EJERCITO A » Revista ilustrada ¡ de..IasArsnas Ministério del Ejérrito se rvieios e y ejércitó REVISTAILUSTRADA DE LASARMASY SERVICIOS Madrid, Febrero1962—AñoXXIII Núm. 265 — “Depósito Legal”: M. 1633-195k SUMARIO ESTEAÑO EN EL PALACIO DE ELPARDO, EN LÁ PASCUA MILITAR. PARA LA HISTORIADE LA CRUZADA, LAS HAZAÑAS. LA PASARELADE LA MUERTEEN LA CIUDAD UNIVERSlTÁRI. (Pág. 3).—GeneralMarhtanyGonzalez. ACORAZAMIENTO DE LA INFANTERIA.TENDENCIASY VEHICULOS.(Pág.9).—Comandante DueriasGavilán. EXÁMENESY PRUEBAS. (Pág.17).—Cornandante del Moral Martín. IDEAS PARA UNA POSIBLEAMPLIACION DE LA MISION DEL EJERCITO.(Pág.21).—Ccmandante Mora Gonzalez. COMO EL EJERCITO CREOLA AVIACIÓN. (Pág.25)—TenienteGeneralKindelánDuany. CABÁLLERIA Y FUERZASACORAZADAS. PUNTOSDE CONTACTO.(Pág.27).—Comandante PrietoAlonio. EN EL DINTELDELESPACIO.(Pág.31).—GeneralRuedaUreta. LOS CIMIENTOSDE LA VIEJA PATRIA.—DERROTÁ Y MUERTEDE AMILCAR BARCA.(Pág.39).—CoronelCampoiTurmo. MOSCU VISTOPOR UN INGENIERO NORTEAMERICANO. (Pág.45).—EIIot B.Roberts.(Traducción de la Redacción de «Ejárcifo»). ANTOLOGIA INFORMATIVA DE LA CRUZADA (Pág.49).—Recopilación de la Redacción ¿e «Ejórcilo». e Ideas y Ref1exione Información NUEVAS NORMASDE LA ASOC!ACION MUTUA BENEFICA.(Pág.57).—Comandante AlvarezVlcent. REORGANIZÁCION DEI. EJERCITOY PREOCUPACIONES PARA EL FUTURO.(Pág.60).—M.P. Chaudel.(Traducción del General Pórez-Chao). EDUCACION FISICA.—TABLÁSPARA LA PRUEBADE POTENCIA.(Pág.61).—CapifánRodríguezVidal. EL SOL COMO FUENTEDE ENERGIAELECTRICA. (Pág.63). - General F. Cook. (Traducción del TenienteGarcíaParrado. LAS ARMAS BASICASINDIVIDUALESDEL EJERCITO SOVIETICO.(Pág.65).—De«SoldalundTechaik».(Traduccion del ComandanteWilhelmij. LA POTENCIA MILITAR DE LA CHINA ROJA. (Pág.70.—Mayor O’Ballance. (Traducción extractadadel Coronel Ariza García) EL ATRACTIVO INICIAL DEL COMUNISMO.(Pág.73).—GeorgSfamüllar.(Traducción del TenienteCorenelAlonso hierra). DESARROLLODE LA ACTIVIDADESPÁNOLA.(Pág.75). - Tenieni. CoronelReyde Pablo-Blanco.;1] s ideas contenidas en los trabajos de esta Revista representan únicament opinión del respeétivo firmante y no la doctrina de los organismos oficiales facción y AdmInistración Alcalá, 18, 30 - MADRID Teléf 22-52-54 Apartado de Correos 317 - - MINISTERIODELEJERCITO ejercito REVISTA ILUSTRADADE LAS ARMAS Y SERVICIOS DIRECTOR ALFONSO FERNANDEZ, Coronel de E. M. JEFE DE REDACCIÓN General de Brigada, Excmo. Sr. D. Jósé Díaz de Villegas, Director General de Plazas y Provincias Africanas. REDAC TORES General de División, Excmo. Sr. D. Emilio Alama» Ortega, Director General de Acción Social del Ministerio del Ejército. General de División, Excmo. Sr. D. Juan Pérez-Chao Fernández, a las órdenes del Ministro del Ejército. General de División Excmo. Sr. D. Enrique Gallego Velasco, a las órdenes del Ministro del Ejército. General de Brigada, Excmo. Sr. D. Gonzalo Peña Muñoz, del consejo Supremo de Justicia Militar. Gneral de Brigada, Excmo. Sr. D. Manuel Chamorro Martínez, Jefe de E. M. de la 1. Región Militar. Coronel de Artillería, del S. E. M., D. José Fernández Ferrer, de la Escuela Superior del Ejército. Coronel de Ingenieros, del S. de E. M., D. José Casas y Ruiz del Arbol, Jefe Rgto. Zapadores n.° 1. Coronel Ingeniero de Armamento, D. Pedro Salvador Elizondo, de la Dirección General de Indus tria y. Material. Coronel de Infantería, del 5. de E. M., D. Narciso Ariza García, de la Escuela Superior del Ejército. Tte. Coronel de Intendencia, D. José Rey de Pablo Blanco, de la Escuela Superior del Ejército. -PUBLICACION Re dacción y Teléfono MENSUAL Administración: 222 52 54 ® PRECIOS Alcalá, Correspondencia: DE 18, Apartado 4•0 Correspondencia para en suscripción Correspondencia suscripciones, (14) de Correos 317 ADQUIS.ICION Para militares en suscripción colectiva porintermedio de los Cuerpos Para militares en suscripción particular (por semestres adelantados) Para el público en general por suscripción anual200 Para el extranjero, Número suelto20 MADRID 11ptas. ejemplar. 70 » » anual400 » » » para cQlaboración, al Director. al Administrador, D. Francisco de Mata Díez, Comandante de Infantería. » » » PARA EA HISTORIA QE[ACRO/ADA [ASHA/ANAS detenerse los camiones, era muy frecuente que Se atascaran en el barro, teniendo que hundirse los soldados hasta las rodillas para empujarlos. Al llegar al tanque ruso destrozado que jalonaba el cerro de Garabitas, los convoyes descendían có modamente cara a Madrid por la carretera que, bordeando este cerro, desemboca en ángulo muy agudo en otra que atraviesa la Casa de Campo por su parte baja y es paralela a las tapias que bordean el río. Este encuentro de carreteras era la llamada curva de la muerte, por estar enfilada a muy corta distancia por una ametralladora y un cañón contracarros que ocasionaban frecuentes bajas, sobre todo en los camiones de gran tamaño, Escrito en aI,ril de 1941, por el Teniente Coronel de Ingenieros, José MARISTANY GONZÁLEZ (hoy General de Brigadade que se veían obligados a hacer maniobras para pasar. Ingenierosen situaciónde reserva). Por la carretera que bordea las tapias, y en Pon aliclcuies otro encuentro en ángulo agudo, se alcanzaba la carretera que recorre la fachada del edificio de Los veinte puentes que sucesivamente hubieron “Firmes Especiales”, en donde se desóargaban los de hacerse en la Ciudad ljniversitaria para soste materiales, en transporte• a brazo, a través del ner la comunicación entre esta posición avanzada sin protección alguna en los primeros y la Casa de Campo, cuando las fuerzas nacionales terreno, tiempos y más tarde por un camino cubierto que cercaban a Madrid por el Sur, son, por el espíritu en las primeras horas de la noche se convertía de sacrificio y abnegación que obligaron a derro en un hormiguero de bestias cargadas con muni char, uno de los orgullos más legítimos de las tro ciones, víveres, camillas con heridos y material de pas de Ingenieros. clases, en medio de cuya batahola el tras-. El transporte de todo el pesado material de los todas lado de las viguetas y piezas largas de los puentes puentes había que hacerlo forzosamente de noche, se hacía penosísimo. en camiones que, saliendo de Cuatro Vientos al Cada vez que se iniciaban los trabajos de un caer de la tarde, penetraban en la Casa de Cam nuevo puente, por haber sido destruido el anterior, po por la brecha abierta en la tapia junto al arro yo de los Meaques. A partir de este punto empezaba la “peregrina ción” a través de aquel real patrimonio, verdadero laberinto, cruzado de caminos en todas las direc ciones, donde había que guiarse por las rodadas profundamente marcadas en el fango por los ca miones de expediciones anteriores; pero como és— tos no iban todos al puente, sino que muchos ser vían para el abastecimiento de las distintas posi ciones de la Casa de Campo, y era preciso hacer todo el recorrido con los faros apagados, la dii i cultad de la orientación ocasionaba el peligro iri minente, sobre todo en los primeros tiempos, de ir a caer en manos del enemigo al menor descuido. i/NE4 Fara atravesar aquel infierno cruzado constan EN[M/c4 ternente por balas perdidas que silbaban en todas direcciones, hacían falta verdaderó prácticos que, ¿ /N&l colocados en los primeros camiones, dirigían el convoy, tomando como jalones los numerosos ve hículos que yacían destrozados a lo largo de los caminos e incluso sirvió un momento el cadáver insepulto de un semoviente...; todo, en fin, servía, menos los carteles indicadores de caminos y cruces, que tardaron bastante tiempo en aparecer. Este importante servicio de la señalización debe ser estudiado y organizado con toda minuciosidad en paz y en guerra. La marcha se hacía muy lenta, y costaba, apro ximadamente, una hora llegar al cerro de Gara MR48/T15 bitas. De vez en cuando, un frenazo en seco de 676 tenía la marcha; otro camión que venía en sentido contrario surgía de la oscuridad entre los árboles y lograba detenerse a unos centímetros de distan cia, cuando no después del encontronazo inevitable. El cruce de dos convoyes en estas condiciones CUF?VÁ 01 ¿4 se hacía penosísimo; tanto más cuanto que, al AIU6A’TE La pasarela de la muerte en la Ciudad Universitaria. - EL puente del Generalísimo, visto desde la Casa de Campo. n primer término, la última pasarela que se hizó expuesto, no se comprende a primera vista cómo pudo realizarse labor ‘tan continuada con tan es caso número de bajas. Ello fué debido, tanto a las múltiples precauciones tomadas como a la orga nización minuciosa para evitar toda confusión y pérdida de tiempo desde que se entraba por las tapias de la Casa de Campo hasta el regreso. Precauciones todo este flujo y reflujo de hombres y ganado se acumulaba en ambas ‘orillas, en los espacios muy reducidos que había disponibles para aparcar ma teriales, herramientas, armamento y equipos de las tropas de la compañía de Puentes, dificultando considerablemente la operación, ya de por sí muy labórjosa. Los trabajos tenían que hacerse, la mayoría de las veces, en la más completa oscuridad, con los soldados metidos hasta el pecho en el agua con gelada del río, que arrastraba en algunas ocasiones pequeños témpanos de hielo, y en medio de los fuegos cruzados de las ametralladoras, que no ce saban ni un momento de disparar, como un eco de los martillazos de nuestros valientes carpinteros. Pero acaso la labor más penosa y arriesgada era la de la hinca de pilotes. Hay que tener en cuenta que algunos median hasta seis metros de altura, a lo que hay que añadir unos tres metros de mar tinete de campaña, que se empalmaba en la cabeza misma del pilote, hasta cuya altura había de tre par un soldado cada vez que la maza tenía que ser ajustada a sus guías, o que la cuerda se atas caba en su roldana. A veces cruzaban las ráfagas de ametralladora entre los pies del acróbata y las cabezas de los que abajo contenían el pilote; pero lo que más provocaba el tiroteo de las máquinas era el estrépito de los golpes de maza al caer so bre la cabeza del pilote, hasta que los rojos se can saban al ver que no conseguían, ni por un momen to, acallar aquel ruido continuo y monótono, como el tic-tac de un reloj de cíclopes. La precisión de los tiros de ametralladora era bastante aceptable. El enemigo preparaba la pun tería durante el día, dejando todas las máquinas perfectamente enfiladas, y en cuanto empezaba el ruido de los martillos, empezaba también el de las ametralladoras. Las chapas de blindaje que se pusieron posterior mente, en lugar de disminuir el peligro lo iicre. mentaron, porque la puntería pudo ser rectificada de noche por el siguiente artificio: tiraban hasta encontrar las chapas, cosa que reconocían por los chispazos que producían; entonces, y gradualmen te, iban corriendo el tiro hacia la derecha, hasta que dejaban de ver los chispazos; de esta manera tenían la seguridad de batir, a buena altura, un tramo del puente que no se había podido blindar. En estas circunstancias y con todo lo que queda El puente de pilotes destruido por la artillería íi los tanques rojos, visto desc1e la Casa de Campo En primer lugar, los camiones se cargaban en Cuatro Vientos, en un cierto orden, llevando los materiales ordenados también dentro del camión. Este orden era el ‘de marcha, con prohibición absoluta de pasarse unos a otros, y era el mismo de descarga, de transporte a brazo y de empleo. ‘Hasta que un camión estaba descargado y trans portado todo su material no empezaba a descar garse el siguiente. La tropa se apeaba de los camiones en la casa de Ifni, cerca de Garabitas, y desde allí, formada de a uno, con grandes intervalos, cruzaba en línea recta la Casa de Campo hasta el emplazamiento del puente, evitando.el paso por la Curva de la Muerte. Para pasar ésta, los camiones se acercaban de uno en uno, y se paraban, acelerando el motor, para que el enemigo, creyendo era éste el momento del paso, hiciese fuego con su ametralladora o cañón antitanque, lo que ocurría muchas veces. Entonces se avanzaba haciendo el menor ruido po sible. Para no tener que encender las luces durante los trabajos de tendido de pasarelas, se reçurrió al siguiente artificio: se prepararon dos cuerdas muy blancas de cáñamo, con una serie de nudos a la distancia exacta que tenían que quedar los ejes de las cumbreras, y se tendían paralelas a través del río, dejando entre sí la equidistancia justa, igual a la longitud de las cumbreras. De esta ma: nera, los encargados de montar los caballetes nci podían titubear, no había más que correr la mano por la cuerda hasta tropezar con el nudo; allí tenía que estar el extremo de la cumbrera. Dos plomadas, atadas previamente a dos clavos situa dos en dos caras inmediatas de los pies derechos, les marcaban la verticalidad de éstos. Un listón clavado a flor de agua, entre los dos pies, y una cruz de San Andrés entre éste y la cumbrera, aseguraban la indeformabilidad del ca ballete. 1 El puetite de pilotes con el muro de sacos terreros visto des cíe la Universitaria. Al fondo, la tapia de o Casa de Cimpo. La colocación de las viguetas era operación de pocos minutos. Las cumbreras llevaban señalados los asientos por medio de ligeros cortes de sierra, fáciles de reconocer al tacto en plena oscuridad. Con estas precauciones se comprende cómo una pasarela impr.ovisada pudo hacerse casi a la mis ma velocidad que un puente con material regla mentarlo. Para la hinca de pilotes se amadrinaron dos pOn— tones, formando compuerta, sostenida desde ambás orillas de aguas arriba por dos amarras. Sobre las proas se trincó un tablero, que soportaba un verdadero muro de colchones de lana de más de un metro de altura y de la longitud entera de los colchones como espesor. Por debajo del tablero también se rellenaron de colchones las proas, pues to que las chapas de los pontones eran pasadas con gran facilidad por las baras de las ametralla doras. Los hombres trabajaban de pie en el fondo de los pontones completamente a cubierto. No se permitía cruzar ni estacionarse en el puen te más que la gente estrictamente indispensable para las labores. La gente trabajaba siempre por escuadras o pelotones completos, con misiones bien definidas, sin mezclarse jamás. Para evitar que el enemigo pudiese destruir el puente lanzando brulotes flotantes desde aguas arri ba, se cruzaron dos cables de acero a unos 40 y 60 metros de distancia del puente, y de los cuales se colgaron redes de malla metálica que llegaban hasta el fondo del río, pero por estar los cables a flor de agua en el centro del río, una de sus frecuentes crecidas arrastró un bote del territorio rojo que, saltando por encima de ambos cables, vino a incrustarse en el puente, sin que ocurriera nada irremediable por no contener ninguna má quina infernal. El avance El día 8 de noviembre de 1936 salieron del cam pamento de Carabanchel las columnas del teniente coronel Asensio y comandante Castejón. La pri mera, apoyando su flanco derecho en la carretera de Extremadura y flanqueada a la izquierda por la de Castejón, penetró resueltamente en la Casa de Campo por una brecha producida en la tapia a unos 400 metros de dicha carretera. El día 9, después de rudos combates, llegó a ocu parse el vértice Garabitas y alcanzaron el terra plén del Ferrocarril del. Norte que cruza la Casa de Campo, teniendo que volar un trozo de vía para impedir el acceso de un tren blindado rojo que, procedente de la Estación del Norte, hostilizaba las columnas. En los días siguientes, nuestras fuerzas lograron llegar hasta las tapias que dominan el río Man zan ares y, atrincherándose a cubierto de ellas, se apoderaron también de la casa “Firmes Espe ciales. El día 15 se intentó forzar el- paso desde las pri meras horas de la mañana, a cuyo efecto se abrie ron con explosivos dos brechas de unos cuatro metros cada una en las tapias aludidas, por donde lograron pasar los 16 ó 18 tanques de que se di ponia, a pesar del nutrido fuego de fusiles, ame tralladoras y antitanques, que ocasionaron sensi bles pérdidas. Pero, después de gran forcejeo y heroismo, los tanques, al intento de cruzar el río, quedaron casi todos embarrancados en su lecho arenisco. A las cuatro de la tarde no se había conseguido adelantar un solo paso. Sólo quedaba una hora de día; el número de bajas aumentaba sin cesar y la situación de los tanques y las tropas se hacía cada vez más crítica. En este momento se ordenó a la Infanterí a lan zarse al asalto; el empuje y brío admirables con que lo realizó, saliendo al descubierto y atravesan do resueltamente el río con el agua a las rodillas y atacando la orilla opuesta con bombas de mano, consiguió sembrar el pánico y poner en fuga a los rojos, que no alcanzaron a sospechar que tal ha zaña pudiera ser realizada. Nuestras tropas se apo deraron inmediatamente de los primeros edificios de la Ciudad Universitaria. Los primeros puentes Surge inmediatamente la necesidad de tender un puente sobre el río, lo que realiza por primera vez 5 El puente- del Ge neralísimo, en construcción, vis to desde aguas arriba” camu flado. el día 16 una compañía de Pontoneros, mandada por el capitán Gallego, con material reglamentario de caballetes. El puente es constantemente bombardeado por la artillería y aviación rojas. El río, por otra parte, socava las zapatas en que se apoyan los pies de los caballetes, se curvan las viguetas, se aflojan las trincas. El puente tiene oue ser reparado casi todas las noches bajo un nutrido fuego de fusile ría y ametralladoras. Al hacerse estacionaria la situación, hubo nece sidad de replegar el material reglamentario de Pon tonéros, con el fin de tenerlo disponible para fu turas operaciones, y a los pocos días se encargó a los Zapadores establecer otro puente para sustituir aquél. Este segundo puente, hecho por una compañía del batallón de Zapadores de Sevilla, se elecutó con pilas de traviesas en cuadrícula, clavadas unas a otras y apoyadas directamente en la arena del fondo. Los tramos fueron cuatro: dos de ocho me tros y dos de seis metros, formados por cuatro viguetas doble T, de traveseros de tablón de 20X 10 y de un tablero longitudinal clavado a ellas. El puente que acabamos de citar, lo mismo que el anterior y todos los que le siguieron, estaba em plazado en el centro del ónico trozo del Maure nares oue teníamos en nuestro poder. y cuya lon gitud era de algo más de medio k ji ó m e t ro. Sin blindaje ni enmascaramiento eficaz posible y batIdo por el fuego de la fusilería y por un nido de ametralladoras situado acuas arrIba, cuya úni ca misión era hostilizar constantemente el puente. En estas condiciones, él tránsito se hacía con mucha dificultad y era obligado esperar a la no che para dar paso a los interminables convoyes de mulos cargados con víveres, municiones y ma terial, al propio tiempo ene se evacuaban los he ridos y se hacían los relevos de tropas, que la mayoría de las veces, más aue relevos eran nuevos contingentes destinados a cubrir las balas. Aquel flujo y reflujo continuo durante- la no che hizo pensar al mando en la conveniencia de establecer otro nuevo puente paralelo e inmediato al anterior, análogo a él, para oroanizar la circu lación doble. Se encargó de realizar esta misión, las noches del 29 y del 30 de noyiembre, la com pañía de puentes del batallón de Zapadores nú mero 7, que desde entonces ya quedó encargada de la misión de recomponer y rehacer la que em pezó a llarnarse “la pasarela de la muerte”. Los dos puentes, improvisados de manera- tan rudimentaria, no podían subsistir por mucho tiem — 6 po-; y así ocurrió qüe la fuerte crecida del río, a fines de enero de 1937, los desarticuló por com pleto, debido principalmente- a la flotabilidad de las traviesas sobre que se asentaban. Inmediatamente, una compañía del regimiento de Pontoneros tendió el cuarto puente con material reglamentario, como, solución extrarrápida, al mis mo tiempo que la compañía de puentes del bata llón de Zapadores núm. 7 construía el quinto, de iguales condiciones que el segundo -y tercero y con idéntico carácter provisional. Mientras, un desta camento de la misma unidad preparaba en Cuatro Vientos el material para hacer el que se juzgaba como solución definitiva, que consistía en un ver dadero puente de 40 metros de longitud, -dividido en cinco tramos -de ocho metros de luz, de la mis ma constitución que los de los puentes segundo, tercero y quinto,;- pe ro sonortado por cenas de 10 pilotes de madera- de 20 X 20 centímetros cua rl r a d o s de escuadría. hincadís do s o t re s en el lecho del río y de una altura -sobre el aaua -de un par de metros, para evitar ene en las creci das el aeua pudiera alcanzar el tablero. Los tramos extremos se apoyaban en muros d hormigón. Par te de este puente nuede verse a’ln hoy día y es-. necialm ente el tramo extremo -de la orilla izquierda se conserva intacto, con su muro -estribo y capa de pilotes ane lo sonorta. Tos trabajos de esta obra semipermanente te nían que ser forzosamente largos y penosos. Fué ejecutada -durante unos cuince días del mes de febrero. trabajando sin interrupción noche y día con re1evo de tres turnos en las partes menos visibles por el enemigo. hostilizados continuamente .por el fueo de nra ametralladora situada aguas arriba, ene enfilaba perfectamente todo el tramo del río. Esto hizo pensar en la conveniencia de poner un parapeto continuo de sacos terreros de 1.80 de altura en lugar de -la barandilla de aguas arriba, para nue el paso pudiera hacerse a cubierto, aun cuando esto suponía un aumento grande cTe riesgo y fatiga para su personal: y en plena construcción se procedió a la reforma, montando una qulnta vigueta doble T para s op o r t a r el enorme peso del parapeto, la cual estaba sostenida, a su vez, en sus extremos por las cepas de pilotes del puente y por dos cepos de dos pilotes suplementa rios, que dividían su luz en tres tramos, de 2,66 metros. Hubo que hincar, por lo tanto, 56 pilotes en las condiciones más difíciles y penosas que pue den imaginarse. Cuando el puente quedó terminado, el seryiciq i - - - - - - - - . se hacía con toda comodidad, pudiendo llegar los camiones cargados hasta la misma Ciudad Univer sitaria; pero pronto se cansaron los rojos de so portar este estado de cosas, que constituía una burla para ellos; y sin abandonar el sistema de los combates parciales que emprendían a diario, decidieron montar un ataque general para cortar las líneas nacionales por la Casa de Campo y en volver la Ciudad Universitaria. Este ataque, a pesar del lujo de elementos acu mulados y del no escaso valor de que hicieron gala los rojos, se estrelló contra el heroísmo sin límites de nuestras posiciones, sin conseguir re sultados apenas sensibles para la situación gene ral; pero quedó en poder suyo el Puente de los Franceses y un pequeño trozo de la Casa de Campo, dnnde instalaron cuatro nidos de ametralladoras, enterrados a gran profundidad en el terraplén y blindados fuertemente con hormigón, y otro más en un socavón de la misma masa del estribo del puente, que era imposible descubrir desde nues tras líneas por no tener más señal exterior que la falta de una pequeña piedra, por cuyo boquete hacía fuego la ametralladora. En estas condiciones, el corto tramo del río en poder nuestro quedaba batido de enfilada por el fuego cruzado de ametralladoras de aguas arriba y abajo. Por si esto fuera poco, avanzaron los tanques rusos hasta sus trincheras de extrema vanguardia aguas arriba del puente, y casi a boca de jarro destruyeron casi por completo el puente que tantas fatigas y artificios había costado, quedando dos cepas de pilotes cortadas a ras de agua y conver tidos en informe montón de viguetas, tablero y lo que había sido muro protector de sacos terreros. Este suceso fué considerado definitivo por el ge neral en jefe de las tropas rojas. Aquella misma noche hizo instalar un altavoz en sus filas para intimar la rendición de los defensores de la Ciudad Universitaria, diciéndoles que su comunicación vi tal y única quedaba cortada y que pronto morirían de hambre; no obstante, ofrecía ascensos y pre mios varios a todos los jefes, oficiales y tropa si se rendían. No imaginaba el pobre general Miaja que mien tras hablaba de esta manera la 4•a compañía del batallón de Ingenieros nlm. 7 habilitaba un paso provisional para peatones sobre los escombros del puente derruido, y que al siguiente día, como ré plica elocuente a su discurso, se tendían a la vez dos puentes: uno de material reglamentario de caballetes hecho por los Pontoneros, y otro tam bién de caballetes improvisados, hecho por la com pañía de puentes del batallón núm. 7. Las pasarelas El material reglamentario de Pontoneros fué re tirado a los pocos días, quedando únicamente pani el paso el puente de zapadores, que consistía en una pasarela p a r a Infantería y mulos car gados, solución que pareció preferible, por su fácil reparación, en caso de que fuera destruida de nuevo por los tanques o el bombardeo de la ar tillería; como así ocurrió, en efecto, el día 21 de El puente del GeneraUsirno, concluido, abril, en cuya noche, como estaba previsto, se re construyó de nuevo, llegando a tal grado de. en trenamiento la tropa que, habiéndose empezado los trabajos a las ocho de la noche, a las diez estaba tendido el puente de nuevo, .a pesar del nutrido fuego cruzado de las ametralladoras, que consiguieron herir a dos de los tres oficiales que mandaban la compafiía; De nuevo fué destruida la pasarela en mayo y nuevamente fué reconstruida en la noche por la misma compañía de puentes de Zapadores, que construyó también en el mismo mes un muro de sacos terreros rellenos de hormigón, apoyados en en el lecho del río y unidos entre sí por piquetes metálicos, protegiendo. su conjunto la parte más vista y batida por las ametralladoras y cañones antitanques. En el mes de septiembre, para proteger el puen te contra el fuego de ]as ametralladoras de aguas abajo, hubo que instalar chapas de acero de 10 mi límetros de espesor y dos metros de altura, que los rojos perforaban con sus antitanques, teniendo aue reponerlas con frecuencia. El teleférico, el túnel y la pasarela corredsa. En el mes de julio del 37 se montó un teleférico entre las dos orillas del no aue permitiese, en caso de destrucción de la pasarela, el paso de víveres y municiones de uno a otro lado. No llegó nunca a utilizarse, porque siempre que el enemigo des truyó el paso, se volvió a restablecer a las pocas horas. Se pensó también en la construcción de un tú nel bajo el río que solucionase definitivamente el problema. La dificultad de comunicaciones con la retaguardia, el estar esa zona tan batida y las di ficultades técnicas que el ipaso. por debajo del río requiere, hicieron desistir al mando del pro yecto. Por último, durante el verano de 1937 se pensó en la construcción de una pasarela que re sistiese las crecidas del invierno siguiente, dándole una rasante alta y que fuese corrediza, para poder ocultarla en las orillas durante el día y evitar así que colocaban al anochecer y retiraban antes de que fuese vista por el enemigo. Antes de que es tuviese construida,. el río se llevó dos veces las amanecer, para. evitar ,su -destruccjón durante el día -por la artillería. La acción de nuestros arti pasarelas fijas, seguidamente reconstruidas, y cuan do en octubre del 38 volvieron a ser deshechas, lleros redujo pronto al silencio a las baterías ene esta vez por el enemigo, quedaron también fuera migas, y entonces se construyó otra pasarela fija, de uso los tramos del puente de pilotes sobre los análoga a las colocadas por la unidad de puentes. La construcción del Puente del Generalísimo se que había de correr la móvil y no pudo emplearse recomenzó después del bombardeo enemigo ya ci entonces. tado y prosiguió sin interrupciones sensibles hasta El Puente del Generalísimo que, construidas a la vez las pistas de acceso por Servicio de Caminos del Ejército del Centro, Aproveçhando el estiaje del verano de 1938, un el pudo y abrirse al tráfico algunas se batallón de Infantería de Toledo construyó. un mu— manas inaugurarse antes de la’ entrada de las tropas naciona ro de hormigón, armado con carriles, para prote en Madrid.. ger la pasarela baja en toda su longitud de los tiros lesDurante la ejecución de las obras, en el invierno de las ametralladoras del Puente de los Franceses. de 1938-39, varias avenidas se llevaron las pasare Estaba apoyado sobre. pilares de hormigón, asenta las existentes. En una de ellas el muro de protec dos simplementé sobre la arena del fondo. descendió en cantidad apreciable y hubo de Con la protección que proporcionaba este muro ción coronarse. con sacos terreros llenos de paja que, y colocando además telones metálicos con ramaje protegiendo de las balas a los zapadores que cons sobre los restos de todas las construcciones ante truím el puente, no cargaban apenas peso sobre riores, para evitar ser vistos, se comenzó la cons cimentación. trucción de un nuevo puente que resistiese las suSeendeble tenían preparados tramos de pasarela de dos avenidas y, en lo posible, los cañoneos. metros de anchura sobre vigas ‘de madera atiran Para ello había de tener una cimentación ade tadas que, por flotar en el agua, eran de muy fácil cuada, y tanto los apoyos como los muros de con manejo, a pesar de téner 9,20 metros de longitud, tención habían de ser de hormigón fuertemente pues utilizarían los mismos apoyos que el tablero armados y con dimensiones convenientes. puente en caso de destrucción de éste por la Lo construyó una sección de la 23 compañía del del artillería. batallón :de Zapadores de Valladolid, en los meses Qtra avenida derribó el muro, yendo los sacos de ‘septiembre y siguientes de 1938. Tiene cuatro “terreros” rodando río abajo hasta las líneas rojas, tramoscon 8,20 metros de luz libre y pilas de un todo al descubierto. También estropeó la metro de espesor. La rasante es b a s t a n t é dejándo baja para que los vehículos pudiesen circular en pasarela. colocaron telones metálicos con ramaje para trinchera en la orilla izquierda, por lo que los noSe descubrir el puente al enemigo, y una fila de muros de protección tienen el borde inferior 0,40 chapas de 1 X2 metros y 10 milímetros de espesor metros más alto que el tablero, para que, en caso sobre soportes de, madera, en el mismo tablero, necear1o, el agua pueda pasar por encima de éste. para protegerse de los tiros de ese lado. Para evitar los tiros por estos huecos, se colocaron Reconstruida nuevamente la pasarela por la uni colgados de los muros chapas de acero, que podían ‘dad de puentes, se trasladaron a ella las chapas, retirarse en caso de avenida. ejecutándose los muros de protección de hormi Se. cimentaron el estribo de la orilla izquierda gón armado, previa la colocación de las cimbras.. y. las dos pilas más próximas sobre pilotes de ma A partir de la inauguración del Puente del Ge dera de 20 X 20 centímetros. y cuatro metros de neralísimo, los rojos, ya muy desmoralizados, de longitud hincados totalmente en la arena. Se hizo jaron de hostilizarlo. Días antes de terminarse la la hinca con machina de 250 kilogramos, manejada guerra apenas se oía algún disparo suelto. a brazo y montada sobre caballetes de madera, co menzando por la orilla donde se podía trabajar de día. El estribo de la orilla derecha y la pila más próxima se cimentaron sobre losa de hormlgón armado, anclada con viguetas clavadas en el te rreno, pues es en esa parte de arcilla muy dura, y la hinca de pilotes hubiera sido muy difícil con los medios de que se disponía. Al .terminar.de hincar los pilotes de la pila :cen tral el enemigo cañoneo intensamente durante tres días, con 12,40 ruso,. desde la Puerta -de Hierro, y con 17,40 (mortero Mata de Artillería) desde el Cuartel de la Montaña, destruyendo totalmente to das las pasarelas También destruyó el estribo de la orilla izquierda, sobre cuyo hormigón fresco cayó una granada de 17,40. El muro recibió 17 impactos del 12,40, quedando en pie, sin embargo. A pesar de ello, no se interrumpió el paso totalmente nin guna noche, pues las compañías 23 y 24 del batallón de Zapadores de Valladolid prepararon rápidamen te una pasarela provista, de borriquetes de madera, • - 8 Acorazamiento de la Infanteria Ten ciencias y vehi’cii/os / e -. Comandantede lnantería, del S. E. M., Francisco DUEÑAS GAVILAN,de la EcueL de E. M, Desde que el general Estienne prontinciasé. el 7 de mayo de 1921, en Bruselas, su famosa.conferen cia profetizando la enorme ventaja estratégica y táctica que tendrían sobre los pesados Ejércitos de la guerra pasada 100.000 hombres capaces de cubrir 80 kilómetros en una noche, con armamento y equipo, en cualquier dirección y momento...” has ta el presente atómico; muchas han sido las ten dencias que paulatinamente han ido influyendo en la evolución de la Infantería y de su movilidad dentro y fuera del campo de batalla, para intentar aunar esa enorme diferencia de velocidad y radio de acción que existía entre el fusilero tradicional y el ingenio blindado (1). No obstante, y pese al extraordinario auge cine “... el motor—acorazado o no, con ruedas o cadenas— tomó en la guerra pasada, fué el estudio y prepa ración dé la guerra atómica lo que ha impuesto de un modo absoluto la consideración de una or ganización acorazada para todos los elementos de Infantería, y no sólo para aquellos que actúen nor malmente con los carros, como ocurría con los ba tallones de fusileros de las divisiones acorazadas, sino también para esas otras unidades—batallones o grupos de combate—utilizados en misiones que hoy podemos llamar clásicas de Infantería. Es más, incluso en las situaciones defensivas es táticas se preconiza la constitución de una reserva lugar donde se necesite, con buenas velocidades y a cual quier distancia, fué origen de una serie de discusiones y es cuelas, entre las que sobresalió como entusiasta partidaria la alemana. El general Von Seeckt con los Keitel, Rundstedt y Guderian se identificaron de tal forma con la idea de «ma niobra y movilidad», que como resultado positivo de sus experiencias llegaron—como dice Weller—a inventar la mo derna acometida de la Infantería y Carros (2). Esas magníficas unidades Panzer, por el’oS creadas, fueron en la G. M. II. la base fundamental de la «Guerra Relámpago». (1) El general Estienne—apóstolde los carros, como le llama en sus «Memorias de Guerra» el general De Gaulle—. fué el primer inspector de carros del Ejército francés; pro-. nunció dicha conferencia que puede ser considerada como punto de arranque de la nueva táctica y cuyos principales párrafos pueden leerse en la obra del mayor del Ejército suizo Eddy Bauer «La Guerre des Blindés», de la Editorial Payot, de París, págs. 18 y siguientes. Esta inicial concepción del combate autónomo a base de (2) Véase «El Ejército de Alemania occidental», por Jac núcleos acorazados y motorizados, basada en la teoría de Welier en la revista «Ordnance» o su traducción en el nú que el motor es apto para transportar lo que se quiera al mero 257 de EJERCITO, Acorazarnien+o.—Acci6n y efecto de acorazar,(Diccionariode la R. A, E,), 9 lo más fuerte posible, a base de carros y fusileros acorazados, para buscar en el contraataque la so lución al difícil problema que un ataque con pre paración atómica puede crear a un defensor ex cesivamente anclado al terreno (3). Como es natural, este acorazamiento, que va riando sus dosis, todas las tendencias estiman in dispensable, tiene sus detractores que le van mati zando hasta, en algunos casos, alcanzar un míni mo a todas luces insuficiente para llenar esas ne cesidades de flexibilidad, movilidad y protección que se consideran indispensables simplemente para sobrevivir en acciones atómicas. Modalidades de aeoraza’iniento Se tres son, has puede considerar cristalizado el. problema en modalidades fundamentales, ya que las demás en esencia, ligeras variantes de éstas. Aqué son: Acorazamiento total. Acorazamiento de determinadas unidades. Organización de unIdades de vehiculos para ser afectados a las de Infanterí a. Antes de entrar de lleno en el estudio de dichas modalidades, es conveniente señalar que en la ge neralidad de los casos se refieren únicamente al fusilero, es decir, hasta la unidad sección de fu siles, ya que las planas mayores y armas colecti vas en las tres modalidades cuentan con vehículos orgánicos—acorazados o no—para su transporte y sólo en contadas ocasiones se planteará el proble ma de sustituir algún vehículo no acorazado de determinada plana mayor o arma por vehículos acorazados, cosa que por ser a título de excepción no modifica la esencia de este estudio. — — — Acora2anientO — total Esta modalidad, para aquellos países que a una orografía óptima unen una gran potencia indus trial, presenta la enorme ventaja de aue siendo los vehículos orgánicos, el fusilero está más fami liarizado con ellos, y lo que es ailn más importante, con sus conductores. Sus oficiales conoceh perfec tamente ese conjunto “conductor-vehículo” cue tn fundamental papel juega en el campo de batalla cuando el combate de la Infantería se desarrolla desde dichos vehículos o en los momentos inme diatamente anteriores a abandonarlos para batirse pie a tierra. No debemos olvidar que del rendimiento de ese (3) Véase en el Manual F-M--7-100 «La División de Infantería», el cap. vIi, sec. vn, núm. 24: Reserva de la Di visión. lo conjunto depende que las, secciones de fusileros lle guen al combate a pie, que en la generalidad d.e los casos es el resolutivo, al completo de sus efec tivos, y lo que supone la destrucción o detención de alguno de estos vehículos disminuyendo el escalón de ataque en un mando, plana mayor, pelotón o arma colectiva. Como no podía menos de suceder, esta modalidad presenta sus inconvenientes que vienen a ser, en líneas generales, la antítesis de aquellas dos ca racterísticas de orografía fácil y potencial indus trial elevado, las que le hacen no ser aceptado plenamente por aquellos países de economía más débil, orografía más intrincada .o ambas cosas a la vez, corno también ocurre. Las razones son obvias, ya que si damos orgá nicamente a cada fusilero un asiento en un vehícu lo acorazado, además de que este tipo de vehículos es de’ elevado costé de ‘adquisición, las necesidades logísticas de las Grandes Unidades se verían incre mentadas considerablemente como consecuencia del aumento que de un modo permanente experimen tarían los escalones de abastecimiento de carbu rantes y entretenimiento de material. Además, di chas Grandes Unidades tendrían mayor fondo con su influencia en el tiempo de desfile, lo que en países escasos’ éñ viás de comunicación también tiene su importancia. No olvidemos ‘que los vehícu los de cadenas se apoyan por los de ruedas y éstos van por carreteras. Si estudiarnos la influencia que ésta modalidad de acorazamiento sobre una división de Infantería, veremos cómo gran parte de sus datos logísticos se incrementan de un modo considerable: ‘La sección de fusiles se acoraza con cuatro TOA, S. (4) que hacen necesarios, para las 80 sec ciones de fusileros que cuenta la división, de 320 vehículos, y como quiera que dicha Gran Unidad sólo lleva de dotación orgánica las dos compañías de su batallón de transporte, es decir, 120 vehícu ‘los, necesita una dotación de 200 más. Al incrementar el ‘parque de la división en 200 vehículos de este tipo—supongamos que es el M-59, vehículo que sin ser el último modelo es de los más corrientes—se aumenta el consumo de carbu rante en 47.000 litros por 100 kilómetros de carre tera, que si es fuera de caminos, cosa normal en el empleo de estos vehículos, su consumo se in crementa notablemente. El fondo de la división también aumenta en unos 10 kilómetros aproximadamente y como es natu ral, el porcentaje de averías y volumen de los ele mentos encargados del entretenimiento y repara ción. Con estos datos sólo tocamos el problema de la (4) Véase «Orientaciones ‘para el combate de pelotón, sec ción y grupo de combate», cap. xx, núm. 74 a. Infantería de una división, pero no debemos ol vidar que existen muchas más unidades de Infan tería que no están encuadradas en tales Grandes Unidades, y al efectuar un detallado estudio sobre el acorazamiento total de dicha Arma habría que tenerlas en cuenta. Si sobre todo lo dicho anteriormente considera mos que existen situaciones, y en nuestra península con más frecuencia que en otros países, donde de bido al terreno los vehículos de personal no pod±án ser utilizados a pleno rendimiento y en muchas ocasiones tendrán que ser dejados atrás por los fusileros, quizás se pueda llegar a considerar esta modalidad de acorazamiento como muy ampulosa, al menos para nosotros. Como dato curioso quiero consignar que existen determinadas unidades en algunos Ejércitos que considerando una necesidad su total acorazamien to, al menos en dichas unidades, no se han atrevido a prescindir del mulo para los casos muy frecuen tes de abandono de caminos y los transportan sobre camiones, en número bastante restringido, hasta el momento de su empleo. Grecia, en su lu cha contra los guerrilleros, y más tarde Corea, han sido los escenarios de empleo de este curioso sis tema. —. Acorazamiento de determinadas un1dndes Consiste en equipar con vehiculos acorazados al gunas unidades de Infantería dejando al resto con sus fusileros pie a tierra. Como es natural, inmediatamente surge la pre gunta: ¿A cuáles? No cabe duda en lo referente a los fusileros de las divisiones acorazadas, por ser éstos forzosamente Infantería acorazada; pero el problema se plantea en el marco de las divisio-. nes de Infantería, porque pueden ser acorazadas todas las agrupaciones de determinado número de divisiones o cierto número de agrupaciones dentro de cada división. En el primer caso estamos en la modalidad an terior, por lo que atañe a dichas divisiones, con el inconveniente de tener que determinar de ante mano dónde han de estar situadas las zonas de empleo de dichas unidades y esto a veces no será tan. fácil. Por lo demás, todo lo dicho anteriormen te referente al incremento de sus necesidades lo— gísticas es aplicable a estas unidades. En él segundo caso se desciende dentro de la divi sión a una cierta especialización de la Infantería que oblíga al mando de dicha unidad a utilizar siem pre las mismas agrupaciones en determinados tipos 11 — de misión, sin poder efectuar esa rotación que tan saludables efectos tiene en la moral de infante. Esto, a pesar de todo, no es un gran inconve niente, pues incluso dentro de nuestras divisiones de Montaña lo tenemos al contar dicha Gran Uni dad con el batallón de cazadores motorizado. Si en este segundo caso evaluamos en dos el número de agrupaciones acorazadas que debe tener una división, resulta que no hay ningún mere menhí en las necesidades logísticas sobre la di visión actual, ya que estas necesidades están cu biertas de una forma que podemos considerar cen tralizada, pues como hemos dicho anteriormente, en la división de Infantería, con sus dos compañías orgánicas, se pueden acorazar hasta dos agrupa ciones de Infantería. Organicación de unidades de vehículos para ser a.entados — Este tercer sistema presenta, dentro de su en cuadre general, las variantes derivadas del nivel donde se sitúen las unidades de vehículos. Dichas variantes pueden ser las siguientes: Orgánicos en división de Infantería. En la reserva general del Ejército. Mixta de las dos anteriores. — — — — Orgánicos en divi.s*5n de Infantería Al estai situada la unidad de vehículos en las divisiones, su capacidad no debe ser suficiente para acorazar toda la Infantería de dicha Gran Unidad, ya que de ocurrir así, nos encontraríamos dentro de la primera modalidad estudiada, con la única diferencia de afectar los vehículos a las agrupa ciones que los necesiten y quitárselos en el mo mento en que pasen a constituir un estorbo. Es decir, que teniendo cuidado el jefe de la unidad 12 de vehículos de afectar siempre las mismas uni dades—reccioneS o compañías—a las mismas agru paciones como se recomiénda efectuar con las compañías de carros medios del batallen de carros de la división, tendríamos la ventaja sobre aquella primera modalidad estudiada de desembarazar de vehículos y despreocupar de su entretenimiento a la Infantería. Esta pequeña ventaja, que a mi modo de ver no lo es, porque el infante puede desembarazarse de ellos de igual modo sin dejar por eso de poseerlos orgánicamente, queda superada por la enorme que les proporciona la dependencia orgánica, den tro de la cual se incluye su entretenimiento, que sin pasar del segundo escalón, permite a sus ofi ciales un perfecto conocimtento del estado de cada vehÍculo y calidad de su tripulación. Los problemas logísticos derivados del n1merO de vehículos seguirían siendo los mismos para la di visión e idénticas sus consecuencias, por -lo cual esta solución de acorazamiento total a base de vehículos orgánicos de dicha Gran Unidad no es en absoluto aconsejable y creo que en la actuali dad ningún Ejército lo tiene de un modo perma nente. Si la unidad de vehículos sólo es capaz de aco razar dos o tres agrupaciones, nos encontramos en el segundo caso de la modalidad anterior para efectos logísticos, es decir, se reduce éste a un mí nimo, se disminuye el movimiento de vehículos a aquellas zonas de empleo determinadas de ante mano,. pero dentro de la cona de accíón de la di visión, y aunque la asociación “fusileroCoflduCtOr vehículo” sea de menor rendimiento que si los vehículos fuesen orgánicos, su mutuo desconoci miento no sería absoluto, por efectuarse las agre gaciones dentro de un número de combinaciones bastante reducido y, por lo tanto, de fácil repe tición. Este sistema preseñta la ventaja, que también era común al caso anterior, de que al afectar los vehículos, el mando de la Gran Unidad puede re servarse aquellos que estime necesarios para los observadores avanzados de Artillería y otras uni dades que puedan acompañar a los primeros es calones de la Infantería, cosa más grata de rea lizar que el hipotecar determinado número de ve hículos orgánicos a una agrupación de Infariteria, que aunque no sea de las del primer escalón, pue de llegar a serlo si las necesidades del combate lo requieren. La actuación de esta unidad de vehículos en el nivel de la división se ve complementada para aquellos casos en que el acorazamiento total de la Infantería de la división sea necesario, si el C. E. dispone a su vez de otra unidad análoga o quizás de mayor entidad, para que así el mando de esta Gran Unidad pueda plasmar su idea acerca del acorazamiento de las divisiones sobre aquella o aquellas que considere necesarias. casi codos los Ejércitos del mundo y que vamos & analizar a continuación. — Solución mixta Consiste en dotar orgánicamente a las divisiones de Infantería normales—algunos lo hacen incluso extensivo al C. E.—de unidades de vehículos ca paces de acorazar dci 40 al 60 por lCD de sus fusi leros y dejaren la reserva general del Ejército un determinado número de unidades análogas o con ligeras variaciones, que sirven a modo de depósito regulador de las necesidades que se vayan presen tando. El resultado será indiscutiblemente menos eficaz que el obtenido por una unidad de Infantería cu yos vehículos blindados sean de dotación orgánica; pero teniendo en cuenta que no se incrementan los problemas logísticos de la división y que se obtiene una gran economía de vehículos, es por lo que este sistema es el más generalizado. En la reserva Qeneral del E$rcito Como resumen de todo lo anteriormente expues to, podemos dejar sentado que este sistema mixto Este sistema de acorazamiento no goza de casi y el de acorazamiento total son los que llenan más ninguna aceptación, por presentar una serie de plenamente—dentro de las posibilidades de cada inconvenientes bastante considerables. país—las exigencias orgánicas de la Infantería ac Las unidades de vehículos, en la mayor parte tual. Las divisiones de Infantería españolas dentro de las ocasiones, tendrán que efectuar amplios des las nuevas divisiones alemanas en plazamientos; difícilmente serán conocidas por los del primero fusileros las unidades afectadas y las divisiones que el segundo, son dos típicos ejemplos de dichas mo les encuadren, al no contar con estos medios en dalidades. forma orgánica tendrán que ser reforzadas en sus El vehi lo órganos de servicios por elementos capáces de ab sorber las necesidades logísticas que traen Consigo dichas un!dades. Lo mismo que sucede en la marina de guerra o Por todo lo expuesto anteriormente y consideran aviación de combate, un vehículo acorazado—sea do necesario que al mismo tiempo qué en la divi carro do combate, transporte de personal o vehícii Sión existían orgánicamente, el mando de niveles lo especial—no puede ser otra cosa que la relación más altos disponga a su vez de esta clase de uni de un compromiso entre los diversos elementos dades, es por lo que se ha llegado a ese tipo de que le aseguren su valor militar bajo el doble as solución mixta que tanta aceptación tiene entre pecto táctico y técnico. — 13 Su armamento .y protección, tripulación y. çapa cidad de carga, velocidad y autonomía,, son ‘los factores determinantes que, debidamente dosifica dos, han de ligarse en esa interdependencia que el almirante Castex en sus “Teorías estratégicas” define como “el menos malo compromiso posible”. La visión real del problema es la de satisfacer, en la medida de las posibilidadés técnicas, las ne cesidades tácticas del fusilero dentro y fuera del campo de batalla. Estas necesidades, al estudiar un determinado prototipo, quedan plasmadas en una serie de exigencias mínimas que se definen como “Características determinantes” y que la técnica, dentro de sus posibilidades, procura satis facer lo más plenamente para que su relación nos dé lo más disminuido posible ese menos malo com promiso que anteriormente se citaba como solución óptima, ya que difícilmente la técnica podrá llenar lo que se llama “Determinantes ideales’,’. Un ejemplo nos aclarará todo lo dicho anterior mente. Un Estado Mayor General fija como Caracte rísticas determinantes unas necesidades tácticas que pueden ser las siguientes: Capacidad del, vehículo, incluida ..o no su tri pulación. Limite máximo del blindaje. (protección late ral o total y hasta contra qué determinado tipo de armas). Velocidad máxima en carretera y’ tódb. térreno. Autonomía. ‘Defensa activa del vehículo (si se estima ne ceario). Alguna otra condición que’ se consdre nece saria como consecuencia del material enemi go, teatro de operaciones donde se proyecte utilizar, etc. Para satisfacer lo más completamente posible estas necesidades, las “Posibilidades ‘Técnicas” nos darán como consecuencia: Dimensiones y silueta del vehículo. Espesor e inclinación del blindaje. Potencia del motor, transmisión, caja de cam bio, etc. Capacidad del depósito de carburante. Armamento ‘(caso necesario). Longitud y anchura de cadenas, tipo del tren de rodaje, etc. Posibilidades que tampoco satisfarán plenamente a los elementos definidores de las Características Determinantes, lo que obligará a ‘una serie de con cesioneS mutuas para llegar, finalmente, a una relación de interdependencia que nos aproximará al vehículo deseado inicialmente y que será el re— — — — ‘. —. — — — — — s.tlta.dq. definitivo d ajustar a las Posibilidades Técnicas las Características Determinantes (5). Aquí, y para no salirnos de la idea directriz (le este trabajo, vamos a estudiar única y exclusiva mente, el’vehiculo destinado para el transporte oru ga acorazado de personal,. y dentro de sus tenden cias actuales la incorporación del aluminio a su blindaje,’ factor que ha permitido ampliar sus ca cáracterísti,cas determinantes al campo anfibio y aerptransportabie incrementando de un modo con siderable las posibilidades tácticas y estratégicas del fusilero. El verdadero estudio estereos.cópico del vehículo nos lo dará la doble visión táctica y técnica , El vehículo en el aspecto táctico — Si toda la ‘orgánica de la Infantería está conce bida para llevar en sí un orden de combate en for ma potencial que responda a sus necesidades tác ticas, lo primero que hemos de pedir al vehículo en cuestión es el ceñirse a esa estructura orgánica procurando no descomponerla para hacer factible esa doble aspiración, que hemos de considerar bá sica, de poder combatir .desde el vehiculo y a pie sin que al crear soluciones de continuidad se im ponga por dicha causa detenciones, a los escalones (le: ataque de los fusileros; y para -lo cual, la. pri ‘mera condición que hemos de exigir al vehículo es la de poder ilasmar el’ orden de combate de, la Infantería sindestruir los lazos tácticos de sus uni dades elementales, que han de ser por dicha razón los equipos mínimos de embarque de fusileros y armas colectivas. ¿Cómo puede efectuarse esto? La actuációli de la sección de’ fusileros en el combate, y como es natural dentro de la acción coordinadora del gru po de combate, está caracterizada por la combina ción de las acciones de sus pelotones y por el apoyo que a dicha combinación se le presta con los fue gos del pelotón de arma,s apoyo y agregadas (6). Dichos pelotones, excepto el ruso y muy pocos más que aún conservan fusila ametralladores, son de composición homogénea, oscilando su entidad entre los 10 y 14 hombres, lo que ha permitido que la característica determinante de la “Capacidad de Carga” haya podido ser de fácil satisfacción técnica, cosa que también se ha conseguido en las armas colectivas a pesar de que en dichas carac terísticas se pide además el poder hacer fuego des- — 14 (5) Para mayor abundamiento sobre esta tan interesante la lectura de las conferencias sobre «Técnica Carrista», de la E. de A. y T. de Infantería, las cuales he utilizado como base bibliográfica de esta parte del artículo. cuestión, recomiendo (6) Ver «Normas’ provisionales para el combate del pelo tón, sección y grupo de combate», cap. vr, núm. 38 b. ‘4 de el vehículo; esto se ha conseguido plenamente adaptándole el arma mediante algún dispositivo si las características del arma lo permiten, como su cede con el mortero de 81 milímetros, o modifican do alguna de las secundarias del vehículo, como se efectuó con el cañón contracarro de 90 milíme tros. La curiosa familia A-M-X francesa es un in teresante ejemplo de aprovechamiento de las ca racterísticas técnicas de un bien concebido vehícu lo acorazado al servicio de las exigencias tácti cas (7). De esta forma se ha logrado dotar al fusilero de un medio que le permite acompañar, con toda ga rantía de movilidad, velocidad y seguridad, al ca rro de combate, que sigue siendo el vehículo al cual hemos de considerar como la partícula básica de la célula táctica”, célula que hoy, en los estudios del determinante atórnico y de su influencia sobre el campo de batalla estará formada por un carro de combate corno núcleo fundamental e impres cindible y una protección activa externa de fusile ros acorazados, dosificados en tal cuantía, que di cha dosificación sea una de las principales razones diferenciativas entre las acciones de las Grandes Unidades acorazadas y las divisiones de Infantería normales (8). (7) El chasis acorazado AMX, con motor Sofam de ocho en línea y 270 CV., ha servido de base al carro de combateAMX-13 armado con caflón de 75 ó de 105 mi límetros, merced a utilizar un ingenioso sistema de torre articulada; también es empleado como P. M,, taller, grúa, municionamiento, almacén, transporte de personal, obús de 105 milímetros en casamata fija o en casamata giratoria y antiaéreo gemelo de 20 milímetros. cilindros (8? Para un más detallado estud.io acerca de esta dife renciación, ver el artículo mío «El Bon. de carros medios en las divisiones de Infantería» en el núm. 234 de julio 1959 de esta Revista. Ahora bien, si admitimos como “célula o elemen to básico” al conjunto formado por el carro de combate y un determinado número de pelotones de fusileros montados en sus vehículos acorazados, con una finalidad común, la misión de estos fusi leros será inicialmente de protección activa exter na del carro de combate, para a su vez progresar y cerrar sobre el enemigo al amparo del potente armamento de dicho ingenio-.-cañón de 90 milís-ite tros—, rebasándole después, pie a tierra si es tic— cesario, para culminar la accion en un asalto, que únicamente se diferencia del tradicional en la su perior potencia del armamento, al pasar del fusil Individual al de asalto en el fusilero y del apoyo del fusil ametrallador al del cañón del carro, pero que sigue siendo la acción resolutiva del combate y clásica de la Infantería como en los tiempos en que infante era sinónimo de “peatón”. Vernos, por lo tanto, y siempre bajo el punto de vista táctico, que al acorazar al fusilero dotándole de un vehículo capaz de conservar su estructura orgánica se le aumenta la capacidad de profun dizar en sus acciones a la vez que su movilidad, flexibilidad y velocidad, permitiéndole llegar al mo mento de su empleo activo en el combate, que es el decisivo, completamente descansado y, cosa hoy muy importante ante el automatismo de su arma mento, municionado, porque además de no nece sitar normalmente hacer fuego para su progresión montada, pueden transportar en su vehículo un pequeño depósito de municiones, lo cual repercu tirá de un modo decisivo en su moral y también en su potencia de fuego además de permitir aprc vechar al máximo las cualidades tácticas del ca rro como elementó básico de ese conjunto armónico anteriormente señalado que forman dicho ingenio y uno o varios pelotones—quizás sección—de fusi leros. 15 Con objeto de no prolongar mds este estudio táctico del vehículo en cuestión, considero que se puedo afirmar sin ninguna vacilación gue dicho vehículo ha llenado plenamente las necesidades tácticas del infante; una cierta protección ante los efectos térmico.s y radiactivos de las armas nuclea res, si se completa con la protección vertical la pe rimétrica que dichos vehículos tenían. El M-59 ame ricano os el primer vehículo occidental que cuenta con dicha ventaja y además se ha logrado que sea anfibio, con objeto de evitar esas peligrosas de tenciones que los cursos de agua imponían y que -, son consideradas en la actualidad como base de importantes objetivos atómicos. El M-113, sucesor del M-59, aún ha ido más le jos en busca de la movilidad estratégica y táctica, por ser aerotransportable y poderse lanzar en pa racaídas, ventajas conseguidas al utilizar en su fa bricación los blindajes de áluminio, que le han dado un menor peso y volumen con respecto a su antecesor (9). (9) El M-113 tiene sobre el M-59 las ventajas siguien tes: menor peso al pasar de 21 a 10 toneladas; mayor radio de acción, dé 192 a 320 kilómetros; mayor velocidad, de 31 a 64 Kin/h.; menor gasto de combustible, de 0,42 a 1,09 Km. por litro, siendo su silueta mucho más reducida. . 4: ‘ 4 IMPRENTAS DEL COLEGIODE HUERFANOS El Patronatode Huérfanos de Oficiales del Ejército tiene tres imprentas en MADRID, TOLEDO Y VALLADOLID,que, además de los impresos oficiales, de adquisiciónobliga toria en dichos establecimientos,también realizan trabajos particulares de esmerada con fección, garantizando la CANTIDAD, CALIDAD y ECONOMIA. Los ingresos que por estos conceptos obtienen pasan ÍNTEGRAMENTEa engrosar los fondos del Patronato y se destinan a MEJORAR la situación de los HUERFANOS. Se encarece a los señores Je fes y Oficiales efectúen pedidos a esas imprentas a fin de incrementar los recursosde los HUÉRFANOS. 16 EXAMEN ES Comandanfe Vicforiano DEL MORAL MARTIN, de la Agrupadón de Infan tería León, n.° 38, de la Divisiónde InÇanteriadel Guadarrama,n.° 11. Y PRUEBAS DE LA INSTRUCCION Y ENSEÑANZA EN LOS CAMPAMENTOS Todo curso de instrucción termina con los exá menes, única manera de demostrar los conocimien tos adquiridos en la materia. Y si los exámenes son necesarios en todo centro docente, no podían ser excusados en los Campamentos militares, es cuelas de preparación para la guerra. Bien es ver dad que con los exámenes viene el nerviosismo. Importante “handicap” que ha de tenerse en cuen ta. Pero más a prueba se ponen los nervios en el campo de batalla. Por otra parte, el soldado de hoy no es el de ayer. Antes bastaba con conseguir que el soldado llevara el paso, manejara como un autómata el arma, se fogueara en los ejercicios de tiro y, a lo sumo, supiera de memoria los artículos del centi nela; después adquiría su veteranía y solidez en la rutina de los actos cuarteleros. Ahora, como todo en la vida, esto se ha complicado. Es la diferencia entre “servir al rey” y prepararse para una gue rra atómica. Entre aquel soldado del gorrillo ter ciado y el “mimetizado’, invisible a los rayos in frarrojos, qUe hemos visto en el último Desfile de la Victoria. El soldado actual—refiriéndonos tan sólo al de Infantería—tiene que hacer uso del fu sil de asalto “Cetme”, con o sin “bocacha”, la piola, el subfusil, la granada de mano, la ame tralladora, el lanzagranadas, los morteros, el cañón sin retroceso, los proyectiles dirigidos contracarro, las minas... Tiene que saber manejar un radioteléfono, un telémetro, un goniómetro, un equipo de radar... Preparar una espoleta, una trampa con tracarro, una carga explosiva... Conducir un “Reo”, un “jeep”... Proteger un carro de combate o ata carle en su punto flaco... Subir y bajar, con pron titud y orden, de un “carrier” o de un helicópte ro... Y aprender cosas tan dispares como los so- corros de urgencia ante un ataque atómico, de tectar una mina, orientarse con la brújula, designar un punto del terreno por las coordenadas del plano, enmascararse, corregir el tiro y conocer la técnica de la defensa personal o su comportamiento en caso de caer prisionero... Pero si importante y complicado es el papel del moderno soldado en el caótico escenario del futuro campo de batalla, no lo es menos, como es lógico, el de sus Mandos. Innecesario es aclarar que la profusión de medios, el aumento constante de in genios bélicos y la aplicación de los últimos avan ces de la ciencia a fines militares, requieren en el que manda, aun tratándose de la más pequeña uni dad táctica, una nueva competencia profesional a toda prueba, una sólida preparación técnica, estar al día de las innovaciones y adelantos y, sobre todo, una práctica constante en el mando directo de tropas, usando de múltiples cualidades de auto ridad, carácter, personalidad,, iniciativa, decisión, prestigio, vocación, ejemplo, celo, capacidad de tra bajo, puntualidad, amor a la responsabilidad, rec titud, bondad, tacto, espíritu dg justicia y tantas otras, que tan difícil hacen el ejercicio del mando. Por todo ello, no ha de extrañarnos que la ins trucción del soldado en los Campamentos, e indi rectamente de sus Mandos, comprenda un apretado programa, el cual impone la realización de un exa men al finalizar cada fase o período, revalidándose después estas enseñanzas con los ejercicios de con junto o en el campo de maniobras. ANTECEDENTES Siempre han existido Escuelas, Academias, Cur sos y Centros de Estudios para la capacitación de los Mandos. Así mismo, cada hornada de reclutas se ha cocido y curtido al aire y sol de los Cam pamentos. También tradicionalmente en nuetro 17 El programa que la diviión de infantería de Gúadarrama núm. 11 ha llevado a la práctica este año en su Campamento de Reclutas de San Pedro contiene las Siguientes materias: instrucción tc tica en orden cerrado y de combate, tiro y arma mento, técnica, especialidades, instrucción sanita ria, cultura general, educación moral y adiestra miento fisico-militar. Este programa constituye un completísimo cuestionario o guión, madurado con la experiencia de Campamentos anteriores y re visado este año con todo detalle y cuidado en las reuniones semanales de una ponencia, integrada por un oficial de Estado Mayor del cuartel genéral de la división y los jefes de las agrupaciones de reclutas que prácticamente lo estaban desarrollan do. En este Cuesdonario, unidad de doctrina y guía de los oficiales instructores, se abarcan todas las materias y conocimientos, que los soldados de estas nuevas unidades, hasta hace poco denomina das Experimentales, han de dominar y poseer en alto grado. Al final de cada fase y periodo de ins trucción han estado previstos también los exáme nes, que han sido muy satisfactorios y han venido a demostrar no sólo el estado de instrucción, la puesta a punto, de estos soldados de la nueva Era, sino también la competencia y preparación de unós Mandos capaces de desenvolverse y enfrentarse, con probabilidades de subsistencia y victoria, ante una posible guerra nuclear. Ejército han existida los exámenes, pues siempre se han constituido tribunales examinadores de los EXAMENES Cursos y Academias. ¿Y qué otra cosa son los jui cios criticas al final de cada ejercicio táctico? He aquí los exdmenes a que han sido sometidos Hasta ahora la jornada de los Campamentos de los reclutas del reemplazo de 1960, en el Campa Reclutas estaba dedicada casi exclusivamente a la mento de San Pedro, de la 11 División del Gua instrucción táctica propiamente dicha. En la ac darrarna: Una primera prueba con “tests” progre tualidad ésta sigue conservando su prioridad. Pero sivos para realizar una inicial preselección, un ya los horarios vienen dando a la instrucción teó examen de cultura general a fin de determinar su rica tanta importancia como a la práctica o, por grado y servir también de base a la organización lo menos, dan mucho lugar a la técnica y especia de las Escuelas y Academias, y tres exámenes más lidades, educación moral, armamento, teoría del al finalizar cadi una de las tres fases del Primee. tiro, academias y cultura general: Es la consecuen Período del 1 Ciclo de Instrucción. cia del cúmulo de conocimientos que en pocos ‘Tc-st” de matrices progresivas.—Se ensayó una días hay que proporcionar al recluta. nueva prueba preselectiva, de tipo gráfico, utiliza Ya hace tiempo que núestros organism6s rectores ble incluso para los analfabetos absolutos o tota vienen mostrando su preocupación por estas ense les, con el exclusivo objeto de determinar quiénes ñanzas. Y, a tal efecto, el E. M. C. dió unas “Normas eran los reclutas mejores dotados para cada espe y consejos prácticos para oficiales y suboficiales ins cialidad y los más aptos para ser promovidos a tructores”. corno “Método de enseñanza para la los empleos de las clases de tropa. instrucción militar”. Dicha prueba estaba concebida tan sólo para Anualmente y por los Estados Mayores de las conocer el grado de inteligencia abstracta del fu Capitanías Generales, se circula una instrucción turo soldado, tratando de discriminar su poder de con las normas generales a seguir en el desarrollo comprensión, asimilación y retención de nuevas del Primer Ciclo de Instrucción. Y esta instrucción ideas o conocimientos y su facilidad o dificultad de sirve de base para que las divisiones confeccionen aceptar juicios prácticos ante situaciones impre el programa que ha de seguirse en los Campamen vistas, deduciendo así psicotécnicamente sus dotes de mando. — Prueba (Le Cultura general.—con los reclutas incorporados se formaron tres grupos: analfabetos absolutos, relativos y aspirantes a cabo. Para establecer esta selección bastó con some terlos a un juicio de escritura al dictado, hacerles leer un párrafo de un texto y explicar a su modo lo que acababan de leer, plantearies unas sencillas operaciones aritméticas e interrogarles sobre pre guntas elementales de Geografía, Historia y Geo metría. Sería prolijo entrar en detalle de la organiza ción y desarrollo de estas interesantes pruebas. puesto que sólo tratamos de generalizar. Unica mente hemos de hacer resaltar la utilidad de estos exámenes,, que atendiendo a la profesión u oficio del recluta, sus aspiraciones dentro de la vida mi litar y su gra.do de cultura permitieron establecer una primera selección del personal del reemplazo y su encuadramiento en las distintas especialida des: curso de formación de conductores, de espe cialistas de transmisiones, de aptitud para el as censo a cabo, de artificieros y telernetristas ordi narios, sanitarios, sirvientes de armas colectivas, etcétera. Axúmejies periódicos—Al finalizar cada una de las tres fases del primer período de instrucción, los reclutas_-e indirectamente sus mandos—fueron sometidos a determinados exámenes teórico-prác ticos. Se constituyó un tribunal examinador, se eligió un elemento, escuadra o equipo, un pelotón o sec ción, por unidad táctica inmediata superior, se hi cieron preguntas individuales sobre cada una de las materias del correspondiente programa de ms- trucción y, al final, se le planteo a la unidad un tema táctico a desarrollar colectivamente. De esta manera se hizo un resumen del progra ma desarrollado en cada fase, comprobando Ci grado de instrucción alcanzado y la capacidad de cada unidad para Cumplir determinada misión táctica. Finalizado cada uno de estos exámenes, se re dactó un informe, en el que se hizo constar: el tribunal examinador, número de individuos exami nados por unidad, porcentaje de preguntas con testadas, tiempo empleado en el exanen y en la resolución del tema propuesto a cada unidad, re sultados obtenidos en las diferentes materias y sugerencias para años sucesivos. COMP ARACION A título de curiosidad y (le comparacion. be aquí las “Pruebas <le Coneeptuación” del soldado nor teamericano: Se desarrolla en tres fases, de un mes aproxima damente de duración, dos de óllas son (le prepara ción y terminan con los exámenes finales. Las fases preparatorias consisten en clases d media hora, con carácter de orientación, expon ción de programas y recomendación de los textos que han de estudiarse en las horas libres. (Hay. que tener en cuenta que en el Ejército norteame ricano apenas se da ya el soldado analfabeto.l Estos programas abarcan las siguientes materias: cortesía militar, primeros socorros, higiene, des trucciones, minas y trampas explosivas, patrullas. lectura de pianos y empleo de la brújula, servicio de información, protección individual y enmasca ramiento, corrección del tiro de artillería y mor teros, transmisiones elementales, guerra química, atómica y bacteriológica, pruebas de eficiencia en el campo y pruebas físicas. (Materias todas que son abarcadas también por nuestros programas.) Estas pruebas suelen ser escritas, desarrollán dose generalmente por medio de un cuestionario de preguntas,. verdaderas unas y otras falsas, que hay que rellenar. Se complementan con otros exámenes orales y con ejercicios prácticos. Los indivjduos examinados tienen que alcanzar por lo menos un 70 por 100 de puntuación y, de no conseguirlo, tienen que sufrir otro examen un mes más tarde. Para participar en esta “Prueba de Conceptua ción” es preciso ostentar el título de “experto infante”, es decir, ser tirador selecto del arma in dividual o tirador de primera en el arma colectiva. Además de estas pruebas individuales del SOl dado, existen otras colectivas de entrenamiento de unidades (agrupación, grupo, sección y pelotón), de gran utilidad e interés, que sirven, de emulación entre. las tropas y sus mandos e incluso, llevados por su peculiar espíritu deportivo, se conceden tro feos a las unidades mejores calificadas. Aparte de estos ejercicios tácticos de conjunto de pequeñas unidades, el Ejército de los Estados tfxiidos en Alemania realiza maniobras dos veces al..año,a más de las de la N. A. T. O., en colabo ración cen los demás Ejércitos aliados. bre el ‘plano, cajón de arena, o en el propio terre no, ya sólo con los cuadros de mando o con la intervención de tropas, única manera de tener siem pre las fuerzas dispuestas para cualquier eventua lidad. El ideal sería llegar al entrenamiento del Ejér cito de los Estados Unidos en Alemania. Mas, he mos de tener en cuenta, que ni estamos en “alerta”, ni tenemos las posibilidades económicas del Ejér cito americano. Sin embargo, se hace lo que se puede dentro de nuestros modestos medios y disponibilidades. Se gún hemos visto, en primer lugar nada tenemos que envidiar en cuanto al plan de instrucción y preparación de los reclutas en los Campamentos. Por lo que concierne a nuestra 11 División del Guadarrama—la citamos por ser a la que estamos más directamente vinculados—, organiza conf eren cias como las que tuvieron lugar en la Escuela de Estado Mayor y a las que asistieron jefes y ofidales de otras Regiones Militares. Edita libros, tal entre otros, las “Conferencias de la Escuela de In fantería del Ejército de los Estados Unidos”, de las que ya hicimos uñ comentario en estas mismas pá ginas. Realiza constantes ejercicios de agrupación, con su planteamiento previo y. posterior juicio crí tico en el amplio sálón de actos de la Agrupación de Infantería Inmemorial núm. 1. Reciente está también el ejercicio nocturno con fuego real e ilu minación artillera en las inmediaciones del Cam pamento de San Pedro, que’ resultó de una gran espectacularidad. Y fué esta división, por último, la que llevó a cabo las maniobras “Dulcinea”, las PERFECCIONAMIENTO más importantes de las hasta ahora realizadas en nuestro suelo, por la profusión de unidadés moto Resultaría desaprovechado en parte el trabajo rizadas que intervinieron y la participación del intensivo, desarrollado en los Campamentos. de Re más eficiente y moderno material. Es uiia manera satisfactoria de tener siempre clutas, sl luego. ya más tranquila o, al menos,y monótoia, vida endelaguarnición no, se. remozaran a punto,, sin oxidarse, la máquiná guerrera, capaz perfeccionara,n los conocimientos adquiridos, me de, hacer frente con probabilidades de éxito y e diante la asistencia a Cursos o. Centros de Estudios sobrevivir a una posible y temida conflagración y la frecuente realización de ejercicios tácticos sc atóittica. . 4 — Ideas parva una posbIe ampliación deJa misión de Ejreito Comndanie de ArFillería,diplomado de E. M., Santiago MORA GONZÁLEZ, provincial de Proteccióncivil de Santander. de la Jefafura Es rara la vez que, al hablar en un sentido ge— Y esta es, a grandes rasgos, la masa de hombres neral del nivel en que se encuentra España res que España incorpora a sus Ejércitos para que se pecto al extranjero, no se haga coro a una repetida les forme militarmente. Y es aquí, a mi entender, conclusión: la causa está en el deficiente grado donde radica la gravedad del error: en formarlos de preparación de los españoles. Pero en esta ex militarmente nada más. Me explicaré. presión un tanto ambigua, sólo se encierra (no sé No deseo caer en la estupidez de explicar a mi por qué) a la masa formada por aquellos españoles que, debido a una multitud de causas, no han te litares en qué consiste la formación militar; sólo recordar sus rasgos más principales. En primer lu nido una formación que les libere de la servidum bre, digámoslo así, de un trabajo más manual que inteléctual. Dicho de otro modo, se culpa, en ex gar, inculca un sentido del respeto, de la obedien cia, de la disciplina, como no se logra en ningún otro tipo de formación; es decir, que, paso a paso, vamos imprimiendo un carácter que, por lo pro fundo de su huella, persise prácticamente a lo clusiva, a quienes forman la casi totalidad contingentes de tropa. de los Con esa expresión, falta de preparación, se quie re englobar todo un proceso que abarca desde la ausencia de una primera enseñanza hasta la au sencia, también, de la práctica de una especie de gimnasia mental que se traduce en una pesadísima rutina o, lo que es lo mismo, en un modo de vivir y obrar conforme a una práctica que procede de los años mil, y que sólo se ha visto alterada por la introducción de métodos o sistemas que, por re gla general, han sido copiados sin preocupa rse de la posibilidad de su adaptación ni de su consi largo de toda una vida. Junto a ello y a la ense ñanza de estas virtudes militares se forma al hero— bre en una técnica específica y particular: y así, a lo largo de un período de tiempo bastante corto. se produce una serie de milagros a cuál más ma ravilloso: desde transformar un panadero en tu pógraf o, un labrador en operador de radio o un pescador en telemetrista, hasta convertir en una persona, en ocasiones, a un ser humano rudimen tario. De estos éxitos nacen nuestros orgullos, por ia guiente posibilidad de éxito. Todo ello, unido a una serie de causas ajenas a esa masa, ha hecho que ella acuse unás caracterís simple razón de que nos ha sido posible ejercer. en toda su plenitud, el ansia de creacion que lleva consigo todo hombre. Nos sentimos dueños (le a ticas obra, porque ha salido de nuestras manos: lorqie casi de la nada hemos hecho algo útil, teniendo en esa utilidad ajena el único premio. Y como ese crear y volver a crear es una auténtica funcion — muy definidas: bajo nivel cultural, dureza de su ambiente de vida, desconfianza, y resistencia a toda innovación, todo ello ligado por el vicio mezclado con el ren cor, en dosis diferentes según sea el ambiente de procedencia. continua, médula de nuestra profesión, el militar, en mayor o rimenor grado, está dotado de un im pulso semejante al del revolucionario que le impide aceptar, en principio, la monotonía de un “dolce 21 far niente” o del continuo trillar, dia tras día, en un rutinario lo que sea, porque el militar, en esen saben, sí, 103 resultados y es posible determinar con bastante exactitud de qué es capaz cada un cia, construye su vida sobre un solo concepto: acción. Es dentro de estas bases formativas y de forma de los componentes de esa masa; pero como no es posible “quedarse para septiembre” o “repetir dores donde se derrama, más que se vierte, a esa masa de hombres, para someterla a un proceso de verdadera Escuela de Formación Profesional Ace lerada. Y los resultados demuestran claramente, a mi entender, tres cosas: 1.0 Que esa masa no es tan masa como se creía, por cuanto de ella se obtiene multitud de indivi dualidades. 2. Que los casos negativos que se presentan no demuestran sino que existe una incapacidad de asi milación respecto a esta técnica militar, supuesta una igualdad de capacidad de enseñanza. 3° Que el educador, forzado por un objetivo único, decanta o estratilica sus resultados, pero prácticamente deja sin compieta aplicación real a los productos intermedios. Los programas de formación son rígidos, han d cumplirse en forma inexorable, las fases y los ci clos de instrucción son inflexibles, por lo que la tónica de la enseñanza es como un rastrillo que curso”, en el momento del licenciamiento vemos, con más o menos tristeza, cómo la fuerza de una ley clestina, abombo y platillo, a una serie de in capacitados a la noble tarea de continuar haciendó Patria, aunque fuera de las filas de los Ejércitos. Por todo ello he dicho que el único error está en que la formación a dar sea exclusivamente mi litar, con independencia de que las enseñanzas ad quiridas, como si fuera por carambola, tengan o no una futura aplicación civil. Las Fuerzas Armadas son, a estos efectos, la única Facultad por la que forzosamente han de pasar todos los españoles cual quiera que sea su procedencia o su telectual. En consecuencia, en ningún to de la vida del cuidadano puede tado sobre él en mejores condiciones: capacidad in otro momen actuar el Es lo tiene a su disposición sujeto a una disciplina y en una edad en la que es factible sembrar con gran éxito cual quier clase de enseñanza, como lo demuestra las pruebas que da en cuanto a su inteligencia, a su reloj y que habilidad manual y a otras manifestaciones; digalo, si n, la rapidez con que aprende nombres sólo arrastra a las piedras que no caben entre sus dientes, dejando atrás las de menor tamaño. Se de personas y cosas a cuál más dispares, la facili dad con que llegan a manejar tablas gráficas y se mueve imperturbablemente contra numéricas, cuánta habilidad demuestran en los despieces de armamento, etc., para darnos cuenta, como dije anteriormente, que esa masa no es tan masa como se cree. Y si esto es así, considero equi vocado que el Estado desaproveche la oportunidad que se le presenta. No basta con impedir el licenciamiento a quien no sepa leer ni escribir en la creencia de que con tal a- medida se ha combatido y vencido al analfabetismo, porque, en el fondo, se sigue siendo tan analfa beto como antes, a más de que con ello no se les presta, en definitiva, el favor que se les cree pres tar. Basta con que recordemos el caso del sacristán de quien nos habla Sommerset Maughan. •1 La medida práctica del analfabetismo la da el grado de incapacidad para desenvolverse en la propia actividad; y éste es, en mi opinión, el anal fabetismo que hay que combatir. El material hu mano que se entrega a las Fuerzas Armadas no está compuesto, ni mucho menos, por universita rios, sino precisamente por los que componen la cantera de donde se extrae la totalidad de los ofi cios; es decir, donde, en palabras del Ministro de Educación Nacional en Las Palmas de Gran Canaria, existe la “preocupación por los grados elementales”. Puede considerarse como “misión cumplida” al hecho de darles una formación militar; pero, in dudablemente, si para el Ejército basta para el Estado no. Nadie nos puede exigir más, puesto que cumplimos íntegramente con la faceta docente de nuestra profesión. Pero hay una posibilidad, la de que la Facultad de las Fuerzas Armadas se con vierta en Univeridaçl,.. No pretendo, Dios me libre, que se transforme a los oficiales en una especie de ungüento amarillo, aunque no sea sino por mi profunda repulsa al tipo de oficial sábelotodo. Al César, lo que es del César. Pero puede existir una solución, bien sea con los propios medios de las Fuerzas Armadas o bien con la colaboración de otros Ministerios. El problema, pues, so concreta en los siguientes tér minos: l. Determinación de las enseñanzas a des arrollar. 2. Necesidad de un profesorado idóneo y de los oportunos medios. 3. Disponibilidad del material humano durante un tiempo que, en principio, puede conseguirse con el incremento del que en la actualidad se dispone. En cuanto a los tipos de enseñanza, podrían Ii nítarse, en .principio, a aquéllas que se consideren más necesarias: agrícola, ganadera, marítima, me cánica automovilista, mecánica general y electrici dad, por ejemplo. En cuanto al profesorado, no hay nada que repugne a la idea de que uno o varios profesores civiles dispongan de un aula en un Centro militar. Respecto a los medios, podrían utilizarse las granjas y Escuelas de Aprendices, por ejemplo, o Solicitar los que poseen otros mi nisterios. Y en cuanto al tiempo, la enseñanza po dría desarrollarse, por ejemplo, en dos fases: la primera, con la inclusión en los horarios norma les, durante su actual tiempo de servicio, de una o dos horas dedicadas a sentar las bases de una primera enseñanza; la segunda, ampliando en dos o tres meses el tiempo actual de permanencia en filas. Entonces sí que se podría negar el licencia miento, en conciencia, por razón de analfabetismo. Ya sé que un plan de esta naturaleza lleva con sigo un gasto considerable; lo extraño sería que no fuera así. Pero lo que es indudable es que será un gasto productivo y de una rentabilidad a muy corto plazo. El licenciamiento de estos hombres se seguirá haciendo a bombo y platillo; pero creo que nunca sonarán mejor ni con más alegría por par te de todos, al ver que, al devolverles a sus ocu paciones normales, a más de ir impregnados de unas virtudes militares, se llevan consigo una fla mante preparación que, en el peor de los casos, les ha ensanchado el horizonte de sus posibili dades. Entonces sí que podremos decir: Misión cumplida. ormas 1 ti1 •1 sobre oIaDOraciOn EJÉRCITO se forma preferentemente con los trabajos de colaboración espontá nea de los Oficiales. Puede enviar los suyos toda la Oficialidad, sea cualquiera su em pleo, escala y situación. También publicará EJFRCITO trabajos de escritores civiles, cuando el tema y su desarrollo interese que sea difundido en el Ejército. Todo trabajo publicado es inmediatamente remunerado con una cantidad no menor de 800 pesetas, que puede ser elevada hasta 1.200 cuando su mérito lo justifi que. Los utilizados en la Sección de «Información e Ideas y Reflexiones» tendrán una remuneración mínima de 250 pesetas, que también puede ser elevada según el caso. La Revista se reserva plenamente el derecho de publicación; el de suprimir lo que sea ocioso, equivocado o inoportuno. Además, los trabajos seleccionados para pu blicación están sometidos a la aprobación del Estado Mayor Central. Acusamos recibo siempre de todo trabajo recibido, aunque no se publique. ALGIJNAS RECOMENDACIONES A NUESTROS COLABORADORES Los trabajos deben venir escritos a máquina, DOBLE ESPACIO entre ellos. en cuartillas de 15 renglones, CON Aunque nó es indispensable acompañar ilustraciones, conviene hacerlo, sobre todo si son raras y desconocidas. Los dibujos necesarios para la correcta interpretación del texto son indispensables, bastando que estén ejecutados, aunque sea en lápiz, pues la Revista se encarga de dibujarlos bien. Admitimos fotos, composiciones y dibujos, en negro o en color, que no vengan acompañando trabajos literarios y que por su carácter sean adecuados para la publi cación. Las fotos tienen que ser buenas, porque, en otro caso, no sirven para ser repro ducidas. Pagamos siempre esta colaboración según acuerdo con el autor. Toda colaboración en cuya preparación hayan sido consultadas otras obras o tra bajos, deben ser çltados detalladamente y acompañar al final nota completa de la bi bliografía consultada. En las traduccIones es indispensable citar el nomore completo del autor y la publi cación de donde han sido tomadas. Solicitamos la colaboraciOn de la Oficialidad para «Guión», revista Ilustrada de los mandos subalternos del Ejército. Su tirada, 18.000 ejemplares, hace de esta Re1sta una tribuna resonante donde el Oficial puede darse la inmensa satisfacción de ampliar su labor diaria de instrucción y educación de los Suboficiales. Pagamos los trabajos des tinados a «Guión» con DOSCIENTAS CINCUENTA A SEISCIENTAS pesetas. 24 Cómo el Ejército creó la A iación Tenienfe General de Aviación, Aliredo KNDELAN La guerra, en nuestro planeta, comenzó en tie rra, la parte sólida de nuestro mundo; pasó, su cesivamente, al mar y a la atmósfera; y puede suceder que, no muy luego, se extienda al espacio interplanetario. Naturalmente, del Ejército de Tierra hubieron de salir, tanto las dotaciones de los barcos y de los aviones como los mandos de las unidades na vales y aéreas. Una esencial diferencia existió en tre el tránsito de la guerra terrestre a la naval y el de una y otra a la aérea: el primero fué obra de muchos siglos; el segundo, de algunas décadas. Llevaba ya la guerra terrestre conocida quince siglos de existencia, desde las batallas prehistóri cas, cuapdo se inauguró la naval, con el combate de Salamina, entre persas y griegos. En aquella cl sica batalla eran terrestres los mandos y las tri pulaciones de una y otra flota, y veinte siglos des pués eran todavía jefes del Ejército los vencedores de Lepanto: don Juan de Austria y don Alvaro de Bazán; los dos alternaron sus victorias en tie rra y mar. Y no fueron solos; aquel príncipe egre gio, de quien dijo el Pontífice: “Fuit horno missus a Deo, cuit fornen erat Joannes” y su brazo dere cho don Alvaro, generales de tierra, con mandos navales, sirio sus colaboradores Doria, Basano, Tre nos, Sforza y otros, así como los de la escuadra enemiga: Ah Pacha, Dragut, Ulut Ah, etc. Ocho años antes de esta batalla de Lepanto in tentó Felipe II especializar el Mando Naval. Mien tras el magnífico marqués de Mondéjar es sola mente general terrestre y sólo en tierra actúa, don Alvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, es nom brado “capitán general de galeras, y de la gente de mar y (le guerra y del remo de ellas”. Pero la especialización no se mostró como necesidad ina plazable hasta treinta años más tarde (1558), al ocurrir el desastre de la Invencible, que se atribuyó a la impericia del duque de Medina Sidonia, lego en cosas del mar, el cual tuvo que tomar el mando de la escuadra al morir el marqués de Santa Cruz que lo desempeñaba. Entre las batallas de Micale y Salamina—siglo y a. J. C.—y la de Lepanto—si glo XVI d. J. C.—transcurrieron veinte siglos; me nos de medío ha durado, en contraste, el tránsito a la guerra aérea, al que hemos asistido. El tránsito de la guerra clásica a la aérea Los que hemos presenciado desde cerca el paso, a ritmo acelerado, de la guerra de dos dimensiones a la de tres estamos, en cierto modo, obligados a dejar constancia de lo que hicimos o vimos, para DUANY. facilitar la obra de futuros historiadores. Así lo ha hecho, en un interesante libro que acabo de leer, el general francés Albert Eteve, uno de los contados supervivientes del nacimiento de la Aero náutica Militar, que conmigo seremos quizá los dos umnicosque quedan. Por ser coetáneos—le llevo un año de edad y otro tanto de Milicia—y haber dado los mismos pa sos iniciales en nuestra carrera aeronáutica, el libro está lleno, para mí, de recuerdos y añoranzas. Posee, como yo, los tres títulos de piloto de globo libre, de dirigible y de aeroplano. Ha constituido una sorpresa para mí enterarme de que vive aún otro militar que comparte conmigo lo que yo creía poseer en exclusiva: el triple título de pilotaje aéreo, a pesar de que los aviadores de muchos paí ses en el medio siglo transcurrido han vivido dos grandes guerras, que han venido a sumarse a los riesgos aéreos y a las causas naturales debidas al paso de los años. El libro que comento sirvió al mismo tiempo para darme cuenta, no sin satisfacción, del ritmo ace lerado que siguió el progreso de nuestra Aeronáu Lica desde los primeros pasos por el mundo, com parándolo con el de la Aeronáutica francesa, que era entonces, sin disputa, la primera del orbe: la de los records del mundo de distancia, del conde de la Vaulx, y de altura, de Berson y Zurich; la do las copas Gordon Bennet; la del dirigible La France, de Renard y Krebs, y los posteriores, de Lebaudy, Astra y Ciernan Bayard; la del Avión de Ader y la Demoiselle, de Santos Dumont; la de la travesía del Canal de La Mancha, por Bieriot... La aerostación dió comienzo en Francia unos años antes que en España, donde la creación de un Parque y una Compañía de Aerostación, en Guadalajara, no ocurrió hasta el año 1898; onc años antes, en 1877, se había organizado en el hermoso parque de Chalais Meudon un Centro (le Experimentación y de Construcciones Aeronáuticas, que dirigia el capitán de Ingenieros Charles Re nard; su primer fruto fué la construcción y en sayo del globo dirigible “La France”,rnovido por un motor eléctrico accionado por pilas. En este establecimiento, cuna de la Aeronáutica francesa, se construyó y ensayó todo el material de Aerosta ción, corno vino a hacer, desde su creación en 1898, el Parque de Guadalajara. Este retraso inicial de nuestra aerostación quizá no deba considerarse tan grande; desde unos años antes se venían realizando ascensiones en globo cautivo en la Casa de Campo, de Madrid, en una 25 de las cuales subió S. M. la reina Cristina. Estos ensayos los hacía la 4. Unidad del Batallón de Telégrafos, •de guarnición en Madrid. Tanto el establecimiento francés como el esDañol tenían bastante demrrollo y suficiente personal es pecializado en Aeronáutica; al parecer los aeropla nos para encargarse de la iniciación del vuelo me cánico en sus respectivos paises: los elementos di rectivos y los primeros pilotos fueron aerosteros, aquende y allende el Pirineo. En aerostación, mien tras tanto, Guadalajara había recuperado el retraso inicial y aún superado a Chalais. Habia sustituído la tela barnizada por la cauchotada y el globo es férico por el “corneta”, muy superior a aquél. Estudio cronológico comparativo Vamos ahora a comparar entre sí, cronológica mente, las etapas del progreso de ls aviaciones francesa y española, que -han llevado a edificar esas magníticas estructuras que son los actuales Ejércitos del Aire. Comencemos por decir que el Cuerpo de Ingenieros español demostró mayor es píritu de comprensión que el francés y supo ir cediendo sus derechos iniciales a dirigir las cosas del Aire. También nuestros artilleros demostraron mayor desprendimiento y discreción que los fran ceses, no tratando de apoderarse de la Aviación como órgano de observación y corrección del tiro. En Francia 1ué creado en 1904 un polígono inde pendiente del de Ingenieros y rival suyo como ser vicio de Artillería. Con un año de diferencia: en enero de 1910 las francesas, y en marzo de 1911 las españolas, co mienzan a funcionar las escuelas para pilotos de ae roplano. Los métodos de instrucción y los aparatos son idénticos; en España sólo existe una Escuela, en Cuatro Vientros; los profesores son ingleses, franceses y. españoles. Lcs franceses aprenden tam bién a volar en escuelas civiles de las casas cons tructoras: pero no satisfechos de su rendimiento, instalan dos escuelas militares: en Chalons y en Satory. Al nacer la Aviación éspañola con un año de retraso con respecto a la francesa-, la situación era la siguiente. Ambas dependían de un Servicio de Aeronáutica dentro del Ejército de Tierra: de la Rama de Aerostación salieron los primeros pilotos de la de Aviación; unos y otros instruidos en aná logos aviones-escuelas, por pilotos civiles; el nime ro 1 de los pilotos militares franceses, teniente-de Ingenieros Camerman, se hizo piloto en Maurice Farman; el autor de este artículo, el número 1 de los hispanos, realizó sus pruebas en el mismo tipo de ávión Uno y otro, apenas tomado el título, pasan a dirigir sendas escuelas de vuelo, y con los tres títulos aeronáuticos, fueron subiendo los escalones jerárquicos de Aviación. 26 Con la inicial diferencia cronológica de un año van avanzando, al mismo paso, las dos aviaciones; en 1909, el Centro de Chalais-Meudon encarga dos aviones Wright, otros dos Henry Farman y un monoplano Bleriot; al final del mismo año nom bra cinco alumnos pilotos, con título aerostero. Casi al mismo tiempo el Centro de Vincennes en carga tres El. Farman, dos Wright y dos Antoinette y nombra a echo oficiales de artillería para pilotarlos; un año después el servicio de Aviación espa ñola adquiere dos H. Farman, un Maurice Farman y dos Nieuport y nombra cinco oficiales aeroste ros alumnos de la primera promoción cJela Es cuela de Cuatro Vientos. De los cinco hemos vivido todos hasta hace cuatro años, y aún quedamos cuatro. Después han continuado avanzando los dos ser vicios aéreos, con tendencia a reducir el hispano su retraso inicial; se adelanta la Aviación francesa en adquirir autonomía de la Dirección de Ingenie ros al crearse el 22 de octubre de 1910 la Inspección Permanente de la Aeronáutica, que pasa a desem peñar el general Roques, que era director general de Ingenieros. En otoño de 1911 cuentan ya con dos escuadril]as orgánicas que actúan en las maniobras cenerales de este año y del siguiente; este año nuestra Aviación dió un gran salto, pasó a actuar en la guerra de Marruecos, inaugurando, nada menos, que el empleo de la Aviación como arma aérea, primacía que nadie puede disputarnos. Se ha intentado, sin embargo, discutir este hecho histórico, alegando unos supuestos servicios de dos globos cautivos que prestaron útiles servicios de reconocimiento al Cuerpo de desembarco francés en Casabanca en 1907, y unos ligeros y contados vuelos de aviones italianos en Trípoli, con misio nes únicamente de observación. Nuestra escuadrilla actuó desde Tetuán en misones tanto de reconoci mientocomo de bombardeo, ylo mismo otra que se organizó en Melilla; practicando además, una y otra, el vuelo rasante. La primera guerra europea de 1914 fué causa de crisis para nuestra Aviación; pero nuestro re traso fué compensado por el largo período de gue rra continua en Marruecos, que fué una gran Es cuela de Guerra y elevó a gran altura el espíritu de las Alas Españolas. Tan alto que cuando el ge nial dictador Primo de Rivera restableció la paz ón Marruecos el año 1926, la energía moral de los pilotos buscó expansión a su entusiasmo en gran des raids trasatlánticos e intercontinentales, colo cándonos a la cabeza de las naciones en tal aspecto. y cuando llegó ]a República, el año 1931, salió in cólume de la “trituración” a que la sometió Azaña y se cubrió de gloria en el Movimiento Nacional. creando un magnífico Ejército del Aire mientras combatía. - Caballeria y Fuer za acorazadas (Puntog de con(acto) Comandante da Caballer(a,FedericoPRIETO ALONSO. De la Escuelade Aplicacióncje su arma. Por lo iiablar o mente se tomamos — general, siempre que nos disponemos a que la experiencia de las grandes conflagraciones escribir sobre la evolución que constante nos brinda, y es inútil pretender ser original en está produciendo en la concepción militar, esto y considerarlo corno un tópico eludible Las como punto de referencia la gran lección consecuencias duran hasta la siguiente guerra y es entonces cuando se sab del acierto o error de nuestras aseveraciones. Constantem ente se están introduciendo modifi caciones en lo que poco antes se consideraba como inmutable. La técnica va tan de prisa en la trans— formación y creación de medios de combate que hace necesaria una poderosa industria para poder seguir su acelerada marcha progresiva. Se escriben “nbrmas provisionales” para el empleo de tal o cual ingenio que resultan anticuadas aun antes de que la ponencia encargada de redactarlas haya termi nado su trabajo. El concepto básico permanece, pero los modos de empleo, la forma dé disponerlos y moverlos en el campo de batalla, sufren una constante revisión. Siguen inmutables ciertos principios en el empleo de la Caballería. La movilidad y enérgicas accio nes de cheque caracterizan nuestro inconfundible modo de concebir el combate. “Fuego, movimiento y cheque” se dice certeramente en nuestros regla tnentos lo mismo para desempeñar misiones ge nuinas de la Caballería que con los medios blinda dos que posee en la actualidad. Las fuerzas aco razadas, la Caballería actual, utiliza casi los mis mos modos de acción: gran movilidad y abruma dora potencia de fuego combinados. Pero los principios básicos que rigen el empleo de la Caballería o de cualquier Arma, no son más que reglas o riornias para poder desarrollar el “arte de disponer, mover y emplear con eficacia las trc pas en el campo de hatalJ.a”, llamada Táctica de la guerra. Como arte que es se dan unas reglas que el jefe deberá utilizar según su preparación técnica, pericia y experiencia, pero nunca deberá someterse a ellas en forma rígida y absoluta. Para que estas reglas, estos principios, puedan ser apli cados con garantías de éxito es necesario que los L mandos las empleen con gran flexibilidad de es píritu y una gran imaginación, virtudes éstas que el jefe de Caballería posee sin apenas esforzarse, pues más bien se adaptan como un guante a la mano, a su manera de concebir sobre el campo la r 27 maniobra adecuada en cada caso y ejecutarla con certera rapidez. Por esta razón, tenemos por cier to que todo estudio sobre las fuerzas acorazadas tiene que ser atentamente considerado por los jefes de la Caballería, por la similitud y puntos de con tacto entre sus acciones y decisiones. Cada vez está más extendida la idea de que una futura guerra se hará más flúida, más en campo abierto, mucho más móvil y rápida. La dispersión se hará cada vez mayor, aunque principalmente sometida a los límites que permita el enlace. Las formaciones más elásticas y la posibilidad de cor. centrar más rápidamente en un punto dado una gran potencia ofensiva dará lugar a que l penetración profunda a través de las líneas enemigas se una maniobra de más frecuente empleo. Todo esto hace inevitable la creación y empleo de masas acorazadas. Las agrupaciones blindadas de Caballería son una parte vital ei las divisiones. Ponen al alcance del mando objetivos decisivos, ya que la deupación rápidS de zonas importantes para la maniobra poSteiior de la división, la explo tación de éxitos parciales y la persecución son al gun de sus actuaciones más características, sea con su propios medios o previamente reforzada. Se adaptan a la mayor parte de acciones ofensi vas y defensivas previsibles. Pero no entra en nues tró propósito hablar sobre estas ágrupaciones blin dadas de Caballería. Solamente •las hemos citado a título de ejemplo con la intención de ponerlo en la mente del problemático lector de estas líneas y le sirva de referencia cada vez que salgan a re lucir las palabras FUERZAS ACORAZADAS, de las que tenemos la intención de hablar, y de este 28 modo podrá seguir el razonamiento que el general de brigada americano (EE. UU.) Bruce E. Clarke se hace cuando, algunos años atrás, escribía refi riéndose a la necesidad de las Fuerzas Acorazadas y su origen. “Durante muchos años, los ejércitos han tratado de organizar fuerzas ligeras de movimiento rápi do que pudieran perturbar los factores de. tiempo y espacio del enemigo. Para ello se sacrificaba par te de su potencia, con objeto de alcanzar la movi lidad deseada; la Caballería fué organizada según estos principios. Pero con el empleo de gran can tidad de pequeñas armas automáticas y de otras armas nuevas y el de los vehículos automóvil, qtcé tera, etc.”, y añadamos lo que de esto se dice: Se consigue una gran potencia de fuego móvil y aco razada. Las Fuerzas Acorazadas cónsigúen sus objetivos por su facilidad de móviminto y por su capacidad de fuego, pero especialmeñte pór su capacidad de movimiento. Ninguna unidad dé tropás a pie permanecerá tranquila en su posición si tiene noticias de que una fuerza acorazada se encuentra dispuesta, aun que sea a muchos Kilómetros de distancia del cam po de batalla. La facilidad que tiene dé llegar se calcula por lo menos en un 20 por 100 de menos tiempo que las tropas á. pié. Hay que tener eñ cuenta lambién que las fuerzas acorazadas se mueven en formación de combate, por 10 que. a su velocidad de movimiento hay qúe añadir la facilidad para émpeñarse en él combat€ rápidamente desde la posición de marcha. Aun en la defensiv.a conservan estas fuerzas el espíritu que les da origen. Se. defienden con fuer tes contraataques que obligan al enemigo a des plegar sus fuerzas. Este para asestar la réplica golpeará e.n el vacío, pues las fuerzas acorazadas, haciendo, uso de la característica más acusada, la movilidad, ya se habrán retirado cuando esto ocu rra, volviendo a efectuar otra acción ofensiva tan tas veces como sea necesario. Esta defensa elástica se efectúa en profundidad, cediendo cianto espacio le permita el mando, o recuperando zonas que mantendrá en su poder a. toda costa durante tiempo fio para dar lugar a que otras fuerzas tengan tiempo de montar, el dis positivo que e.l mando haya previsto. Estas fuerzas no están organizadas para el com .bate defensivo, pero no se debe descartar la pos bilidad de que en cualquier ocasión se vean foi’ zadas a efectuarlo. De aquí la necesidad de tener previsto su empleo para tal contingencia. Estimo, en fin, que el paralelismo que existe en tre la Caballería y la idiosincrasia de sus mandos con las Fuerzas Acorazadas y sus mandos es evi d.ente. . . - La característica básica de movilidad no se deri va solamente de la potencia del vehículc-cari o, sino que va unida estrechamente a una ordenada y efi caz organización de abastécimientos en todos los escalones. Aquí los servicios en general cobran es pecial relieve y de su funcionamiento inteligente depende en gran parte su existencia como fuerza actuanie. El adecuado empleo de las armas es también de cisivo para el éxito de las acciones donde se cmpeña la fuerza acorazada, concentrando en un punto toda su potencia con su aplastante superio ridad de ametralladoras y la proteccion que le proporciona su coraza. El mejor empleo del cañón del carro es contra otro carro enemigo, ya que en realidad no es artillería. Los carros avanzan gene ralmente bajo la protección que les proporcionan los fuegos de cobertura de la artillería y otras ar mas de apoyo, lo que les permite con sus ametra lladoras atacar al enemigo y destruirle. De todas las armas del carro de combate po dríamos decir que la principal es el efecto desmo ralizador y psicológico que su presencia causa en las fuerzas que han de resistir su ataque. Este efec to llega mucho más allá de las fuerzas de primera línea y empieza a dejarse sentir desde el momento en que los carros son percibidos. Cuanto mayor sea el número de carros emplea dos en la acción mayor será el efecto moralcausa do y no es aconsejable el empleo de fuerzas aco razadas demasiado pequeñas, pues lejos de produ cir efectos decisivos se traducen a menudo en gran des pérdidas y en resultados inciertos. El ataque con los carros de combate debe efectuarse lanzándolos rápidamente sobre el enemigo en un frente relativamente estrecho y proporcionado a la fuerza atacaríte. Su eficacia dependerá de su profundidad y no deberá desplegarse hasta que la oposición del enemigo y su voluntad de resistencia haya sido vencida o reducida hasta un punto en que no sea probable una poderosa reacción por su parte. Antes de iniciar un ataque será preciso una bue na información que cubra todas las contingencias previsibles, ya que durante la acción no es fácil formarse idea de todo lo que puede suceder du rante la jornada: cambios de situación, obstáculos, condiciones del terreno, zonas impracticables o mi nadas, fuerzas enemigas con que han de encon trarse los carros y cuantos datos sean previsibles más allá de la línea de partida. Es imprescindible gran flexibilidad en la táctica de las fuerzas acorazadas. Los Estados Unidos pre conizan para el combate de la división acorazada el empleo de las dos columnas flexibles en que está organizada. Una de las dos, dice el general Clarke, “estará en condiciones, en una ocasión dada, para llevar a cabo con más ventaja la misión encomen da-da”. El mando de cada columna (de la categoría de oficial general por lo menos), ayudado por un Estado Mayor, será apto para dirigir operaciones en situaciones que cambian rápidamente y “acos tumbrado a trabajar con órdenes poco detalladas”, caso muy corriente en Caballería. No avanzarán, necesariamente, en un frente es trecho o siguiendo una sola vía de penetración. Tam bién podrán—sigue diciendo el general—avanzar en un frente amplio, pero sólo mientras las formacio nes tácticas de la división y las agrupaciones de combate formen en columna, situación ésta que permite a sus jefes estar en disposición de hacer frente a cualquier contingencia y de entrar rápi damente en acción sin esperar la reacción y las órdenes de los escalones de mando elevados. Las Fuerzas acorazadas siempre encuentran, cuando están avanzando, un momento en que su acción puede ser ariolladora. “Ponerle trabas por fijarse fases en su movimiento, líneas de objetivos a •cubrir limitados, y otros factores que exigen de cisiones del mando superior para continuar el avan ce es hacerle perder este momento y oponerse a su éxito más que el propio enemigo.” Cualquier traba o limitación de movimientos pue de proporcionar tiempo al enemigo para reaccio nar y por añadidura puede arrebatarles la inicia tiva. Cualquiera que mande fuerzas de la clase que sean debe planear cuidadosamente su ataque, pero si se trata de fuerzas acorazadas hay que extremar hasta límites exhaustivos este planeamiento. Am plia red de comunicaciones, coordinación de movi miento, planes detallados de abastecimientos, ajus tado apoyo de artillería, morteros, aviación, regu lación y disciplina en el tráfico por las vías de comunicacion a emplear, cuidadoso plan de repa raciones, etc., etc. Todas las previsiones serán pocas para confeccionar el plan de ataque, pero una vez determinado éste, la ejecución debe llevarse a cabo con entera libertad. La violencia en la acción debe ser intensa y enérgica para que no se malogren los efectos de sorpresa y den máximo rendimiento la movilidad, potencia de fuego y efecto moral. La audacia tendrá primordial lugar en la calificación de la ejecución, y sin ella el resultado que se espera de la acción de las fuerzas acorazadas será fatal. Un acertado empleo de las reservas de material coadyuvará al éxito de la operación, ya que será conveniente y hasta necesario disponer de tiempo para las reparaciones del mismo. Las unidades aco razadas cuentan con medios para estas reparacio nes, pero no siempre tendrán tiempo y lugar, de aquí la necesidad de que sea renovado cambiando el material a reparar de primera línea por el de reserva en servicio. 29 Aun en la defensiva conservan estas fuerzas el espíritu que les da origen. Se defienden con fuer tes contraataques que obligan al enemigo a des plegar sus fuerzas. Este para asestar la réplica golpeará en el vacío, pues las fuerzas acorazadas, haciendo uso de la característica más acusada, la movilidad, ya se habrán retirado cuando esto ocu rra, volviendo a efectuar otra acción ofensiva tan tas veces como sea necesario. Esta defensa elástica se efectúa en profundidad, cediendo cuanto espacio le permita el mando, o recuperando zonas que mantendrá en su poder a toda costa durante tiempo fijo para dar lugar a que otras fuerzas tengan tiempo de montar el dis positivo que el mando haya previsto. Estas fuerzas no están organizadas para el cciiibate defensivo, pero no se debe descartar la post bilidad de que en cualquier ocasión se vean for zadas a efectuarlo. De aquí la necesidad de tener previsto su empleo para tal contingencia. Estimo, en fin, que el paralelismo que exite en tre la Caballería y la idiosincrasia de sus mandos con las Fuerzas Acorazadas y sus mandos es evi dente. - ‘— .- 30 EN EL DINTEL DEL ESPACIO General de Aviación,AntonioRUEDA URETA. Tenientefiscaldel ConsejoSupremode JusticiaMilitar y Director de la publicaciónespaíola Revistade ‘Aeronáutica y Astronutic». No existe una fórmula matemática y general para establecer la senda entre dos cuerpos celestes. Y esto se explica porque esos dos cuerpos no son nunca úni cas en el espacio, nl están colocados fijos en dospun.. tos invariables, ni influyen ellos dos exclusivamente sobre el móvil que recorra el trayecto entre ambos; sino que son muchos los cuerpos celestes que existen y se están moviendo en nuestro Sistema Solar, en sus respectivas órbitas, unos alrededor del Sol y otros al rededor de sus planetas respectivos de los cuales son satélites, con órbitas que no son circulares sino elíp ticas, más o menos, excéntricas o alargadas; lo cual hace que las distancias al foco que ocupa el cuerpo principal Que obre como centro de atracción res pectivo, sean en cada momento y en cada caso muy diferentes, no sólo en cuanto a posiciones sino en cuanto a influencias mutuas y sobre el citado móvil o vehículo interplanetario de que se trate. Para ir de uno a otro planeta, el caso nunca será el mismo; todos los demás cuerpos celestes influi rán de distinto modo en cada caso y, sobre todo, será muy diferente la influencia que ejerza el Sol, tan predominante en el espacio total de nuestro sistema planetario, y sobre las diferentes posiciones combinadas de los diferentes casos. Simplemente en el caso de un móvil que quiera moverse entre la Tierra y la Luna, podemos con,si-. derar que la órbita de nuestro satélite natural se halla inclinada unos cinco grados respecto al plano de la Eclíptica (plano de la órbita terrestre alrede dor riel Sol), y que existen diferencias de unos 22.000 kilómetros entre lo que dista la Luna de la Tierra Nota al grabado de cabeza,—Satlje artificial«Discovere,».Lleva adheridaa la parte cónicade proa, que es el satélite propia mente dicho, otra porte posteriorcilíndricaen la cual va el sistemade conducciónde todo el ingenioy un motorpara ese segundopiso o fase porcohete de combustiblelíquido. 31 movimiento curvo alrededor de un centro de atrac ción, se provocará una fuerza centrífuga ‘que equi librará más o menos perfectamente- a la de atrac ción o peso del satélite (si la entrada es exacta en todo, se provocará la órbita circular; si hay alguna pequeña imperfección en velocidad o en cuanto a la tangenció. inicial, se provocará una elipse más o menos alargada, dentro de ciertos límites de tole rancia; fuera de esos limites el intento fracasará). Si se trata- de trayectorias abiertas (parábola e hi pérbola) que corresponden a los envíos de vehículos 1 / espaciales entre Cuerpos Celestes, y que exigen velo 1 ¡ 1 / cidades mayores, según luego detallaremos, el que 1 ¡ / resulte la trayectoria que se deseaba, errores tolera 1 1 // / 1 bies (aquí ménos tolerábles que en las órbitas ce rradas satelitarias), o un intento fracasado, dep-en \ de igualmente que en el caso anterior de que desde / // / / el punto en que se termine la fase impulsada y se / inicie la trayectoria pasiva en la curva abierta re sultamie, se hayan logrado la velocidad d.e escape O’ figura 1 y la dirección exacta precalculadas. como un caso particular. No obstante, hoy día se Sin llevar al lector a cálculos complicados, vamos a ver lo que se entiende por «velocidad de sateliza simplifican mucho los engorrosos cálculos que exi giria el análisis, matemático para la resolución del ción» y Satélite Cero. problema; gracias a las facilidades y rapidez que Si suponemos un móvil que partiese del punto A significa el posible empleo de las maquinas calcu de la superficie terrestre, con una velocidad tal que por efecto de ella, en un segundo se separase en ladoras electrónicas, aunque exijan un previo cálcu lo de los parámetros particulares del caso espe dirección de la tangente una altura «h» sobre la cial de que se trate, los cuales le servirán a ese superficie de la Tierra, y que esa altura coincidiese cerebro electrónico de datos básicos para poder dar con el valor 9,8-1m/s.2 (1) de -la’aceleración de la nos terminado y con gran exactitud el resultado o gravedad t’erzest-re a ras del suelo, a nivel del mar, solución deseada. D/$TÁNC/43 V4LORE,VDE Los científicos actuales agrupan las órbitas en ENRñD/08 £I OR.4VED4D pasivas y activas. Las primeras son aquellas trayec TEAWE$TA’E8 torias que una vez totalmente agotado el combus tible del último estadio o piso del ingenio impulsor, queda el vehículo móvil del espacio, siguiendo una curva ya invariable (circular, elíptica, parabólica o hiperbólica), a -menos que aparezca una de esas in fluencias gravitatorias del Sistema Solar, al pasar más o menos cerca de algún Cuerpo; que sería ex terna y ajena al móvil y a la voluntad de aquellos que lo lanzaron. En cambio llaman trayectorias ac tivas a las que, en cualquier momento previamente supuesto o esperado, se le puede variar su curvatura y dirección mediante una acción voluntaria, por medio de impulsiones (aceleradoras, frenadoras o axiales) que se provoquen desde dentro del propio fiqura 2? móvil vehículo o por tele-mando desde el punto de lanzamiento u otra estación terrestre, controladora el tal móvil por efecto de esa fuerza de la gravedad del movimiento y ruta deseada. No parece necesario baj aria esos 9,81 metros, y, por lo tanto, al cabo de aclarar que, en estas trayectorias activas, entre va ese segundo de tiempo se hallaría realmente en el riación y variación, el móvil se mueve en trozos de punto B (otra vez a ras del suelo); lo mismo se trayectorias parciales pasivas. repetiría en el segundo siguiente y se hallaría en el Hemos dicho que las curvas trayectorias pasivas punto C, y lo mismo en el segundo siguiente en que’ podían ser circunferencias, elipses, parábolas o hi se hallaría en el punto D, siguiendo siempre una pérbolas. Ello sólo dependerá de la exactitud con que emprenda su trayectoria el móvil al terminár sele la última gota del combustible de elevación a (1) La «VELOCIDAD’ se mide en metros,ó kilómetrospor órbita e impulsión y dirección inicial en ella. Si se segundo. trata de órbita cerrada satelitarla (circunferencia o Como la «ACELERACION» esuna variaciónde aquella «ve elipse) tiene que entrar en órbita iniciai.mente a la locklad», habráque expresarlacon unasegundacalidaden io-que altura deseada, en dirécción exacta a la tangente se refiere al--tiempoen que se modifica. Por eso se expresala (aCsleraCiófl»de la «gravedád» terresfre en aquel punto y con la velocidad satelitaria que corresponda a la altura de la órbita (distancia a la en esia forma: = 9,81 m/s y e lee 9.81 metros,segundop’or Tierra); pues de la velocidad en órbita que es un segundo. cuando está en su «perigeo» (mínima distancia), y lo que dista cuando se- halla en el «apogeo»; unas veces estará recorriendo su órbita en el trozo que va por encima del plano de la Eclíptica y otras ve ces en el trozo que va por debajo de él. Por todo eso, no existe una fórmula matemática general, y cada caso hay que estudiarlo y resolverlo ,- J - - - , - 32 órbita ideal a nivel del mar (cota cero). Claro que eSk movimiento ideal no es posible, puesto que las niontañas se opondrían a él; pero esta suposición se cofloce como «Satélite Cero», y a la velocidad que provocaría ese efecto y que por los cálculos resulta sór e 7,9 Km/s. (28.440 kilómetros ocr hora) se le llama velocidad de satelización a coCa cero. En la práctica se aceptan 8 Km/s. (28.800kilómetros hora). A eada altura de órbita a que se coloque un satélite alrededor de la Tierra, para que permanezca en ella hay que darle una velocidad correspondiente a la fuerza de atracción de la Tierra a esa distancia o altura, y como la fuerza de atracción terrestre varia disminuyendo con la distancia, también la fuerza centrífuga que provoque el movimiento circular en la órbita tendrá que ser distinta y cada vez menor; pero como esa fuerza centrífuga depende de la velo-. cidad de traslación en la órbita, bastará con que esa vblocidad vaya siendo cada vez menor, para que equilibre exactamente siempre al peso del móvil que és la manifestación ponderable de aquella atracción terrestre. En la figura 2.a se puede ver en qué pro porción disminuye la fuerza de atracción según la sltura; y conviene fijarse que al principio dismi nuye muy sensiblemente y luego, a mayores distan cias, se va amortiguando el valor de esa disminu eón; pero nunca se anulará del todo, como lo de muestra el hecho de que la propia Luna está en realidad mantenida en equilibrio en su lejana órbi ta, por la velocidad de su marcha en ella que pro voca una fuerza centrífuga igual al valor de la atracción que la Tierra sigue ejerciendo sobre la masa de la Luna. Si para el Satélite Cero dijimos que la «velocidad de satelización» (su marcha en la órbita ideal a nivel del mar) eran 8 Kni/s., para la órbita de la Luna, que se encuentra a unos 384.400 kilómetros de distancia de la Tierra, la marcha en su órbita se verifica a razón de solamente 3.600 kilómetros por hora (y la velocidad de satelización de la Luna en kilómetros por segundo resulta ser de sólo un ki lómetro/segundo). En comparación tenemos: 28.440 k4lómetros hora, para el Satélite Cero a ras del suelo y en un vacio ideal (puesto que con la densi dad de la atmósfera baja encontraría una enorme resistencia al avance y necesitarla mucha mayor fuerza de impulsión que en el vacio; y suponiendo se consiguiese esa fuerza y esa velocidad, se que maría en seguida por el calor del rozamiento contra el aire). Entre esas dos velocidades se irán intercalando en escala descendente (de Km/h.) las velocidades de satelización de todos los satélites artificiales que puedan colocarse alrededor de la Tierra; pero siem pre en la realidad a distancias superiores a los 200 o 250 kilómetros de altura, ya que a más bajas cotas la atmósfera residual tiene todavía suficiente densidad para frenar las marchas en órbita y para producir calentamientos que ponen en peligro y acortan la vida de los satélites artificiales, tanto más cuanto mayor sea su tamaño o volumen y más frágil su constitución. Lo que acabamos de decir, de que a mayor dis tancia a la Tierra tanto menor basta que sea su velocidad en órbita y por lo tanto menor fuerza de impulsión para su entrada en ella hará falta, no de be infundirnos a error en lo que Se refiere a que será tanto más fácil el lograrlo cuanto más lejana sea la órbita deseada; puesto que, en cambio, cuanto más lejana sea la órbita tanta mayor fuerza aldespegue hará falta para llegar a tanta mayor altura de en trada a la más alta órbita. Como vulgarmente suele decirse, «lo que no va en lágrimas, va en suspiros»; y para lograr trayectorias abiertas en curvas de tipo parábola o hipérbola, que son las de escape y marcha al espacio exterior en viajes a otros astros, más velo cidad todavia se hace necesario como luego veremos. Teóricamente, el Satélite Cero no necesitaria fuer za de elevación. Puesto que la fuerza de atracción de la Tierra llega, aunque disminuida, hasta la Luna y hasta los límites de nuestro Sistema Solar, un móvil que partiese de la Tierra, lograse la veloci dad de escape, entrase en una trayectoria abierta (parabólica o hiperbólica) y se fuese a viajar por el espacio exterior hacia la Luna, Venus o Marte o hacia el mismo Sol, cada vez sentirla menos inten samente la atracción terrestre a medida que su dis i1UA j tTIERM L 1 1 1 ! It WNA —-—-----; SOL 31,24 flñD/0$ TERS*’ESTRES ¿ 1 4J___J 60,5/ RA’D108 TERRE$T/t’ES .5R 6,? ¿4 D/8MNc/4 ‘A $01 -TIERR.4 tE$ 390 VECE6’ ¿4 D/STANC/4 7/E/&4 -LUNA f,qu,’’ 3! 33 en la cual arder; o quedará preso de él, como satéli te suyo si al pasar a la distancia mínima de cruce coincide su velocidad con la «satelitaria» correspon diente a esa distancia de pasada; o solamente se curvará su trayectoria en forma cóncava hacia el centro de atracción y aumentará su velocidad hasta otra vez la velocidad cte escape si la velocidad de pasada era exagerada, provocándose una nueva R(GRE$O rama parabólica o hiperbólica en la trayectoria se gún fuese el exceso de la velocidad de pasada. De todo lo anterior y especialmente de la consi deración de los dos casos que acabamos de exponer, se deduce clarísimámente que existirá siempre entre dos cuerpos celestes, una línea o zona en la cual las mutuas atracciones sobre un cuerpo o móvil inter medio serán iguales (se equilibrarán), y entonces tanela iba aumentando. Si su fuerza de impulsión podemos decir que si el vehículo que viaja entre fuese constante y tamuoco terminase nunca, esa ambos cruza esa línea o frontera, ya. no regresa al fuerza de impulsión irla dominando cada vez más punto de partida; y si no llega a cruzarla antes de a la decreciente atracción terrestre y la velocidad que se le agote la «fuerza viva» que lo impulsaba, se volverá con velocidad creciente hacia el mismo del móvil sería cada vez mayor. Pero la realidad punto de donde partió. no es esa, pues las fases impulsadas se terminan con el fin del combustible y a partir de ese mo La línea de equilibrio entre la Tierra y la Luna, por la diferencia entre sus masas está mucho más mento el móvil se queda, en cuanto a fuerza y velo cidad, sujeto exclusivamente a la velocidad que cerca de la Luna que de la Tierra. La fuerza de la haya llegado a acumular sucesivamente bajo la im gravedad terrestre es g. = 9,807; la aceleración de la pulsión de las varias fases del ingenio elevador y gravedad de la Luna es solamente de 1,633 metros :-undo por segundo, o sea, aproximadamente, la lanzador; al término de esas fases impulsadas queda sexta parte; pero no sólo toman parte las masas, ya el móvil viajando en trayectoria pasiva invaria ble y bajo los únicos efectos de su fuersa viva o sno también las distancias. energía cinética, producto de su propia velocidad Es curioso que no sólo hay una línea de igualdad de ambas atracciones entre la Tierra y la Luna, sino adquirida. Eso ya no aumenta y en cambio el fre nado continuo de la atracción terrestre, que nunca que también hay otra línea semejante al otro lado termina, le va restando fuerza y velocidad. En esas de la Luna; pero en ésta, ambas atracciones, se su condiciones pueden ocurrir dos casos, que son los man en el mismo sentido Luna-Tierra, en vez de equilibrarse. que a continuación veremos. Caso en que no se llegó a entrar en una región Para ver más claramente dónde estará situada la celeste en la cual domine sobre la residual atracción línea de equilibrio de las atracciones Tierra-Luna, terrestre otra atracción de otro astro que la supere tengamos en cuenta que la distancia de unes 384.400 por ser de mucha mayor masa que la tierra o por kilómetros, término medio que dista la Luna de la hallarse relativamente mucho más cerca al móvil Tierra, equivale a 60,5 radios terrestres. Pues bien, vamos a ver que la línea de equilibrio estará a unas en cuestión (vehículo espacial), y en este caso, ha 54 partes de la Tierra y a solamente 6,5 de la Luna. biéndose agotado totalmente la fuer2a viva o ener (Dividiendo la distancia Tierra-Luna en 60,5 partes gía cinética que movía al vehículo, éste llega a dete nerse; y no habiendo aún salido de la región celeste iguales.) en que sigue (aunque tenuemente) dominando la En efecto, respecto a la Tierra la atracción de la atracción terrestre, se ve obligado a iniciar su re gravedad allí, estaría reducida a 1/542 g: (según la greso hacia la Tierra, entrando en zonas de fuerza ley de inversa del cuadrado de la distancia); y como de la gravedad creciente, por cada vez más próximo la gravedad, «g», vale 9.807, resulta a nuestro planeta; y en esa caída de regreso la velo cidad aumenta cada vez más, llega a hacerse hi 1 persónica, al pasar por los mismos puntos en que 9,807 = 3 mm/s.2 pasó en su viaje de ida con esas mismas velocida 2916 das; al llegar a entrar en la atmósfera terrestre sufre en las capas bajas y densas enorme frenado, Y respecto a la Luna (unos 6,5 radios terrestres de se calienta terriblemente por el efecto del roza equivalen a unos 23 radios lunares), la miento con el aire y se incendia y se destruye lo distancia gravedad lunar que es de 1,633 estará reducida a mismo que les ocurre a los meteoros (o estrellas fu 1/232 (según aquella misma ley de ser inversa del gaces). cuadrado de la distancia), o sea, El caso contrario será aquel en que efectivamente llegá a entrar en la región o zona celeste en la que 1 la fuerza de atracción de otro planeta, la Luna o el 1,633 3mm/s.2 Sol, predominen sobre la residual de la Tierra; se 529 inicia la caída directa o más o menos tangencial del vehículo hacia este otro centro de atracción y cho es decir, lo mismo que para la Tierra. cará contra él estrellándose si no tiene atmósfera 34 TER4 LUNA - — —— — — —— Vr 105 ui’ ZRñDIO$ TEM’t$TftIs 54 R óOi4D/O, TERRE5’7RE$ yr/Q’4 6 /1’ Esa distancia, pues, de 54 radios terrestres de la Tierra y sólo 6,5 de la Luna, es la posición de la línea o zona de iguales atracciones de Tierra y Luna, sobre un móvil que viaje entre ambas; y un ingenio lanzado desde la Tierra necesita mucha fuerza para traspasarla; pero para el regreso desde la Luna, se necesita muy poco esfuerzo para llegar a esa línea y traspasarla. Es por esta razón que para el viaje de ida y regreso, se necesita muy poco más que para el solo viaje de ida a la Luna El otro punto de igualdad de atracciones de la Tierra y de la Luna, que hemos dicho que existe al otro lado de la Luna, se halla a 27,6 radios lunares (o sea, a unos 7,5 radios terrestres) a partir de la Luna. Si se desease que un vehículo espacial llegase a la Luna, la rodease y fotografiase la otra cara oculta, sería necesario que aquella cara estuviese iluminada por el Sol; entonces la cara que mirase a la Tierra estaría a oscuras (Luna nueva); y recordando lo que hemos dicho de las líneas de equilibrio de TierraLuna, y también que existirá una línea de equilibrio de las atracciones Sol-Tierra (que por la enorme diferencia de sus masas estará muy cerca de la Tie rra y muy lejos del Sol), tendremos la figura 3. El Sol tiene 332.270 veces la masa de la Tierra, y la distancia Tierra-Sol viene a ser 390 veces la distancia Tierra-Luna; por eso la figura 3. no está dibujada a escala. El punto de equilibrio de las atracciones Tierra y Sol, sobre un móvil que se ha llase entre ambos queda a dos tercios de la Tierra en la distancia Tierra-Luna y allí lo hemos señalado así. VIAJES V =1/ 28R TIERRA-LUNA Para ir de la Tierra a la Luna mediante órbitas cerradas elípticas, seria necesario provocar una ve locidad de satelización con una entrada en órbita un poco por encima de la tangente a la órbita per fecta circular, y así en el punto de entrada estaría el «perigeo» (velocidad máxima) y al otro extremo de la elipse el «apogeo», máxima separación y míni ma velocidad. Pero también sería necesario que la velocidad de sateliración, inicial fuese tal, que ese «apogeo» coincidiese con aquella línea de equilibrio figura 5! de las atracciones Tierra-Luna, pues si no llegaba hasta ella, el móvil en su «apogeo», cuando su velo cidad se hacía mínima (o se agotaba casi total. mente) iniciaría su rama descendente de regreso hacia el «perigeo» (o sea, hacia la Tierra). Supongamos que se logra eso, y que el vehícu lo llega a dicho «apogeo» con una velocidad pe queña de sólo 0,5 kilómetros por segundo. En ese momento la trayectoria que venía siendo pasiva debe volverse activa y el móvil ha de recibir un pe queño empuje adicional y axial que le obligue a tras pasar la línea de equilibrio de atracciones TierraLuna y entrar francamente con la dirección más conveniente en la zona predominante de la atracción Lunar. No conviene que llegue a ese punto neutro con mucha velocidad, pues como a partir de él ya entra en la atracción lunar, irá aproximándose de más en más a la Luna, y la fuerza de la gravedad cíe ésta irá siendo cada vez más fuerte por cada vez más cercana; y en esa caída podría llegar a aumentar tanto la velocidad en relación a la mí nima distancia a que pasase el móvil de la Luna, que en vez de verificarse la velocidad de satelisación y curvarse la trayectoria rodeándola se provocase por exceso una nueva «velocidad de escape» a la atrac ción lunar y la trayectoria del móvil se volviese a alejar en rama parabólica o hiperbólica, para ir a caer definitivamente en la zona predominante del sol; como les ocurrió a un «Lunik» ruso y a un «Pio nero» americano, que se convirtieron en los dos pri meros asteroides solares artificiales en vez de en sa télites de la Luna. Las dos soluciones de la figura 4. son posibles, pero la de la izquierda tiene gran peligro de choque con la Luna por entrar a rodearla en dirección con traria a la marcha de la Luna, y para lograr su dr cunvalación y posterior escape hacia la zona de pre dominio de la atracción terrestre, parece preferible la solución de la derecha, que le entra a la Luna en el mismo sentido de su marcha en órbita. En ambas soluciones, tras la circunvalación, el vehículo espa cial necesita un nuevo impulso para lograr «veloci dad de escape» en buena dirección y traspasar la línea de equilibrio Luna-Tierra. A partir del mo mento en que haya vuelto a entrar en la zona de predominio de la atracción terrestre, la Tierra lo hará todo el único y no pequeño problema estará 35 CUADROSMasLos NOTA. —Cerca del suelo la “volocidadde satelizaci6n” decrece 30 nrtra! seg. por cada 50 metrosmAs do altura; desde1.000 metros ,rnds lentamente. En cuantoA las “velocidades de escape’,cercadel suelo decrecen5 44 metros! seg.’ por cada 50 metros ms de a1tura y desde 1.000 & 34 ats/ seg. por cada5O mAs de altura 6 distancia A la Tierra. Cuadroo’2 en el «frenado» final para no quemarse en la atmós fera terrestre por exceso de velocidad de arribada y poder hacer un buen aterrizaje. Con trayectorias «pasivas» elípticas, el viaje, aun que posible, se haría muy largo, pues, como hemos dicho, la velocidad va disminuyendo notablemente y se obtiene muy poca velocidad media durante el via je, que puede durar unos diez días, ida y regreso. Las soluciones con más velocidad inicial y trayectorias parabólicas o hiperbólicas, pueden lograr mucho me jores velocidades medias y reducir la duración del viaje notablemente. Se trata de velocidades superio res a las de satelizaclón en elipses. La velocidad media de trayectorias elipticas que puedan servir para llegar en el «apogeot al punto neutro o frontera de atracciones equilibradas, es de 1 Km/seg.; y con esta velocidad media, entre la má xima inicial (perigeo) y la mínima final (apogeo), el viaje de vehículos espaciales, sólo para la ida, se alargaría a unos cinco días; y llegarían al mencio nado punto neutro con velocidades entre 0,2 Km/se gundo y 0,5 Km/seg. Eñ la figura 5 pueden verse varias elipses cada vez más alargadas o excéntricas. Con velocidad 7,9 Km/seg se provoca (si se lanzase horizontalmente) la órbita circular perfecta del satélite teórico a COTA CERO; con 9,5 Km/seg. y lanzamiento algo por en cIma de la horizontal se lograría una órbita cuyo eje mayor tendría de longitud dos diámetros terres tres; y así sucesivamente. VELÓCIDAD DE ESCAPE Con 11,2 Km/seg. (o sean 40.320 Km/hora inicia les), se lograría teóricamente una trayectoria de tipo parabólico, o sea abierta, en vez de una elíptica ce rrada; esta velocidad es ya de las llamadas de esca pe, porque conserva al llegar a la «zona neutra» de atracciones Tierra-Luna sobre el móvil que viaje en tre ambas, velocidad remanente suficiente para cru zar aquella frontera y penetrar a la región predo minante de la atracción lunar, garantizando por lo u.nRosASEX0S uadronol aracteristicas locideA ilcial en perigeo 8 9 10 10,4 principales de órbitas elípticas usIapogeo Dídtancia en radios terrestres Excentricidád 0,022 0,293 0,596 0,728 1,04.5 en fmmct6a de la ve1ocidad’ 1 rel ócidad e kms/seg. revoluci6n 1 hora27,2 7,656 2 h 22 1,830 4,919 5 h 28,6 3,950 2,532 6,391 1,727 9 h 59,4. 1 elocidades entre10,5 y 11 kms.’/seg. 10,5 10,8 0,760 0,862 0,932 7,344 13,587 28,385 1,430 •11 Ii 59’ 1 0,796 dia 3 h 32 3 días 7 612 0,388 ‘elocidadesente 11,02 y 11,12 loss/seg. 11,02 11,09 11,10,967 11,12 0,939. 0,964 i’4 31,77 54,07 60,02 76,88 3 días 0,347 21,6 horas 8 días 0,205 11,2 horas 0,1859 días 21 horas 0,145 Ii,. día_a 5,8 horas e-gua isa ve.Lociaaoes seo-las ,curacion del viaje A la Luna(U. stt’iZn4. D. L& UQ(.Ci.Dfl) pc’za e. $zilal e. Rssa.Sea aL. iiuífi n& d 2zi.e4ea,e.&. 36:! Alturas en kilometros O 50 loo Velocidades 7,914 7,883 7,853 250 500 600 7,763 de Satelizacidn Eme / sag. “ “ elocidádat de escape 11,191 Ests/aeg. 11,148 ‘ 11,105 10,979 ,621 .7,460 10,550 — tanto que el vehículo no se nos vuelve hacia la Tie rra antes de llegar a aquella «frontera de equilibrios atractivos». Si miramos el cuadro núm. 1 de velocida des de lanzamiento y de distancias alcanzadas en órbitas elípticas, quedará más aclarado cuanto diji mos para aquéllas, y lo que ahora decimos referente a la «velocidad de escape» y órbitas abiertas. Asimis mo en el cuadro núm. 2 pueden verse, no sólo las velocidades necesarias para que, metido un satélite en órbita a determinada altura, permanezca girando en ella (velocidad de satelización), sino que, según la altura o distancia a la tierra, la velocidad de escape es diferente de la que se necesita para lograr una órbita o trayectoria abierta parabóilca; y cada vez menor a medida que la altura o distancia va siends mayor. Por otra parte, esto era lógico, puesto que le que hay que vencer para escapar es la fuerza de atracción de la Tierra, y ésta disminuye con la dis tancia. De ahí que exista un modo o técnica para escapar, que consiste en describir unas vueltas en espiral as cendente alrededor de la Tierra, hasta lograr cierta altura o distancia, y desde allí y en la dirección de seada, verificar el escape, siendo para ello suficiente una velocidad menor; sirí embargo, no hay que ha cerse ilusiones de que se ha consumido menos fuerza de impulsión y menos combustible, ya que en la es piral de subida se ha empleado la energía que se haya luego ahorrado en la impulsión de escape; peri a veces, con sistemas de impulsión que no pueda* dar de máximo en un momento la velocidad de es cape a ras del suelo, puede, en cambio, lograrse a cierta altura con esta u otra técnica o sistema de la espiral ascendente. Sabemos que la técnica del despegue inicial exige una subida vertical, por ser necesario evitar que den tro de las capas bajas de la atmósfera se provoque una barrera tdrmica, debida al calor producido por el rozamiento a enorme velocidad hipersónica del mó vil contra el aire. Para evitar eso es necesario que el ingenio elevador del satélite o del vehículo espa cial se haya salido de las capas bajas y densas antes de que la velocidad de subida haya llegado a hacerse hipersónica; cosa que sólo puede lograrse sin peligro, haciendo que la aceleración inicial sea progresiva con la altura y que se salga el móvil cuanto antes de las capas bajas y densas, siguiendo el camino má corto, que es la vertical. Luego, ya a cierta altura, fuera de esas capas densas y con menor resistencia al avance, por ser el aire más flúido y la atracción t*errestre menor por más lejana, se puede, sin peligro, violentar la aceleración hasta velocidades hipersó nicas y, al mismo tiempo, ir curvando la trayectoria hacia la dirección tangencial de entrada en órbita a la altura deseada, si se trata de satelizar el móvil, o bien hacia la exacta dirección tangencial inicial de la órbita parabólica o hiperbólica, si se trata de lanzar un vehiculo espacial hacia la Luna o hacia otro cuerpo celeste... Vemos, por lo que acabamos de decir, que, no sólo no está el verdadero punto inicial «perigeo» de una órbita, o de «escape» de una trayectoria abierta, en el suelo, en la plataforma de lanzamiento o despe. gue, sino que tampoco lo está allí donde se termina la última gota de combustible de la fase impulsada; sino más allá (en el punto exacto de entrada en ór bita a la «velocidad de satelización», si es órbita cerrada, o en el verdadero punto de escape, si es órbita abierta parabólica o hiperbólica). Y como este punto está bastante alto y lejano a la Tierra, por le que se refiere al caso de ser de escape, puede, en general, bastar una velocidad menor de aquéllos 11,2 Km/seg. (o sean los 40.320 Km/hora) que seña lamos para la ««velocidad de escape» al nivel del -» mar. Es posible a cierta altura, teóricamente, lograr el escape con solamente Unos 32.000 Km/hora; aun que, sin embargo, para asegurar el éxito, se vienen tratando de lograr los 40.000, por lo menos... Pero eso es también con vistas a icigrar, si es posible, las órbitas hiperbólicas, que acortan notablemente la duración del viaje, puesto que mientras mayor es la «velocidad inicial» (por encima de la mínima cíe es cape), tanto mayor resulta la velocidad media en el total del recorrido hasta alcanzar el «punto neu tro de atracciones» entre dos cuerpos celestes, que es la «frontera» que hay que alcanzar cuanto antes.. No queremos hablar de ESTACIONES SATELITA RIAS HABITADAS alrededor de la tierra y puestas en órbitas distantes 1.500 a 2.000 Km. de altura (para servirse de ellas, con enormes ventajas, como esta ciones de partida y de regreso), por considerar ta les proyectos y propósitos fuera y lejos de las posi bilidades actuales. Tampoco queremos referirnos a viajes tripulados hacia Venus o Marte, por la misma razón y por la demasiada duración que tendrían esos viajes, la forzosa permanencia allí hasta que vol viesen a estar en sus máximas proximidades orbita les a la Tierra, y el tiempo también largo de regreso cosa que, en cambio, no importa para intentar el -: Instalacjojies en Cabo Cañaveral (Base americana de experimentación de pro pecliles lalísiicos de la U. S. A. if.), que se emplean en la conducción de ingenios j localización radar de los Satélites arti ficiales en sus órbitas. 37 lanzamiento de móviles no habitados, llenos de mstrumentos de exploración hacia ambos planetas, para llegar a las distancias a que se hallen de la Tierra los puntos o zonas neutras de las mutuas atracciones Tierra-Marte y Tierra-Venus. Pero en cuanto a viajes tripulados por el hombre... Esperemos primero a lograrlo respecto a la Luna; y luego ya veremos qué pasa con Marte y con Venus. Cerraremos estas consideraciones recordando que, para intentos hacia la Luna, conviene que ésta se halle en luna nueva (invisible desde la Tierra) para que asi tenga plenamente iluminada su cara opuesta, que es la que se pretende conocer y fotografiar; y también que la Luna se halle en su órbita a la me nor distancia respecto a la Tierra (en su «perigeo»). La Luna tiene variaciones de distancia a la Tierra de unos 22.000 Km. cuando se encuentra en su «pe rigeo» a cuando está recorriendo su «apogeo». Entre cada dos «lunas nuevas» transcurren veinti nueve días y medio terrestres, a cuyo espacio de tiempo se le llama período sinódico. Y entre cada dos pasos de la Luna por su «perigeo» transcurren so lamente veintisiete días y medio, también terrestres. Cada 14 períodos sinódicos, casi coinciden con 15 pa sadas sucesivas por el «perigeo lunar»: esto ocurre cada 413 días terrestres, y son esas fechas y sus proximidades anteriores y posteriores las más propi cias para los intentos hacia la Luna. También son utilizables los límites de un mes antes hasta un »zosAJXOS Cuadroa’4 AceleracionesenmovimientosincacoiioCl,iOS.(Unassonrsdlivasyotras son frene CUADROSANEXOS Cuadro3’ •Aceleracidnde la pesantezen las superficies de diversos Cuerpos Celectea velocidadesde aatelización 5 cero cote , en los mismos;yvelocidadesde escapes respectivas en la superficies de todos ellos. ASTRO Aceleraciones j8peaantez en fl92 SOL NERCURIO VENUS TIERRA MARTE JUPITER SATURNO URANO !upTuso PLITON LUNA 274,00 3,60 d,50 ,82 3,6 26,00 11,20 9,40 15,00 1,62 de “g5 en 27,90 0,37 0,86 1,00 0,38 2,65 1,40 0,96 1,53 0,165 Velolocidadea de satelizaci6n á cero metros 438 Kiss/ 3,0 Ceg. 7,3 ‘ 7,9 “ 3,6 “ 43,0 26,0 16,0 “ 18,0 1,7 “ NOrA. — Se tema como básicala acederacionterrestre. Velocidad de eccapeA rda del suelo 618 kma/8eg. 4,2 10,3 C 11,2 “ s,o 61,0 37,0 22,0 25,0 2,38 e e C 0,001 0,01 0,10 1,00 2,00 3,00 ?gC “g5 Cgfl ‘g” “g” “g” !?e 2 £ 4 “g” 1800 ‘g’ De20á25’g” Hasta i.000”g” 25.000 y más “g” — — — — — Temblores de tierramedianos. Tembloresde tierr&violentOs. Catclis’nos. Aceleraci6nde la gravedadterrestre. Enfermedadesdel Aire. Las aceleraciones que se provocan en vuelo normal — — Las que se sufren en operaciones de catapultage. Sambullidas en el agua desde unos 10 metros. Frenados en abertura de peracaidas. Las que sufre el piloto€n el lanzami ente de sic asiento. Se prvocan fracturas incluso de huesos ,en cheque Causan en choques,accidente$ mortales. Se logran como aceleraciones radiales en las experiencias ultra—centrl:fugas. — — — — — Seta.— Las de sainbullidag ,aperturade paracaidas,y choquesson negatlvma mes después del paso por el «perigeo», ya que aún no está demasiado lejana, pero aprovechando la luna nueva anterior y la «luna nueva» posterior al «período sinódico», que coincidía con el paso de la Luna por su perigeo exactamente (29,53 días terres tres antes, y 29,53 días terrestres después de ese paso por el perigeo lunar). El día 12 de octubre de 1958, a las dos de la ma drugada, se hallaba la Luna en su «perigeo»; y a las 20 horas 52 minutos era «luna nueva». Si se com putan las fechas que rusos y americanos aprovecha ron para sus intentos lunares, se verá que están dentro de los topes o límites aprovechables a que nos estamos refiriendo para circunstancias óptimas. El domingo 25 de septiembre de 1960 corrió la no ticia de un intento fallido de los norteamericanos, y muchos rumores rusos de algo sensacional que se esparaba... coincidiendo con las agitadas sesiones de la importante reunión de Jefes y representantes de pueblos y naciones en la O. N. U. También en polí tica internacional hay coincidencias de otra clase de «perigeos» y «apogeos», con «períodos sinódicos», que no sabemos si considerarlos totalmente indepen dientes o no de las situaciones de la Luna, pues ya se sabe lo que influye nuestro satélite natural en la excitación periódica que sufren aquellos que han me recido (por eso mismo) el apodo de «lunáticos»... Y la verdad es que en la Tierra parece que ha cundi do una nueva locura babilónica (O. N. U. = Torre de Babel). e Los cimientos de la vieja Piria PERROTA Y MCEKFE DE AMI{LCAR BARCA Coronel de Intendencia,RamiroCAMPOS TURMO.de la ComisiónAsesored0 Investigación Cientdka y T4cnka. L res históricos implantando una república unida del Norte de Africa. Al-.lal el Fassi, en su obra Los movimientos de independencia del Moçjreb árabe El ameno escritor, don Luis Antonio de Vega, (El Cairo, i368 de la Hégira = 1948) escribe: “Los ha publicado una interesante obra sobre Amílcar mogrebíes consideran a Cartago como su patria Barca, probablemente la única biografía del gene y a los fenicios como sus hermanos. La destruc ral cartiginés (1). Libro que deben leer todos los cióri de Cartago por los romanos no acabó con la unidad lingüística y nacional del Norte de Africa.” investigadores de nuestra Historia que deseen prc fundizar en las primeras empresas conocidas hacia Nos encontramos aquí ante un movimiento polí la libertad e independencia de la Patria. tico que pretende fundarse sobre supuestos ante Especializado el autor en los estudios norteafri cedentes históricos. Comentando estas aseveraciones el señor Vega canos y conocedor de todos los rincones del Gran Mogrob, expone con claridad los hechos y suges escribe: “Es decir, que en el Norte de Africa se tiona su interpretación desde el punto de vista hablaba fenicio, unidad lingüística, hasta que el idioma fué, en algunos territorios, sustituido por cartaginés. Querenios recalcar este aspecto de apa sionada defensa de Cartago, pues hasta ahora las el árabe, pero todavía quedan islotes phonicófonos guerras púnicas y las campañas cartaginesas en a los que los facilitones, los que de todo quedan nuestra Península han sido estudiadas por los re informados en un viaje a Melilla o Casablanca, llaman berebéres. En el Rif, en el Atlas, “n el latos romanos. Los del Lacio, poco exactos al juz gar a sus enemigos, escribieron una historia parcial Hoggar...” y errónea, en la cual examinan los hechos con Con tal aserto no estarnos conformes. En la pro paganda política se exponen toda clase de argu demasiada pasión y poca ecuanimidad. Los archi vos de Cartago fueron destruidos o entregados a mentos veraces y falsos para captar ingenuos adep los númidas, que los hicieron desaparecer, y el tos, pero la investigación busca la verdad, y es señor Vega tuvo que buscar en las ruinas, museos ella su finalidad y razón de ser. Desde el desierto y en los restos del idioma púnico materiales para de Sahara y Canarias al Mediterráneo y desde éste hasta la Europa Central, antes de la llegada su estudio, en una labor penosa digna de todo en comio. de los fenicios a Cartago se hablaba una sola len El mérito principal de la citada obra es situar gua: el viejo ibero, cuyos idiomas derivados son al general biografiado en el ambiente del Cartago de aquel tiempo, con la grandeza comercial y la podredumbre política de la metrópoli. Se ha progresado bascante en la investigación arqueológica de la vieja Túnez y, por tal razón, se conoce con exactitud el plano de la destruida Cartago y de sus fortificaciones, lo que permite comprobar bastantes hechos históricos. Desde Bir sa, en la vieja urbe, marcha el lector en recorrido ideal por los puertos y mercados, teatro y ágora, r templos y piscinas hasta el ensanche de Megara que limita Con la puerta de Utica. Espacio rodea do por una muralla cercana al mar y por una triple fortificación en el istmo de la vieja Cartago. Los actuales políticos norteafricanos pretenden glorificar a los cartagineses y ser sus continuadc POR LOS CAMINOS LA POLITICA. DE LA BISTORIA Y DE 1 (1) Amílcar Barca, Fundado,d. Espaíía,por Dn nio Vega. Culturaclásicay moderna,1960. Madrid. Luis Anto Aguila de bronce ibérica; procede de un jacimiento arqueólógico de Santa Elena (Despeñapcrros). 39 curecido por nuestra apatía, la tendencia a la desespañolización y por una propaganda mendosa al servició de ciertas políticas que llega hasta pre sentar en la O. N. U. proposiciones tan ridículas como la de solicitar los territorios de Canarias, etc. Poniendo de manifiesto ante la Asamblea general •de las naciones la incultura, mendacidad, igno rancia y estupidez de los firmantes, que después del ridículo por la plancha quisieron explicar con enredos políticos la sustitución de nombres en una sucia maniobra política. La política es otra cosa y no trapisondas de aduar. Ya es hora de defender a España de latini&nos, cartagonismos, arabismos y demás isnos, para im ponr al mundo la verdad histórica. El señor Vega, con su gran preparación de los estudios del Mriea del Norte, puede investigar desde el Sahara hasta Cartago y desde Arcila a las Syrtes todo este te mro ibérico soterrado en los actuales idiomas más o menos arabizados, algunos dé ls cuales, como el susi, conserva los términos más puros de nues tra ancestral riqueza lingüística ibera. II. LA HISTORIA QUIERE SABER. La mencionada biografía de Amílcar Barca ter mina con estas palabras: “No se sabe con certeza dónde, en la paz o en la guerra, falleció Amilcar Barca, lundador de España.” Las investigaciones ibéricas pueden en algunos casos despejar esa incógnita. La Historia quiere sa ber, escribieron los clésicos, y tal lema constituye un imperativo para los iberistas. Intentemos des pej ar el lugar dónde fué derrotado y muerto por Busto de Amílcar Barca (m. en 228a, de J. C.). Cree los betones Arnilcar Barca. Pero antes conviene re mos que esta escultura antigua no debe toniarse cordar la situación geopolítica mediterránea y el como un verdadero retrato Estas esculturas se uti teatro de operaciones en el. cual iberos y car lizan más bien con fines documentales. tagineses tenían que moverse. Al terminar la contienda en Sicilia, Amílcar sar el susi, el rifeño, el extinguido guanche, el basco actual, etc. La antigua unidad lingüística norteafri ca tuvo la triste misión de evacuar el ejércite y cana no es fenicia, ni cartaginesa, sino ibérica. Fe trucilar a sus antiguas huestes en la guerra de nicios y cartagineses son tan intrusos en el Norte los mercenarios. Según los políticos de Cartago de Africa como los romanos y los árabes. Como deseaban un período de paz para restañar la he ridas y compensar las pérdidas de las dos con botones de muestra podemos indicar: 1. El toponímico Cartago, que algunos etimo tiendas, aparte de satisfacer la indemnizaciófl de logistas derivan de Karta-Hadath = ciudad nueva, guerra impuesta por la vencedora Roma. E rea lidad lo que ansiaban era la conquista de España es de abolengo ibero como Túnis. 2. La conocida málaga, extendida por el viejo para ocupar las minas de plata y otros xnetaies, mundo ibero, considerada tal vez como vocablo con objeto de sustituir sus monedas depreciadas, fenicÍo o cartaginés, es de procedencia ibera. Basta algunas de cuero, por otras argénteas de circula comprobarlo con las alagas y a1agones, málagas y ción internacional. malagones peninsulares. Cerca de Madrid tenemos El alejamiento de Amílcar Barca de la metró la sierra de Malagón en el limite con Segovia. Y poli debió estar motivada por el peligro que e.rria podíamos continuar con otras voces consideradas su vida al intentar establecer el caudillaje en una fenicias, que figuran en los léxicos norteafricanos, república de mercaderes. La sombra de Xant4p., y son indígenas, es decir, ibéricas. vencedor de los romanos, vilmente asesinad. por Al felicitar al autor de Pcr el camiiw cte los dro los cartagineses para evitar la posibilidad del cau medarios, y BiogTaf’ía cte Almanzor, .por su nueva dillaje, pesaba demasiado sobre el espíritu de Amíl publicación, me permito darle un leal consejo de car Barca para correr el riesgo de ser eliminado modesto investigador: que oriente sus estudios por por cualquier procedimiento. Aunque la famili de las investigaciones iberoafricanas que tanto éxito los Barcas era influyente, mucho más poderosos pueden proporcionarle en nuevos trabajos. España, eran sus contrarios en el Senado, pues la repirblica Portugal y el Norte de Africa tienen el deber de se mantenía por él equilibrio entre familias rivales. esclarecer la verdad de su origen comin, hoy os— El citado general estaba familiarizado con los 40 — mercenarios peninsulares y conocía a estos hom sres belicosos por haberlos mandado en las luchas de Sicilia, aunque después los crucifícara o dego llara, como hemos indicado. En el año 237 a. J. C. aparece en Cádiz para iniciar la reconquista de los perdidos territorios de Cartago en el Sur de nuestra Península. Si el sueño de Amílcar Barca fué organizar una nación independiente de Cartago, es asunto que descono cemos. Lo que con certeza sabemos es que le acom pañaban su hijo Aníbal, de nueve años, y un gru po de cartagineses y peninsulares, verdadero Esta do Mayor Económico para explotar el país, según Baker. Entre ellos figuraba Asdrúbal, su futuro yerno y sucesor, que algunos sunonen era oriundo de España, es decir, un punohispano. Amílcar Barca parte de Cádiz con una hueste de mercenarios traídos de Africa; recorre la actual Costa del Sol, paseó triunfal por las antiguas clu dad’s fenicias de Málaga, Sex, Abdera, etc. Este territorio estaba plagado de púnicos, que la vieja Historia conoce con los nombres de libiofenicios, bastulofenicios, etc. La ciudad de Mainake, cabe Vélez Málaga, úl timo baluarte occidental de la cultura griega, ha bía sido arrasada hacía mucho tiempo y, por tanto, ningún obstáculo encontraría en su marcha. Amílcar Barca y los demás accionistas de la so ciedad para explotar las riquezas ibéricas tenían fiebre de metales y necesidad de soldados. En aque llos tiempos ya se conocía y se explotaba por los iberos el coto minero de Cartagena, cuyos produc tos compraban los griegos, establecidos entre los cabos de Palos y San Antonio. Y allí se dirigió infringiendo el convenio romano-púnico del año 348 a. J. C., que señalaba el cabo de Palos o de la laguna como mojón entre las dos zonas del re parto de dicho convenio. Entre los cabos de Palos y San Antonio existían tres emporios o factorías griegas—Hemeroscopiori, Alone y una tercera no determinada que se supone instalada en Alicante—dependientes de la metrópoli de Marsella, las cuales fueron destruídas para evi tar toda competencia comercial. Los cartagineses y los romanos imponían la política del monopolio como única fórmula económica para saquear des piadadamente al desgraciado país que ocupaban. Constituían unas nubes de langostas destinadas a vivir sobre el país apropiándose del trabajo de los indígenas y de la riqueza total. Amílcar Barca consiguió con dicha ocupación dos objetivos económicos: 1g La posesión de las minas de plata del coto de Cartagena; y 2. Situarse en el puerto de Alicante; con su vanguardia marinera en Ibiza, nueva ruta más beneficiosa para su enlace con Cartago. Cádiz que daba alejado de dicha metrópoli. En las proximidades de la actual ciudad de Ali cante existía un refugio ibérico de guerra usado por el clan que ocupaba estos lugares. El nombre de dicho refugio no es conocido por persistir en la voz Alicante derivada de alicanti = lugar de los pueblos, es decir, refugio de los mismos (2). En la costa fundó un poblado u ocupó la factoría grie ga allí instalada para alojar a su hueste y comer ciar con Cartago. Para evitar ataques a la nueva base extendió su dominio hasta las proximidades (2) Sobre la etimología de Alicante existen diversas opiniones erróneas: Primera, las derivadas de Akra-leuca——colina blanca—, cuyo nombre no tiene nada que ver con la voz Alicante, y segun d a, las procedenies de la voz Iatinzada Lucenium. LA ESPAÑADEL22 4NTEJDEJC de los cabos de San Antonio, San Martin y la Nao, pero no avanzó más para evitar luchas con la tribu de los edecanos, que ocupaban territorios por las zonas valencianas. Roma estaba, en aquellos tiempos, muy ocupada en su frontera septentrional, con objeto de impe dir la invasión de los pueblos del Norte de la Pen ínsula itálica, y se limitó a enviar una embajada en el año 231 a. J. C. para quejarse de la infrac ción del convenio. Amílcar Barca recibió a los co misionados con humildad; el autor de la biografía emplea la frase africana “con palabras de miel y almendras dulces”. Y con argucia le contestó que necesitaba buscar recursos para abonar la indem nización a Roma. Nos encontramos ante una conferencia entre la loba romana y el chacal de Cartago con todas las falacias empleadas en aquel mundo de injusticia, despotismo y barbarie creado por ello. Los indígenas se preguntarian: ¿qué derecho tie nen para trocear y repartirse un territorio que no era suyo, y además sin ningún motivo de agre sión? Tal vez su respuesta la podían encontrar en su política de taifas, causante de todas las des gracias peninsulares antiguas y modernas. * ** La recluta cartaginesa en la zona peninsular ocupada no debió constituir un éxito por conocerse el trato inhumano empleado por Cartago con sus mercenarios. Además estos territorios tenían un elevado índice de vida para aquellos tiempos. País rico, vacío absoluto para recluta extranjera. El ejército cartaginés, como después el romano, no inteesaba más que a una minoría de aventureros. En vista del fracaso del alistamiento indígena idea ron los cartigeneses guerrear contra la Meseta para imponer a los vencidos la conocida contribución de soldados, levas en sustitución de impuestos e indemnizaciones. No conocemos los detalles de la primera cam paña conocida por la libertad e independencia de la Península. La Historia, en retazos, nos ha trans mitido el nombre de Istolacio, que combatió en. sus vastos campos contra Amílcar Barca, conjeturamos que fué en La Mancha, a pesar de que algunos his— toriadores indican que mandaba a las tribus tur detanas en la Bética. La voz turdetani significa los del país con agua y, por tanto, puede aplicarse a cualquier terreno, además del indicado bético. Istolako es un nombre ibero que se traduce como secta para indicar la idea de rápido, raudo o veloz, y Barca, en cartaginés, indica rayo. En la lucha el Rayo derrotó al Veloz e Istolacio fué crucifica do, según la bárbara costumbre púnica. Tal campaña debió poner en estado de alarma a todas las tribus del centro peninsular. Los car petobetónicos debieron unir sus huestes y enco mendar el mando a Indortes, nombre ibérico que a la letra indica cav4ilio con. soberanía1, es decir, jefe soberano. Al avanzar los cartigineses por la Meseta, probablemente en cualquier lugar próxi mo a la cordillera central, dentro del territorio de la Carpetania, encontraron al ejército de Indor tes, al cual derrotaron. Indortes sufrió igual pena que Istolacio, pero los prisioneros fueron puestos en libertad, como medida política. Los historiadores antiguos son muy exagerados al indicar los efectivos de los ejércitos, pues asig nan la cifra de 50.000 combatientes ibéricos. Cal culamos que entre carpetanos y betones no llega rían a 20.000, comparando con las huestes de los arébacos y otras tribus de la Meseta. No debió de obtener Amílcar Barca un éxito com pleto, pues regresó a Aera-leuca, su base de opera ciones, para reorganizar al ejército y volver a lu char contra carpetanos y betones en su segunda campaña. III MUERTE DE AMILCAR GAÑZA DE ANIBAL. BARCA Y LA VEN Corne!io Nepote, el historiador romano más in formado de este asunto, asegura que habiéndose sublevado una población llamada HéliKe o Bélike, situada entre los betones, Amílcar Barca se dirigió contra ella para castigarla. Es curioso estudiar la méntalidad de estos bárbaros invasores: Roma y Cartago se reparten la Península sin consentimien to de los indígenas ni motivo de agresión y sin fuerzas suficientes para ocupar los territorios re- EL MEDITERRÁNEO OCCIOENTA L ENELAÑO 226A.DEi.C. Triizjq1iLD gpZilfrü antesd & 2. gurrii pncz. Zoiza iisigiiadtz ¿ LAMIit /11HIPAMIL/1 ANOS 22f-SZOA. BEJC. partidos. Los indígenas de las zonas no soinotidas desarrollaban actividades bélicas con objeto de mantener la independencia de sus tribus. Estas actividades recibieron el nombre de sublevaciones por los enemigos. Nos encontramos ante una pala bra de propaganda usada por unos déspotas para desconcertar a todos. El nombre de Hélike o Blike, objetivo militar de Amílcar Barca, ha sido estudiado por varios au tores: l. Romy, Pericot y otros vários señalan a Ilike (Elche, Alicante) el lugar a donde se dirigió el ci tado general. Es un error suponer que a poca dis tancia de su base pudieran ocurrir tales sublevacio nes, tan importantes para exigir la movilización de todo el ejército cartaginés. Por otra parte, no era territorio betónico. 2. Otros localizan tal ciudad en Belchite (El Elche aragonés) sin pensar que Amílcar Barca no avanzó más allá del cabo de San Antonio, aunque suponemos ocuparía Denia como puesto avanzado militar. La hipotesis que fundó Barcelona por la semejanza de nombres sólo puede ser mantenida por etimologistas de sonsonete; la voz barcino y su sucesora Barcelona son nombres ibáricos pu ros; y 3•e La población buscada corresponde a la Abu la de los vetones, pues Bélike, aféresis de Abélike (tal vez por desgaste fonético) indica en ibero los pueblos de la boca. Como la voz Abuli, Abolí o Abii ha sido estudiada en el artículo Arquitectura militar y espiritual (véase el núm. 255 de esta Re vista) nos limitamos a deducir los hechos si guientes: a) Los abili, clan de los betones, como conse cuencia de la derrota de Indorces, trasladaron su refugio de guerra desde Ulaca a la actual Avila, lugar más fuerce para su defensa, situado en el centro del clan. b) Estaba mejor comunicado con los refugios de guerra de Las Co2otas, Osera o Arbucale, Cas tro de Miranda, etc., en la vereda •de Salamanca, y con Toledo, uno de los refugios de guerra de los carpetanos. Examinado el teatro de operaciones de esta se gunda campaña y la posición militar sic Avila, el camino que probablemente siguió el ejército car taginés fué la ruta de La Mancha hasta las cerca nías de Toledo, allí atravesó el Tajo y continuó por la vía castrense de esta ciudad •a la Abula de los botones. Los carpetobetónicos, a la vista del ejército de Amílcar Barca, fueron retirándose atravesando la Parameda hasta Avila, punto de concentración de las tribus aliadas. En dicho lugar esperaron la llegada de la hueste de Amílcar Barca, compuesta de pñnicos e indígenas del Sureste. Entre ellos fi guraba Orisson, gentilicio de la ciudad de Orisso, no localizada aún. Otros afirman que el nombre del jefe indígena procede de la tribu de los Oreta nos, territorio por donde debió pasar el ejército cartaginés antes de invadir la Carpetania. Las derrotas de Istolacio e Indortes fueron de bidas al empleo de un nuevo elemento de guerra: la elefante ría. Precisaban los iberos neutrali7arla mediante algún ardid para convertir el ejército invencible en una hueste eluctable. Los ejércitos debieron quedar avistados en el valle de Amblés. Los betones apoyados en la for tificada Avila y los cartagineses dando espalda a la Parameda su ruta de invasión. Durante el pre cinto los betones reunieron todo el ganado vacuno y los carros. Colocados frente a frente los dos ejér citos en el citado valle, cuando la ele fantoría iba a iniciar su labor de destrucción, se precipitó sobre las formaciones cartaginesas un alud de carros arrastrados por animales enloquecidos, en cuyas 43 cabezas ardían haces de paja y leña embreados, causando horrible espanto y destrucción entre com batientes, caballos y elefantes cartagineses. El desorden cundió en la hueste de Amílcar Bar ca. En tales circunstancias Orisson y sus comba tientes se pasaroñ al enemigo casi victorioso, con sumándose el desastre. Amílcar murió en el com bate o en la huida al cruzar el río Adaja. La vic toria de los betones fué completa, habían vengado a Istolacio e Indortes. La noticia de la rota fué llevada a Acra-leuca por los escasos supervivientes y debió consternar a los cartagineses. Aníbal, de diecisiete años de edad, lloró amargamente el aciago final de su pa dre y en su ánimo germinó la idea de venganza para exterminar a la tribu que había matado a Amílcar ¡Betón! ¡Betón! sonaría en sus oídos co mo un trágico recuerdo de odio imborrable. Este odio acumulado durante años nos explica que apenas cumplidos los ve i n ti e i n e o, al su ceder a su cuñado Asdrúbal en el mando del ejér cito, organiza una campaña de exterminio contra los betones, como algo ineludible y jurado. Puso en marcha la formidable máquina del ejér cito atravesando La Mancha para batir a los olca des, dirigiéndose a la sierra de Gata, Salamanca, Osera o Arbucale, Las Cogotas, Castro de Miranda, Avila, etc., arrasando refugios y burgos betónicos. Nada dejó en pie, sólo quedó un cementerio de ciudades, algunas de las cuales ni la Historía re cuerda sus viejos nombres (3). Llama la atención que las tribus colindantes de Betonia no acudiesen a la defensa. Probablemente hubo una previa acción diplomática de halagos, promesas de territorios y regalos por parte de Aní bal para comprar la neutralidad, asegurando que era una operación de castigo por la muerte de su progenitor. Los betones debieron sufrir muchas bajas, pues entre las ciudades arrasadas quedaron no sólo com batientes, sino mujeres y niños. Los que pudieron escapar de la matanza, una escasa minoría en relación con la población total, se refugiaron en los valles de la Cordillera central, espinazo penin sular, país pobre y frío. Todos unidos habrían derrotado al ejército de Aníbal y tal vez cambiado el curso de la Historia peninsular, pero rivalidades y traiciones entre her manos siempre acaban en el propio castigo. Unos años después, cuando los romanos invaílie ron el territorio de los arébacos, los betones no acudieron en su defensa. Numancia sucumbió ante la mirada de todos los betone. Fatal destin,. (3) Véase los artículos«Laicampai3asde Aníbal en laMesei hispnica y «Arbucale», publicadosen esta revsfa en los nú meros 102, 103 y 108. Jinete ibérico de PaLericia (Esiavz ita de bronce). Mosik e VistO ing ernero flor te amen i;1] - caiio.];0] Eliot B. ROBETS. D. la puIicación norteamericana «Th0 Mili tary Engir’eer».—(traducciónd0 la Redacciónde «Ejórcifo»). La asistencia como delegado a la conferencia de Moscú del Año Geofísico Internacional me pro porcionó la oportunidad de celebrar reuniones con los científicos soviéticos, visitar sus centros de in vetigación, pasear por las calles y observar la potencia industrial de la Unión Soviética. Impresiones y contrastes Al llegar al gran aeropuerto de Moscú, la pri mera impresión que recibe el viajero es un sen timiento de incredulidad ante el número de gran des aviones a reacción TU 104 A, aparcados en las pistas laterales del campo. Cuando les toca su turno, estos aparatos se aproximan a los lugares de embarque para cargar pasajeros con destino a Teblisi, Tashkent, Kief y otras ciudades de la Unión, y para Paris, Copenhague, Estocolmo y Helsinki; estos aviones se elevan rápidamente has ta una altura de 35.000 pies y surcan los cielos a la velocidad do 900 krn. por hora. Cada asiento va provisto •de un robusto cinturón de seguridad y todos los pasajeros disponen de una máscara para oxígeno. Son unos aviones excelentes, que han poseído durante mucho tiempo la marca in ternacional de capacidad de carga. No podemos por menos de pensar que estos aviones constituyen una formidable flota aérea capaz de transportar contingentes elevados de tropas, prácticamente a cualquier lugar del mundo en un plazo breve de tiempo. Los rusos construyen y utilizan esta clase de aparatos porque les son necesarios para sus planes. En contraste con ello, en los almacenes y en las oficinas de cambio se utilizan, en lugar de cajas registradoras, unos ábacos anticuados, debido a que las fábricas están ocupadas en producir ar tículos que se consideran más necesarios que las caj as registradoras. También en contraste con los aviones ultramo dernos, el edificio principal del aeropuerto tiene el sello de un almacén o de una vulgar estación de ferrocarril del siglo XIX, lo que, por otra par te, constituye la adecuada introducción a la mez quindad y lobreguez del conjunto de la ciudad. Moscú produce una sensación de profunda y cons tante depresión que, incluso la vista de los par ques florecidos en el veráno, no es capaz de ali viar. Fuertes contrastes en todas partes. Hay una ex traña mezcla de casas de madera, centenarias, que la Policía no deja fotografiar a los extranjeros; bloques de casas lisas, sin adornos arquitectónicos, con sus paredes desconchadas y picadas, y siete resplandecientes rascacielos de grandiosidad difí cil de describir. El estilo arquitectónico más en boga es el d€.l siglo XIX, con amijas rematadas con estrellas que centellean rojizamente durante la noche como glorificación de la grandeza del Es tado soviético. Uno de estos grandes rascacielos es la Univer sidad de Moscú, compuesta por seis mil locales arracimados alrededor de un capitel central, de 45 una altura superior a la de cualquier edificio de Europa, excluida la torre Eiffel. Los mármoles, ornamentos y decoraciones de los amplios vestí bulos y aulas de este edificio son fabulosos. Dando frente a una larga alameda que se prolonga hasta el foso del rio Moscow, este impresionante edificio domina la parte sudoeste de Moscú. El hotel más moderno de Moscú, el Ukraine inaugurado hace dos años, es también el más mo derno de estos siete rascacielos. Tiene salones con mármoles, alfombras orientales y frescos sobre las paredes de los dormitorios; sus suelos, de parquet, no resultan suaves por estar mal cepillados; los, cuartos de baño son bastante deficientes, y las po sibilidades de obtener agua caliente, muy remotas. Un capricho de la gerencia obliga a veces a ce rrar las puertas de la escalera, lo que exige espe rar a los ascensores, que en algunas ocasiones tar dan hasta diez minutos en llegar. Todos los taxis y los autobuses llevan su reloj, que funciona perfectamente. Esta pequeña mara villa está a tono con las calles de la ciudad, qui zás las más anchas del mundo y, desde luego, las más limpias, gracias a que unas mujeres viejas, con sus correspondientes escobas, las barren sin cesar. Sin embargo, pocas pueden competir con la grandiosidad de las cincuenta y tantas estaciones del Metro, palacios de mármol resplandecientes de estatuas, pinturas, dorados, mosaicos y arañas de cristal. A través de tan lujosas estaciones, bullen los trabajadores de Moscú yendo y viniendo de sus casas, en las que varias familias enteras vi ven hacinadas en una sola vivienda y utilizando un cuarto de baño y una cocina para todas. La instrucción elemental es obligatoria para todo el mundo, y el Estado sostiene haber conseguido disminuir en alto grado el tanto por ciento de analfabetos. Los obreros deben comprar sus prendas de ves tir y artículos de primera necesidad en los alma cenes del Estado, donde siempre hay largas colas y el olor es a veces insoportable. Como si se sin tiese intimidado por la ciudad, el pueblo de Mos cú discurre a través de la vida, impasible y apa ticamente. Las últimas horas de las tardes y los días libres, deambulan generalmente por las ace ras de las calles y paseos, en los que se encuentran menos apiñados y más agradablemente que en sus pobres alojamientos. Al paso de un extranjero le dirigen miradas furtivas, y raramente le miran con franqueza o le dirigen la palabra, excepto al gunos jóvenes que han aprendido que los ameri canos pueden tener goma de mascar, lo que es mucho de su gusto. El vestido de la mujer es, generalmente, feo y sin ajustarse a las formas. Cuando se exhiben en los escaparates algunos artículos exóticos, tales como zapatos de tacón alto o modelos de vestidos 46 de una casa de costura, una multitud de mujeres curiosas se agolpan ante los mismos para contem plar el espectáculo inusitado. Mujeres y mucha chas de todas las edades trabajan cavando, trans portando ladrillos, conduciendo camiones y auto buses y manejando las grúas en los edificios en construcción o segando el césped de bis parques públicos. Algunas llevan mono de trabajo, pero la mayoría llevan faldas. Maravilla el contraste entre la vida triste del pueblo y la grandiosidad de algunos edificios pú blicos, el ornato de las estaciones del Metro y la fantasía de los pabellones alamedas, jardines, es tanques y fuentes de la exposición industrial. Uno no puede menos de poner en duda si el Estado so viético tiene derecho a ser tan pródigo en sus ex hibiciones cuando los trabajadores tienen tan poco. La U R. S. S., sometida a un poderoso esfuerzo para lograr la supremacía industrial, no malgas ta en modo alguno sus recursos en bagatelas. La razón de esta suntuosidad hay que buscarla, pues, no en un simple afán de exhibicionismo producido por un complejo de inferioridad y que trata de con seguir la admiración del turista extranjero, ya que, por otra parte, el turista era desconocido has ta hace muy poco tiempo, sino en la exigencia de llenar una• necesidad del pueblo que, aunque es clavizado, le es necesario tener siempre a la vista estas muestras de prodigalidad como una promesa de futuros lujos que algún día llegarán a ser su yos si trabaja lo suficiente para derrotar a Amé rica. Viviendas Dejando a un lado el efecto de los siete rasca cielos y de las barracas de madera, la nota predc minante de Moscú es la masa de innumerables blo ques de viviendas, de una monotonía y falta de gracia solamente comparable a las largas filas de casas de vecindad en los barrios bajos de la ciu dad. Desde el torreón del hotel Ukraine, la ciudad es un mosaico de bloques que varían desde el gris oscuro hasta el amarillo ocre de los edificios más nuevos. Este color, tan característico de Moscú, se extiende hasta el último rincón donde alcanza la vista. Aterra pensar lo que debe ser la vida en estos bloques de viviendas, en cada uno de cuyos apartamentos se apiñan una o más familias, que viven sin saber lo que es el goce del aislamiento y la tranquilidad. Actualmente hay casi ocho mY llones de trabajadores en el gran Moscú y la po blación sigue creciendo rápidamente. Está en marcha un plan para resolver el proble ma de la vivienda. Aunque sus previsiones quedan muy por debajo de las necesidades, este plan sig nifica una tarea gigantesca. Milla tras milla en la 0 urbe van surgiendo edificios de color ocre, tan ca racterísticos de Moscú; conejeras de siete pisos con varios centenares de viviendas en cada uno de ellos. No se ven andamiajes, y la construcción se hace uniendo planchas de hormigón prefabri cadas y vigas que se izan por medio de grúas y se ajustan unas contra otras, interviniendo en es tas labores obreros de ambos sexos. Sea cual fue re la opinión que puedan tener los arquitectos res pecto a este sistema, es rápido y económico, lo que representa una gran ventaja cuando se intenta conseguir alojamiento para 600.000 familias, a un promedio de más de 50.030 por año. Estos miles de celdas y compartimientos serán las futuras casas de los moscovitas que tengan la suerte de haberlas conseguido. Sin embargo, la be lleza y el estilo se sacrifican a la utilidad, y el pre maturo deterioro de estos edificios es evidente, in cluso antes de estar terminados. Nos dicen que el proyecto es construir apartamentos de tres o cua tro habitaciones, pero lo cierto es que solamente las familias muy favorecidas, quizá la de un es critor o la de un científico, logrará más de una habitación. Las plantas bajas están ocupadas por tiendas. Los bloques están separados entre sí por peque ños jardines, y hay también terreno para que jue guen los niños, que permanecen vigilados mientras sus madres acuden al trabajo. Las nuevas zonas de edificación están enmarcadas por amplios bu levares, muchos con parques en el centro, y el tendido de cables para trolebuses promete trans porte para los enjambres d.c trabajadores que no tienen coche propio. Todo está tan reglamentado que resulta tristemente feo. Indusl ría Los periódicos y las revistas recuerdan con5tantemente al pueblo las altas cifras de producción obtenidas en las diversas ramas de la industria, los Kilómetros de ferrocarril recientemente electri ficados, el tamaño y peso de los cohetes y “Sput niks” soviéticos y la gloria de las realizaciones so viéticas. Esta propaganda se da tan profusamente ilustrada con diagramas y fotografías, que incluso el obrero más torpe puede comprenderla y darse cuenta de lo que significa esta labor Hay amplias zonas industriales cerca de Moscú. Los trabajadores afluyen a las fábricas, que se des tacan con sus chimeneas siempre en funcionamien to. No hay parados. Los trenes subterráneos cir culan con intervalos de cuarenta segundos. Se están prolongando los túneles, se está construyendo un nuevo puente sobre el rio Moscow y por todas partes se ve material pesado de construcción. La producción de energía está aumentando rá pidamente. En Kuibyshev, a orillas del Volga, está proyectada la central hidroeléctrica más grande del mundo, destinada a producir 2.020.000de kw. Du rante el año 1955 se fabiicaron 25 millones de aparatos de radio y casi un millón de receptores de televisión. La instrucción elemental está sometida a una ri gurosa disciplina; los muchachos han de superar duros cursos de matemáticas y física, de acuerdo con los programas establecidos por el Kremlin, con vistas a obtener hombres preparados para la in dustria. Los expertos norteamericanos dicen que: “El sistema soviético, en conjunto, es una herra mienta muy efectiva para lograr progresos econó micos.” La adecuada reglamentación de los recursos, es fuerzos y trabajos del pueblo sovLtico han conse guido una producción industrial que, aunque toda vía inferior a la de América, está creciendo con un aumento anual de un 11 por 100. Tr anspor te El transporte, arteria vital de la industria, mar cha al mismo paso que ésta. La Acreí lot, una de las compañías del transporte aéreo más importan tes del mundo, cuenta en su flota de aviones, ade más de una gran cantidad de reactores, con el TU-114, avión a turbcpropulsión capaz de trans portar 220 pasajeros o de volar sin escalas desde Moscú a Pekín o a Nueva York. El sistema ferro viario, destrozado cuando la retirada de las tropas alemanas en 1944, ha sido reconstruido, y los 190.000 kilómetros de que actualmente dispone, es tán siendo prolongados sin cesar. La energía eléc trica y los motores Diesel se extienden por tcdas partes. El metro de Moscú, que comprende unos 80 kilómetros de túnel a una profundidad de casi 103 metros, constituye un excelente ferrocarril urbano. Se está prolongando el sistema de canales que unen los principales ríos de la Rusia europea, desde el océano Artico al mar Negro. Por estas vías fluviales circulan gran número de barcos acciona dos por motores Diesel, que transportan enormes tonelajes de mercancías. Para la navegación e el Artico se ha construido el ‘Lenin”, rompehielos atómico de 16.000 toneladas. Los camiones, que se emplean con gran profu sión, constituyen la principal masa de vehículos que circulan en las zonas urbanas. Se construyen anualmente casi 500.000 vehículos, algunos de los cuales son coches de turismo para empleados del Gobierno y especialistas. Los coches recuerdan a los americanos de hace diez o quince años; son ligeros, sencillos y económicos, bastante diferentes 47 de los recargados modelos que circulan por las carreteras americanas. La Academia soviética de Ciencias mantiene más de 90 Institutos especializados. Los laboratorios de investigación cuentan con instrumentos que, aun que quizás no sean iguales a los de América, de muestran, en algunos casos, una técnica muy avan zada. En Dubno, por ejemplo, cerca de Moscú, hay un synchroton que consigue 10.000 millones de electrones-voltios En las conferencias de carácter internacional, los delegados rusos llevan minúsculos radio-receptores de transistor con conmutadores selectores para escoger el lenguaje deseado. Rusia no es un gigante postrado. Moscú y sus suburbios, salpicados de fábricas, están despertan do casi explosivamente de su antiguo letargo. La voluntad de Rusia y su industria le han dado una fortaleza que le ha permitido, pocos años después de terminada la segunda guerra mundial, colocar sus “sputniks” en el espacio, a la cabeza de las demás naciones del mundo. Puede sobrepasar a América, a menos que nosotros tengamos una de cielón igual o mayor que la de ellos. La batalla está empeñada, y ante el esfuerzo fanático y sa. criticio desplegado por los rusos, aun a costa de su felicidad, para lograr la superioridad, debemos reflexionar y preguntarnos si América puede pe mitirse continuar con su economía basada en un lujo tan pródigo como el actual, en el que costo sísimos modelos de automóviles, por ejemplo, s renuevan cada año y los del año anterior quedan anticuados. ¿Puede América continuar permitlé dose unas leyes restrictivas para la industria eon gran perjuicio para su economía? ¿Puede América continuar consumiendo las tres cuartas partes de su capacidad productiva en la confección de ar ticulos de consumo, frente a la competencia rusa tan reglamentada? Descuidamos en atender a las señales de peli gro puede significar para nosotros la pérdida de nuestros mercados internacionales, de nuestros ami gos y aliados y de nuestra posición en el mundo. América no debe caer a causa de su lujo en un precipicio sin esperanza de volver a salir de él, como le sucedió a la antigua Roma en el apogeo de su vitalidad, sino que con renovados esfuerzos debemos permanecer fuertes y alerta ante las iie cesidades del mundo. / ( rs’ . 7 —: 48 ANTO[OGIA ÍORMATIYA DELA CRUZADA TRASCINDENCIA DE LA CRUZADA (Del discurso pionuneiado por el Caua’illo el 1 de octubre de 1961 en Bv.rgos ante el Coneo Nacional del Movimiento.) Sobre nuestra geografía descargó el primer asalto del imperialismo comu nista a Europa. El gesto heroico de un pueblo en armas junto a su Ejército, alzado en defensa de la nusión suprema que le impone la misma Ley consti tutiva de las instituciones armadas, los caídos y los mártires de nuestra Cru zada, “que pr2ferían morir con honra a vivir con vilipendio”, alumbraron para la Cristiandad el Único camino que conduce a la victoria. Para ellos, todos los honores y la gloria de estas efemérides jubilares. Para mí, la noble servidumbre de continuar sirviendo a la Patria sin descanso. Con violencia rencorosa, utilizando hasta la calumnia, la difamación y la falsedad a escala internacional, se movilizaron contra el Régimen y el Movi miento Nacional todas las fuerzas que pública o secretamente, de un modo directo o indirecto, fueron siempre hostiles a España. Estas fuerzas eran ahora gobernadas y dirigidas, en la mayor parte de las naciones, por el comunismo internacional, que hoy asedia a los mismos pueblos en que radican esos poderes y que acabará yugulando a Occidente si sus equipos rectores continúan tratan do de detener la dinámica ofensiva del sistema comunista con procedimientos que, en lugar de frenar, amplifican sus posibilidades de expansión y de avan ces sin mayores riesgos; mientras que en las zonas que, contra todo derecho, les fueron entk-egadas por torpeza o maquiavelismo diabólico, construyen una sociedad a imagen y semejanza de la soviética y tratan de consolidar los dispositivos de ataques y resistencia que sirvan de escudo, en caso de conflicto, a sus fronteros naturales. Pero si esa prolongada hostilidad al Régimen nacido en la Cruzada y al Movimiento Nacional, nos ha obligado a mantener, como los obreros bíblicos, en una mano la espada y en la otra las herramientas con las que asentábamos los sillares de nuestro resurgimiento nacional, también actuó como estimulante de nuestras propias energías, como acelerador de nuestro proceso de madu ración política, como aglutinante de nuestra solidaridad y nuestra unidad in terior, como palenque en el que fuimos templando y depurando la originalidad y la eficacia de nuestras soluciones doctrinales, jurídicas y prácticas. Se había venido abajo el edificio entero de nuestra vida política nacional. En más de un siglo de ensayos y experiencias fracasados se habían agotado las fórmulas alternativas del sistema político con vigencia en el mundo, y si re sultaba imposible el mero transplante a nuestro momento de los usos y solu ciones de la tranición antigua de España, porque la tradición no es mera copia y pétrea inmovilidad, el fracaso experimental reiterado descartaba las solu ciones de constitucionalismo habituales a partir del siglo XIX. Nació el Régimen español como sustitutivo conveniente de biro régimen torpe, incapaz e inadaptado a la personalidad histórica de España y de sus 49 • \ 1 Ii á’i necesidades. En 1936 había quebrado la Legalidad republicana, al conver el mismo tirse Poder en promotor de la más radical subversión de los derechos fundamentales. Al ordenar el Gobierno a la Policia del Estado el asesinato del jefe de la oposición parlamentaria y entregarse a los designios de Moscú, dejaban de existir los uit mos restos del que se decia un Estado de derecho DE CRUZADA (De la cónfereneta pronunciada en la cátedra “General PaZaJoX”, d.c la Universidad de Zaragoza, por /rwJ Ju.sto Pérez de Ur’bel, el 25 de febrero de 1961.) Es admirable el espectáculo que por aquellos días ofrecían los pueblos e la España nacional. ¡Qué estallido de entusiasmo! ¡Qué desprecio a la muerte! Qué fervorosa exaltación! En vez del incendio de las iglesias, el falangista lleno de entusiasmo que entraba a encomendarse al Santo de su devoción an tes de incorporarse a su Centuria,, o el requeté que recibía de rodillas la ben dición de su padre, prometiendo volver muerto o vencedor, y la multitud acOR pañando a los héroes hasta la salida del pueblo, cantando himnos y pidiendo para los voluntarios la protección del cielo. Y por todas partes la insignia nacional, la medalla religiosa. Alguien que estaba en Pamplona el 18 de julio de 1936 podía escribir estas frases: “Jamás se conoció en la •ciudad tal afluer4cia de fieles a las misas de la primera hora. A la Sagrada Mesa se acercaba el gentío por grupos familiares, con los abuelos encanecidos y temblorosos al frente, después los hijos y, cerrando el cortejo, los nietos, con la boina rOja prendida en la tirilla de la hombrera de la camisa caqui,, que ya cruza un correaje militar. Tres generaciones que representan tres momentos de la 1ucla carlista, se confunden para conforfar sus almas ante las horas de crisis que se esperan.” Ningún pueblo se levantó nunca con un impulso tan unánime. Ni la Vendée contra el terror de la Revolución frañcesa, ni la misma Navarra en las guerras carlistas del pasado siglo. Por Navarra y por España, todos firmes, decían los que par.Lían. El pensamiento puesto en Dios y en la Patria: en Dios, para que nos ayude; en la Patria, para salvarla, pues, Dios mediante, la salvaremos entre todos. Eras rasgos característicos del cruzado antiguo, que renacían con toda su grandeza en la España del siglo XX. Jamás una juventud ha corrido hacia el peligro y hacia la muerte con tanta alegría y decisión. Era el fuego de ‘la fe, era convicción de que se luchaba por Dios y que se moría por una España mejor y por una vida que no acababa. Este pensamierto estremecía a los corazones y llenaba las cartas íntimas que venían del frente. Nunca se ka ido en busca de la muerte con una confianza tan luminosa, con una alegría tan emocionante. Como único testimonio escogeremos, entre mil, la descrip ción que hacía un falangista sobre la marcina hacia Somosierra: “A mi lado iban varios muchachos de Navarra—ninguno de ellos llegaría a, los veinte años_que cantaban jubilosos, empuñando unas veces el acordeón, otras la bota. Habían dejado sus casas al oír el son de los clarines y el redoblar de los tambores, anunciando días de Cruzada. Salieron cantando y cantando ea trarian en la muerte. Venían también los mozos de la tierra de Burgos, pe queños y resecos, que se incorporaron a las Banderas sir’ despedirse de sus familiares. Vieron cruzar por el pueblo la caravana gueriera y se subieron a los coches, sin acordarse siquiera de ir a buscar la chaqueta. Falangistas casi niños, como aquel pilluelo—el “Magis”—hijo de un carnicero de Aranda, que se metió de polizón en la columna, recibirán la explicación del manejo de las armas. Los requetés daban al aire de la sierra todos sus cánticos reli giosos y militares. En todos los pueblos del camino, las muchachas nos colga ban al pecho medallas y escapularios. Había quien llevaba hasLa media docena de medallas prendidas en la camisa. Todo el fervor religioso de los viejos romances militares empujaba a los hombres hacia la Guerra Santa.” Otro tanto podi decirse de los que luchaban en el Alto del León, en Oviedo, en Huesca, en Fuenterrabía, en Villarreal de Avila. Así pasaron las cosas. Igual cuando se sale de las montañas pirenai cas, que cuando se sube a Somosierra y al Alto del León, cuando se avanza sobre Oviedo, cuando se conquistan las ciudades cantábricas, cuando se com bate en el Ebro, hasta el momento en que los sin Dios tienen que declararse vencidos por aquellos cruzados de nuevo cuño, tan generosos en el triunfo como infatigables en el esfurzo. Toda aquella epopeya está impregnada del mismo espíritu religioso; todos aquellos hechos gloriosos, todos aquellos epi sodios inenarrables, pruebas de un valor y de un heroismo que pusieron al hombre español a la altura de los mejores tiempos, y que fueron el asombro del mundo. El Alcázar de Toledo, el Cuartel de Simancas, la Ciudad Universi taria, Santa María de la Cabeza, Belchite, Alcubierre, el crucero “Baleares”, Brunete, Teruel y el Ebro, son una prueba evidente de cómo se junta en el alma española el heroismo con la religiosidad, el amor a la Patria con las más puras esencias de la fe. Había una Convicción general, y es que Dios marchaba con los guerreros que luchaban en el frente, y les ayudaba y les empujaba hacia la victoria. En la retaguardia les acompañaban las madres con sus rezos y sus penitencias, las madrinas de guerra con sus cartas y escapularios, y todo el pueblo con sus aplausos entusiastas, que estallan en cánticos estruendosos en funciones religiosas, en acciones de gracias, cada vez que llega la noticia de un nuevo avance, de una ciudad liberada, de un puesto difícil conquistado y rebasado. (Fragmentos del djsuro cia José Antonio Primo de Rivera el 29 de octubre de 1933 en el acto fundacional de la Falange Española.) El Estado liberal, mero espectador._E, Estado liberal vino a constituirse, no ya en el ejecutor resuelto de los destinos patrios, sino en el espectadcr de las luchas eectorales, Para el Estado libre sólo era lo importante que en las masas de votación hubiera sentados un determinado número de señore,; que las elecciones empezaran a las ocho y acabaran a las cuatro; que no se rompieran las urnas..., cuando el ser rotas es el más noble destino de todas las urnas. Después, a respetar tranquilamente lo que de las urnas saliera, como si a él no le importase nada. Es decir, que los gobernantes liberales no creían ni siquiera en su misión propia; no creían que ellos mismos estu viesen allí cumpliendo un respetable deber, sino que todo el que pensara lo contrario y se propusiese asaltar el Estado, por las buenas o por las malas, tema igual derecho a decirlo y a intentarlo que ‘os guardianes del Estado mismo a defenderle. De ahí Vino el sistema democrático liberal, que es, en primer lugar, el nás ruinoso sistema de derroche de energías, Un hombre dotado para la altísima función de gobernar, que es, tal vez, la más noble de las funciones humanas, tenía que dedicar el 80, el 90 o el 95 por 100 de su energía a sustanciar recla maciones formularlas a hacer propaganda electoral, a dormitar en los esca ños del Congreso, a adular a los electores, a aguantar sus impertinencias, porque de los electores iba a recibir el Poder; a soportar humillaciones y ve jámenes de los que, precisamente por la función casi divina de gobernar, estaban llamados a obedecerle, y si después de todo esto le quedaba un so brante de algunas horas en la madrugada, o de algunos minutos robados a un descanso tranquilo, en este mínimo sobrante es cuando el hombre dotado 51 A11 \\‘. ‘ para. gobernar podía pensar seriamente en las funciones sustantivas de go bierno. Perdida de unidad y esclavitud econórnicaEI sistema democrático funcio naba sobre el logro de las mayorías; todo aquel que aspiraba a ganar el siste ma tenía que procurarse la mayoría de los sufragios. Y tenía que procurárselos ro’oándolos, si era preciso, a los otros partidos; y para ello, no tenía que vacilar en calumniarlos, en verter sobre ellos las peores injurias, en faltar delibera damente a la verdad, en no desperdiciar un solo resorte de mentira y de envilecimiento. Y así, siendo la fraternidad uno de los postulados que el Es tado liberal nos mostraba en su frontispicio, no hubo nunca situación de vida colectiva donde los hombres injuriados, enemigos unos de otros, se sintieran menos hermanos que en la vida turoulenta y desagradable del Estado liberal. Y, por último, el Estado liberal vino a depararnos la esclavitud económica, porque a los obreros, con trágico sarcasmo, se les decía: “Sois libres de traba ar lo que queráis; nadie puede obligaros a que aceptéis unas y otras condi ciones; ahora bien: como nosotros somos los ricos; os ofrecemos las condicio nes que nos parecen; vosotros, ciudadanos libres, si no queréis, no estáis obligados a aceptarlas; pero vosotros, ciudadanos libres, si no aceptáis las codiciones que nosotros os impongamos, moriréis de hambre, rodeados de la máxima dignidad liberal.” Y así vemos cómo en los países donde se ha llegado a tener Parlamentos más brillantes e instituciones democráticas más tinas, no había más que separarse unos cientos de metros de los barrios lujosos para encontraros con tugurios infectos donde vivían hacinados los obreros y sus familias en un límite dé decoro casi infrahumano. Y os encontraríais traba jadores de los campos que de sol a sol e doblaban sobre la tierra, abrasadas las costillas, y que ganaban en todo el año, gracias al libre juego de la economía liberal, setenta u ochenta jornales de tres pesetas. Ni de derechas ni de izquierdas.—El Movimiento de. hoy, que no es un par tido, sino que es un movimiento, casi podríamos decir un antipartidó, sépase desde ahora, no es de derechas ni de izquierdas. Porque, en el fondo, la dere cha es la aspiración a mantener una organización económica, aunque sea in justa, y la izquierda es, en el tondo, el deseo de subvertir una organización económica, aunque al subvertirla se arrastren muchas cosas buenas. Luego esto se decora en unos y otros con una serie de consideraciones espirituales. Sepan todos los que nos escuchan de buena fe que esas conSideraCiones espi rituales caben todas en nuestro Movimiento; pero que nuestro Movimiento por nada atará sus destinos al interés de grupos o al interés de claseS que actúan bajo la división espiritual de derechas e izquierdas. La Patria es una unidad total en que se integran todos los individuos y todas las clases; la Patria no puede estar en manos de la clase más fuerte ni del partido mejor organizado. La Patria es una síntesis trascendental, una síntesis indivisible, con fines propios que cumplir; y nosotros, lo que qeremOS es que el Movimiento de este dia, y el Estado que cree, sea el instrumento eficaz, autoritario, al servicio de una unidad indiscutible; de esa unidad per manente, de esa unidad irrevocable que se llama Patria. Una irrevocable unidad de destino.—Y con eso ya tenemos todo el motor 1e nuestros actos futuros y de nuestra conducta presente., porque nosotros seríamos un partido más si viniéramos a enunciar un programa de soluciones concretas. Tales programas tienen la ventaja de que nunca se cumplen. En cambio, cuando se tiene un sentido permanente ante la Historia y ante la vida, ese propio sentido nos da las soluciones ante lo concreto, como el amor nos dice en qué casos debemos reñir y en qué casos nos debemos abrazar, sin que un verdadero amor tenga hecho un mínimo programa de abrazos y riñas. He aquí lo que exige nuestro sentido total de la Patria y del Estado que iha de servirla. Que todos ios pueblos de España, por diversos que sean, se sientan armo nizadoS en una irrevocable unidad de destino. LA CROL AM ...\‘ 52 — Que desaparezcan los partidos políticos. Nadie ha nacido nunca miembro ie un partido político; en cambio, nacemos todos miembros de una familia; somos todos vecinos de un municipio; nos afanamos todos en el ejercicio de un trabajo. Pues si éstas son nuestras unidades naturales, si la familia y el municipio y la corporación es en lo que de veras vivimos, ¿para qué necesitamos de instrumento intermediario y pernicioso de partidos políticos que para unir nos en grupos artificiales empiezan por desunirnos en nuestras realidades auténticas? EL GENERALMOLA (Del líbro de este título, escito por el general cLon Jorge Vigón, págs. 212, 213, 232, 233 y 231.) Era franco, sencillo, jóvial, ecuánime y severo cuando la ocásión lo pedia. Tódas estas cualidades estaban servidas con una inteligencia clara y por una memoria sorprendente. Era esto lo que hacía de él, cuando las preocupaciones le abandonaban, o también cuando quería enmascararlas, un conversador amenísimo e infatiga ble, frecuentador de temas siempre interesantes y pródigo de anécdotas reco gidas en el curso de una vida accidentada como pocas. Se dijo entonces que los rojos asniraban a entrar en negociaciones. Yo no creo que fuera cierto. Probablemente será más exacto pensar que ya entonces, de uno y otro lado, se dejaban oír gentes que servían de discreto altavoz a proposiciones que inpiraba su propia conciencia turbia y acobardada. Su pongo que a esta misma convicción responden las palabras que Iribarren pone en boca de Mola, de cuya esencial fidelidad estoy cierto: “e,Parlamentar? ¡Jamás! Esta guerra ha de terminar con nuestro triunfo y con aplastámiento absoluto y total de los enemigos de España. Una guerra es una lucha entre dos voluntades y el que pierde la voluntad de vencer, pierde la guerra. Fatalmente. Es batalla perdida la batalla que se juzga per dida. Esta guerra la ganamos, seguro, porque están Dios y España de nuestra parte; pero si, por hipótesis, la perdiésemos, nos costaría el cuello a tádos, a los fuertes y a los blandos, a los optimistas y a los acoquinados. Yo les diría a los tímidos que miren el ejemplo reciente. ¿Qué ha ocurrido en el Alzamiento? Pues que allí donde hubo decisión y audacia se ganó la partida. Pero donde hubo vacilación, demora calculista hasta ver de qué lado caja la balanza, el Movimiento fracasó y los irresolutos pagaron con la vida su debi lidad. Que lo digan Patxot, en Málaga, y Carrasco en San Sebastián.” No se puede, en realidad, decir que su sistema de. trabajo estuviera carac terizado por el orden. Despacha sin esfuerzo, se da cuenta de los asuntos rá pidamente, y deja luego que la máquina mental vaya devanando, casi a espaldas suyas, los datos de la cuestión. De pronto, en medio de la conver sación, del silencio, de la aparente distracción en una faena puramente formal, o en apariencia desprovista de preocupaciones trascendentales, deja escapar, mordiendo literalmente las palabras, una orden breve, imperiosa, urgente, por lo general, que quien la recibe ha de interpretar no siempre sin dificultad, quizá por estar desprevenido, acaso porque la orden venga expresada dema siado esuemátícamente, un poco también porque todos saben que le gusta ser atendido sin necesidad de muchas aclaraciones y sin demasiadas palabras. Si se terciaba, vestía apresuradamente de paisano e invitaba a alguno de los que trabajaban a su inmediación a acompañarle. Las calles de Valladolid 53 • . \\\\\\\\ ‘k . e, ( “ ‘ aquellos en días tan colmadas de gentes, para quienes la figura del general apenas era conocida, le deparaban una distracción pasajera, como un alivio momentáneo asu pesada carga. Informarse personal y directamente, in situ, de lo que ocurre en los frentes, dela actividad de los mandos subordinados, de la preparación de las tropas que se incorporan, de la exactitud de los servicios, y muy especialmente de de los Sanidad, daba también una facilidad de escape a su permanente inquie tud. Los heridos hospitalizados en Valladolid, en Burgos, en Avila. en Vitoria o en Palencia, se sabían comprendidos por aquel singular visitante, cuyos ojos, extrañamente familiares, descubrían a través de unos gruesos cristales cuando él se detenía a su cabecera, y que, como milagrosamente, adivinaba la agudeza de su dolor, la tristeza de su soledad, o su angustia ante el porvenir, porque él había sufrido muchas veces de este mismo dolor, de idéntica tristeza y de muy parecida angustia. Las tropas de instrucción, los establecimientos militares—fábricas, talleres, parques—y las mismas autoridades civiles sabían que en cualquier momento podía aparecer el general, que si para algunos_para algunos priodistas ex tranjeros, singularmente—podía ser “el general invisible”, para, ellos podía pasar muy bien por “el general omnipresente”. MARTIRESDE LA CRUZADA. LA TRAGEDIADE RAFELBUÑOL (“La persecución religiosa en España (1936-1939)”. Fragmentos del libro así titulado de Antonio Montero AIonso. director de la publicación española “Ecclesia” Dentro de las crueldades que dió de sí la gran persecución desencadenada por los rojos a partir del 18 de julio de 1936, no se encuentra otro caso como el ocurrido en el pueblo valenciano de Rafelbuñol, en el que perecieron a la vez nueve hermanos. Se trataba de los hijos todos de don Onofre Mestre Castellar y doña Mer cedes Iborra Sancho, matrimonio ejemplar que, segñn todas las referencias, les dió una profunda educación cristiana. Santiago, el quinto entre los varo nes, había ingresado en los frailes menores capuchinos en 1924. Acabó sus estudios eclesiásticos en Roma, donde recibió la unción sacerdotal. Allí siguió hasta su investidura como doctcr en teología por la Universidad Gregoriana de Roma, y vuelto a España íué nombrado vicerrector del seminario seráfico de Masamagreli (Valencia). Estrenado apenas el ministerio sacerdotal recién cumplidos los veintiocho años, el padre Santiago de Rafelbuñol fué uno más de la lista de jóvenes inmolados en plena primavera de sacerdocio. Había llegado a su pueblo natal a raíz de estallar el Alzamiento con el propósito de alojar en casas particula res a los jóvenes seminaristas seráficos. De poco sirvió la acreditada religio sidad de la población añte los refuerzos revolucionarios que Valencia iba destacando para sacudir la lentitud que, según los rojos, regia en Rafelbuñol. A partir del día de Santiago, la atmósfera se fué espesando de día en día y el joven capuchino optó por pasar el día en el campo y venir a la casa paterna bien entrada la noche. Así hasta el 26 de septiembre. Al edificio denominado “El Sindicato” fueron llegando, bajo custodia de milicianos, hasta 22 personas, significadas fundamentalmente por sus costum bres religiosas. Entre ellas los ocho hermanos del padre Santiago. Supo éste la noticia en su escondite campestre de “El Secano” y se dirigió al pueblo sin dilaciones para ofrecerse espontáneamente al comité, por si con ello libraba a sus hermanos. En el camino se encontró con un sacerdote, fugitivo también por aquellos campos, con quien se conf esó y a quien absolvió a su vez. Se animaron ambos. Se enfervorizaron mutuamente. 54 E! padre Santiago acudió al comité y ofreció su persona pidiendo la libertad de sus hermanos. Pué prendido y encarcelado con los otros ocho y se sabe que los dos días que mediaron entre su llegada y el fusilamiento le sirvieron para volcar su celo sacerdotal en el angustioso ambiente de los condenados con él. Tuvo, pues, su muerte todo lo que un cristiano y más un sacerdote puede desear para esa hora: libertad de entrega, últimos sacramentos, ejerci cío heroico de la caridad hasta el último minuto. Al filo de la medianoche, entre el 28 y el 29 de septiembre, caían los nueve hermanos, con seis com pañeros más, sobre una fosa profunda del cementerio de Masamagrell cavada al efecto poco antes de las descargas. Exhumados el 9 de julio de 1939, los nueve hermanos fueron perfectamente identificados y trasladados al cemen terio de Rafelbuñol. HOLOCAUSTOSDE LAS ESPOSASDE CRISTO Es el caso que en Albacete, como en tantas otras ciudades donde impe raba la revolución, fuéles intimada a las Hijas de la Caridad orden de aban donar la Casa de la Misericordia, donde en número de 12 y bajo el cetro benigno de sor Dolores Caro, desempeñaban su abnegada labor. Tuvo lugar lo dicho el 23 de julio de 1936, y como primera providencia las hermanas acordaron instalarse en el hotel España. Estarían en la creencia, tan comón por enton ces, de que el conflicto bélico iba a decidirse, en una u otra dirección, al cabo de chas o de semanas. Pero ya habían pasado tres de estas últimas y las perspectivas eran abiertamente pesimistas para cuantos pensaran así. Se ago taba o estaba exangüe la bolsa de la comunidad. Siendo verdad que no recibían en su refugio molestias especiales; la simple permanencia era un problema grave. En Madrid, pensaron, será más fácil encontrar nuevas ayudas y hacer, sin eomprometerse, algún trabajo remunerado. Y sin pensarlo más, con la sola precaución de cambiar el hábito por un atuendo femenino corriente, tomaron el tren. No bien llegaron a la estación madrileña de Atocha, en el mismo vagón registran sus enseres, descubren en los equipajes rosarios, cruces y libros devotos, y no hace falta más para que la patrulla de turno las lleve a un centro socialista cercano. Más preguntas, más registros, más sustos. Pero sep tiembre no es el mes de las matanzas con sello oficial, y las dejan salir a la calle, sabedores de que con ello no les hacen excesivo favor. Las bandas in controladas realizan por cuenta propia lo que en noviembre será poco menos que un acto de servicio. Cuatro hermanas se alojaron con sus respectivos familiares, y sor Dolores fué a parar con las siete restantes a un sótano de Olavide, 4, generosamente cedido por su sobrino Santiago que ocupaba la portería. Tampoco allí se podían sostener indefinidamente y empezaron a estudiar soluciones parciales. Sor Concepción Pérez pensó en un amigo de su padre, vecino del Picazo, más allá de Vallecas; porque no fuera sola, la superiora, sor Dolores, se brindó a acompañarla; porque ésta no volviera sola, se sumó a ellas sor Andra Calle. Las tres tenían contadas sus horas. Pacientes índagaciones del padre Elias Fuente han logrado sacar en claro que, cuando se dirigieron al Picazo, pidieron orientación por Vallecas y En trevías, levantando entre la chiquillería sospechas sobre su condición de reli giosas. Cuando llegaron a la casa de destino iban rodeadas de mozalbetes que gritaban: “Monjas! ¡Monjas! ¡Monjas!” No las admitieron en el domicilio. Volvieron sobre sus pasos y fueron detenidas por algunos socios del Ateneo Libertario establecido en el hotel de don Carlos Orioles. Hubo allí ofensas y escarnios, pero no torturas físicas ni abusos de mayor monta. Horas después, hacia las dos de la tarde del 2 de septiembre, sacaron a sor Dolores y a sor Andra juntas en un coche, y algo más tarde a sor Con- 55 cepción en otro. Las primeras fueron muertas en el Lérmino de los Toriles, y la segunda en el Pozo del tío Raimundo, junto a la vía férrea MadridZaragoza. El juzgado de Vallecas guarda el acta de defunción de las tres y quedan testigos de los hechos por haber ocurrido éstos en paraje concurrido y en pleno día. EL PÁRROCODE BELLPRAT (VICH) Más que una odisea fué un verdadero vía crucis lo que tocó padecer al párroco de Beliprat (Vich), don Francisco Güeli Albert. Rechazó todas las ofertas y consejos de evasión que le fueron propuestos al estallar el Alzamién to. Insistía siempre en que su obligación era regir la parroquia y que, si esto le acarreaba la muerte, sería un mártir de Dios. Cuando- estaba revistiéndose para celebrar la santa misa el 27 de julio en su domicilio particular, cayó en la casa una turba de milicianos que se apoderaron de él y lo maltrataron físicamente. Luego lo sacaron a las afueras hacia el lugar llamado “flocas d’en Paratge” y alli tras hacerle subir a una piedra le dispararon a la cabeza y al vientre. Luego fué empujado por un barranco lleno de maleza y qiied.ó tendido en el fondo. Ño murió, empero, todavía. Ei afecto de algunos vecinos de Bellprat se apercibió de su situación désgraciada, y bajo pretexto de scar una tartána fuera del pueblo lo tomaron del precipicio, llamaron a un médico de Santa Coloma de Queralt y luego lo condujeron con todo disimulo hasta el hospital de Igualada. Su primera preocupación al llegar fué recibir los San tos Sacramentos, que le administró el capellán, disfrazado con bata de médco. Las curas fueron dando buenos résultados, hasta el punto de que quince días después se encontraba cási completamente restablecido en víspera de re cibir el alta. Fué entonces cuando oportunamente asesorados, se presentaron en el hospital unos milicianos brindando su compañía a don Francisco GüelI hasta el destino que eligiese. El escogió inocentemente el pueblo de Tona, y, una vez subido al auto, la pequeña comitiva siguió rumbo a Bellprat y se detuvo en ‘Prat de les Malles”, dos kilómetros antes de la primera casa. Aquí fu& asesinado definitivamente y enterrado poco después en el cementerio local. - 56 o Nuevas D© B© o normas de lá Asociación Mutua Benéfica. Ccmandanfe Infervenfor,Julio ALVAREZ VICENT, Licenciadoen Derecho. La publicación del Reglamento provisional de la Asoelación Mutua Benéfica del Ejército de Tierra, aprobado por Orden de 29 de diciembre de 1961 (‘C. L.” núm. 3), ha suscitado, como era de esperar, gran cantidad de co mentarios dentro del Ejército, que no solamente se han refléjado en éste, sin.o que ha llegado a constituir motivo de polémica alrededor de otras mutualidades militares actualmente existentes en los otros Ejércitos y Unidades o Institutos armados. Mérece destacarse en el nuevo Reglamento la simpli ficación llevada a efecto en dos cuestiones fundamenta les, como son las de Cotización y la de Prestaciones. En el Reglamento de 29 de diciembre de 1948 se reali zaba el cómputo de cuotas a satisfacer por medio de la aplicación de un tanto por 100 (últimamente el 3,25 por 100) sobre la totalidad de los devengos de los asc ciados, siendo, por lo tanto, variadísima la gama de cuotas a satisfacer por cada uno, y sin que el propio asociado pudiera nunca determinar qué descuento men sual debía satisfacer, ya que cualquier cambio de des— tino, con la percepción de distintas gratificaciones, sig nificaba un cambio igual en el volumen de la cuota correspondiente. Dábase el caso de que oficiales proce cientes de la misma promoción, con el mismo nómero de trienios, igual en años de servicio, y muy semejantes en todas las vicisitudes de su vida militar, satisfacían cuotas muy dispares, según la índole del destino que desempeñaban. Con el Reglamento provisional de 29 de diciembre de 1961 se ha unificado el sistema de cuotas para el per sonal en activo, de tal forma que ya no influye en el mismo no sólo el destino, sino tampoco la posesión de un diploma o título que suponiendo mejora actual sobre los, devengos no repercutía sobre las pensiones o presta ciones a percibir de la Asociación en su momento. Esta unificación de cuotas significa no sólo beneficio de con trol para el funcionario de la Asociación, sino también una gran simp]iíicación para las unidades en el mo mento de rendir las cuotas de lOS asociados. Se ha sim plificado igualmente el trabajo de las unidades, al des aparecer las llamadas cuotas extraordinarias por cual quier aumento en los devengos, fueran éstos de cualquier índole, y facilitado por la Asociación se ha entregado a todas las unidades el cuadro de descuentos que re- producimos, y por el que basta conocer el número de trienios de cada asociado para inmediatamente fijar la cuota correspondiente. Ha parecido poco equitativo que del personal del Ejér cito, alguno como el perteneciente a los Cuerpos de s tado Mayor y C. 1. A. C., por no citar más, vinierafl satisfaciendo unas cuotas superiores al resto del Ejército, y con arreglo a sus devengos, para en el momento de llegar a la situación de retirado, o a su fallecimiento, las pensiones o prestaciones a percibir fueran exactamente iguales a las de lOS mismos casos. en las Armas genera les, habiendo satisfecho una cantidad global muy supe rior a ellos. Desaparece también en las cotizaciones las correspon dientes a las dos pagas extraordinarias ahora existentes, cosa lógica igualmente, ya que las pensiones que satis facía la Asociación lo eran siempre por doce mensuali dades al año y verificaba el descuento sobre catorce mensualidades. Ha habido necesidad de fijar dos situaciones distintas de cotización, acogiendo al personal al Reglamento del año 1948, o al de 1961, según se tratase de aquellos que se encuentran en situación de reserva o retiro en él momento que se fija de 31 de diciembre de 1961, que siguen acogidos al antiguo Reglamento en sus partes esenciales, y aquellos que se encuentran en situación d& actividad en dicha fecha y a los que les es de anlicación en toda su ‘amplitud el Reglamento Provisional de 2 de diciembre de 1961. Para ello se han congelado las cuotas a satisfacer por aquellos retirados que venían abonándola en 31 de diciembre de 1961, y se fija en el nirmero de catorce mensualidades las que han de sufrir descuento de cuota, aunque sólo perciban doce. Al ser les concedido a todo el personal retirado por edad o en reserva el percibo de la pensión complementaria de la Asociación, sobre esta misma pensión complementaria s& verificará el descuento de cuotas sin GUC, por lo tanto, tengan que etar pendientes de las fechas de vencimiento aquellos que anteriormente no percibían la pensión com plementaria. Para el personal en situación de actividad, cualquiera que sea su situación, se fijan unos tantos por ciento’ de cuota, que son muy semejantes a los que venían satis 57 PORSUELDO SUELDO DEL EMPLEO Capitán General Teniente General General de División General de Brigada Coronel Teniente Coronel Comandante Capitán Teniente Alférez Subteniente Brigada Sargento primero Sargento POR GRAT)FICAC)ON DE MANDO DEVENGO DEL PLUS PORTRIENIOS 0 DeI 50 391.33 318,— 278.33 236,16 212,33 191.— 165,16 133,16 95,33 85,83 85 83 79,83 74,50 8,33 262.50 198,33 16829 141,45 121,04 108,20 91,29 72 91 55 41 47,10 47,10 4710 44,18 40,83 De) 1000/ 525,— 396,66 336,58 282,90 242,08 216,40 182,58 145,82 110,82 94.20 94,20 94,20 88,36 81,66 . . 1 acléndose con el antiguo Reglamento, o las cantidades en que varian son tan exiguas que no suponen mermas de ingresos que puedan ser consideradas como importantes. Basta para comprobarlo hacer el calculo contando como se hacía anteriormente con catorce imensua’lidades y uniendo a estas cantidades el descuento extraordinario deI 50 por 100 cuando se trataba de aumento de deven gos, por ascenso, concesión de un nuevo trienio, aumento de gratificaciones, etc. Igualmente, y como antes decíamos, en el Reglamento de 1948 se seguía cotizando al pasar a la situación de retirado o reserva, y con el nuevo Reglamento Provi sional cesa la cotización al pasar a ser socio pasivo, e inmediatamente se tiene derecho a la pensión com plementaria de retiro o reserva, se desempeñe la fun ción que se desempeñe en cualquier aspecto de la Ad ministración estatal, provincial, local o privada. Se ha salvado con ello la desigualdad que antes existía entre dos retirados, uno de ellos situado en un excelente aspec to económico dedicado a actividades particulares y que percibía la pensión complementaria, con independencia de su situación económica, y otro retirado al que los ava tares de la existencia le habían situado en un cargo, muchas veces exiguamente pagado, al servicio de la Administración, y que por el mero hecho de esta pres tación de servicios le era denegado el percibo de la pensión complementaria. También en el aspecto de las prestaciones a satisí a cer por la Asociación se ha ido a una simplificación, tanto para la propia Mutua como para los asociados, al fijar una cantidad total para ser percibida por la viuda, en caso de fallecimiento del asociado. Se achaca por algunos que desaparece para ella la seguridad de una pensión mensual por entender que este sistema era preferible. Pero hay que tener en cuenta que a la viuda DeI 1500 DeI 2000! 787.50 595. 504,87 424,35 363,12 324,60 273.87 218,73 166,23 141,30 14130 141,30 13254 122,50 1.050. 793.32 673,16 565,80 484,16 432,80 365,16 291,64 221,64 188,40 188,40 . 188,40 176,72 163,32 mpore 13,33 26,66 310, 413,33 5. 620 723.33 826.56 930.— 10.. .. 1136.66 1240,— - 13 .. . 1446,66 1550,— ‘1653,33 1756,66 16,66 — 33.33 43,33 siempre le queda la puerta abierta de solicitar la divi sión del capital a percibir, con arreglo a las tablas de vida probable, en una pensión anual divisible en men sualidades por petición al presidente de la Comisión Ejecutiva de la Asociación. Pero podemos razonar la hipótesis de la percepción de la totalidad del capital, presentando los dos casos siguientes: Una viuda joven, al fallecimiento de su marido, y si opta por la percep ción de pensión, se encuentra con que con arreglo a las tablas de vida probable la cuantía mensual será mínima, y, por el cóntrario, recibiendo todo el capiial, con él puede iniciar una nueva vida, o servirle para encauzar a sus hijos en cualquier actividad, eso sin contar con el caso probable de que contraiga segundas nupcias, en el cual perdería el derecho al percibo de la pensión, lo que no le ocurrirá si ha percibido la totalidad de su capital. Independientemente de ello, se incline por la solución que se incline, sus hijos percibirán hasta la edad límite las pensiones de orfandad correspondiente. En el caso de una viuda de cierta edad, es bien cierto que al ser mayor el capital, por razón de su edad (me dia mensualidad por cada año de edad que exceda de veinticinco), las posibilidades de aumentar la cuantia de la pensión serán mayores, pero también tiene la . probabilidad de que ocurra su deceso antes de lo que las tablas de vida probable nos digan y entonces queda una cantidad apreciable de la que no se ha beneliciado. La percepción de la totalidad del capital, en este caso. supone para la viuda no ser una rémora ni una carga a cualquier sitio que fuera a fijar su residencia, en el supuesto de que no tenga familiares directos; igualmente puede signific’ar la iniciación de un medio de vida con arreglo a su categoría, ayudado .por la pensión de Cla ses Pasivas, hoy en día humanamente actualizadas, o simplemente la situación de este capitaL en una activi dad comercial o industrial que le suponga el percibo de una renta, que aunque fuera pequeña, no supondría nunca disminución de ese mismo capital, sino, proba elemente, un aumento del valor del mismo. La fijación de edades para el percibo de la pensión de orfandad viene derivada •de la aplicación del Código Olvil, al señalar los topes de mayoría de edad para todos l.s sexos, y también a la actual situación de la mujer en el desenvolvimiento de las actividades y que la sitúa en el mismo nivel de lucha que a los hombres. Con el antiguo Reglamento y al fijarse la pensión de orfandad, ésta era única y a dividir entre todos los huérfanos fuera el nqmero de éstos el que fuera; y, sin embargo, en el Reglamento de 2 de diciembre de 1961 se fija ei cuantía determinada y con carácter personal a cada uno de los huérfanos que hayan quedado, se admite la compatibilidad de estas pensiones con la que perciba la viuda, cosa que anteriormente no existía, ya que la jensión era única, y en los casos de desavenencia fa miliar la pensión era dividida entre los posibles copar tíñipes, pero sin aumentar la cuantía de la misma. Todo esto por lo que se refiere a las cuestiones de pensiones de viudedad y orfandad; pero hay otro aspecto si no nuevo, sí muy modificado, y es el considerar las pensiones de orfandad compatibles con cualquier otra .restación que pueda ser concedida (en presente o en fu1uro) por la Mutua, sean éstas del tipo de pensión ríe viudedad o de auxilio especial para aquellos en que la viuda no reúne los requisitos necesarios para que le sea otorgada la pensión de viudedad, y que son funda mnta1mente los que• se refieren a los casos en que el causante no ha cubierto el período de carencia (exi gido en todos los Montepíos y Mutualidades) de minima cotización para cubrir sus posibles beneficios, y que es fijado en diez años de cotización, o los casos de matri monio con posterioridad al cumplimiento de los sesenta años de edad por el mutualista al contraer matrimonio, exigiéndose en el primer caso el período de mínima co tización o, en su defecto, la aplicación de esta norma por la cual la subvención de deceso queda reducida a dece mensualidades del último sueldo del causante —como no tiene igual en ninguna otro Mutualidad pro fesional, en que si no se ha cubierto el período de ca refleja, el socorro de fallecimiento es mucho más re ducido—, igualmente en los casos de matrimonio de sexa genarios, y de acuerdo con las últimas normas del Código Civil, correspondientes a las más elementales del de recho natural, se conceden estas doce mensualidades, pero únicamente en el caso de que no haya descendencia del matrimonio o que no haya transcurrido un año na tural desde que se llevó a efecto dicho matrimonio. Creo sería conveniente un •estudio por nuestros compañeros del Cuerpo Jurídico Militar sobre este punto, ya que en nuestra modesta opinión supone esta apreciación un notable avance en la legislación social de todos los paí ses, no sólo de nuestra patria, puesto que aquí, aunque sea por una Asociación profesional (como es nuestra Mutua) se reconocen los derechos de unos posibles hi jos, y al mismo tiempo la posibilidad—para evitar la sorpresa-_de que haya transcurrido más de un año desde la fecha de celebración del matrimonio hasta el dece. del beneficiario, porque, desde luego—y creemos que es opinión general—, es muy difícil que un enfermo resista doce meses, y si los resiste el gasto de enfermedad no compensa el beneficio imaginario. Constituye también una variación sensible, y que igual mente ha originado numerosos comentarios, el aumento, en su cuantía, de los premios de nupcialidad. Se basan todas las críticas en que muchos, muchísimos de los mi litares en activo, no hemos percibido premio alguno en el momento de contraer matrimonio. Paro todos estaremos de acuerdo al. reconocer, no desde estas páginas, sino desde el fondo de nuestras con ciencias, que era realmente injusto que un suboficial u oficial del Ejército (son los casos más corrientes) per cibiesen como premio de nupcialidad una cantidad sin gularmente inferior a la que podría percibir un obrero al servicio del Ejército, por intermedio del Montepío de Previsión Social de Productores Civiles del Ejército. No se trata de cuestiones de clases, sino de una equipa ración de la que nos encontrábamos muy lej os. A partir de este nuevo Reglamento, cuya fecha de promulgación tantas veces hemos repetido, se sitúa al personal del Ejército de Tierra, por lo menos en una situación de igualdad con el resto de las actividades productivas de la nación, fijándose los premios de nup cialidad en las cantidades de 5.000 pesetas para gene rales, jefes y oficiales, y 4.000 para suboficiales. Según el nuevo Reglamento los premios de natalidad no han sufrido variación en su cuantía, y siguen con cediéndose igual que hasta la fecha, y por los mismos métodos de apertura de cartilla con capital inicial de 500 ó 300 pesetas, segúñ se trate de oficiales generales y particulares o suboficiales, y por los sistemas de ca pital fijo o reservado, tan conocidos en todos los ámbitos de seguros y en la propia vida corriente. Para las posibles dudas que pudieran surgir, las in terpretaciones a título particular, etc., brindamos nues tra cooperación en la Sección de Consultas de la revista GIJION, siempre al más alto nivel, y con la seguridad de llevar al ánimo de todos que la reforma verificada no supone más que beneficios, y si algún caso, muy par ticular, resultara perjudicado, bastaría la reclamación del mismo, por la vía normal y jerárquica, para que inmediatamente pueda ser solventado dentro de ta má xima equidad. Congratulémonos todos, dentro de la pequeña o gran familia militar, de que haya sido nuestra Mutualidad la primera que haya sentido ansias de renovación y se coloque a la cabeza de las actualmente existentes en el ámbito de la justicia social, pensando en la generali dad del Ejército, que es como podremos asimilar el avance social que supone el Reglamento provisional de la Asociación Mutua Benéfica del Ejército de Tierra de 29 de diciembre de 1961. ReorganizacióndelEjércitoypreocupacione.sparaelfuturo. Da la alocución pronunciadapor M. P. CHAUDEL. Consejero Federal en la Asamblea General de la So&edad Suiza de Oficiales, en Friburgo.Publicadoen la Revue Milifaire Susse».—(Traduccióndel General PEREZ_CHAO). Con frecuencia escuchamos la afirmación de que nuestro esfuerzo militar será vano, si no se apoya en la personal decisión de cada uno de nuestros concuida danos y la firme resolución de reivindicar su derecho a la existencia. Invirtiendo el razonamiento y. dando prioridad ál Íáctor preparaión técnica, he querido salir al paso en contra de la actitud de los que siendo parti darios de la defensa nacional siembran dudas, que fun dan en la. insuficiencia de nuestros medios. En las ac tuales eircuistancias, el argumento. se apo.dera con faci lidad de los espiritus inclinados a ceder ante lo sencillo Las apariencias pueden jugar y juegan contra nosotros eehténite y a fiñe •politidbs, se olvida la noción de• fuérzá i’éla.tivá; razoñado, como si I dsibiiidad de evitar una guerra estuviese estrictaiñente ligada a la de impedir a invasión .0 la de aniquilar a1,aØversario. Es necesario—por. este-recórdar sin cesar que el pro olema que se plantea es el del precio que seriamos ca paées’de hacer agár ‘al’ agresor; un précio’ que debe ser costoso, a la vista del posible rendimieritol dé la defénsa. El juego de los partidarios, de la ideología totalitaria es pérfectamente claro. nte el esfuerzo que supone equipar e instruir un ejército modernó; hacen resaltar la’ insuficiencid inevitablé •de tal ejército y la imposibili— dad de: alcanzar un: estado de peparación ideal. Tan locas inversiones—dicen—tendrían mejor aplicación en obras de éaridad o ayuda al prójimo, y si no se acepta resueltahiente el esfuerzo con los medios más modernos, no merece lá pena •de realizar un inútil sacrificio. ¿Cuáles serán, pues, en consecuencia, nuestras preocu paciones en el porvenir? independientemente de las cuestiones que afectan al constante perfeccionamiento del Ejército, de su equipo y métodos de combate, estas preocupaciones se dirigirán eséncialmeúte a las acciones de orden psicológico y moral. Nuestra vigilancia debe ser constante, ya que toda de bilidad trae consigo el riesgo de ietraso o ineficacia. Está claro que en estos momentos de inseguridad gen eral, de multiplicación de’ focos de conflicto, la firmeza de las posiciones políticas nos dará alientos, contribuyendo a facilitar la realización de los proyectos militares. ¿Cuáles serán las circunstancias susceptibles de per turbar imestra preparación militar? Encontraremos sus origenes, tantó en el aspecto económico como en el po.lítico. La extraordinaria prosperidad de. que disfrutamos, el hábito de lujo y confort, una manera de vivir que lleva en si misma los gérienes propicios a la disminución de nuestras resistencias físicas y morales. ¿No estaremos in clinados a considerar el alto nivel de vida que henios alcanzado. como una cosa natural, una especie de fin por SÍ misma, un estado ideal que estaríamos tentado3 de mantener a cualquier precio? Nadie puede predecir, por ejemplo, el sentido en que se orientará la integración económica europea. Las de cisiones que hemos tomado en este. aspecto han sido inspiradas cuidadosamente uniendo a la política de neu tralidad el complemento necesario de solidaridad. Aso ciarnos a una empresa que conduce a crear una nueva Europa ¿será compatible con las condiciones y exigencias de la neutralidad? No podríamos afirmarlo. Si la cuestión que se plantease algún día a ciertos paises fuese decidir formar parte o no de una organización subordinada a una autoridad supranacional o ligada política y territo rialmente a un bloque de alianza militar, ¿cuál sécía nuestra reacción? Tendríamos fuerza de voluntad para sacrificar intereses materiales en salvaguardia de nues-. tra independencia? En otros términós, en la hipótesis de que fuésemos iñvitados a elegir, ¿podríamos resistirr a una corriente que algunos estiman como el sentido inmutable de la historia, siendo fieles al principio que informa nuestro origen y a la razón de ,ser de la Confederación? En hipótesis, hipótesta que el curso de la vida puede encargarse de modi,ficar lo ,que acabo de señalar, es una de las formas de la amenaza que podria pesar sobre la vida nacional. Es, sin’ érrí’bargo, otra la que vzños a súb rayar: la de unaexpansiórlideológica qtmee eittendiera sobre 4odo el, continente—por no ‘decir sobre el mundo entero—y a lo que seriamos, finalmente, los únicos en oponernos. Ainq’ue estratégicamente, como objetivo n4litar, ñuestro ai s podría despertar menos interés qué’ en el. cáso. de una guerra generalizáda, no podría decirse aue no fuese algún día esencial objetivo para las fuerza políticas que desearían abatir su resistencia. Podríamos encontrarnos en una situación de paradoja ante la cual el ejército—preparado para prevenir una invasión del país—,por el hecho de su existencia, fuese la razón única de tal amenaza. Es necesario tener el valor de considerar los acontecimientos de frente y prevenir hasta las más lejanas consecuencias del alcance de las medidas que juzguemos necesario adoptar. En la situación que acabo de exponer y por la misma razón que en todas las que nos podamos imaginar, no ofrece duda de que nuestro deber es combatir. Una re sistencia—aunque fuese sin esperanza alguna aparente— a las presiones más poderosas será siempre la condicion que nos permitiría—en el momento oportuno y cualquie ra que sean la duración y el peso de las pruebas que hayamos sufrido_el reconocimiento de nuestro derecho a la existencia. Ante la tendencia general a la formación de grandes conjuntos económicos y políticos, muchos entre nosotros se preguntan sobre el destino de Suiza y si es justo el que nos mantengamos en la actitud de neutralidad. Lejos’de nuestro ánimo el pensar qúe podríamos vivir actualmente encerrándonos en nuestro propio hogar. Po sibilidades inmensas se nos ofrecen para extender nues— tra influencia en vastos espacios y muchos pueblos., El ejemplo de nuestra organización federal puede servir de ejemplo en un mundo tan falto de los factores: de equilibrio. Sin embargo, y en ‘la medida en que seamos dueños de ampliar nuestra actividad, está claro—debemos estar convencidos—de que nuestro papel será función directa de nuestros recursos, de nuestra fuerza interna, de nues tro genio, de nuestros medios físicos, intelectuales y es pirituales, que habremos de empeñar para salvaguardar nuestra independencia y mantener intacta la idea de la verdadera libertad. Nadie puede considerar que nuestra fuerza relativa rebasa en proporción a la importancia del país o su cifra de población. Ello lo debémos en gran parte al Ejército, que ha con solidado los lazos federales y que ha dado a nuestra ju ventud una esouela incomparable de virtudes cívicas y . . , . sociales. Lo debemos, de un modo mas general, al es fuerzo del pueblo suizo en su conjunto, que se apoya en principios de inmutable valor. Si nos mantenemos vigilantes, si permanecemos en guardia contra ciertas ilusiones, nada nos separará de las empresas de humani dad y de paz. Por el contrario, desóamos asociarnos pie iamente, bajo una forma que da a nuestra participación el valor de una empresa personal. Para obrar de esta suerte, es necesario ser libre, resistir ante toda potencia feudal de las tiranías que no desmerecen en nada a las que ejercían nuestros antepasados. Resistiremos a las formas modernas de la coacción y de la servidumbre si sabemos no cambiar de actitud, al lado del Ejército, y en todo caso cumpliremos el de- ber a que obliga una canviccion moral y una civilización. El porvenir exigirá que nos mantengamos unidos y disciplinados ante cualquier eventualidad y singularmen te ante las fuerzas invisibles de la guerra psicológica. “Para dominar la técnica, ha dicho Bergson, se pre cisa un suplemento de alma.” Esto será verdad para el nuevo Ejército y para la lucha de nuestro pueblo contra las potencias subversivas. Propongámonos en la póxima etapa de nuestra carrera de oficiales tener como objetivo la ayuda al país para cumplir su misión. Nosotros seremos como tantas gene raciones que están consagradas a ser artistas de su gran deza. EducaciónFísica. Tablasparalapruebadepotencia. - Capitán de lnantería. FranciscoRODRIGUEZ VIDAL, de la Agrupaciónde InÇan$ería Badajoz,n.0 26. El vigente Reglamento de Educación Física para el ejército señala en su primera parte que a todos y cada uno de los individuos que se incorporen a filas debe i’iacérseles una ficha médica y prueba física cuyo formu lario se expone en el capítulo 3Ç del citado Reglamento. Es en su capítulo 59 donde se explica el modo de ob tener la prueba física, que consta de cinco ejercicios denominados pruebas de: Potencia. Coordinación. Valor del tren inferior. Velocidad. Valor del tren superior. De todas estas pruebas, la que exige más cálculos al profesor de Educación Física es la primera, o sea la de potencia. Copiamos textualmente: “La prueba de potencia consiste en una carrera de 200 metros lisos con carga igual a la mitad del peso del ejecutante. La salida ha de efectuarse en pie, con el co previamente cargado, anotándose el tiempo desde la señal de partida hasta el momento de rebasar la línea de llegada. Se aprecia en segundos, hasta fracciones de — — —— — — 2ie2o 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 Tabl*X paraaa 51 52 6,83. 6,9 6,63.6,75 oa 2 5]. a55Kg (Peso elsa 5. 53 54 55 Tisapo 7,03. 6,8 6,4& 6,54 6,62 6,26 6,34 6,42 6,O 5,90 5,74 5,58 5,44 5,5 5,11 5,04 4,92 4,83. 4,3Q 4,59 7,24 7,15 6,92 7,01 6,73. 6,79 6,50 6,1k 6,23 6,31 5,98 6,0k 6,13 5,81 5,85 5,96 5,6k 5,7 5,80 5,53.5,55 5,6k 5,33. 5,43 5,50 5,23 5,30 5,32. 5,10 5,17 5,23 4,98 5,0 5,11 4,83 4,93 4,99 4,75 4,82 4,88 4,65 4,7]. 4,77 6,58 6,39 6,2]. 4,49 4,63. 4,72 4,40 4,51 48 49 4,94 60 4,85 ., 4.55 4,63. 4,45 4,51 4,30 4,36 4,43. 4,22 4,27 4,3k 4,13 4,], 4,24 4,05 4,10 4,16 3,97 4,02 4,0 4,00 3, 3.9 3,8 3,68 3,92 3,85 3,7k 3, 3,69 3,74 3,78 3,62 3,67 3,7 3,56 3,6]_ 3,65 3,50 3,55,3,59 3,44 3,42 3.53 — — -— 4,62 4,47 4,5 4,38 4,43 4,29 4,35 4,21 4,26 4,1 4,1.5 4,05 4,10 3,97 4,02 3,95 3,90 3,83 3,88 3,73. 3,81 3,70 3,75, 3,64 3,68 3.55 3,62 — (P+’) Potencia — 200 75 -= T” Ya aclara el citado Reglamento que el peso normal de los individuos oscila entre los 50 y los 85 kilogramos, y que para evitar el crecido nflmero de sacos que sería necesario preparar para hacer la prueba con toda exac Tabla 55 47 5,57 5,43 5,30 5,17 5,05 5,72 26’5 Eg) 53 54 46 50 5]. 52 53 54 55 56 57 58 5 5,87 coE’..’ 52 medio segundo. Esta prueba nos da el trabajo realizado (peso del individuo más el peso del saco que transporta, multiplicado por la distancia). La potencia en kilogramos por metro lineal se obtiene dividiendo el producto an terior, que indica trabajo, por el tiempo reducido a se gundos. Y para obtenerlo en una unidad corriente (aun que no son caballos de vapor) se dividirán los kilogramos por 75, obteniéndose de este modo la potencia de un trabaj.o considerable de poca duración, en una unidad cómoda, aunque arbitraria.” Todo lo cual puede expresarse con la siguiente fór mula, en la que llamamos P al peso del individuo, P’ al peso del saco y T al tiempo medido en segundos: II pax pao 2 — 56 a 60 Kg (Peao4.1 aaso2’ 29’O Kg) 59 60 Ti.po 56 57 58 57 58 59 Ticapo 56 30 31 7,55 32 33 34 35 56 37 38 39 40 4]. 42 45 44 45 7,64 7,73 7,82 7,91 7,31 7,4 7,48 7,53. 7,65 1,08 7,11 7,25 7,53 7,43. 6,83. 6, 7,03 7,117,19 6,61 6,74 6,82 6,90 6,94 6,4v 6,55 6,65 6,70 6,78 6, 6,37 6,44 6,52 6,59 6,34 6,43. 6,17 6,24 6,03. 6,08 5,73 5,80 5,83.5,93 5,59 5,65 5,72 5,79 5/49, 5,46 5,52 5,52 5,65 5,27 5,33 5.39 5,45 5,53. 5,15 5,2]. 5,27 5,33 5,59 5,04 5,9, 5,15 5,23. 5,27 645 5,96 5,81 5,67 5,55 6, 6,03 5,48 6,27 6,10 5,9 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 51 58 59 60 .. 4,98 5,04 5, 4,884,94 4.99 4,72 4,78 4,83 4,8 4,62 4,68 4,73 4,72 4,53 4,52 4,64 4,69 4,44 4,9, 4,55, 4,60 4,34 4,41 4,46 4,51 4,2k 4.35 4.SQ 4.45 434 4,3.9, 4,25, 4, 4,12, 4,3.1 4,23. 4,23. 4,05 4,09 4,14 4,19 3,98 4,02 4,07 4,33. 3,93. 3,95 4,00 4,04 3,84 3,83. 3.93 3.9 3.7 3,82 3.81 3,93. 5-’ 4, 4,95 4,02 4. 4, 4, 4, 4, 4, 4, 4, 4, 4, 4 3 — 61. Tabla Lesp. 30 31 III para pesos P 6]. 8,22 7,99 7,70 33 34 35 36 37 58 39 48 41 42 43 44 45 1,47 7,25 62 8,31 8,04 7,79 7,55 7,33 7,12 7,05 6,85 6,92 6,61 6,74 6,49 6,32 6,56 6,39 641 6,23 6,01 6,08 5,87 5,94 5.79 5,. 5,61 5,61 5,48 5,54 63 — 61 a 65 rs 64 65 8,40 8,49 8,13 8,2]. 7,87 7,99 7,64 (Peso 4e1 saco 2’ Tieipo 46 47 8,58 8,30 8,04 48 7,72 61 5,36 5,42 5,23 5,30 5,14 5,19 7, 7,41 7,49 7,57 7,20 7,2k 7,35 49 50 51 5,03 4,93 7,00 52 4,74 4.65 7,07 7,3.3 6,81 6,88 6,95 6,63 6,70 6,46 6,53 53 54 55 6,77 6, 6,30 6,3j 6,43 6,25,6,21 6,29 6,00 6,06 6,13 5,86 5,92 5,98 5,73 5,79 5,83 5,60 5,69 5,71 56 57 58 59 80 62 5,09 4,99 4,89 4,79 4,70 4,89 31’5 5g) 63 64 5,48 5,59 5,36 5,41 5,25 5,30 5,1.4 5,20 5,04 4,94 4,83 5,60 5.47 5,36 5,25 5,2.3 5,09 4,.99 5,04 4,. 4,93 4,51 4,75 4,61 4,48 4,40 4,58 4,63 4,68 4,50 4.53 4.59 4,62 4,53 4,45 4,33 4,37 4,25 4, 4,18 4,11 4,80 4,85 4,71 4,76 4,42 4,34 4,41 4,39 4,22 4,27 4,31 4,15 4,20 4,24 - — — IV para peaoa 266a70 66 67 68 69 Tabla Iteapo 65 4,51 4.44 30 31 32 33 ‘4 35 36 37 38 39 40 43. 42 43 4,36 4,22 44 — 45 8,60 8,33 7.84 8,98 8,69 9.01 8,77 9,15 8,86 9,24 8,95 8,58 8,61 8,32 8,40 8,08 8,16 7,85 7,92 8,42 8,50 8,16 8,24 8,00 7,71 7,40 70 7,55 7,35 7,63 7,42 6.48 6,59 6,60 6,32 6,39 6,24 6,10 6,43 7,70 7,49 7,02 7,09 7,16 1,23 7,3Q 6,86 6,90 7,04 7,11 6,80 6,82 6,93 6,50 6,51 6,63 6,22 6,76 7,21 6,20 6.06 5,92 6,3.2 5,98 6,18 6,04 6,30 (Peso Sol saco 2’ Tierspo 1 66 67 46 47 48 49 50 5]. 52 53 54 55 56 57 58 59 60 5, 34’G 2) 68 5,85 5,67 5,73 5,55 5.44 5,61’ 5.92 5,33 5.32 5,23 5,28 5,13 5,18 5,03 5,08 4,99 4,93 4,85 4, 4,76 4,81 4,6 4,60 4,51 4,72 4,64 4,56 4.44 4.49 69 70 5,91 5.79 5,61 5,55 5.44 5,33 5,23 5,13 5,04 4,94 4,86 4,77 4,69 4.61 5,49 5.55 5.38 5,44 5,28 5.33 5,18 5,23 5,02 5,13 4,99 5,04 4,90 4,95 4,8 4,86 4,73 4.76 4,65 4,70 4,57 4,59 4,623 6,16 5,97 6,05 5,84 5,90 5,72 5,78 5,60 5,66 titud, ésta se puede realizar sin gran error utilizando una serie pequeña de sacos tarados en una diferencia de 2,5 kilogramos. Así, pues, y acorde con la tabla que da el Reglamento, podemos hallar (P + P’) fácilmente: profesor de Educación Física dediqué ‘a ellás una áonsi derable cantidad de tiempo precisamente en las circuns tancias—tales como incorporación de los reclutas del reemplazo o de los contingentes de voluntarios__en que más agobiado está de trabajo. Con el fin de facilitar la labor de estos compañeros, Peso del individuo del Pesosaco hemos confeccionado unas tablas. de manejo elemental. que confiamos puedan serles de gran utilidad por eí ahorro de tiempo que su manejo puede proporcionarles. P = 50 KgP’ = 26,5 Kg P+P’r= 76,5 La forma de utilizar las tablas es obvia: son tablas de P = 51 Kg.P’ = 26,5 Kg P+P,= 77,5 doble entrada, figurando en la primera fila los pesos del P = 52 KgP’ = 28,5 Kg P+P’= 78,5 individud y en la primera columna los segundos que éste pueda tardar en hacer la prueba. En. la concurrencia de la columna y la fila correspondiente a cada caso se halla P 66Kg= 34,— Kg. 100 el resultado de la prueba de potencia. P = 67 K.g;P’ = 34,— Kg. 101 Naturalmente, en el cálculo de las tablas (cuidadosa mente revisadas) hemos trabajado con la suma de P + P’, F. = 84 KgP’ = 41,5 Kg. pero solamente citamos P, o sea el peso del individuo, 125,5 P = 85 KgP’ = 41,5 Kg. por ser éste el dato al cual está supeditado P’. No obs 126,6 tante, y a título de simple recordatorio, en cada tabla Esa suma es la que hay que multiplicar por 200; el ponemos entre paréntesis el valor de P’, peso del saco. producto dividirlo por el tiempo (que oscila normalmen Aunque en la escala de notaciones qúe indica el Re te entre un mínimo de 30” y un máximo de 60”) y este glamento, las marcas de la prueba de potencia son nú cociente dividirlo a su vez por 75 (1).. Todas estas senci meros enteros (del 3 al 10, ambos inclusive), los resul llas operaciones requieren, a pesar de su sencillez, que el tados los expresamos hasta las centésimas, no sólo para que el profesor de Educación Física que así lo desee (1) La división por 75 nos originará casi siempre (es decir, tenga más datas de juicio respecto. a la potencia de los excepto en los cases en que la división sea exacta) un cociente pe hombres a él encomendados, sino también para que pue riódico n]ixto, ya que 75 352 da equiparar esas marcas y las nolas que esas originan = Tsbla 7 pax pesoaP — 7]. a 75 42 (PesoSe]. saco P’= 36’5 K) sapo 71 72 73 14 75 Tieapc 71 72 734 30 31 2 93 54 55 96 57 98 99 0 1 2 3 4 5. 62 9,55 9,23 8,96 8,69 8,43 8,19 7,96 7,75, 7,54 9,64 9’j3 9,82 9,91 9,33 9,429,50 9,59 9,04 932 94 949 46 8,71 47 48 49 8,85 8,93 8,5]. 8,59 8,62 8,21 8,34 8,4& 8,09 8,11 8,18 7,82 7,89 7,96 9,01 8,74 8,49 8,29 8,09 7,61 7,68 7,15 7,82 7,35 7,42 7,49 7,55 7,62 7,17 7,23 7,307,31 7,43 6,99 7,06 7,22 7,19 7,25 6,82 6,89 6,95 7,01 7,09 6,61 6,71 6,79 6,85 6,91 6,51 6,57 6,64 6,22 6,79 6,37. 6.43 6,49 6,53 6,61 51 52 6,23 6,33 6,406,46 6,21 6,21 6,33 6,29 640 6,19 597 693 5,85 5,90 5,73 5,79 5,62 5,67 5,51 53 54 55 5,41 5,31 56 5,12 5,2]. 5,03 6,08 6,14 5,96 6,01 5,84 5,89 5,725,78 5,56 5,46 5,36 5,26 5,11 5,61 5,67 5,51 5.56 5,41 5,46 5,315,36 5,21 5,26 5,3.2 9,11 5,03 5,08 58 4,94 5,09 4,99 59 4,86 4,76 4.90 4,95, 4,99 4,82. 4,81 4,91 60 — Tabla 75 .. — 6,19 6,Oj 5.93 5.83 5,72 5,61 5,51 5,41 5,31 hespo 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 5,22 41 5,17 5,04 .42 4,95 43 44 45 Vi para pesos 76 77 816a8042(Peso 78 79 80 del saco 2’ Tiespo 16 7 10,22 10,31 10,40 10,49 10,58 46 9,89 9,98 10,06 10,15 3.0,24 .9,61 9,75 9,83 9.91 6,62 4.7 48 9,37 9,45 9,53 9,62 40 9,18 9,25 9,33 8,84 8,91 8,99 9,02 8,59 8,61.8,14 8,81 49 50 51 6,52 6,39 6,29 6,13 6,01 9,58 9,29 9.01 8,76 8,52 52 8,43 8,50 8,58 53 8,21 8,28 8,35 54 8,00 8,07 8,14 55 7,80 7,Bj 7.93 56 7,54 7,62 7.67.7,74 57 7,36 7,43 7,49 7,55 58 7,19 7,25 7,32 7,38 59 8,29. 8,36 8,07 8,14 7,86 7,93 7.67 7,73 7.49 7,30 7,13 6,97 6,81 7,03 7,09 6,87 6,93 7,15 7,21 60 6.99 7,05 5, 5,79 5,69 82 6,78 6,84 6, 6,58 6,69 6,69 6,75 6,44 6,50 6,55 6,6] 6,31 6,3j 6,42 6,48 6,19.. 6,24 6,29 6,,35 6,06 6,3.2 6,12 6,2 5.93 5,84 5.73 5,62 5,48 5,52 5,43 5,33 5.1]. 79 6,72 5,57 5,38 5,29 5,20 39’OK) 78 6,00 6,05 5,89 5,99 5,76 593 5,67.*72’ 5,57 9,6Z 5,47 5,52 5,36 5,42 ..,, 5,24 5,]5 6,10 5,99 5,8 S.71 9,61 5,5.1 5,29 5,3.3 5,38 5, 3124 5,29 a las notas de Velocidad y Trepa a pulso, que vienen expresadas en centésimas. Los cocientes fueron calculados hasta las milésimas, con el fin de que cuando éstas excedieran de 5, poner las las centésimas por exceso. Hemos subrayado las cifras obtenidas por exceso. Sólo nos resta aclarar que los tiempos no los hemos calcplado en fracciones de medio segundo, dado que el error que pueda cometerse interpolando en la tabla (aunque esa interpolación se haga “a ojo”) será siempre menor que los errores que autoriza el Reglamento al ordenar que se tomen por exceso o por defecto los quin tos de segundo y al señalar series de sacos con una dife rencia de 2,5 kilogramos, errores a todas luces despre ciables. Si aprovechando la gran difusión de nuestra Revista logramos que estas tablas lleguen a manos de todos los profesores de Educación Física, el saber que a estos com pañeros les ahorraremos tiempo y trabajo varias veces cada año nos compensará con creces del tiempo y del trabajo que nos ha supuesto la confección de estas sen cillisimas tablas. Tb1a TiempO VII para 81 pesos 82 P=8].a85g 83 (Peao ___________ Tiempo 85 84 30 31 10,87 10,97 11,07 11,15 11,24 10,5k 10,62 10,71 10,79 10,88 46 47 32 10,21 10,29 10,37 10,47 10,54 9,7Q 9,9 10,06 10,14 10,22 48 33 34 9,61 35 9,33 36 37 38 9,07 9,62 9,41 9,12 9,76 9,84 9,92 9,48 9,56 9,6 9,22 9,7Q 9,37 49 50 51 52 43 44 7,91 7,77 7,60 7,42 8,90 8,97 9,04 9,12 53 8,67 8,74 8,8]. 8,88 54 8,44 8,51 8,58 8,62 55 8,23 8,30 8,31 8,43 56 57 8,03 8,10 8,16 8,22 7,84 7,90 7,91 8,03 58 7,66 7,72 7,78 7,84 59 .7,48 7,54 7,6 1,67 60 45 7,26 7,32 39 40 41 42 8,82 8,60 8,38 8,11 7,38 7,44 8e1 aac 1” 8] 82 41’5 83 sg) 84 7 3.0 6,95 6,80 6,66 7,16 7,22 ‘7,277,33 7,01 7,06 7,127,16 6,86 6,92 6,977,07 6,72 6,77 6,82 6,88 6,53 6,40 6,26 6,16 6,02 6,52 6,64 6,47 6,51 6,33 6,38 6,23. 6,26 6,10 6,12 5,97 5,97 6,04 5,92 6,696,72 6,566,61 6,436,42 6,33. 6,36 6,20 6,22 6,086,13 5,97 6,02 5,72 5,63 5,57 5,78 5,82 5,87 5,92 5,68 5,72 5,77 5,12 5,58 5,67 5,69 5,72 5,44 5,42 5,53 5,57 5, 7,7k Elsolcomofuentedeenergíaeléctrica. General Earle F. Cook. D. la publicadónnorfeamoricane Army».—(Tracliccióndel T.nienfe cje Artillería, FranciscoGARCIA PARRADO, de la Escuelade Aplkación y Tiro del Arma (Seccón de Costa).— Exfrad*il. por le Redacciónde Ekci4o) ¿Qué está consiguiendo la tecnología del espacio en apoyo del soldado de tierra? El día 17 de mayo de 1958, los Estados Unidos situa ron en órbita un diminuto satélite, era una esfera de 6,75 pulgadas de diámetro y un peso de 3,25 libras (1,589 Kg.). Fué nuestro segundo satélite. El primero, llamado “Ex plorer 1”, había sido lanzado con todo éxito POCO más de un mes antes, y con él se consiguió, entre otras cosas, el descubrimiento del cinturón de radiación Van Allen. La significación del esfuerzo espacial para nuestras operaciones terrestres no podríamos prácticamente espe cificarlas todas en el breve espacio de un sólo artículo. Propongo, pues, examinar un punto importante con im plicaciones de largo alcance. El segundo satélite, conocido oficialmente como el “Vanguard 1”, estaba equipado con radio. Y el sol, con su energía ilimitada, era el poder alimentador de la radio. Un año de permanencia en el espacio era la meta a alcanzar; sin embargo, cuando estas líneas se esrriben, el minúsculo satélite todavía continúa sus viajes y misio nes a través del espacio. Dos meses después del lanzamiento de esta pequeña esfera la Unión Soviética puso en órbita su tercer sa télite, tui vehículo de forma cónica que pesaba 3.000 li bras (1.362 kg.). Nada pudo expresar mejor la alegría de Jruschef que sus propias palabras, cuando decía: “Necesitarán mu chos apelsinsputniks para compararse con el nuestro.” Esa fué la nueva palabra con la cual designaba al re ducido satélite americano, cuya etimología procedía del vocablo naranja, y su propio satélite. Dudo que hoy nadie se preocupe particularmente del gigantesco satélite ruso, quemado ya en la atmósfera terrestre. En cuanto a la diminuta “naranja” americana, es otro cantar. El día 17 de marzo de 1961, su tercer ad versario ha completado, aproximadamente, 11.750 reco rridos orbitales, y ha viajado a través del espacio unas 408.004.164 millas. Otros satélites han permanecido den tro de una órbita más amplia, pero, por varias razones, éste ha sido algo especial para nosotros. El pequeño r dio-transistor que lleva en el interior de la esfera trans mite sus débiles pero permanentes señales. Esto sól. podría considerarse de un extraordinario alcance de ejecución. Sin estas señales no podríamos seguir el re corrido de la esfera en el espacio y seria imposible la utilización de otros aparatos fijos en el satélite. Corn. los componentes y la eficacia de la radio han sido bien demostradas, nosotros, los soldados, sacaremos provecI de ello al diseñar el futuro equipo militar, lo mismo qüe sacaremos de los “Explorers”, los “Dicoverers”, “Scor9”, “Tiros 1” y “Courier I-B”. El “Vanguard 1” se mueve en determinada órbita, que varía en distancia de la tierra desde 404 millas .én su punto más próximo hasta 2.466 millas en el más le jano. El grad9 de seguridad con que esta órbita fué calculada y es mantenida, que por primera vez el Ser vicio Cartográfico ha podido hacer uso de un satélite para determinar la posición de muchas islas del Pacífie., cuya exacta situación no había sido definida antes eso seguridad. La órbita establecida ha sido utilizada, también, pr los geofísicos, tanto militares como civiles. Ahora so muchos los convencidos de que la Tierra tiene más la forma de una pera que la de un esferoide achatado pr sus polos, como pensamos. Numerosas formas y teorías han sido expuestas en diferentes partes del mundo. Qui zá con el “Vanguard 1” tenemos el medio de determi nar cuál es, en realidad, la verdadera forma de la Tie rra. Por lo menos, contamos con los medios de obtener mayor seguridad para conseguirlo que hasta ahora he mos tenido. Conocer las exactas dimensiones del epa cio, con sus muchas implicaciones a los sistemas de 63 85 armamento en el presente y futuro de nuestras fuerzas combatientes, es una obligada necesidad. Estas tres razones pudieran ser merecedoías de un hi gar bajo el sol para el pequeño “Vanguard 1”. Sin em bargo, de más directo interés para nosotros es que el “Vanguard 1”, literalmente, exige un lugar al sol. Los transformadores solares en este satélite convierten los rayos sólares en energía eléctrica, facilitando corriente al radio transmisor durante estos tres años pasados. Debido a este continuo éxito, las células solares han sido admitidas como el más eficiente y seguro medio de energía eléctrica para los satélites y vehículos espacia les. Son ya numerosos los ingenios que, con todo éxito, han sido enviados con sus racimos de células solares. Este primer uso de la energía solar es una caracte rística desdeñada por los que miden el éxito de una empresa espacial en razón del tonelaje, y está siendo el más importante aspecto del triunfo de esa “naranja”. Hubo considerable ansiedad entre los científicos ante el temor de que los micrometeoritos chocando con el sa télite en el espacio, enturbiasen o dañasen el espejo que cubre las células solares. Se pensó que la vida de su funcionamiento sería breve relativamente. En la actua lidad, las señales de radio son tan fuertes como lo eran hace tres años. A causa de esa efectividad, continúan estas células solares suministrando energía al transmi sor cada vez que el satélite está bajo la luz del sol. Este éxito no ha sido debido a cuestión de suerte ni a juego cte azar. En los comienzos del año 1957, los cien tíficos del Servicio de Transmisiones experimentaron la demostración de su teoría, según la cual las células so lares, generando energía, resolvían los problemas de los misiles y vehículos espaciales. Entonces varios racimos de células solares, amparados por espejos, se adaptaron a un cohete Aerobee-Hi, que fué disparado a una alti tud de 190 millas. Las células solares facilitaron la ener gía para que la radio operase, enviando señales a la Tierra. El cohete, a una velocidad superior a una milla (1,609 Km.) por segundo, a travs de la atmósfera, ge neró un calor intenso, y no obstante el efecto adverso de su giro y rápida aceleración, pudieron soportarlo las células. En algunos aspectos, estas condiciones fueron más severas que las que las células tendrían que sopor tar como parte del satélite, pues, por lo menos, el saté lite, durante su recorrido por la atmósfera, va protegido del calor y la fricción por el cono del vehículo lanza dor. Ahora podemos refrescar aquí nuestra memoria res pecto a lo que son estas células solares. Estas son ‘el resultado de la misma investigación que produjo el tran sistor”, un pequeño y al parecer sólido ingenio que sus tituye a muchas lámparas. Las radios tácticas las po seen. En términos simplificados, diremos que los científi coz descubrieron en la práctica que un pedazo de sili cón puro, prensado con una delgada capa de silicón do tada de ciertas impurezas, resultaría una composición sensible a la energía del sol. Esto es, la unión entre los dos componentes de silícón reaccionaría emitiendo ener gía eléctrica. Un circuito eléctrico podía ser conectado a esta unión y cuando quedara expuesta a la luz solar u otros rayos de luz, ésta se convertía directamente en corriente o energía eléctrica. Esta es, pues, la célula so lar. Por sus dimensiones, resulta aparente que es un ver dadero problema trabajar metales de tan escaso gro sor. Por ejemplo, se requiere fabricar una lámina cte sili cón, con un grueso de una dicamilésima de pal gada (0,000254 mm.) y con resistencia a calorías del orden de los 1.400 grados centígrados. Sin embargo, estas deman tías exigidas fueron satisfechas y la célula solar produ jo en el año 1954 una mayor eficiencia en la conversión 64 ,e luz que cualquier otro transformador directo luz-elec tricidad conocido por entonces, con una eficacia de un seis por ciento. Esta célula básica fué mejorada por la industria. Todavía los científicos militares del Army no están satisfechos con las eficientes células solares. Teorías y experimentos, así como pruebas nucleares de gran al titud indicaron que en cualquier vehículo espacial o sa télite expuesto a la radiación nuclear, las células so lares pueden ser dañadas por tal radiación. Los cien tíficos fabricaron y rriejoraron la célula solar, que “es quizá el más importante adelanto en este campo de la ciencia desde oue la primera célula solar fué fabricada en 1954”. Estas células resistirán cuatro veces más la radiación durante mayores períodos de exposición, sien do también fabricadas a unos 950 grados centígrados, lo que da un más alto porcentaje de buenas células, a un coste menos elevado. Nuestras perspectivas sobre energía solar, para misiles y vehículos espaciales, aumen ta y promete como nunca. Ahora puede hacerse una razonable pregunta: ¿todo esto le da a nuestro Ejército una mayor capacidad com bativa? En junio de 1957, un portavoz del Ejército dijo a la prensa: “En breve, el radio-casco Sólo necesitará ser ex puesto a los rayos del sol para obtener el poder eléctrico suficiente para operar como transmisor y como recep tor.” Los ingenieros utilizaron un modelo de casco para comprobar que las células solares podían hacer funcio nar el más pequeño transmisor-receptor del mundo. To davía no hemos conseguido el radio-casco de energía solar, porque su coste aún no se ha ceñido a los límites razonables, pero creo que ese problema también será resuelto. Esta célula solar puede ser utilizada algón día por nuestros combatientes en las radios tácticas de tipo li gero. El día 21 de junio de 1960, un operador de radio del Ejército, estacionado en Fort Monmouth, Nueva Jersey, llamaba a otra estación de radio, situada sobre la costa oeste. La respuesta llegó fuerte y clara. Es práctica co rriente, .podrá alguien decir. Sí, lo es, excepto en que cada estación utilizaba, como fuente de energía, una manta de unos 20 pies cuadrados, de pequeñas células solares. Para la prueba, cada estación funcionó con una potencia media de 100 watios; como puede notarse, no era una potencia de grado reducido. Desde entonces, la estación de radio de Monmouth ha estado operando y en contacto con Europa, Africa y Oceanía. Este experimento demuestra que en la actualidad el Army puede utilizar también la célula solar y la ener gía natural del sol para la radio comunicación a larga distancia. En Los Angeles, el día 3 de marzo de 1960, un auto móvil era conducido, llevando en la parte superior de la carrocería un panel de células solares que facilitaban la energía con que el coche marchaba. La revista “News letter”, de la Association for Applied Solar Energy, in cluía esta significativa observación: “Aunque el vehícu lo, de extraña apariencia, no parece tener un uso prác tico, ciertamente, por el momento, su aspecto no es más raro que el de los coches de gasolina de 1900.” He aquí, únicamente, tres ejemplos de uso terrestre, en los cuales las células solares fueron puestas en el campo de la investigación y el experimento. La célula solar está ganando utilidad para su uso donde el poder eléctrico comercial es escaso o donde las fuentes de energía, como baterías y generadores, no pueden ser uti lizados por razones prácticas. Con toda certeza, las apli caciones militares son evidentes. En estos ejemplos de aplicaciones terrestres, la ener -gía eléctrica procedente de células solares era almace— - nada en un ingenio que servía de receptáculo, y de don de se suministraba energía cuando era necesario. Pero volvamos de nuevo a nuestro pequeño satélite. Mencionaba que la corriente llegaba al transmisor cada vez que el satélite pasaba ante la luz del sol. En el instante en que el satélite surgía de la sombra de la Tierra, en ese previsto segundo, la energía radiante del sol sacudía las células solares y el transmisor em pieza a lanzar sus señales de nuevo. Contrariamente al caso del automóvil, por ejemplo, no existe el ingenio que almacena energía a bordo del satélite, pues no había espacio suficiente en el interior de tan minúscula esfera. Las células solares se encuen tran acopladas directamente al transmisor y, por lo tanto, la radio permanece silenciosa cuando viaja el satélite a través de la sombra de la Tierra. El “Cou rier I-B”, de 500 libras, del Army, fué equipado con un medio en el cual se almacenaba la energía producida por las casi 20.000 células solares que llevaba alrede dor de su superficie. Baterías en miniatura obtenían su carga y facilitaban corriente cuando el satélite de co municaciones estaba dentro del círculo de sombra de la Tierra. El método más práctico y capaz de almacenar ener gía eléctrica del sol es el acumulador. Pero éstos son demasiado pesados y voluminosos si queremos que con tengan bastante corriente. Muy limitado número de ve ces que pueden ser cargadas, si es que pueden serlo más de una. Su costo es elevado para el provecho que de vuelven. No es que las baterías sean innecesarias o que no hayan mejorado. Lejos de ello, durante varios años, el Ejército tuvo la responsabilidad de la investigación y progreso le las baterías y el esfuerzo de investigación por los científicos del Ejército y por contrato con la industria, ha conducido a muchos progresos en las bateríaS, que merecen la pena tenerse en cuenta. Por ejemplo, durante los últimos doce años, se ha des arrollado en siete veces la capacidad de la pila común de linterna. La batería recargable también ha sido me jorada, así como las baterías atómicas y las de tipo mi niatura de níquel y calamina han progresado, siendo este último modelo el utilizado en el sistema de baterías de prueba de la mayoría de los misiles del Army. ¿Y dónde nos encontramos con relación a la conver sión directa de la luz solar en energía eléctrica? Vea mos en algunos ejemplos concretos lo que hemos he cho. En el “Vanguard 1” (1958) produjimos y utilizamos, intermitentemente, unos 10 milewatios; en el “Expio rer VII” (1959) utilizamos 5 watios; en el “Tiros” (1960), unos 19 watios. El progreso no puede ser más seguro. Estamos muy lejos todavía de donde debemos estar, pero muy distantes de donde nos hallábamos hace sólo tres años. Los científicos de los Servicios y de la Indus tria continúan investigando los hornos de fundición so lar, los concentradores solares, etc., y experimentando con células de alimentación por combustible con capa cidades de reactivación, así como explorando reversibles reacciones químicas. Se estudian métodos químicos, me cánicos y térmicos para el almacenamiento de energía. Todo esto son hechds que para nosotros tienen indivi dual relación como soldados. Representan otros cami nos y otros medios que afectarán nuestra capacidad com bativa, algunas quizá mañana, otras en los años futuros. Las armas básicas individu&les del ejército soviético. Resumen y comentarios de varios arfículosde la publicaciónalemanaSoIdaf und Technik».— (Traduccionesdel ComandanfeWILHELMI, del C. 1. A. C.) INTRODUCCION les” o “metralletas”, capaces también de hacer fuego en ráfagas, pero disparando, generalmente, munición “f lo Desde la terminación de la última guerra mundial, ja”, de tipo pistola. los países más importantes de ambos bloques, oriental Se comprende que, a base de estos tres tipos de armas y occidental, hán tratado de modernizar el armamento y jugando además con las características de las muni ligero individual de sus combatientes, adaptándolo a las ciones antes señaladas, los diferentes países hayan adop exigencias de la guerra moderna. tado soluciones que difieren entre sí. Fáctor común de esta tendencia, en todos los países, Así, los paises del bloque occidental, que están equi es la desaparición del clásico fusil o mosquetón repeti pados, o se están equipando con armas ligeras modernas, dor, en el que es necesario accionar a mano el cerrojo tienden a mantener dos armas individuales: un fusil cada vez que se quiere hacer un nuevo disparo. automático o •de asalto y un subfusil. El primero para Para sustituir es arma individual clásica, que, en las tropas normales y el segundo para algunas unidades una u ótra ‘versión, ha ubierto siglo y medio de Histo especiales, como dotaciones de carros, etc. Para la pri ria Militar, surgieron, primeramente, los fusiles semiau mera de las armas se emplea el conocido cartucho tipo tomáticos, es decir, los que realizan la carga automáti NATO dé 7,62 X 51 (calibre 7,62 y 51 milímetros de lon camente, pero disparando tiro a tiro. Y más tarde, los gitud de vaina); para la segunda arma, un cartucho fusiles individuales automáticos, a los que se dió en lla tipo pistola (análogo a nuestro 9 milímetros largo), que mar “de asalto”, los cuales no sólo cargan automática suele ser el de 9 X 19 milímetros. mente, sino que pueden también disparar en ráfagas. El ejército soviético, por el contrario, ha seguido un Estos dos tipos de armas, los fusiles semiautomáticos camino diferente. Ha desarrollado un cartucho del tipo y los automáticos o de asalto, están proyectados para que hemos llamado “fuerte” o de fusil, pero más disparar munición “fuerte”, es decir, munición de tipo corto, menos potente y pesando aproximadamente 7,5 fusil, aunque no tan potente como la de los fusiles re gramos, menos que el NATO. Para este cartucho de petidores y no de tipo pistola. Pero, paralelamente a 7,62 X 39 milímetros ha desarrollado dos armas: una estas armas, se han conservado y se han ido mejorando carabina semiautoqniítica, denominada “SKS”, y otra y transformando, también, las armas llamadas “subfusi automática (tipo fusil de asalto), llamada “Kalaschni 65 Fig. A.—1usi1 ruso semiautomático kow” o simplemente “AK”. De esta última arma hay una versión, con culatín rebatible, para ser empleada por aquellas unidades especiales que iban antes equipa das con subfusiles o metralletas. Es decir, que han idu a la constitución de una familia de dos armas indivi duales homogéneas, con munición unificada. También parece que disponen de un fusil ametrallador para ese cartucho. Esto, unido a que llevan estas 1rma% no sólo el ejército soviético, sino también muchos país?s satélites (al menos la carabina semiautomática, de la que han suministrado incluso a países del Oriente Medio), representa una gran ventaja para la fabricación y su ministros. A continuación se expone una ligera descripción de los dos fusiles soviéticos que parece van a constituir ] 1 base de su armamento individual, así como de su común cartucho, completado, a título orientativo, con los datos del cartucho NATO de 7,62 X 51. LA CARABINA SEMIAUTOMATICA “SKS” La carabina semiautomática “SKS” construida, como ya se dijo, para disparar el “cartucho corto” de 7,62 )< 39 milímetros, viene a sustituir, en el ejército soviético, al fusil “Mossim-Nagant” modelo 1891/30 y a la carabina del mismo sistema, modelo 1944. Estas armas disparaban el cartucho ruso normal de 7,62 X 54 milímetros, mode los 1908 y 1930. Aun cuando la carabina semiautomática “SS” se emplea ya én el Oriente Medio, en los países que han recibido ayuda militar rusa, hasta ahora sólo se han publicado muy pocas notas sobre este arma y han sido de tipo general. DATOS TECNICOS Peso delarma DEL ARMA (sin portafusil Y SU MUNICION ni cartuchos): Con bayoneta normal3,85 Kg. punzante3,70 Longitud del arma1.020 con bayoneta n o r m a 1 abierta 1.260 Longitud con bayoneta punzante 1.325 del cañón 518 Calibre 7,62 . Fig. B.—Cortedel 66 fusisemiautomátjco «S. K. S. con bayoneta rebatida. Longitud de la línea de mira 480 Graduaciones de alza (de 1 a 10), o sea de 100 a 1.000mt. Alza fija 300 Tiro apuntado hasta 1.000 Distancia útil de combate hasta 400 Velocidad práctica de tiro 30/40 disp/min. Cartucho 7,62 X 39 mm. * * La carabina semiautomática “SKS” (iniciales de sa masarjadnyi Karabin Siminow) es un arma que funcio na por toma de gases, con cierre basculante, accionada a mano para la primera carga. Dispone de un cargadbr fijo con capacidad para 10 cartuchos. Los cartuchos es tán dispuestos en dos filas en este cargador y el muelle de lámina que llevaba el arma anterior ha sido susti tuida, en ésta, por un muelle en espiral. Aun cuando en la descripción rusa no se menciona la forma de recarga, puede suponerse que se utilicen cartuchos engar zados en cargadores de chapa, sencillos (del tipo de los el mosquetón Mauser). Naturalmente también podrá cargarse el cargador fijo del arma, a base de cartuchos sueltos. Al terminarse el cargador, el cierre es retenido en su posición retrasada, por medio de un trinquete, indicando al tirador que debe recargar de nuevo su arma. Como puede desprenderse de su denominación, este arma está dispuesta solamente para realizar fuego tiro a tiro, aunque con carga automática. Se observa también que los rusos no han renunciado al uso de la bayoneta n este arma, habiéndose previsto dos tipos de cuchillo, uno de ellos rebatible y cortante y otro que se recoge hacia un costado y es sólo punzante. El cañón va fijo por medio de rosca al cajón de me canismos y lleva en su parte anterior el soporte del punto de mira, siendo este último regulable en altura y lateralmente. Dicho punto de mira va protegido por un arco. La bayoneta va fija a la parte inferior del soporte del punto de mira, el cual deja pasar también la baqueta de limpieza. A un tercio de la boca del cañón va colocada la cámara de gases que comunica por un taladro inclinado con el ánima. A través de dicho tala dro inclinado penetran los gases que actúan sobre el émbolo de accionamiento del sistema de cierre. La cá ruso cS. K. S. con bayoneta atinada. - mara de gases tiene unos muñones que sujetan el cilin dro de gases. En el centro del cañón va un anillo al cual se fija la parte anterior de la caja de madera del arma. En la parte posterior del cañón va montado el alza, de tipo normal, con corredera desplazable sobre una curva y con graduaciones de 1 a 10 (100 a 1.000 metros). La particularidad de este alza es que tiene una muesca, señalada con una “A”, que corresponde a la graduación de 300 metros. Con sólo tirar hacia atrás de la corredera del alza, y hasta que quede encastrada en dicha muesca, llamada alza normal, pueden batirse todos los blancos, hasta una altura de 50 centímetros, dentro de una dis tancia de 350 metros. El soldado soviético recibe instruc ciones en el sentido de que cuando tiene el alza en esta posición normal apunte aprovechando el borde inferior del alza hasta distancias de 300 metros; desde 300 me tros en adelante debe apuntar sobre el borde superior del alza. El cilindro de toma de gases lleva unas aberturas para eliminar los gases sobrantes. Se desplaza sobre los mu •ñones de la caja de gases y está protegido, por encima, con un pequeño guardamanos de madera. El pistón de accionamiento se mueve en el interior del cilindro de toma de gases y transmite su movimiento a través de una varilla sobre el soporte de cierre y su muelle, que arrastran hacia atrás a todo el sistema de cierre. El muelle recuperador de la varilla empujadora del pistón es el encargado de volver a su posición pri mitiva a todo el sistema de accionamiento del arma. El cajón de mecanismos aloja en su interior el cierre, el muelle recuperador, el mecanismo de disparo y per cusión y el cargador. En la parte inferior de dicha cajón de mecanismos van unas guías para el cierre, así como unos alojamientos para la colocación del arco de guar damonte, el expulsor, los alojamientos del bloqueo del cierre o la pieza de retenida del mismo. En la parte posterior del cajón va roscada una tapa. El sistema de cierre, que se mueve a lo largo del ca jón de mecanismos, se compone del soporte y la cabeza del cierre. El empujador conectado al pistón del cilindro de gases empuja contra la cara anterior del soporte del cierre y lo pone en movimiento. El sistema de cierre dispone de una palanca exterior para montarlo a mano y dentro del cajón de mecanis mos van unas muescas que hacen que la cabeza del cie rre salga de sus alojamientos de bloqueo al ir hacia atrás y que luego, al avanzar de nuevo para cerrarse, vuelva a quedar bloqueado. En el interior del sistema de cierre va alojado el percutor con su muelle y el ex tractor. La cara anterior de la cabeza del cierre lleva la forma adecuada para adaptarse al culote del cartu cho. En su parte superior lleva la cabeza del cierre una ranura transversal que lo une al soporte de cierro. El sistema del recuperador va alojado en el cajón de mecanismos, sobre el sistema de cierre y se compone Fi. 1.—Fusil automático del muelle recuperador, el tubo-guía exterior y la varilla guía interior. El mecanismo de disparo y percusb5n va montado sobre la placa de disparo, siendo sus piezas principales: el martillo, que impulsa al percutor hacia adelante golpeando sobre él; el muelle del martillo, que le hace dispararse; el disparador, compuesto de palanca de disparo; guías de la misma, y muelle disparador, que hace volver a la palanca de disparo a su posición pri mitiva cuando se suelta el gatillo. El martillo lleva un trinquete que impide su disparo si el arma no está ace rrojada. El seguro del arma fija el disparador de tal manera que, limitando su movimiento, impide el dis paro involuntario. El cargador va fijo al arma y tiene una capacidad para 10 cartuchos, Consta de la caja del cargador, la tapa de fondo, el elevador y el muelle del elevador. Para el manejo del arma lleva ésta una caja, de tipo normal, construIda en madera contrachapada. La construcción del arma permite montarla y desmon tarla, para su cuidado y limpieza, sin necesidad de he rramientas especiales. Para desmontar el arma se procede de la siguiente forma: Comprobar si el cañón está libre; quitar la ba yoneta; retirar la tapa del cajón de mecanismos; des montar el dispositivo de recuperación; sacar el sistema de cierre, separando luego la cabeza del soporte; quitar el cilindro de gases y el guardamanos, separando tam bién el pistón del interior del cilindro. Para montarla se procede en forma inversa. Si el arma se cuida en su manejo, funciona sin in terrupciones. La mayoría de las interrupciones que se presentan pueden eliminarse, simplemente, por un rear me a mano. Si el arma está excesivamente engrasada, es necesario limpiar el aceite o la grasa sobrantes, antes de disparar. Es de observar que tanto la cámara de gases como el taladro del cañón están totalmente exentos de grasa, para evitar posibles abarrilamientos del cañón. El arma no tiene posibilidad de graduar el sistema de toma de gases para la regulación del funcionamiento. La carabina semiautomática “SKS” es corta, maneja ble y aproximadamente un kilo más ligera que las ca rabinas o fusiles automáticos. Hay que suponer que la carabina “SKS” responda a todas las exigencias impues tas por el ejército soviético, ya que seguramente ha brán tenido en cuenta su amplia experiencia en este tipo de armas semiautomáticas durante la segunda gue rra mundial. EL FUSIL AUTOMATICO (Tipo fusdi asalto) “KALASCHNIK.OW” (AK) El fusil automático “AR” del ejército soviéLico ha siclo proyectado con arreglo a los más modernos conocimien tos técnicos rusos. Se le puede comparar con el antiguo KALASCFINIKOW (AK) tiro juszl de asalto. fusilde asalto alemán MP-4de la segunda guerra mun dial, .esando diseñado como aquél para un cartucho cor to y teniendo también bastante analogía en su forma. Puesto que la designación de “fusil de asalto” no quiere decir. nada. desde el punto de vista técnico, sería mejor emplear para este tipo de armas el nombre de “carabina ametr ailaora”. Fig. 3: Guardamanos. Tipo .constructvo (fig. 1) 1. Envuelta metálica; 3. Apojos. . — 2. Madera; ridad de poseer una muesca que corresponde a la gra El fusil “AK” funciona por toma de gases, con el ca ñón taladrado y con el dispositivo de toma de gases duación de 350 metros, pudiendo el soldado con un sim ple movimiento de la carredera colocarlo en este punto. por encima. de dicho cañón. Dispone de un cierre gira Con el arma asi graduada pueden batirse todos los blan torio con acerroj amiento por tetones. El muelle recupe rador va alojado por ‘su parte anterior en un húeco cos hasta la altura del pecho, en una distancia de 35 del portacierre, siendo guiado posteriormente dentro de metros. El guardamanos superior (fig. 3) se compone de una un tubo que’ va acoplado al cajón de mecanismos. El arma se construye en dos versiones, una de ellas con semienvuelta metálica (1) y de una parte de madera (2). Su objeto es proteger el cañón de suciedades y las ma Culata fija de madera y ótra con cuiatín metálico reba tible. Tiene un dispositivo para poder pasar del fuego nos del tirador para que no se queme. El guardamanos tiro a iro a fuego ametrallador. La alimentación se se monta metiendo a corredera la envuelta delantera sobre el cilindro de gases. Esta envuelta está taladrada realiza ‘por medio de un cargador de petaca para 30 car tuchos; curvo, que se introduce por la parte inferior para permitir el paso del calor del cañón y también de del arma. Puede acopldrsele una bayoneta. También es los gases de pólvora después de haber accionado sobre posible :disparar con cartuchos de fogueo, colocándole en el pistón dentro del cilindro. la boca del cañóñ el correspondiente brocal. En una des cripción rusa del arma se habla de un alza óptica noc turna que puede colocarse sobre el arma. Los útiles de limpieza pueden ir alojados en un hueco practicado en la culata de .madera. Este arma está construida para disparar el cartucho corto de.762 X39, cuyos datos se darán más adelante. Fig Descsipción del arma Sus parte8 princiales son: cañón, guardamanos, caja antrir .cajón.de:mecanismos con el dispositivo de dis para, sistema ;dé cierre, portacierre con pistón para la torna.dc:gases,dispositivo de recuperación, culatín, car gador.yaccesorios.: El cañón ‘fig. 2) lleva hacia la zona de boca el so porte del punto de mira encajado sobre él a presión. Dicho sçporte lleva ‘el punto de mira (3) regulable en altura,la protección del punto (4) y también un taladro para paso’de la baqueta de limpieza. El soporte del punto de mira se sujeta al cañón por medio de una tuerca. Cuando quiere dispararse con cartuchos de fo gueo se separa dicha tuerca y se la sustituye por el brocal. adecuado.. En el primer tercio a partir de la boca lleva el cañón un taladro inclinado sobre el cual va colocado el dis posityo de toma de gases (5) con Su cilindro de gases (6). Aproximadamente hacia la mitad del cañón va una bri da de unión. (7) que sirve para la sujeción de la caja de madera anterior. En la parte posterior del cañón y sobre la recámara va colocado el soporte del alza (8) y el alza de corredera sobre resbaladeras curvas. Este alza tiene la particula 4 6 .- Ji Fig. 2: Cafi6a. 1. R’’sca; 2 Soporte del punto de mira: 3. Punto de mira; 4. Protección del punto de mira; 5. Dis positivo de toma de gases; 6. Cilindro de toma de gases; 7. Brida de unión; 8. Pie de alza. 68 — Caía anterior de madera. La caja anterior (fig. 4) cubre al cañón por su parte inferior. Sirve para el manejo del arma y como guar damanos. Se Sujeta entre la brida media del cañón y el soporte del alza por ambos extremos. £l cajón de mecanismos (fig. 5) aloja el sistema de cierre, que consta de cabeza y soporte de cierre. En su interior van practicados los rebajes (1) p.ara que en cajen los tetones de acerrojamiento de la cabeza de cierre. También lleva montado lateralmente el expul sor (2). Detrás y en la parte superior lleva el cajón dos ranuras. Una longitudinal (3) que aloja el muelle re2 / ...__, Fig 5: Cajón de mecanismos con mecanismo de disparo.— 1. Alojanientos de bloqueo; 2 Exoulsor; 3 Guía ion gítu dina!; 4. Ranure tren versal.: 5. Palanca de seguro e in verió.nde tiro a tiro y ametraIador. cuperador y otra fransversal (4) donde se fija la tapa del cajón..de mecanismos: La palanca (5) colocada en el costado externo derecho del cajón sirve al mismo tiempo para pasar de tiro a tiro a ráfaga y para poner el arma en seguro. En la cara externa del cajón van practicadas unas muescas para fijar las tres posiciones anteriores cJe la palanca del seguro. Cuando la palanca está en la posición de seguro cubre la ventana de expulsión, con lo cual se pretende que, llevando el arma en esta posi ción; no. entre polvo o suciedad en su interior. El mecanismo de disparo y percusión también va alo. - 4. Fig. 6: Cabeza de cierre.— 1. Tetones de bloqueo; 2. Levas de mando; 3. Alojamiento del extractor. jado en el cajón de mecanismos y se compone de: mar tillo, muelle del martillo, disparador, pestillo interrup tor y palanca de disparo en fuego ametrallador y palanca del seguro. El cierre (fig. 6) lleva alojado en su interior el per cutor y en su cara externa va conformado de acuerdo con el culote dei cartucho. En la cabeza del cierre y en su parte anterior van dos tetones (1) y las levas de mando (2) para el bloqueo. Los tetones se introducen en las ranuras de bloqueo del cajón de mecanismos y las levas de mando actúan sobre las correspondientes curvas del soporte del cierre. Lateralmente lleva la ca beza del cierre un alojamiento para el extractor (3). En la parte frontal inferior va una nariz con la cual son arrastrados los cartuchos al intérior de la recámara. El culatín (flg. 8) rebatible consta de dos brazos late rales (1) y la placa de apoyo (2). Este culatín puede rebatirse hacia adelante (fig. 9), •para lo cual es nece sario presionar sobre el botón (3). El cargador, de forma •de petaca, es curvo y tiéne ca pacidad para 30 cartuchos. Consta de la caja del carga dor, el elevador y el muelle del elevador. Los cargadores los llevan los tiradores en unas bolsas adecuada. Como accesorios lleva el arma una baqueta, pna fe minela, un destornillador, una aceitera y otros, elemen tos de limpieza y desarme. La baqueta va coloçada de bajo del cañón y todos los demás elementos, a exqepción de la aceitera van colocados dentro de un, bote,.. cuya Fíg. 9. Fig 7: Sor,orte del cierre on pistón de toma de gases. 1. Cogida para la cabeza del cierre; 2. Palanca de montafe; 3 Desviador del martillo. El soporte de cierre (fig. 7) hace girar a la cabeza del cierre y la arrastra además hacia adelante y hacia atrás. La parte cilíndrica de esta pieza es conducida en el alojamiento (1) del sistema de cierre. Lateralmente lleva la palanca (2) de montar a mano. En su parte posterior, el soporte de cierre lleva un, resalte• (‘3.) que sirve para impedir que el martillo golpee sobre el per cutor cuando el arma no está completamente acerro jada. Este resalte sirve al mismo tiempo para iniciar el montado del martillo al comieñzo del retroceso del sis tema de cierre. El automonatismo del arma, incluido el bloqueo y desbloqueo del cierre, se realiza por medio de una leva en forma de •curva tallada en el soporte de cierre, sobre la que acti’an las levas de mando de la cabeza. Por ‘su parte anterior, el soporte de cierre se prolonga en forma de pistón (5), que penetra en el cilindro de torna de gases. del arma El fusil (AK) es sencillo en su construcción y también en su manejo. El cargador puede’ llenarse metiendo car tucho a cartucho. Para cargar el: arm’a se’ introduce el cargador, enganchándolo primero en su parte ‘anterior y tirando luego de él hacia atrás y hacia arriba hasta que quede sujeto por el retén del cargador. Para las dos modalidades de fuego, tiro a tiro o ametrallador, se colocará la palanca de seguro en una u otra de las anteriores posiciones. Para la carga a mano se procede como corrientemente. Datos técnicos 3,470 Kg. Peso del arma sin cargador 3,800 con cargador vacío 4,300 con cargador lleno 0,330 ‘del cargador vacío 0,830 lleno de la bayoneta 0,370 Longitud’ del arma con caja de made ra y sin bayoneta870 “ mm. Longitud del arma con caja de made ra con bayoneta1.070» : Longitud del arma con culatín reba‘ : tido :6.45 Longitud del cañón ‘413’ Calibre7,62 Graduaciones del alzaDe 100 a 800 mts. Alcance máximo‘ : 1.5.00 rtts. “ ‘ “ , , ‘...‘ Distancia máxima normal Zona tiro 1 Fig: 8: Culatín rebatible. — 1, Brazos; 2. Placa de apojo en el hombro; 3. Botones de retenida. hacia ad’elate. tapa sirve al mismo tiempo de tapabocas’ del arma, para proteger el ánima durante la limpieza. El. conjunto del bote con los aparatos de limpieza puede introducirse’en un alojamiento practicado por detrás del culatín de madera y tapado con una chapa que se mantiene cerrada auto máticamente. Manejo 4 El arma coa el culatíri rebatido — Zona tiro de 800 empleo de empleo la altura 400’”’’ batida hasta del 50 a tiro por 100. a 100 metros, en del por 100, a 100 metros, en 50 del ametrallador Velocidad teórica Cadencia práctica, de tiro en Velocidad ... inicial tiro .. a tiro ráfagas pecho. 350”’ 10 X ‘10 cm. •‘1’9 600 40 100’ X ‘19cm. d.is/min. dts/mia. dis/min. 70 mt.s/.seg. 69 Mecaulsm,o del disparo Para el tiro a tiro, el martillo queda retenido por el interruptor de tal manera que sólo puedé volAl accionar el disparador se libera el martillo y sale pestillo verse a disparar dejando libre el gatillo y volviendo a impulsado hacia adelante por la acción de su muelle, gol accionario. Al pasar a la posición de fuego ametral1ador, peando contra el percutor y produciéndose el disparo. pestillo interruptor se retira completamente de tal Parte de los gases de la car2a de propulsión en ira en el manera que no pueda enganchar al martillo. El martillo el cilindro de toma de gases a través del taladro prac queda cogido solamente por el diente correspondiente ticado en el cañón e impulsan bruscamente, durante al fuego ametrallador, y liberándose de él automática un corto recorrido, al pistón hacia atrás. mente, cuando el cierre alcanza su posición más ade El soporte de cierre unido a dicho pistón recorre al lantada y el arma ha sido acerrojada. principio, él sólo, un pequeño camino hacia atrás, arras trando con su nariz inferior al martillo hacia atrás, con lo cual libera al percutor de la presión que dicho mar Arme y desarme del arma tillo estaba ejerciendo sobre él. Después, la curva de dicho soporte de cierre hace que la cabeza de cierre Para la limpieza y cuidado del arma sólo se precisa sufra un movimiento de giro en virtud de sus levas al apoyarse sobre aquella curva, con lo cual los tetones un desarme parcial, debiéndose proceder de la forma siguiente: de bloqueo de la cabeza se zafan de los correspondientes alojamientos del cajón de mecanismo. A partir de este Quitar el cargador; para lo cual se presiona con mornentó el sistema de cierre está ya desbloqueado y el pulgar sobre la palanca del retén, basculando el libre de continuar su retroceso durante el cual extrae cargador hacia adelante y hacia fuera. la vaina de la recámara, la expulsa y comprime el mue Se tira hacia atrás del cierre por medio de la pa lle recuperador, así como el del martillo. El retroceso lanca de montar, comprobándose que la recámara del sistema de cierre termina cuando se comprime has está vacía. Después se suelta de nuevo el cierre. ta un cierto punto el muelle recuperador. Se presiona sobre el tubo-guía del muelle recupera Dicho muelle recuperador impulsa de nuevo hacia ade dor y se rebate la tapa hacia arriba. lante el sistema de cierre, la cabeza arrastra un nuevo cartucho .y le introduce en la recámara, terminando el Se quita el muelle recuperador. avance del cierre cuando llega a tope con el plano de Por último se sacan el soporte y la cabeza del cie culata deI cañón; pero el soporte del cierre continúa rre, tirando para ello hacia atrás de la palanca de aún su recorrido hacia adelante un pequeño trayecto, montar que arrastrará el soporte del cierre, hasta durante el cual vuelve a obligar a la cabeza del cierre encontrar el tope, y levantando después la palanca a girar sobre su eje y a que e introduzcan sus tetones hacia arriba uno o dos milímetros hasta que pueda en los correspondientes alojamientos de bloqueo del ca sacarse todo hacia atrás. Una vez sacado el sistema jón, quedando el arma montada, bloqueada y dispuesta de cierre, se separan entre sí la cabeza y el soporte. para un nuevo disparo. El armado se realiza en sentido inverso. — — — — La potencia militar de la China roja De la revs+a Military Raview’. Por el Mayor Edgar O’BALLANCE.—(Traduc ción extractadade la «Rivisfa Militare». Por el Coronel ARIZA GARCIA). La China comunista es el único país del mundo que afirma no temer una guerra atómica; también, a dife rencia del otro coloso comunista, Rusia, no tiene inte rés alguno en la coexistencia pacífica. No se conocen datos precisos sobre las Fuerzas Armadas chinas, pero. las noticias que con ciertas garantías están disponibles, nos permiten trazar un cuadro gene ral de la situación militar del pais. visiones más, tan pronto posean el material correspon diente. También existen tres divisiones aerotransportadas y unas 15 divisiones con relativa instrucción anfibia. Sin embargo, Ja masa pincipaI lo forman divisiones de Infantería. Para completar el cuadro de las “unidades especiales” tienen algunas divisiones y regimientos de Infantería motorizados, así como un reducido nñmero de unidades de Ingenieros especializadas. Se ignora el número de divisiones de Infantería, pero FJ1ejército regular chino hasta hace poco disponían de cerca de 150, independien temente de unos 300 regimientos y batallones autónomos Probablemente alcanza un total de cuatro millones de Infantería. La división de Infantería, que cuenta con y medio de hombres, de los cuales cerca de tres millones unas 14.000 hombres, es de estructura ternaria, similar pertenecen a unidades combatientes y el resto a los a la rusa, pero carece de unidades integradas por ele servicios y órganos administrativos. nientos acorazados o blindados y de medios de trans El 90 por 100 de la fuerza combatiente pertenece a porte suficientes; es digno de señalar que la escuadra Infantería, y, por tanto, sólo un pequeño tanto por ciento de fusileros, dada la enorme cantera de material hu encuadra las unidades de las restantes Armas. mano disponible, tiene un número de hombres muy su Cuenta al menos con 10 divisiones acorazadas, de ellas perior a la escuadra de Infantería soviética. cinco o seis de Artillería; pero el inmediato objetivo En 1959 fué anuncIada la reorganización de la divi para el futuro parece ser la constitción de unas 30 di- Sión para asumir la estructura pentómica, según patrón 70 americano. Se sabe que se está desarrollando la trano formación, pero no se conocen sus resultados. La susti tución de todas las divisiones viejas por las nuevas sig nificaría que la China roja, con sus tres millones y medio de hombres, podría disponer de 240 a 250 divisiones pen tómicas. Desde el punto de vista orgánico todas las divisiones pertenecen a uno de los llamados “Ejércitos del frente”, repartidos por todo el territorio chino. El Cuerpo de Ejército se compone de tres divisiones y cada tres de aquéllas constituyen una agrupación. Para el abastecimiento de este enorme ejército se pre cisan en tiempo de paz un millón de hcanbres (una media de tres por cada cuatro hombres combatientes). Para ello el territorio está dividido en 40 distritos y el cuerpo de Abastecimientos utiliza toda clase de mediosautomóviles, material ferroviario, barcos para el trans porte fluvial y elementos locales, como mulos, carretas, carros e incluso hay zonas donde ha de recurrirse al transporte a hombro o en bicicleta. EJ reclutamiento anual, por cupo forzoso, puede dar un contingente de unos 50 millones de reclutas; normal mente sólo una pequeña parte es llamada a filas, donde permanecen un período de tres años. Ello permite la posibilidad de alimentar continuamente una reserva de 17 millones de hombres al áño. La milicia Jopalar Con independencia de las unidades del ejército regu lar, China dispone de una fuerte milicia, que según Mao-Sto-Tung cuenta con unos 250 millones de chinos. Sin embargo, aun admitiendo como cierta esta cifra, para no engañarse, diremos que sólo una pequeña parte re cibe instrucción adecuada desde el punto de vista mili tar, y aún es menor la parte que dispone de armas. En realidad, esta enorme masa de hombres re destina en caso de emergencia a recoger informes, formar unida des de reserva y desarrollar una actividad de guerri lloros. Las deficiencias del armamento de la milicia se debe no tanto a la escasez de material, sino a la poca fe que las autoridades tienen en la masa de la población, sobre todo de la campesina. La milicia está dividida en dos partes: militar y civil. La primera comprende hombres y mujeres entre los die ciocho y veiniticinco años de edad, que tras un período de dos meses de instrucción, cumplen diariamente dos horas de instrucción militar. La milicia civil se com pone de hombres de menos de cincuenta años y de mu jeres de menos de treinta y dos, que reciben sólo un elemental grado de instrucción, con miras sobres todo a la actividad guérrillera. La milicia militar, caso de guerra, tiene por misión proporcionar unidades de refuerzo al ejército regular; a la milicia civil se le asignaría la misión de defender el territorio nacional y desarrollar acciones de guerrilla, en zonas eventualmente invadidas por el enemigo. Armamento y material La industria propia produce para el ejército chino fusiles, ametralladoras, morteros, municiones, granadas y minas. El material pesado, como los carros y las pie as de artillería, son suministrados por la ayuda exterior. Dos de sus divisiones acorazadas están dotadas del Carro Stalin y las demás del T-34, así como de cañones autotransportados soviéticos. Las divisiones de artillería están armadas con piezas rusas. Gran parte de las divisiones de infantería están ar madas con bocas de fuego procedentes del botín de la gue rra ClVli. El material técnico, como radios, radares y aparatos de precisión proceden de la URSS. Se nota una falta bastante acusada de medios automóviles. Gran par te de los regimientos no disponen más que de un limitado número de vehículos, incluso algunos carecen totalmente de medios automóviles. Instrwción y doctrina La instrucción de las unidades chinas difiere de la que se sigue en los ejércitos modernos. En la práctica, la instrucción se limita al empleo de las armas individua les, lanzamiento de granadas de mano, colocación de mi nas, prácticas de infiltración y combate nocturno, y ata ques en masa; estos últimos realizados con las primeras luces del alba. Tal programa de instrucción no sólo es debido a la falta de material, sino que depende de la mentalidad de los jefes chinos, que ven en el Ejército un instrumento apto esencialmente para la guerra de guerrillas. Así se observa una rígida economía, sobre todo en municiones y carburantes. El soldado, en efecto, no llega a disparar más de 50 cartuchos en su adiestramiento para el com bate, y la práctica de cooperación entre Infantería y Carros raramente se realiza. Las escuelas son todas de factura soviética, como la de paracaidistas y cinco o seis de instrucción anfibia. Parece ser que se han realizado cursos atómicos, pero se desconoce su naturaleza. Los mandos militares chinos, acostumbrados a los mo vimientos y ataques en masa, tardarán tiempo en ad mitir la nueva doctrina, basada en los conceptos de dis persión y concentración rápidas. Un importante papel del Ejército lo realiza en materia de trabajos civiles. Durante el verano, muchas unidades, al completo, se dedican a la recolección de las cosechas; en algunas zonas, divisiones de Infantería se han em pleado para la construcción de canales, carreteras y, en particular, ferrocarriles, así como a la ejecución de tra bajos para contener las inundaciones. Oficiales y tropa Tanto durante la guerra civil como después de ella, los oficiales chinos, aun ejerciendo las normales funcio nes de mando, eran considerados en igual nivel que la tropa: carecían de distintivo especial y no gozaban de privilegio particular alguno. Pero después de algunos años se ha llegado a formar un cuerpo de oficiales con prerrogativas propias (distintivos de grado, sueldo, etc.). Tales diferenciaciones fueron interpretadas por el par tido comunista chino como incentivo a una desviación doctrinal; en 1958 y para eliminar “esta peligrosa ten dencia”, se ha establecido la obligación, para cada of i cial, de servir un mes al año como simple soldado. Así en el indicado año cerca de 150.000 oficiales, entre olios 150 generales, debieron someterse a esta heterodoxa prue ba. En la práctica, sin embargo, muchos oficiales logran sustraerse a tal obligación, que, naturalmente, repercute en su moral y daña la disciplina del Ejército, donde el oficial debe encontrarse frente al doble problema de ser “igual al soldado” y estar obligado a mantener la disciplina. Los cursos de la Escuela de Oficiales tienen una du ración de dieciocho meses, en los que van unidas la ins trucción militar y la política. Al finalizar el curso, el alumno que consigue el nombramiento de oficial debe seguir un período de seis meses, antes de poder asumir la función de mando en una unidad con el simple grado de soldado. , 7i1 El soldado chino procede casi todo de la clase cam pesina, de la que conserva buenas y malas cualidades. Es elemento rudo, sobrio, adaptado a la fatiga, pero con escasa iniciativa y poca cultura. Está imbuido de la ideología comunista y cree ciegamente cuanto le dicen los comisarios políticos. El llamamiento se hace al cumplir los dieciocho años de edad y permanece en servicio áctivo tres años. Luego pasa a la milicia comunista. El soldado tiene dos uniformes, de verano y de invier no. Recibe una paga en dinero y cuando está fuera de su guarnición dos ranchos diarios. No puede contraer matrimonio. -También existe el personal de más larga duración ac tivá, como los instructores y los suboficiales, en gran parte veteranos de la guerra civil y todos ellos simpa tizantes o miembros del partido comunista. Este perso nal. ejerce una acción supervisora sobre los oficiales, de los cuales sólo una pequeña parte pertenece a orga nizaciones del partido. Capacidad nuclear Se ha asegurado que China posee ingenios atómicos y que está en trance de experirnentarlos. Sin asegurar la certeza de ello, si es evidente que •tarde o temprano terminará por figurar entre las potencias atómicas. Ru sia, por razones. varias, no ve con buenos ojos tal even tualidad, y siempre ha rechazado suministrarle armas nucleares. Por otra parte, no han escatimado ayudá al Gobierno de. Pekín en el sector del desarrollo pacífico del átomo. En la provincia de Sikiang existen ricos yacimientos de uranio, y el día en que la China comunista esté en disposición de explotarlos para la construcción de in— genios nucleares, las potencias mundiales se encontrarán con una gran nación a la que no será fácil invitar a razonábles coloquio& En la régión de Fukien y a lo largo de la frontera se han instalado rampas de lanzamiento de cohetes, bajo la supervisión y con la ayuda soviética. Sin embargo, hasta ahora, parece ser que China comunista no está en posesión de cabezas atómicas. tales directivas, pero existe una lucha sorda entre los oficiales y los funcionarios políticos, que continuamente invaden las prerrogativas de aquéllos. La Avíac1Ón La Aviación comunista china ocupa el tercer puesto entre las fuerzas aéreas más potentes del mundo, estan do dotadas de 3.000 reactores de combate y de 1.500 avio nes de tipos anticuados. Tienen cerca de. 50 regimientos de caza-reactores y unos 20 de bombardeo, además de un cierto ntimero de escuadrones de transportes y de helicópteros. Está en período de organización una agrupación. aérea de bom bardeo estratégico. Tanto los aparatos como el combus tible provienen todos de Rusia. Los efectivos comprenden cerca de medio millón de hombres entre pilotos, técnicos y personal administrativo. También disponen de un escuadrón especial de com bate, cuyos aparatos están pilotados por mujeres, con fines de propaganda. En pocos años la aviación c orn u ni st a ha reali zado importantes progresos, aunque no tantos como los obtenidos por las unidades aéreas de la China naciona lista de Formosa. La. Marina En pr.oporcióh al Ejército y a la Aviación, la Marina china aparece relativamente, pequeña, ya que -tan sólo cuenta con 340 unidades navales y unos 5D.000hombres. Las unidades de superficie comprenden dos cruceros, i8 caza torpederos, 32 fragatas y un nimero impreciso de lanchas costeras. Dos tercios de tales unidades son de fabricación soviética. Aarte cuenta con unas 300 uni dades de désembarco, y otras que están en construcción, en vista dél posible desembarco en Formosa. Las unidades subacuáticas están representadas por 24 sumergibles, también rusos, y cuyos mandos, hasta hace paco tiempo, eran oficiales de la Marina rusa. - Co-oclusión PoliUca El comunismo se ha difundido en el aparato militar chino. En las Fueizas Armadas existe una doble depen dencia, puesto que a cada jefe militar se le afecta un comisário pdlitico, con su propio estado mayor, respon sable del adoctrinamiento comunista. Los comisarios tienen poder absoluto en el sector de su competencia, hasta el punto de poder suspender cual quier decisión de los oficiales contraria a la propaganda o doctrina- política. Al parecer la tropa sigue fácilmente 72 Las Fuerzas Armadas de la China comunista pueden ser rpresentadas por un enorme dragón, provisto de Pocos cólmillos y tentáculos afilados, y que por su mole iía.stodóntica y maciza no está én condiciones de’ reco rrer muého camino. Los mandos militares, con mentalidad anticuada, se han aferrado al concepto de guerrilla y son muy caitos para afrontar el progreso militar La maquina militar ofrece limitada posibilidad ofen— siva, pero tiene ventajas diversas por cuanto respecta a su, actuación en la..defensa. , . El. atractivo inicial del comunismo. - Por Georg STADMÜLLER. De la publicaciónalemana.Estudiossobre la Unión soviéfica»,del íns+ifutc para el estudiode la U. R. S. S.—(Traduccióndel Tte. Coronel de Artillería, ALONSO INARRA). Aunque a primera vista resulta difícil hallar una ex plicación que justifique la indudable atracción emanada de las doctrinas y sistemas totalitarios; es indispensable buscar las causas de lo que, sin duda, constituye la enfermedad política, de nuestro tiempo. Al analizar este tema resulta difícil renunciar a la idea de comparar los sistemas soviético y nazi, pero aunque no lo hagamos, hemos de admitir como cierto el hecho de que ambos regímenes poseen características psicoló gicas comunes y el que tanto en Alemania como en la Unión Soviética una gran parte de la población se vió arrastrada con fuerza incontenible hacia un movimiento organizado de masas. ¿Cuál es la naturaleza de esta atracción? El poder de fascinación es un fenómeno bien conocido de los psicólogos. Su significado es el de suspensión de las facultades racionales como consecuencia del fuerte im pacto producido por un hecho imaginario, exterior que crea en el alma del individuo una imagen falsa que aca ba convirtiéndose para él, por la intensidad con que en su interior se ha grabado, en una realidad del mundo exterior. El máximo efecto de fascinación se logra en nuestro cáso. sobre aquellos individuos que por no poseer creen cias u opiniones firmes, no están en condiciones de ofre cer resistencia a los símbolos y slogans de la ideología totalitaria. Por ello, el vacío espiritual es el factor clave en el éxito y expansión de una ideología totalitaria. Du rañte el régimen nazi se puso en evidencia que todos aquellos que poseían profundas convicciones religiosas constituyeron la parte de población relativamente in mune a la ideología hitieriana, que en cambio actuó con gran ventaja sobre aquellos que sentían la necesidad de téner fe en algo. Ante esta necesidad no satisfecha por ninguna fórmula filosófica o religiosa, el ser humano se aferra a un sustituto, a la pseudo-fe que tiene por base la propaganda y persuasión masivas. Sólo en este senti do cabe explicarse la atracción ejercida por el sistema soviético. El comunismo es, pues, para ellos una satis factoria respuesta a su inquietud, más convincente aún pdr el hecho. de apoyarse en términos científicos. La ideo logía soviética afirma que en la gran sucesión de ideologias es la. primera que. en sí misma constituye ura ciencia que sustituye a los falsos paraísos de la utopia Dcía.iista de Marx y Engels, por un socialismo científico. or primera vez aparece una ideología que blasona de autoridad, científica. Otra importante fuente de atracción del comunismo es su naturaleza monolítica. Una filosofía que admite la discusión, encuentra dificultades para imponerse, pero el comunismo aduce poseer respuestas irrefutables y de finitivaá para cualquier cuestión relacionada con las ciencias naturales o la historia de la sociedad humana. Estas respuestas se asientan siempre en bases materia listas. y en el postulado de que existe un proceso evolu tivo gobernado por leyes inflexibles. Desde tal punto de vista, la historia está mediatizada por esas leyes, y no sólo el pasado puede ser analizado con ayuda de la dialéctica, sino que también cabe predecir con pre cisión la trayectoria futura de la historia. Por primera vez, como Marx y Engels vaticinaban, resulta posible descubrir cómo los procesos históricos se van sucediendo de un modo lógico, obedientes a leyes naturales, hasta alcanzar el triunfo total del comunismo universal. Esta pretensión de doblegar la historia a formas previstas constituye otro de los atractivos del comunismo, que no pierde oportunidad de hacer patente la inevitabili dad de su triunfo sobre el capitalismo. S ha dicho que el comunismo presenta rasgos carac terísticos muy similares con los de carácter religioso y hasta se ha dicho si no podría constituir un sustitutivo de la religión. Lo primero no parece demasiado apartado de la realidad, pues el sistema soviético posee sus jerar quías, autoridades doctrinales, dogmas, cónclaves de par tido y organización y funcionarios que recuerda a los de las organizaciones religiosas, poseyendo incluso “textos sagrados” para lectura de lós “creyentes”. El partido compendia la esencia del sistema soviético y su doctrina de salvación. Más aún, los fervorosos comunistas hacen gala de su total entrega al partido, como lo demuestran las memorias de Wolfgang Leonard, y de un modo más estremecedor aún, las de Jan Valtin. En ellas hablan de seres humanos en los que la capacidad para pensar y actuar libremente ha sido atrofiada hasta tal punto, que para ellos el valor supremo existente es el partido. En uno de sus párrafos, dice Valtin: “El partido es lo primero; Infinidad de seres humanos permanecen enterrados bajo este epitafio. Quien entra en el partido’ se entraga a él en cuerpo y alma. Pese al cinismo que se apodera, cada vez más, de aquellos que dedicaron sus vidas a la causa, nosotros amamos al partido. Nos sentímos orgullosos de su poder y de nuestra servidumbre, porque a él hemos sacrificado todo, -juventud, esperanzas, todo el entusiasmo y libre albe drío tuvimos.” Estoquenosantes da idea de un estado mentál que representa una clave para poder entender el comunismo, el ansia por abrazar una causa común, desruyéndose a sí mis mo en su servicio. El entregarse a la comunidad, o como se dice en la Unión Soviética, a la colectividad, parece ser el objetivo de la existencia individual, que se siente así libre de la responsabilidad personal. El in dividuo es así relevado de la pesada carga que significa el buscar la verdad a costa de su propio esfuerzo, de decidir de acuerdo con su conciencia, de actuar bajo su responsabilidad. Esta ilusoria solución de sus pro blem as le da un nuevo significado a la vida y crea un nuevo concepto de libertad. Como la historia, según los comunistas, es un proceso predeterminado, al individuo únicamente le cabe el dejarse arrastrar por la marea, convertido- en una partícula infinitesimal en la potente corriente de la historia. Unicarnente cabe ograr un determinado grado de libertad, compatible con el’ pro ceso y el determinismo social y económico, aceptando las cosas de. conformidad con las leyes eternas de- la historia. = ¿Cuál es la fuerza de la ideología soviética, al enfren tarso con otras ideologías? Los escritos de autores ex comunistas ponen de relieve que el individuo que ha sido formado en el materialismo dialéctico e histórico, que en éi ha pasado su juventud, que por él ha luchado, es menos probable que pierda su fe por desilusionadoraS experiencias dentro de su propia sociedad, que pzr el contacto con el mundo exterior. En consecuencia, nada más vital para preservar la ideología soviética,, que’.‘elevitar a su adheridos tales contactos. Aun entre- aquellos que han abjurado del comunismo la fe en- el destino de la Unión Soviética, como salvadora del género hu 73 mario, tarda en detáparecer. Una revolución rara vez general, en-tablar discusiones con los representantes de ‘evora a todos sus hijos y por ello resulta imposible Occidente. desarraigar por completo las ideas inculcadas por una Observemos la situación mundial actual y la de la ideologia, aunque ésta haya sido abandonada. La maycr Unión Soviética y de todo su imperio. Vemos que este parte de los ex comunistas parecen experimentar la poderoso bloque de Estados, que cuenta con cuarenta misma duda; tratan de conservar su fe en el marxismo, años de existencia, ha costado, la vida a millares de in pero no pueden explicarse cómo, si sus premisas son dividuos, ha arrastrado a otros mediante su poder de correctas, fué posible el encumbramiento de Stalin. Sun fascinación basado en su mesidnica misión, sumiéndolos incapaces de comprender cómo el comunismo se sallo el error y la desilusión. Ha transformado a personas -de la senda del marxismo-leninismo, para caer en la en idealistas en cínicas, a fanáticos en incrédulos, a lucha 1egradación staliniana, ni de cómo de premisas correc dores en esclavos, a asesinos en víctimas, pero conser tas pudieron extraerse conclusiones tan falsas. vando en posiciones de inigualado poder oficial a un Aquí cabe preguntarse hasta qué punto aprueban el pequeño grupo de supervivientes. Este grupo utiliza para -actual sistema los que viven bajo el comunismo, y en gobernar el terror, la propaganda, las promesas de un qué aspectos lo hacen. La minoría que se unió a los bol— futuro esplendoroso como ciudadanos de la poderosa na cteviques en los primeros años de la revolución, pud- ción que ha iniciado la conquista del universo con las -haber sido sincera y desinteresada, pero los frutos de trayectorias de sus sputniks. Este bloque de Estados, pese sus sacrificios les fueron usurpados por la clase buro a su repugnante historia, no sólo ha logrado mediante crática que les sucedió y que hace gala de sus convic su potencia militar y su propaganda mantener en vilo -clones comunistas como un medio para conservar sus a Europa y América, sino que continúa conservando un privilegios materiales. Cuesta trabajo admitir que esta notable poder de fascinación, especialmente en aquellos “nueva clase” crea verdaderamente en el sistema so paises en período de desarrollo. viético. Por el contrario, parece que dentro del bloque Este es el problema político fundamental de nuestro soviético se tiende cada vez más a disfrutar de un sis tiempo. Los antiguos territorios coloniales de las gran tema de vida al estilo burgués, como una recompensa des potencias europeas se enfrentan con graves dificul -a su docilidad en doblegarse a las exigencias del partido. tades específicas: cuando un pueblo que ha permaneci Este aspecto pasa en muchas ocasiones inadvertido para do estático ante el avance social de nuestro tiempo, con -el. mundo exterior, que por el contrario se ve afectado scrvando -durante siglos sus míseras condiciones de vida, por el impacto que representa la monolítica estructura comprueba tras su contacto con las naciones industria del sistema soviético. Pero parece ser que este impacto les de Occidente que éxiste otro tipo -de vida, su impa -es cada vez menos fuerte dentro del propio bloque, y ciencia se desborda y pretende realizar la revolución en -que su efecto- y el de su propaganda es en la presente un abrir y cerrar de ojos. El creer que pueda lograrse generación de comunistas bastante menor que entre los una moderna sociedad de tipo industrial sin pasar por -miembros de los países no comunistas. Esto nos lleva los estados intermedios que a Europa Occidental le han -a la conclusión de que los esfuerzos para poner en prác costado un par de siglos, es terriblemente peligroso. Una tica una idea seductora han conducido a una autoderrota súbita transformación de la estructura tradicional de los y a una desilusión que los hechos tienden a demostrar. países subdesarrollados -puede producir estragas en sus El viejo grito de. batalla de los -marxistas, la capacidad del conceptos morales y religiosos. El intentar convertir en -ser humano para actuar como su propio salvador, con democracias de estilo occidental a países cuya organiza tribuyó indudablemente al triunfo bolchevique, pero la ción no respond-é ni en un mínimo a los necesarios re Unión Soviética actual ha perdido mucha de su novedad quisitos, conducirá a la más tremenda convulsión social. revolucionaria y carece de fuerza para arrastrar la ima El ejemplo de lo sucedido con los países del Sudeste ginación. cíe Europa a principios del siglo XIX va a repetirse de La ventaja que el comunismo ha tenido siempre en nuevo en las recién creadas naciones independientes que -el campo de la propaganda, es incuestionable, pero esta carecen de ‘una clase media estable, de un sistema uni ventaja depende menos de la fuerza política del comu versal de educación y que no cuentan con la necesaria nismo que de la debilidad política y desuiríón del resto cantidad de personal administrativo. En consecuencia, -de los países A esta falta de unidad política se une la los esfuerzos para practicar los métodos democráticos de -ausencia cte una filosofía aceptada por la mayoría y a Occidente serán en muchos casos inútiles, especialmente una gran variedad de niveles de vida, lo que permite si ciertos elementos de la clase gobernante abusan de la existencia de una multitud de opiniones, distintas y los procedimientos democráticos. En tales casos, el ca antagónicas. La democracia -de Occidente no está prepa mino más fácil a seguir es el de sustituir a los gobernan rada para hacer desaparecer esta pluralística armadura tes civiles-por una junta militar, con el pretexto de res -social, lo que trae consigo, al menos en sus capas más ba taurar la estabilidad superficial de la escena política. jas, una desventaja ideológica con respecto al comunismo, Esta “salida de urgencia” de carácter autoritario se ha si bien es cierto que mediante una libre y prolongada convertido en la tentadora solución para muchos de los -contrastación entre los conceptos del Este y el Oeste nuevos Estados independientes. se demostraría sin lugar a dudas la ventaja de este úl La prisa por el progreso técnico se ha apoderado de timo. Sin embargo, esta superioridad puede únicamente lOS nuevos países que tienen acceso a los más modernos manifestarse en discusiones entre individuos privados, centros del saber occidental. Sus estudiantes -tienen la pero de ningún modo en el plano de la alta política oportunidad de recibir enseñanzas- en el extranjero, y que representan las conferencias entre gobernantes cc en consecuencia, la carencia de ingenieros, por ejemplo, munistas y occidentales. La ideología comunista aparece no es grande, al menos en los países- asiáticos. Y no más fuerte en el aspecto psicológico, aunque no sea más cabe duda que el proporcionar ingenieros a la India ha llevado su industria a su actual estado de desarrollo. que por -la sencilla razón de no admitir la 1bre discu Pero lo importante es el hechó de que resulta mucho sión. El Kremlin, consciente de su debilidad, prohibe cual más fácil formar personal técnico que organizar el’ po quier intercambio de puntos de vista en forma normal tencial industrial que cubra todas las ramas de produc con el mundo no comunista. Unicamente sus delegacio ción del país. Es ésta una forma típica de la situación nes, convenientemente aleccionadas para el caso, o ca en los países subdesarrollados, que pretenden alcanzar lificadísimos funcionarios del par-tido, pueden, por regla en el mínimo plazo el nivel técnico e industrial de las 4, - - . - . - 74 — más potentes naciones, incluyendo entre sus modelos a la Unión Soviética, que ejerce en este aspecto un pode roso atractivo, en parte porque comprenden que el lle gar al nivel de prosperidad de América es por el mo mento empresa fuera de su alcance. La imagen de poder económico con que la Unión So viética se ha encargado de deslumbrar a estos países es, por otra parte, totalmente desproporcionada con res pecto a la realidad y a la capacidad de ayuda soviética. Pese a sus grandes progresos, su producción durante el último decenio no ha sido más que de un 40 por 100 de la norteamericana, y si se compara la total producción del bloque comunista con la de Estados Unidos, Canadá y Europa, la proporción es sólo de uno a tres. Pero aun que no existan aún signos evidentes de influencia eco nómica o cultural soviética fuera de la órbita que en cierra a los países satélites, parece que cada vez toma más cuerpo entre las capas sociales más bajas que la Unión Soviética es una tierra de un casi legendario po der. Existen para ello tres razones: La primera es la f al ta de crítica y oposición dentro de la sociedad comunista, que permite al partido seguir su política sin interferen cias y con la intensidad que le proporciona un cerebro único. En segundo lugar, el hecho de que el sistema eco nómico soviético se gobierna mediante el control estatal y no bajo la base de un mercado libre, como en Occiden te, en donde el margen comercial y el cálculo ocupan un importante lugar en la cuestión. Esto significa que los dirigentes soviéticos pueden, por ejemplo, echar mano de miles de ingenieros para ponerlos a trabajar casi de inmediato en sus proyectos de primera prioridad, sin problemas de mano de obra y sin tener que rendir cuen ias a nadie. La tercera causa de la desorbitada reputación de la Unión Soviética entre los países en desarrollo es su in cesante, intensa y extremadamente sutil propaganda. Esta propaganda rara vez revela su origen comunista, prefiriendo enmascararse .bajo epitetos tales como “pro greso”, “pacifismo”, “democracia”... En todas las gran de poblaciones del Sudeste de Asia, así como en el Japón, se encuentra uno constantemente con librerías en las que se anuncian libros “progresistas”. Estas publi caciones soviéticas, que se venden a precios muy bajos, consisten en trabajos de Marx, Engels y Lenin. La ignorancia de la historia rusa en general, y de las condiciones sociales y económicas de los soviets en parti cular, abona el terreno para la propaganda roja en las zonas subdesarrolladas. Unicamente en Japón existe más oportunidad para llevar a cabo estudios sobre Rusia, pues en Africa y ra India no existen facilidades para ello. Mas, cuando uno piensa que hasta en el civilizado Oc cidente es muy considerable la ignorancia en muchos aspectos de la historia rusa, no cabe recriminar a afri canos ni a indios. Pero acaso la más importante conse cuencia de esta ignorancia sea el hecho de que la pro paganda soviética acerca del ritmo de industrialización de la URSS se ha falseado totalmente. La verdadera perspectiva no puede establecerse a causa del desconoci miento de los factores básicos del progreso industrial alcanzado por la Rusia zarista. El mismo Lenin dedica su atención a tales progresos en el trabajo. “El desarro llo del capitalismo en Rusia”, escrito entre 1895 y 1897. De 1890 a 1900, el número de obreros empleados en la industria pasó de 1,5 a 3 millones, y para 1913 la indus tria del acero había alcanzado una producción de cinco millones de toneladas, cantidad que si bien inferior a la de Alemania y Francia, superaba a la del bloque austrohúngaro. No es accidental el que dicha obra de Lenin haya dejado de incluirse entre sus obras dedicadas a la propaganda en el extranjero, ya que demostraba que aun antes del advenimiento comunista, la industrializa ción marchaba en Rusia a grandes pasos. Este hecho refuta los asertos comunistas de que Rusia no comenzó a •destacarse como nación industrial hasta la llegada de los ‘soviets, con sus métodos de economía planificada y centralizada. Parece haberse olvidado que todo el progreso social y político de Occidente, durante el último medio siglo, ha dejado anticuadas las enseñanzas de Marx sobre el ca pitalismo, y que al atenerse estrictamente a dichas en señanzas, obstinándose en ignorar los cambios operados, la ideología soviética pone de manifiesto su alto grado de osificación. La falta de familiaridad con las verdades del mundo soviético nos explica el éxito de la propaganda comu nista entre los países poco desarrollados y en particular entre intelectuales que no han pasado por la experien cia de muchos admiradores que Occidente tiene en la propia Rusia, que presos primero de la fascinación de su ideología, sufrieron la más amarga de las decepciones, al descubrir la oculta realidad. Desarrollodelaactividadespañola. Breve resumende nofidas recogidasen el mes pasado en diversaspublicaciones.—Tfe. Coronel de tnfend.ncia, José REY DE PABLO-BLANCO, profesorde la EscuelaSuperiord.I Ej4rcifo. EDUCACION NACIONAL La Secretaría General Técnica del Ministerio de Edu cación Nacional ha editado recientemente un folléto con el título “Datos y cifras de la enseñanza en España”, en el que se recogen importantes infosmaciones esta dística s. Según la citada publicación, la población escolar pri maria cubrió en el año 1960 el 12,4 por 100 de la pobla ción total española. El número total de maestros en- el mismo año era de 100.996. En abril de 1961, el plan de construcciones escolares había conseguido terminar cer ca de 10.000 escuelas y 6.031 viviendas para maestros. El 64,25 por 100 del presupuesto de Educación corres pondió el año pasado a la Dirección General de Ense ñanza Primaria. El analfabetismo va retrocediendo asombrosamente. En 1903 el 56,2 por 100 de la población era analfabeta; en 1930 se había reducido a un 32,4 por 100; en elaño 1959 era tan sólo el 9,21 -por 100. De mantenerse el mis mo ritmo, en la reducción, se estima que hacia 1970 habrá desaparecido el analfabetismo de España. En el curso 199-60 la matrícula en las escuelas de form ación profesional industrial oficialmente reconoci 75 das, ascendió a 27.532 alumnos, la matrícula en céntros análogos autorizados ascendió a 10.889 alumnos. Actualmente existen en nuestrá. patria 37 •conservato nos; de éstos tres son superiores, cinco profesionales, ocho subvencionados y 21 elementales. El número de escuelas de artes y oficios es de 48 en total. El número de escuelas técnicas de grado medio es, también, de 48. En el curso 1958-59 la población escolar de enseñanza superior era de 72.599 aumnos. El distrito universitario con mayor población escolar de este tipo íuéMadrid (28.713), seguido de Barcelona (10.561) y Valladolid (5.314). En el referido curso existían en España 105 colegios mayores, con un total de. 8.701 residentes. En el curso 1960-61 fueron concedidas por el Ministerio 13.966 becas. En 1961 el presupuesto nacional para Educación fué de 6.704,8 millones .de pesetas, cifra que representa el 11,34 por 100 del presupuesto del Estado. nal de las conversaciones celebradas en la Delegación Nacional de Sindicatos, entre la Comisión económica ale mana y los representantes de la’ economía española’, se ha hecho saber que, en forma de créditos interguberna mentales, las obras -del pantano de Bembézar, en Cór doba, y la ‘canalización del Guadalhorce, en Málaga, serían objeto de ayuda financiera por parte de Alemania. Son harto conocidas las ampliaciones de créditos que en los últimos tiempos se han obtenido del Export-Import Banlç, de Wáshington, y de Bancos privados norteame ricanos ‘en favor de la industria española, y para pronto, apenas el dictamen de la Comisión del Banco Mundial sea aprobado por el Gobierno, es muy ‘posible que una ayuda sustanciosa de ese Banco venga a acelerar la ampliación y el desarrollo de determinados sectores de la estructura económica española. Todo esto no hace sino confirmar una de las ventajas que se esperaban, del programa de’ estabilización: la apertura de los mercados de capitales europeo y ame ricano a las necesidades inversoras de la economía es EÁHORRO-’-pañola. Tanto en forma de ‘comandita directa, adquiriendo En 1a diferentes cuentas de ahorro, bancarias, cajas acciones y títulos y valores españoles y dando una ma generales de,ahorro, montepíos laborales, Caja Postal yor extensión y fiexihulidad’ a nuestras bolsas, como en de Ahorros, se han ido almacenando a lo largo de los forma de créditos bancarios, como en forma de inversio pri’mers: siete meses del año 1961, .de los que se tienen nes planeadas a largo plazo, el ahorro de Europa y de hasta ahora tós estadisticos, 19.996 millones de pesetas. Estados Unidos no. tiene ya ningún inconveniente en Atendiendo.. aias diferentes instituciones que lo re acudir a E.spaña, y nuestro país se beneficia -de esa apor tación, que puede significar un acicate poco menos que caudan. -y-custodian,- la. formación de ese importante saldo es la siguiente: decisivo en el aceleramiento de nuestro desarrollo eec En las cuentas. o imposiciones a largo. plazo bancarias, nómico. Las cifras que, en términos generales, pueden situar el 12 532 millones de pesetas, en las cajas de ahorros y problema son del orden siguiente: la producción actual montemos, 7 464 millones En conjunto el total del ahorro deposiLado en España neta española viene a, suponer algo. más de los 500.000 se elevaba a la cifra de., 211.634’millones,, de los cuales millones de pesetas; de, éstos, aproximadamente 100.000 123.818 correspondían a dú. cuenta bancarias y 87.816 millones, es decir, el 20 por 100, constituyen la inversión millones de pesetas a las ‘de las restantes instituciones. que anualmente se incor-pora en forma ‘de capital ,al Según los datos publicados por la Confederación Es proceso productivo. Pqes, bien: de ‘esa..c.antid.ad; casi las pañola de Cajas de Ahorro, el 64,71 por 100 de los saldos cuatro quintas partes, 80.000 millones.; se invierte en staba invertido,, al 31, de mayo, en valores mobiliarios, forma de autofinanciación y sólo 20.000’millones lucen en el mercado de capitales a travésde operaciones í 1con un total de 51.067 millones de pesetas. Córrespondía la principál inversión a fondos públicos, xiancieras para el desarrollo o ampliación de los elemen tos materiales, de las empresas. por un valor de 46.686 millones, y a valores industriales No es, ,por tanto, aventurado evaluar -en una cantidad el resto,’. por 4.38.1 millones de pesetas. Dentro de esta última- partida de valores industriales, las obligaciones que. puede ser la tercera o cuarta parte de, esa suma figuraban por 2.544,5 millones, y las acciones,’ por 1.856,5 lo que en. un año España puede. recibir. en forma de crditos exteriores, que hoy pueden lograrse porque la millones. En los cinco meses a que se refieren las estadísticas estabilidad monetaria de la peseta permite planear su publicadas, las cajas habían concedido prástamos por financiación y la posterior devolución de los mismos en un total de 1.149 millones de pestas, con los que el total las mejores condiciones posibles. de los mIsmos ascendía a 21.957,8 millones. Atendiendo a la clase de ‘préstamos, los hipotecarios absorben la mayoría, con un importe de 10.209; siguen EL ALUMINIO ESPAÑOL en importancia los créditos personales con un valor de. 4.896, y a continuación los créditos ‘agrícolas, con 1.177 Pese a la edad ‘juvenil ‘del aluminio, que “nace” con millones. Otros préstamos, 650 millones, h’an sido corpo Wóhier en 1827 y Bunsen en 1854, puede decirse que rativos, de ellos, para viviendas, 278, etc. su fabricación- Íormal comenzó realmente en 1855, vein Ademas, lds cajas han concedido otra clase de cre tiocho.- años más tarde de haber sido descubierto. Como ditos, déhbmi’nadós ‘de carácter: ‘nacional, entre ellos prés desgraciadamente en tantas cosas, y por la pereza am tamos complementarios para vivienda, por valor de biental en que sesteaba país, España acudió ex 2.994 ‘rriillon’es; al ‘crédito agrícola,’ por valor de 854, y cesivamente tarde a la nuestro’ preocupación de hacer para sí al’ érédito marítimo y pesquero, por 68 millones de pe-’ misma lOS trabajos necesario.s paradisponer del nuevo setas.” metal. Poco a poco, imponiéndose en el mundo por su resistencia a las alteráciones. ácidas, su fácil manejabi lidad y aleación con otros metales, el aluminio tomó NUESTROc.REDITOEXTERIOR carrerilla desde su nacimiento el pasado siglo, hasta co locarse- en la vanguardia de las necesidades y utiliza ‘Se ha hecho público cpie una empresa española a un ciones que- el hombre hace actualmente de él. tiempb hidroeléctrica y química había obtenido un im Aquí también comenzó a fundirse el aluminio y a em portante crédito de 20 millones de marcos en Alemania plearse el- metal en todas aquellas empresas que. la ex para ampliación. de sus instalaciones. igualmente, al f i p.eriencia aconsejaba. Pero corno no teníamos producción - , . . .. ‘ - - - 76 propia, habríamos que importarlo en las pequeñas par tidas que íbamos utilizando para adecuarlo a los tra bajos y destinos fijados. Así hasta 1936. Por este tiempo ya se produce aluminio en nuestro país, aunque las cifras obtenidas son flojas. Nunca se pudo pasar de las 1.300 toneladas, y como la dom anda interior superaba esa cifra, teníamos necesa riamente que seguir gastando dinero en importar las partidas indispensables a nuestras necesidades. Cuando termina nuestra guerra, los índices de producción pa recen estimularse hacia cifras de mayor crecimiento, aunque no en gran proporción. En 1943, el Gobierno español pensó en la conveniencia cte acentuar la producción nacional de aluminio y aten der con ella a la creciente demanda interior. Para llevar a cabo este empeño decretó la iniciación de trabajos para el montaje de una factoría dedicada a la fabrica ción de aluminio dentro del gran complejo del Instituto Nacional de Industria. Hasta 1950 puede decirse que la producción apenas si sufre variaciones de crecimiento, no sólo debidas a nuestra debilidad antigua en el ne cesario proceso industrial, sino por las consecuencias derivadas de nuestra güerra interior y las que poste riormente hubimos también de sufrir al terminar la guerra mundial, con su secuela de aislamiento. Pero a partir de ese año ya es otro el panorama en orden a la fabricación de aluminio. En marcha ya la fábrica dependiente del 1. N. 1. ins talada en Valladolid, su producción inicial es de 5.000 toneladas, que poco más tarde, cuando se decide pro ceder a la amliación de las instalaciones, logra ser duplicada. Frente a las 1.300 toneladas anteriores, las 10.000 de ahora. Más tarde basta 1 que ya se obtiene para las crecientes necesidades de cada día, y se decide también por el mismo organismo proceder a dos nuevas instalaciones, ahora en la comarca asturiana de Avilés. De estas dos nuevas fábricas va a obtenerse bien pron to un incremento en la producción. Así, cuando en la de San Juan de Nieva comienza a rendir, ofrece 7,500 toneladas, aun cuando su capacidad al instalarse nue vas cubas de electrólisis alcance hasta las 17.000 tonela das aproximadamente. Volvamos momentáneamente a considerar las cifras estadísticas sobre producción mundial de aluminio en 1958. España ha saltado ya gallardamente desde la po breza de sus índices anteriores, para situarse en una zona media bastante discreta. Inglaterra se acerca a las 27.000 toneladas; Checoslovaquia está en las 26.000, y en las 22.000 Polonia. Después viene Yugoslavia, con algo más de 21.000, y España, a continuación, con casi 17.000 toneladas. A continuación siguen con cifras in feriores, y para no citar más, Suecia, Brasil, Australia, India... Han sido suficientes los esfuerzos de las factorías de Valladolid y Avilés, cubriendo entre ambas casi el 80 por 100 de toda la producción española, para que este continuado trabajo nos haya redimido a lo largo de diez años de un gasto de 2.500 millones de pesetas, que de no disponer del aluminio suficiente hubieran sido em pleados en adquirirlo en el exterior. Ló importante es que la producción española de este metal sigue creciendo, habiéndose obtenido en el año 1960, según datos oficiales, la cifra de 29.500 toneladas. Este rendimiento es superior en 8.450 toneladas al total de producción obtenido en 1959. En lo que respecta al aluminio, la producción lograda tras un decenio supone casi veinte veces más que la ofrecida por la industria en 1936. POSIBILIDADES EXPORTADORA La estabilización ha sido como una radiografía acu sadora de nuestros defectos, pero a la vez nos ha dado una clara visión de nuestras posibilidades en el mer cado internacional. Esas posibilidades son muy grandes y cada día se des cubren nuevas salidas y un venturoso futuro para mu chos productos españoles hasta ahora sin horizontes. El error ha consistido en limitarse a las exportaciones clá sicas y no pensar en la multiplicidad de demandas y de mercados en todos los cuales hay sitio y son solici tados nuestros productos. Están por explorar los merca dos de Iberoamérica, de las nuevas naciones africanas, del Este, de países, como se decía en la declaración del Congreso Sindical, “ante los que no retroceden naciones menos necesitadas que nosotros de expansión de sus ventas al exterior”. Se equivocan quienes limitan la expansión comercial a los productos y contornos conocidos por creer que fue ra de tal zona no hay posibilidades ni porvenir. Ahí están para desvanecer criterio tan erróneo los fabrican tes de máquinas herramientas, que han logrado vender al Canadá, a los Estados Unidos, Inglaterra, Holanda, Brasil, Filipinas, Méjico, más las que irán a países del Este y a la misma Alemania, estimándose en un 25 por 100 de la producción—en pesetas, 250 millones, aproxi madamente.—.lo exportado. Una sola firma ha vendid@ al extranjero a razón de mil dólares por trabajador, y en el presente año los contratos firmados permitirán elevar aquella cifra a 1.700 dólares. Algo por el estilo sucede en las industrias mecánicas, químicas, manufactureras y agrícolas. A muchos sor prenderá la noticia del envío por avión, desde Barcelona a Nueva Yorlç, de trajes confeccionados para ser ven didos en comercios neóyorquinos. La exportación se inicia con seiscientos trajes semanales, por un total de dos millones de dólares en un año. De este estilo son frecuentes las noticias de éxitos lo grados por fabricantes o artesanos en sus salidas a los mercados extranjeros. Esto tiene una gran significación económica para nos otros. No hace depender menos de las exportaciones ma sivas de nuestros productos tradicionales a no menos tradicionales compradores y compensar las bajas que en ellas produzca la coyuntura política o económica, con las ventajas muy diversificadas, en productos y destina tarios, de otros sectores industriales españoles que hasta hace un par de años Sólo trabajaban para el consumo interior. MAS PRODUCTOS SIDERURGICOS Se puede decir, sin forzar demasiado la imagen, que una economía industrial tiene nervios de acero. El acero es el esqueleto, la estructura, los nervios de la industria. En la fabricación de gran n’mero de productos el acero es la base. En los automóviles, en los ferrocarriles, en la arma7ón de los edilicios, en la maquinaria que produce la energía eléctrica, en los grandes telares mecánicos, en la reja de los arados, en los tractores y las aventa doras mecánicas, en casi todas partes, el acero es u factor indispensable. La enorme expansión de los procesos de industriali zación de un país exige que la produccin de acero siga un ritmo creciente de desarrollo capaz de satisfacer las insistentes demandas del mercado. Es evidente que si la producción no llega a cubrir tales exigencias, sólo es posible hacer frente a las mismas por medio de impor taciones, lo cual, lógicamente, tiene un reflejo negativo en los mecanismos de la balanza de pagos. 77 España; cuya producción de acero llegó a superar en 1954 los niveles anteriores a 1936, comprendió que era preciso superar más aún tal capacidad de producción para poder seguir la línea de su desarrollo industrial. Los Estados Unidos han colaborado coñ técnicas y capi tales, en virtud de sus programas de ayuda económica, en la tarea de que España aumentase su capacidad de producción de acero. En 1954 se concedieron tres millo nes de dólares a la Empresa Nacional Siderúrgica, de Avilés, para la adquisición de un alto horno y su equipo auxiliar. Por otra parte, el suministro de primeras ma terias, tales como carbón, hizo posible que la industria siderúrgica española llegase a aumentar su producción én algún momento hasta un 40 por 100 sobre los niveles que hubiesen sido posibles sin tales materias primas. Recientemente se ha procedido a la inauguración de importantes instalaciones industriales. Nos estamos refi riendo a la laminadora de acero en frío que poseen y utilizan conjuntamente Altos Hornos de Vizcaya y Vas conia, situada en Sestao, provincia de Vizcaya. Esta la minadora es el resultado final de uno de los proyectos financiados en virtud del programa de ayuda económica de los Estados Unidos a España. Esta ayuda económica para el tren de laminación en frío, en la cuantía de dó lares 4.012.000,ha facilitado la maquinaria y equipo, así corno los servicios de ingeniería para la instalación. El funcionamiento de la nueva laminadora contribui rá a aliviar la escasez de productos de acero en España y especialmente la escasez de productos de acero lami nado en frío. Esta escasez ha limitado también la ca pacidad en España para producir chapa negra para ho jalata. España necesita 65.000 toneladas métricas de hojalata al año. El funcionamiento de esta instalación de lami nado en frío habrá de reducir considerablemente la ne cesidad de importar hojalata y permitirá ahorrar, por tanto, considerables cantidades de divisas cada año, que quedarán disponibles para otras importaciones también necesarias. Un sector vital para el desarrollo de la industria es pañola cobra un nuevo impulso que muy pronto se hará sentir en los sectores de la industria que utilizan los roductos procedentes de la laminación en frío. tica que ha trascendido al extranjero—se cede en ex clusiva al promotor del respectivo trabajo, con el ló gico y justo beneficio económico para el Patronato. Es de notar que entre los trabajos científicos de ayuda técnica o de investigación solicitados o esarrollados me diante contrato, con industriales particulares figuran no pocos encomendados al Patronato Juan de la Cierva, por prestigiosos organismos o “firmas” de los Estados Unidos. Esta nueva modalidad de la investigación científica como un servicio píblico para la mejora y moderniza ción de nuestra técnica industrial es un imperativo inexcusable del momento histórico industrial presente. Han pasado ya los tiempos en que España reducía las inquietudes y aspiraciones de su comercio exterior a la cómoda exportación de vinos, frutas y minerales, para importar herramientas, productos químicos y manufac turados. La revolución industrial que conmociona al mundo nos sorprendió en pleno caos republicano y en la ‘larga y angustiosa convalecencia de nuestra guerra de Liberación. Ahora hemos de ponernos al nivel de la gran industria mundial, que presenta la peculiar ca racterística de un íntimo y constante enlace entre la investigación científica y el perfeccionamiento de la téc nica. España no puede quedar rezagada ni ha de resig— narse a trabajar a base de patentes extranjeras. En el ensayo iniciado en este sentido con positivo éxi to y esperanzadoras perspectivas trabajan en ecuipo dós centenares de investigadores titulados del Patronato men cionado, los cuales realizan una labor conjunta en la que colaboran universitarios, técnicos e industriales con el propósito de que sus 23 institutos sean otros tantos laboratorios especializados, con sus investigadores y ma terial al servicio de la iniciativa privada, especialmente de la industria media y modesta, que carece de medios de organización y de técnicos debidamente preparados para disponer de una investigación propia. Para prevenir nuestra evolución industrial no sólo e realizan trabajos de ayuda técnica y de investigación desarrollados por iniciativa privada, sino que se han montado servicios de iñformación y documentación para que los estudiosos españoles puedan estar al corriente de cuanto se publica en el mundo respecto a los últimos adelantos que más puedan interesar a nuestras posibi lidades industriales, especialmente en lo que afecta a CIENCIA E INDUSTRIA química industrial, electrotécnica, ingeniería mecánica y tecnologías varias. Acierto indiscutible del Consejo Superior de Investi Otra deficiencia que se trata de subsanar es la es gaciones Científicas es orientar la investigación a re casez y aun carestía de personal español capacitado para solver los problemas de las necesidades prácticas que servir sectores o especialidades características de la in se planteen a nuestra industria. Ello sin perjuicio de dustria para los que no existen planes de estudios es cuanto se refiere a la ciencia especulativa y abstracta pecíficos. Ello nos obliga a estar a merced de especia y atender a la formación de equipos más o menos re listas extranjeros enterados prácticamente de lós últi ducidos de científicos españoles que estén al tanto de mos avances que hacen día tras día anacrónicos los los últimos avances de la ciencia mundial en aspectos procedimientos empleados en nuestra industria. Para cu —como la investigación nuclear y los experimentos cós brir esa necesidad de especialistas se desarrollan__al micos y vuelos espaciales—que, aunque nos son inase igual de lo que ya es norma corriente en el extranjero— quibles por exceder nuestras posibilidades crematísticas, cursos periódicos o circunstanciales de técnicos en aque requieren no permanezcamos ajenos a ellos. llas materias que más afectan a nuestra economía no El Patronato Juan de la Cierva nos brinda los pri cional: perfeccionamiento en técnicas, textiles, técnicos meros datos concretos y objetivos de. esa orientación in y diplomados en plásticos, especialistas en soldaduras, vestigadora en que la ciencia se pone al servicio de las diplomados de óptica, bioquímica de la tecnología de necesidades de la técnica. A 450 asciende el número de alimentos, capacitación conservera, refinación de acei trabajos de esta clase llevados a cabo en esta plausible tes, jabonería y detergentes, pinturas y barnices. modalidad a petición de industriales particulares. Este No menos real y digno de consideración es el inge nuevo servicio público de la investigación científica, que nio español que se pone de relieve en los concursos ‘in viene a suplir las deficiencias e incapacidad de la inicia ternacionales de patentes de invención, en los que Es tiva privada, ha dado ya lugar a que se hayan regís paña siempre en los primeros lugares. Por ‘ello trado a nombre del Patronato 53 patentes de invención resulta figura interesante que los organismos oficiales de in o de procedimientos. La explotación de esas patentes vestigación científica hayan decidido estudiar los pro —algunas interesantjsjmas y de enorme eficacia, prác yectos de inventos que se les sometan, dar su oportuno 78 de una parte, la elección de objetivo y, de otra, la ade cuada programación, tanto técnica como financiera, ob tiene a veces resultados tan sorprendentes que una em presa recién constituída consigue en pocos meses resul LA DIMENSION DE LAS EMPRESAS tados que atestiguan haber alcanzado ya notable ma durez. Entre las dificultades que ha de vencer la industria parece el caso de Española del Zinc, constituida española para bajar sus actuales costos de producción enTal1956 con un capital de 150 millones de pesetas para figuraban en lugar destacado los procedimientos de fa la explotación y transformación de sustancias minera bricación, y entre éstos, como es bien sabido, interviene, les, y de manera preferente del zinc. en primer lugar, el utillaje, que es preciso sustituir; pero Su factoría, junto con el montaje de la maquinaria. además, también, el tamaño de muchas de las industrias. se llevo a cabo a lo largo del año 1959, y las instalacio Una parte de la producción se obtiene en plantas anti nos entraron en servicio en el primer semestre del año económicas por su pequeña dimensión. 1960. En España, el 54 por 100 de las empresas industriales Está situada la fábrica en las proximidades de Carta tienen menos de 100 obreros; el 21 por 100 tienen más gena, con capacidad para beneficiar 40.000 toneladas de de 500. blendas (concentrados de zinc), para obtener una pro Comparada con la situación de los demás países eu de 20.000 toneladas anuales de zinc de la más ropeos, Italia, la más cercana, tiene el 51 por 100 de ducción alta calidad, pues el procedimiento electrolítico que se sus industrias con un censo entre uno y 100 obreros; el emplea permite lograr el zinc denominado de los “cuatro 1.7 por 100 son empresas medias con 100 a 510 obreros, nueves”, esto es, con una ley de 99,99 por 100. Garantía y el 32 por 100 poseen más de 500 obreros. En Inglate y comprobación de los satisfactorios resultados obteni rra, ya en el año 1951, el 30 por 100 de obreros indus en la producción la proporciona el hecho de que la triales trabajaba en empresas con más de 1.000 obreros; dos Española del Zinc fígura entre las que son ad otro 13 por 100 en empresas de 103 a 500; en Alemania. marca mitidas en el mercado internacional del zinc de Londres, en 1953, el 29 por 100 en empresas con más de 1.000 en el que esta empresa española figura, apenas iniciada obreros, y el 13 en empresas medias de 100 a 500; Bél su actividad, gica, Suiza y, seguramente, Francia se encuentran en su producción. por derecho conferido por la pureza de posiciones intermedias entre la situación de Italia y la El mercado nacional, que hasta la puesta en marcha de Alemania e Inglaterra. de estas instalaciones era deficitario del metal, aunque nuestros yacimientos de blendas surtían al exterior, se vió abastecido con normalidad en el año 1960 y fué po LAS BEBIDASCARBONICAS sible todavía exportar a los mercados internacionales En nuestro país existen 4.2COfábricas de bebidas carbó por valor de dos millones de dólares. nicas en pleno funcionamiento. Claro que éstas son las La capacidad práctica demostrada en las instalaciones oficialmente reconocidas, pues esos industriales son los ha resultado superior a la proyectada, y además del que, con conocimiento de causa, hablan de otro número zinc se obtienen 36.000 toneladas de ácido sulfúrico mo interminable de industrias análogas, aunque de menor nohidrato, cadmio electrolítico, polvo de zinc, óxido de cuantía, diseminadas sobre toda la extensión geográfica zinc y otros subproductos. española. En la actualidad, la sociedad construye instalaciones Según los datos oficiales suministrados por el gremio secundarias que permitirán la recuperación de los me industrial, todas aquellas industrias trabajan, y sus pro- tales contenidos en la blenda y del calor que se origina duetos se venden. Es notable el incremento que la pro en el proceso técnico. ducción de estas bebidas señaló en 1960 con relación El capital de la empresa, que en 1960 se colocó en 300 a 1959, y que fué 25 por 100 más que el año precedente. millones de pesetas, ha sido aumentado ya en 1961 en El señalamiento de esta diferencia en más nos lleva a 100 millones de pesetas más, en normal ampliaclón de considerar los estadillos de producción correspondientes capital a través del mercado bursátil. al primero de los años citados, establecidos en 363.100.639 litros y valorados en 933.731.000pesetas, porque después, en 1960, sería necesario reformar ambos índices, pasan EVOLUCION FAVORABLEDE LA GANADERIA do a ser la elaboración de 428.503.933litros y su valor el de 1.106.332.000 pesetas. Y los que con más bebidas La ganadería española a fines de 1960 presentaba ca comercian afirman que aún pueden ir a más. Varias son las cosas que, estimándose indispensables, racterísticas favorables y hacía suponer una tendencia se solicitan para que aquella esperanza de una mayor hacia una mejor cabaña, según asegura el censo de la producción regulada y garantizada pueda irse logrando. ganadería española, estudio que se refiere hasta dicha El Sindicato de la Alimentación, en cuyo organismo se fecha. En sus juicios comparativos, y en relación con el úl encuadran esos insdustriales, pretende que se elimine el utillaje anticuado, sustituyéndolo por otro más moderno timo censo de 1955, hay que resaltar que el ganado que ofrezca mayores garantías de todo orden en la ela vacuno mayor de un año ha aumentado en un 6,7 por 100; las vacas de ordeño aumentaron en cerca de 400.000 boración; que se concentren las industrias, agrupando a las de menor capacidad y se modernicen las que defi cabezas, un 37 por 100 en relación a 1955. y de ellas hay que destacar el importante incremento de las vacas da nitivamente queden establecidas. Empresa nada fácil, puesto que una industria de bebi raza holandesa. El ganado lanar aumenta casi en un 11 por 100, mien das carbónicas se dedica a servir las elaboradas en ella, tras que el ganado porcino disminuyó en unas 200.000 a cada cinco mil españoles. cabezas desde 1955, pero esta disminución se debe po siblemente en su casi totalidad a los sacrificios realiza dos durante el año 1960 como consecuencia de la peste LA ESPAÑOLADELZINC porcina africana. Sin estos sacrificios anormales, el cen La actividad de la iniciativa privada, cuando se des so del ganado porcino a fines de 1960 hubiese sido de un nivel análogo al de 1955. envuelve en el clima de seguridad que proporcionan, informe y, cuando el caso lo merezca, proponer subven ciones para ayudar a la construcción de prototipos. 79 En cuanto a los animales menores, especialmente las aves, áumentan de manera notable. En 1955 se habían censado 23.370.200gallinas, y a los cinco años existen en el país 32.387.560 aves de esta especie maybres de seis meses, es decir, nueve millones más de gallinas, lo que representa un 39 por 100 de aumento con relación al censo dei 55. Además, se han mejorado notablemente las razas, se explotan industrialmente las granjas, con lo que la puesta media anual se ha incrementado también considerablemente, hasta el punto de completar el abas tecimiento nacional de carne de ave y huevos. mento de 11,5 quintales por hectárea, que representa el 45 por 100, no deja de ser significativo. Pero aún lo es más si entramos en el detalle por ar tículos. La productividad por hectárea de las judías, por ejemplo, subió nada menos que cerca de un 70 por 100; la de los guisantes, en un 60; la de la remolacha azu carera y la de la patata, en un 50, y la de los cereales, en un 30 por 100. Solamente el maíz pasó a rendir de un promedio de 15 quintales por hectárea en el decenio 1941-50 a 23,7 en el año 1959. No cabe duda de que este aumento hay que atribuirlo tanto a la expansión del grande como del pequeho re gadío. Pero no puede negarse que también es producto de otros factores, tales como el mayor consumo de fer a PROGRESODELCONSUMO tilizantes y de semillas selectas, la más intensa y efi En la campaña 1952-53 se produjeron en España 9.000 caz lucha contra las plagas y eniermedades que atacan toneladas de carne de ave, lo que supone un consumo a los cultivos y otras mejoras, entre las que pueden ci de 300 gramos por habitante y año; en la campaña 1959- tarse la concentración parcelaria, la defensa del suelo 80 (última de .que poseemos datos), las cifras respectivas y la mecanización, que ya empieza a dar sus primeros subieron a 13.000 toneladas y 400 gramos. El incremento frutos, cada día que pasa más sensibles e importantes. Ahora bien, si con un consumo todavía bajo de abo de producción total, en los siete años que median entre ambas campañas, supone cerca del 50 por 100; el con nos, semillas nuevas, insecticidas y anticriptogámicos, y sumo por habitante ha subido en un 25 por 100. Como con sólo medio millón de hectáreas de nuevos regadíos, durante el año 1960 se han importado 674.626 aves y se han alcanzado resultados tan óptimos, ¿qué será el 509.780 huevos para incubar, es fácil predecir que tal día en que terminen de ser puestas en riego millón y me incremento, en análogo o parecido porcentaje, está ase dio de hectáreas más, en que la modernización de nues tra empresa agrícola alcance niveles más elevados y en gurado para el futuro más inmediato. Respecto de los huevos,, la producción española en que la reestructuración de la propiedad rústica supere las dimensiones espaciales en que se encuentra? Dado la campaña 1952-53 supuso 130.003 toneladas, lo que equi vale a un consumo de 4,7 kilos por cada español al año; que la mejora de todos estos niveles parciales influye en la campaña 1959-60, las cifras correspondientes sig en el nivel medio nacional, lo mucho que queda por nificaron 152.000 toneladas y 5,3 kilos. Cifras todavia hacer todavía justifica nuestro optimismo y confirma que los actuales índices de productividad agraria están bajas, pero que van creciendo y permiten albergar es peranzas,. toda vez que la crianza de aves para puesta muy lejos aún de los límites máximos de rentabilidad y carne está en nuestro país prácticamente empezando de nuestras tierras de cultivo. Aunque una gran parte de esa mejora reservada al a desarrollarse con criterio empresarial. futuro corresponde a las obras regables financiadas por En cuanto al mercado general de la carne, y siempre con referencia a las mismas campañas, las cifras son: el Estado, no olvidemos que, en definitiva, es el factor 404.000 toneladas producidas en 19á2-53, frente a las humano quien ha de jugar el papel decisivo en el por 459.OjO en 1959-60; 15 y 15,6 kilos, respectivamente, por venir del campo español. La pobreza de medios que padece el agricultor espa habitante y año. De esas toneladas corresponden, en el primer período, 61.000 a la carne de vaca y 77.000 a la ñol le imposibilitan para hacer frente a la renovación de ternera; en el segundo, 106.000 para la ternera y de su modesta o mediana explotación agricola con sus 61,000 para la vaca. Ello parece indicar una mejora en propios recursos. En la mayoría de los casos, los ms.. trumentos para esta modernización y para conseguir el nivel de vida de los españoles, puesto que aumenta mayores índices de productividad sobrepasan los límites el consumo de carne más fina (2,7 kilos por habitante y año en 1952-53 y 3,5 durante 1959-60), aunque las ci máximos de la capacidad de su empresa. Lo mismo ocu fras siguen siendo realmente bajas, demostrativas de rre con la motorización del campo y con las obras de los pequeños regadíos. una producción insuficiente (que no alcanzará la deman De aquí la importancia de la misión reservada a la da actual hasta dentro de veinte o veinticinco años, cooperación agrícola y pecuaria. La mejora de la pro or lo que deberá ser complementada con importacio ductividad agrícola es consecuencia de la mejora de la ies considerables) y de un subconsumo deplorable. explotación y de los medios empleados en ella. La enor me extensión de nuestra superficie árida y semiárida explica ese elevado índice de variabilidad de nuestras cosechas, condicionadas a la meteorología, favorable o MEJORA LA PRODUCTIVIDAD ÁGRICOLA adversa. Hay que pensar en racionalizar el “dry íarming” hasta La elevación de los indices de rendimiento de nuez el máximo, como ya lo hace el Instituto Nacional de tras tierras de cultivo, aunque no ha llegado todavía Colonización allí donde no es posible el regadío. a los límites- deseables, indica que estamos en el camino Todo esto requiere ante todo la preparación idónea de la consecución de uno de los principales objetivos hombre que trabaja en el campo, porque, al fin y económicos indispensables para la revalorización de la del al cabo, es a él a quien corresponde la aplicación de agricultura española. El examen de algunas cifras com materiales que han de elevar su nivel de vida parativas de los dos últimos decenios permite apreciar yloselmedios de toda la comunidad nacional. en qué grado se ha producido esta evolución. De un promedio de 26,41 quiñtales métricos por hectárea en el decenio 1941-1950 para el conjunto de los principa LA CENTRAL«CRISTOBAL COLON» les cereales (trigo, cebada, centeno, avena, maíz y arroz), leguminósas (lentejas, garbanzos, judías, guisantes, ha Ha entsado en servicio la nueva central térmica de bas, algarrobas y yeros) y tubérculos (patatas y remola la Compañía Sevillana de Electricidad, instalada en un plazo record durante los últimos diez meses, cerca de cha azucarera), hemos pasado en 1959 a 37,94. Un au Huelva, en el rio Odiel. il primet gnipo e1éctrco de esta central, de 68.400 KV. y 13.800V., será de inmediata utilidad para complementar el actual sistema hidroeléc trico andaluz y para cubrir la creciente demanda de energía eléctrica de la industria y consumidores parti culares, incluso en períodos de sequía. La central es la última construída en España de una serie montada con este fin. El nuevo grupo turbogenerador funciona a 3.000 r. p. m., empleando vapor a 102 atmósferas de presión y 538° centígrados con recalentamiento a 538° C. El contratista principal de maquinaria ha sido la In ternational General Electric, habiendo financiado la ope ración el Export-Import Bank, de Wáshington, con un crédito concedido en agosto de 1960. La instalación de la caldera empezó en octubre de 1960 y desde entonces han sido suministradas de los Estados Unidos más de 3.5t0 toneladas de maquinaria, por un valor de más de siete millones de dólares. Después de diez meses de intenso trabajo, la central “Cristóbal Colón” está disponible para producir energía ‘eléctrica para el sistema de distribución de la Compañía Sevillana de Electricidad en Andalucía y Extremadura, al SO. de España, desde donde puede ser unido a la red eléctrica nacional. LAS INVESTIGACIONESMINERAS EN NUESTRAPROVINCIA SAHARIANA Muchas personas preguntan si sale ya petróleo en las investigaciones que se realizan en nuestra provincia del Sahara. A todas debe recordárseles que una investiga ción en la que probablemente se van a invertir cifras del orden de 10.000 millones de pesetas en los próximos seis años produce miles y miles de datos, cuyo estudio detallado y cuya aplicación creciente no se hace en pe ríodo de meses, sino de años. Por el momento sólo puede decirse que los resultados obtenidos hasta la fecha concuerdan en general con las esperanzas que en ellos se tenían puestas y que la in vestigación progresa satisfactoriamente a pesar de las tremendas dificultades de todo orden que se presentan. Ante la envergadura de la operación petrolífera el Es tado español no podía dejar de atender las necesidades de facilitar documentos técnicos básicos que proporcio naran a las compañías explotadoras, primero, los ele mentos de juicio suficientes para seleccionar sus áreas, y después, los elementos de trabajo para desarrollar sus labores. En este sentido se efectuó por la Dirección Ge neral de Plazas y Provincias Africanas una prospección aeromagnética de toda la zona sedimentaria del terri torio, con más de 30.000 kilómetros lineales de vuelo y on un área cubierta del orden de 180.000 kilómetros uadrados. Las dificultades que hubo que vencer para realizarlo fueron numerosas, pero el trabajo se realizó m un plazo de tres meses. El interés despertado por stos estudios en las compañías petrolíferas más impor tantes del mundo tuvo como consecuencia que éstas em Jezaran a interesarse por el problema dos años antes le que se redactara la reciente ley de Hidrocarburos. A partir de la promulgación de dicha ley, más de 20 :ompañías, todas ellas mundialmente conocidas, solici ;aron concesiones de permisos de investigación en nues tra provincia del Sahara. Después de cuidada selección, ci Gobierno español otorgó las áreas oportunas, que sctualmente están distribuídas entre diez grupos de com añías, la mayor parte con participación española. En leneral, estos grupos petrolíferos están trabajando a buen itmo y con acierto en el empleo y desarrollo de las ;écnicas de geología y geofísica, que son el obligado pri ner paso. La investigacion minera se está realizando en todo el territorio del Sahara español, utilizando el rnagnetóme tro aéreo y el sistema de magnética terrestre para la búsqueda de yacimientos cíe minerales férricos, de los cuales, por otra parte, existían abundantes manifestacio nes; circunstancialmente, se aprovecharon las expedicio nes para investigar también someramente las posibilidades de minerales no férreos. Efectuados los vuelos con magne tórnetros, con ayuda de la fotografía aérea se descubrieron yacimientos férricos, que fueron provisionalmente cu bicados en unos 72 millones de toneladas. Inrnediatamerj te se efectuó una expedición para comprobar los resul tados de esta investigación, encontrándose aflorante la gran masa mineral. Además de los minerales férricos, se han encontrado yacimientos de níquel, cromo, platino, oro, plomo, plata, cobre y corindon y se estimnnacomo muy posible el wol framio y estaño. En los territorios de Ifni se han en contrado en terrenos geológicos metalizaciones de plo mo. Pero, sin duda, lo más importante dentro de lo que hoy se conoce estriba en las posibilidades petrolíferas de los terrenos primarios del Sahara español. No habla mos solamente de los hallazgos mundialmente conocidos en los territorios saharianos argelinos. Mucho más pró ximo a nosotros, cerca de la frontera este, en la zona de Tindouf, se han efectuado unos sondeos para la bús queda de agua, que han dado información geológica de gran importancia. En el Emsiense se han encontrado algunos centímetros cúbicos de aceite, recuperados entre los 693 y los 696 metros en los fangos de un sondeo que alcanzó 2.144 metros. Los estudios estratigráficos que se realizan son muy importantes para las compañías petrolíferas que actual mente estudian nuestro territorio. Se está realizando asimismo, en nuestra provincia del Sahara, un plan ge neral. de aguas subterráneas que permitirá disponer en breve plazo, si las posibilidades crediticias del Estado son suficientes, de cincuenta pozos de agua distrjbuídos estratégicamente, de acuerdo con las necesidades de los indígenas y de las fuerzas militares del Sahara. Los da tos que proporcionan las compañías petrolíferas respec to a las condiciones estratigráficas y tectónicas del terri torio permitirán acudir cada vez con mayor acierto a la consecución de ese tesoro que es el agua en el desierto. Para hallar petróleo se necesitan las mismas circuns tancias que para hallar agua, sólo que al revés. Para hallar petróleo en una estructura se necesita poseer una roca depósito permeable y otra impermeable que haga de cierre. Cuando este conjunto de rocas esté dis puesto en anticlinal constituirá un depósito ideal para petróleo; cuando esté igual, pero formando sinclinales, será un depósito ideal para encontrar agua subterránea. EN POCAS LINEAS Se estima la próxima cosecha de agrios en 1.750.000 toneladas, con un excedente exportable de aproximada mente 1.100.000 toneladas, que supondrán un aumento de aproximadamente 120.000 toneladas, sobre las cifras exportadas en esta cosecha. Existe un programa en es tudio para promover dentro y fuera de nuestras fron teras una intensificación en el consumo de agrios. Al implantarse el plan de estabilización se fijó en 0,60 pe setas por kilo el gravamen transitorio a las exporta ciones de estos frutos. Tal gravamen ha ido reduciéndose hasta el de 0,20 pesetas en vigor para la campaña 196162; se pretende que dicho gravamen pase a ser de 0,10 pe setas y que se destinen los restantes diez céntimos de peseta a un fondo para financiar la propaganda en el exterior. Se conseguirla reunir de esta manera 100 mi llones de pesetas. 81 qu’ a. El tren de laminación en frío, cuya instalacion na ropeo. rare sido autorizada a E. N. S. 1. D. E. S. A., permitirá la ob a adoptar la Euro Invest, fundación de seis bancos e Institutos financieros del área del Mercado Común. tención de chapa de 1,20 de ancho, utilizada para carro cerías de ‘:automóviles. Hasta ahora se fabricaban en El importante diario ‘The Financial Times”, de España, en Vizcaya, chapas de hasta un ancho de sólo Londres, ha iniciado una nueva sección informativa se 0,80 metros. La factoría de Avilés de E. N. S. L D. E. S. A. manal dedicada a lás cotizaciones de la Bolsa de Ma empleará un máximo de tres años para la total insta drid. Esta nuéva sección del renombrado periódico viene lación del tren de la laminación en frío. a corroborar el interés creciente de la City londinense La Dirección General de Industria ha aucorizado por los valores mobiliarios españoles. instalar una industria de vehículos industriales ligeros La Sdad. Española de Construcción Naval ha firma en Madrid. La producción durante el primer año será do recientemente contrato para la construcción de tres de 1.000 unidades, que podrán tener hasta un 15 por gabarras de 6.000 un toneladas para el transporte de bauxita. 100 de elementos de importación. En el segundo año de El encargo lo ha efectuado la Caribbean Steamship Co. fabricaciófl la producción será ya de 2.500 unidades y .Serán abanderadas en Panamá. Por otra parte, la mis todos los elementos de fabricación serán totalmente na ma empresa ha firmado un contrato para la transfor cionales. mación en cargueros de dos petroleros de 16.000 tonela FerroaleaciOnes y ElectrometaleS, del Instituto Na das por cuenta de la Global Bulk Transport Corp., de cional de Industria, lleva exportadas 4.173 toneladas, por Nueva York. Al mismo tiempo estos astilleros mantienen un valor de 653.595 dólares, en los nueve primeros me una opción para la transformación de otros dos petroses del pasado año. En el cuarto trimestre deberá enviar leros. al exterior otras 2.600 toneladas, según contratos firma La Empresa Jerez Industrial, 5. A., de Jerez de dos, por valor de 375.375 dólares. Para el año 1962 tiene ya contratos por 4.000 toneladas de ferroaleaciones. En la Frontera, ha solicitado la debida ‘autorización para el mes de diciembre pondrá esta entidad en marcha el poder proceder a la ampliación de su fábrica de cajas de cartón con la instalación de un tren para la 1abri primero de una serie de cuatro hornos para la planta cacion de cartón ondulado, con una capacidad de pro de fabricación de ferroaleacioneS decarburadaS: ferro manganeso y forrocromo afinados de gran interés para ducción en cinco millones de kilogramos. La ampliación requerirá la importación de maquinaria. la industria del acero y de la electricidad. La nueva plan ta se instala en Boo, de la provincia de Santander. Un tercer horno alto con sus instalaciones com Según datos recogidos por el Sindicato Nacional plementarias, en su factoría de Avilés, construirá la Em de Frutos, hasta el 31 de octubre, Valencia ha exportado presa Nacional Siderurgica. Este horno tendrá. 28 pies 3.291.370 kilos de uva denominada de “otoño”, 2.843,355 de diámetro de crisol, 20 toberas y una producción no kilos de melones, 667.366 kilos de granadas, 36.880.774ki minal de arrabio en calidad de afino de unas 1.600 to los de cebolla “grano” y 1.047.621 kilos de ajos. Otras neladas diarias. exportaciones de interés, por su volumen, son las refe rentes a tomate, del que fueron exportados, en la semana La producción de acero. en los tres primeros meses comprendida del 30 de octubre al 5 de noviembre, 784.920 del año 1961 ha sido: enero, 173.720 toneladas; febrero, cestos de seis kilos. De envíos de pasa de Málaga, la 165.129; marzo, 128.011 toneladas. En conjunto, la pro totálidad de las exportaciones desde el comienzo de la ducción en el primer trimestre ha sido de 466.820 tone óampaña hasta el 31 de octubre ascendió a 2.281.293kilos, ladas. De enero a mayo, lá producçión de energía eléc siendo los países principales adquisidores de este fruto, trica ha representado un total de 7.770 millones de kilo vatios-hora. Según los índices generales de producción por el orden en que se citan: Suecia, Francia, Inglaterra industrial que confecciona el Instituto Nacional de Es y Finlandia. De uva de Almería han sido exportadas, hasta el 31 cíe octubre, durante la actual campaña, un tadística, el promedio del aumento, geheral ha sido de total de 17.791.724kilos, siendo el principal país consu un 11 por 100 mensual durante el primer trimestre. Sig midor Inglaterra, siguiéndola. en importancia, por el yo- nificativo ha sido el aumento experimentado en la pro lumén de sus compras, Extremo Oriente. En cuanto a ducción de energía según los datos antes publicados. A plátanos, solamente durante eJ mes de octubre su expor final del primer trimestre suponía un incremento en la tación se elevó a 17.642.710 kilos, de los que 11.380.544 producción del orden del 17 ‘por 100; el aumento de] consumo había sido del 13 por 100. La diferencia de kilos fueron enviados a la Península y el resto a diver por 100 entre producción y consumo se explica por la sos mercados exteriores. en parte, pero sobre todo por la exportaciór El fondo de inversiones Adiropa, administrado por pérdidas de energía eléctrica a Francia. Otro dato significativc la Aligemeimen Deutschen Investment GmbH, de Ale ha sido el del aumento que en el volumen de pedidc mania, ha incluído valores españoles en un grupo que han registrado las fábricas de cemento durante el primei comprende valores bancarios, empresas químicas y de trimestre, ha sobrepasado en un 21 por 100 al re aprovisionamiento. Hasta ahora solamente había incluí- gistrado enque el mismo período del año 1960. do el fóndo de inversiones valores de nueve Estados eu • G U¡ 0 N REVISTA ILUSTRADA DELOS MANDOS SUBALTERNOS DEL EJERCITO SUMARIO del mes de febrero 1962. Antología informativa de Za Cruzada. Las hazañas. La pasarela de la Muerte en la Ciudad Universitaria. General Maristany González. El Estado Í’1ojor —Capitán Soriano Valero. Cuestioves de Táczica Servicios. —General Otaolauriuchi. Estampas.de un itinerario por los pueblos j tieiras dt Espcifia. La Villa j Corte (1I).-Juan Cua]quíera.. Cosas de anjer. de ho y de mañana.—Teniente Coronel Carreras González. Nuevas normas de la Asociación Jyiulua.Benéfica._Corflandaflte Alvarez Vicent. Nuestros lectores preguntan.—PedacCiÓfl. _________ Para la historia de. la Cruzada.