María Alejandra Hernández A Luisa Fernanda Ortiz Q Laura Lozano Frías Daniela Linares ¿DESCONTENTO POPULAR HACIA LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS EN AMÉRICA LATINA? El contexto en el cual se encuentra inmersa América Latina se puede analizar desde tres aspectos fundamentales: 1. América Latina en el actual orden internacional: Brasil es visto como potencia económica, se presentan reformas constitucionales en varios países de la región, hay nuevas iniciativas de integración regional; 2. La economía latinoamericana en el mundo y 3. Balance político – electoral en América Latina. Aunque no es posible generalizar, porque cada país constituye una realidad diferente al resto de los países latinoamericanos, es necesario profundizar en los aspectos que nos llevan a pensar en un descontento generalizado. La hipótesis sobre el descontento popular hacia los gobiernos democráticos en América Latina será estudiado desde tres motivadores principalmente: La demografía, los problemas económicos y la confianza en las instituciones políticas. De allí, se desprenderán variables indispensables para entender cómo las tendencias afectan la percepción de los modelos democráticos en el subcontinente. Lo que se ha planteado como descontento provienen de un análisis realizado con base en el Informe del Latinobarómetro, “un estudio de opinión pública que aplica anualmente alrededor de 19.000 entrevistas en 18 países de América Latina representando a más de 400 millones de habitantes”; y el libro de Jose Manuel Vergara, Seguridad Democrática para las Américas, Seguridad requerida. Con dichos documentos pudimos concluir que hay un efectivo descontento en la sociedad latinoamericana, debido a la incapacidad del Estado para mejorar las vidas de los ciudadanos y de protegerlos de la violencia. A pesar de ello, la población cumple con requisitos propios de la democracia y la prefiere sobre otros regímenes. Para efectos de este análisis es fundamental revisar el Informe del Latinobarómetro 2011 (Gráfica 1), la encuesta muestra una disminución de cinco puntos porcentuales en el tema de la satisfacción con la democracia. Esta disminución es importante por el contexto que se desarrolla en 2011 (procesos electorales y populismos radicales), ya que veníamos de una satisfacción constante durante los dos últimos años. Así mismo, disminuye el número de encuestados que apoyan a la democracia, es decir que la prefieren sobre otros regímenes. (Gráfica 2). Confirmado el descontento, es necesario ver cuáles son los motivadores y cómo el cambio de tendencia resulta una oportunidad, amenaza, debilidad o fortaleza para el sentimiento hacia la democracia en América Latina. 1. La demografía Las grandes transformaciones sociales y económicas que tuvieron lugar en América Latina y el Caribe durante las décadas de 1960 y 1970 mejoraron las condiciones de vida de la población y ejercieron cambios importantes en el perfil demográfico de los países. En efecto, la tasa de crecimiento poblacional desciende y los cambios en la estructura por edades de la población se acentuaron. Estos cambios demográficos tienen relación con los cambios socioeconómicos que se dan en la región, la explicación de esta relación se denomina proceso de transición demográfica. A su vez los cambios demográficos tienen incidencia en el ámbito político y en la estabilidad política de la región. Una de las tendencias demográficas mas notorias es la masiva disminución en la fertilidad en cada país de la región (grafico 3) La Tasa Total de Fertilidad entendida como el promedio de nacimiento por mujer en determinado tiempo de vida. Esta tasa ha disminuido de 6 a 2.5 a lo largo de las últimas décadas. En algunos países la TTF ha disminuido de manera dramática en un periodo mas corto, como es el caso de México donde la TTF cayó casi dos tercios en 30 años, de 6.6 en 1970-1975 a 2.4 en 2002-2005. Al comienzo, la disminución de la fecundidad conlleva un rápido descenso en la proporción de personas menores de 15 años, un leve incremento en la de personas de 65 años y más y una marcada expansión de la población en edad laboral (15 a 64 años); por lo tanto, la tasa de dependencia tiende a disminuir. En una fase posterior, el porcentaje de niños y adolescentes tiende a estabilizarse mientras que el porcentaje de mayores aumenta de manera significativa; consecuentemente, la tasa de dependencia comienza a aumentar. Así, como muestra el (gráfico 4), el perfil de este indicador de dependencia a lo largo del tiempo adquiere forma de U. El aspecto positivo de la disminución de la tasa de fecundidad radica en que una familia pequeña disfruta de mejores condiciones sociales y economicas, pero el negativo es que esta disminución ha generado desintegración en la estructura tradicional de la familia, dando paso a familias subatómicas, las cuales no responden al principio de “la familia como núcleo de la sociedad” dejando vulnerables a los jóvenes aumentando la violencia y la inseguridad. La familia es el primer medio de socialización, allí se aprenden valores comunitarios, debido a esta transformación en la estructura familiar y sumandole que en muchas areas los gobiernos no proporcionan otros medios de socialización como las escuelas, y la economía no crea empleos, esto conlleva a la formación de legiones de hombres jovenes sin empleo y sin socialización. Estos jovenes sun un foco de descontento y una oportunidad para el llamado de los movimientos y lideres autoritarios. A su vez estos jovenes generan un riesgo cada vez mayor para la duración de la democracia en el tiempo. La evidencia reciente proporcionada por censos y encuestas especializadas sugiere que la fecundidad adolescente aumentó en los últimos años en la mayoría de los países, en particular entre las menores de 18 años (Rodríguez, 2005b, CEPAL, 2004; CEPAL-OIJ, 2004). Las proyecciones de la División de Población de las Naciones Unidas a escala regional muestran que entre 1971 y 1998 la tasa global de fecundidad de América Latina y el Caribe cayó de 4,6 a 2,8, mientras que la fecundidad adolescente se mantuvo virtualmente estable (86 por mil en 1971 y 83 por mil en 1998). Esta estabilidad, y aumento en algunos países, de la fecundidad adolescente es una tendencia preocupante, porque la maternidad antes de los 20 años, y con mayor razón antes de los 18, tiene adversidades para padres e hijos, como por ejemplo; la reproducción temprana se asocia con deserción escolar sin favorecer el ingreso de las muchachas al mercado de trabajo, ya que la gran mayoría de las madres adolescentes se dedica a actividades domésticas, entre otros problemas. (Grafico 5) El proceso de transición demográfica que ha tenido lugar en América Latina en las últimas décadas ha modificado el perfil de los países de la región. La heterogeneidad en este aspecto implica diferencias en el crecimiento y la estructura por edades de la población, que a su vez inciden en el tipo y la magnitud de los problemas que los países deberán encarar en las próximas décadas. Pueblos indígenas Los pueblos indígenas son un factor clave a analizar en Latinoamérica por su titánica proporción; según la UNICEF esta región cuenta con 522 pueblos indígenas a lo largo de todo su territorio; Según los censos oficiales elaborados entre 2000 y 2008, el total de población indígena identificada en América Latina es de 28.858.580, mientras que en Latinoamérica habitan 479.824.248, en la mayoría de países latinoamericanos la población indígena va del 3% al 10% del total de ciudadanos. “México, Bolivia, Guatemala, Perú y Colombia reúnen al 87% de indígenas de América Latina y el Caribe, con una población que se sitúa entre un máximo de 9.500.000 (México) y un mínimo de 1.300.000 habitantes (Colombia). El restante 13% de población indígena reside en 20 Estados distintos.” En la gráfica 6 del anexo “Pueblos Indígenas” compara la población indígena en América Latina, con lo cual se confirma que Ecuador, Bolivia, Guatemala, Perú y México son los países con mayor proporción de población indígena en la región. Por lo cual será en estos países especialmente donde los motivadores de descontento para esta población podrían convertirse en detonantes para amenazar realmente la estabilidad política. La gráfica 7 por su parte muestra la población total y la población indígena dentro de la misma de 10 países latinoamericanos, evidenciando así que en muchos países de la región la población indígena es de importancia mayúscula y que los 5 países mencionados en el párrafo anterior son los principales posibles amenazados por un posible descontento de la población indígena. El rápido e incesante movimiento de gente de áreas rurales a las ciudades en América Latina ha generado que esta región sea en la actualidad una de las más urbanizadas del mundo; este fenómeno ha afectado de manera profunda a las poblaciones indígenas que se encuentran en cada país, ya que muchas están siendo desplazadas a las ciudades y arrancándolas así de sus raíces y territorios tradicionales. A la hora de estudiar y vigilar las condiciones de vida de esta población los esfuerzos ya no pueden concentrarse en el ámbito rural pues se estará dejando de lado a una importante parte de sus miembros; si bien el estar en la ciudad facilita el acceso a los servicios públicos, este sector de la población al migrar suele asentarse en zonas marginales de la sección urbana donde escasean estos servicios como salud, educación, electricidad, etc. Por lo cual no se sienten atendidos ni protegidos por su gobierno. En la población urbana de Latinoamérica ya existe un porcentaje significativo de indígenas (ver Gráfica 8); Guatemala, Brasil, Bolivia y Chile son los países con una titánica cantidad de población indígena en la ciudad y que dado un posible levantamiento de estos en esta área del país serían los más débiles para afrontarlo, en este caso Ecuador no se evidencia con mayor riesgo, sin embargo fue en este país donde se presenció un golpe de Estado en el año 2000 por parte de la Confederación de Nacionales Indígenas de Ecuador. Por otro lado según el Informe del Latinobarómetro del 2011 (el cual define el ser indígena como una raza en particular) establece que el 20% de la región se siente discriminado por algún motivo, de un total de 100 ciudadanos 45 se siente discriminado (Gráfica 9); y es alarmante la cantidad de ciudadanos que se sienten discriminados por raza (Gráfica 10) lo que eleva el malestar general de la sociedad respecto de la política y la economía. La discriminación por raza es un problema mayoritario en Brasil, México República Dominicana, Guatemala y hasta Perú. Es necesario resaltar en este sentido que el 9% de la población que dice sentirse discriminada por raza se consideran pertenecientes a la población indígena (Gráfica 11), sin embargo los datos arrojan un mayor índice de discriminación por motivos de color de piel. Por último y para que no quede duda de que existe descontento hacia la democracia en relación a lo anterior podemos evidenciar como los latinoamericanos expresan que las democracias solo protegen la igualdad de oportunidades sin importar el lugar de origen en la mitad de lo que se esperaría. Ver Gráfica 12. Como afirman José Manuel Vergara y Roy Godson los pueblos indígenas han sido históricamente marginados tanto política como económicamente y esto se convierte en una oportunidad para los lideres oportunistas y fuerzas que buscan desestabilizar el gobierno democrático, es por ello que los gobiernos democráticos de las Américas deben prestar mucha más atención e interés en esta población para convertir este posible riesgo a la estabilidad política en una oportunidad de maximizar el apoyo a la Democracia; para ello ( tal como afirma el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)) es necesario contar con información demográfica y censal actualizada sobre los pueblos indígenas para así poder implementar mejores políticas públicas y llevar a cabo una distribución más equitativa de los recursos del Estado, es vital mejorar los censos ( por ejemplo las categorías y preguntas para identificar esta población son muy dispares) de esta forma se podría prestar a los indígenas la atención debida y evitar la subrepresentación que a menudo sufren. 2. Problemas económicos. El desempeño económico está en el mejor de los últimos 30 años. Según la CEPAL “La actividad económica de América Latina y el Caribe en 2012 que resultó de la interacción entre el deterioro de la economía mundial, el patrón de especialización de la región y las políticas que se aplicaron evidenció en 2012 cierta resiliencia para enfrentar choques de origen externo. En particular, se registró un crecimiento del PIB de la región (3,1%) mayor que el crecimiento mundial (2,2%)”. Por su lado, el latinobarómetro dice que “aumenta la “buena” situación económica de 17% a 18% y disminuye la “mala” en un punto porcentual de 35% a 34% entre 2010 y 2011. La mala situación económica había disminuido cinco puntos porcentuales entre 2009 y 2010, mientras entre 2010 y 2011 disminuye solo un punto. Es decir, la velocidad de mejoramiento disminuye considerablemente entre 2010 y 2011 (Gráfica 13) Sin embargo este crecimiento no ha generado empleo ni ha mejorado las condiciones de vida de los ciudadanos. Por tanto, los problemas económicos resultan una debilidad para los sistemas democráticos, ya que luego de las reformas estructurales de los años ochenta, los resultados efectivos de esas reformas no son evidentes. Así, el descontento se generaliza a partir de la brecha de distribución del ingreso (Gráfica 14). Por ejemplo, en Honduras y Brasil, donde el apoyo a la democracia disminuyo sustancialmente, también se aprecia una disminución en la percepción de la distribución del ingreso. En la Gráfica 15 encontramos que son los problemas económicos los que más importan a los ciudadanos, el desempleo ocupa el número dos en la lista de problemas más importantes. Aunque, la CEPAL informó que “la tasa de desempleo urbano descendió de 7,3% en 2010 a 6,7% en 2011, niveles no vistos desde comienzos de los años 1990”. En este sentido, los resultados no son evidentes aún y es muy probable que se consiga trabajo, pero bajo figuras no formales o no decentes. Esto resulta una amenaza, porque si bien mejoran las cifras de desempleo, la condición de vida de los ciudadanos continúa igual. (Gráfica 16). La corrupción Es evidente que desde hace décadas la percepción de Latinoamérica es de una región con altos índices de corrupción; países como México y Venezuela son calificados fuertemente en este aspecto por Transparencia Internacional. Sin embargo esto podría no ser un factor completamente amenazante para la estabilidad política de la región pues si bien es conocido que los ciudadanos perciben en sus gobiernos alta corrupción, también consideran en muchos casos que esta es necesaria para agilizar el sistema o que mientras se les brinde lo que necesitan un poco de corrupción no es tan preocupante como otros problemas sociales y económicos. Por otro lado el nacimiento de las FARC en Colombia fue en gran parte una respuesta al descontento frente a la corrupción del gobierno y este ha demostrado ser un actor amenazante para este país y aún más actual podemos evidenciar la situación de Venezuela frente a las recientes elecciones donde cientos de personas han muerto y es clara la posibilidad de un levantamiento peligroso de las masas. La percepción de la corrupción en la región se evidencia en la Gráfica 17 del nexo “corrupción”. La corrupción no se genera únicamente por parte de los funcionarios del gobierno, los ciudadanos también pueden ser protagonistas de prácticas corruptas y en este caso evidenciamos que la percepción de discriminación, la igualdad ante la ley, la exigencia de los derechos, la distribución de la riqueza, temas que se han desarrollado en el resto de esta investigación, inciden en la manera como los ciudadanos buscan “recompensas” a las desigualdades a través de lo que el informe del Latinbarómetro hace llamar el “fraude social”: En una escala de 1 a 10, América Latina se ubica en el 2,4 justificando evadir impuestos, comprar algo que sabía que era pirata, justificando simular estar enfermo para no ir a trabajar, y comprar algo que sabía que era robado. Aún más alarmante la población latinoamericana también justifica el saltarse procedimientos regulares para realizar trámites y compensar de alguna forma para obtener alguna cosa; en este sentido no consideramos la corrupción como un factor inmediatamente amenazante pues en la gran mayoría de ocasiones tanto pequeños como grandes actos de corrupción son considerados como “pagos de engrase” con los cuales se aumenta la eficiencia del sistema o el conseguir lo que cada quien quiere, sin embargo es un factor que de ninguna forma puede dejarse de lado pues también es sabido que va en aumento el porcentaje de la población que demanda como la corrupción enriquece a los más ricos y empobrece cada vez más a los pobres. Valdría la pena en este sentido analizar en cada país y en cada situación que tipo de corrupción se está dando por ejemplo con base a una categorización entre corrupción negra, gris y blanca; donde dependiendo de la percepción social de esta La corrupción negra (como seria alterar el resultado de una votación o robar cantidades alarmantes de las arcas públicas) sería la que obtiene el repudio de toda la sociedad, la gris sólo de una parte de los ciudadanos y la blanca (como podría ser el adquirir un producto pirata o mentir en el trabajo) es la generalmente admitida o consentida. De esta forma si se evidencia que son altos los índices de percepción de corrupción negra o gris la posibilidad de que el factor de corrupción como tal amenace la estabilidad política irá en aumento. Lo anterior lo podemos evidenciar en las gráficas 18, 19 y 20 del anexo en cuestión. 3. Disfunción política y Negligencia e incompetencia del Gobierno Existe una elevada percepción de la negligencia o incompetencia de los gobiernos en el latinobarómetro. Dicha incompetencia se relaciona con las crecientes desigualdades entre sectores pobres y las élites propias de cada país y el tema del abastecimiento de los servicios esenciales. Se analizaron dos indicadores en este aspecto: “¿Se gobierna para el bien de todo el pueblo?” y el “Índice de Satisfacción con los servicios Públicos”. Con respecto al primer indicador, para 2011 la cifra es desalentadora ya que para Latinoamérica el dato se ubica en un 26%, 7 puntos porcentuales por debajo del valor obtenido en 2009 y 4 puntos porcentuales por debajo del valor en 2010. 54% de los uruguayos afirmaron que están siendo gobernados para el bien de todo el pueblo, lo que ubica a este país en el primer lugar a diferencia de países como Honduras y Perú que alcanzan apenas un 15%. “Este dato apunta en la comprobación de la hipótesis de que los gobiernos elegidos en esta última ola de elecciones no están satisfaciendo las demandas a la velocidad que lo piden los pueblos” (Ver gráfico 21) Por su parte, el índice de satisfacción con los servicios públicos en Latinoamérica presentó para hospitales públicos y educación pública un aumento de un punto porcentual, ubicándose en 48% y 55% respectivamente. El análisis de este indicador lo consideramos de suma importancia pues la forma en “cómo el estado entrega sus servicios está directamente relacionado con la percepción de igualdad ante la ley que no es otra cosa que la capacidad de la democracia de entregar bienes políticos”. (Ver gráfico 22) La erosión en la confianza del público consiste principalmente en la confianza que depositan los ciudadanos en las instituciones. Para esto el latinobarómetro muestra que en 2011 la población confió más en instituciones como la Iglesia (68%), la radio (49%) y la televisión (48%) que en los propios partidos políticos (22%). (Ver gráfico 23) Esto nos lleva a hablar inevitablemente de otro de los factores que están generando un descontento con la democracia y es la erosión de los partidos políticos. Según el indicador de la “Cercanía hacia los partidos políticos” para 2011 un menor porcentaje de personas en Latinoamérica se siente cercana a un partido político. La cifra es de 44% versus 46% para 2010. Los países que dicen tener más cercanía con un partido político son República Dominicana y Uruguay con 69% y 63% respectivamente. (Ver gráfico 24) El distanciamiento paulatino que se está generando entre la ciudadanía y los partidos políticos (“algunos que no son más que fachadas para los intereses personales de sus líderes”) significa un “fracaso sistémico de la forma democrática de gobierno, es casi como que la maquinaria de los gobiernos se desgastara hasta quedar casi detenida” Todas estas fuerzas están generando grandes descontentos en la población, entre ellos están: • Jóvenes sin socialización y sin empleo criados sin familia • Pobres urbanos • Minorías raciales y étnicas • Clase obrera • Las élites Finalmente es imprescindible que los gobiernos ejecuten planes de monitoreo a la democracia, es decir, emprender una evaluación en las regiones, municipios o sectores de la población en que se pueden estar gestando tendencias antidemocráticas. Además deben evitar que figuras políticas autoritarias que se aprovechen de dicho descontento para sus fines. Anexos Gráfica 1. Gráfica 2. Gráfica 3. Gráfica 4. Gráfica 5. Gráfica 6. POABLACION INDIGENA EN LATINOAMERICA Fuente: Cletus Gregor Barie, Pueblos indígenas y derechos constitucionales en América Latina: un panorama, III/CDI/Abya Yala, Bolivia, 2003 Datos del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELAD) a partir de los censos nacionales, Gráfica 7. PORCENTAJE DE POBLACION INDIGENA EN RELACION CON LA POBLACION TOTAL DEL PAIS. Fuente: CELADE-CEPAL , procesamientos especiales de microdatos censales. Gráfica 8. POBLACION INDIGENA EN ZONA RURAL Fuente: CELADE-CEPAL procesamientos especiales de microdatos censales. Gráfica 9. Fuente: Informe Latinbarómetro 2011. Gráfica 10. Fuente: Informe Latinbarómetro 2011. Gráfica 11. Fuente: Informe Latinbarómetro 2011. Gráfica 12. Fuente: Latinbarometro 2011. Gráfica 13. Gráfica 14 Gráfica 15. Gráfica 16. Gráfica 17. Gráfica 18. Gráfica 19. Gráfica 20. Gráfica 21. Gráfica 22. Gráfica 23. Gráfica 24. Bibliografía Informe Latinobarómetro 2011 Programa Regional de Población y Desarrollo Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE)División de Población/ Fondo de Población de las Naciones Unidas, Tendencias demográficas y protección social en América Latina y el Caribe. http://www.eclac.org/publicaciones/xml/5/33075/lcl2864-P.pdf Susana Schkolnik, Tendencias demográficas en américa latina: desafíos para la equidad en el ámbito de la salud, C entro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE)- División de Población de la CEPAL. http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/6/6776/lcg21004.pdf Vergara, Jose Manuel. Seguridad Demócratica para las Américas: Inteligencia requerida CEPAL, Informe anual Panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe 20112012,http://www.eclac.org/cgibin/getProd.asp?xml=/prensa/noticias/comunicados/2/47992/P47992.xml&xsl=/prensa/tpl/p6f.xsl&base=/t pl/top-bottom.xsl CEPAL, Panorama Social de América Latina, http://www.eclac.org/publicaciones/xml/5/48455/PanoramaSocial2012DocI-Rev.pdf