Decisiones que impactan PROCLAMARON SU FE “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras”. Santiago 2 :17-18 “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”. Santiago 1:22 Muchas veces como cristianos nos resulta fácil decir que Cristo llegó a nuestra vida y la cambio; es fácil decir que es necesario predicar a Cristo; es fácil arengar a otros a arrepentirse y que se vuelvan al señor, y decirles que deben de cambiar su forma de vivir. Nos resulta fácil cuando hay una persona atravesando pruebas o problemas, animarle y decirle que Dios esta en control . Pero lo que no es fácil es vivir en conformidad a esos dichos, no es fácil mostrar a Cristo con nuestras vidas, No es fácil estar en medio de la prueba y ser fieles en medio de ella. Pero los versículos antes mencionados nos animan a eso. Nos animan a que proclamemos nuestra fe con nuestras obras, que seamos hacedores de la Palabra. En realidad el testimonio más impactante va a ser nuestra vida misma y no nuestras palabras. Daniel y sus amigos su fe con sus obras. Y eso produjo un impacto tremendo en su generación. En el capitulo 1, la escritura nos dice que Daniel propuso en su corazón no contaminarse. Notemos cómo todo empezó con una convicción basada en la persona de Dios, y en lo que Dios desea que hagamos en consecuencia. Dios es Santo, por tanto tengo que ser santo. Pero esa convicción se materializo cuando pidió que no se les obligase a contaminarse. Fue allí que su fe y confianza en Dios fue proclamada no solo con palabras sino con hechos. En el capitulo 3, encontramos a Nabucodonosor haciendo una gran estatua ante la cual debía de postrarse y adorar toda persona. Pero Sadrac, Mesac y Abed Nego no lo hicieron. Ellos tenían una convicción referente a que Dios es el único que debe ser alabado y que no debían postrarse ni servir a ningún otro Dios. Esa era su fe, esa era su creencia, pero realmente se puso en práctica cuando el Rey los confrontó, y les dijo que si no adoraban la estatua, morirían. ¿Cuál fue su respuesta? “ Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.” Daniel 3:16- 18 ¡Wow!… qué valor, qué convicción… Ellos proclamaron su fe aunque eso los llevara a la muerte. Notemos que ellos confiaban en que Dios tenia el poder para librarlos, pero también confiaban en que si Dios no decidía librarlos era por alguna razón, y ellos estaban dispuestos a morir por su fe. Todos conocemos lo que pasó, ellos fueron lanzados al horno de fuego, pero allí el Señor estuvo con ellos y los libró de la muerte. En capitulo 6 Daniel enfrento una situación similar a la de sus amigos. El rey hizo un edicto en el que ninguna persona por lapso de 30 días podría levantar petición alguna a ningún Dios. En dado caso que lo hiciera, seria lanzado al foso de los leones. Daniel tenía una práctica habitual que era parte esencial de su fe. Él no modificaría sus convicciones por temor a ser apresado o muerto. De manera que siguió haciendo sus oraciones como cada día. El proclamar su fe de manera publica lo llevo al foso de los leones, de donde Dios lo libró. Pero lo importante a resaltar es que su fe se mostró a través de su testimonio personal. Cuando meditamos en la fe de Daniel y de sus amigos, y en cómo su fe fue práctica, llevada a la vida real; las preguntas que nos tenemos que hacer son: • ¿Mi fe esta siendo evidente para mis seres queridos? ¿Mi familia puede ver en mí a una persona cambiada que actúa conforme a la palabra de Dios? O ¿Solamente escuchan palabras de cómo debemos servir y agradar a Dios, pero en realidad no lo ven en mi vida? • Las personas que están a mi alrededor, familia, amigos, compañeros, vecinos, etc. ¿pueden decir que vivo lo que predico? • Cuando me ven en mi vida cotidiana, ¿soy un ejemplo de Cristo? • ¿Estoy dispuesto a sufrir consecuencias por seguir a Cristo? Tal vez no enfrentes la muerte, pero sí la burla, el ser dejado de lado, etc. Lo que aprendemos de Daniel y sus amigos es que pudieron marcar una diferencia porque conocían a Dios, fueron moldeados por su Palabra y estuvieron dispuestos a sufrir las consecuencias por seguir a Dios.