PALABRAS DEL JEFE DEL ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJÉRCITO CON MOTIVO DE LA PUESTA EN FUNCIONES DEL SUBJEFE DEL ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJÉRCITO Estos son días de emociones intensas. Me toca presidir las primeras ceremonias como Jefe del Ejército para despedir a camaradas por quienes siento un profundo respeto. Hoy, en particular, la institución presenta su gratitud y reconocimiento al general de División Gustavo Jorge Luis Motta, subjefe de la fuerza: hombre de una energía imparable, soldado leal y optimista irreversible, un real, criterioso, un trabajador y un caballero. El honor de su último cargo es producto de cuatro décadas de trabajo comprometido, sin contar el aprendizaje en el Liceo Militar General San Martín, en el Batallón de Ingenieros de Combate 101 en 1979, y siguió adelante impulsado por una vocación siempre joven y por ese espíritu de aprendizaje y superación constantes que marcan su personalidad. Es bueno llegar a esta etapa de la vida sabiendo que se cuenta con la estima y admiración de los pares. Mi General: de usted todos decimos que es un soldado de valores firmes, honesto y de probada eficacia para llegar a los objetivos más complejos… Tuve el placer de recibir un batallón luego de dos años, antes de ser comandado por él, en perfectas condiciones. Elisa, Nicolás, Ignacio y Guillermina: gracias en nombre del Ejército por ser una familia presente en las distintas circunstancias de esta vida militar; una vida imposible de transitar en plenitud si los más cercanos no ponen en ella su corazón. Mi General… Los años que ha consagrado al servicio de la nación y a la defensa de la patria son, en definitiva, su vida misma. 1 A partir de hoy esperamos su cercanía y su consejo, y en nombre de su querido Ejército le digo que ha cumplido con honor su deber al servicio de la patria y me permito felicitarlo y agradecerle una buena vida de soldado. ¡Muchas gracias mi General! Al general Santiago Ferreyra, compañero, amigo y camarada de la promoción 112 a quien conozco desde hace mucho tiempo, expreso mi confianza y agradecimiento por aceptar el comando, y la certeza de que trabajaremos cohesionados y en equipo por el bien del Ejército Argentino. El desafío es cumplir con la misión y buscar, en acciones concretas, la mejor calidad de vida y el bienestar de nuestro personal. Para ello, se exigirá de nosotros firmeza en la toma de decisiones, pero también la apertura necesaria para ser receptivos ante las visiones de nuestros subalternos… Confío en que sus maneras llanas, su humildad, experiencia y espíritu sean los atributos diferenciales que nos permitan obtener una perspectiva amplia y realista de la problemática institucional y así avanzar hacia nuevos y superadores objetivos. Adriana, querido Santiago, espero que podamos lograr, sin prisa pero sin pausa, que el Ejército Argentino esté al servicio de la fuerza operativa. Felicitaciones y gracias a Adriana e hijos de antemano por los sacrificios que vendrán. Finalmente, invoco a Dios nuestro Señor y a la santísima Virgen para que sigan guiando y protegiendo nuestro trabajo en cumplimiento de la misión. Estado Mayor General del Ejército… ¡Subordinación y valor! ¡Viva la patria! 2