Como manejar los Conflicto

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El conflicto es una parte inherente en nuestras vidas, todos nos hemos visto involucrados de
una manera u otra en situaciones conflictivas en algún momento en nuestra vida. Por lo
tanto, abordar el tema de la resolución de conflictos es a la vez fácil y difícil porque, si bien
estamos identificados con el tema, requiere de cada uno de nosotros una introspección y un
esfuerzo de comprensión por los demás.
En nuestra vida como iglesia es aun más
necesario adentrarse en estos temas dada la importancia del mismo, siendo nosotros
comunidades que comprenden diferentes visiones entre sí.
A lo largo del desarrollo de la Iglesia en Puerto Rico en el siglo XX, hemos sido testigos de
diversas posturas que tomaron algunas comunidades de fe, producto de un mal
acercamiento a la resolución de determinados conflictos. El tema de la Resolución de
Conflictos responde a una corriente internacional sobre la Educación para la Paz,
movimiento propulsado principalmente por la UNESCO y que se ha diseminado en muchas
universidades en el mundo. Siendo entonces la resolución de conflictos una rama del
pacifismo, nosotros la iglesia, debemos encarar nuestras realidades a la luz de esta
corriente para que construyamos comunidades saludables que porten el amor de Dios en su
estructura. El Dr. Pablo Jiménez expone que la Iglesia Protestante en PR se ha
caracterizado por predicar la paz personal y no la paz integral, esto ha llevado a la iglesia a
un pensamiento enajenante.1 La paz personal se preocupa por solamente por mí, busca
ausencia de conflictos y no habla de comunidad: es lo que conocemos como paz negativa.
La paz integral, es el disfrute de toda la existencia, el ser humano encuentra satisfechas
tanto sus necesidades físicas como emocionales; en la Biblia conocemos esta paz como
Shalom. Una persona o comunidad que aspire a que sus conflictos sean resueltos de una
manera justa, debe entender el concepto bíblico de Shalom y aspirar a vivir en él.
Es importante el estudio de la resolución de conflictos en las iglesias, especialmente por su
liderato, para que actúe con justicia en los momentos que así le sea necesario y no sea
parte de una estructura imponente, autoritaria y violenta.
El conflicto
Joyce Hocker y William Wilmot definen el conflicto como la “lucha expresada entre, al
menos, dos personas o grupos interdependientes, que perciben objetivos incompatibles,
1
Jiménez, Pablo. Bases bíblicas de la Educación para la Paz.
recompensas escasas e interferencias del otro en realizar sus metas.”2 Por esta definición
podemos entender que las raíces del conflicto están en la incompatibilidad en cuanto al
medio para alcanzar un objetivo. Debemos entender que todos estamos involucrados en
algún tipo de conflicto y que el conflicto es inherente a la ser humano. Lederach nos explica
que el principal problema ante esto es que tendemos a ver el conflicto como algo negativo y
problemático cuando en realidad son sus consecuencias las que nos preocupan.
En nuestras iglesias vemos constantemente que se ataca el conflicto como algo incluso
pecaminoso, o pensamos iguales o estamos mal. Eso nos llevará a tratar de esquivar los
conflictos, cosa que es imposible, y por lo tanto vivir con antipatía o miedo a relacionarnos
con los demás. La reacción natural de los seres humanos es a atacar a la persona con la
cual tenemos el conflicto y no a abordar el conflicto en sí. Por lo general asumimos que
debemos ganar el conflicto porque pensamos que nuestra valoración propia está ligada al
mismo. Es decir, que entro con la mentalidad de aumentar o proteger el respeto que las
demás personas tienen que tener por mí. Por esto es necesario tener una perspectiva
creativa del conflicto.
Perspectiva Creativa
Necesitamos darnos cuenta en primer lugar que estamos ambos bandos involucrados en el
conflicto. De alguna manera nos necesitamos para mantener el conflicto vivo, o sea que
para pelear se necesitan dos. Nuestra cooperación para mantener el conflicto constituye una
paradoja y al mismo tiempo nos deja saber que tenemos puntos en común que nos
permitiran regular nuestras diferencias. Lederach sugiere que el conflicto es incluso
necesario para la realización humana, lo contrario sería vivir en un mundo de robots donde
todos pensamos igual y no hay diversidad. Desde esta perspectiva él sugiere tener en
cuenta algunos valores que nos ayudarán a abordar mejor nuestros conflictos.
1. Auto determinación – Es la libertad de marcar y crear objetivos, valorar
alternativas y realizar un programa autogenerado.
2. Interdependencia – Dependencia mutua, es la unión de la independencia con
el bien común. Nuestra realización propia está intrínsecamente ligada a
nuestra relación e interacción con otros.
2
Lederach, John P. El conflicto en El ABC de la paz y los conflictos. Madrid: Cátedra, 2000.
3. Igualdad – participación recíproca en el proceso de marcar y realizar los
objetivos y las decisiones que los acompañan.
4. Apoderamiento – Es la distribución del poder, especialmente de aquellos que
han estado desprovistos del mismo.
5. Vulnerabilidad – El balance del apoderamiento: buscar la eliminación de las
relaciones no pacíficas sin eliminar a las personas. Implica un espíritu de
humildad.
6. Concienciación – Tomar conciencia de nosotros mismos y nuestro papel en el
mundo que nos rodea.
7. Comprensión por los demás – Comprender a los demás es completar la
paradoja de tomar conciencia de uno mismo. Es cuando permitimos que
coexistan y se consideren percepciones conflictivas de la realidad.
Las autoras Helena y Stella Cornelius nos dan 12 técnicas para la resolución de conflictos
que son muy útiles para trabajarlos en nuestras comunidades de fe. Es necesario entender
que estas técnicas funcionan como una caja de herramientas y no como las tablas de la ley.
Escogemos las que más se apliquen a nuestra situación y las implementamos de la mejor
manera.
1. Todos Ganan – transforme a sus adversarios potenciales en asociados que
cooperen en la solución de los problemas. ¿Cuáles son mis necesidades
reales? ¿Cuáles son las de la otra parte? ¿Deseo trabajar a favor de ambas
partes?
2. Respuesta Creativa – utilice actitudes positivas para abordar los conflictos.
¿qué posibilidades puede abrir esta situación?¿En lugar de centrarme en “lo
que debería ser”, soy capaz de ver posibilidades en “lo que es” en realidad?
3. Empatía – identifique los puntos de vista ajenos e intente desarrollarlos
valorándolos. ¿Cómo me sentiría en el lugar de los otros?¿Qué están
intentando decir? ¿Los he escuchado realmente?¿Saben que les estoy
escuchando?
4. Firmeza, sólo la justa – exponga sus necesidades sin culpar o atacar. Intente
ser tolerante con las personas y severo con el problema. ¿Qué es lo que deso
cambiar? ¿De qué modo puedo exponerles mi deseo sin atacarles o
culparles?¿Consigo con mi exposición explicar cuáles son mis sentimientos o,
por el contrario, me limito a exponer lo que considero está bien o mal?
5. Poder de cooperación – defina las desigualdades de poder y analice sus
efectos sobre el proceso de tomar decisiones de forma conjunta. ¿Estoy
haciendo un uso inapropiado de mi poder?¿Lo están haciendo ellos? En lugar
de enfrentarnos mutuamente ¿es posible que cooperemos?
6. Controlar las emociones – exprese sus emociones de forma apropiada y ayude
a los demás a expresar las suyas. ¿Qué es lo que siento?¿Les estoy culpando
por mis sentimientos?¿Mejorará la situación si les digo cómo me siento?¿Qué
deseo que cambie?¿He conseguido eliminar de mi respuesta el deseo de
castigar al otro?¿Qué puedo hacer para tener mis sentimientos bajo control?
(por ejemplo, exponerlos por escrito, hablar con un amigo)
7. Voluntad de resolver – analice las ventajas de la resolución para todos los
implicados.¿Deseo realmente resolver el conflicto? ¿Está causado mi
resentimiento por algo que ha ocurrido en el pasado que no he logrado
superar?¿o por algo que no he reconocido como una necesidad? ¿O por algo
que me desagrada en ellos porque no lo aceptaría en mí mismo?
8. Esquema del conflicto – identifique todas las partes implicadas en el conflicto y
señale sus necesidades y preocupaciones. ¿En qué consiste el problema, el
tema o el conflicto? ¿Quiénes son las partes importantes?
9. Diseño de alternativas – diseñe una amplia gama de opciones que no se
hayan debatido o justificado hasta ese momento. ¿Cuáles son todas las
posibilidades? No las juzgue todavía. Incluso lo que parece imposible puede
inspirar ideas útiles. ¿Cuáles son las opciones que nos satisfacen más a las
partes implicadas.
10. Negociación – proponga ofertas justas, equitativas y con sentido común. ¿Qué
es lo que deseo conseguir? Explique con claridad el resultado general que
espera, aunque puede ser que cambie de opinión una vez que haya
conseguido lo que pretendía.
11. Mediación – explique la trascendencia de la opción de que intervenga una
tercera parte imparcial y objetiva. Como parte implicada: ¿podemos resolver
este asunto entre nosotros o necesitamos que intervenga una tercera persona
neutral?
a. Como mediador: ¿es este un papel apropiado para mí? Si es así:
¿cómo voy a exponer y explicar mi papel a ambas partes? ¿Puedo
favorecer el ambiente adecuado para que los implicados se abran, se
entiendan entre sí y alcancen sus propias soluciones?¿Qué puede
ayudar a que esto suceda?
12. Ampliar las perspectivas – analice las soluciones actuales en función de su
influencia sobre el contexto amplio, más allá del tema concreto en cuestión.
¿Estoy teniendo en cuenta el panorama completo en lugar de únicamente mi
punto de vista?¿qué efectos puede producir esto más allá de lo inmediato?
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