Programa Modelo de Género en contexto de privación de libertad

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Programa Modelo de Género en contexto de privación de
libertad para Iberoamérica
Introducción:
Por mandato de los Ministros de Justicia, la Secretaría General de la
Conferencia de Ministros de Justicia de los Países Iberoamericanos ha
diseñado el presente modelo de abordaje para las mujeres privadas de
libertad.
Ese documento ha sido elaborado fundamentalmente durante las
reuniones de los expertos penitenciarios de los distintos países que
componen la COMJIB llevadas a cabo en los últimos dos años y
mantiene la línea de la experiencia o modelo sugerido por Argentina que
a la vez fue profundizado con distintas experiencias regionales
aportadas por los asistentes a esas reuniones.
En concreto se presenta aquí el esquema de abordaje integral para el
trabajo con mujeres en contexto de encierro que tiene en cuenta las
diferentes variables relevantes del cumplimiento de la pena privativa de
libertad con un enfoque de género.
Si tenemos en cuenta las distintas realidades que se pueden verificar en
los sistemas penitenciarios de la región y las disimilitudes ostensibles
entre varios de estos sistemas, tanto en capacidad económica, cantidad
de mujeres alojadas, tipos de población, etc., podemos coincidir que la
mejor solución para hacer un esquema de intervención útil para todos
los países es el elegido, es decir un modelo básico que permita ser
aplicado por cada uno de los países sin especificaciones concretas. Por
eso motivos podemos decir que el Programa Modelo tiene como principal
virtud el hacer presentes y enumerar los problemas con los que los
funcionarios se encuentran a la hora de gestionar estos espacios de
privación de libertad.
También es una virtud el hecho de lograr identificar las particularidades
de la privación de libertad de las mujeres. En este punto no solo los
Ministros de Justicia que conforman la COMJIB han identificado esta
necesidad fundamental. Esto ha sido parte de uno de los principales
debates que se han desarrollado durante estos últimos años en relación
con el encierro legal.
Fruto de este debate podemos encontrarnos con las Reglas de Bangkok1
que se constituye en un documento consolidado más específico que las
Reglas Mínimas de Tratamiento para los reclusos. En ese aspecto, este
programa modelo de género ha tenido específicamente en cuenta las
reglas de acción diseñadas por este último instrumento de soft law.
Sin perjuicio de ello, también ha sido central para la confección de este
programa
de
intervención
modelo
la
Declaración
de
San
José
(Recomendación la Conferencia de Ministros de Justicia de los Países
Iberoamericanos relativa al acceso a derechos de las personas
penalmente privadas de libertad en Iberoamérica) aprobada por todos
los Ministros de la COMJIB y que contiene una apartado especial de
recomendaciones,
reconocimientos
de
principio
y
compromisos
asumidos ideados para mujeres en contexto de encierro.
Breve descripción del contenido del programa:
En lo que respecta al documento en sí se ha definido, en primer lugar,
que, cuando se realizan actividades de trato y tratamiento para mujeres
privadas de libertad se deben tener en cuenta dos tipos de factores
condicionantes
de
género:
los
exógenos,
es
decir
directamente
vinculados con la privación de libertad, con la propia administración
Reglas de las Naciones Unidas para el tratamiento de las reclusas y medidas no
privativas de la libertad para las mujeres delincuentes Resolución aprobada por la
Asamblea General. [sobre la base del informe de la Tercera Comisión (A/65/457)]
A/RES/65/229 16 de marzo de 2011.
1
penitenciaria, y los endógenos que son aquellos que se relacionan de
manera específica con la condición de mujer.
También se han definido las correspondientes dificultades, tanto
exógenas como endógenas y frente a esas dificultades cuáles son las
mejores estrategias o acciones a realizar por cada uno de los sistemas.
Entendemos que, si frente a cada dificultad aquí mencionada se
responde con las acciones y estrategias aquí sugeridas el sistema
penitenciario que así proceda habrá logrado cumplir con el objetivo de
contar con un modelo de privación de libertad con enfoque de género
que reduzca los conflictos propios del encierro y que a la vez mejore las
condiciones de reinserción social de las mujeres alojadas en estos
espacios.
En este contexto dentro de los factores exógenos se han identificado:
1. Infraestructura
2. Aumento de población
3. Ausencia de políticas
4. Seguridad
5. Violencia
6. Dispersión en centros
Esos factores son en realidad los que explican que el sistema
penitenciario se encuentra diseñado específicamente para atender la
problemática masculina en materia de privación de libertad. Tanto la
infraestructura, el diseño territorial (dónde se construyen los centros
penitenciarios para mujeres), como los modelos de seguridad y de
control de la violencia muestran en general que los espacios no han sido
pensados para las mujeres ni tampoco se han diseñado políticas
específicas que atiendan a las necesidades pero que también resuelvan
los conflictos de esta población.
Evidentemente, el elemento central que hemos identificado y que se
repite en la casi totalidad de los sistemas penitenciarios es la
invisibilidad de las mujeres privadas de libertad y la falta de estrategias
para abordar a esa población. Estos problemas detectados son los
elementos centrales que justifican este programa.
En cuanto a los factores endógenos y que se derivan de la propia
condición de mujer de esta población se han identificado las siguientes
dificultades específicas:
1. Aceptación de la especial situación
2. Falta de información
3. Falta de programas de prevención de suicidios
A estos factores, tanto exógenos como endógenos se agregan especiales
elementos de atención derivados de los problemas más destacados
según la propia población alojada en contexto de privación de libertad.
En ese aspecto resulta vital el mantenimiento de los lazos familiares con
el grupo familiar que se halla fuera de la prisión o en otros
establecimientos carcelarios y, especialmente, la protección del vínculo
de madres con niños en prisión eje central para la protección del interés
superior del niño que establece la Convención sobre los Derechos del
Niño.
También se identifican y se establecen especiales necesidades de
cumplimiento de los derechos de las mujeres privadas de libertad.
Concretamente nos referimos a la protección de los derechos al trabajo,
la educación, la salud, las actividades recreativas y culturales. El
correcto y armónico desarrollo de estos derechos son a la vez la otra
cara del cumplimiento de un programa de tratamiento adecuado para
una reinserción social positiva al margen de los factores criminógenos
derivados de condiciones personales y sociales negativas. Por esos
motivos, más allá de cumplir con la ley y construir un adecuado servicio
público de prisiones que sepa proteger y satisfacer los derechos de las
mujeres allí alojadas del mismo modo que en la vida en libertad,
lograremos con la implementación de este programa una mejora
sensible en la reducción de reincidencia de las mujeres, que ya de por sí
tiende a ser muy bajo. A toso esto se agrega la necesidad de generar
una estrategia en torno a la relación entre las propias mujeres privadas
de libertad y de estas con el personal penitenciario y articular un buen
proceso de preparación para la puesta en libertad.
Por último el programa también está integrado por ejes transversales
que permiten desarrollar estrategias particulares para la población más
vulnerable (extranjeras y jóvenes adultas, entre otras), la protección
concreta de los derechos humanos y un enfoque central sobre la
violencia de género. Como su nombre lo indica, estos ejes transversales
cumplen la misión de integrarse en cada una de las acciones que se
desarrollan respecto del resto de las actividades.
Así pues entendemos que la aplicación escrupulosa de este programa,
con una correcta adaptación al medio local, podrá lograr una variación
sensible en las condiciones de vida de las mujeres privadas de libertad,
un avance sustantivo en el cumplimiento de los derechos humanos y
una mejora innegable en las políticas públicas en materia de privación
de libertad profundizando el enfoque de género en esta materia.
1 Condicionantes del género
Dificultades
Estrategias/Acciones
Reconstrucción, remodelación y adecuación
de infraestructuras –teniendo en cuenta las
diferencias de géneroDiseño especifico para los nuevos centros y
adaptaciones para los existentes
Infraestructura (masculinidad)
Avance en diseño de centros abiertos –
teniendo en cuenta la baja conflictividad que
caracteriza al grueso de esta poblaciónDesarrollo de espacios tipo guardería y de
alojamiento de madres con niños que
contemplen esta particularidad y por ello
reduzcan o eliminen los sistemas de
seguridad visibles para el niño
Fortalecer aplicación de medidas alternativas
a prisión, facilitando informaciones al poder
judicial
Exógenos
(propias de la administración
penitenciaria)
Aumento de población (sobrepoblación)
Promover reformas legislativas para acortar
los plazos procesales (informaciones al poder
legislativo)
Acompañar Políticas públicas para disminuir
la criminalidad
Generar mayores programas de trabajo o
estudio para propiciar reducción de penas en
aquellos países que poseen estas medias
Mejora de condiciones partiendo del
hacinamiento: promover políticas de trabajo
extramuros (reducción del tiempo que pasan
en el interior de prisión)
Reconsiderar las políticas de clasificación
(evitar cárceles poco pobladas con plazas
libres)
Mejora concreta de la infraestructura
Atención especial para grupos vulnerables
como personas con capacidades especiales,
adultos mayores, jóvenes adultas, madres
con niños y grupos indígenas.
Ausencia de políticas (consiguiente inversión)
Políticas de transparencia y empoderamiento
de la sociedad civil para que conozca la
realidad penitenciaria en este aspecto y se
involucre en las respuestas de reinserción
social
Introducción de perspectiva de género en
política penitenciaria
Seguridad
Formación, sensibilización y capacitación en
Derechos Humanos a todo el personal,
incluidos los decisores de políticas públicas
Incorporación racional de tecnología que
permita un mejor control de los espacios de
encierro sin el uso de violencia y respetando
condiciones mínimas de intimidad
Habilitación de infraestructura acorde a las
necesidades específicas aumentando
espacios de baja conflictividad y reduciendo a
su mínima expresión los sectores o
establecimientos destinados mujeres
conflictivas (en términos de agresividad y
violencia)
Disminución drástica del uso del reglamento
sancionatorio y avance sobre sistemas de
resolución alternativa de conflictos,
mediación penitenciaria y medidas
alternativas al cumplimiento de sanciones de
aislamiento
Capacitación y mediación en conflictos
Violencia
Mesa de convivencia que nucleen a la mayor
cantidad de representantes (tanto en
términos cuantitativos como cualitativos)
para desarrollar un adecuado canal de
diálogo entre la población y el personal,
conocer demandas y gestionar los conflictos
anticipándose a los posibles focos de
violencia
Buen diseño de infraestructuras que eviten
condiciones de mala distribución de la
población y permitan evitar el surgimiento de
conflictos por falta de espacios disponibles
(evitando también los espacios sin control
penitenciario)
Atender las necesidades especificas de
género
Mejorar la clasificación (agrupamiento) de las
mujeres privadas de libertad permitiendo la
conformación de grupos homogéneos
Dispersión en centros
Formación al personal en resolución
alternativa de conflictos
Creación de políticas de traslados que tenga
especialmente en cuenta las necesidades del
contacto familiar entre las privadas de
libertad y su familia y la posibilidad de ejercer
una adecuada defensa (en tanto que el
centro no se encuentre muy alejado del lugar
donde se halle el tribunal juzgador) o el
seguimiento judicial de la progresividad del
cumplimiento de su pena privativa de libertad
Desarrollar módulos y centros regionales (en
función de la extensión del país y el nivel de
infraestructura y medios de comunicación)
que no sean espacios únicamente de
alojamiento sino que posean todos los
medios para el cumplimiento de derechos. En
ese sentido los módulos cuando se integren
en un establecimiento más grande que aloje
población masculina deberán poder contar
con servicios adecuados e independientes
para que las mujeres puedan desarrollarse en
plenitud sin ser tomadas como un grupo
secundario y excepcional que utilizará los
sectores comunes excepcionalmente y a
expensas del tiempo que lo utilicen los
hombres
Generar estrategias penitencias de equilibrio
entre acercamiento familiar y posibilidades de
tratamiento
Políticas de trato a los procesos propios de
desocialización que se producen al ingreso a
los centros penitenciarios
Aceptación de la situación (psicología)
Endógenas
(propias a la condición de mujer)
Falta de información (condiciones de encierro)
Mantener técnicos que acompañen a las
internas durante el periodo de adaptación,
especialmente al ingreso a prisión y durante
la primera etapa del cumplimiento de pena
para aquellas que resulten condenadas
Acompañamiento psicológico a madres y
niños durante el primer periodo de encierro
evitando la ruptura de ese vínculo
Proporcionar información oral y escrita
(manual o cartilla) al ingreso a los
establecimientos penitenciarios.
Desarrollar informes de transparencia de la
gestión con datos estadísticos pero también
con aspectos que resulten útiles a modo de
información para las internas, el poder
judicial y los familiares
Especial acompañamiento durante el periodo
de adaptación a efectos de que la
información de las internas no proceda del
“boca a boca” de sus compañeras sino de la
administración penitenciaria
Programas de prevención que contemplen
factores de género en materia de autolesión
y suicidio
Instalación de áreas de salud mental con la
debida coordinación de las áreas de salud
mental que desarrollan políticas de
prevención de suicidio en el medio libre
Falta de programas de prevención de suicidios,
autolesiones, depresión y necesidades específicas
relacionadas a la salud y la salud mental de las
mujeres
Creación de centros de tratamiento con
enfoque de género
Brindar la correspondiente asistencia
psicológica y psiquiátrica (no, en este caso,
como parte del tratamiento penitenciario sino
como un aspecto del cumplimiento del
derecho al mejor desarrollo de la salud en el
aspecto de salud mental)
Capacitar personal para detectar
sintomatología
Mantener una buena política de clasificación
y detección de problemas psicológicos
Analizar las posibles condiciones para que
exista un sistema de apoyo entre las propias
mujeres privadas de libertad a modo de
“acompañante terapéutico” o grupo de apoyo
para aquellas internas que se las
diagnostique con alto riesgo de autolesiones
o suicidio
Atender, capacitar al personal para la
detección y a las privadas de libertad para el
conocimiento y atención de buenas prácticas
en materia de reducción de nuevas
enfermedades tales como la anorexia, bulimia
y obesidad
Impulsar políticas públicas de
acompañamiento a los familiares
Mantenimiento de
lazos familiares
Coordinación con instituciones relacionadas
con las familias fuera del sistema
Ausencia de políticas extrapenitenciarias de ayuda al
mantenimiento del sostén económico familiar
Familia fuera
de la prisión
Facilitar la relación con el colegio y otras
instituciones relacionadas con la vida de los
niños y adolescentes vinculados con sus
madres en encierro
Articular con las autoridades responsables
para que se pueda gestionar adecuadamente
todo lo relacionado con los documentos de
identidad y demás documentación esencial
de los niños y adolescentes que posean
madres en prisión
Favorecer la consideración del trabajo en
casa (ama de casa) como trabajo a efectos
penitenciarios. En este aspecto concepto del
trabajo para la mujer en relación con el
requisito de libertad condicional u otro
instituto de soltura anticipada debe ser más
amplia y permitirse al poder judicial una
valoración más amplia
Apertura a la sociedad para que participe en
la resolución de los problemas
Espacios de dialogo de la administración
penitenciaria con los familiares (Se puede
acceder a la información acerca de las
“Mesas de la esperanza” que se instalaron en
El Salvador)
Falta de oportunidades de construcción
mantenimiento de lazos familiares
o
Generar políticas de fomento de las visitas en
coordinación con áreas de la Administración
competentes
Fomentar visitas familiares
privadas/especiales ampliando horarios de
visita o siendo más flexibles en el tiempo en
que dure una visita o la cantidad de veces
que un visitante pueda ingresar a la cárcel
Falta de sostenibilidad entre las
penitenciarias y en la comunidad libre
políticas
Coordinación y firma de convenios
institucionales que hagan más clara la
responsabilidad de quién ingrese a trabaja en
el medio penitenciario (ONG’S, Iglesia, etc.)
pero que a la vez produzca mayor claridad en
cuándo, cómo y con qué atribución podrán
ingresar estas asociaciones a trabajar con las
personas privadas de libertad
Diseño de políticas sociales para trabajar con
la familia fuera de prisión al tiempo que la
administración penitenciaria trabaja con la
interna
Acompañamiento a la progresividad de la
pena (“Casas de medio camino”)
Faltas de políticas de asistencia de preegreso y
postpenitenciaria
Madres en
prisión y
menores en
prisión.
Necesidad de condiciones especiales de trabajo,
educación y salud referidas a la madres
Políticas públicas de seguimiento de las
internas una vez que salen al medio libre
(acompañamiento a la reinserción social y
laboral)
Monitoreo y evaluación de los programas de
reinserción que permitan profundizar y
aumentar los recursos en aquellos que
funciones y rediseñar aquellos que no lo
hacen
Programa de capacitación para el trabajo y la
vida libre
Guarderías confiables y que cumplan con
todas las reglamentaciones que exitan en la
materia en el medio libre
Convenios con instituciones públicas y
privadas competentes para apoyar la relación
madre-hijo y colaborar en salidas al exterior
(a modo de actividades de educación, cultura
y/o esparcimiento) de los niños alojados en
establecimientos penitenciarios
Ausencia de programas específicos para los menores
que acompañan a las madres
Desarrollar programas de estimulación
temprana en coordinación con las
autoridades que implementan estos
programas en el medio libre
Creación de comisión interdisciplinaria de
evaluación de la conveniencia de mantener el
niño en prisión a los efectos de no afectar el
interés superior del niño
Falta de oportunidades de construcción
mantenimiento de lazos familiares
o
Respeto al derecho a la identidad del niño
Programas de visitas familiares para
relacionamiento de los niños con familiares
fuera de prisión desmontando con esto los
efectos prisionizantes durante el desarrollo
del vínculo familiar
Facilitar el contacto con el mundo exterior
potenciando todas las actividades extramuros
Programas de sensibilización para la vida en
armonía entre ambos grupos y el respeto
Falta de relación de las internas no madres con las
entre todas durante el tiempo de privación de
internas que son madres
libertad
Programas de relaciones interpersonales que
permitan la comprensión de las diferentes
realidades de cada una de las mujeres
privadas de libertad
Generar métodos de clasificación que
habiliten el vínculo de internas no conflictivas
con las internas madres
Capacitación a las internas con programas
similares a “Ser madre” de Argentina
Especial control y atención a la dieta
balanceada, y control médico en materia
alimentaria
Ausencia de políticas para embarazadas
Control adecuado y con profesionales idóneos
y específicas que puedan hacer un
seguimiento del embarazo en las mismas
condiciones que en el medio libre
Desarrollo de clases de parto y de los
primeros cuidados del bebé
Propiciar medidas de seguridad especiales
que limiten sensiblemente cualquier uso de
encierro o elementos de seguridad
Necesidad de reforzar en vinculo materno filial por
las especiales condiciones de encierro
Capacitación “cómo ser madre”
Fomento del vinculo materno-filial
Concientización de las madres respecto del
niño y preparación para la salida del niño al
medio libre
Desarrollar enfoques de género de
programas de salud a partir del apoyo de la
autoridades correspondientes del medio libre
con una especial atención a mujeres mayores
y a otros grupos en condiciones de especial
vulnerabilidad
Necesidades
especiales en su
relación con el
entorno
penitenciario.
Suministro de atención especializada en igual
condición que en el medio libre
Ausencia de políticas de género en el diseño de los
programas de salud (especial atención a la salud
sexual y reproductiva)
Salud
(articulación
dentro de un
programa
macro de
salud publica)
Desarrollar convenios interinstitucionales
para asegurar un buen cuidado en la salud
de las mujeres privadas de libertad
Especial atención al diseño y ejecución de
programas de capacitación sobre salud
sexual y procreación responsable
Para el caso de los países que hayan
legislado la permisión del aborto deberá
contemplarse esta situación y failitarle a la
mujer privada de libertad los canales
adecuados para cumplir con su voluntad
Diseños específicos para los nuevos centros y
Falta de estructura suficiente que atienda a las
refacción de los antiguo
necesidades específicas sanitarias y de higiene
propias de su sexo
Asignación de presupuestos sensibles al
género que no impliquen la “invisibilidad”
presupuestaria a este grupo. En ese sentido
sería deseable que exista una partida especial
para el desarrollo de las políticas de género
Programas de tratamiento específicos
(atención al periodo de abstinencia)
Alta cantidad de consumidoras de estupefacientes
Reforzar controles de seguridad para eliminar
el ingreso de sustancias psicoactivas
prohibidas en los establecimientos
Consideración de esta circunstancia en el
momento del agrupamiento
Falta
de
políticas
públicas
integrales
de
cumplimiento de derechos que se relacionen con las
que se aplican en la comunidad libre
Educación,
cultura y
esparcimiento
Inadecuado diseño de programas de cultura,
formación y esparcimiento que alientan la
asignación de roles y patrones estereotipados de
comportamiento
Profundizar el uso de de tratamientos
ambulatorios para la deshabituación
Convenios con instituciones públicas y
privadas competentes
Involucramiento de la sociedad civil
Habilitación de espacios para la educación,
cultura y ocio como Centros Culturales
abiertos a la comunidad
Generar una estrategia del sistema
penitenciario que atienda estas necesidades
Convenios con instituciones públicas y
privadas competentes
Involucramiento de la sociedad civil
Programas de lecto-escritura como primera
habilitación
Capacitación para el trabajo cualificado que
permita a las mujeres adquirir nuevas
herramientas que les facilite acceder a
formas más complejas de empleo con mejor
remuneración y el consiguiente ascenso
social
Programas referidas a la búsqueda de trabajo
(c.v, entrevistas…)
Elevado porcentaje de las
mujeres en prisión
carecen de experiencia laboral significativa y no
poseen recursos personales que faciliten la
autonomía y autosuperación
Valoración del trabajo en casa como trabajo
a efectos de obtención de beneficio
penitenciario
Desarrollar una profunda educación acerca
de los estereotipos en materia de trabajo (a
fin de desmontar las condiciones culturales
que permiten que estos se consoliden y
naturalicen)
General educación sobre sus derechos
laborales como el derecho a defenderse ante
un acoso laboral, a la imposibilidad de que
exista diferencias en la remuneración por el
solo hecho de ser mujer, etc.
Trabajo
Falta
de
políticas
públicas
integrales
de
cumplimiento de derechos que se relacionen con las
Convenios con instituciones públicas y
privadas competentes
que se aplican en la comunidad libre
Involucramiento de la sociedad civil
Involucramiento de la empresa privada para
mejorar la calidad y cantidad de puestos de
trabajo y generar el embrión de futuros
puestos de trabajo en el medio libre
Coordinación con las entidades laborales que
pueden identificar los sectores carentes de
mano de obra
Inadecuado diseño de programas de trabajo que
Fomento de legislación o protocolización del
alientan la asignación de roles y patrones
trabajo en el interior de centros con enfoque
estereotipados de comportamiento.
de género
Desarrollo de talleres productivos que no
contengan estereotipos sexistas
Implementación de Comités de convivencia
amplios y plurales con adecuada
representación
Falta de conocimiento de la administración acerca
de las necesidades y demandas de las internas.
Relación con
otras internas
y el personal
penitenciario Falta de mecanismos alternativos de solución de
conflictos
Elección de delegadas de las interna con
sistemas de rotación (con control de la
administración a fin de evitar los “falsos
representantes” que se imponen por medio
de presión y poder)
Políticas de implementación de sistemas de
mediación y resolución alternativas de
conflicto
Generar estrategias piloto de mediación entre
internas y con el personal
Sensibilización al personal penitenciario para
Acentuación de los estereotipos dentro del espacio
transformar al personal en agentes de
de encierro (distribución de roles de dominantes y
cambio y no en actores limitantes del cambio
dominados)
cultural
Acompañamiento a la progresividad de la
pena (“Casas de medio camino”)
Preparación
para la
libertad
2. Ejes
Transversales
Faltan programas de Pre-egreso
Dificultades
Dificultad de generar políticas de relación con el
medio libre
Protección de la
población más
vulnerable
Dificultades de comunicación
Extranjeras
(referencia a
aquellas no
residentes)
Desarrollo de programas con control de
resultados que permitan aumentar las
actividades en esta materia
Acciones
Permitir y fomentar u sistema que permita a
este grupo que mantengan y desarrollen su
cultura tanto en términos de vida cotidiana
como de alimentación, prácticas de salud,
vestimenta, etc.
Desarrollo de información de normas y
legislación en los idiomas de las personas
privadas de libertad en colaboración con las
diferentes embajadas o representaciones
diplomáticas
Implementación de programas de
capacitación en idioma español o portugués a
las internas extranjeras
Programas de formación en inglés y otras
lenguas relevantes al personal penitenciario,
especialmente al personal médico
Acentuación de los estereotipos dentro del espacio
de encierro
Jóvenes
Adultas
Inadecuado diseño de programas de cultura,
formación, trabajo y esparcimiento que alientan la
asignación de roles y patrones estereotipados de
comportamiento
Generar políticas adecuadas que impidan la
sectorización a modo de guetos de los
distintos grupos
Fomentar y apoyar el involucramiento activo
de los consulados
Establecer grupos específicos de diálogo y
formación tendentes a erradicar los modelos
de imitación de las conductas agresivas o
violentas de las internas que ejercen roles
preponderantes en la prisión
Tránsito de la violencia al diálogo a través de
especialistas en el manejo de la violencia y
profundizando los canales de mediación,
resolución alternativa de conflictos y la
verbalización de las demandas
Desarrollar con las autoridades competentes
(Secretarías de la Mujer u organismos
similares) capacitaciones específicas al
personal penitenciario
Protección
de Derechos
Humanos
Personal no capacitado ni sensibilizado en las
cuestiones de género
Implementación de una formación inicial y
continua a modo de asignatura curricular
obligatoria en materia de sensibilidad de
género para todo el personal ingresante al
sistema penitenciario sin tener en cuenta si
ocupará o no puesto de trabajo en
establecimientos penitenciarios o setores de
mujeres
Falta de políticas de género en el diseño de los
programas de salud.
Enfoque contra la
violencia de
género
Capacitación y Sensibilización del equipo
médico penitenciario
Reglamentos penitenciarios generalmente diseñados Adecuación de reglamentos que reduzcan el
para varones que no contemplan la perspectiva de trato duro y amplíen los niveles de diálogo y
género
las posibilidades de solturas anticipadas
Falta de perspectiva sobre lo que es la violencia de
Sensibilización y capacitación
genero
(Modelo Mesa)
Oficinas de violencia genero como las
implementadas en Argentina
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