Diez años de acción común para contrarrestar el problema mundial de las drogas Se realizan progresos en la fiscalización del opio y de la coca, pero los objetivos siguen siendo difíciles de alcanzar; la reducción de la demanda adquiere cada vez mayor prioridad en el programa mundial “Las drogas destruyen vidas y comunidades, socavan el desarrollo humano sostenible y generan delincuencia. Las drogas afectan a todos los sectores de la sociedad en todos los países; sobre todo, el uso indebido de drogas afecta a la libertad y al desarrollo de los jóvenes, que son el patrimonio más preciado de la humanidad.” Exposición preliminar de la Declaración política aprobada en 1998. Período extraordinario de sesiones de la Asamblea General dedicado a la acción común para contrarrestar el problema mundial de las drogas, Nueva York, 1998. Celebración del Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, 2007, Canadá. En el vigésimo período extraordinario de sesiones de la Asamblea General, dedicado a la acción común para contrarrestar el problema mundial de las drogas, celebrado en 1998, los Estados Miembros se comprometieron a “eliminar o reducir considerablemente el cultivo ilícito del arbusto de coca, la planta de cannabis y la adormidera para el año 2008” y a “lograr resultados importantes y mensurables en cuanto a la reducción de la demanda”. No obstante, las tendencias mundiales indican que el mundo aún no ha alcanzado esos objetivos y hay una necesidad de ‘concluir la labor’ iniciada por la comunidad internacional hace un siglo con respecto a la heroína y a la cocaína. Dicho esto, se han realizado progresos en cuanto a la contención del problema desde 1998, por lo menos con respecto a la coca y el opio. Alrededor del 92% de la producción mundial de opio ilícito se concentra en un único país, el Afganistán, y en él, la mayor parte de la producción de drogas se limita a las cinco provincias que están sacudidas por la insurgencia. Aún así, si bien el aumento de la producción de opio afgano es preocupante, las primeras señales de estabilización, o incluso una pequeña disminución, pueden aparecer en 2008. Responsabilidad compartida En el vigésimo período extraordinario de sesiones de la Asamblea General, los Estados Miembros aprobaron una Declaración política vinculada a los Principios rectores de la reducción de la demanda de drogas. La Declaración política ha permitido que los Estados consideren el contexto más amplio del problema de las drogas. En ella se reconoció que • los países tienen una responsabilidad compartida en lo que respecta a solucionar el problema de las drogas • es necesario adoptar un enfoque equilibrado de acción para mejorar la cooperación internacional en esa esfera. Entre los aspectos más notables figuran: • Las medidas de fiscalización de precursores, que son los productos químicos necesarios para la fabricación de drogas • El Plan de Acción para combatir la fabricación ilícita, el tráfico y el uso indebido de estimulantes de tipo anfetamínico • Las medidas para combatir el blanqueo de dinero • es necesario respetar los derechos humanos. Dando prioridad a la salud, en ella se exhortó a proporcionar “los recursos necesarios para el tratamiento y la rehabilitación y para facilitar la reinserción social a fin de devolver la dignidad y la esperanza a los niños, jóvenes, mujeres y hombres que han caído en la toxicomanía”. Centro de tratamiento de toxicomanías en Myanmar. La principal innovación de los Principios rectores consistió en reconocer que las políticas de reducción de la demanda no deberían tener por único objetivo la prevención del consumo de drogas, sino también la reducción de “las consecuencias adversas del uso indebido de drogas”. En el vigésimo período extraordinario de sesiones de la Asamblea General se aprobaron una serie de medidas y planes Fotografías: Naciones Unidas en Nueva York y Viena • El Plan de Acción sobre cooperación internacional para la erradicación de los cultivos ilícitos para la producción de drogas y el desarrollo alternativo. Entre sus muchos rasgos destacados, la Declaración política de 1998 también fue el primer documento jurídico que vinculó la producción y el tráfico de drogas con el terrorismo. La Declaración política ha sido un valioso instrumento para estimular los esfuerzos nacionales y fortalecer la cooperación internacional. Se registraron éxitos importantes en la reducción de la superficie de los cultivos de coca, por ejemplo, en el Perú y en Bolivia en el decenio de 1990, y en Colombia Cultivo del cacao como alternativa después de 2000. Marruecos al cultivo de la coca en el Perú. redujo considerablemente su producción de resina de cannabis entre 2003 y 2005. También se lograron éxitos importantes en Asia sudoriental, especialmente en Myanmar y la República Democrática Popular Lao, en lo que respecta a la reducción de la producción de opio, tras los resultados satisfactorios obtenidos en Tailandia en los tres decenios anteriores, si bien esos éxitos se vieron opacados por la producción de opio en el Afganistán. En 2009, los Estados Miembros harán un balance de los progresos realizados en la fiscalización internacional de drogas, 100 años después de la creación de la Comisión de Shanghái, en una reunión a nivel ministerial de la Comisión de Estupefacientes, órgano rector de la ONUDD en cuestiones de fiscalización de drogas. www.unodc.org