1 Lengua /Renacimiento/Poesía EL RENACIMIENTO: LA POESÍA 1. EL RENACIMIENTO El Renacimiento es un movimiento cultural que abarca todos los aspectos de la actividad humana. Se trata de un cambio de mentalidad, una nueva valoración del mundo, la persona y la existencia. Realmente, en su esencia es un renacer a lo clásico con el resurgimiento de valores sociales y estéticos que se manifiestan en nuevas formas artísticas y expresivas. Cronológicamente, tiene su inicio a mediados del siglo XIV en las ciudades del norte de Italia y desde allí se difunde al resto de Europa, donde se desarrolla en el siglo XVI. 1.1. CARACTERÍSTICAS DEL RENACIMIENTO El Renacimiento es el fruto de una transformación social e ideológica que se sustenta sobre dos pilares básicos: la imitación de los modelos clásicos y la aplicación de los principios del humanismo. 1.1.1. LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL El nacimiento y expansión del Renacimiento tiene su origen en una nueva organización social que se manifiesta en los siguientes factores: Nacen algunos estados modernos, asciende la burguesía y los ciudadanos participan en las tareas de gobierno. Se producen cambios en el sistema de producción artesanal y aparecen indicios de precapitalismo. Se descubren y conquistan nuevos mundos que amplían el universo y el conocimiento humano. Surgen grandes inventos (el papel, la brújula, la imprenta…) y son constantes los progresos técnicos (el molino de viento, etc.) Se revitalizan nuevas corrientes ideológicas y se crea un ideal de ser humano distinto al medieval. El modelo renacentista es el cortesano, hombre diestro en armas y letras. 1.1.2. LAS NUEVAS IDEAS FILOSÓFICAS Se realiza una crítica al pensamiento medieval y se revitalizan ideas filosóficas anteriores: ESCEPTICISMO Fomenta la actitud crítica, frete al dogmatismo medieval EPICUREISMO Invita al goce moderado de la vida y los placeres ESTOICISMO Exalta la dignidad del hombre y propugna una vida según el orden natural. NEOPLATONISMO ERASMISMO Defiende la belleza de Defensor de una los seres naturales religiosidad como reflejo de la íntima, centrada divinidad (lo que en la pureza de generará la idealización las costumbres. del sentimiento amoroso) En consecuencia, la persona se sitúa en el centro del universo (antropocentrismo), y el poder de la razón y el cultivo de la inteligencia la convierten en un ser superior. Con lo cual se abandona el teocentrismo medieval y la idea del mundo como “valle de lágrimas”, y la naturaleza aparece como lugar de goce y disfrute. 1.1.3. LA ADMIRACIÓN POR LOS CLÁSICOS Las ciudades-estado italianas, que anhelan los ideales clásicos, convierten las culturas griega y latina en punto de referencia y estudio. Por ello, frente a la originalidad, toma importancia la imitación de los grandes autores de prestigio. De esta admiración e imitación, y de la defensa del latín, nace la preocupación por las lenguas nacionales, consideradas como el medio más natural de expresión. Además el latín se convierte en el idioma de la cultura; en él se escriben las obras de investigación y su conocimiento permite el acceso directo a Homero, Platón, Cicerón, Virgilio y Horacio, hasta entonces leídos sólo por una minoría culta. 1.1.4. LOS PRINCIPIOS DEL HUMANISMO Con el Renacimiento se concede importancia a los estudios humanísticos, que comprendían gramática, retórica, poética, historia y filosofía, y a la preocupación por la cultura clásica. El humanista es un erudito, un crítico que se basa en estos principios: Profundo conocimiento de la antigüedad grecolatina. Anhelo de restauración de los ideales clásicos Defensa del estudio, lectura y uso de las lenguas clásicas Valoración entusiasta del mundo y de la dignidad del ser humano. Este interés por la antigüedad clásica, unido a la preocupación por el desarrollo de las ciencias y el estudio de la naturaleza crean ese nuevo concepto del mundo y del arte que denominaremos Renacimiento. 1.2. LOS PRECURSORES DEL RENACIMIENTO El Renacimiento tuvo tres precursores, como vimos en la unidad anterior: Dante Alighieri, autor de la Divina Comedia, es considerado como el primer escritor europeo moderno. Francesco Petrarca, primer humanista que, en sonetos y canciones, canta a su amada Laura, una dama idealizada. Giovanni Boccacio, prosista y autor del Decamerón, una amarga sátira narrativa contra las instituciones de su época. Es el continuador de Dante. En España aparece en 1492 la primera gramática en lengua vulgar, Arte de la lengua castellana, obra de Elio Antonio de Nebrija; y Juan de Valdés defiende en su Diálogo de la lengua la naturalidad expresiva. La lengua española Durante el siglo XVI, el castellano alcanza una extraordinaria difusión. A ello contribuye la exaltación que el humanismo hace de las lenguas nacionales y la hegemonía del Imperio español. Nuestra lengua se enriquece con préstamos italianos (soneto, centinela, fragata,…) y americanismos de las tierras recién descubiertas (patata, tabaco…), y se introducen muchos hispanismos en otras lenguas europeas, con lo que el castellano se convierte en lengua de expresión universal. 3 Lengua /Renacimiento/Poesía 2. EL RENACIMIENTO EN ESPAÑA En España, el Renacimiento aparece con características propias y hace coexistir lo tradicional religioso con la nueva valoración del mundo, y lo nacional con las nuevas corrientes europeas. 2.1. RASGOS PECULIARES Dos factores, políticos y culturales, contribuyen a que el Renacimiento español tenga una personalidad propia: El reinado de Carlos I de España y V de Alemania (nieto de los reyes católicos), es símbolo de esplendor, plenitud política y prosperidad económica, y permite una apertura a las corrientes europeas. El reinado de Felipe II (hijo de Carlos I) sigue el espíritu de la Contrarreforma y, para evitar el contagio con las ideas protestantes, ejerce una férrea censura con la Inquisición. 2.2. ETAPAS DEL RENACIMIENTO ESPAÑOL Las peculiares circunstancias de nuestro país generan en el Renacimiento español dos etapas bien definidas: Primer renacimiento o época de Carlos I: comprende la primera mitad del siglo XVI, un periodo de recepción de las directrices europeas. Aparecen el neoplatonismo y el erasmismo, y se introduce la poesía italianizante, de influencia petrarquista. Su máximo representante es Garcilaso de la Vega. Segundo Renacimiento o época de Felipe II: comprende la segunda mitad del siglo XVI, donde se acentúa lo religioso y lo nacional, y se cristianizan los rasgos paganos del periodo anterior. La fórmula italiana se funde con la tradición nacional. Su máximo representante es fray Luis de León. 3. LA POESÍA DEL RENACIMIENTO La poesía española del Renacimiento representa la simultaneidad de dos corrientes: la tradicional, heredada del siglo XV, y la corriente europea, de influencia italiana. La poesía más escuchada era la popular, de carácter oral, manifestada en la lírica tradicional y en el Romancero viejo. Con la aparición de la imprenta, los textos orales son recogidos en antologías, frecuentemente denominadas cancioneros, en los que conviven la poesía popular y la lírica culta. Los poetas cortesanos, por su parte, siguen cultivando la canción trovadoresca, centrada en el amor cortés y empleando el octosílabo (8) como forma métrica esencial. A mediados de siglo, surge el Romancero nuevo o artístico, también de carácter culto. 3.1. ASPECTOS FORMALES La aportación métrica esencial de esta influencia italiana es el verso endecasílabo (11) que, por su flexibilidad rítmica, era muy apropiado para la expresión de temas líricos. Lo habían ensayado algunos poetas del siglo XV, pero lo impulsa Juan Boscán y triunfa más tarde en los poemas de Garcilaso de la Vega. Sobre la base del verso endecasílabo se cran nuevas estrofas, algunas ya habituales en la lírica italiana: Terceto Cuarteto Lira Estancia Octava real Estrofa de tres versos endecasílabos (11) de rima consonante (ABA). Los tercetos encadenados alternan series de tercetos (ABA BCB CDC…) Estrofa de cuatro versos endecasílabos (11), de rima consonante (ABBA) Estrofa de cinco versos, dos endecasílabos (11) y tres heptasílabos (7) con el siguiente esquema métrico: aBabB Su rima es consonante. Estrofa que combina un número variable de versos endecasílabos (11) y heptasílabos (7) de rima y distribución variable. Estrofa de ocho versos endecasílabos (11), de rima consonante, con el siguiente esquema métrico: ABABABCC [La introdujo Boscán en su poema Octava rima, por lo que es conocida también como “octava rima”] También aparecen dos composiciones características del Renacimiento: el soneto, que es la forma emblemática de la nueva poesía, y la canción petrarquista: El soneto es un poema que combina dos cuartetos y dos tercetos. La rima de los cuartetos es siempre la misma (ABBA ABBA), la de los tercetos presenta variantes (CDC DCD; CDE CDE; CDE DCE; etc.) La canción petrarquista está constituida por un número variable de estancias, pero el esquema métrico de la primera debía repetirse en todas las demás. Además se recuperar varios géneros poéticos de tradición grecolatina: Églogas Composiciones en lasque el poeta manifiesta sus sentimientos a través de pastores, en el marco de una naturaleza idealizada Oda Poema lírico de tono elevado y variedad de temas y asuntos Epístola Trata temas doctrinales en forma de carta y a veces tiene carácter confidencial y familiar Elegía Muestra los sentimientos ante una circunstancia dolorosa (muerte de un ser querido) Esta revolución métrica en la poesía renacentista se apoya en diversos recursos literarios como el hipérbaton, que recrea la sintaxis clásica, o la metáfora, que plasma la belleza sensorial. Pero el poeta se atiene siempre al precepto clásico de ajustarse a las leyes de la naturaleza, huyendo de la afectación, con lo que consigue un estilo poético marcado por la sobriedad, la naturalidad, la selección y la elegancia. 5 Lengua /Renacimiento/Poesía 3.2. TEMAS Y MOTIVOS POÉTICOS Los poetas del Renacimiento emplean en sus creaciones diversos motivos o tópicos de la literatura grecolatina, entre los cuales podemos destacar: Carpe Diem (goza el día de hoy), que invita a gozar del momento presente. Collige, virgo, rosas (recoge, doncella, las rosas), exhortación a una joven para que disfrute del amor de que el tiempo marchite su belleza. Locus amoenus (lugar agradable), que recrea un prado verde de aguas dulces y claras, que sirve de solaz o refugio al peta para expresar su sufrimiento amoroso. Aurea mediocritas (mediocridad dorada) que ofrece una alabanza a la vida moderada, alejada de toda ambición. Beatus ille (feliz aquél) que manifiesta la añoranza de una vida apartada del caos del mundo en busca de la paz y la armonía de la naturaleza. Junto a estos motivos literarios, de influencia clásica, aparecen en la primera mitad del siglo los tres grandes temas de la lírica renacentista: la naturaleza, el amor y la mitología. A ellos se unen, en la segunda mitad, otros temas esenciales: la huida del mundo, eje de la poesía ascético-moral; el amor a lo divino, centro de la poesía mística; y el ideal patriótico, que conforma la épica culta. 3.2.1. LA NATURALEZA La naturaleza renacentista es apacible y armoniosa; está poéticamente idealizada y tiene como centro el locus amoenus, tópico que se remonta al poeta latino Virgilio. Este “lugar agradable” suele servir de marco para las escenas amorosas o para los relatos mitológicos. Se trata de un prado verde que llena de frescor el suave murmullo de aguas cristalinas o la brisa de árboles frondosos, y que ejerce de testigo mudo a quien el poeta cuenta su sufrimiento por la indiferencia o los desdenes de la amada. Esta naturaleza, remanso de paz y armonía, cumple en la poesía ascética de la segunda mitad del siglo otra función: es el refugio que acoge al poeta en su huida en busca de sosiego y descanso espiritual. Del monte en la ladera, por mi mano plantado, tengo un huerto, que con la primavera de bella flor cubierto ya muestra en esperanza el fruto cierto. Y como codiciosa por ver y acrecentar su hermosura desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura. Fray Luis de León 3.2.2. EL AMOR Cerca del Tajo, en soledad amena, de verdes sauces hay una espesura, toda de hiedra revestida y llena que por el tronco va hasta el altura y así la teje arriba y encadena que el sol no halla paso a la verdura; el agua baña el prado con sonido, alegrando la hierba y el oído. Garcilaso de la Vega El amor en el Renacimiento está influido por la filosofía neoplatónica y tiene una concepción petrarquista; es decir, se muestra desligado de los apetitos carnales y aparece como una virtud del entendimiento que eleva al hombre de lo material a lo inmaterial, superando la sensualidad. La amada posee una bondad y una belleza que son destellos de la divinidad, por lo que su contemplación permite acceder a la contemplación de la Belleza Absoluta. Esa divinización de la amada convierte al amor en un acto de adoración, de culto casi religioso. Rasgos de la amada: Cabellos rubios de oro, piel de lirio, cuello blanco, erguido y frágil como el cristal, mejillas sonrosadas… todo ello conforma el ideal de belleza femenino del Renacimiento, donde la dama es objeto de contemplación pues se muestra esquiva y distante ante las palabras de su amado. Ante su desdén, el poeta muestra su profundo, pero gozoso, sufrimiento. Todos los elementos del proceso amoroso pueden sintetizarse en el cuadro anterior. No obstante, el amor aparece también como fuente de frustración, porque el enamorado lo considera imposible de alcanzar, y sólo recibe de su amada indiferencia o desdén. El poeta experimenta un dolor insufrible y se ve obligado a reprocharle su carácter esquivo (que concreta en antítesis: fuego/hielo, día/noche, paz/guerra), a rehuir otra compañía y a refugiarse en la naturaleza o a recluirse en sí mismo (introspección). La belleza de la amada se plasma en un retrato físico, repetido de manera similar por los poetas. Para ello utilizan imágenes o metáforas –que los escritores van repitiendo- extraídas de la naturaleza: piel de lirio, cabellos rubios de oro, labios rojos como el rubí, el clavel o el coral; dientes de perlas; cuello blanco, erguido, frágil como cristal; mejillas sonrosadas, reflejadas en la rosa, la azucena, la aurora o la púrpura. Se trata de imágenes ascendentes, en las que la belleza de la amada compite con las cualidades de la naturaleza. 3.2.3. LA MITOLOGÍA Las obras renacentistas se llenan también de dioses, ninfas, héroes y otras figuras inspiradas en la mitología grecolatina. Estos motivos, tomados de la Metamorfosis, obra del poeta latino Ovidio, cumplen no solo una función estética u ornamental: el poeta los actualiza y los emplea como símbolos de su propio conflicto sentimental. Podemos verlo especialmente en Garcilaso de la Vega. 7 Lengua /Renacimiento/Poesía 3.2.4. LA HUIDA DEL MUNDO El tema de la huida del mundo, entendida como un ansia de trascendencia, aparece en la segunda mitad del siglo, dentro de una poesía de carácter moral que desarrolla el beatus ille y el aurea mediocritas. el ser humano vive encarcelado en la prisión del mundo, donde impera el caos, la discordia y los bienes engañosos. Para evadirse de esa cárcel debe iniciar un recorrido purificador utilizando diversos medios: la práctica y desarrollo de determinadas virtudes: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. la dedicación al estudio y al trabajo intelectual el contacto directo con la naturaleza la percepción del arte musical Este proceso produce en el hombre una paz espiritual que le permite atisbar el Bien, la Belleza, la Bondad y la Armonía como realidades absolutas y universales, que participan de la divinidad. El tema de la huida del mundo es una de las bases de la poesía ascética, que cristianiza corrientes paganas y se concreta en el deseo del individuo de trascender y fundirse con la divinidad. El aire se serena y viste de hermosura y luz no usada, Salinas, cuando suena la música extremada, por vuestra sabia mano gobernada. […] Ve cómo el gran maestro, aquesta inmensa cítara aplicado, con movimiento diestro produce el son sagrado, con que este eterno templo es sustentado. Fray Luis de León, Oda a Francisco Sainas 3.2.5.LA UNIÓN MÍSTICA La unión mística es un concepto de raíz religiosa que surge en la segunda mitad del siglo XVI. Esta literatura mística en la experiencia de la unión del alma con Dios con el que los místicos aspiran a comunicarse. Dicha comunicación presenta unos caracteres típicos: Exige un proceso previo de purificación (ascética) en el que el alma se desentiende del mundo, por la renuncia y la penitencia, y aspira a la perfección moral. Es una gracia divina, que sólo se concede a unos pocos. No depende, por lo tanto, de la voluntad humana. Produce un estado de embelesamiento, de éxtasis, que desconecta del mundo circundante. No se puede expresar con el lenguaje humano; el poeta místico no puede encerrar con palabras sus vivencias, por lo que recurre al empleo de símbolos, alegorías, paradojas o antítesis, ó Los dos místicos más notables de la literatura en lengua castellana son San Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús. […] En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba allí quedó dormido y yo le regalaba y el ventalle de cedros aire daba. El aire de la almena cuando yo sus cabellos esparcía con su mano serena en mi cuello hería y todos mis sentidos suspendía. Quedéme y olvidéme el rostro recliné sobre el amado; cesó todo, y dejéme dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado. 9 Lengua /Renacimiento/Poesía 3.2.6. EL IDEAL PATRIÓTICO El ideal patriótico es un reflejo del espíritu nacionalista que aparece en España en tiempos de Felipe II (segundo Renacimiento). Este tema exalta el heroísmo nacional y se manifiesta en canciones a gestas gloriosas: Canción a la batalla de Lepanto, de Fernando de Herrera. Este autor, perteneciente a la escuela sevillana, fue llamado El Divino y escribió varios poemas heroicos de carácter patriótico. 3.3. LENGUAJE POÉTICO Frente a la concepción utilitaria del arte que dominaba en la Edad Media, el Renacimiento nos ofrece un afán esteticista. Los poetas prestan atención a los recursos expresivos del lenguaje, pero huyen de la afectación y se rigen por cuatro ideales clásicos: sobriedad, naturalidad, selección y elegancia. Este ideal clásico persiste a lo largo del siglo XVI. Sin embargo, en la segunda mitad algunos autores intensifican los recursos formales, complican la expresión y adoptan ciertas “maneras” o formas poéticas que derivan hacia la tendencia estilística denominada manierismo, precursora del culteranismo barroco posterior. 4.1. GARCILASO DE LA VEGA Garcilaso (1501-1536) es el prototipo del caballero renacentista, soldado y poeta, que armoniza los ideales de las armas y las letras. Su trayectoria poética, que culmina el proceso de asimilación de las formas renacentistas y de las tendencias italianas iniciado por otros autores, tiene tres etapas creativas: La influencia de la poesía del cancionero, en la que alterna composiciones en versos octosílabos (8) con las primeras formas italianas. Sus versos carecen aún de elementos petrarquistas, abundan los tópicos amorosos de la poesía cancioneril y es usual el empleo de juegos de palabras. La etapa petrarquista en la que, a imitación de Petrarca, interioriza el amor, describe sus sentimientos amorosos y emplea la naturaleza como marco de reflexión y medio para retratar a su amada. La plenitud creadora, fruto de su estancia en Italia y su acercamiento a los autores clásicos, que nos ofrece unas composiciones de sobriedad formal y naturalidad expresiva. OBRA, TEMAS POÉTICOS Y ESTILO OBRA La obra poética, preparada por su amigo Boscán y publicada en 1543 es escasa. Abarca una epístola en verso, dos elegías, tres églogas, cinco canciones, treinta y ocho sonetos y algunas muestras de poesía tradicional. Sus sonetos significan la aclimatación de esta composición a la literatura española y son, en su mayor parte, de tema amoroso. Destacan, entre otros, En tanto que de rosa y azucena, Pasando el mar Leandro el animoso, hermosas ninfas, que en el río metidas y A Dafne ya los brazos le crecían. Con todo, las obras que revelan una mayor perfección artística son la Égloga I y la Égloga III. En la primera, escrita en estancias, el pastor Salicio se queja del desdén de su amada Galatea, mientras Nemoroso llora la muerte de su amada Elisa. En la Égloga III, escrita en octavas reales, el poeta recrea su propia experiencia amorosa y la convierte en el tema del bordado de una de las cuatro ninfas que, a orillas del Tajo, plasman en sus telas historias de amor y muerte. Garcilaso de la Vega, que había nacido en Toledo en 1501, fue hombre de confianza del emperador Carlos I y participó en varias campañas bélicas. Fue un poema intimista que para reflejar su relación amorosa con Isabel Freyre, casada posteriormente con otro y muerta a raíz de un parto, se identificó emocional y expresivamente con la lírica de Petrarca. TEMAS POÉTICOS El tema predominante en Garcilaso es el amor, que muestra rasgos neoplatónicos, con huellas petrarquistas: indiferencia de la amada, dolor del amante, oscilación entre esperanza y desesperanza, y amor secreto. Otro de sus temas es la naturaleza: un entorno estilizado en el que los personajes muestran sus cuitas amorosas, y que aparece como confidente que escucha y consuela a los pastores en su dolor. ESTILO La primera etapa de Garcilaso está marcada por los recursos típicos de la poesía del cancionero: antítesis, oposiciones, juegos de palabras. Posteriormente busca la armonía y ajusta su lengua poética a los ideales renacentistas de naturalidad y elegancia. Para ello emplea bimembraciones, paralelismos sintácticos, enumeración de elementos, etc., que dan a sus versos una expresión sencilla y fluida. 4.2. FRAY LUIS DE LEÓN Fray Luis de León recogió la herencia poética anterior pero, en lugar del espíritu laico y europeo de Garcilaso, impuso un humanismo platónico y cristiano, consiguiendo conciliar las formas clásicas y renacentistas con los temas religiosos. La obra poética original de fray Luis es bastante breve, menos de cuarenta poemas, que circularon manuscritos hasta que Quevedo los publicó en 1637, y que suelen agruparse en tres periodos: Poemas escritos antes de la prisión (1572), entre los que se encuentran la Oda a la Vida Retirada y la Profecía del Tajo. En ellas aparece un fray Luis moralista en el sentido clásico, que muestra el ansia de soledad y el desprecio de los placeres mundanos. Versos compuestos en la cárcel: Noche Serena y En la Ascensión, dos obras de contenido religioso; o la décima falsa Al salir de la cárcel en la que se queja de la injusticia de su encarcelamiento. Obras escritas tras la prisión, como la Oda a Salinas o la Oda a Felipe Ruiz, que nos revelan un cierto misticismo espiritual, un anhelo de armonía o nostalgia de paz interior y de infinitud universal. IDEAS POÉTICAS E INFLUENCIAS 11 Lengua /Renacimiento/Poesía Los motivos predominantes en la poesía de Fray Luis de León son la naturaleza, la añoranza del campo, la noche y la música. Todos ellos tienen origen en la tradición clásica neoplatónica, pitagórica o estoica: Del neoplatonismo adopta la visión ideal de un universo, regido por una armonía, una “música divina” de la que la música humana es sólo imitación. Por eso algunas creaciones están guiadas por el deseo de armonía, paz y serenidad, que sólo se halla en la naturaleza, donde el hombre percibe la obra del creador. es lo que nos trasmite en su Oda a Francisco Salinas. De los pitagóricos acepta que todo puede reducirse a números, también los cuerpos celestes, y que el universo es una perfecta armonía. De la filosofía estoica adopta el aurea mediocritas, el vivir según el orden natural y la capacidad para afrontar las dificultades de la vida. De estas ideas surge la búsqueda de la vida descansada que hace en su Oda a la vida retirada, en la que, a imitación de Horacio, desarrolla el tópico del beatus ille y el tema de la huida del mundo. Y este anhelo de perfección, sus ansias de unirse con la divinidad lo acercan a la experiencia de los místicos, pero sin alcanzar el éxtasis que veremos en san Juan de la Cruz. Lo que sí alcanza es una sublimación intelectual, un clímax marcado expresivamente pro medio de exclamaciones, como ocurre en la Oda a la vida retirada. La oda es el reflejo más genuino de la imitación de la lírica grecolatina. El término procede del griego y significa “canto”, porque se cantaba acompañado de la lira y, a veces, de danzas. Fue típica de los poetas griegos Anacreonte y Píndaro, y del latino Horacio. Durante buena parte de la segunda mitad del siglo XVI, fray Luis de León impartió clases en la Universidad de Salamanca. Uno de sus compañeros docentes. Bartolomé Medina, le acusó ante la Inquisición de haber traducido libros de la versión hebrea de la Biblia. Tras pasar cinco años en una cárcel de Valladolid, reanudó sus clases como si ese tiempo no hubiera pasado con la célebre frase: “Dicebamus hieri…” (Decíamos ayer) ESTILO Fray Luis aprovecha los logros métricos anteriores y emplea la lira, inventada por Garcilaso, en la mayoría de sus poemas. Esta estrofa le permite las múltiples variaciones rítmicas que aparecen en sus odas. Varios de sus poemas están dirigidos a una segunda persona (Y dejas, Pastor Santo…) recurso que aporta un carácter conversacional, con enumeraciones, exclamaciones o interrogaciones retóricas. Existe, además, una perfecta simetría en la construcción de las estrofas y una cuidada selección léxica o formal, con asíndeton, polisíndeton, aliteraciones o hipérbatos, pero todo ello dentro de la elegancia y la sencillez. 4.3. SAN JUAN DE LA CRUZ La poesía de san Juan de la Cruz es muy breve, pero ocupa un lugar preponderante de la lírica universal. OBRAS, TEMAS POÉTICOS Y ESTILO OBRAS Su producción poética desarrolla el tema de la experiencia de la unión mística del alma con Dios. Esa unión apare expresada de manera simbólica: una mujer, (el alma) inicia la búsqueda del amado (Dios) a través de la naturaleza, que es reflejo de ese amado, al que encuentra y con el que se funde en un éxtasis amoroso. La tradición teológica reconoce tres etapas o “vías” n el proceso místico: la vía purgativa, la vía iluminativa y la vía unitiva. A las dos primeras corresponden dos formas de relacionarse con Dios a través de la oración: el recogimiento y la quietud. Estas formas de acercamiento a Dios, acompañadas de la purificación moral y una práctica de las virtudes, constituyen el objeto de la ascética. El final de ese “camino de perfección” es la “unión” con Dios, forma o estado de oración objeto de la mística. TEMAS POÉTICOS Entre sus obras destacan varios poemas breves de carácter popular, y tres grandes poemas: Cántico espiritual, Noche oscura del alma y Llama de amor viva. El Cántico espiritual sigue de cerca el Cantar de los cantares de la biblia y se organiza como un diálogo pastoril entre la amada y el amado, al que ella ha buscado por valles y montañas. La Noche oscura consta de ocho liras en las que la amada, tras salir disfrazada de su casa, por la noche, se une al amado en un éxtasis místico. La Llama de amor viva expone las sensaciones amorosas que experimenta la amada en la unión. ESTILO En el estilo de la poesía de san Juan de la Cruz se aprecian tres influencias: la de la poesía popular y de los cancioneros, la culta italianizante y la de la poesía bíblica. De la popular acepta temas, motivos, formas y estribillos: de la italiana, la utilización del endecasílabo y de la lira, o el empleo de algunas imágenes; de la bíblica el sentido religioso de esta “poesía a lo divino” Las características formales de esta poesía son el empleo del sustantivo y la escasez de adjetivos, que aparecen casi siempre pospuestos. El léxico alterna entre el vocablo de raíz italianizante y los vocablos populares; es básico el símil del amor humano, ante la imposibilidad que tiene el poeta de transmitir la experiencia de la unión con Dios, que es la esencia de la poesía mística. San Juan de la cruz utiliza símbolos poéticos que tienen su origen en la tradición religiosa y mística de la Edad Media y del Renacimiento y también se inspira en el Cantar de los cantares, poemas de esponsales que aparecen en la Biblia y que se interpretan como un reflejo de la unión del pueblo de Israel con Yahvé. Por ello, aunque estas obras puedan ser interpretadas como poemas amorosos, dentro de su contexto, y según fueron leídos desde su época, van más allá e intentan expresar un contenido espiritual trascendente.