Cómo sobrevivir a una mala racha personal “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. Esta frase refleja la secuencia de un orden natural en el que todo se articula en referencia al proceso evolutivo. Es decir que las circunstancias son un molde para la transformación adecuada del ser que las experimenta. Frente a una crisis o “mala racha”, ya sea en lo material o en lo afectivo, lo principal es mantener la convicción de que toda tormenta pasa y que, luego de esta, estaremos más fortalecidos para afrontar avatares próximos. Lo principal es lo que nunca hay que hacer: -Victimizarse, sentir que ciertos factores impiden emerger -Poner la culpa en otros o en un afuera -Evadir la responsabilidad propia en lo acontecido -Quejarse por la situación -Lamentar lo perdido en lugar de ir pos de la conquista -Paralizarse por el miedo -Sentir frustración -Pretender que el cambio sea inmediato El primer paso para revertir la “mala racha” es despegar la mente de la idea de un fracaso, entender que cada crisis es una oportunidad de crecimiento y superación personal. Además, analizar los acontecimientos evaluando las posibles soluciones considerando todos los recursos con los que se cuenta en el momento para alcanzar las metas que conducen al cambio. Una técnica muy efectiva es la práctica de la meditación con Visualizaciones: verse actuando frente a las nuevas circunstancias. Cabe destacar, que visualizar no es lo mismo que imaginar. Esta última se basa en la fantasía, sabemos que aquello que representa nuestra mente no es auténtico. La visualización, en cambio, parte de hechos de la realidad y a nivel de las sensaciones tiene el mismo efecto de un recuerdo (jamás dudamos de la autenticidad de esa vivencia). No debemos olvidar que siempre hay gente que nos quiere y nos puede ayudar, aunque sea con sugerencias y consejos. El compartir puntos de vista conduce a la multiplicidad de opciones. Sin embargo, hay que tener la cautela de no escuchar a personas negativas que podrían dar opiniones nocivas para nuestro estado emocional. En el contexto de una crisis, es habitual que ante noticias de logros ajenos uno se sienta frustrado, impotente o amenazado por la realidad propia que no se manifiesta de la manera deseada. La envidia o el resentimiento nunca son saludables, hay que liberarse del egoísmo y sentir el éxito ajeno como un aliciente, ya que para uno mismo también se producirá la situación favorable. El disfrutar de los logros ajenos nos pone en sintonía con la frecuencia de la abundancia y del bienestar. De esta manera, nos sintonizamos con la idea de que si algo hoy parece inalcanzable, en el fututo inmediato no lo será. La voluntad acompañada de una actitud positiva son las herramientas más poderosas que tenemos para impulsar nuestro deseo con la práctica consciente. En Síntesis: Aprendemos mediante dualidades, o polos opuestos, que forman parte del mismo universo: la adversidad nos lleva a valorar la calma, sin oscuridad no disfrutamos de la luz, mediante el llanto anhelamos la alegría, etc. Entones, cada acontecimiento está signado para marcar los surcos que debemos seguir en pos de la evolución de nuestra vida. Un truco interesante es resonar con la superación de crisis anteriores, recordar que ya se han pasado momentos difíciles y por terribles que hayan sido “se sigue en pie, la tormenta no derribó al árbol”.