12 Expansión Martes 18 marzo 2014 Practica el ‘downshifting’ para escapar del estrés laboral No se trata de una moda pasajera, sino de un replanteamiento de vida de los profesionales que consiguen conjugar las obligaciones laborales y la satisfacción personal para ser más productivos. Montse Mateos. Madrid ¿Estás preparado? El caso de este exejecutivo refuerza una tendencia que cada vez cobra más fuerza en nuestra sociedad: el downshifting, un comportamiento social de aquellos que deciden vivir vidas más simples para escapar del materialismo obsesivo y reducir la tensión y el estrés. Se trata de lograr el equilibrio entre el ocio y el trabajo, un ejercicio muy saludable que sólo logran unos pocos. Según Fernando Botella, CEO de Think&Action, estos profesionales “eligen vivir de una manera consciente y responsable, convirtiéndose en los escultores de su propia vida: eligen y hacen”. Los downshifter “son personas que optan por vivir de otra manera, decidiendo qué es lo que necesitan y desean. Son capaces de cambiar su jerarquía de prioridades o, más bien, de confi- UNIVER S I DA D TÓMATE UN RESPIRO Casi nadie es ajeno a la elasticidad de las jornadas, ya sea para sacar adelante el trabajo con menos personal o para atender los husos horarios de distintas ciudades. Andrés Fontenla, fundador de Fontvalue Consulting, recurre al símil del buceo para explicar que “el ‘downshifting’ es una despresurización que se hace necesaria tras la inmersión. Requiere salir de nuevo a la superficie para respirar con normalidad y hacerlo de forma paulatina. En este caso, el ejecutivo, probablemente, ha descuidado su vida personal y familiar, necesita ‘resetearse’”. Dreamstime “Trabajamos más horas y más duro para conseguir dinero a costa de nuestra salud, y después lo gastamos en intentar recuperarla”. Juanjo Hernando asegura que hay multitud de situaciones en la vida cotidiana que nos conducen a esta reflexión que, en su caso, se produce con conocimiento de causa. Tiene estudios de empresariales y finanzas y ha dedicado 36 años, “toda mi vida”, a trabajar para una entidad financiera. “En un momento dado decidí afrontar una nueva situación personal y empecé a prepararme para coach. No quería seguir formando parte de organizaciones que no tenían en cuenta a las personas, por eso yo mismo me dedicaría a ellas y a sacar todo su potencial humano. Como decía Bill Nye, “algo no va bien en una sociedad que va al gimnasio en coche para montar en una bicicleta estática”. Las empresas deben flexibilizar la gestión para atender las necesidades que demanda su talento EL CAMBIO La madurez y la concienciación de la importancia de la vida social y familiar lleva a reequilibrar la dedicación al trabajo. Los profesionales y las empresas deben contribuir de igual manera a esta estabilización y llegar al tándem perfecto. gurar su propia escala de prioridades y necesidades, y no heredar aquella que impone un contexto marcado por el materialismo”, añade Botella. Para Andrés Fontenla, fundador de Fontevalue Consulting, esta teoría se lleva a la práctica, “cuando se ha forzado la máquina y se ha llegado más lejos de lo conveniente”. La transformación Hace tiempo que el hecho de que los profesionales que disfrutan mejor de su ocio son más productivos dejó de ser una banalidad. Es más, ahora se ha convertido en la excusa para afrontar procesos de Cada vez más, los profesionales tienden a convertirse en escultores de su vida: eligen y hacen transformación en las empresas. Hernando asegura que “muchas miran con envidia el clima que se respira en las compañías más adelantadas como los Google o Facebook de turno. Por eso, cada vez son más las organizaciones que demandan los servicios de profesionales para buscar el alineamiento entre los valores de la empresa y los empleados”. Este coach augura la aparición de una nueva figura: “El downshifting manager, que se incorporará al organigrama como un actor clave en las negociaciones laborales para estas cuestiones”. No obstante, Fontenla se lamenta de que “hay pocas or- ganizaciones que promuevan activamente que sus empleados reduzcan su nivel de ocupación por temor a que el compromiso se resienta debido a una menor involucración y rendimiento. Una mayor extensión de medidas que promuevan la conciliación evitaría que muchos profesionales tengan que adoptar fórmulas estrictas de downshifting. Detrás de un paso como ése hay un afán desmedido en la carrera profesional, provocado muchas veces por la inercia marcada por la propia empresa, por el fomento de la rivalidad o por la ambición personal”. En estos momentos en los que puestos, funciones y horarios se diluyen, Botella señala que “lo importante es el talento y, sobre todo, los resultados que éste es capaz de aportar a la empresa. Las organizaciones deben pensar en Santander, nombrado por Financial Times EL BANCO MÁS SOSTENIBLE DEL MUNDO POR SU COMPROMISO CON LA EDUCACIÓN Y LA SOCIEDAD bancosantander.es El movimiento ‘slow down’ La serenidad, la calma y el sosiego son los pilares que defienden los partidarios del movimiento ‘slow’, que pretende ser el antídoto contra el caos y que algunos ya identifican como el elixir de la productividad. Tiene que ver con sacar partido al estrés positivo que alimenta nuestra jornada laboral. Estas pistas te ayudarán a crear ese clima: Convierte tu rutina diaria en algo insobornable, así conseguirás que el cambio y el estrés no te dominen. Aprende a delegar. Sustituye lo importante por lo urgente y deja en manos de tus colaboradores parte de la tarea diaria. Tú controlas la tecnología. Estar conectado no significa estar siempre disponible. Cultiva una visión global, de manera que contribuyas al trabajo en equipo y permitas que éste fluya en beneficio del grupo y de la empresa. clave de personas y no sólo de profesionales, comprender su complejidad y asegurar su bienestar”. Además, apunta que deben dotarse de una mayor flexibilidad en lo que a la gestión se refiere: “Sólo en la medida que sean capaces de atender las necesidades del talento en todas sus dimensiones, podrán disfrutar de su implicación, compromiso, ideas y resultados”. Hernando concluye que el downshifting, lejos de ser una moda pasajera, “es un replanteamiento del ‘para qué’ y de la motivación última del ser humano. Nos hemos preocupado de alcanzar grandes conocimientos técnicos, pero seguimos sin saber alinear las decisiones financieras con nuestros valores personales. No hemos alcanzado el equilibrio adecuado y tratamos estos temas como la lotería: a ver si nos toca”.