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Monografía
Curso de Capacitación Docente
en Neurociencias
Alumna: Luciana Berger
www.asociacioneducar.com
Mail: informacion@asociacioneducar.com
Facebook: www.facebook.com/NeurocienciasAsociacionEducar
La Memoria y su Relación con los Neurotransmisores
El objetivo de esta monografía es abordar el concepto de memoria y su relación con
algunos neurotransmisores. Primeramente, se desarrollarán las definiciones de memoria y
su conexión con la atención y la noción de aprendizaje, para luego conectarlas con las
funciones de los neurotransmisores. Se darán ejemplos prácticos de situaciones áulicas
para ayudar a la comprensión de dichos temas y se ilustrarán ciertas nociones
fisiológicas.
En primer lugar, es menester definir qué se entiende por sistema atencional y
memoria. Tanto la atención como la memoria son funciones cognitivas, esto quiere decir
que están relacionadas con la capacidad de recibir, recordar, comprender, organizar y
usar la información recogida por los sentidos. Para comprender cómo funciona la memoria
es importante poseer un entendimiento sobre el camino que recorre la información que
puede o no ser memorizada. La información llega al ser humano a través de los sentidos y
es procesada por eventos químicos. Desde ya es relevante aclarar que hay áreas
funcionales en el cerebro que se encargan de filtrar la información, ya que sería
insostenible para el humano tomar la miríada de estímulos que se reciben por segundo.
Una vez que el cerebro se interesa por cierta información, ésta pasa por el primer
filtro en el cerebro: el SARA, sigla que significa Sistema Activador Reticular Ascendente.
Es éste primer filtro el encargado de determinar el estado de alerta o vigilancia en el
cerebro, en cierto modo lo enciende.
Siguiendo el recorrido de la información, luego del SARA los estímulos pasan al
tálamo, área del cerebro donde se integran. Luego del tálamo la información pasa a las
vías placer-dolor para ser evaluada como pro o contra supervivencia. Si el cerebro está en
un lugar conocido y sin estímulos novedosos el SARA no se activará, sin embargo, si
surge un estímulo el SARA se encenderá y se focalizará en el estímulo para pasar al
tálamo.
El recorrido sigue en la amígdala, a ambos lados del tálamo, donde se evalúa si el
estímulo es peligroso o no. Esta zona se relaciona con la memoria emocional y con las
respuestas de ataque y huida. Si el estímulo es peligroso se alerta al hipotálamo, si no lo
es, pasa al núcleo accumbens, el cual es un grupo de neuronas que tienen un papel
importante en la recompensa, la risa, el placer y la adicción.
Por último, la información puede pasar a los lóbulos prefrontales (LPF) donde se
encuentran los bancos de memoria amplios.
Como se ha mencionado, la comprensión y el estudio de cómo funciona la
memoria no sería completo si no se mencionara la atención. Ésta es relevante de
mencionar ya que se entiende como la facultad que permite al humano detectar cambios
en el medio ambiente (MA); es la capacidad de la UCMM (unidad cuerpo cerebro mente)
para fijarse en un aspecto de la realidad y prescindir de los restantes. También puede ser
entendida como la expresión de la actividad del SARA.
Hay varios tipos de atención, pero a grandes rasgos se aprecian la espontánea y la
voluntaria. Sus nombres indican qué clase de estímulos es tenido en cuenta en cada
caso, es por eso que hay atención espontánea cuando un estímulo novedoso capta el
foco, por ej. un ruido inesperado en el aula. Dicha atención no requiere de esfuerzo y
pone al cuerpo en modo de supervivencia. El ruido, al fin y al cabo, puede ser una
amenaza y allí la información se enviaría al hipotálamo poniendo al cuerpo en estado de
alerta y monitoreo permanentemente de cada estímulo del MA. Ahora bien, dicho ruido
puede también hacer que la atención sólo se enfoque en ese sonido perturbador, y no en
el resto de los estímulos, en ese caso la atención estaría focalizada.
El siguiente tipo de atención es probablemente la que los docentes de cualquier
área quisieran lograr y desarrollar en cada alumno, la voluntaria. Como su nombre lo
indica, hay un deseo por mantener el foco en el estímulo, por ende, a diferencia de la
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atención espontánea, hay un gasto energético consciente alto. A su vez, la atención
voluntaria va variando en un mismo proceso de aprendizaje.
La atención selectiva se refiere a una resistencia a la distracción. De este modo, un
alumno puede seleccionar en qué concentrarse. También puede alternar su atención, y de
ese modo cambiar el foco. También puede dividir su atención en diferentes tareas, éste
es el caso del multitasking, donde se puede hacer foco en una lectura y además escuchar
una conversación ajena.
Como se ha mencionado anteriormente, la atención viene de la mano de la
memoria ya que la capacidad de centrar la atención es el paso previo al aprendizaje y la
memorización. Esta noción abre el paso a definir la memoria. La memoria es la capacidad
cerebral a través de la cual se nuestro el mundo interior (realidad interior) y se evalúa con
él la realidad exterior. Está conformada por la genética; la genética personal; el
aprendizaje familiar, social y contextual; y las experiencias personales y de vida de otros.
La memoria puede definirse de acuerdo a las nociones de tiempo y contenido. Con
respecto al tiempo puede ser inmediata – lo que puede recordarse mientras hay atención,
de corto plazo – varía de segundos a minutos, y días, de trabajo – mantiene activo lo que
se necesita para resolver una situación y se mezcla con nociones del banco de memoria
mas grande, intermedia – por ej. la que se necesita para hacer un examen, y de largo
plazo.
De acuerdo a la memoria por contenido, se aprecian la de procedimiento – guarda
esquemas que se realizan en acciones automáticas, cognitivas y motoras; luego está la
sensorial – que guarda registros sensoriales de breve duración, tales como la percepción
a través de los sentidos de un trueno o de un alfiler que pinche un dedo; y la declarativa –
que constituye el ‘saber qué’ que se desglosa en semántica y episódica. La primera se
refiere al campo conceptual de todos los datos archivados en el cerebro y la segunda son
detalles personales que pueden ser evocados reviviendo mentalmente el momento.
Dichas nociones de memoria y atención llevan a la importancia embestida en ellas
para lograr el aprendizaje. Hay diferentes tipos de aprendizaje: implícito / emocional: fácil
de recordar, con atención selectiva; y explícito / cognitivo, difícil de recordar, voluntario,
atención selectiva sostenida consciente.
Es momento de hacer una relación directa con los neurotransmisores que serán
grandes colaboradores para garantizar la atención ejecutiva y la memoria a largo plazo.
La atención ejecutiva muestra la actividad de los lóbulos prefrontales (LPF) encargados
de capacidades más elevadas del cerebro, las metas y las acciones planificadas.
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Si el SARA es activado a favor de lo que se desea enseñar la información pasará
del tálamo a zonas más elevadas del cerebro. Por ejemplo, puede llegar a la corteza
cingular anterior que ayuda a mantener la atención voluntaria por un tiempo prolongado.
También es importante porque es parte de los LPF y parte del sistema emocional.
De este modo, los docentes tienen el desafío de captar la atención de los alumnos,
estimularlos para activar los neurotransmisores (NT) adecuados que propiecen la entrada
de la información a zonas más elevadas del cerebro y poder llegar a la memoria a largo
plazo.
Los estímulos novedosos y atractivos activan un NT llamado dopamina. Este NT
interviene en la motivación y entusiasmo. Los niveles adecuados en el espacio de
aprendizaje garantizan la atención y memorización de los conocimientos. La dopamina
también genera un circuito anticipatorio, por lo cual la UCCM se anticipa a considerar que
si algo fue atractivo lo volverá a ser la próxima vez. De esta manera si el lugar de estudio
es considerado por el alumno como seguro y agradable puede ser atractivo para el
estudio. Acrecientan la dopamina el movimiento físico, las conexiones del saber con
intereses personales, el contacto social, la música, la novedad, el sentido del logro, la
recompensa personal, la iniciativa, el juego y el humor. El alumno, así, se siente más
optimista.
La seguridad que le provoca al estudiante un MA atractivo y a favor del estudio
genera a su vez otro NT llamado serotonina. Este NT provoca un estado de calma y
serenidad.
Por último, los estímulos atractivos unidos a propuestas de actividades que
impliquen hacer y ponerse en acción, encienden el NT llamado noradrenalina que
contribuye a aumentar los niveles de energía y memoria.
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De este modo, si el docente logra captar la atención y activa los LPF, integra y
repasa toda la información el hipocampo trabajará llevando toda la información a la
corteza para pasar de la memoria de corto plazo, a la intermedia y finalmente a la de
largo.
Antes de ejemplificar qué actividades se pueden armar en el aula para estimular a
los NT y propiciar el aprendizaje, es relevante retomar el tema de las fuerzas de placer y
dolor mencionados en el comienzo del trabajo que llevarán a la creación de
neurofusiones. Cada vez que experimentamos dolor o placer, el cerebro emocional
buscará la causa que lo ha producido y lo registrará en la memoria creando
neurofusiones. Estas fusiones son conexiones físicas entre las neuronas del cerebro.
Cuanto mayor sea la emoción que produzca un estimulo, mayor será el grado de
neurofusión por el mayor nivel de liberación de NT que grabaran en la memoria el
estímulo y la respuesta que produzcan.
Para finalizar, un docente debe primero, para intentar garantizar la asimilación de
los conceptos, procurar crear un medio ambiente limpio, ordenado, seguro y placentero,
donde abunden estímulos atractivos que apunten a los 5 sentidos (colores varios, posters
en las paredes propios y/o hechos por los propios alumnos). Luego, apelar a diversos
modos de dar y repetir la información para captar la atención, tales como mostrar videos,
sorprender, traer novedades, cambiar el tono de voz a lo largo de la clase, apelar al
humor, al movimiento, a la participación activa de los alumnos a través de actividades
varias y juegos, respetando los estilos personales de cada uno una vez que se llegan a
conocer. De este modo, la alegría y novedad de un juego producirá dopamina, la
seguridad del ambiente serotonina y si ha tenido el alumno que participar haciendo algo
se liberará la noradrenalina. Estos NT generan emociones que a su vez formarán
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neurofusiones. Estas últimas serán las encargadas de dejar 'marcas' en el cerebro que
propiciarán a la memoria a largo plazo de los conocimientos. Dicho está de más que el
docente debe ser para el alumno una figura amena, empática y que genere confianza.
Aquí yace la noble tarea de los educadores.
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