Mentoplastía Cirugía del mentón El mentón es un punto anatómico muy importante en el rostro, por estar ubicado en la línea media y ser la zona central inferior que señala el término de la cara. Proporciona, además, a ciertos tipos de cara, rasgos de personalidad y de carácter. Defectos notorios del mentón resultan claramente evidentes. En otras ocasiones, se diagnostican deficiencias en el mentón con motivo de la consulta para corregir un defecto estético de la nariz. La posición hacia atrás o falta de desarrollo, cuando es moderada, puede corregirse colocando un implante de silicona, medpor, o seccionando la punta de la mandíbula y modificando la posición de este segmento óseo. Cuando se hace junto a una cirugía de nariz, mejora el resultado global de la operación. El mentón muy protuberante es otra condición que puede ser corregida. Ambos defectos, la falta o exceso de desarrollo en el mentón, pueden estar asociados a una mala oclusión dental. ¿Cuáles son los riesgos? Esta cirugía tiene riesgos comunes a la de otros procedimientos quirúrgicos. En la excepcional situación que se presente una infección cuando se ha colocado un implante de silicona, será necesario retirar la prótesis, pudiendo ésta ser recolocada en una cirugía posterior, algún tiempo después. Puede haber una anestesia del labio inferior y de la piel del mentón, debido a la manipulación de la zona durante la cirugía. La recuperación completa de la sensibilidad de la piel de estas zonas puede demorar algunas semanas. Muy infrecuentemente, alguna zona de esta piel puede quedar con una anestesia definitiva. La colocación de un implante de silicona en esta región, puede en algunas personas con el transcurso de los años, provocar un desgaste en la zona del hueso en que está apoyado. Raramente ha sido necesario, por este motivo, proceder a retirar el implante. Planificación de la cirugía El cirujano plástico evaluará las condiciones locales y las posibles alteraciones de otros segmentos, como por ejemplo una mala mordida, una deformación de la nariz o deficiencias en los pómulos. Solicitará una radiografía especial, llamada cefalometría, que permite evaluar exactamente los segmentos óseos y las relaciones entre ellos. Con estos antecedentes y fotografías, evaluará con el paciente las alteraciones encontradas y las alternativas de tratamiento. Cirugía Si se trata de corregir sólo una alteración del mentón, es posible usar anestesia local, la que puede ser complementada con sedación. Si esta cirugía se asocia a otros procedimientos estéticos, puede ser necesario usar anestesia general. La vía de abordaje de la cirugía dependerá de las características anatómicas de la persona y si este procedimiento está asociado a otra cirugía de la región. La incisión puede ser hecha en el surco labial inferior, es decir dentro de la cavidad oral, o en el pliegue submentoneano. A través de una incisión corta, de unos tres o cuatro centímetros se separan los tejidos blandos en la región mentoneana hasta llegar al hueso. A continuación el cirujano hará las modificaciones planificadas: introducir una prótesis de silicona o efectuar cortes en esta zona de la mandíbula, para conseguir la modificación estética que se busca. Proceso Post-Operatorio Cuando éste es el único procedimiento quirúrgico, la persona operada está en condiciones de caminar el mismo día de la cirugía. Se le indicará una dieta de alimentos líquidos y blandos durante algunos días. En los primeros días, habrá un dolor y un aumento de volumen discreto en la región operada, molestias que son tratadas con los medicamentos indicados por el médico. Puede existir un cierto grado de insensibilidad en la piel del labio inferior y mentón. Esta anestesia habitualmente desaparece en pocos días o semanas. Se puede volver a las actividades habituales, por lo general antes de una semana, siempre que éstas no comprendan grandes esfuerzos físicos. La plena actividad física, es decir deportes y gimnasia, está permitida desde la tercera a cuarta semana después de la cirugía. La nueva imagen Estos procedimientos producen un cambio estético significativo, tanto por la modificación local como por el mejor equilibrio que se consigue en el resto de la cara, especialmente con la nariz, logrando resultados muy naturales.