Resultados de las evaluaciones sociales para apoyar la certificación FSC en Bulgaria Uno de los primeros pasos al preparar la certificación FSC® es realizar evaluaciones sociales para determinar quiénes son los actores forestales interesados y afectados, cuáles son sus retos clave (en términos del manejo forestal) y cómo habrán de abordarse estas cuestiones. Esto es precisamente lo que el equipo de WWF emprendió a finales de 2015 cuando llevó a cabo evaluaciones FSC® en las ocho UMFs. Se realizaron entrevistas a distintos actores sociales, incluyendo alcaldes de aldeas locales, directores de algunas de las UMFs, madereros, asociaciones de turismo, propietarios privados y cazadores. A continuación presentamos algunos de los hallazgos clave. Primero, las buenas noticias En general, las UMFs atienden las inquietudes y necesidades básicas de la población local. No se restringe el acceso al bosque (incluyendo para la recolección de productos forestales no maderables y actividades de caza), las demandas de leña están satisfechas (a pesar de algunos retrasos en ciertos lugares), las áreas de pastoreo se coordinan adecuadamente y se respeta la propiedad privada. Los silvicultores tienen una gran presencia entre la comunidad local y se les respeta; no obstante, tienen que ser más proactivos en sus comunicaciones con los distintos actores sociales. Se requiere también una comunicación más frecuente entre cazadores, madereros, comunidades locales, operadores turísticos, etc. La sociedad está cada vez más consciente del papel que desempeñan los bosques para asegurar aire limpio, agua pura, una diversidad biológica preservada, etc. Hoy en día se vigila más de cerca lo que silvicultores y madereros hacen en el terreno y esto es un buen presagio para procesos de manejo incluyentes y abiertos. Áreas de preocupación En general hay escaso conocimiento y comprensión del FSC® en esta región. De hecho, muchos actores sociales ni siquiera sabían que sus UMFs estaban en proceso de prepararse para la certificación FSC®. Aquellos informados tienen percepciones encontradas acerca del esquema de certificación. Para algunas empresas madereras, la naturaleza involuntaria del proceso de certificación por parte del gobierno, resulta problemática. No obstante, algunos señalaron que desde que obtuvieron la certificación FSC han logrado una “mejor imagen” y esto ha atraído a nuevos clientes de otros países de la UE. Un asunto que surgió durante las entrevistas a actores sociales es que cuando hay quejas (por ej., debido a caminos dañados por las operaciones de extracción de madera), las unidades silvícolas tienden a trasladar a sus sub-contratistas, sus responsabilidades para resolver la cuestión y se mantienen como simples observadores, en lugar de asumir el papel de líderes tal y como lo exige el FSC®. Las tendencias demográficas negativas (despoblación de aldeas) están teniendo un impacto en la disponibilidad de trabajadores forestales, lo cual, a su vez, afecta la implementación exitosa de planes de manejo forestal. El FSC® está apuntalado por tres pilares fundamentales, a saber: la idoneidad ambiental, el beneficio social y la viabilidad económica.