Año XIV Islúm.3906, ^S SetiemlÉf .1874. ^l-: *H6CI0S DE SÜSCRICIO» EH CiBTáGEIÍA. Tj?inriestr>e. . . . 34. FUERA DE ELLA Triiiiesítr'e.. . PBECIOS DE SDSCIICION E l CiBTiGEKi. ECO rs. CARTAGENA lULSTRADA TrlTíiestre. 3 8 r s . Fuerald. . . 34- t 30. DE CARtAGENA. NÚMEROS SUELTOS I>EL ECO UN REAL. P u n t o s de NÚMEROS SUELTOS de Cartagena Ilustrada 2 ra suscricion. Madrid y Provincias (SEt>ÜNDÁ" ÉPOGA^:) J_iiberato M o n t e l l s , M a y o r 2 4 . í^ Lunes 28 dé Setiembre. ' • B Ü ^ - * — . . — . — . , —j—I-—^^ . • -r" Coütiuúan afluyendo á e s t a j ^ d a d c r e o i d i s i m o n ú i á e r o de ^'^ilias de los p u e b l o s de l a poviuoia y e s p e c i a l m e n t e d e p Capital, q u e v i e n e n a g u a r e . ?^ae con m o t i v o d e l a iftva\}^^ carlista que por varios i^'^ntos a m e n a z a . T e n e m o s t í a ^ ^ í d a d e r o s e n t i m i e n t o en v e r •-.^frir t a n t a s p e r s o n a s los s i n I JJ'^ores de u n a e m i g r a c i ó n for'^^^, que c o n o c e m o s b a s t a n t e , . ^ q u e a c a b a m o s d e espieriC^íitarla. P o r e s t a p o d e r o s a íj^on y s o b r e todo, poirqüeños ' 7^iitiücamosinstintfV&,inélite' ' W ^ * d e s g r a c i a , ateinitífeiíüés •?* Pueblo, n t l é s t r a á ' m b r á d a f e i ' ^ e s t r o s brazos á tbdós'el 2*® «n ellos v e n g a á aítóp'árarv^' E s t a m o s s e g u r o s d e ' ^ ^ é e l l^^blo de C a r t a g e n a , ' s i e m p r e ^í^ noble y t a n g e n e r o s o , , p r o ^?ará, p o r c u a n t o s m e d i o s e a V ^ á su alcance, mitigar las ^ . ^ a l i d a d e s d e los e m i g r a d o s , m i l i t a n d o de l a m a n e r a q u e ^ ^ e r l o s a b e , c u a n t o de l a p o jjj^^ion e n g e n e r a l ó de s u s p o s^^dres individualníientede.***ida. ^ T A S DE UN DESOCUPADO. ^ AC.4NDID0. \i^^ lo que dije en mi anterior, ha- ^ ^divinado que, en Prusia, se ha .j^^l^eiidido perfectamente io que i^*!^ llaman ejército nacional debe í ijj, ^}^ todo compuesto de partes arlUj^j^s y apropiadas, yquesupri{^j^'^^áíléfr una de ellas vate tanto Ifjj^j^^o arruinar el edificio ó conver|l^^/le útil en perjudicial. Cuando jí^^^'fie á jóvenes de carrera lite-^ jp^^^^ hijos de familia que ócu(4j,j''^,''* posición elevada en la injí^^.''**»en el comercio ó eoti*bÍós U e J ^ ^ . y propietarios, adóMádos i •*» instrucción í^gtilar y una educación esmerada, que vayan personalmente al servicio de las armas y que sirvan contra su voluntad y en categorías inferiores, los oficiales que los mandan han de contar con algo mas que con el rigor de la ordenanza para hacerse obedecer y respetar. Por esto allí se ha procurado que el asceuditiute'que el oficial tiene sobre la tropa se deba, mas que á otra cosa, á a superioridad de su inteligencia, dé sú instrucción y del rango social. ¿Procuraron lo mismo nuestros íegíéladoreS al implantar en España ti principio fundamental del sistema prusiano? ¿La oficialidad española de todas las armas y de todas categorías reunía ' aí|üéUas condiciones de supeirioridad q'üé'dfebia darfes^érsTscenáieiiie moral necesario ¿obre los nuevos re' cíútas salidos de las clas«g alta y ' myia'de'ía'sbciedad española? Sa' bemó's la'esc'áhdarosa facilidad con !que,'de klgühós años á'esta parte, 'se'ha éntradoí y'ascendido en la ' cárirera mifitur, y conocido ol criterio que ha presidido á los nombra' miéñtos, ascensos, viiéltáá al' servi' ció desde la revolución de setieraI bre, es escudado, es inútil contestar ' á esla pregunta. Insisto, püés, én que si el ejército 'no hade ser un elemento constan*te de perturbación en nuestro pais, 'un instrumentoá disposición de las 'ambiciones políticas y de las pasio'nes personalos, es necesario de tofda necesidad que se acuda á la réviWoQ de las hojas de servicio y se lleve á cabo con estricta justicia y |c9mpleta energía. Pero yo quiero mas; yo quiero ique el ejército sea no solo el brazo de la justicia, el sosten del orden y *la garantía de nuestra independen'cia hácionál; ambiciono que se conVieirta en esdueía donde nuestra juVéhtúd Vaya a adquirir ó á reforzar kii valor, su constanqia, su energía, feu disciplina, su fortaleza para rewstir las fatigas y resistir las privaVaciones. k*ara eáto ya comprendes hue se necesita algo mas que la revisioií de jas hojas de servicio; se hecesít^ entrar de lleno en el sistema prusiano; hacer déla carrera de l a c a s a SAAVEDRA. militar una carrera de difícil accelos siete años, que ya hemos also y de difícil ascenso, a la .cual no canzado, nos sucedió un caso parepuedan pretender sino hombres de cido. Verdad es que era una guerra cualidades verdaderamente superiofratricida, una guerra en que los hires. jos de una misma patria desgarCuando el cuerpo de oficiales tenraban sañudos, viriles, el seno de su ga adquirida fama de ser congregapobre madre; pero en medio del doción y reunión de personas escogilor que esto causaba, impresionado das, á quienes el espíritu de cuerpo el ánimo de un testigo indiferente mantiene, como en Prusia, en conante aquellos espectáculos de san-diciones de completa respetabiligre y ruina, había de reconocer en dad, cuando el soldado mas instruiuno y otro Campo fé, valor, perdo, naejor educado y rigurosamente severancia abnegación y notable pundonoroso sepa que no es modesinterés en la masa de los parralmente superior ni ásu alférez, y tidos. que como nuevo en la carrera y. Compara aquello con lo que ahopoco versado en los estudios militara estamos viendo; compara aquel res, le es en realidad inferieren esta materia, será posible lo que yo modesto, con estas bravatas ridicudcaoo, ye*» habrán vencido las prin- las, estos triunfos imaginarios ó cipales repugnaricias que ahora exiscarnavalescos que, salvo honrosas ten en Fas íafnilias para que los jóescepcíones, ha producido nuestra venes vayan al servició de las artercera guerra civil. Yo no quiero la guerra: no hay sacrificio humano que yo no hiciera Te estrañaratal vez que yo haga por alejarla de nuestro suelo: exisincápié en esta cuestión é insista ten mil testigos de que publica y pritanto sobre este asunto. Cree que vadamente, empleando todos los reno me mueven á ello ni mis antece • cursos que me ha sugerido mi imaáéhtes ele familia, ni mis aficiones de toda la vida. Aconséjame esta in- ginación, he procurado, desde mi humilde esfera de acción, evitar essistencia el estudio de los males de tagran calamidad; pero ya que ella la patria y los síntomas fatales de ha sido inevitable, te confesaré que su actual postración. me impresiona mas que sus estraHa'dicho un poeta alemán—y el gos el estado de rebajamionto moral dicho y el poeta son bástante conoque ella revela en nuestra joven gecidos—que la ultima virtud que neración. Conservan los pueblos es el valor Durante la guerra de la Indepenmilitar. Pues bien, dime en confiandencia questras universidades dieza de nuestro afligido patriotismo, ron oficiales y hasta soldados así al ¿crees tú que la generación actual ejército regular como á los cuerpos conserva esta yiríud!? ¿Lo que estafrancos de todas l ^ provincias de mos viendo desde la guerra de ÁfriEspaiia: los hijos déla nobleza dieca hasta hoy no te hace temer que ron ó siguieron el ejemplo de, este ' nuestra pobre España haya perdido movimiento patriótico. Éln la guerbástalo que el poeta llama última ra civil de los siete años vimos i^na virtud de los pueblos caídos? cosa parecida; no ya los jóvenes sino Muy postrada, muy empobrecida también los niños participaban del y hasta muy despreciada se hallaba entusiasmo y del ardor guerrero de la España en 1808; no obstante, no los hombres de todas edades. Comíe faltó aquella virtud de que te para aquello con lo que hemos visto estaba hablando, pues toda la geahora; compara aquel afán hasta imprudente por batirse cop el enemigo neración en masa acudía ^voluncon esta prudentísima tenacidad en taria y con ardimiento á correr los viajar per ferro-carriles y no salir peligros de una guerra sin igual, de los puntos fortificados, y eete asen que todas las probabilidades co por las balas, las fatigas y las pride triunifo estaban á favíjrdel enevaciones. migo de la patria. En la guerra de