MILES DE HOLANDESES INVANDEN LA CIUDAD El Feyernoord llegó acompañado de miles de afionados que dejaron mucho dinero en los comercios coruñeses. Una vez más, el Depor cumplió con su papel de motor económico La visita del Feyenoord a la ciudad dejó en las arcas de muchos comercios importante ingresos. La invasión holandesa duró varios días y volvió a quedar claro que el Depor es uno de los motores económicos más importantes de A Coruña, a pesar de que casi ningún político se de por enterado. Además, la noche del partido hubo fútbol, goles y, por supuesto, fiesta para la afición deportivista. Cerca de 20.000 seguidores blanquiazules se acercaron a Riazor, a pesar del frío, para apoyar al equipo en la Copa de la UEFA y fueron premiados con una gran producción futbolística del equipo. Miguel Ángel Lotina había pedido pasión a jugadores y seguidores en la jornada previa al choque y ambos grupos le respondieron. La pancarta que mostraron los Riazor Blues antes del inicio del choque, ya animaba a la fiesta. ‘Non vimos de turismo, gañémola’, señalaba el tifo. Y es que, además, la velada tuvo muchos momentos emocionantes. Uno de ellos se vivió con los cánticos que Riazor le regaló a Makaay en los cinco minutos finales del encuentro. El conocido ‘Roy Makaay, te quiero’ se escuchó en todo el estadio. Sin duda, el holandés tuvo su merecido reconocimiento y, antes de abandonar Riazor, agradeció a la afición los cánticos y se intercambió camisetas con Valerón y Sergio. ROY MAKAAY “LO MEJOR FUERON LOS ÚLTIMOS CINCO MINUTOS. ESTOY MUY AGRADECIDO” Roy Makaay no tuvo problemas en reconocer la superioridad del Deportivo, que superó a su equipo por 3-0. “Intentamos aguantar, pero ayudamos al Depor con un fallo. Después salimos con buenas intenciones en la segunda parte,pero llegó el gol en propia puerta y con el tercero se acabó. Yo mejor que nadie sé lo difícil que es ganar en Riazor, tengo que reconocer que el Depor fue mejor y nos vamos con la cabeza alta”, afirmó el holandés,que tuvo una buena ocasión para marcar, pero se quedó con la miel en los labios. “Esperé la pelota y Aranzubia ya se tiró... el campo no es tan bueno como cuando yo jugaba aquí... y no pude mandarle un ‘globito’”, bromeó. El ex deportivista disfrutó en los minutos finales de un merecido homenaje. “Lo mejor del partido fueron los últimos cinco minutos. Todo estaba resuelto y el árbitro dio dos minutos más para que pudiesen seguir cantando un poquito... Sobre el césped sólo estábamos dos de los que fuimos campeones de Liga: Manuel Pablo y yo, y supone el reconocimiento a lo que hice aquí durante cuatro años. Estoy muy agradecido. Sólo lamento que los nuestros no se comportasen como debían”, declaró antes de atravesar el túnel de regreso a su actual mundo. PÁGINA 26