LA RAZÓN & más O.J.D.: E.G.M.: Tarifa: Área: 84835 263000 35884 € 2382 cm2 - 230% Un nuevo testigo del caso vio a Alfonso Basterra tirar posibles pruebas del crimen de su hija Asunta Un pequeño Fecha: 24/04/2014 crustáceo, la mantis Sección: CULTURA marina, más duro Páginas: que el fuselaje de45-47 un avión Alberto R. Roldán La escritora recibe el Premio Cervantes Amor a la literatura Elena Poniatowska defendió a los más desvalidos y «destartalados» de la sociedad en el emotivo discurso que leyó en la ceremonia de entrega del galardón, donde se encontró con el Rey, al que definió como alguien «lindísimo». CULTURA / 46-47 Un libro recupera las impresiones de Gerald Brenan en la Primera Guerra Mundial LIBROS / 52-53 46 O.J.D.: E.G.M.: Tarifa: Área: 84835 263000 35884 € 2382 cm2 - 230% Fecha: 24/04/2014 Sección: CULTURA Páginas: 45-47 Jueves. 24 de abril de 2014 • LA RAZÓN Cultura La escritora es la cuarta mujer en recibir este galardón Un Cervantes para Sancho Panza Elena Poniatowska se define como la versión femenina del escudero de «El Quijote» en el reivindicativo discurso que leyó en Alcalá de Henares J. Ors E lena Poniatowska llegó con un rebozo de colores tejido en las calles de Juchitán, Oaxaca, México. Una prenda tradicional que mantiene como costumbre lucir en las ocasiones especiales que suponen los galardones. «Me lo regalaron las mujeres de allá, aunque me temo que va a ser el último premio que voy a recibir». La escritora rompió los estándares previstos por los protocolos y, nada más adentrarse en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá, accedió espontáneamente a la tribuna, reservada para la lectura del discurso de recepción del Cervantes. Desde allí dirigió un agradecimiento a los invitados que comenzaban a sentarse en los bancos y a los que sorprendió con unas palabras improvisadas. «Es muy bonito estar aquí –admitió sonriendo–, aunque debo reconocer que tengo mucho miedo». La novelista trajo ayer consigo todo el panteón pagano de los ídolos aztecas para que la acompañaran en su reivindicación de los débiles, los dolientes, los marginados, los indígenas, las mujeres, los «destartalados». Las gentes que caminan descalzas por la calle, pero con un sombrero cubriéndoles la cabeza. «Aprendí el español en la calle, con los gritos de los pregoneros». Poniatowska recordó cómo arribó por primera vez a la tierra de México; venía en un barco cargado de exiliados españoles, y confesó su «asombro cuando oí por primera vez la palabra “gracias” y pensé que su sonido era más profundo que el “merci” francés. También me intrigó ver en un mapa de México varios espacios pintados de amarillo marcados con el letrero: “Zona por descubrir”». La monja jerónima La escritora, la cuarta en recibir este reconocimiento, quedó impresionada por la luz de ese país del que adoptaría el acento, las costumbres, la manera de vivir y, también, por aquellas palabras de extraña sonoridad que aprendió a pronunciar: «Xochitlquetzal, Nezahualcóyotl, Cuauhtémoc». «El idioma era la llave para entrar al mundo indio». Poniatowska inició su exposición Un amigo ausente y un amor platónico No estaba, pero todos se acordaron de él, de Gabriel García Márquez (en la fotografía). El rey dijo que fue «una figura clave de las letras hispánicas y de toda la literatura universal a la que, hoy, con nuestro emocionado recuerdo, rendimos un sentido homenaje lleno de admiración y cariño». Elena Poniatowska no se olvidó tampoco del autor de «El otoño del patriarca» y apuntó que antes de «nuestro querido Gabo, éramos los condenados de la tierra. Al referirse al Tercer Mundo con “Cien años de soledad”, le dio alas a América Latina y ese gran vuelo nos envuelve y hace que nos crezcan flores en el pelo». Pero no fue la única alusión de la novelista a amigos ausentes. También recordó a Carlos Fuentes, a José Emilio Pacheco, que mencionó varias veces, Octavio Paz o a Sergio Pitol. Los cuatro, como ella, han ganado el Premio Cervantes. En un pasaje dedicado a las amistades confesó su amor platónico por Luis Buñuel: «Juntos fuimos al Palacio Negro de Lecumberri –cárcel legendaria– a ver a nuestro amigo Álvaro Mutis, el poeta y gaviero, compañero de batallas de nuestro indispensable García Márquez. La cárcel, con sus presos reincidentes, nos acercó a una realidad compartida: la de la vida y la muerte tras los barrotes». mencionando a sus anteriores compañeras: María Zambrano, Dulce María Loynaz y Ana María Matute. «Las tres Marías son, hoy por hoy, las mujeres de Cervantes, al igual que Dulcinea del Toboso, Luscinda, Zoraida y Constanza». Una referencia que supuso el punto de partida de un alegato femenino que comenzó con Sor Juana Inés de la Cruz, esta monja jerónima que «fue castigada por amar la ciencia y reprendida por prelados que le eran harto inferiores» y que «supo desde el primer momento que la única batalla que vale la pena es la del conocimiento». La novelista aprovechó los jalones y trechos de su biografía para denunciar las injusticias que reconoce en su país. Evocó una ronda que escuchaba de niña y que decía: «Cuchito, cuchito / mató a su mujer / con un cuchillito/ del tamaño de él. /Le sacó las tripas/ y las fue a vender. / –¡Mercarán tripitas/ de mala mujer!». A lo que ella apostilló con severidad: «Todavía se mercan las tripas femeninas. El pasado 13 de abril, dos mujeres fueron asesinadas de varios tiros en la cabeza en Ciudad Juárez, una de 15 años y otra de 20, embarazada. El cuerpo de la primera fue encontrado en un basurero». Poniatowska escenificaba su literatura en un discurso emocional en el que apareció Tina Modotti, la primera fotógrafa mexica- na moderna; Rosario Ibarra de Piedra, «su protesta antece al levantamiento de las Madres de la Plaza de Mayo»; la pintora Leonora Carrington y, también, las mujeres de Chiapas, «antes humilladas y furtivas, declararon en 1994 que querían escoger ellas a su hombre, mirarlo a los ojos, tener los hijos que deseaban y no ser cambiadas por una garrafa de alcohol. Deseaban tener los mismos derechos que los hombres». Mencionó la autora la inmigración brutal que hace trasladarse a los hombres desde la Patagonia a Alaska en su búsqueda por las promesas de ese nuevo El Dorado que representa Estados Unidos. «Su grito es un grito de guerra y es avasallador, es un grito cuya primera batalla literaria ha sido ganada por los chicanos». Y, cómo no, aludió a la crisis: «El poder financiero manda no sólo en México, sino en el mundo. Los que resisten, montados en Rocinante y seguidos por Sancho Panza, son cada vez menos. Me enorgullece caminar al lado de los ilusos, los destartarlados, O.J.D.: 84835 Fecha: 24/04/2014 Sección: CULTURA Páginas: 45-47 LA RAZÓN • Jueves. 24 de abril de 2014 E.G.M.: 263000 Tarifa: Área: 47 Cultura 35884 € 2382 cm2 - 230% Alberto R. Roldán El Rey alaba el compromiso de la autora «Es un crisol de lenguas, tradiciones y culturas» derecho universal y la trascendental relevancia de la mujer en las nuevas realidades El Rey destacó durante su sociales». Sobre el papel que intervención en la ceremonia éstas desempeñan en el legado del Premio Cervantes la de la escritora, afirmó: «Su sensibilidad que la escritora ha instinto la lleva a relatar la vida demostrado a lo largo de su de grandes mujeres que han trayectoria, desde las páginas hecho uso de su genio para de sus novelas o en su ejercicio reclamar y reconquistar un como periodista hacia los mejor espacio. Elena Poniadesasistidos y los pobres, hacia towska hace que las mujeres se los hombres y mujeres que han eleven con voz propia y nacido con la suerte en contra. encuentren espacios que por Don Juan Carlos trazó un justicia les corresponden». El retrato rápido del compromiso Rey reconoció la de esta autora, de quien destacó que «ELLA HACE QUE importancia que para la escritora «la experiencia de las mujeres se tiene «la conquista los años forjó en ella una profunda eleven con voz de la libertad y de la igualdad en su conciencia social propia», señaló obra, una aspiracincelada por la universal que dramática historia Don Juan Carlos ción trasciende los europea del siglo en su discurso límites de la clase y pasado y, sobre el género. La lucha todo, por las social se convierte de este muchas veces dura realidad modo en una defensa del mexicana». El rey afirmó que entendimiento mutuo, de la «la vida de Elena Poniatowska solidaridad y del encuentro es, de por sí, crisol de lenguas, entre individuos históricamentradiciones y culturas», y te distantes, para crear un subrayó que «la humanidad es espacio compartido que acoja el centro de gravedad de su a quienes lo habitan». Don Juan obra. La necesidad de dar voz a los desfavorecidos, de poner en Carlos encontró en la lectura de Poniatowska las virtudes evidencia las contradicciones inherentes a la convivencia y del progreso, de denunciar la así lo admitió al reconocer «que discriminación social y toda los principios que rigen su clase de injusticias, conforman universo literario se identifican el espíritu de su producción literaria». Mencionó algunos de con los de una cultura democrática que configura la los valores implícitos que equidad, la justicia y la libertad existen en sus libros: «La como un deseo posible, como igualdad como requisito un proyecto realizable dedicaesencial del desarrollo social y do a regenerar la humanidad». humano, la educación como J. O.- Madrid Los Reyes recibieron a la escritora en la puerta de la Universidad de Alcalá de Henares UN PAÍS SOSTENIDO POR MUJERES lena Poniatowska no sabía que el galardón traía una dotación económica. Al enterarse, y haciendo gala de la generosidad y los principios que ha defendido a lo largo de su carrera, no lo ha dudado y ha donado esta cantidad a una fundación que va a crear su hijo para promover la cultura en México. Uno de sus intereses, junto a la condición de las mujeres en la sociedad. «Me siento muy solilibros daria con las de México, sin ellas de cuentos, ensayos, el país se caería en mil pedazos biografías y artículos porque son un elemento aglutiperiodísticos nador, resistentes y muy generoconforman la obra sas». Durante una conversación de Poniatowska informal, la escritora relató que en su juventud «pensaba que todos los reyes eran espeluznantes, pero con el último de Polonia, Estanislao Augusto Poniatowski (antecesor de su familia), me di cuenta de que era un buen rey». Cuando se le preguntó por Don Juan Carlos, la autora se rió y dijo: «Lindísimo. Y el Príncipe, un hombre inteligente». E 40 los candorosos». Al final de sus palabras señaló que «ningún acontecimiento más importante en mi vida profesional que este premio que el jurado del Cervantes otorga a una Sancho Panza femenina que no es Teresa Panza ni Dulcinea del Toboso, sino una escritora que no puede hablar de molinos porque ya no los hay y en cambio lo hace de los andariegos comunes y corrientes que cargan su bolsa del mandado, su pico o su pala, duermen a la buena aventura y confían en una cronista impulsiva que retiene lo que le cuentan». Poniatowska relató una anécdota para concluir: «A mi hija Paula, su hija Luna, aquí presente, le preguntó: “Oye mamá, ¿y tú cuantos años tienes?”; Paula le dio su edad y Luna insistió: “Antes o después de Cristo?”». La escritora aprovechó este suceso y comentó: «Es justo aclararle hoy a mi nieta que soy una evangelista después de Cristo, que pertenezco a México y a una vida nacional que se escribe todos los días y todos los días se borra porque las hojas de papel de un periódico duran un día. Se las lleva el viento, terminan en la basura o empolvadas en las hemerotecas». XXVII P R E M I O I N T E R N AC I O N A L DE POESÍA F U N DAC I Ó N L O E W E Pa r a o b t e n e r l a s B A S E S Te l . : 9 1 2 0 4 1 3 0 0 / 9 1 2 0 4 1 4 5 6 w w w. b l o g f u n d a c i o n l o e we. e s