ÁMBITO FARMACÉUTICO Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ACTUALIDAD JURÍDICA Legitimidad de la pérdida de la exclusividad de la dispensación de los efectos y accesorios por parte de las oficinas de farmacia JOSEP M.ª SUÑÉ ARBUSSÀ Catedrático jubilado de Legislación Farmacéutica. Facultad de Farmacia. Universidad de Barcelona. La publicación del Real Decreto 9/1996, que permite la entrega de efectos y accesorios en los centros sanitarios directamente a los usuarios, acaba con la exclusividad de su dispensación en las oficinas de farmacia. Algunos Colegios Oficiales de Farmacéuticos y el Consejo General de COF lo recurrieron sin éxito, ya que el Tribunal Supremo, a través de Sentencia de 9 de febrero de 1999 declara la conformidad a derecho de la disposición impugnada. V arias corporaciones profesionales farmacéuticas interpusieron recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Supremo contra el Real Decreto 9/1996, de 15 de enero, por el que se regula la selección de los efectos y accesorios, su financiación con fondos de la Seguridad Social o fondos estatales afectos a Sanidad y su régimen de suministro y dispensación a pacientes no hospitalizados. El principal punto de desacuerdo es el artículo 4, que prevé una doble vía de suministro de los efectos y accesorios: la tradicional, hasta entonces, de las oficinas de farmacia, mediante presentación de la receta, y la nueva, consistente en la entrega directa en los centros o servicios de la red de asistencia sanitaria o sociosanitaria, previa orden facultativa. Su oposición se basa en el artículo 105 de la Ley General de la Seguridad Social, texto refundido de 1974, y en la Orden Ministerial de 16 de octubre de 1979. El Tribunal Supremo desestima los recursos y declara la conformi- Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ACTUALIDAD JURÍDICA dad a derecho del Real Decreto ar moción de inconstitucionalidad, impugnado. como se pide, porque sólo es posible ante una Ley y no ante un Real Decreto, y porque no se aprecia la Fundamentos de derecho existencia de discriminación. Se argumenta la «distinta aporEl Tribunal Supremo admite que el tación de los usuarios», que no se sistema de dispensación de efectos encuentra explicitada en el Real y accesorios que establece el Real Decreto, el cual se limita a estableDecreto 9/1996 difiere del que cer una aportación del 40 o del hasta aquel momento había regido, 10%, según los casos, sin referenpero estima que el nuevo régimen o cia alguna al régimen de dispensasistema se produce en desarrollo de ción en oficina de farmacia o en un la Ley del Medicamento, por lo que centro o servicio sanitario. Pero la conformidad o no a derecho del aunque lo determinara reglamenReal Decreto vendrá determinada tariamente la Administración del por su conformidad o no con la Estado, sería aplicable para todos Ley del Medicamento, y no con las los usuarios en las mismas condinormas anteriores. ciones, por lo que tampoco se El artículo 93 de dicha Ley dis- podría estimar la existencia de pone que sólo los medicamentos desigualdad. que la Administración del Estado declare expresamente serán financiados con fondos de la Seguridad Social o afectos a la Sanidad; la disposición adicional tercera extiende el régimen a los efectos y Está suficientemente accesorios, para los que no existe «competencia exclusiva o monopoclaro desde un punto lio en favor de los productos sanide vista legal que tarios en las oficinas de farmacia, ni es exigible siempre la receta la dispensación de para la dispensación de los efectos los efectos y accesorios y accesorios». Está claro, pues, que mediante Real Decreto se podía la pueden efectuar disponer o autorizar que tales productos pudieran ser entregados en las oficinas de farmacia, pero no en exclusiva los centros sanitarios a los usuarios con la orden facultativa de prescripción. Tampoco se admite que, «al permitir la dispensación en farmacias y en la red sociosanitaria con distintos precios», se vulnere el prinTampoco se admite la «vulneracipio de igualdad que consagra el ción del derecho a la intimidad», artículo 14 de la Constitución, ya porque la eficacia de las medidas que «la distinta regulación, se que tomen tanto el dispensador hace de forma genérica para deter- como el usuario «no tienen por minados productos y en ella no qué depender de que la dispensahay discriminación subjetiva algu- ción y el suministro se haga en na, pues pueden disfrutarla todos distintos centros o por distintas los usuarios en igualdad de condi- personas». ciones», sin olvidar que los Colegios Oficiales de Farmacéuticos no están legitimados para tal denun- Comentario cia a fin de proteger unos supuestos derechos de los usuarios, ajenos De nuevo nos encontramos ante un a los farmacéuticos, cuya protec- recurso a una norma sufragado por ción y defensa corresponde a la el dinero de todos los farmacéutiAsociación de Consumidores y cos colegiados, ya que quienes Usuarios, que no ha opuesto obje- recurren son los Colegios Oficiales ción alguna. No ha lugar a plante- de Farmacéuticos de Madrid, Valencia y Castellón (los dos últimos, conjuntamente) y el Consejo General de COF. Y de nuevo nos planteamos —como hemos hecho en otras ocasiones— si no habría que ser más prudentes antes de interponer un recurso, creemos que de antemano perdido. Nos guste o no nos guste, existen unas normas de claridad meridiana a las que es inútil oponerse judicialmente. Los efectos y accesorios, hoy productos sanitarios en terminología europea y, por tanto, también española, no son de dispensación exclusiva en la oficina de farmacia, por lo que se expenden en otros establecimientos debidamente autorizados. La dispensación a los beneficiarios de la Seguridad Social responde a unas normas específicas que en cualquier momento pueden modificarse. Y esto es lo que ha ocurrido: la Ley del Medicamento abre la puerta a ello y el Real Decreto recurrido lo aplica. Todo dentro de la más estricta legalidad. Es inútil acudir a textos superados (Ley General de la Seguridad Social de 1974 y Orden de 16 de octubre de 1979), muy anteriores a la vigente Ley del Medicamento, como es inútil apelar a diferencias de precios en artículos que lo tienen libre y que ello sea anticonstitucional, o a la diferente aportación de los usuarios según el lugar de expendición que no está explicitado en la norma recurrida, ni en la vulneración del derecho a la intimidad. Está suficientemente claro desde un punto de vista legal que la dispensación de los efectos y accesorios la pueden efectuar las oficinas de farmacia, pero no en exclusiva, y que si la Seguridad Social les ha brindado durante años un trato de favor (sin duda, porque le interesaba), puede en cualquier momento modificarlo sin otro derecho por parte de los farmacéuticos que el del pataleo. Acudir con tan pobres argumentos a los tribunales es una empresa de antemano perdida. ¿Se ha publicado lo que ha costado a las arcas corporativas? ¿Valía la pena sin un estudio previo y evaluación de las posibilidades de ganarlo? Nos tememos que no. ■