Tesoro de la Juventud ISLAS Y TERRITORIOS EXÓTICOS, EN EL PACÍFICO 2003 - Reservados todos los derechos Permitido el uso sin fines comerciales Tesoro de la juventud ISLAS Y TERRITORIOS EXÓTICOS, EN EL PACÍFICO Del libro de los Países y sus costumbres EL HELADO TERRITORIO DE ALASKA EN el extremo noroeste del continente americano, en aguas árticas, se halla Alaska, antiguo territorio ruso, que fue comprado por los Estados Unidos de Norteamérica a Rusia en el año 1867. Primero se creyó que esas tierras carecían de todo valor, pero después se descubrieron minas de oro. Considerada en su conjunto, Alaska tiene la forma de un cuadrado irregular, cuya superficie es igual a la de Francia y España juntas. A lo largo de la costa se extiende un grupo de islas llamadas «Archipiélago Alejandro», en homenaje al emperador Alejandro de Rusia. El país, aunque bajo, u ondulado con pequeñas colinas, tiene picos volcánicos.. La montaña más alta es el monte de San Elías, que alza su cima nevada sobre la misma orilla del océano, a una altura de cerca de 6ooo metros. A pesar de que el clima de Alaska es glacial, en tal grado que el mar de Bering y sus ríos se hielan durante el invierno, el interior del país esta, muy poblado de árboles, entre los cuales vegetan especialmente el abeto, los álamos, chopos y sauces. Los aborígenes de Alaska se dividen en dos clases muy diferentes; por una parte los esquimales, diseminados en el litoral hasta el estrecho de Bering, y por otra los pueblos o tribus que pertenecen a la gran familia americana que cubre el continente; unos y otros hablan diversas lenguas y dialectos. LOS RUSOS ARRIBAN A ALASKA A mediados del siglo XVII, la conquista de la Siberia y el descubrimiento del Kamchatka atrajeron a los rusos a las playas del océano Pacífico. La emperatriz de Rusia, Catalina I, dispuso el viaje de Bering y Chirikoff, en 1728, y los expedicionarios contornearon la extremidad de Asia y comprobaron así, de una manera decisiva, la separación de los dos continentes, cuestión hasta entonces debatida. Algunos años después empezaron a fundarse en el continente y en las islas los primeros establecimientos rusos, con el objeto especial de cazar nutrias, zorros azules, focas, castores, vacas marinas y otros animales de estimadas pieles; pero la compañía imperial ruso americana, a la que unió todas las particulares el emperador Pablo, fracasó con enormes pérdidas, y muchos de los industriales blancos se alejaron del país, cayendo éste y su historia en el olvido. Escasos esquimales siguieron habitando en el norte, y algunos indios en el sur, con lo que la gran extensión de Alaska quedó casi despoblada. Durante este intervalo, sus costas fueron objeto de nuevos reconocimientos. Los españoles Juan Pérez, teniente de navío, en 1774, y al año siguiente el capitán Francisco de la Bodega y Cuadra, exploraron aquellos parajes a que más tarde, en 1778, llegó el capitán Cook, atravesando el mar de Bering, cruzando el estrecho e internándose en el mar polar hasta el Cabo Helado: en 1791, los capitanes Malaspina, español, y Marchand, francés, vieron diferentes puntos de la costa, cuya situación fijaron perfectamente. Otros viajes se hicieron con posterioridad; y la compañía rusa fundó en 1802 el establecimiento de Nuevo Arkángel, en la isla de Sitka Posteriormente los rusos fueron avanzando hacia el sur por la costa americana, y un ukase del emperador Alejandro declaró ruso este territorio. EL DESCUBRIMIENTO DE ORO, EN ALASKA, ATRAE UNA NUBE DE AVENTUREROS La noticia de haberse encontrado pepitas del precioso metal a orillas del río Yukón, se difundió rápidamente por el Oregón y California, de donde afluyeron millares de buscadores de oro. Más tarde, en 1898, se descubrió en mayores cantidades en la costa occidental, cuyos ríos depositaban en sus orillas abundantes pepitas que arrancaban en su corriente a los yacimientos de las colinas. Los buscadores trabajaban afanosamente, hora tras hora, excavando las heladas arenas, de las que separaban los dorados granos. Cuéntase que un minero anciano y tullido, incapaz de internarse en el país, lavó en veinte días pepitas por valor de 3000 pesos oro. Cuando las nuevas de estos descubrimientos se extendieron por todo el mundo, una nube de aventureros invadió Alaska. Apenas desembarcados, quienes a pie, quienes en trineos tirados por perros, partieron a diferentes puntos de la región aurífera, salvando colinas y cruzando corrientes, en busca del codiciado metal. Muchos morían de frío y hambre en la jornada; otros eran atacados y devorados por los lobos, y los menos eran capaces de afrontar los rigores del viaje y sus extraordinarias privaciones. Más tarde llegaron los ferrocarriles al interior de la región, y por el río Yukón y otros varios navegaron vapores modernos. Ulteriores exploraciones condujeron al hallazgo de minas de carbón, hierro, cobre y petróleo, que están hoy día en activa explotación. EL ARCHIPIÉLAGO MARAVILLOSO En el centro del Pacífico, entre California, Méjico, China y Japón, surge el admirable archipiélago de las islas denominadas Hawaii, Hauaii o Sandwich, y reino de Polinesia. Volcanes apagados, o en actividad; calcinadas rocas; caprichosas grutas y lagos subterráneos, campos de lava petrificada, altas cimas envueltas en sudario de nieve, rasgado a trechos por las rojizas lavas que vomitan los cráteres; torrentes que se precipitan desde las colinas al valle; selvas y bosques que alternan con llanuras de negro o ceniciento suelo, formadas por la ceniza o los detritos de piedras arrancadas por tremendas convulsiones; mantos de verdura que la pródiga naturaleza extiende sobre capas de lava y escorias; feraces y hermosas vegas, regadas por mansos arroyuelos; tierras fértiles y laborables, a las que no surcan arroyo ni río, donde adquieren las plantas vigor y desarrollo extraordinario, por efecto de la humedad constante que producen el rocío y el descenso de las nubes; millares de flores de todos tamaños, formas y matices; puertos y ciudades con la vida, animación y movimiento que caracterizan a las ciudades y puertos de Europa; y todo bajo un cielo siempre puro, en medio de una atmósfera clara y despejada, en una primavera perpetua; tal es el aspecto general del archipiélago, conjunto de aspectos particulares, los más variados y maravillosos que puede concebir la fantasía. Desde la dura y negra roca que con el mar confina, hasta la cima más escarpada del interior, cada pie de tierra árida o fértil, cada piedra, cada grano de arena, revelan el origen plutónico del archipiélago. CARÁCTER Y COSTUMBRES DE LOS HAWAIIANOS Los indígenas del archipiélago Hawaii son muy inteligentes y pacíficos, aunque osados en ocasiones, de carácter leal y afable, hospitalarios, alegres y algún tanto perezosos, aficionados a juegos o ejercicios físicos violentos; buenos jinetes, diestros nadadores y muy dispuestos a aceptar los usos y costumbres de la civilización, pero todavía conservan reminiscencias y rasgos generales de su barbarie e incultura primitivas. Los que hoy visten a la usanza europea cubríanse en la época de Cook con una faja o pedazo de tela arrollado al talle, y los jefes completaban su atavío con cascos y largos mantos de esterilla o pluma hábilmente entretejidos. Como prendas de lujo usaban collares, brazaletes y sortijas de concha o dientes. En otro tiempo, cuando moría el rey, el jefe, algún pariente o amigo se entregaban a las más exageradas demostraciones de dolor; mesábanse los cabellos, se revolcaban por el suelo y aun solían arrancarse algunos dientes. Quemaban los cadáveres de las personas de alta jerarquía y recogían los huesos; los plebeyos eran enterrados, para exhumarlos más tarde y limpiar los huesos; colocaban las cenizas en calabazas suspendidas en las puertas de las chozas. NAVEGANTES ESPAÑOLES DESCUBREN EL ARCHIPIÉLAGO DE HAWAI Datos y documentos fidedignos demuestran que fueron españoles los descubridores del Archipiélago, y que el descubrimiento se realizó, al mediar el siglo XVI, por Juan de Gaytán y el General López de Villalobos. Posteriormente, en 1778, Cook ancló sus barcos en la bahía de Maimea, puerto de la isla Kahuai. Un célebre jefe del país, a quien sus compatriotas deificaron, había profetizado que volvería al archipiélago, conducido en una gran isla flotante, llena de cocos, cerdos y perros. Los indígenas creyeron que Cook era el dios, y sus buques islas flotantes; empero, el estupor y la admiración crecieron cuando vieron a los ingleses, que fumaban, echar humo por la boca y la nariz. Cook fue recibido y agasajado como un ser divino. Posteriormente, acostumbrados los indígenas a la presencia y trato de los extranjeros, fueron perdiéndoles el temor y el respeto; Cook, de carácter duro e imperioso, adoptó enérgicas medidas que ocasionaron una sangrienta colisión, en la cual perdió la vida el intrépido navegante. DE REINO A TERRITORIO NORTEAMERICANO Durante gran parte del siglo pasado el archipiélago de Hawai formó un reino independiente; en 1876 le fue cedida la bahía de Pearl Harbor a los Estados Unidos como base naval. Poco después de llegados los americanos estalló en Hawai un movimiento revolucionario que proclamó la república; sin embargo, esta república tuvo corta vida, pues en 1898 fue anexado el archipiélago por los Estados Unidos, y desde 1900 es parte integral del territorio metropolitano, con representantes en el Congreso de la Unión. La importancia estratégica de Hawai es incomparable, pues permite a los Estados Unidos el control de las rutas del Pacífico. Por ello, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los japoneses decidieron atacar a los Estados Unidos, su primer golpe fue dado contra la base naval de Pearl Harbor, donde sin previa declaración de guerra y repentinamente, sus aviones dejaron caer toneladas de explosivos. El golpe asestado por los japoneses en Pearl Harbor fue rudo, pero pronto los Estados Unidos se repusieron del mismo y el Archipiélago de Hawai dejó de ser el paraíso de los turistas para convertirse en un centro de abastecimientos de las tropas destacadas en el Pacífico. Honolulu, la pintoresca capital de Hawai, ha tomado un incremento tan grande durante la última guerra, que el ritmo de vida de sus habitantes ha cambiado fundamentalmente. Comienzan a aparecer las industrias y aspira a ser algo más que meca del turismo. EL ARCHIPIÉLAGO ASIÁTICO DE LAS ISLAS FILIPINAS Entre el Mar de la China y el Pacífico está situado un archipiélago formado por las «Islas Filipinas». Con exactitud no se conoce todavía el número de ellas, pero se las calcula en unas 1400. Nosotros las dividiremos en cuatro grupos, prescindiendo del archipiélago de Joló: Luzón y sus adyacentes, las Bisayas, Mindanao y Paragua, respectivamente con sus islas. En todas ellas la acción volcánica ha ejercido gran influencia; pocas son las islas en donde esta acción no se manifieste de algún modo, ya por los característicos conos a que este fenómeno da origen, ya por las diversas rocas volcánicas que, en mayor o menor cantidad, existen en todas estas islas, ya por los temblores de tierra que con frecuencia las sacuden. Dada su situación, se comprende que el clima del archipiélago sea tropical insular; no hay cambios bruscos de temperatura, llueve mucho, y la atmósfera está saturada de humedad; la uniformidad de temperatura, durante toda el año, produce en los naturales la flojedad e inercia que les caracteriza, y una sensible postración de fuerzas en los europeos que llevan algunos años de residencia en el país. La vegetación de las Filipinas es de un verdor maravilloso y hasta las montañas aparecen siempre cubiertas de un follaje que nunca se agosta. Hay inmensas selvas, muchas de ellas todavía inexploradas y cuya riqueza maderera es incalculable. Las principales producciones son azúcar, arroz, tabaco, maíz, piñas y cocos. En estas islas no hay animales feroces a pesar de su proximidad con el archipiélago malayo, paraíso de las fieras. Abundan los búfalos (carabao) que los nativos domestican y utilizan como animal de carga. Abundan los minerales, pero su explotación todavía no adquirió mayor importancia. El total de la población se estima en unos trece millones de habitantes, cuyo conjunto es muy heterogéneo, pues a la raza primitiva, los negritos, se suman malayos, chinos, europeos, mestizos de español, mestizos de chino, etc. DEL DESCUBRIMIENTO A NUESTROS DIAS Las Islas Filipinas fueron descubiertas por Fernando de Magallanes en 1521. El nombre de Filipinas les fue dado por otro navegante español llamado Villalobos, en honor del Príncipe de Asturias, que había de ser Felipe II. Manila fue fundada en 1572. Los principales rivales de los españoles en la colonización fueron los mahometanos del Oriente, a quienes llamaron moros por la analogía con sus afines del Norte de África. Finalmente, a mediados del siglo XVII, quedó asegurado el dominio español, después de luchas con holandeses y portugueses. Hacia fines del siglo XIX el sentimiento nacionalista filipino comenzó a manifestarse contra el dominio español; entonces apareció en escena la figura de José Rizal, que finalmente fue ejecutado en 1896. En ese año tomó incremento la revolución brillando el caudillo Emilio Aguinaldo. Los filipinos habían declarado su independencia y Aguinaldo era Presidente provisional, cuando estalló la guerra entre España y los Estados Unidos. Vencida España, el Archipiélago quedó en poder de los norteamericanos y las relaciones con el nuevo dominador no fueron nada cordiales. Hubo luchas en Manila y guerrillas hasta 1902. Tranquilizado el país, y de acuerdo con lo estipulado en el Acta Jones de 1916, gradualmente el Congreso de los Estados Unidos fue concediendo a los filipinos su autonomía. Finalmente en 1932 el Congreso aprobó un Plan por el cual se constituía la república filipina, pero con ciertas restricciones, disponiéndose la libertad total en un término de diez años. Pero este plan fue rechazado por los filipinos que anhelaban mayores libertades. Por último, en 1934, ambas partes aprobaron un segundo plan, efectivo en 1935. En noviembre de ese año Manuel Quezón fue electo Presidente. Sin embargo, los filipinos no llegaron entonces a obtener su completa libertad, pues se vieron atacados por un terrible enemigo. En 1940 las tropas japonesas, en guerra con los Estados Unidos, invadieron el archipiélago y sólo después de casi cuatro años de dura lucha fueron desalojados por las tropas que comandaba el general Mac Arthur. Luzón y Mindanao fueron conquistadas palmo a palmo en ataques cuerpo a cuerpo. Además, en aguas de las Filipinas se libraron dos batallas navales en cuyo desarrollo fue aniquilada la flota nipona. La liberación de las Filipinas permitió conocer los métodos utilizados por el invasor para doblegar a los nativos que defendían su libertad. Nada hay más horroroso que el relato de esos hechos. Las Filipinas han recuperado su libertad, y en las últimas elecciones han ratificado el amplio fervor democrático de su pueblo, que eligió a Manuel Roxas como presidente. La total independencia de las Filipinas fue solemnemente proclamada el 4 de julio de 1946, como digno premio al esfuerzo desplegado durante la guerra. ________________________________________ W. M. JACKSON, INC., Editores Súmese como voluntario o donante , para promover el crecimiento y la difusión de la Biblioteca Virtual Universal. Si se advierte algún tipo de error, o desea realizar alguna sugerencia le solicitamos visite el siguiente enlace.