Problemas que componen la filosofía

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Las ramas y los problemas que componen a la filosofÃ-a han variado mucho a través de los siglos. Por
ejemplo, en sus orÃ-genes, la filosofÃ-a abarcaba el estudio de los cielos que hoy llamamos astronomÃ-a,
asÃ- como los problemas que ahora pertenecen a la fÃ-sica.[1] Teniendo esto en cuenta, a continuación se
presentan algunos de los problemas más importantes que todavÃ-a caen bajo el dominio de la filosofÃ-a,
agrupados bajo las ramas que los estudian.
MetafÃ-sica
ArtÃ-culo principal: MetafÃ-sica
La metafÃ-sica se ocupa de problemas relacionados con el ser, la existencia y el mundo.
El problema ontológico
Este problema fue presentado muy elocuentemente por Quine en su artÃ-culo Sobre lo que hay:
Un rasgo curioso del problema ontológico es su simplicidad. Puede formularse en dos monosÃ-labos
castellanos: "¿Qué hay?" Puede además responderse en una sola palabra: "Todo", y todos aceptarán
esta respuesta como verdadera. Sin embargo, esto es sólo decir que hay lo que hay. Queda lugar para
discrepancias en casos particulares; y asÃ- la cuestión ha persistido a través de los siglos.
El problema ontológico pregunta por lo que hay en el mundo con independencia de nosotros. Al principio
puede parecer que dar una respuesta a esta pregunta es fácil: por ejemplo, nos parece que en el mundo
existen cosas como mesas, sillas, cucharas, etc. Sin embargo, esta creencia del sentido común puede ser
puesta en duda muy fácilmente y de muchas maneras. Tomemos por caso nuestra creencia en la existencia
de las cucharas. Si se admite que las cucharas no son más que pedazos de madera y/o metal arreglados de
cierta manera, entonces cabe preguntar si lo que hay en el mundo son cucharas, o pedazos de madera y metal.
Porque recordemos que aquÃ- no tiene ninguna importancia el que estos pedazos tengan una función. Las
funciones sólo existen para nosotros, los humanos, y la pregunta aquÃ- es por lo que existe
independientemente de nosotros. De manera semejante, puede preguntarse si lo que hay en el mundo son
pedazos de madera y metal, o átomos, o electrones, protones y neutrones. Resulta obvio que este mismo
argumento puede adaptarse para cuestionar una enorme cantidad de entidades del sentido común. Existen
además otros argumentos que pueden poner en duda entidades menos vulgares, como los números, las
figuras geométricas, los conjuntos, los universales, etc.[2]
El problema de los universales
ArtÃ-culo principal: Problema de los universales
Los universales son propiedades, cualidades o caracterÃ-sticas generales tales como "ser humano" o "ser
rojo". El problema de los universales es acerca de si los universales existen con independencia de los entes
particulares de los cuales se predican, o si son sólo maneras convenientes de hablar acerca de las similitudes
entre dichos entes. Dependiendo de la respuesta habrá que responder a otras preguntas, como si los
universales existen en los individuos, en nuestras mentes o en algún plano metafÃ-sico diferente.
GnoseologÃ-a
ArtÃ-culo principal: GnoseologÃ-a
La gnoseologÃ-a estudia el orÃ-gen, la naturaleza y los lÃ-mites del conocimiento en general. Cuando se
1
trata del conocimiento cientÃ-fico, la filosofÃ-a en español reserva un término especial, epistemologÃ-a,
que en inglés se usa indistintamente con gnoseologÃ-a. El estudio del conocimiento cientÃ-fico también
es abordado por la filosofÃ-a de la ciencia, y además muchas ciencias particulares tienen su propia
filosofÃ-a. Por ejemplo, la filosofÃ-a de la historia, la filosofÃ-a de la matemática, la filosofÃ-a de la
fÃ-sica, etcétera.
En la gnoseologÃ-a se suele distinguir entre dos tipos de conocimiento: por un lado el conocimiento
proposicional, asociado a la expresión "saber que", y por el otro el conocimiento práctico, ligado a la
expresión "saber como". AsÃ- decimos que, en la matemática, se sabe que 2 + 2 = 4, mientras que
también existe un saber como sumar dos números. La mayorÃ-a del trabajo en gnoseologÃ-a se centra en
el primer tipo de conocimiento, aunque ha habido esfuerzos por cambiar esto.[cita requerida]
El problema de Gettier
ArtÃ-culo principal: Problema de Gettier
Desde la antigüedad, el conocimiento ha sido definido como "creencia verdadera y justificada".[3] Sin
embargo, en un breve artÃ-culo de 1963,[4] Edmund Gettier puso en jaque esta definición, mostrando que es
posible generar contraejemplos a la misma, es decir, situaciones en las que se cumplen las tres condicones,
pero en las que nunca dirÃ-amos que existe conocimiento. Para ilustrar un poco el asunto,[5] digamos que
Newton tiene frente a sÃ- lo que parece ser una manzana y emite la proposición: "en frente mÃ-o hay una
manzana". Newton cree en lo que dice, y su creencia está justificada por su percepción. Luego, para que
Newton sepa que enfrente suyo hay una manzana, sólo falta que de hecho haya una manzana enfrente suyo
(es decir, que la proposición sea verdadera). Pero resulta que la manzana que Newton percibe no es una
manzana real: está hecha de cera. En consecuencia, según la definición clásica, Newton no posee
conocimiento. Ahora bien, imaginemos también que adentro de la manzana de cera hay una manzana real,
más pequeña. En este caso, enfrente de Newton sÃ- hay una manzana, y por lo tanto Newton cumple con
las tres condiciones de la definición clásica: Newton cree que enfrente suyo hay una manzana, Newton
está justificado en su creencia, y su creencia es verdadera. Pese a ello, es muy difÃ-cil admitir que Newton
sabe lo que hay enfrente suyo. Nos parece más bien que simplemente tuvo suerte (lo que se llama suerte
epistémica). Este tipo de contraejemplos hoy se conocen como casos Gettier, y el esfuerzo por superarlos es
el motor de gran parte de la gnoseologÃ-a contemporánea.
El trilema de Münchhausen
Un trilema es un problema que admite sólo tres soluciones, todas las cuales parecen inaceptables. El trilema
de Münchhausen, también llamado trilema de Agripa, es un ataque a la posibilidad de lograr una
justificación última para cualquier proposición, incluso en las ciencias formales como la matemática y la
lógica. El argumento corre asÃ-: cualquiera sea la manera en que justifiquemos una proposición, si lo que
se quiere es certeza absoluta, siempre será necesario justificar los medios de la justificación, y luego los
medios de esta nueva justificación, etc. Esta simple observación nos condena sin remedio a una de las
siguientes tres alternativas (los tres cuernos del trilema):
• Una regresión infinita: A se justifica por B, B se justifica por C, C se justifica por D, etc.
• Un cÃ-rculo lógico: A se justifica por B, B se justifica por C, y C se justifica por A.
• Un corte arbitrario en el razonamiento: A se justifica por B, B se justifica por C, y C no se justifica. Esta
última proposición puede presentarse como autoevidente, de sentido común o como un principio
fundamental, pero aún asÃ- representarÃ-a una suspensión arbitraria del principio de razón suficiente.
El problema de la inducción
Existen dos casos clásicos de razonamiento inductivo: el primero son las generalizaciones universales a
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partir de un número finito de observaciones particulares. Por ejemplo, cuando concluÃ-mos que todas las
esmeraldas son verdes porque todas las esmeraldas que hemos visto hasta ahora han sido verdes. El segundo
son las proyecciones hacia el futuro a partir de lo que se ha observado en el pasado. Por ejemplo, que el sol va
a salir mañana, dado que siempre ha salido hasta ahora. Ambos modos de razonamiento son muy frecuentes
en la ciencia y en la vida cotidiana. El problema consiste en que ninguno de los dos es deductivamente
válido. Quiere decir que la verdad de las premisas no garantiza la verdad de la conclusión. En teorÃ-a,
podrÃ-a ser que la próxima esmeralda que encontremos sea roja y no verde. Sin embargo, tendemos a creer
que el hecho de que tantas esmeraldas hayan sido verdes, es una buena razón para creer que todas las
esmeraldas son verdes. El problema de la inducción consiste en establecer si los razonamientos como este
están justificados, y en qué medida.
Lógica
ArtÃ-culo principal: Lógica
La lógica es el estudio de los principios de la demostración e inferencia válida. Para ser un poco más
concretos, algunos tópicos que caen bajo el dominio de la lógica son: la estructura (o forma) de los
argumentos y las proposiciones, tanto en los sistemas formales de inferencia como en el lenguaje natural, las
falacias, las paradojas, los razonamientos probabilÃ-sticos y los argumentos que involucran a la causalidad.
La paradoja del mentiroso
ArtÃ-culo principal: Paradoja del mentiroso
La paradoja del mentiroso es en realidad un conjunto de paradojas relacionadas. El ejemplo más conocido y
clásico de la misma surge al considerar la oración: "Esta oración es falsa". Dado el principio del tercero
excluido, dicha oración debe ser verdadera o falsa. Si suponemos que es verdadera, entonces todo lo que la
oración afirma es el caso. Pero la oración afirma que ella misma es falsa, y eso contradice nuestra
suposición original de que es verdadera. Supongamos, pues, que la oración es falsa. Luego, lo que afirma
debe ser falso. Pero esto significa que es falso que ella misma sea falsa, lo cual vuelve a contradecir nuestra
suposición anterior. De este modo, no es posible asignar un valor de verdad a la oración sin contradecirse.
A través de los siglos, el interés por resolver esta paradoja y sus variantes ha impulsado una enorme
cantidad de trabajo en semántica, lógica y filosofÃ-a en general.[cita requerida]
Las paradojas de la implicación material
ArtÃ-culo principal: Paradojas de la implicación material
Las paradojas de la implicación material son un conjunto de fórmulas de la lógica proposicional,
reconocidas como verdades lógicas, pero que golpean al sentido común como cuestionables, o incluso
absurdas. Algunas de estas son:
•
•
•
•
O para ponerlo en términos más concretos, la lógica proposicional afirma que las siguientes oraciones
son verdaderas:
• Si la Luna está hecha de queso, entonces 2 + 2 = 4.
3
• Si 2 + 2 = 5, entonces la Luna está hecha de queso.
• Si la Luna está hecha de queso, entonces la Tierra es plana o no es plana.
Como la verdad de estas oraciones resulta tan antiintuitiva, es natural pensar que la lógica de predicados
comete algún error al considerarlas verdades lógicas. En general se piensa que dicho error reside en la
interpretación veritativo−funcional del condicional "si..., entonces...", y por lo tanto se han propuesto varias
alternativas, entre ellas el condicional estricto, y los esfuerzos de la lógica relevante.
FilosofÃ-a del lenguaje [editar]
ArtÃ-culo principal: FilosofÃ-a del lenguaje
La filosofÃ-a del lenguaje estudia la naturaleza, el orÃ-gen y los usos del lenguaje.
Algunos problemas propios de la filosofÃ-a del lenguaje son: la naturaleza del significado, el uso del
lenguaje, y la relación entre el lenguaje y la realidad.
FilosofÃ-a de la mente
ArtÃ-culo principal: FilosofÃ-a de la mente
La filosofÃ-a de la mente es el estudio de la mente, los actos mentales, la conciencia y la relación entre la
mente y el cuerpo.
El problema mente−cuerpo
Desde el trabajo de René Descartes[6] (aunque hubo antecedentes[cita requerida]), muchos filósofos
han advertido que los fenómenos mentales parecen ser ontológicamente distintos de los corporales, y que
por lo tanto su interacción necesita ser explicada. Pues está claro que cuando pensamos en algo, nuestro
cuerpo puede actuar en consecuencia, e inversamente cuando interactuamos con algo, nuestra mente puede
reaccionar a ello. Sin embargo, si lo mental y lo corporal son en verdad ontológicamente distintos, no se
explica cómo es posible esta interacción. En el esfuerzo por encontrar una explicación, han surgido dos
posturas principales: una es el dualismo, que sostiene que los fenómenos mentales son de hecho
ontológicamente distintos de los corporales, y que la explicación de su interacción debe realizarse
teniendo esto en cuenta. La otra es el monismo, que sostiene que no hay ninguna diferencia real entre lo
mental y lo corporal, sino sólo aparente. Dentro del monismo existen dos variedades: el fisicalismo y el
idealismo. La primera sostiene que todo lo que hay es fÃ-sico, la segunda que todo lo que hay es mental. En la
actualidad, el fisicalismo es por lejos la forma de monismo más común.
Ética
ArtÃ-culo principal: Ética
La ética abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir. Dentro de la ética es
frecuente distinguir tres niveles: el primero, la metaética, estudia el significado de los juicios éticos y/o
normativos, y las razones que los vuelven verdaderos o falsos. El segundo, la ética normativa, estudia los
principios que vuelven a las acciones buenas o malas, correctas o incorrectas. El tercero, la ética aplicada,
estudia las aplicaciones concretas de las teorÃ-as éticas.
El problema del libre albedrÃ-o
ArtÃ-culo principal: Libre albedrÃ-o
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El problema del libre albedrÃ-o refiere a una contradicción (real o aparente) entre dos de nuestras creencias
más básicas: por un lado, la creencia del sentido común de que cuando actuamos, pudimos haber actuado
de otra manera. Por ejemplo, cuando alzamos el brazo, pudimos no haberlo alzado. Por el otro lado, la
creencia fundamental de la ciencia de que todos los eventos, incluyendo las acciones humanas, están
determinados por la irrompible cadena de causas y efectos, y por lo tanto no pudieron haber sucedido de otra
manera.
De este modo, parece haber una contradicción entre ambas creencias. El problema con aceptar que nuestras
acciones estén causalmente determinadas, es que el libre albedrÃ-o parece ser una condición necesaria
para asignar responsabilidad moral a un agente. Nadie culparÃ-a a una persona por hacer algo que no pudo
elegir.
El problema del ser y el deber ser
Véase también: Falacia naturalista
Este problema (también conocido como La guillotina de Hume) fue presentado por primera vez por David
Hume en un breve párrafo de su Tratado sobre la naturaleza humana:
En todo sistema de moralidad que hasta ahora he encontrado, siempre he notado que el autor procede por
algún tiempo en los modos ordinarios de razonamiento, y establece la existencia de Dios, o hace
observaciones concernientes a los asuntos humanos, cuando de pronto me veo sorprendido de encontrar, que
en vez de los enlaces usuales de las proposiciones, es y no es, encuentro que no hay ninguna proposición que
no esté enlazada con un debe, o un no debe. Este cambio es imperceptible; pero es, sin embargo, de grandes
consencuencias. Pues como este debe, o no debe, expresa una nueva relación o afirmación, es necesario que
sea observada y explicada; y que al mismo tiempo se de una razón, para lo que parece totalmente
inconcebible: cómo esta nueva relación puede ser una deducción de otras, que son completamente
diferentes de ella.
En otras palabras, lo que Hume observa es que muchos moralistas empiezan afirmando hechos (como "todos
los tiranos son injustos") y terminan afirmando deberes (como "todos los tiranos deben ser justos"), sin
justificar el paso de los primeros a los segundos. Al principio, dicha justificación puede lograrse si se agrega
una premisa que afirme un deber al argumento. Por ejemplo, partiendo del deber de que "todos los hombres
deben ser justos", y sabiendo que "todos los tiranos son hombres", se puede concluir que "todos los tiranos
deben ser justos". Sin embargo, el verdadero problema asoma cuando advertimos que para justificar el deber
de la premisa, se necesita un deber previo, y para justificar éste se necesita otro anterior, etc. De modo que,
para evitar la regresión al infinito, nos vemos obligados a concluir que es imposible justificar los deberes de
manera absoluta.
Estética
ArtÃ-culo principal: Estética
La Estética es la rama de la FilosofÃ-a que tiene por objeto el estudio de la esencia y la percepción de la
belleza. Formalmente se la ha definido también como "ciencia que trata de la belleza de la teorÃ-a
fundamental y filosófica del arte".
La palabra deriva de las voces griegas αισθητική (aisthetikê) «sensación, percepción», de
αἴσθησις (aisthesis) «sensación, sensibilidad», e ικά (ica) «relativo a».
La Estética estudia las razones y las emociones estéticas, asÃ- como las diferentes formas del arte. La
Estética, asÃ- definida, es el dominio de la filosofÃ-a que estudia el arte y sus cualidades, tales como la
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belleza, lo eminente, lo feo o la disonancia.
Desde que en 1752 Baumgarten usó la palabra "estética", se la designó como: "ciencia de lo bello, misma
a la que se agrega un estudio de la esencia del arte, de las relaciones de ésta con la belleza y los demás
valores". Algunos autores han pretendido sustituirla por otra denominación: calologÃ-a, que atendiendo a su
etimologÃ-a significa ciencia de lo bello (kalos, «bello»).
FilosofÃ-a polÃ-tica
ArtÃ-culo principal: FilosofÃ-a polÃ-tica
La filosofÃ-a polÃ-tica estudia cuestiones fundamentales acerca del gobierno, la polÃ-tica, la libertad, la
justicia, la propiedad, los derechos y la aplicación de un código legal por la autoridad: qué son, por
qué (o incluso si) son necesarios, qué hace a un gobierno legÃ-timo, qué derechos y libertades debe
proteger y por qué, qué forma debe adoptar y por qué, qué obligaciones tienen los ciudadanos para
con un gobierno legÃ-timo (si acaso alguna), y cuándo pueden derrocarlo legÃ-timamente (si alguna vez).
Historia de la filosofÃ-a occidental
ArtÃ-culo principal: Historia de la filosofÃ-a occidental
La tradición filosófica occidental tiene una historia de más de 2500 años, desde la antigua Grecia hasta
nuestros dÃ-as. A lo largo de ese tiempo, hubo una enorme cantidad de filósofos y movimientos
filosóficos, demasiado numerosos para ser mencionados aquÃ-. Lo que sigue es una mera caracterización
de los distintos perÃ-odos de la historia de la filosofÃ-a occidental, incluyendo una mención a las principales
figuras y corrientes de cada época.
FilosofÃ-a antigua
ArtÃ-culos principales: FilosofÃ-a griega y FilosofÃ-a helenÃ-stica
La filosofÃ-a antigua es la filosofÃ-a que se desarrolló en el mundo grecorromano desde el siglo VI AEC
hasta la decadencia del Imperio Romano, en el siglo IV EC. En general se la divide en cuatro perÃ-odos: el de
la filosofÃ-a presocrática, el de Platón, el de Aristóteles, y el perÃ-odo post−aristotélico o
helenÃ-stico. A veces se agrega un quinto perÃ-odo que comprende a los filósofos cristianos y
neoplatonistas. Los dos autores más importantes de la filosofÃ-a antigua, en términos de su influencia
posterior, fueron Platón y Aristóteles.
La cultura griega, al igual que todas las culturas de su entorno, contaba con una gran cantidad de narraciones
mÃ-ticas para explicar el por qué de los fenómenos naturales y de las instituciones humanas. Una de las
preocupaciones de los filósofos griegos fue la de encontrar una alternativa a estas explicaciones mÃ-ticas, a
saber, una explicación racional, económica y unificada. Otras cuestiones muy debatidas fueron: la retórica
y la buena argumentación; la virtud; la justicia y su relación con los diferentes sistemas polÃ-ticos; el
problema gnoseológico de reconciliar el cambio constante del universo con la posibilidad del conocimiento
inmutable; y la naturaleza de las entidades no sensibles como los números, los universales, los dioses y los
elementos últimos de la naturaleza.
Con su crÃ-tica a las creencias heredadas y el apoyo en la razón y la argumentación, este perÃ-odo
estableció el carácter de toda la filosofÃ-a posterior.
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