberlo intentado
en pocas ocasiones, pero un 14, 4 por ciento afirma
hacer dieta de manera casi permanente, mientras que
un 35,6 por ciento dice hacerla sólo ocasionalmente.
Esta práctica es, en cualquier caso, más común entre
las mujeres que entre los hombres.
Así, tres de cada diez chicas encuestadas (un 30,1 por
ciento) hacen o han hecho dieta, mientras que entre
los chicos el porcentaje sólo alcanza el 18,8 por cien.
Prácticamente, pues, el número de mujeres que han
dieta duplica al número de hombres que la practican
en la muestra estudiada (Figuras 1 y 2).
Pero,¿cuáles son las razones que llevan a los
adolescentes a dejar de comer? A través de la
encuesta se ha podido detectar que el deseo de
adelgazar (incluyendo el factor de sentir vergüenza por
el peso) es el primer factor que impulsa este tipo de
decisión (en un 73 por ciento de los casos). No
obstante, aparecen otras razones: motivos de salud o
por desear estar en forma, para sentirse bien con uno
mismo, etc.
En un 8 por ciento de los casos, los adolescentes no
tienen claros los motivos que les inducen a hacer
Figura 6
Figura 7.
Alimentos por los
que los
adolescentes
demuestran
mayor
preferencia.
Figura 8.
Alimentos más
rechazados.
dieta.
Puede concluirse así que las razones
Todo lo anterior debe ser relacionado con un hábito
relacionadas con la salud se sitúan muy por debajo
que se incrementa con la edad, el de consumar
que las razones estéticas a la hora de decidir ponerse
alimentos entre comidas. Este hábito de muestra
a dieta (Figura 3).
diferencias significativas entre sexos (los hombres, sin
embargo, muestran una querencia mayor a "picar"
La encuesta ha revelado que los hombres declaran
entre horas). Por orden de importancia hay que
sentir un mayor placer que las mujeres a la hora de
mencionar entre los alimentos consumidos entre
comer, así como a la hora de sentir con mayor
comidas los zumos o piezas de fruta, las galletas, las
intensidad la sensación de hambre. Concretamente,
patatas fritas en bolsa, las bebidas gasificadas, la
un 67,4 por ciento de los varones encuestados afirman
lecheo y/o el yogurt, la pastelería dulce (donuts,
que tienen mucha hambre a la hora de comer, frente a
bollicao, etc.) y el chocolate.
sólo un 52 por ciento de de chicas que lo perciben así.
De los adolescentes encuestados, un 68 por ciento
De la misma manera, un 70,2 por ciento de los chicos
admiten "picar" entre horas. Los investigadores han
encuestados afirman que "les gusta mucho comer",
detectado que el hábito aumenta en función de la edad
mientras que eso sólo ocurre con el 56,7 por ciento de
hasta llegar hasta un 72,9 por ciento entre chicos y
las chicas encuestadas.
chicas de 17-18 años. Como hemos dicho ya, los
hombres tienden a "picar" más que las mujeres y eso
"Picar" entre comidas
ocurre cualquiera que sea el grupo de edad
considerado. Los alimentos preferidos son pastelería,
La encuesta ha reflejado que a medida que aumenta
bebidas gasificadas y derivados lácteos (Figuras 5 y
la edad de los encuestados estos dejan de cumplir con
6).
algunas comidas. Entre los 11 y 12 años, la mayoría
dicen realizar cuatro comidas al día: desayuno,
Los alimentados de mayor consumo y los más
almuerzo, merienda y cena. Esta distribución empieza
rechazados
a sufrir variaciones pronto. A los 15-16 años, la
mayoría de los encuestados afirmó que no hace más
La encuesta presentó a los sujetos de la muestra una
de tres comidas al día (Figura 4). Considerado
lista con 43 alimentos habituales. Los escolares
cualquier grupo de edad, la encuesta revela que las
debían valorar tres veces consecutivas cada alimento,
niñas se saltan el desayuno mucho más que los niños
indicando la frecuencia estimada de consumo semanal
y, en cambio, estos abandonan mucho más pronto el
de cada uno, la preferencia por el mismo (gusta
hábito de merendar por las tardes.
mucho, regular o nada) y finalmente si lo consideraban
un alimento "bueno para mi" (se puede comer tanto
El papel de los padres
como se quiera) o bien "malo para mi" (y por tanto
valdría más abstenerse de consumirlo o hacerlo en
De manera también congruente con estos datos, la
una cantidad mínima).
mayoría de los padres que devolvieron el cuestionario
cumplimentado están en desacuerdo con la cantidad
Por lo que respecta a la frecuencia de consumo, pan,
de verdura, pescado y fruta que comen sus hijos, y
yogurt, pasta, fruta, zumos de fruta, leche, sopa,
querrían que fueran más elevadas.
patatas fritas, queso y huevos serían, por este orden,
Los padres, dice el doctor Jordi Pich "parecen partir de
los alimentos más consumidos (Figura 7). En cambio,
una teoría implícita sobre la alimentación de los
los alimentos que declararon consumir con menor
adolescentes: creen que los niños son una especie de
frecuencia semanal son la cerveza, el vino, las
salvajes alimenticios a los que se debe civilizar sobre
vísceras, las anchoas, la coliflor, el salmón ahumado,
todo forzándoles al consumo de verduras. Los padres
las espinacas, el conejo, la mermelada y la
tienden a pensar que si dejáramos a un niño solo se
mantequilla (Figura 8).
hincharía de bollicaos y golosinas hasta reventar,
Los investigadores detectaron diferencias significativas
extremo del que no se dispone de pruebas
entre sexos por lo que se refiere a la abstinencia en
fehacientes. Por el contrario, los estudios de Davis
ciertos alimentos. Así por ejemplo, las mujeres
hace ya más de cincuenta años, (en los que niños
parecen abstenerse más que los hombres en el
muy pequeños dispusieron de un sistema de bufete
consumo de vísceras, mermelada, vino, cerveza,
libre) indicaron que los excesos eran posibles en
conejo, cordero, anchoas y salmón ahumado.
cualquier alimento y provocaban a posteriori su
La edad es también importante en este punto ya que
rechazo. Estos estudios también pusieron de
cuanto más mayores son los adolescentes
manifiesto una cierta tendencia al equilibrio en la dieta,
encuestados más se aprecia un aumento en el
resultados que obviamente hoy día no podemos
consumo de ensaladas, carne de cerdo y ternera, atún
replicar entre otras cosas porque los niños y
en lata y bebidas alcohólicas.
adolescentes están casi siempre bajo el control de
padres y educadores. A la presión de estos cabe
En el caso de que la estimación que realizaron los
adolescentes encuestados coincida con la realidad (y
así lo parece indicar la correspondencia de los
resultados obtenidos con medidas reales de ingesta
hechos por otros grupos de investigación de la propia
UIB), algunos porcentajes resultan especialmente
significativos a la hora de analizar si los adolescentes
se alimentan equilibradamente.
Así, más de un 20 por ciento de los encuestados
dice que nunca come verdura y un 30 por ciento
afirma que lo hace menos de una vez por semana.
Más de un 25 por ciento asegura que nunca come
pescado y un 40 por ciento que lo come pero
menos de una vez por semana.
Entre un 15 y un 20 por ciento afirma que come
fruta menos de una vez por semana o que nunca
come fruta.
Finalmente, un 11 por ciento de los encuestados
asegura que nunca bebe leche y sólo el 8 por
ciento dice beber menos de una vez por semana.
Figura 9.
Excepto la sopa,
todo tipo de
fruta, las
ensaladas y las
legumbres, todos
los demás
alimentos gustan
más a los
hombres que a
las mujeres.
parecen ignorar que ese rechazo a comer "verde" es
comprensible porque en plena fase de crecimiento los
nutrientes que aporta son francamente escasos.
Nuestro equipo está ya trabajando en estrategias muy
diferentes a la insistencia y/o a la información
nutricional para introducir tanto este como otros
cambios en los hábitos alimenticios infantiles y
juveniles. Este será con toda probabilidad el objetivo
de nuestro siguiente trabajo de investigación".
Preferencias de consumo diferentes entre hombres
y mujeres
Si se exceptúan la sopa, la fruta (de temporada o bien
de oferta permanente en los comercios), las ensaladas
añadir en los últimos años la de la industria alimenticia
Figura 10. Els
aliments més
esmentats com a
provocadors
d'una sensació
de repugnància
foren el peix, les
llenties, el puré,
la col, els
ciurons, el fetge,
l'all i la ceba.
que asume plenamente la teoría del salvaje nutricional
de los padres para vender después toda una gama de
productos, siempre con el sello de saludable
incorporado".
Es importante diferenciar también, según el doctor
Jordi Pich, "cuáles son los deseos de los padres y
cuáles son sus estrategias para conseguirlos. También
es necesario saber qué oferta culinaria es la que, en la
sociedad de la prisa, acaban presentando a sus hijos".
De hecho, comenta el doctor Pich "nunca había habido
en los hogares tantos libros de cocina y nunca se
había cocinado tan poco. Y es que si anteriormente el
trabajo estaba supeditado a la alimentación -se
detenía el trabajo para comer- hoy es la comida la que
se supedita al programa laboral. En muchos casos los
hijos comen en la escuela y a la hora de cenar los
padres están demasiado cansados como para ensayas
estrategias como las que ellos mismos manifiestan
que desean (verduras, pescado, etc.). Al niño se le da
cualquier cosa para que no proteste".
En definitiva, diversas razones de origen sociológico
provocan una nueva disonancia entre lo que los
padres desearían que sus hijos comieran y lo que
realmente ellos les ofrecen. "Las estrategias para que
coman mejor o no existen o son inoperantes o incluso
son contraproducentes. La invitación permanente a
comer verdura -afirma el doctor Pich- hace que el niño
acabe pensando que debe ser francamente mala si es
necesario insistir tanto".
Por otra parte, afirma el doctor Pich, "los padres
y las legumbres, todos los alimentos restantes agradan
más a los hombres que a las mujeres (Figura 9). En
algunos casos ni hay diferencias entre chicos y chicas
en cuanto a preferencia por ciertos alimentos. Los
platos de pasta, las patatas fritas, la pizza, o los
helados, gustan igual a ambos sexos. También ambos
sexos muestran poca preferencia por las legumbres y
las verduras.
En cambio, en algunos casos las diferencias son muy
acusadas. Los chicos, por ejemplo, muestran una
preferencia mayor por comer carne que las chicas
(conejo, cordero, pollo, embutidos) y en mucha menor
medida pescado, sea cocinado, ahumado o en
conserva (merluza, lenguado, salmón, atún, anchoas).
Las diferencias son también acusadas en el caso de
las bebidas edulcoradas y gasificadas y de las bebidas
alcohólicas como la cerveza y el vino que en estas
edades parecen ser todavía "cosas de hombres". En
cualquier caso, las bebidas alcohólicas registran poca
apreciación en la totalidad de la muestra, des de los 11
a los 18 años, pero aumenta de manera fulminante su
aceptación en el grupo de entre 17 y 18 años.
Alimentos de repugnan
En una pregunta sin listas, es decir, de respuesta
abierta, los investigadores propusieron a los
adolescentes que relatasen aquellos alimentos que
más les repugnaban y por qué. Lo resultados se
pueden observar en la figura 10. Los alimentos más
citados como provocadores de una emoción de
repugnancia fueron el pescado, las lentejas, el puré, la
col, los garbanzos, el hígado, el ajo y la cebolla.
Los investigadores detectaron también que con la
edad aumenta la sensación de repugnancia hacia la
carne, las vísceras y las legumbres, sobre todo entre
las chicas. También son las chicas las que muestran
una mayor aversión hacia el pescado y la leche.
Pero, ¿a qué atribuyen los adolescentes esta
repugnancia que incluso en un 7 por ciento de los
casos provoca vómitos?
Un 42 por ciento de los encuestados afirman no saber
de donde proviene esa emoción, mientras que un 37
por ciento lo atribuye al mal sabor del alimento, un 6
por ciento al mal olor y un 5 por ciento a su aspecto
general.
Detectadas las preferencias y las principales
aversiones de los adolescentes respecto a los
alimentos se impone pensar que sus hábitos de
consumo guardaran una correlación bastante estrecha
con aquellas actitudes. La cuestión, por tanto, es
saber si existen otros factores que influyen en el
comportamiento alimenticio de los chicos y chicas
además del simple placer o disgusto que les ocasiona
el alimento.
Aunque si bien y como era de esperar se consumen
más aquellos alimentos que más gustan, se detecta
también una importante contención hacia el consumo
de los alimentos preferidos (la pasta, la pizza, las
patatas fritas) y también hacia el consumo de todo tipo
de carnes, aunque los estudios de consumo indican
que constituye su fuente casi exclusiva de proteínas
(descartado el pescado, las vísceras y las legumbres).
En términos generales y dejando de lado las
excepciones consideradas más arriba, los
El índice de orientación nutricional y la frecuencia
adolescentes encuestados no presentan una conducta
estimada de consumo semanal
sesgada hacia la "comida basura" que manifiestan sus
homólogos de EE.UU o del Reino Unido. Los
El índice nutricional, obtenido a partir de la diferencia
adolescentes baleares demuestran una mayor
entre la media de la frecuencia estimada de consumo
tendencia a aceptar relativamente bien los alimentos
semanal de los alimentos de alto valor nutricional (y
más recomendables, aunque sea a nivel de las
que deberían de ser por tanto más consumidos, como
actitudes (bueno para mi) que no en la práctica, es
legumbres, pescado, lácteos, etc.) y el consumo de
decir en la frecuencia declarada de consumo. Esta
alimentos considerados de bajo valor nutricional
disonancia entre "aquello que como porque me gusta"
(bebidas gaseosas, grasas saturadas de pastelería
y "aquello que me convendría comer" se agravará,
industrial, alcohol, etc. y cuyo consumo se debería
según los investigadores. "Así se puede inferir
restringir), da resultados moderadamente positivos en
indirectamente al menos de las últimas y
la mayoría de la muestra encuestada.
Figuras 11 y 12.
Orientación
nutricional por
edades y por
sexos.
orientación nutricional "muy negativa" triplica al
número de chicas (Figuras 11 y 12).
Con la edad aumenta la preferencia por alimentos
menos recomendables. Se incrementa entre los 17 y
18 años el número de individuos con orientaciones
nutricionales bastante negativas y disminuyen los que
tienen orientaciones bastante positivas.
Con respecto a la edad, el factor resulta sólo relevante
por un ligero incremento de dulces hacia los 13-14
años y de vino y cerveza hacia los 17-18 años.
Las actitudes hacia los alimentos
Las respuestas "bueno para mí" o "malo para mí"
dadas por los adolescentes encuestados frente a una
lista de 43 alimentos pueden observarse en la Figura
13.
Los investigadores detectaron que mejora
significativamente con la edad y de manera progresiva
la actitud hacia los siguientes alimentos: sopa,
ensalada, arroz, lenguado, queso, yogurt, merluza,
zumos de fruta, espinacas, coliflor, judías verdes,
legumbres (a los 15-16 años), vísceras, vino, cerveza,
cordero, fruta (también a partir de los 15-16 años).
Figura 13.
Actitud de los
encuestados
frente a los
alimentos.
N: negativa
R: relativamente
positiva
P: positiva
En cambio empeora con la edad y de manera
progresiva la actitud hacia los pasteles, helados, el
chocolate, la pizza, refrescos gaseosos, repostería
industrial, croquetas, patatas fritas y mantequilla. Las
preocupantes estadísticas de incidencia de la obesidad
infantil y adolescente en España", afirma el doctor
Pich.
Hay que señalar que las mujeres manifiestan una
tendencia a consumir alimentos de mayor valor
nutritivo y a rechazar los de bajo valor. Declaran así un
consumo significativamente más alto que los hombres
en alimentos de mayor valor dietético y menor en los
alimentos no recomendables, como por ejemplo
dulces, grasas, o alcohol.
Aunque en el grupo de la muestra que manifiesta una
orientación nutricional "muy positiva" no es posible
extraer diferencias entre sexos, sí se demuestran
diferencias en los grupos intermedios (bastante
positiva) en los que las mujeres superan a los
hombres. Por otra parte, el número de chicos con
chicas muestran también una actitud más negativa
(alimento malo para mi) hacia todo tipo de carne.
También hacia los alimentos más ricos en grasas o
hacia aquellos que "engordan" según la sabiduría
popular, como el pan, la mermelada, las patatas fritas,
los frutos secos, etc., así como hacia las bebidas
alcohólicas.
Dejando a un lado las influencia segura de la voluntad
de no ganar peso y que a menudo deriva de un
auténtico horror a estar gordo que aumenta con la
edad, al crecer también disminuye seguramente la no
diferenciación que se observa entre los más pequeños
entre preferencia y actitud ("los alimentos que me
gustan son buenos para mi"). Eso permite que mejore
la actitud hacia los alimentos menos preferidos pero
popularmente considerados como saludables:
verduras, frutas, pescado, derivados lácteos, cereales.
La razón por la que las carnes son consideradas
mayoritariamente alimentos "malos para mi"
merecería, a juicio del doctor Pich, "un análisis
pormenorizado. No sabemos hasta qué punto, por
ejemplo, el conocimiento actual sobre los tratamientos
a que es sometido el ganado (antibióticos, uso ilegal
de sustancias de engorde, alimentación poco natural,
etc.) potencia la actitud negativa hacia la carne,
aunque esta actitud no se traduce en un descenso
significativo de su consumo. En cualquier caso,
parecería que además de apropiarse de manera
alarmante de la valoración social actual de la figura
adelgazada, los adolescentes también comienzan a
ser permeables a un discurso sobre el peligro
potencial de los cárnicos por las razones
mencionadas".
Comparando el consumo actual de carne y de pan, el
doctor Pich afirma que "el consumo medio de carne
por cada español supera los sesenta kilogramos al
año, mientras que el de pan supera con esfuerzo los
cincuenta kilogramos. Se trata de un indicador
alimenticio que hubiera provocado la estupefacción de
nuestros antepasados".
Paralelamente, el doctor Jordi Pich enfatiza la buena
imagen de los alimentos lácteos. "Mientras la
publicidad mitifica el yogurt y piensa en el público
adolescente, ninguna virtud se atribuye a las
legumbres o a los frutos secos tan recomendables. En
cuanto a recuperar el consumo de vísceras parece comenta el doctor Pich - una ilusión incluso en
no valoran positivamente los alimentos que se sirven
Mallorca, el país del frit".
en ellos. En cambio, de manera nuevamente
contradictoria, acostumbran a ir a estos centros. Las
Los centros de comida rápida
razones parecen estar en el diseño de estos
establecimientos, muy a su gusto, sin sentir la presión
Los centros de comida rápida, multinacionales de
de un adulto que pueda controlar lo que comen y,
l'hambuguesa, la patata frita y el ketchup, conforman
además, el factor precio, muy asequible al bolsillo de
un capítulo aparte a la hora de tratar las actitudes de
un adolescente".
los niños y adolescentes ante el hecho de comer.
Cuando los niños son pequeños, "los propios
El doctor Pich también afirma que "cuando
requerimientos del organismo -afirma el doctor Pich-
pretendemos "proteger" a nuestros jóvenes de este
que les reclama grasas, proteínas y azúcares, unidos
tipo de comida porque va en contra de la dieta
al señuelo del obsequio acaba siendo una fórmula de
mediterránea, nos situamos en la penosa situación de
gran éxito". Al crecer, sin embargo, los adolescentes
quien vende producto que no tiene a quien no lo
no demuestran la misma actitud. Según el doctor Pich,
quiere comprar. Ni los padres ofrecen a sus hijos de
"entre los 11 y los 18 años la querencia por este tipo
manera sistemática la oportunidad de elegir siempre
de centros es mucho menor del que se acostumbra a
un menú apetitoso gustativamente y variado
suponer. Las encuestas reflejan que los adolescentes
Figuras 14 y 15.
Porcentajes de
posibles
neofòbicos entre
los encuestados.
dietéticamente en nuestra mejor tradición culinaria, ni
entre la muestra encuestada los posibles neofóbicos
los intereses de las multinacionales, que quieren
mediante una medida operacional de esta conducta.
imponer a los jóvenes una alimentación de grasa,
Partieron de la hipótesis de que ante la lista de 43
carne y azúcar (conocedores de que eso es lo que el
alimentos mencionada, un neofóbico afirmaría comer
cuerpo les reclama), facilitan en lo más mínimo la
muy pocos de esos alimentos ("no lo como nunca") y,
recuperación de la alimentación tradicional en nuestro
por otra parte, también expresaría en muchas
país".
ocasiones su disgusto ante distintos alimentos ("no me
gusta nada").
La neofobia alimenticia
La proporción obtenida (Figuras 14 y 15) de sujetos a
los que no les gusta casi nada y que, además, no
El doctor Jordi
Pich,
investigador
responsable del
proyecto.
Se conocen como neofóbicos aquellos sujetos que ,
comen casi nada, es más elevada de la que se
de muy pequeños, rehúsan de manera contundente la
esperaba, dadas las interpretaciones "infantiles" del
introducción de cualquier novedad en su dieta y que
fenómeno, mencionadas más arriba. Alrededor de un
consumen, en consecuencia, un número muy reducido
10 por ciento de la muestra manifiesta una "alta
de alimentos, aquellos que les resultan familiares.
neofobia". Dicho de otra manera: un adolescente por
Existen diversas hipótesis que intentan explicar las
cada aula escolar encuestada.
bases de la neofobia. Algunos ven en sus raíces el
Los investigadores consideran que se debe iniciar una
miedo atávico al envenenamiento que compartirían las
nueva investigación para saber qué hay detrás de
especies omnívoras. Otros autores relacionan la
estas actitudes e incluso si están relacionadas con
neofobia con la fase infantil del "no", en un sentido
determinadas variables de personalidad. Parece clara,
más psicológico de afirmación individual que de
por ejemplo, la conexión de la neofobia con la
supervivencia biológica. También la falta de capacidad
introversión. La doctora Natalie Rigal, de la Université
cognitiva para mantener la identidad de una categoría
París X-Nanterre, miembro del equipo que investiga
cuando se produce la menor transformación perceptiva
neofobia en niños más pequeños (5-6 años), está
(un brote de perejil en un puré de patata lo convierte
intentando esclarecer si la actitud neofóbica se puede
en un alimento completamente diferente a los ojos de
asociar también con una determinada relación de
los más pequeños) seria una posible interpretación del
dependencia exagerada del niño con la madre que lo
fenómeno. En todo caso, esta conducta es
haría más reacio a asumir experiencias novedosas. La
particularmente activa entre los 4 y los 7 años,
doctora Rigal y el doctor Pich investigan también el
momento en el que la literatura afirma que remite de
grado de correlación entre el nivel de neofobia y la
manera considerable.
manifestación de repugnancias en diversos ámbitos,
A los investigadores del equipo les interesaba detectar
incluido el alimenticio.
Proyecto financiado
Título: Factores cognitivos y aptitudinales con el consumo de alimentos en la población
infantil de 10 a 14 años.
Referencia: BSO2000-0956
Entidad financiadora: Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Modalidadt: P1. Proyecto de investigación básica no orientada
Clasificación UNESCO: 610201.
Inicio: 2000. Final: 2003.
Investigador responsable
Doctor Jordi Pich Soler, profesor titular de Psicología Básica
Departamento de Psicología. Edificio Guillem Cifre de Colonya.
Universitat de les Illes Balears. 07122 Palma de Mallorca
Tel.: 971 17 30 80
E-mail: jpich@uib.es
Otros miembros del equipo
Universitat de les Illes Balears
Dr. Lluís Ballester Brague. Profesor titular de Metodología de las Ciencias de la Educación
Dr. Herminio Domingo Palomares. Catedrático de Escuela Universitaria de Psicología Evolutiva y de la Educación
Universitat de Girona
Dr. Ramon Canals i Casas. Profesor emérito de Psicología Evolutiva y de la Educación
Sra. Mònica Thomàs Vall-llosera. Profesora asociada de Psicología Básica
Université Paris X-Nanterre
Dra. Natalie Rigal. Maître de conférences de Psychologie du Developement
Publicaciones
Canals, R. y Pich, J. (1998). El desenvolupament del gust dels 0 als 6 anys: dades psicològiques i aspectes
educatius. Infància, educar de 0 a 6 anys, 103, 37-41. Traducció any 2000 a: Infancia, educar de 0 a 6 años, 59,
31-37.
Pich, J. (2001). La degustació: estudis sobre la percepció del gust i l'acceptació dels aliments. Palma de
Mallorca: Edicions UIB. 2ª edición 2004
Pich, J. y Canals, R. (2001). Social influences on food preferences and aversions. In G. Pardini & T. Calbó. The
nitrogen cycle and sustainability: A multidisciplinary approach. pp. 221-237. Girona: Servei de Publicacions de la
Universitat de Girona
Canals, R., Pich, J. y Thomàs, M. (en prensa). Psicología de la alimentación. En M. Esteban i J. Ribas (Eds.).
Reflexiones en torno a la Psicología. Editorial Paidós
Thomàs, M., Canals, R y Pich, J. (en prensa). Desenvolupament emocional i cognitiu de l'aliment. Revista
Infància, educar de 0 a 6 anys.
Comunicaciones a congresos
Pich, J. y Canals, R. (2000). Social Influences on Food Preferences and Aversions. II International Summer
School on Environment: The nitrogen cycle and sustainability: a multidisciplinary approach. Girona 2000
Thomàs, M., Canals, R. y Pich, J. (2004). Nutrició versus alimentació. Com evitar que una nutrició incorrecta
esdevingui patologia adulta. IV Congrès d'Atenció Primària i Salut Mental. Girona 2004
Pich, J., Canals, R., Ballester, Ll., Thomàs, M., Rigal, N., Domingo, H. y Giacone, G. (2004). Dimensiones
psicológicas de los patrones alimentarios entre los 10 y los 18 años. II Congreso Hispano-Portugués de
Psicología. Lisboa 2004
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