Enrique Krauze y el ogro filantrópico

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Enrique Krauze y el ogro filantrópico
Noé Hernández Cortez
noe.hernandez@flacso.edu.mx
Uno de los ensayos más penetrantes sobre la democracia en México fue publicado hace
treinta años: Por una democracia sin adjetivos de Enrique Krauze. Los lectores en 1984,
fecha de publicación del ensayo en la memorable revista Vuelta, éramos una minoría que
creíamos en las formas democráticas, frente a un sistema de partido hegemónico
autoritario como lo fue y es el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Los actuales
diques de contención del PRI han sido los propios ciudadanos y las presiones de los
movimientos sociales. En ese ensayo Krauze -después del bello epígrafe del poeta
Coleridge- la palabra que pronuncia es la de agravio. Agravio que hasta nuestros días el
Estado mexicano, con más fuerza que nunca, se ha manifestado por su ausencia en el
estado de derecho. El agravio por la violación sistemática de los derechos humanos por
parte del ejército mexicano y por la ausencia estatal (por omisión) en la protección física y
legal de los ciudadanos. A ese Estado mexicano Krauze le tiende las manos para recibir el
reconocimiento, por un ensayo escrito por un joven crítico e independiente. Quienes
leímos la revista Vuelta en la década de los ochenta, me atrevería a decir, quienes nos
educamos en la revista, ahora observamos perplejos como uno de sus herederos recibe
del ogro filantrópico las dádivas de las que habló el poeta Octavio Paz. En la década de los
ochenta leí la bella novela de Czeslaw Milosz, El poder cambia de manos, en ella el
profesor Gil, historiador, refugiado en la traducción de Tucídides contempla con asombro
cómo el poder cambia de manos para ser el mismo, Krauze no lo entiende así. Me
reconforta saber que el poeta Aurelio Asiain, entrañable editor de la revista Vuelta, que
ahora radica en Japón, siga manteniendo una independencia moral con respecto al poder.
Como una vez expresó Salvador Elizondo: salí de mi casa para ver que el mundo había
cambiado.
Ciudad Ixtepec, Oaxaca, a 26 de febrero de 2014
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