Un bronce bastante duro

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ESPECIAL
VIERNES
26 DE AGOSTO DE 2016
juventud rebelde
DETRÁS
DE LA CIENCIA
A cargo de PATRICIA CÁCERES alaciencia@juventudrebelde.cu
Orgasmo femenino al desnudo
Estudio asegura que el clímax sexual en las mujeres es un vestigio de nuestro pasado evolutivo
EL 8 de agosto se celebró en muchas partes del mundo el Día Internacional del
Orgasmo Femenino. El lema de la curiosa
jornada fue «Háganlo, no lo finjan», pues según una encuesta realizada a más de 13 000
mujeres latinoamericanas, el 54 por ciento
de ellas declaró haber simulado el clímax
con su pareja.
El orgasmo en las relaciones sexuales
es imprescindible para que el coito se disfrute de forma plena. No obstante, hombres
y mujeres lo experimentan de una forma
diferente, algo que ha inquietado a los científicos por muchos años.
La cuestión más polémica en el estudio
de la evolución de la sexualidad humana es
sin duda si el orgasmo femenino es o no
una adaptación funcional. En otras palabras, si toma o no partido en la supervivencia; algo a lo que parece haber respondido
recientemente la ciencia.
Un nuevo estudio de científicos de la Universidad de Yale y el Hospital de Niños de
Cincinnati, Estados Unidos, sugiere que el
orgasmo femenino es un vestigio de nuestro pasado evolutivo, cuando las fuertes
descargas de hormonas que acompañan el
clímax eran necesarias para ovular.
«LUJO» EVOLUTIVO
Desde un punto de vista fisiológico, el
placer masculino es una adaptación para
expulsar los espermatozoides mediante contracciones musculares. Sin embargo, para la
fecundación de sus óvulos las mujeres no
necesitan tener orgasmos y ni siquiera estos
ocurren siempre en las relaciones sexuales.
Esto ha llevado a considerar el orgasmo
femenino como un mero subproducto del
masculino, teniendo en cuenta que las féminas comparten algo de su ontogenia temprana con los hombres, en la que el orgasmo es una adaptación.
Otra de las hipótesis más extendidas sugiere que el orgasmo femenino habría surgido como un mecanismo de retención del
esperma en el interior del tracto genital, para así facilitar la fecundación, por lo que tendría también una verdadera utilidad.
Según la reciente investigación de la
Universidad de Yale y el Hospital de Niños
de Cincinnati, publicada en la revista JEZ-Molecular and Developmental Evolution, el orgasmo femenino en la actualidad no cumple ninguna función, más allá del mero placer. Es decir, que se trata de un esquivo
«lujo» evolutivo, gracias a que la aparición
de la ovulación cíclica desligó reproducción
y placer en las hembras de los primates.
DESCARGA DE HORMONAS
Los científicos se centraron en el estudio
evolutivo y en diferentes especies de uno
de los fenómenos que acompaña el orgasmo femenino, la fuerte descarga de hormonas como prolactina y oxitocina.
«Investigaciones anteriores se enfocaron
en la biología humana, pero no en la evolución de una determinada característica en
diferentes especies», comentó Günter Wagner, profesor de Ecología y Biología Evolutiva en Yale y uno de los autores del estudio.
Científicos sugieren que el orgasmo femenino en la actualidad no cumple ninguna función, más allá del mero placer. Foto: Archivo de JR
«Las características homólogas en especies suelen ser muy difíciles de rastrear»,
afirmó la coautora Mihaela Pavlicev, del
Hospital de Niños de Cincinnati.
«Las fuertes descargas hormonales caracterizan uno de los aspectos del orgasmo
femenino y por eso seguimos la pista evolutiva de esa característica en diferentes
especies», aseveró.
En muchos mamíferos, como gatos o conejos, esta descarga hormonal ocurre durante la relación sexual con el macho y es
necesaria para estimular la liberación de
óvulos. Pero en los seres humanos y otros
primates, la ovulación es espontánea e independiente de la estimulación sexual.
Los investigadores señalan que la ovulación inducida apareció antes que la ovulación
espontánea, que habría surgido hace unos
75 millones de años. El orgasmo femenino
sería, entonces, un vestigio de ese pasado
ancestral común, cuando una fuerte descarga hormonal era necesaria para una función tan vital como la ovulación.
CLÍTORIS MOVEDIZO
Con la ovulación cíclica, que se produce
de forma regular e independiente de las relaciones sexuales, el orgasmo femenino
quedó libre de una función concreta, y el clítoris, responsable de la sensación placentera, se convirtió en algo accesorio para la
reproducción.
En la mayoría de los mamíferos con ovulación inducida por actividad sexual, el clítoris se encuentra dentro o muy cerca del canal vaginal. La cópula va ligada a la excitación de este órgano, que induce la secreción hormonal que, a su vez, provoca la liberación de óvulos, para aumentar la eficacia
reproductiva.
En el caso de las mujeres, la aparición de
la ovulación espontánea también habría llevado a otros cambios evolutivos, especialmente la reubicación del clítoris, que ahora
se encuentra más distante del canal vaginal.
Pero este cambio anatómico hace que
sea menos probable que el clítoris reciba
la estimulación adecuada durante la relación sexual, para provocar el reflejo neuroendocrino conocido en los humanos
como el orgasmo.
«Esto explicaría por qué la cópula no está necesariamente acompañada por el orgasmo», afirmó Pavlicev, quien no descartó
que la fuerte descarga hormonal pueda
estar asociada a otras funciones.
«Aún hay mucho debate sobre si el orgasmo podría cumplir otras funciones,
como un fortalecimiento del vínculo emocional. Así que no podemos excluir que aunque perdió su conexión con la reproducción,
el orgasmo femenino puede tener otras funciones», concluyó.
No obstante, algunos investigadores
apuestan por otras explicaciones. Ese es
el caso de Elisabeth Lloyd, profesora de
Biología de la Universidad de Indiana y
autora del libro El caso del orgasmo
femenino, quien describió el trabajo de
Yale como «importante», por su enfoque
original de estudiar la evolución de
especies.
Lloyd aseguró que aún se sabe muy
poco sobre el orgasmo en los animales y que,
además de la descarga hormonal, es necesario tener en cuenta otros aspectos neurológicos y musculares que intervienen en
el fenómeno.
Para ella, el orgasmo femenino es simplemente un vestigio del desarrollo embrionario. «Solo a las ocho semanas se produce una fuerte descarga de hormonas
que transforma los genitales en genitales
masculinos», explicó.
Los hombres necesitan el orgasmo para
transferir esperma, pero las mujeres, según
la científica, tendrán también los tejidos
musculares y terminales nerviosas para el
orgasmo, lo que la autora describió como
una «yapa fantástica».
«Aparte del placer, parece no tener un
objetivo. Pero esto no significa que el orgasmo femenino no sea importante. Simplemente no parece tener una función desde
el punto de vista evolutivo», argumentó.
El origen de la fecha
EXISTEN varias teorías sobre el origen del
Día Internacional del Orgasmo Femenino.
La más difundida es que nació en Brasil
en el año 2006, por iniciativa del concejal
del pueblo brasileño de Esperantina, Arimateio Dantas, quien decidió compensar
a su esposa por algunas deudas sexuales
que tenía con ella.
En un primer momento, los habitantes
de Esperantina fueron obligados por ley a
que cada 9 de mayo deberían realizar un
esfuerzo para que su pareja llegara a conseguir el orgasmo. Tiempo después se
cambió al 8 de agosto.
A partir de ese particular comienzo,
organizaciones de mujeres en todo el mundo comenzaron a promover la fecha para
alentar a otras a disfrutar de su sexualidad y
dejar atrás los tabúes. La celebración se ha
extendido ya a países como Dinamarca, Noruega, España, México, Argentina y Perú.
En Dinamarca y Noruega, por ejemplo,
se rinde homenaje a las mujeres de distintas épocas que fueron en contra de los
prejuicios y mandatos culturales.
En Noruega es declarado como día
feriado, y en Dinamarca el orgasmo es
obligatorio. De no cumplirse ese día, el
hombre es multado con un año de abstinencia vigilada por una mujer policía.
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