60 Rev Biomed 1995; 6:60-63. Editorial. EL VIRUS EBOLA: UN VIRUS EMERGENTE. En este año de 1995,en la ciudad de Kikwit de la República de Zaire, se presentó de nuevo una epidemia de fiebre hemorrágica causada por el virus Ebola. Los medios masivos e inmediatos de la comunicación, han difundido a nivel mundial información acerca de esta rara enfermedad, descubierta y descrita desde el año de 1976 (1). Antes de esta epidemia, se publicó un libro titulado “La zona caliente”, escrito por el Dr. Richard Preston, quien narra- de manera novelescalas epidemias y casos aislados producidos por el virus Ebola, clasificado como virus de riesgo de bioseguridad nivel 4 por la Organización Mundial de la Salud (2). Tiempo después, tomando como referencia este libro, se produjo una filme cinematográfico, titulado “Epidemia”. Por coincidencia, al poco tiempo de su presentación surgió la epidemia actual, que hasta el momento de escribir estas líneas (mayo 1995) ha causado la muerte de aproximadamente 155 seres humanos en Kikwit y se han reportado cuatro muertos en Kinshasa capital de Zaire (comentarios de locutores de la cadena NBC). El virus Ebola debe su nombre a un pequeño río que se encuentra al noroeste de Zaire y que se dirige a Sudán, sitio en donde se presentó la primera epidemia de fiebre hemorrágica que afectó a 550 casos y causó la muerte de 430 personas (1). La siguiente epidemia ocurrió en 1979, con 34 enfermos y 22 muertos, en el mismo sitio de la epidemia de 1976 en Sudán y la última epidemia conocida es la actual. Esta enfermedad es producida por un virus de la familia Filoviridae, conocido como virus Ebola y que consta de tres tipos, con diferente virulencia cada una (Zaire, Sudán y Reston). El virus mide 970 x 80 nm, está compuesto por una membrana que envuelve una nucleocápside helicoidal, la cual encierra un genoma lineal de RNA de una sola cadena de polaridad negativa, que codifica al menos 7 proteínas estructurales. El virus es inactivado a 60º C por 30 minutos y se conserva estable a 20º C (3). La infectividad también se destruye con luz ultravioleta, radiaciones gamma, solventes de lípidos y con desinfectantes comerciales como hipoclorito y fenol (3). El cuadro clínico es en un inicio inespecífico y dos días después se presenta además una faringitis, nausea, vómito que progresa a hematemesis, diarrea que se convierte en melena y las manifestaciones cutáneas de sangrado se hacen evidentes con petechias y equimosis. Posteriormente hay sangrado de conjuntivas, narinas, boca y vagina. El paciente fallece en un período de 6 a 9 días. La tasa de letalidad es de Vol. 6/No. 2/Abril-Junio, 1995. 61 FI Puerto-Manzano. 80% en los casos primarios. La causa de la muerte es por choque hipovolémico, superinfeciones bacterianas o por edema cerebral que se presenta de manera importante (4). Estas manifestaciones clínicas son semejantes a otras fiebres hemorrágicas que ocurren en Africa y América (con la diferencia de alta letalidad y contagiosidad). No se debe de olvidar que en Yucatán, también hay casos de fiebre hemorrágica. Las últimas ocurrieron en el pasado año de 1994 con la epidemia del dengue y debemos en este momento de enfocarnos más a recibir la próxima estación de lluvias que consigo traerá un aumento de mosquitos y con ello la posibilidad de dengue. El hecho de que el Ebola pueda introducirse a nuestro país es remoto, ya que la Secretaria de Salud tiene un sistema para evitar la entrada de esta mortal enfermedad a nuestro país. Dr. Fernando I. Puerto-Manzano. Director. Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” Universidad Autónoma de Yucatán. Mérida, Yucatán, México. Revista Biomédica REFERENCIAS. 1.- Bowen ETW, Lloyd G, Harris WJ, Platt GS, Baskerville A, Vella EE. Viral haemorrhagic fever in Southern Sudan and northern Zaire. Lancet 1977; 1:571-573. 2.- World Health Organization/WHO Scientific Group. Arthropod-borne and roedent-borne viral diseases. WHO Technical Report Series, No. 719, 1985. 3.- Murphy FA, Kiley MP, Fisher-Hoch S. Filoviridae. Marburg and Ebola viruses. En: Fields DM, Knipe DM, Chanock RM, Hirsch MS, Melnick JL, Monath TP, Roizman B, ed. Virology, 2a. ed. New York: Raven Press, 1990;933-943. 4.- Corey L. Rabies, Rhabdoviruses, and Marburglike agents. En Iselbacher KJ, Braunwald E, Wilson JD, Martin JB, Fauci AS, Kasper DL, ed. Harrison’s Principles of Internal Medicine, 13th ed. New York: Mc Graw-Hill, 1994:832-837.