La sobrepoblación y sus problemas por Roger VEKEMANS, S. J. -kJ (. í'inru ck> Investigación y Acción Social (CÍA?) ,li-l Centro Belaimiao — ^.nüiiei: de L'büe. >c extraña si mi enfermo, para curar sus dolencias, entra en el consultorio de! médico \ no en 1.1 oficina del arquilecto. Al tomar e..sin determinación el entermo reconoce implícitamente 1H complejidad de su naturaleza humana y acepta que diversos profesionales tomen cuidado ilr su condición tít* hombre, <t• vidióntiost; el trabajo. LH realidad del hombre y del mundo que lo rodea es tmi compleja que es imposible pretender captarla de un solo \isi¿i/.n o encerrarla en los estrechos límites de IÍI ni ira inspección. De la necesidad de comprender ¿i 1 universo han nucido la» distintas ciencias. Un mismo problema puede ser encarado por distintas disciplinas y on este respecto liay que cuidarse de confundir los métodos empleados por las distintas ciencias. El asunto so complica un poco cuando el problema cu euestiún tiene resonancias morales y prácticas, tomo sucede con la SOBREPÓBLACION. objeto de este artículo. La Spb repoblación da lema de diacusíóu a los eco no mis I as, <i los médicos, sociólogos y moralistas, para nombrar sólo a unos pocos. Enfocaremos este proLjlema bajo el punto de vista sociológico y moral mirando C.SÜI realidad tmjo aspectos distintos. La sociología como ciencia empírica emite solamente juicios de hecho: "la realidad es ¿isí y no <lt> otra manera"; no se pronuncia sobre si esa realidad constatada i-s buena o mala, úiil o inútil, agraI *tj* pdffians reproducen sustaacittliaente ln oftiifrrí'ncía que c-l r. Roger Vekemana dio el 1? de Octubre, ii6ft. • iiiruD.il- la VI Juriiiidn <l.I Mjlriiiiiunr., el .MKC. LMI íainiiipu de Chile!. .TÜUIIIIUIIII por (hilile o desagradable. Por -n parte, La Moral emite juicios de I M valor: "esto está hien o mnl" y da normas: "Esto debe ser o no ilchr ser . Ks imprescindible, por lo tanto, no confundir lo que dice el sociólogo con lo que puede decir el moralista. Los "hechos" que constata t'l sociólogo aceren lie la sobrepoblación no pueden lomarse como "norinas"' de conducta. Ks importante además recordar que el sociólogo habla de grupos, de conjuntos humanos —el país, el continente, el inundo—, pero no entra, como tal. u solucionar casos particulares. Si el sociólogo afirma, por- ejemplo, que existe el fenómeno de sobrepoblación en el inundo, no se deduce de esio que cada familia se halle necesariamente superpoblada. El concepto de sobrepoblación. Muy a menudo la gente no se atreve ni siquiera a locar el problema, siguiendo en esto la política bien conocida del avestruz. Pero en el fondo de este temor se halla enraizada una confusión que tiene, sus orígenes en la falla de cultura o ignorancia de las personas. Se contunde, a menudo, el término "sobrepoblación" con el de "alta densidad de población". Sin embargo, no hay ni siquiera correlación entre ambos conceptos. Un ejemplo disipará esta eonIlisian, [iél^icii posee una densidad basicinte alta de más de 300 habitantes por kilómetro cuadrado, y. desde hace varios años ya, los distintos gobiernos vienen preocupándose del problema de l¡i suii-poblnción. Por el contrario, en Chile tenemos apenas 6 habitantes por kilómetro cuadrado y, aún cuando dejáramos de lomar en cuenta la Cordillera o oí desierto de Tarapacá, la densidad de población en Chile seguiría siendo hajísinm. Y. sin se. Si la torta no crece 1<> bastante rápidamente para poder alimentar las hoca< que están naciendo, entonces tenemos sobrepoblación. embargo, se puede, refiriéndose a ciertas capas de la población, hablar de. sobrepoblación. ¿En <|iié sentido? Sobrepoblación significa, fundamentalmente, inadecuación entre recursos económicos y necesidades humanas o, por decir lo mismo en una metáfora, entre una torta y las bocas que ea necesario alimentar. Hay. por lo tanto, sobrcpoblación cuando la torta es demasiudo pequeña pa.ru alimentar todas las bocas que. tienen hambrePara establecer si liay o no problema de sobrepoblación no basta tomar en cuenta los recursos económicos puramente potenciales. Nadie puede vivir de una mina antes de que sea explotada. En osle sentido se habla a menudo de la "riqueza" de América Latina. "Y os muy posible que Chile posea, escondidos en las entrañas de su territorio, yacimientos de Uranio; pero mientras no se i nieto su explotación, nadie va ¡i \ivir de esta "riqueza". Más adelante hablaremos de una mejor utilización do la tortu que tenemos, pero es necesario tener en cuenta que nadie comerá de ella mientras no existe ahora actualmente. La definición establecida anteriormente sigue válida: Sobrepoblación es La inadecuación entre los recursos económicos actuales y las "necesidades humanas. Necesidades primordiales como la alimentación, la vestimenta, la vivienda, la educación luivica, pero también necesidades de orí leu superior, como las intelectuales, morales y espirituales. I\sui definición se aplica al momento actual, pero posee un elemento estático que es necesario superar: el mundo se transforma cada día: grandes y profundos cambios se realizan o se hallan cu perspectiva. (!na definición más dinámica de sobrepoblación se hace, por lo tanto, necesaria. Desde este punto de vista dinámico, la sobrepoblación puede definirse como un "desequilibrio cutre el ritmo de desarrollo económico y el ritmo de crecimiento demográfico. Si la población, que necesita comer, crece, la torta que se está produciendo parn alimentarla, debo también agrandar- El hecho de la sobrepoblación. Establecida ya muí definición de sobrepoblación queda por snlier si, realmente, en el inundo contemporáneo, se dn o nn el fenómeno de la sobrepoblación. lodo parece indicar que la sobrepoblación es mi fenómeno existente actualmente. Basta para esto revisar algunas estadísticas. Estas cifras no serán muy precisas, pero como órdenes de magnitud, sí, son valederas. Según ln última encuesta de la I AO sobre el hambre en el mundo, un 38°/o de la humanidad contemporánea está sub-alimentadá. Y en los últimos trece años, esta cifra ha ido subiendo en un t% cada año. Si examinamos otra de las necesidades fundatnentalrs del hombre, la Vivienda, se comprueba (¡ue más del 25*/» de nuestras poblaciones Latino-americanas \¡vi-n en casas insalubres, llámense ellas poblaciones callampas, sillas miserias, favelas. cantegrile»... Falta de alimentos, falta tle viviendas, falta también de educación mínima, fundamental. Según el último informe de la UNESCO, América latina tiene todavía más de 40".n de analfabetos, en el sentido estricto de la palabra: pobre gente que todavía no sabe ni siquiera firmar su nombre. Y eslas estadísticas son más aterradoras si se examinan estas mismas necesidades en Asiü y Afriqa, Frente a estas estadísticas es difícil n e - ¡íur la existencia del problema de la sobrepoblacióu en el mundo. Hemos, luisia ahora, distinguido los términos "densidad de población" y "sobre|>oblación". Por lo demás, aún si aceptamos la asimilación del concepto de aobrepoblación al ile pura densidad de población. llegamos a la conclusión que, si la humanidad -¡jíiii' creciendo con I ti lasa de aumento demográfico actual, tendremos dentro de seis •.¡•ílo- un babilanie p o r inelru c u a d r a d o en el ¿ilnbo terráqueo. Soluciones. Frente n esic problema de sobrepoblación, actual 11 potencial, p r e s e n t e o liiiiiin. se bos(|iiejan varias soluciones. nen a romper las barreras, a reformar las estructuras que impiden el desarrollo económico, están pecando, no solamente contra la generación actual porque In condenan a la pobreza, sino también contra la generación cpie, por su culpa, no podro ni siquiera nacer. 2.— Repartición más equitativa de la renta. Supongamos cpie, por determinadas razones, ya nu sea posible acelerar más el ritmo fiel desarrollo económico; en otras palabras, que es imposible conseguir una segunda torta para saciar ¡t lodos los invitados. ¿Qué hacer en esta sil ilación? Adelgazar simplemente las tajadas de la torta para que cada uno reciba algo. En términos económicos eslo se I la nía asegurar tina repartición más equitativa de la reñía mundial, continental o nacional, según sen el caso. En el mundo contemporáneo, esia distribución d e la renta e-iü lijos de s e r equi- el crecimiento demográfico y desarrollo económico, la única actitud, no solamente cristiana, sino sencillamente humana, es liac-or todo Id posible, \ a ú n lo imposible p o r f o m e n t a r el desarrollo económico, a fin de tativa. Kl ingreso anual per capita que. en los Estados Luidos supera los !.>()() dólares. en la India y el África Negra, ya no alcanza los 100 dólares. La ración alimenticia, que présenla un promedio de 3.00<) calorías en América del Norte, cae por debajo de los 2.000 en Sudasia y en varios países de América Latina. Mientras la esperanza de vida del Europeo Occidental es de (ñ años, las grandes masas humanas de la China y la India no tienen 54 años por delante. Enfocando el problema más de cerca y. ni i raudo la situación de nuestro país, es fácil dnrse cuenta cine nuestra situación está lejos de ser halagadora. La distribución de la renta nacional chilena no es equitativa. El Wi de nuestra población goza (le un ingreso anual per capiía de 1.900 dólares. Otro grupo, formado por el 3f)"/<> oscila entre los 300 y 330 dólares, V finalmente, la conseguir que las disponibilidades de bienes y servicios económicos, que se necesitan para que viva lti humanidad, crezcali por In menos tan rápido como la población. A estas alturas del problema, la Moral interviene para decir que indos los que no cumplen con sus responsabilidades en el fomento del desarrollo económico, y que nqtiellos que poi cualquier motivo se opo- Adora bien, suponiendo que cada uno en su lujíar. el político como político, el profesional como profesional v el científico como científico, lian hecho lodo lo que se podía para fomentar el desarrollo económico de su país y asegurar una distribución más equitativa de la renta nacional, ¿qué más se puede hacer? 1.— Desarrollo económico. ( iiiiridd la torta r¿itniliaij es demasiado pequeña para el número de bocas que es necesario aumentar, la primera reacción es evidentemente comprarse otra torta. Es la reacción normal de una dueña de casa que de repeine se halle abocada al problema de alimentar un numero de invitados mayor que el previsto. V si In dueña de casa pudiera prever la situación, no invitaría a nadie más. ¡mies de haber conseguido otra torta. I1'reine ni desequilibrio existente entro mayoría, un ÍS0,'» d e b e arreglárselas con 110. 3.— Regulación de los nacimientos. rece al marxista como un hermano mellizo. La única diferencia estriba en que el IHHTSi, a pesar de todo, la toria sigue siendo xista no vacila en sacrificar la generación pequeña, ya nú queda sino una solu posi- de hoy a la generación de niaiuuiii, mienbilidad: cancelar invitaciones. Í'.II términos tras el "birtheontrolista" no dada en sacrisimples eso equivale a "regular lo* naci- ficar la generación del Diañaua a la de hoy. mientos". En el supuesto de que ya no El cristiano, en cambio, no si' resigna nunca fuera posible acelerar más el riínio de des- H sacrificar alguien a nadie. arrollo económico, ni distribuir mejor la A esta diferencia fundamental cutre renta mundial o nacional, es obvia i[iic ya las dos perspectivas, la católica y la pacuno queda sino una solución: frenar el cre- na, en el nivel de las motivaciones, h¿)y cimiento demográfico, es decir, recular los que añadir otra, no menos fundamental, nacimientos. respecto a los medios preconizados. Esta solución se presenta a nuicluis conciencias con una mezcla do temor y maldad. Legitiinidnd moral de. la rcgulnción Detrás de ese temor se encuentra la contusión entre dos conceptos que Pío XII de los nacimientos. distinguiera claramente: "Control de la natalidad" (birth control) y la "ri'fíulavióii de La legitimidad moral de 1¡I regulación los nacimientos". A primera vista parece- de loa nacimientos debe ser juzgada en Fun1 ría que se trata de un puro juego di pala- ción de la concepción cristiana do la probras, pero no es así. El cristiana se resigna creación. Muchos católicos creen que, en a la "regulación de nacimientos . después osta materia, la Iglesia tiene una posición tic haber agotado las otras soluciones; "natulista que se traduce en la realidad mientras lanío, el que propicia y favo- en "hijos, hijos y más hijos:':. Esta convicrece el "control de la natalidad" no se pre- ción es una creencia equivocada, que conocupa de proyectar su solución sobre el funde un concepto más bien animal de la fondo de una jrrarquín de valores. En úl- procreación, con el concepto auténticatimo término, el "birthcontrolista" se pa- mente humano, espiritual que la Iglesia t) Basta aplicar aquí la doctrina social de la Iglesia respecto a lo que se llama "el salario familiar". La lglcsii i'^tiitüi imprescindible r-1 ftüliinu Familiar constituido por: t?.— Ln subsistencia, t'-í di*e¡ r, todos estos recursos económico! que hacen falta p;ir;i tulirir la* n . - - . I.. ?. primordiales. Jales eomo alunenI.M iúu, vivienda, vt-Minir-nlii. i^lucBCiúli'fuiiil inlol. 2'i.— Lo necesario a la vida decente, con sus etemcDtoí^ culturales intelectuales y de recreo. El hombre no está oljlipurln. por ejemplo, a trabajar 14 liorus ¡il din. S¡ no, es i \ ¡drill;* que atj sn a pnni-r i uidar ni n ÍU mujer ni a sus htjui? de IIUÍI mam ra decente. En este ronfr-ptn +li' vida il-'L^iiii. [ii Iglesia introduce e] iurici:|»to de stutus social. Ñndie está obligado u. tener tantos hijo» que !(• impidan mantener su status social. En un Hngor de. nivel universitario, v.pr., no nary ocupación de tener tantos hijos <JIK- normalmcnic no si1 les paeda mandar a su tiempo a In U niversidad. 1 u otras palubrus: uu UoiuLre que ocupa, rn 1¡i sociedad, una posición determinada — n o me [iitlan íuriuitln1- muli'iniiutas • - , *|iir ocupa nn puesto con responsabilidad de tipo cultural. Intelectual, sneíal, debe normalmente poder educar a >ns hijoa dü mujiLTíi qiiL* ostos estén, por 1*» meaoi, eu el mismo nivel social. Si pur Jo tiinln ¡il ttner 12 hijos solo podrá numilin-hs a la escuela nriniurin y no i . nllá r puede estimar que no tir-ne los recursos necesarios parí, trnrr 12 hijos. Un torcer elemento: Sa Iglesia uce¡)ta bcudccn la • . denciu dt; cada liomlirc hacia ]>ue*tos más ultns en la convivencia social. La Jgk-siu pide qu« SR integre al salario Familiar H :ilifirrn neceíaiio puru permitir a cada hogar d accesu a I» propiedad privada. Fur lo tnnto la Iglesia atenía considerar no solamente al mauIcniniicntn de lns luios en el mismo nivel líe los pndrrs, sino ademas unu edacacidn t|ue ra/nnahk-uicníe p permita ijne los hijos suban y e.slün mas iirrilw que ellos en ellos en la c c a l o social. Este elemento también (.•uuslilu ve un la c a l o l ió i i rriterio para jtugíir J Jr la ecuación i nirc v rrcuTSos rennómicos 2) Lo q u e llevamos dicho de ninguna manera significa derrocar ríe sn sitio de honor .i l.i Fnmíliü numerosaEl niiitriiiiouiíi, i-ii efecto, tit'iiH: una Finalidad primordial, no <IÍJÍ*I exclusivo, p r m si primordial: U procreación, y l:i procreación iie¡ ridetih-tiiente, uu,i finalidad i•• — rriii-M'tNL: Lu familia numerosa. ISMI i" la rn/tíi* por f.i cual Crislo lia hecho del matriuionin un Sacramento, 1" q a e le da preciasmente ¡il raatrimoniü un ln^ur de hooor 4'ii l a Í L ' l e - i i » . ( j u i í J l t i t i e n e n n i \i>< v u l i h d l o s r l u í i - •• ¿hora biea, esta e-* la finalidad ¡iitrínfieca del matrimonio, su semillo, su aignificado ialeruo ^¡n embarco, sabemos, y la Iglesia sabe, que toila vida llimiann se desenvuelve, SÍ- desarrolla ^-n coiidiCiOBe^ terrenas, ti m|joralef. fu In* CUllles, e u un nif'nieiiln iJereriiiíii.iHn. jnitMÍe Hurpir el c o i i í h t t o c u t r e dos deberes. l \ i r rjem|ili>: entre el deber de procreación, inlrin^r-i.-o ni nialritnonio, por un l¡nlu, y por el otro, i'l rlebcr lie cuidar la salud de la madre. Frente .i un conflicto de di'biTi's. la solución moral siempre, da prioridad ul deber que tienp preeminencia, l'or lo tanto Lo qnr dice ki l£lt>ju injui. es qu<': v¡ bien es cierto que lu familia nnmerofia -ÍL*I^- siendo un deber en la linea <te 1¡| liualiJiid del matrirnnnio. por condiciono* temporales terrenas, peni ^í reales, pueden siirjrir otros deDtres. I reme ¡il fnnflicto de esto1* di den i is, la [glesia dice que, un caso tiiic el deber, extrínseco ¡il matrimonio, '!<• reíulacfrjn ne los BachotentoR, jmr ni/nm*- IÍIH -iiluil rf^ir-a, n |i" razones de salud psicológica, o por razones económica*. es nui« importante que el deber dfl pro* reacion, — Kay r|ne dar prioridad ¿i e^te otro decber. 1 sta es, exactameme, la posición de la Iplesij ea la materia. Tur lo tanto, introduciendo una ui^rinci^n a nuestro planlramiento podeioos contesta* ul posible objetante de la manera siguiente: ;llii tlerrofíidn de su sitio fie Imnor ,i l.i familia u irresponsableniciitc numerosaí Si ¿ \ In Futnilia "iriiponsahlemeiitc namerosa 1 '?: no. y de Dinpona uiiiurra- tiene de ella. Raro l¡i Inicia "procrear" tvo c-s ni ha sido nunca "dar a luz", echar niños ¡il mando", sino "dar l¡i ^ id¡i"'. ¡Cosa muy distinta! l'iics la vida fio un sor humano un es solamente \ ida material, biológica, sino que vida (Ir un animal racional, con todas las dimensiones esenciales do \ci naturaleza humana; intelectaales, culturales, morales, religiosas. Se trata, pues, do un ser que \u a necesitar, además de alimenlación. vestimenta, vivienda, ana "educación en el pleno te ni ido de la palabra. ^ v¡i que para la Iglesia, d a r vina significa asumir l;i responsabilidad de llevar a la plena madurez el hijo que va a nacer, es ol>\ io C)IU' la !frlesi¡i pide a lodos Loa caalriniouios de no practicar sino una procreación consciente y responsable. hs claro, por lo tanto, que el sentido profundo de la reculación <]<r los nttciinii'iito.s no es luida negativo, antes por el contrario, se inspira en el concepto mismo que Iti Iglesia ik'iic del hundiré v de la vida humana*. ;ll¡iy (¡iie saber, por lo menos, contnr! \¡i hemos señalado lo* altos índices de analfabetismo que presenta el innnekj acttitil. l'.-nmétodo pidr. además, mi nivel ascéfiro de autodominio bastante ¡rito. Pero, ¿ct'i \i;rir rsic control de sí mismo al hambriento, condenado « la miseria, al pobre qup se r-mborraehn todos los fines de semana paro escapar unas horas al asco de su chozi igrienta? Finalmente, este método exige un mínimo de convicción religriosn. V salta a la \ istu t|no las jiraiules masas humanas son paganas, aún en nuestros países católicos, y no tienen ninguna preocupación moral ¿il respecto. ¿Quiere decir esto que. para estas grandes masas humanas, no hay solución? ll¡i\ pjue confesar «pie. a coito plazo, no se ve ninguna solución que .sea a I» vez "técnicamente eficaz y inoralinenle aceptable. Impulsado precisamente por esi¿i angustia Mgr. J. Suenens, obispa auxiliar de Malinas, en su famoso libro "Amor y Autodominio**, ha lanzado «u apremiante llamado n iodos los científicos tlel mundo para que l'l problemu de los medios, niiiin sus esfuerzos y busquen alguna manera de poner al alcance del pueblo un ¿COJI i ] 110 medios cuenta el hombre método todavía reserrado a la "élite". l>¡ini realizar e«ia regulación de los uariA I arpo plazo, basta insistir en las somiento»? I a posición de la Iglesia en eMc luciones ya preconizadas, <lc desarrollo ecopunió es nítida y ciar». Están condenados nómico y distribución más equitativa de la sin apelación todos los medios llamados riqueza, ya que ellos implican precisacontraceptivos. 1.1 único medio aceptado mente la creación paulatina de las condipor la Iglesia establecida ya ia legitimi- ( ¡OIIes indispensables para la aplicación de] dad de la regulación <le los nacimientos método de la continencia periódica. es el méiodo de La continencia periódica. Desde el punió tie vista puramente soi tológico la aplica* ion de este método ap.iProblemas d**l "Birthcontrolismo". rece sumamente difícil, especialmente en aquellos ambientes que más lo necesitan. Muchos católicos, penosamente consLa continencia periódica presupone condiciones culturales, morales, religiosas, que cientes de la dificultad del método que. sencillamente mi se verifican en las gran- aceptau, se sienten, a menudo, acomplejades masas de los países subdesari-üllado-;. dos trente ¿ti optimismo fáiil de los "birthl.n primer lugar, el método de continencia (joutrolistas', que se creen en posesión de periódica exige un nivel cultura] mínimo. ' técnicas tail efectivas" (según su propia (erniinologíu). A este respecto es necesario ¡jasar ,,,,, 16J3 tenemos un decreto *l»- la Sagrado Prmniiit••i;iria, que proclama !¿i legitimidad di1 la rrjrulacióo de loa aacnmcnlra. Hace más (kc an sigla ^oe • !>•( reto B V g i t i ¿< ríiiV di-I p r mei d i- > r ii I) r i m i r ii t < ,1, I 1 ' l i l i ' í -í • 111( • 11 I 11 I I (|!.l;i M T precdsO) r x a c - lamente í> uüos deapoéáj SL los fu vlicos ignoran ¿oov ificnío* tan n>!emnes de la Iglesia, ]]<»> t i L - i i i - t i ]¿i c u l p a que 1J de MI i L : i i n i . i i i i i.i, |M-M. un b«3 -ii r pretender Iglesia luiya cambiado i|i- rumbo poi el hecha de qu.o la eiayorfa Ig-nore cual es este rumbo. ir\¡M;i ci algunos de lus priihlcm.!- con los que se lopa Lnevitablemente toda limitación de la natalidad. Luiré otros, el problema que Francia sufrió tanto entic las dos pitorras inuisdiales \ (pie está sufriendo hoy dia el Japón: la "depresión demográfico y el correlativo cnvcjecimicn- lo d e la p o b l a c i ó n . A l s u p r i m i r b o c a s cjno a l i m e n t a r , ca o b v i o q u e la l i m i t a c i ó n de Ins nacimientos t i e n d e a establecer una ecna- i jt'iii equilibrada cutre bocas y lorias, pero .1 menudo so olvida que. al suprimir Ixfjs. también so suprimen brazos y que, por lo tanto, «MU cuando en un momento determinado la limitación de los nacimientos puede restablecer la adecuación entre bota \ torta, viene otro momento en que Faltan brazos para producir la toria que se necesita; y vuelve a producirse el desequilibrio, > ii que, necesariamente la torta se achica I ii pirámide demográfica snnn que permito a un país no solamente viví? decentemente, sino aún desarrollarse, es una pirámide en forma de triángula perfecto, con mía base anclui de numerosos niños y una cumbre delíradua de ancianos, relativamente muy poco numerosos. ¿Qué sucede cit luía perspectiva neoinalthttsiana? Por una limitación drástica de los nacimieiutis la base de la pirámide se estrecha. Pero. ¿qué pasa 15 años después? La pirámide demográfica pierde su sana forma triangular y se pono hidroeefálica: la base queda estrecha. 1.a base e.sI lecha de líate 1> años disminuye más aún. l.o único crecido es la '"cumbre" de los ¿mcianos, que se pone a pesar sobre el cuerpo demográfico como una cabeza hidrópica. Pero, eso no es todavía lo peor. Casi en lodas paries^del mundo, viene por parte tlr las poblaciones sometidas a la presión nco-mahlnisiana, una reaeción espontánea, que a veces se iraduce en un verdadero "baby boom". Ll resultado inmediato es un ensanchamiento brusco de la base demográfica. Pero, ¿la consecuencia':'Peor todavía que en el caso de una pirámide triangular que crece demasiado rápido. La razón es evidente: la única tapa de la pirámide que queda estrecha es la de la "cintura", la capa de la poblución activa, encardada de producir la torta indispensable a toda la población v que ahora sucumbe bajo el peso de la población puramente pasiva, bocas que hay que alimentar sin que rayan acompañadas de brazos capaces de producir. Esta es nnn de las dificultades con las que tropieza todo programa de control de nacimientos. Hay muchas más. Por ejem- plo, se ha calculado en los Estados luidos que, un programa clebirlli control,tipo Punto d i a r t o , pero dedicado tínicamente ¡i I control de nacimientos, costaría, para ser realmente eficaz, más de dos mil millones de dólares. En este caso sería infinitamente mejor dedicar una suma tan fabulosa al desarrollo económico del país. Por lo tanto, no hay motivo para que los católicos se acomplejen frente al celo candidamente proselitisia de los "birthenntrolistas" de pacotilla. Objeciones. Quien leu estas líneas podrá, tal vez. preguntarse si en la reculación de los nacimientos, cúmo solución al problema de la sobrepoblaeióu, no habría una falta de confianza en la Divina Providencia. Esta objeción es más corrienre de lo que a simple vista parece y también tiene su origen en una ignorancia de las virtudes cristianas. Toda virtud, por sobrenatural que sea. para ser cristiana, debe ser humana y racional. Por lo menos, debe ser razonable. Ahora bien, en la hipótesis aquí formulada, la regulación de los nacimientos puede fundamentarse, no sólo en un derecho razonable, sino en un deber racional. Es obvio, piulo lauto, que la virtud de confianza no puede contradecirlo. Sería introducir la contradicción en Dios mismo, quien, además de ser Providencia, es el Creador que dota al hombre de razón. El pmvideneialismo". herejía bien caracterizada, trata de introducir esa contradicción, pero su acción es semejante a la del hombre que ¿tim un cheque sin fondos, lo que no implica razonable confianza, sino simple y pura estufa. Aludíamos más arriba a la carencia de una solución moral y efectiva para las grandes musas humanas, por lo menos n corto plazo. Eso hace decir a ¡dennos que la ley de la Iglesia en esta materia es injusta y que, por tanto, debiera ser abrogada. En esta aserción se hallan varias confusiones latentes. En primer lugar, la le\ ti la cual se alude no es "de la Iglesia". sino de Dios mismo. Siendo ley natural, esta ley ha sido impresa por Dios mismo en la naturaleza del hombre. La Iglesia no (Sigue a la Pág. 93).