220-12038 Asunto: Disminución de Capital para enjugar pérdidas Con toda atención me refiero a su solicitud tendiente a reconsiderar el criterio expresado en el oficio 220-100867 de noviembre 9 de 1999, en el cual este despacho señaló que únicamente es posible disminuir capital para enjugar pérdidas en los términos del artículo 459 del ordenamiento mercantil, es decir, como medida para restablecer el patrimonio. Expresa como fundamento de la petición, que la Superintendencia de Sociedades únicamente autoriza la disminución de capital en los términos del artículo 145 del código de Comercio, cuando la operación implique un efectivo reembolso de aportes, y en un caso diferente de disminución no se requeriría aprobación de la Entidad. Es conveniente precisar que de lo manifestado en el oficio 220-100867 de noviembre 9 de 1999, no se expresa, ni da lugar para inferir que la Superintendencia autorice disminuciones de capital en casos diferentes del efectivo reembolso de aportes. Pero si de lo que se trata es de sugerir que como la Entidad no tiene competencia para autorizar la disminución de capital cuando se trate de enjugar pérdidas, las compañías pueden establecer sus propios parámetros y desconocer con ello el orden legal vigente, tal proposición debe ser rechazada de plano, pues la falta de autorización en varios actos de la actividad societaria no implica que éstos estén desprovistos de unas reglas, de cuyo cumplimiento le corresponde a esta Superintendencia velar y las cuales igualmente interpreta en la medida de su competencia. No debe ser ajeno a la peticionaria que la Superintendencia de Sociedades por delegación del Presidente ejerce funciones de inspección, vigilancia y control sobre las sociedades mercantiles. Atribuciones que ejerce con la finalidad de que las sociedades comerciales se ajusten en todo a la ley y a los estatutos. Por lo tanto, la circunstancia particular que la Superintendencia no autorice en todas las sociedades comerciales las reformas estatutarias o la colocación de acciones o la elección de junta directiva o de revisor fiscal, no implica que las compañías puedan establecer un régimen particular y propio que desconozca los preceptos superiores. Así no sería dable decidir, a motu proprio, que la junta directiva sea la que reforme los estatutos o transformar una sociedad a cooperativa o liquidar una sociedad sin observar la prelación legal de créditos o que el gerente elija el revisor fiscal o colocar acciones sin reglamento o disminuir su capital por fuera de los lineamientos estrictamente establecidos para tal efecto. Debe ser claro que para efecto de disminuir el capital de una sociedad, el legislador ha sido exigente en cuanto a sus requisitos, al punto que la distingue de una reforma estatutaria ordinaria. Así por ejemplo, cuando se trata de disminuir con efectivo reembolso de aportes, a más de los requisitos particulares de proporción entre activo y pasivo, ha supeditado esta reforma a la autorización no sólo de esta Entidad sino también del Ministerio de Trabajo, cuando quiera que existan pasivos laborales. En otros casos el legislador respecto de esta reforma consagró reglas adicionales como cuando estableció límites a la restitución de aportes (artículo 143 c. Co); o al obligar a que al reembolso de aportes lo preceda el pago del pasivo externo (artículo 144 ibídem); o para el retiro del socio y su consecuente liquidación de las cuotas se observe el procedimiento previsto en los artículos 363 y 364. En cuanto a la forma como las pérdidas son enjugadas, el legislador en el artículo 456 estableció los medios normales para ello, tales como utilizar las reservas destinadas para ese propósito, si ello no es posible, podrá utilizar la reserva legal, o en su defecto, habrá de esperar a futuros ejercicios para enjugar las pérdidas con los beneficios sociales que eventualmente pudieran obtenerse. Obsérvese cómo en estos casos, siempre el legislador previó que las pérdidas ocasionadas por el exceso de gastos frente a los ingresos fueran conjuradas a través de recursos disponibles de la sociedad como son las reservas destinadas para tal efecto o la reserva legal, que son ni más ni menos que producto de utilidades obtenidas en la compañía, y que tienen vocación a ser distribuidos entre los socios, claro está en los términos legales. No es por tanto fortuito que esta disposición se encuentre en la Sección Segunda- Reparto de Utilidades. La disminución de capital para enjugar pérdidas es una medida excepcional para restablecer el patrimonio de la empresa y principalmente contable, que de no permitirse obligaría a la compañía a declararse disuelta y en estado de liquidación. Ese es el sentido del artículo 459 del ordenamiento mercantil, que explica su inclusión en el Capítulo V – Disolución y liquidación de la sociedad anónima. En estas condiciones se da respuesta a la consulta formulada advirtiendo que la misma tiene el alcance señalado en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.