facilidad con que al parecer pudieran atravesar grandes superficies de agua, demuestra la experiencia que ciertos géneros y especies, sobre todo del orden de los Páseres, se h a l l a n t a n marcadamente separadas por los estrechos y brazos de mar como los mismos mamíferos. De las islas indicadas, Java es la que presenta relativamente menor número de aves comunes con las del continente asiático; sigúela inmediatamente Borneo, y por último Sumatra, cuya fauna ornitológica es completa­ mente semejante á la de la península de Malaca, hechos de los cuales se infiere que Sumatra es la que más recientemente se ha desprendido del continente, al paso que Borneo se formó en una época anterior, aunque menos remota que J a v a . En la fauna y flora de las Islas Filipinas se observan igualmente grandes analogías con las de Asia y de las islas citadas, más nótanse al propio tiempo ciertas anomalías, que parecen indicar que su separación del continente tuvo lugar en una época más remota, habiendo sufrido después grandes trastornos físicos y geológicos. El estudio de la fauna de Australia, por extremo curioso é i n t e r e ­ sante, ha dado á conocer que dicho país constituye realmente el centro de u n mundo orgánico enteramente distinto del que caracteriza las d e ­ más partes del globo, y cuyas formas animales difieren más de las domi­ nantes en Asia, África, Europa y América, de lo que entre sí difieren las de dos cualesquiera de estas grandes divisiones de la tierra. Mas esa e s ­ pecialidad en las formas orgánicas no se limita al continente australiano, sino que se extiende á la multitud de islas y archipiélagos que desde las Célebes y Lombock hacia el E. salpican todo el ámbito del Océano P a c í ­ fico, formando las regiones llamadas hasta ahora Melanesia, Polinesia y Micronesia, y aunque los tipos orgánicos que en dichas regiones domi­ nan, presentan notables modificaciones en las diversas localidades de las mismas, conservan siempre, sin embargo, su fisonomía australiana, reve­ lando así su procedencia ó por lo menos afinidades y semejanzas que acusan la unión más ó menos efectiva y prolongada de los respectivos territorios en las primitivas edades geológicas. 4.—Los hechos que sumariamente hemos expuesto conducen á los naturalistas á las conclusiones siguientes: 1.°, que en época sumamente remota, debió existir un inmenso continente que abrazaba en su totalidad ó en su mayor parte, el vastísimo espacio que se extiende desde las Ge-