Diagnóstico a primera vista María del Carmen Toribio Gonzáleza y Eva Galnares Garcíab ªServicio de Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud Dobra. Torrelavega. Cantabria. b Servicio de Enfermería. Centro de Salud Dobra. Torrelavega. Cantabria. España. Caso clínico Varón de 46 años, dislipémico, sin alergias medicamentosas, ni atopias conocidas. Acude a consulta por erupción cutánea pruriginosa y dolorosa, en brazo y zona intercostal derecha, anterior y posterior, sin sobrepasar la línea media. Se acompaña de dolor intenso en el hombro derecho, que precedió en 3-4 días a la lesión de la piel, y que se trató con antiinflamatorios no esteroideos y analgésicos intramusculares. No refiere fiebre, exposición solar prolongada, ni contacto con plantas en días previos. En la exploración, se observan lesiones pustulosas agrupadas en racimos (fig. 1), sobre una zona de piel enrojecida, que se extiende por dermatomas D2, D3, D4 en el lado derecho del tronco (fig. 2). No hay impetiginación de las lesiones. Hay movilidad del hombro conservada, aunque dolorosa. Figura 1. Figura 2. Con los datos clínicos expuestos y a la vista de las imágenes, ¿por qué diagnóstico se inclinaría? – Infección bacteriana localizada. Comentario El herpes zóster es el resultado de la reactivación del virus varicela-zóster en el interior de los ganglios sensoriales, donde ha permanecido latente desde la primoinfección por varicela. La aparición del herpes zóster se correlaciona con la disminución de la inmunidad de tipo celular frente al virus; por ello, la frecuencia aumenta con la edad y en individuos inmunodeprimidos: pacientes sometidos a trasplante de órganos, neoplasias malignas o pacientes de sida. Sin embargo, la aparición de un herpes zóster en un individuo sano no presupone la existencia de una neoplasia interna. El primer síntoma suele ser el dolor y las parestesias en el dermatoma afectado. Estas molestias preceden durante varios días a la erupción, aunque también pueden estar ausentes. La distribución de la erupción cutánea es, casi siempre, unilateral, no supera la línea media, se limita al área de la piel inervada por el ganglio sensorial afectado, y puede afectar entre uno y 3 dermatomas. Las lesiones se inician como máculas y pápulas eritematosas, sobre las que rápidamente aparecen vesículas que evolucionan a pústulas al tercer día de erupción. A los 7-10 días, aparecen las costras que, en general, persisten du- – Herpes zóster. – Fitofotodermatosis. rante 2-3 semanas. Las lesiones se acompañan con frecuencia de linfoadenopatías regionales. El dolor suele desaparecer en cuanto se desprenden las costras. La neuralgia postherpética es una complicación del herpes zóster y las posibilidades aumentan con la edad. Suele remitir de forma espontánea entre uno y 6 meses después de la erupción. El tratamiento del herpes zóster se realiza con fármacos antivirales (brivudina, aciclovir, valaciclovir, famciclovir), pero no siempre es necesario tratarlo, ya que se resuelve espontáneamente en unos 7 días. Se indica principalmente en pacientes inmunodeprimidos, por el riesgo de diseminación del virus a otros órganos, y en mayores de 50 años, para disminuir la posibilidad de desarrollar neuralgia postherpética. El tratamiento debe iniciarse en las primeras 72 h desde el inicio de las vesículas, y se debe evitar la sobreinfección de las lesiones mediante el uso de antisépticos tópicos. El herpes zóster es una enfermedad contagiosa, y durante su duración debe evitarse el contacto, especialmente con inmunodeprimidos y embarazadas. J Diagnóstico: JANO 17-23 DE OCTUBRE DE 2008. N.º 1.711 10diag00312herpes.indd 1 . Herpes zóster intercostal. – Dermatitis de contacto. www.jano.es 103 09/10/2008 15:20:40