Nuestra historia Antes de iniciar el relato de la formación y desarrollo de nuestra iglesia, debemos precisar que algunos de sus fundadores fuimos miembros de la Iglesia Dominicana en Gazcue, plataforma que nos permitió identificar una visión más clara y objetiva del trabajo que era necesario realizar en la obra del Señor. Así que el Señor puso en el corazón de esos hermanos reunirnos en el hogar de la hermana Nuris Tejada de Lantigua ubicado en la Zona Universitaria de la ciudad de Santo Domingo. Nuris nos abrió sus puertas con el amor y la dulzura que le caracterizan. En ese lugar comenzamos los cultos a partir del mes de septiembre de 1997, donde nos congregábamos los lunes para el culto de estudio bíblico, y los domingos en la tarde para el culto evangélico. También nos reuníamos los jueves en el hogar para celebrar nuestros cultos de oración y estudio bíblico. Los días sábados, los hermanos José Cueto y Cipriano Agustín llevaban a cabo en casa de las hermanas Zoila Valdez estudios bíblicos, los cuales contaban con la asistencia de algunos vecinos y otros hermanos. Otro lugar en que nos reunimos fue el hogar de nuestra hermana Amparo Peguero, quien con la responsabilidad y vocación de servicio mantenía las puertas abiertas de su casa. Es importante destacar que en cada sector donde nos reuníamos, efectuamos campañas de evangelismo personal, siendo de esta manera que alcanzamos para Cristo a las hermanas Andrea Vda. Espinal y Aida Marchena durante las jornadas desarrolladas en el área de la Ciudad Universitaria. Los primeros cultos eran asistidos por un promedio de 12 a 18 personas, por lo que no había necesidad de que alguien se quedara en pie. La predicación y los estudios bíblicos eran desarrollados por los hermanos José Cueto y Cipriano Agustín, así como por el hermano César Cáceres Castillo, quien nos ha mantenido su apoyo y colaboración desde los inicios. El acompañamiento musical de los cultos era realizado por el hermano José Cueto en una pianola electrónica propiedad de Carmi Cueto, y por falta de energía eléctrica tuvimos muchas veces que cantar ‘a capela’. Después de haber orado durante algún tiempo para que el Señor proveyera de un local, obtuvimos la información, a través de la hermana Samanta Martínez, de la existencia de un local en el condominio Santurce, el cual ocupamos por un buen tiempo. A principio de junio de 1998 nos mudamos a otro local ubicado en la calle Santiago, en el sector de Gazcue, donde nos quedamos por más de 13 años. Lo primero que hicimos fue seleccionar el nombre para la iglesia, el cual fue elegido por un listado elaborado por el hermano César Cáceres. Luego establecimos los horarios de cultos y actividad al a que se unieron prontamente otros hermanos. A través de este trabajo visitamos el hogar de la hermana Rosa Pérez y su hija Elizabeth, a quienes invitamos a visitarnos, en vista de que eran creyentes en Cristo, que por el momento no estaban visitando ninguna congregación. La hermana Rosa ha sido de gran bendición para esta iglesia, ya que es una creyente fiel, entusiasta y de mucha iniciativa en la obra del Señor. Ella ideó la formación de una sociedad de damas en la congregación, cuya directiva fue integrada por las hermanas: Amparo Peguero (Presidente), Ana B. Cáceres (Tesorera), Samanta Ramírez (Secretaria), Nuris Tejada (Encargada de Actividades Sociales), y Rosa Pérez (Asesora). Esas hermanas han elaborado un programa de trabajo que incluye: un culto mensual en el hogar de cada una de ellas, y visita a los hospitales, cárceles, instituciones sociales y evangelismo personal en el área de la congregación. Dentro de estos contactos y visitas, nos encontramos con la hermana Raysa Tavera quien decidió reconciliarse con el Señor Jesucristo, integrándose de inmediato a las actividades de la iglesia de forma muy entusiasta. Otra hermana digna de ser mencionada por su vocación de servicio y desprendimiento, es Amparo Peguero quien además de proveer para la iglesia muchos de los efectos mobiliarios que tenemos, también fue la responsable de todas diligencias que se han realizado en término de la logística. Como parte de las bendiciones del Señor, en el año 2005 adquirimos un piano marca Yamaha, para el cual obtuvimos la colaboración del hermano Jesús Payano, quien además de la ayuda económica prestada, realizó las diligencias de la compra en Estados Unidos. El sábado 23 de octubre realizamos el primer bautismo de la congregación. El mismo fue presidido por el hermano José Cueto, y fueron bautizadas las hermanas Samanta Martínez, Andre Guerreo, Andrea Evangelista y Elizabeth Rodríguez. En la actualidad nos encontramos en una fase de crecimiento y desarrollo, pues los hermanos están recibiendo discipulado bíblico, y otros se están preparando para discipular a otros. NADA NI NADIE PODRA DETERNER LA OBRA DE DIOS. “Hechos 5:38,39”