LAILA PEAK 2ª ÉPOCA • NÚMERO 44 • 26 DE MARZO DE 2013 INCLUYE ÍNTEGRO EL AS COLOR NÚMERO 44 DEL 21 DE MARZO DE 1972 LA INCREÍBLE HISTORIA DE LA EXPEDICIÓN QUE ALCANZÓ LA CIMA EN FEBRERO LA ÚLTIMA GRAN HAZAÑA DEL MONTAÑISMO ESPAÑOL 2 3 Pocos lugares en el mundo pueden igualar este espacio montañoso donde se concentran el mayor número de altas montañas del planeta: el océano petrificado de montañas del Karakorum. LAILA PEAK EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO 4 EL GLACIAR GONDOGORO. Es el paso obligado para los que regresan del reino de las altas montañas del Karakorum a los valles humanizados del Baltistán. Al fondo, a la izquierda, se levanta el Laila Peak. 5 SEBASTIÁN ÁLVARO / (CREADOR DE ‘AL FILO DE LO IMPOSIBLE’) E l Laila Peak es la mejor respuesta a cuantos me preguntan el porqué de mi tenaz fascinación por el Karakorum. Para quien ama las montañas contemplar elevarse este colmillo impresionante de hielo y roca es una experiencia incomparable. Te enamoras de montañas así de la misma forma que te enamoras de una mujer, por su belleza, por su poderosa atracción, por su aparente inaccesibilidad, porque no dejas de mirarlas y sólo piensas en ellas, porque, más allá, es un reto provocador y apasionante. Su inconfundible perfil, afilado como la hoja de un cuchillo, destaca desafiante sobre el cielo del Karakorum, clavado sobre las nubes, alborotando la imaginación de los alpinistas. Cuando un amigo te propone escalar una montaña así estás perdido, porque no tienes otra opción que decir que si y seguir el mandato de tu corazón, en ese apar tado oculto, al margen de las razones de la razón que, Lo que hace diferente este tipo de escaladas es el grado de exposición, que no permite un solo error 6 7 FRÍO 5º BAJO CERO DENTRO DEL HOTEL La ventana del único hotel abierto en Skardú mostraba, en su interior, una gruesa capa de hielo y en la habitación la temperatura no subía de los 5º bajo cero. Ramón, Juanjo, Karim y Sebas celebraban el haber realizado, justo hace 30 años, la primera expedición al K2. En las calles de Skardú se puede encontrar cualquier clase de transporte imaginable. Y los niños de estas últimas aldeas siempre nos reciben con cariño pues en estos años hemos contribuido decisivamente a fomentar la educación y a mejorar su calidad de vida. Sus padres son algunos de los porteadores más duros y eficaces del Karakorum. Hay que tener mucha fuerza y coraje para portear en una expedición en invierno en este lugar. 8 9 LAS MONTAÑAS DEL KARAKORUM. Fueron descritas por uno de los pioneros como “la más genial expresión de las fuerzas orogénicas del planeta”. En la imagen, unos montañeros caminando por la morrena lateral del glaciar Gondogoro, flanqueados por montañas que sobrepasan los seis mil metros. como decía Pascal, a veces no entendemos. Con algunos de estos amigos, como Ramón Portilla y Juanjo San Sebastián, llevo más de 30 años compar tiendo aventuras y desventuras, muchos más de los que aguantan la gran mayoría de matrimonios. Hemos dado tumbos por todo el planeta viviendo momentos extraordinarios, buenos o malos pero siempre extraordinarios. Nos hemos abrazado en la montaña más alta de la Antártida, refugiado en una tienda en medio de una tormenta en la Patagonia, el Tíbet o el Himalaya y pasado frío, calor y sed en otros tantos lugares remotos y hemos soportado el dolor de perder mu- chos amigos cercanos en estos años. Nuestros petates tienen cicatrices de cien expediciones y el olor inconfundible de los porteadores del Baltistán y en el corazón tenemos más heridas sin cerrar que los soldados viejos de los Tercios de Flandes. La vida nos ha sido pródiga en inmensas alegrías, por las que tuvimos que pagar, pero no nos ha ahorrado Venimos al Laila, como hace 30 años al K2, en busca de ese alpinismo en soledad y lleno de incertidumbre y aventura, el único que nos interesa tristezas y amarguras. A Juanjo le faltan siete dedos por quedarse al lado de su compañero Atxo en un dramático descenso del K2. Ramón sigue cojeando de su caída en los Alpes, donde estuvo a punto de morir, y los tres juntos varias veces más, en Marruecos, Nueva Zelanda, el Himalaya o el Karakorum. Pero a pesar de todo ello, la fortuna, el azar o el destino, ha permitido que sigamos juntos; aunque discutimos vehementemente y poseemos caracteres muy distintos tenemos en común que no se nos ha endurecido el corazón, ni con el tiempo ni con las decepciones con las que, inevitablemente, te zarandea la vida. Al decir de Juanjo, somos unos in- 10 11 DESDE EL GLACIAR DE GONDOGORO. Es la salida de los ochomiles al valle de Hushé; la pirámide del Laila Peak reina sobre las montañas de la zona. genuos que siguen creyendo, a pesar de tantos desengaños, en la bondad de las personas y en la certeza de que la amistad y la lealtad son herramientas más importantes que los friends, los pies de gato o los piolets para escalar montañas… y también para caminar por la vida. Quizás por ello seguimos juntos compar tiendo las intensas emociones que nos ofrecen estos lugares al margen del mundo, ajenos al control y la domesticación del hombre. Los últimos espacios de exclusividad, belleza y soledad, donde aún se respira el aroma de las grandes aventuras. Hubo un tiempo en el que todo el mundo fue así: grandioso, salvaje, bello, desolado. El mundo de antes y después del Hombre. Lugares donde te sientes como si contemplases la Tierra por primera vez. Donde siempre estas de paso, donde eres diminuto y vulnerable, donde sólo estar supone, muchas veces, arriesgar la vida. Todo en ellos es desmesurado: la luz, las distancias, la soledad, el silencio, sus tormentas. Su grandiosa belleza. Aquí en el Karakorum hay que sumar además la altitud, donde se respira ese aire leve, que apenas alimenta el organismo pero enriquece nuestra imaginación, pues, como bien escribió Shakespeare, somos de la misma sustancia de los sueños. Son lugares que te rechazan y hostigan con todas sus fuerzas, que son muchas. Pero que siempre, y a pesar de todo lo que en ellos nos hemos dejado, nos ha merecido la pena recorrerlos. Ellos forman parte esencial de mi paisaje interior. Para mí es la belleza del mundo, el silencio, la soledad del mundo… Esa fue la razón por la que me embarqué en una expedición, en apariencia arriesgada, expuesta y disparatada, rumbo al corazón más salvaje del Karakorum, para intentar llegar a la del cumbre del Laila Peak situada a unos 6.250 mts de altitud, con un estilo lige- El Laila es el prototipo de la montaña inaccesible, un Cervino en el corazón del Karakorum, el tipo de montaña que dibujan los niños y sueñan los alpinistas ro y en invierno, algo que nadie siquiera había intentado antes. En realidad, tan sólo tres expediciones habían conseguido el Laila (al parecer la acepción de “hermosa” en árabe) lo que da idea de la complejidad que entraña pisar su cima. Sin duda es una de las montañas más bellas del mundo, una pirámide perfecta que pintarían todos los niños y la que sueñan todos los alpinistas. Sabíamos que las dificultades técnicas se verían acrecentadas por temperaturas inferiores a los 20º bajo cero en el campo base y por debajo de los 40º C. en la parte superior de la montaña. Pero los ocho amigos estábamos convencidos de que escaladas invernales como ésta son las que están definiendo el camino del alpinismo del más alto nivel en la actualidad, que busca medirse en un terreno de juego más difícil, expuesto y arriesgado. Es la última frontera del alpi- nismo. Sabíamos que el margen de error, ya pequeño en verano, es prácticamente nulo con un estilo ligero y en pleno invierno. Las últimas experiencias en el invierno del Karakorum son dramáticamente rotundas; el año pasado Alex Txikon había perdido a tres compañeros en el Hidden Peak y este mismo invierno, hace unos días, hemos sabido que dos polacos de una expedición que intentaba el Broad han desaparecido. Ese es el grado de exposición de una escalada invernal en este lu- gar. Como puede verse, también, todo muy alejado de la ortodoxia de las expediciones comerciales, las botellas de oxígeno y las cuerdas fijas tan de moda hoy. Así que supongo que es normal El alpinismo invernal en el Karakorum probablemente sea la última frontera del alpinismo que en estas ocasiones, incluso antes de salir de casa, me asalte el temor de si regresaré para volver a ver a todos los que quiero, que son muchos, y me pregunte el sentido de lo que hacemos. ¿Por qué nos empeñamos en vivir al límite de nuestras posibilidades, alejándonos de la gente que queremos y posponiendo el confor t que nos rodea? No estamos diseñados ni nacemos adaptados para aceptar el sufrimiento, pero, de hecho, hasta eso se aprende en la vida. 12 13 La aldea de Hushé es la última antes de adentrarse en el reino de las altas montañas del Karakorum GENTES LA AVENTURA DE VIVIR EN LA CIMA DEL MUNDO La imponente mole del Masherbrum (7821 mts) cierra el valle de Hushé. Sus habitantes son baltíes, descendientes de antiguos tibetanos que, como la familia de Hussein, uno de nuestros porteadores, viven de la agricultura y una ganadería de subsistencia. La fuente más importante de ingresos proviene de las expediciones y trekkings a sus montañas. 14 15 EL LAILA PEAK. Imagen desde su vertiente norte, con su marcado espolón central que desciende hasta el glaciar. Me lo pregunto mirando alrededor levantándose gigantescas las montañas nevadas, descansando sobre los bastones de esquí, mientras resoplo como una locomotora y me quedo helado con la brisa que sube del valle que congela el sudor que me recorre la espalda. Allí abajo queda el campo base, el último reducto de vida amable, donde nuestras tiendas se ven diminutas. ¿Qué hacemos aquí pasando frío, viviendo una de esas situaciones que el común de los mortales descartaría por temeraria o irracional…? Hace treinta años vinimos por primera vez a escalar la vertiente sudoeste del K2, la montaña más difícil y prestigiosa del grupo de las más Escalar montañas así, en pleno invierno, tiene que ver con razones y pasiones del corazón que, como afirmaba Pascal, la razón no entiende altas. Y aquí seguimos, aunque ahora nuestro objetivo sea diferente. La altitud, entre 4000 y 6200 metros, creo que es la que “razonablemente” se puede acometer en estas condiciones. Por encima de ella apenas se podría escalar, sólo caminar, y el grado de congelación y/o hipotermia creo que no es asumible. Esas son, en resumen, alguna de las razones de haber elegido el Laila. Aunque la que más ha influido es la tenacidad de Ramón Portilla, que se ha enamorado de esta montaña y no ha dejado de perseguirla desde hace años. Este será su quinto intento. Pero la montaña lo merece. El corredor por el que estamos subiendo desciende, serpenteando, más de mil metros entre las rocas hasta llegar al glaciar de Gondogoro. Mientras los latidos del corazón desbocado retumban en mis sienes miro hacia abajo y admiro la belleza salvaje que nos rodea Estamos en una montaña colosal en las condiciones más duras que pueden imaginarse. La ruta que estamos siguiendo, ya 16 conocida por Ramón que ha sido el amigo “liante” en esta ocasión, tiene unas características particulares, que pueden convertirla en una ratonera en caso de mal tiempo, muy en especial en el itinerario entre el campo 1 y el 2, donde hay que salvar un torreón de roca y luego rapelarlo. Así que en lugares y momentos comprometidos la experiencia es una aliada fundamental, algo con lo que contamos sobradamente en el equipo. Ya he contado que para mi amigo y compañero de tantas expediciones Ramón Portilla era su quinto intento. Además logré convencer para que formara parte del equipo a Juanjo San Sebastián, un tipo que es como un hermano con el que he compartido experiencias y emociones de esas que marcan a las personas y a los amigos pues nunca logran olvidarse. A pesar de su juventud Alex Txikón sabía muy bien lo que supone escalar en invierno en el Karakorum tras su dramática experiencia del año pasado abriendo una nueva ruta en el Gasherbrum. Por último la expedición estaba compuesta también por los jóvenes alpinistas José Manuel Fernández y Álvaro Corrochano y mis amigos Mariano Izquierdo y David Pérez. El equipo era una buena mezcla, agradable y magnífica, de veteranía y juventud, sintetizadas en la tenacidad, casi cabezonería, de Ramón y esa explosión de energía en estado puro de Alex, un tipo que igual se tira desde lo alto de un acantilado para hacer salto base con un paracaídas que se juega una apuesta con un aizkolari del pueblo de al lado a ver quien parte más troncos o levanta la piedra redonda de cien kilos. El resultado ha sido una experiencia dura, quizás exce- 17 siva, pero magnífica. A decir verdad hace mucho tiempo que no arriesgábamos tanto pero tampoco que no nos lo pasábamos tan bien en una expedición. Por eso soy consciente de que un resbalón aquí es uno de esos errores que no puedo cometer. Ni tampoco descansar más de un minuto porque el frío cuando te paras es insoportable. Doy unos pasos delicados, en una zona algo expuesta. La placa de nieve se desliza bajo mis pies y los gemelos me queman intentando sostenerme sobre las punteras delanteras de los crampones, que chirrían sobre la roca. Son sólo unos instantes mientras alcanzo una zona de nieve más compacta. Cuando miro hacia arriba veo que todavía me queda más de la mitad de los mil metros que tengo que recorrer hasta el campo 1. Estoy en uno de esos sitios objetivamente peligrosos y que, a pesar de ello, tendremos que transitar muchas veces. En apariencia no lo parece, pero mi experiencia lo reconoce sin duda alguna: en caso de una importante nevada, o una avalancha de rocas, todo se canalizará por este corredor en el que ahora nos encontramos. Una razón más para no estar parado ni descansando mucho tiempo, una razón más para escalar lo más rápido posible. Hoy es un día invernal excelente, está despejado y no hay una sola nube, apenas hay viento y el termómetro apenas baja de los 15º bajo cero. Son las mejores condiciones que podemos esperar. No podemos quejarnos, sabemos que vendrán días mucho peores. En el campo 1 bajará de los 25º bajo cero y en el 2 de los 35º bajo cero; en la cumbre, en El frío realiza una labor de hostigamiento y desgaste continua, toda vez que las condiciones en invierno se sitúan al límite de lo soportable por nuestro organismo TODO EL GRUPO. Aquí se ve a los alpinistas ascendiendo al comienzo del principio de las dificultades de la ruta, con el glaciar de Gondogoro a los pies. 18 19 Las montañas del Karakorum en invierno quedan como el último reducto de belleza y soledad, de exclusividad y grandeza, del alpinismo y la aventura EN MARCHA LA ARDUA LABOR DE ABRIR HUELLA EN LA NIEVE A medida que ascendemos el paisaje del Karakorum se muestra grandioso y salvaje. Decidimos explorar el corredor de la vertiente oeste de la montaña antes de acometer la escalada definitiva. Nos dividimos en dos grupos y cada uno acomete la tarea de abrir ruta y portear. En menos de una semana estaremos en condiciones de iniciar el asalto a la cumbre. 20 AL COMIENZO DEL CORREDOR. La ruta asciende por un terreno mixto, de roca y hielo, que en invierno se encuentra recubierto de nieve en polvo y que suponen las primeras dificultades serias de la escalada. Abrir huella en esta clase de terreno siempre es una tarea delicada y expuesta. 21 la hipótesis poco probable de que la alcancemos, lo pasaremos aun peor. Y hay que tener en cuenta, además, que a 5500 metros de altitud nuestros pulmones capturan la mitad de oxígeno que a nivel del mar. Y el oxígeno es nuestra calefacción, nuestra vida. Eso no hace más que empeorar las cosas, nos hace cansarnos más y defendernos peor contra el frío. Así que tendremos que aprender a sufrir. Y mucho más si queremos alcanzar la cumbre. Esa es la razón por la que durante muchos meses lleve realizando un entrenamiento específico. Y ahora, cargado con la mochila y más de quince kilos a la espalda, lo agradezco. Pero entrenar no sólo tiene que ver con el cuerpo sino también, como ya sabían los romanos, con la mente, con el espíritu. Del control exterior se pasa al control interior, de la disciplina interna a la autodisciplina, que nos permite reconocer nuestros límites e imponernos nuevas metas. Todos los que estamos aquí éramos conscientes de la opción que habíamos elegido. Escalar en el Karakorum en invierno debe ser algo parecido a la antesala del infierno relatado por Dante. Pero hemos elegido escalar una de las montañas más bellas del mundo y, además, hacerlo en invierno. Ese es el nuevo terreno de juego del alpinismo: el mayor grado de exposición, en el límite de lo tolerable por el organismo, sumando dificultades y con el mínimo de tecnología. No es una locura, sino algo específico de nuestra especie, la única capaz de plantearse retos imposibles. Así que tendremos que sufrir. Aunque no estemos ni adaptados ni preparados para ello. Pero po- dremos sopor tarlo, si tenemos clara la meta y trabajamos como un buen equipo. La historia de nuestra especie lo demuestra. Muchas personas antes que nosotros soportaron toda clase de privaciones y penurias, incluso cuando fueron arrastradas al límite de lo tolerable por nuestro organismo. Los campos de concentración nazis, los de Stalin en Siberia o el terror impuesto por Mao en China, son unos pocos ejemplos de lo que, en tiempos modernos, el ser humano ha tenido que soportar. Y también de la crueldad y desdichas que puede provocar. Como especie fuimos capaces de crear ar te y cultura, lenguaje y transmisión cultural, aprender de las experiencias y sumarlas a las nuestras; así fueron posibles Cervantes y Shakespeare, Velázquez y las Meninas, Bach y la orquesta de cámara, pero también fuimos capaces de crear las cámaras de gas y organizar guerras y genocidios. Victor Frankl escribió un hermoso libro, “El hombre en busca de sentido”, sobre su terrible experiencia en un campo de concentración nazi en el que sobrevivió a todo el horror inimaginable. Es un libro que, todavía hoy, es una referencia y un buen ejemplo de lo que podemos lograr si nos lo proponemos, si buscamos ese sentido al que Victor se refiere, aunque, en definitiva, sean metas que se sitúen por encima de nuestras realidades. La meta de Frankl fue sobrevivir para contarlo, se impuso la meta de dar a conocer aquella terrible experiencia para que no volviera a repetirse. Y lo logró. Aquellas personas arrastradas a una guerra o un campo de concentración no tenían otra po- No es ninguna locura, por el contrario, la capacidad de imponernos metas imposibles es una cualidad específicamente humana. 22 LOS ALUDES. Los que caen por las paredes se canalizan por el corredor que lleva al Campo 1 (5200 mts). Es un tramo donde conviene estar atento y ascender lo más rápido posible. 23 sibilidad, sólo tratar de sobrevivir. Pero ¿qué lleva a un maratoniano o un ciclista a llevar su esfuerzo más allá de los límites de nuestro organismo? ¿O a un alpinista a escalar en invierno una montaña en el Karakorum?. Yo mismo me lo pregunto ahora. ¿Qué hago aquí pasando frío? Imagino que mis amigos se estarán haciendo ahora la misma pregunta, soportando sobre sus hombros la carga de su mochila y en su cabeza el peso de la ausencia de sus seres queridos. Sin duda es una contradicción. Pero somos una especie contradictoria. Yo desde luego. Supongo que tenemos que vivir con ellas tratando de resolverlas o aprendiendo a vivir con ellas. Cualquiera puede imaginar que me gusta tanto como al que más, estar en casa, disfrutar de la familia y de la charla con los amigos, disfrutar de mi profesión, ir al teatro o a un concierto. Pero, al mismo tiempo, cuando estamos instalados en el confort, inmediatamente necesitamos volver a desbordar nuestra realidad, imponernos nuevos proyectos que anticipan el futuro y que muchas veces no es que vayan por encima de nuestras posibilidades sino que están por encima de nuestras realidades. Desde el origen de nuestra civilización las hemos ampliando continuamente, siendo el motor del avance imparable de la Humanidad. Necesitamos conocerlo todo, pero al tiempo necesitamos que todo siga siendo misterioso y atrayente. La única forma de conocer los límites de lo posi- Necesitamos explorar, escalar, conocer, ampliar nuestras fronteras; nos impulsa lo desconocido tanto como la necesidad 24 25 Escalar en el Karakorum supone, antes que nada, asomarse al abismo de nuestro interior EN CASA LA VIDA COTIDIANA EN EL CAMPO BASE El mejor día de la expedición tomamos el sol a “tan sólo” 5º bajo cero. La vida en el campo base es una continua labor de desgaste, el mazapán hay que derretirlo, antes de hacernos la foto de grupo nocturna y meternos en el saco. Con Juanjo en el campo 1, treinta años y muchas emociones después, a -30ºC. La visión desde este campamento es de las más hermosas que hemos contemplado. Como la misma montaña. 26 ble es aventurándose en lo imposible. Son límites difusos y cambiantes. Que exigen siempre una mirada diferente, hacia el exterior de lo inexplorado y hacia el abismo interior de nosotros mismos. Muchos aventureros antes que nosotros cayeron bajo ese influjo contradictorio, que es la unión de la acción y la inteligencia. Colón y Galileo, Copérnico y Magallanes, Humboldt y Darwin. Necesitamos conocer, ir más allá, avanzar en las parcelas de lo desconocido, en lo que nadie ha hecho antes, donde nadie ha llegado. Nos mueven la imaginación y la esperanza tanto como la necesidad, la gloria o la promesa de riquezas. Es la historia de la Aventura Humana. Nos movemos por la razón y por la emoción, somos una mezcla de ambas. La emoción y el conocimiento tienen como objetivo la acción superior: amamos, exploramos y conocemos para actuar inteligentemente y no al contrario. Nos anticipamos al futuro imponiéndonos metas en apariencia imposibles pero que nos obligan a desplegar todas nuestras capacidades. Esa sería una buena síntesis de lo que nos hemos propuesto. Alguien podría afirmar, como tantas veces me decía mi madre, que no tengo ninguna necesidad de estar aquí pasando frío. Pero es una meta que me he impuesto y que comparto con otros siete amigos. Por eso estoy ahora aquí soportando voluntariamente unas Muchas veces, nos preguntamos por qué estamos aquí, soportando este frío inhumano; preguntándonos si todo este esfuerzo merece la pena 27 EL ITINERARIO. Desde el campo base al campo 1 se asciende a buen ritmo y sin encordarse, para salvar los mil metros de desnivel que nos lleva a un collado donde montaremos un verdadero nido de águilas. Sólo en el último tramo comenzamos a ver la cima del Laila. condiciones tan duras. Es probable que no tengamos ni un 10% de posibilidades de alcanzar esa minúscula cumbre que se eleva por encima de los seis mil metros en pleno invierno, azotada por vientos que te zarandean y con temperaturas incompatibles con la vida. Pero queremos intentarlo. Es el hecho de imponernos estas metas lo que nos hace específicamente humanos. Y no nos podemos quedar quietos una vez alcanzadas, pues la satisfacción nos la proporciona la acción de acometerla. Lo que nos hace felices no es haber amado, sino estar amando. Por eso, 30 años más tarde, me encuentro de nuevo en el Karakorum. Mientras cuatro de mis compañeros no sobrepasan la cuarentena otros cuatro sobrepasamos los 55 años, una edad que muchos consideran la edad de retirarse a pasear por el parque con los nietos. Desde luego que es una opción respetable. Pero yo quiero seguir teniendo metas, proyectos imposibles y, al mismo tiempo, compartirlos con amigos honestos, divertidos, buena gente con la que se puede ir al fin del mundo. Por eso todas las mañanas entrenaba por eso he cruzado buena parte de Pakistán, uno de los países más peligrosos del globo, por una zona plagada de talibanes y bandidos y luego he caminado con nieve por la rodilla para llegar hasta aquí: la mayor concentración de altas montañas de la Tierra. Por eso estoy ahora doblado sobre los bastones pasando frío, mirando este hermoso pai- Sólo la acción nos hace pasar por encima de nuestras dudas, por encima de nuestros miedos 28 29 saje que nos hace sufrir, pero que también me abruma y zarandea al hacerme asomar al abismo de mi interior que sólo este esfuerzo y esta soledad buscada nos proporciona. Aquello que nos sucede siempre nos sucede dentro, aquello que nos conmueve no se nos olvida, aquello que conseguimos con esfuerzo nos hace mejores. Después de todo ni la mejor de las escaladas nos puede proporcionar algo parecido a un estado de ánimo. Toda experiencia, por dura y desgarradora que sea, siempre es una experiencia interior. Ningún viaje, ninguna escalada, nos sirve de nada sino nos enriquece como personas. Creo que ese fue el sentido de volver al Karakorum y en invierno. Y luego lo hicimos bien. Trabajamos duro y casi hasta la extenuación, sin ponernos metas a largo plazo sino tareas concretas, sin preocuparnos a quienes les “tocaría” el premio de intentar la cumbre. Por teando como animales de carga, sin poner cuerdas, vaciándonos en el trabajo y en la amistad. No hay nada más gratificante en el mundo. Todos aprendimos a sufrir bajo un viento y un frío brutales. En quince minutos parados perdía la sensibilidad de los pies. En seis días, escalando y por teando con bueno y mal tiempo, ya teníamos lo fundamental para intentar la cumbre del Laila. Luego vendría una tormenta de cuatro días que nos EL ÚLTIMO CAMPAMENTO. Es el 2 el que instalamos, a unos 5500 mts, que puede convertirse en una ratonera en caso de haber mal tiempo. Desde este campamento aún quedan 700 metros de una inclinada pala final que supondrá la última y la mayor de las dificultades. Una escalada así tiene que ver con las mejores virtudes del alpinismo clásico: la soledad y la belleza, la exposición y el compromiso 30 31 Sobre un paisaje de montañas gigantescas, que sobrepasan los ocho mil metros, como el K2 y el Broad Peak, destaca el inconfundible perfil de roca del Laila Peak DRAMA LA ESCALADA INVERNAL SE COBRÓ SU TRIBUTO Detrás del Laila se levanta el Broad Peak, escalado días después por una expedición de polacos, quizás los alpinistas más duros y experimentados en escaladas invernales. De los cuatro que subieron a la cima no regresaron más que dos al campo base. 32 dejó medio metro de nieve en el campo base y la certeza de que el corredor por donde habíamos subido tantas veces no era un lugar seguro. A pesar de ello mis compañeros lo intentaron el 11 de febrero y se quedaron a menos de cien metros de la cima. Todo parecía decidido. Las dos expediciones al Nanga ya se habían retirado, con un alpinista francés desaparecido, Wielecki y los polacos del Broad, verdaderos expertos en el arte de sufrir en invierno, daban muestras de desánimo, y luego perdieron otros dos alpinista más. En nuestro campo base hacía más frío y viento que nunca y Ramón y Juanjo estaban fuera de combate… si, todo tocaba a su fin. Por entonces el mundo, como canta Sabina, ya nos parecía un lugar sórdido y ajeno… Pero lo intentaron; a pesar de todo, José y Alex lo intentaron; en el último momento y con unas condiciones espantosas. Durante más de catorce horas tuvieron que enfrentarse a temperaturas inferiores a los 30º bajo cero y rachas de viento que superaban los 60 kms por hora. Alex Txikón regresó al campo base completamente blanco. Por suer te para él, ya había dejado atrás el corredor por el que se había canalizado una gigantesca avalancha, pero la nube de nieve que levantó llegó hasta el campo base, adhiriéndose a su ropa hasta cubrirlo por completo. José Manuel Fernández baja- Incluso cuando todo parece perdido, cuando el mundo es frío, sórdido y ajeno, siempre hay un espacio para la esperanza 33 DOS COMPAÑEROS. Se les ve recorriendo la ruta entre el campo 1 y el 2, un itinerario largo, sinuoso y complejo, que nos dejará al pie del tramo final del Laila Peak. 34 ba más retrasado pero, por fortuna, tuvo tiempo de pegarse a la pared del corredor y ver cómo el alud le pasaba sobre la cabeza en dirección al glaciar. Era la última demostración de que, hasta el último momento, el Laila Peak había querido demostrarnos su poder. Cuando se desencadenó la avalancha, Alex y José Manuel estaban bajando de su esforzado y expuesto ataque a la cima del Laila, que alcanzaron, casi al límite de sus fuerzas. La cumbre fue la guinda de un amor especial. Pero de lo que estoy especialmente orgulloso es de haber formado parte de un grupo de amigos magnífico y haberlo hecho con un estilo lo más limpio posible, con el mínimo de tecnología, sin porteadores, con apenas tres tiendas, sin cuerdas fijas y con el grado de exposición máximo que creímos poder soportar. Sería, en palabras de Bonatti, la unión de la ética y la estética, la gran dimensión del alpinismo clásico. En eso consistía el reto. Si ese camino terminaba en la cumbre, pues mejor. Pero lo importante era el estilo. Y fue normal que fuesen los más jóvenes los que hayan conquistado esa cima tan bella como esquiva. Ellos son los mejores y los más fuertes. 35 Lo mejor de todo no es alcanzar la cima, eso es sólo el mitad del trabajo, lo mejor es compartirla con todos al regresar al campo base Uno de esos espléndidos días pasados a los pies del Laila, Juanjo me dijo que él ya no iba a la montaña para ser el mejor sino, simplemente, para “ser mejor”. Creo que en el Laila lo hemos logrado. Venimos siendo mejores que antes de partir. Enriquecidos, con la cabeza aireada por el viento del Karakorum y el alma llena de emociones y sentimientos que difícilmente olvidaremos. Ya no aspiramos a más. Pero tampoco a menos. LA PIRÁMIDE TERMINAL. La sd del Laila, con sus canalones de hielo brillando al roce del sol, fue el lugar donde todo se decide. Hicieron falta dos intentos para alcanzar su cumbre. 58 EN LOS MÁS ALTO, DE NUEVO. Gales ha revalidado el título de campeón del Seis Naciones al hacer un último partido soberbio ante Inglaterra. 59 REINO DE DRAGONES Gales revalidó el título del Seis Naciones con un último partido colosal frente a Inglaterra: ha ganado cuatro torneos, tres de ellos con el Grand Slam, desde 2005. Contra todo pronóstico, inició su victorioso regreso a partir del descanso de su primer partido con Irlanda... y ya nunca miró atrás. Con Francia extraviada en su propio laberinto e Inglaterra sin soluciones ofensivas para su acerado estilo, ambos favoritos para el cetro, los galeses acabaron levantando el trofeo de un Seis Naciones más emotivo que vistoso, con pocos ensayos y necesitado de una revisión estratégica o normativa para mantener su secular brillo como espectáculo deportivo de primer orden. 60 GEORGE NORTH. En la imagen, el jugador de Gales, en el último partido, corre delante del inglés Mike Brown. 61 RESULTADOS SEIS NACIONES 2013 Y COMPARATIVA CINCO ÚLTIMOS AÑOS JOR. DÍA RESUL. PARTIDO ESTADIO 2012 2011 2010 2009 2008 1 22-30 38-18 23-18 34-10 6-16 6-12 9-26 23-13 12-8 18-28 13-13 18-11 22-15 30-3 23-16 Gales-Irlanda Inglaterra-Escocia Italia-Francia Escocia-Italia Francia-Gales Irlanda-Inglaterra Italia-Gales Inglaterra-Francia Escocia-Irlanda Escocia-Gales Irlanda-Francia Inglaterra-Italia Italia-Irlanda Gales-Inglaterra Francia-Escocia Millennium Stadium Twickenham Stadium Stadio Olimpico Murrayfield Stade de France Aviva Stadium Stadio Olimpico Twickenham Stadium Murrayfield Murrayfield Aviva Stadium Twickenham Stadium Stadio Olimpico Millennium Stadium Stade de France 23-21 13-6 12-30 6-13 9-16 9-30 3-24 24-22 9-15 13-27 17-17 19-15 10-42 19-12 23-17 19-13 22-16 22-21 21-8 28-9 24-8 16-24 17-9 18-21 6-24 22-25 59-13 11-13 19-26 34-21 12-27 15-15 20-46 12-16 26-20 20-16 10-33 10-12 23-20 24-31 10-33 17-12 11-29 17-30 18-9 15-17 26-12 8-50 16-6 21-16 14-13 15-20 34-10 15-22 13-26 30-21 36-11 9-38 23-15 22-13 16-12 9-15 13-25 20-23 12-29 10-33 8-47 24-13 13-34 15-30 21-26 23-19 11-16 26-19 27-6 2 febrero 2 febrero 3 febrero 9 febrero 9 febrero 10 febrero 23 febrero 23 febrero 24 febrero 9 marzo 9 marzo 10 marzo 16 marzo 16 marzo 16 marzo 2 3 4 5 MARIO ORNAT / G ales cerró el Seis Naciones con una expansiva victoria frente a Inglaterra, culminación de su notorio progreso a lo largo del torneo. Es la primera vez desde 1954 que el equipo del Dragón celebra el título después de haber perdido su primer partido. Visto en perspectiva, ahora resulta ajustado conjeturar si éste no podría haber sido otro Grand Slam de los galeses, consecutivo al de 2012: dicho de forma coloquial, Gales no ganó sus cinco encuentros porque llegó tarde al primero, cuando Irlanda lo deshizo a tambor batiente antes del intermedio. El equipo del Trébol ganaba 3-25; después, una premonitoria y poderosa recuperación de Gales llevó al ajustado 22-30 final. De ahí en adelante, Gales ya no miró hacia atrás, hasta la victoria definitiva. Los tópicos, siempre a mano en un torneo como el Seis Naciones, subrayaron en los días previos al encuentro con Inglaterra el combustible emocional que para Gales significaba arrebatar el Grand Slam a la Rosa. Pero Gales no jugó sólo con pasión, con la pasión inflamada con la que se enfrenta a un enemigo. No. Gales jugó con deseo, potencia, variedad y rugby. Con mucha inteligencia. Y fue así porque, desde que abatió a Francia en París y a Italia en Roma, el Dragón empezó a vislumbrar la posibilidad de un encuentro final decisivo con los in- STUART HOGG. El jugador de Escocia, en un salto con el galés Leigh Halfpenny. CLASIFICACIÓN FINAL SEIS NACIONES 2013 POS 1 2 3 4 5 6 PAÍS Wales England Scotland Italy Ireland France TOTALES ATAQUE G 4 4 2 2 1 1 14 E P PTS EN T GC 0 1 8 9 7 0 1 8 5 3 0 3 4 7 6 0 3 4 5 4 1 3 3 5 4 1 3 3 6 5 1 14 30 37 29 20 21 17 12 13 11 94 DEFENSA DR A FV. EN T 1 122 3 3 0 94 6 3 0 98 9 7 2 75 8 7 0 72 5 4 0 73 6 5 3 534 37 29 En: ensayos; T: transformaciones; GC: golpes de castigo; DR: drops. PG DG EN C. DIF. 15 13 16 19 16 15 94 0 66 56 1 78 16 0 107 -9 0 111 -36 0 81 -9 2 91 -18 3 534 gleses. Y todo ese tiempo quiso no negar al rival, sino afirmarse a sí mismo. Ganar, otra vez, el Seis Naciones. La canalización de tal anhelo convirtió el partido del Millennium en una deflagración absoluta, emocional y deportiva: un resonante 30-3 que volteó de una vez todas las perspectivas sobre las que se había ido desarrollando el Seis Naciones. Uno de los más grandes atractivos de este torneo, a menudo pasado por alto, es su naturaleza imprevisible. Lo ocurrido durante estas cinco semanas de competición se podría sintetizar así: Gales perdió con Irlanda, Irlanda cayó ante Italia, Italia capituló en Escocia, Escocia perdió con Francia, Francia no pudo con Inglaterra y a Inglaterra la arrolló Gales. En general, todos los pronósticos apuntaban a una pelea por el título entre Inglaterra y Francia. La asunción venía basada en la calidad subyacente en la plantilla de Philippe Saint-André, por un lado, así como en su estupenda respuesta colectiva en noviembre; respecto a los ingleses, su condición de favoritos reposaba en el explosivo potencial y la admiración inducida por la victoria contra los All Blacks. Ambas variables se han revelado insuficientes para hacer ningún anticipo fiable. La compostura francesa en noviembre devino en endémica inseguridad en febrero, decisiones extravagantes de su entrenador y un bajo nivel de la mayoría (salvo Picamoles, Fofana y algunas cosas MÁXIMOS ANOTADORES LEIGH HALFPENNY. El jugador de Gales patea (y marcó) un penalti en el partido ante Italia. NOMBRE EQUIPO Leigh Halfpenny Greig Laidlaw Owen Farrell Frederic Michalak Luciano Orquera Paddy Jackson Toby Flood Alex Cuthbert Jonathan Sexton Kris Burton Gales Escocia Inglaterra Francia Italia Irlanda Inglaterra Gales Irlanda Italia PART. MINS EN. CONV PG DG PTS 5 5 4 4+1 4 3 1+3 5 2 1+2 400 385 290 338 273 225 122 400 112 127 1 0 0 0 0 0 0 4 0 0 6 5 3 3 3 1 0 0 3 1 19 17 13 9 8 8 8 0 3 3 0 0 0 0 1 0 0 0 0 1 74 61 45 33 33 26 24 20 15 14 Mejor temporada histórica 89 pts de Jonny Wilkinson (Inglaterra) en 2001 de Huget y Bastareaud). Cuanto más dinero tienen sus clubes en el Top 14 para comprar y pagar lo que ni los ingleses pueden permitirse, más decae su selección nacional. Más o menos lo contrario ocurre en Gales: sus equipos provinciales están acosados por una creciente debilidad, pero el XV nacional florece. Respecto a Inglaterra, parece destinada a las filias y las fobias de cualquier imperio. Por personalidad (la inevitable arrogancia, dirá alguno, y no sin razón) y por su estilo de juego. El equipo de Stuart Lancaster siempre pareció más cómodo en el aspecto defensivo, la potencia de sus delanteros y el aprovechamiento de las indisciplinas rivales (cobradas de forma a menudo implacable por el pie de Owen Farrell), que en la construcción ofensiva: su gran asignatura pendiente si, como parece, quiere dominar el mundo en 2015. El resto de contendientes admiten diagnósticos diversos. Si Inglaterra quiere aspirar a ganar el Mundial de 2015, su asignatura pendiente es la construcción ofensiva Escocia se rehízo de la sonora dimisión de Andy Robinson y recuperó algo de autoestima jugando a la contra, con el brillo de su eléctrico back-three (Visser, Maitland y Hogg) y un descubrimiento prometedor en el primer centro, Matt Scott. A Irlanda la arrasaron las lesiones antes, durante y hasta el final del torneo. Particularmente, la de su apertura Jonathan Sexton, el pináculo de su juego ofensivo. La respuesta a esas situaciones dejó entrever la debilidad del plan B de Declan Kidney. Entró O’Gara y escenificó el violento final de su carrera. Con el veterano deshecho y apartado, la última fase del torneo la jugó Paddy Jackson, epítome del futuro. Un futuro que no parece incluir a Kidney, que termina su contrato en verano. Lo de Italia se resume fácilmente: perder contra ellos ya no es una deshonra; de hecho, hacerlo en Roma ha pasado a ser una posibilidad muy factible, como han sabido este año Francia e Irlanda. La Nazionale ya había ganado dos par tidos antes (en 2007), pero eso no impide la general sensación de progreso en las manos de Jacques Brunel. El director técnico francés ha agregado variedad al juego y a los planteamientos, más allá del tradicional predominio de la delantera y la presencia de un pateador serial. Hubo desempeños muy notables de Minto en la segunda, Zanni en la tercera, Venditti como ala y, desde luego, Masi. Todo ALEX CUTHBERT. El jugador de Gales corre para marcar, en el partido ante Inglaterra. MÁXIMOS ANOTADORES DE ENSAYOS NOMBRE EQUIPO Alex Cuthbert Wesley Fofana Stuart Hogg Louis Picamoles Tim Visser Chris Ashton Danny Care M. Castrogiovanni Jonathan Davies Benjamin Fall Craig Gilroy Leigh Halfpenny Cian Healy Jamie Heaslip Richard Hibbard Sean Lamont Luke McLean Sean Maitland Maxime Medard Craig Mitchell George North Brian O’Driscoll Sergio Parisse Geoff Parling Matt Scott Manusamoa Tuilagi Billy Twelvetrees G. Venditi Alessandro Zanni Simon Zebo Gales Francia Escocia Francia Escocia Inglaterra Inglaterra Italia Gales Francia Irlanda Gales Irlanda Irlanda Gales Escocia Italia Escocia Francia Gales Gales Irlanda Italia Inglaterra Escocia Inglaterra Inglaterra Italia Italia Irlanda PART. MINS EN. P1 P2 P3 P4 P5 5 5 5 5 5 5 1+3 4 5 3 4 5 4 5 4 5 5 5 2 0+3 5 5 4 5 5 3+1 2+2 5 5 2 400 400 392 389 400 400 115 217 400 200 300 400 299 400 222 400 392 351 160 12 400 386 309 366 400 272 143 400 400 91 4 2 2 2 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 0 1 1 1 0 1 0 0 1 0 0 0 1 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 2 1 0 0 1 0 0 0 0 1 1 0 1 1 1 0 1 0 0 1 Mejor temporada histórica 6 de Will Greenwood (Inglaterra) en 2001, de Shane Williams (Gales) 2008, y de Chris Ashton (Inglaterra) en 2011 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 62 63 Gales llegó al torneo tras siete derrotas seguidas, con un entrenador interino y un capitán arrasado por la presión eso, más la inmortalidad de Parisse, claro: el número 8 con más clase que ha visto el rugby de los últimos tiempos. La dimensión del triunfo de Gales merece una amplia perspectiva. El equipo de Howley llegó al torneo sentado en el volcán de siete derrotas consecutivas; con un entrenador interino y un capitán, Warburton, arrasado por la presión del puesto en un país en el que el rugby compone buena parte de la identidad nacional. Noviembre no dijo casi ninguna verdad aprovechable para el Seis Naciones, un torneo aislado en el tiempo, de radical insularidad en el sentido emocional del deporte, singular por historia y definición, y concentrado en dos meses en los que los entrenadores a menudo pierden el hilo, tienen prisa por cambiar lo que creen que no funciona, le dan un par de vueltas al equipo y acaban por no encontrar una línea regular a lo largo de toda la duración del torneo. Los aspavientos críticos acerca de la inconveniencia de que la Welsh Rugby Union hubiese permitido la excedencia temporal de su entrenador, Warren Gatland, para dirigir a los British & Irish Lions en la gira de junio por Australia, quedaron finalmente en otro de los muchos histéricos exabruptos de la prensa para tratar de explicar lo que ignora: por qué un equipo funciona o no funciona como colectivo; por qué sus jugadores levantan y someten su rendimiento sin justificaciones aparentes; por qué en noviembre todo pare- Gales logró el triunfo más amplio (30-3) y el mayor fuera (9-26); y tuvo al mejor jugador del torneo: Leigh Halfpenny FRANCIA, LA GRAN DERROTADA. El equipo galo era uno de los favoritos para el título y ha quedado último. En la imagen, el jugador Mathieu Bastareaud. ce un desastre, y de hecho lo es, y a mediados de marzo estamos celebrando que Gales recuerda a aquel equipo que en 2011 alcanzó las semifinales del Mundial y sumó a su gloria el Grand Slam de 2012. Todo lo que se puede decir de Gales lo resume un jugador: Sam Warburton. Hubo que quitarle la capitanía porque se había extraviado en el marasmo de presión y expectativas que rodean siempre a Gales. Liberado de esa responsabilidad, volvió en Escocia con un partido monumental, lo ratificó ante Inglaterra y ahora ya lo piden de nuevo como capitán de los Lions. Y todo con Rob Howley al frente de interino. En realidad, Gales ha sido el único equipo que, den- tro de su excelente funcionamiento táctico (dominador en las melés, altamente competitivo en las touches, con un cuidado extremo en la conservación de la pelota en los encuentros, trabajador incansable del break-down) ha mostrado vuelo, rapidez, variantes y finalizadores suficientes para elevarse por encima del sombrío tono general del torneo en aspectos ofensivos: fue, con nueve, el equipo que más ensayos anotó; sus alas North y Cuthbert fueron los segundos con más defensores rebasados, y Cuthber, el try-man del torneo con cuatro ensayos. Mike Phillips, el medio de melé, aparece como el hombre que más balones robó y el que más repartió (282). Gales también registró el triunfo más LA GRAN SORPRESA. En la imagen, los jugadores italianos celebran el triunfo ante Irlanda. La Nazionale ha sido cuarta contra pronóstico. amplio del torneo (ese 30-3 final contra los ingleses) y la mayor victoria fuera (9-26 en Roma). Y tuvo al jugador más completo: Leigh Halfpenny, con sus 74 puntos, el pateador más fiable del Seis Naciones, motor incansable de juego y defensa desde el fondo, duro en los contactos, proverbialmente seguro en las pelotas altas. Pero, además, Gales tuvo el equilibrio suficiente para hacer de su defensa un valor fundamental (redención de Shaun Edwards, su carismático y siempre discutido entrenador de defensa). Después de encajar tres ensayos en el partido inaugural contra Irlanda, ya no concedió ni uno solo más: 357 minutos sin que su zona de marca quedara mancillada. La clave estuvo, se podría apuntar, en la seguridad de Halfpenny, pero también en el uso más orientado a la defensa que al ataque de sus dos arietes en el medio campo (Davies y Roberts), más la tremenda labor de su tercera línea. Tipuric, Ryan Jones, Faletau y Warburton se turnaron para hacer a Gales dominador en la fase del juego más importante en el rugby de hoy: los puntos de encuentro, lo que los anglosajones llaman break-down. La heterodoxa reunión de dos flankers abier tos, Tipuric y Warbur ton, en el mismo equipo se reveló una variación táctica que llevó el juego de la tercera galesa a territorios del Hemisferio Sur. Basta obser var los dos ensayos a Inglaterra. Por lo demás, y al margen del clímax memorable del partido fi- 64 nal, el Seis Naciones de este año ha resultado ser un torneo algo sombrío. Siempre generoso en emociones, desde luego, pero no en vistosidad. La última jornada añadió cinco ensayos para un total de 36. Diez menos que en 2012, quince menos que en 2011, 29 menos que en 2007, 39 menos que en 2000. Es la cifra más baja desde ese año, cuando nació el torneo con seis contendientes, al incorporar a Italia. En resumen: en 13 años, el número de ensayos se ha reducido a más de la mitad (de 75 a 36). Nadie que de verdad aprecie el rugby podrá decir que la canti- En 13 años, desde que se incluyó un sexto equipo, el número de ensayos se ha reducido de 75 a 36 65 dad de marcas define la calidad del juego, ni el entretenimiento, el interés, el drama o la emoción. No, hay mucho más en el rugby que los ensayos... pero la tendencia es tan acusada que no se puede desatender. Mientras la International Rugby Board ha variado durante años las reglas para convertir el rugby de elite (en la base se sigue jugando a algo mucho más parecido a lo de toda la vida, aun con otras reglas) en un espectáculo televisivo de velocidad y juego abierto, el creciente influjo de la estrategia, el estudio defensivo y las decisiones disciplinarias en las fases de encuentro y conquista van haciendo derivar el rugby en el Hemisferio Norte en la dirección opuesta. La meteorología y el estado de los campos es la penúltima excusa: en campos mojados de lluvia como los del Seis Naciones no se puede correr con la pelota en las manos, se viene a decir. Cier- GALESIRLANDA. En la imagen, el jugador galés Jamie Roberts pasando el balón. to que todo influye y que el estilo del norte y el sur siempre diferirá, por personalidad y por clima. Cier to que el uso de una mixtura de césped ar tificial y natural en Twickenham, o el recurso de la cubier ta retráctil en el Millennium de Cardiff, le han dado al piso de esos campos una textura mucho más fiable para el rugby que la que han mostrado este año el Aviva Stadium de Dublín o, sobre todo, el lamentable césped del Stade de France, que apenas aguantaba la tracción de una melé sin destriparse de forma patética. Pero seamos serios: en Gran Bretaña no empezó a llover anteayer. Si los equipos de ahora juegan así al rugby, es porque quieren jugar así. Es una opción, no un recurso. Ya hay quien plantea rebajar el valor de tres puntos por golpes de castigo para limitar la influencia de las patadas a palos. Con tan pocos ensayos, la impresión ge- neral es que este año han adquirido una importancia capital. Sin embargo, las cifras indican que no ha habido un aumento de golpes, sino una notoria bajada de ensayos. En total se han anotado 94 patadas por una infracción: muchas más que el año pasado (77), pero sólo una más que en 2000 y 2001. Lo que ha descendido de manera traumática, como ya se ha expuesto, es el número de ensayos. Y la relación porcentual entre ensayos y golpes de castigo: ahora hay casi tres golpes de castigo por cada ensayo (94 contra 36). El año pasado la relación fue de 31 ensayos por 72 golpes (0,43). Así que las cifras caen en favor de las patadas a palos. Y si queremos culpar a los especialistas (Farrell, Halfpenny, Laidlaw) de la confianza de sus entrenadores para usarlos como recurso principal, basta mirar a este dato: en 2003, el año del reinado del mejor pateador de los últimos tiem- IRLANDAINGLATERRA. En la imagen, el jugador inglés Ben Young patea el balón. pos, Jonny Wilkinson, en el Seis Naciones hubo más ensayos (74) que golpes de castigo anotados (65). Volvió a ocurrir en 2005 (71 y 66, respectivamente). Los rectores del juego, y del Seis Naciones, se van a ver obligados a arbitrar una solución. A intentarlo, al menos. Ya antes de la edición de este año se habló de variar el sistema de puntuación tradicional (dos puntos la victoria, uno el empate, cero la derrota) para introducir los puntos bonus defensivos (perder por menos de siete puntos) y ofensivos (anotar cuatro o más ensayos durante un par tido): tal sistema rige en la mayoría de competiciones del mundo y su fin no es otro que espolear el juego de ataque. Pero la singularidad del Seis Naciones contempla otras perspectivas: ¿Habrá que aceptar que un equipo pueda ganar el Grand Slam, o sea todos sus partidos, pero el campeón pueda ser otro porque acumuló más bonus y le superó en puntuación final? O lo mismo por atrás, en la última posición. El debate está sobre la mesa, pero necesita imaginación y responsabilidad para encontrar soluciones sin violentar la esencia del torneo. El Seis Naciones es un tesoro secular del rugby. Hay que tratarlo con el cuidado que merece una reliquia valiosísima. En el cambiante deporte profesional, escenas como las del último día en el Millennium aún poseen un atractivo incomparable. Y sólo las procura, como ha ocurrido en tres siglos ya distintos, el torneo de las Seis Naciones. Se sigue barajando cambiar el sistema de puntuación tradicional para introducir el bonus defensivo y ofensivo DISFRUTA DEL EJEMPLAR COMPLETO EN KIOSKO Y MÁS www.as.com/kioskoymas ������������������������������������������ ���������� CONTENIDO COMPLETO DEL NÚMERO 44 �������� �������������� ������������� ������������� ������������� ���������������������������������������������������������������������� ���������������������� ���������������������� CÓMO CONSEGUIR AS COLOR Consíguelo gratis: • Si eres suscriptor de AS, El País o Cinco Días lo tendrás gratis en Kiosko y Más. • Si compras en Kiosko y Más un ejemplar de AS, El País o Cinco Días. 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