Escrito el 17 de Ago 2014 Quiso darme lo dulce Isaías 53 9Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.h 10Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo Cristo clamó en el Getsemani, esa prensa de aceite. Padre padre, si es posible de mi pasa de mi esta copa. Sudo gotas de sangre, pero ¿Que había en esa copa? ¿Que es aquello que tanto Jesús teme que le ruega agonizando tres veces pasa de mi esta copa, pasa de mi esta copa?. Yo te diré que hay en esa copa. Toda la ira de Dios. Y Jesucristo la va a beber. Jesucristo no temía a la muerte, Jesucristo ni siquiera temía los azotes, y los clavos. Cristo sabía que quien estaría en la cruz no era más que Dios todopoderoso descargando toda su justicia y todo su ira sobre su hijo. Y es por eso que tu puedes leer juan 17, ahí encontramos parte de su oración antes de ser entregado e ir a la cruz, y hay dos atributos con los cuales Cristo se refiere al Padre, y no fueron Padre bueno, tampoco fueron padre amoroso y misericordioso, ¿quieres saber que atributos tenía en su mente? Padre Santo, y padre Justo. Jesucristo experimentó al Dios santo en su ira, y experimento al Dios justo en su justicia siendo castigado por nuestros pecados. Y sabes, todo eso, para que tu y yo podamos experimentar a Dios de toda gracia, Al Dios amoroso, al Dios misericordioso, bondadoso. ¿Entiendes esto? Dios quiso quebrantar a su hijo, de tal forma que tú y yo gocemos de lo dulce de su amor. Cierto hombre dijo "Dios quiere hacerte recostar entre algodones porque a su hijo le tocaron los espinos". Dios quiso quebrantar a su hijo, sujetándole a padecimiento, pero Dios quiere amarte, adoptarte, perdonarte, recibirte, sujetándote a gozo. Él quiso que su hijo quiso probar lo amargo, para que tu probarás lo dulce. Le dieron de beber vinagre, es amargo el vinagre. Tu no tienes porque seguir cargando con las consecuencias del pecado. Con lo amargo del pecado. Jesucristo ya padeció, muerto en la carne pero vivificado en espíritu, pero que tú y yo, muertos a la carne, vivos en el espíritu podamos disfrutar de todo lo que Cristo dejo para nosotros; el bebió de la copa de ira por nosotros, ya no queda ni una sola gota para que bebamos. David Espinosa Calvary Chapel Mérida.