Literatura, 2º ESO Recitar un poema CÓMO RECITAR UN POEMA En la Antigüedad la poesía fue escrita para ser cantada. Actualmente los poetas escriben sus poemas para que sean leídos por los lectores y, a veces, para que sean declamados en voz alta. ¿Qué pasos hay que seguir para recitar un poema en voz alta? 1. Lee atentamente el poema varias veces. Es importante una buena comprensión del texto, si es necesario se puede utilizar un diccionario para buscar las palabras que no se entienden. Con la lectura habrá que intentar saber qué sentimientos y emociones quería transmitir el poeta cuando escribió el poema (alegría, tristeza, duda, melancolía, decepción, odio…). 2. Si el poema es breve, puedes memorizarlo. Si es un poema más largo –y no consigues aprenderlo de memoria- podrás recitarlo con el texto escrito delante. Si es un poema que van a recitar varios alumnos, será necesario acordar qué fragmento tiene que recitar cada uno. 3. A la hora de recitar hay que tener en cuenta: a. vocalizar bien para que el público entienda el texto. El volumen ha de ser adecuado, todos los receptores tienen que poder escucharlo. b. respetar los signos de puntuación y las pausas. c. tener en cuenta las sinalefas, si las hay. d. respetar las rimas y la entonación de los versos. Algunas sílabas o palabras se pronuncian con mayor intensidad, son las que marcan el ritmo del verso. e. la velocidad de los versos dependerá de lo que autor y lector quieran transmitir. 1 Literatura, 2º ESO Recitar un poema 4. Al recitar el poema hay que interpretarlo. El poeta ha indicado el ritmo y la rima, pero la persona que recita pone con su voz un toque especial. Es importante mantener la postura corporal, controlar el movimiento de las manos y de la cara… 5. Ensaya el recitado. Primero tú solo, después puedes recitar delante de algún compañero que te ayudará a mejorar. ACTIVIDADES 1. Aquí se os propone una selección de poemas que podríamos llamar de “divertimento”. Son poemas planteados como un juego. En grupo, leed atentamente estos poemas y después seleccionad tres de ellos, ensayad la declamación y grabadlos (podéis utilizar programas de grabación de sonido como el Audacity o programas captación de imagen). Después los escucharemos en clase. EL ABURRIMIENTO. Poema escénico NOCTURNO Me aburro. Me aburro. Me aburro. ¡Cómo en Roma me aburro! Más que nunca me aburro. Estoy muy aburrido. ¡Qué aburrido estoy! Quiero decir de todas las maneras lo aburrido que estoy. Todos ven en mi cara mi gran aburrimiento. Innegable, señor. Es indisimulable. ¿Está usted aburrido? Me parece que está usted aburrido. Dígame, ¿adónde va tan aburrido? ¿Que usted va a las iglesias con ese aburrimiento? No es posible, señor; que vaya a las iglesias con ese aburrimiento. ¿Que a los museos -dice- siendo tan aburrido? ¿Quién no siente en mi andar lo aburrido que estoy? ¡Qué aire de aburrimiento! A la legua se ve su gran aburrimiento. Mi gran aburrimiento. Lo aburrido que estoy. Toma y toma la llave de Roma, porque en Roma hay una calle, en la calle hay una casa, en la casa hay una alcoba, en la alcoba hay una cama, en la cama hay una dama, una dama enamorada, que toma la llave, que deja la cama, que deja la alcoba, que deja la casa, que sale a la calle, que toma una espada, que corre en la noche, matando al que pasa, que vuelve a su calle, que vuelve a su casa, que sube a su alcoba, que se entra en su cama, que esconde la llave, que esconde la espada, quedándose Roma sin gente que pasa, sin muerte y sin noche, sin llave y sin dama. RAFAEL ALBERTI 2 Literatura, 2º ESO Recitar un poema Y sin embargo... ¡Oooh! He pisado una caca... Acabo de pisar -¡Santo Dios!- una caca... Dicen que trae suerte el pisar una caca... Que trae mucha suerte el pisar una caca... ¿Suerte, señores, suerte? ¿La suerte... la... la suerte? Estoy pegado al suelo. No puedo caminar. Ahora sí que ya nunca volveré a caminar. Me aburro, ay, me aburro. Más que nunca me aburro. Muero de aburrimiento. No hablo más... Me morí. RAFAEL ALBERTI PREGÓN ¡Vendo nubes de colores: las redondas, coloradas, para endulzar los calores! ¡Vendo los cirros morados y rosas, las alboradas, los crepúsculos dorados! ¡El amarillo lucero, cogido a la verde rama del celeste duraznero! ¡Vendo la nieve, la llama y el canto del pregonero! RAFAEL ALBERTI Mamá, yo quiero ser de plata. Hijo, tendrás mucho frío. Mamá. Yo quiero ser de agua. Hijo, tendrás mucho frío. Mamá. Bórdame en tu almohada. ¡Eso sí! ¡Ahora mismo! FEDERICO GARCÍA LORCA El CHAMARIZ EN EL POZO El chamariz en el chopo. -¿Y qué más? -El chopo en el cielo azul. -Y qué más? -El cielo azul en el agua. -¿Y qué más? -El agua en la hojita nueva. -¿Y qué más? -La rosa en el corazón. -¿Y qué más? -¡Mi corazón en el tuyo JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Mariposa del aire, qué hermosa eres, mariposa del aire dorada y verde. Luz de candil, mariposa del aire, ¡quédate ahí, ahí, ahí!... No te quieres parar, pararte no quieres. Mariposa del aire dorada y verde. Luz de candil, mariposa del aire, ¡quédate ahí, ahí, ahí!... ¡Quédate ahí! Mariposa, ¿estás ahí? FEDERICO GARCÍA LORCA 3 Literatura, 2º ESO Recitar un poema LOS SASTRES (aritmograma poético) Yo compadezco a los sas - 3, porque de los hombres to - 2 no hay otros que de más mo - 2 sufran mayores desas - 3. Por eso soy su vo - 0, y si me lo permitie- 6 os rogaría que fue- 6 también su amigo sin - 0. Siempre humilde fue su c - 1 y como viven senta - 2 nunca fueron encumbra - 2 en hombros de la fort - 1. No hay uno entre 89 que en mil casos repeti - 2 no remiende sus vesti - 2 y los ajenos re - 9. Y entre ciento no habrá 1 que haya subido a un birl - 8 o haya probado un bizc - 8 en su frugal desay - 1. No les vale estar arma - 2 para cortar sus vesti - 2: por la aguja son heri - 2 y por la plancha quema - 2. Un rey hubo cerve - 0 y cerrajero hubo alg - 1 que, infeliz como ning -1, cayó al golpe del a - 0; hubo papas y solda - 2, por supuesto no eran ler - 2, que después de cuidar cer - 2 fueron al solio exalta - 2; pero acerca de los sas - 3, que por cierto no son ru - 2, los anales están mu - 2 y sólo cuentan desas - 3. No a los sastres acu - 6 de sus percances en 1/2, buscad a su mal re - 1/2 y no a infamarlos pa - 6. En su taller encorva - 2 los veréis mustios y cuer - 2, pues sólo un brazo y tres de - 2 mantienen siempre ocupa- 2. Allí, lector, no pene - 3, allí llueven los petar - 2 de los blancos, de los par - 2, de todos los petime - 3. Porque no faltan beli - 3 que, a estafar acostumbra - 2, hacen con estos cuita - 2 el oficio de los bui - 3. ¡Cuántos chalecos fia - 2 y pantalones medi - 2, que luego han sido pedi - 2 y nunca han sido paga - 2! Dura verdad, no me arras - 3 a decir que en ambos mun - 2 hierven rencores profun - 2 en contra de nuestros sas - 3. Vienen a nuestros merca - 2 baratísimos vesti - 2 por los franceses vendi - 2 y por nosotros compra - 2. Preciso es que confe - 6 que están por esto arruina - 2; mas no por ser desgracia - 2 de sus desgracia abu - 6. ANÓNIMO 4 Literatura, 2º ESO Recitar un poema EL CONDE SISEBUTO A cuatro leguas de Pinto y a treinta de Marmolejo, existe un castillo viejo que edificó Chindasvinto. Salta el foso, llega al muro, la poterna está cerrada. - ¡Me ha dado mico mi amada! -exclama-. ¡Vaya un apuro! Perteneció a un gran señor algo feudal y algo bruto; se llamaba Sisebuto, y su esposa, Leonor, De pronto, algo que resbala siente sobre su cabeza, extiende el brazo, y tropieza ¡con la cuerda de una escala! y Cunegunda su hermana, y su madre Berenguela, y una prima de su abuela atendía por Mariana. - Y su cuñado, Vitelio, y Cleopatra su tía, y su nieta Rosalía, y el hijo mayor, Rogelio. Trepa que trepa que trepa, sube que sube que sube, en brazos cae de un querube, la hija del conde... la Pepa. Era una noche de invierno, noche cruda y tenebrosa, noche sombría, espantosa, noche atroz, noche de infierno, En lujoso camarín introduce a su adorado, y al notar que está mojado le seca bien con serrín. noche fría, noche helada, noche triste, noche oscura, noche llena de amargura, noche infausta, noche airada. - Lisardo... mi bien, mi anhelo, único ser que yo adoro, el de los cabellos de oro, el de la nariz de cielo, En un gótico salón dormitaba Sisebuto, y un lebrel seco y enjuto roncaba en el portalón. ¿qué sientes, di, dueño mío?, ¿no sientes nada a mi lado?, ¿que sientes, Lisardo amado? Y él responde: - Siento frío. Con quejido lastimero el viento fuera silbaba, e imponente se escuchaba el ruido del aguacero. - ¿Frío has dicho? Eso me espanta. ¿Frío has dicho? eso me inquieta. No llevarás camiseta ¿verdad?... pues toma esta manta. Cabalgando en un corcel de color verde botella, raudo como una centella llega al castillo un doncel. - Y ahora hablemos del cariño que nuestras almas disloca. Yo te amo como una loca. - Yo te adoro como un niño. Empapada trae la ropa por efecto de las aguas, ¡como no lleva paraguas viene el pobre hecho una sopa! - Mi pasión raya en locura, si no me quieres, me mato. - La mía es un arrebato. si me olvidas, me hago cura. ¡Ah!... -dice con fiero acento. ¡Ah!... -vuelve a decir gozoso. ¡Ah!... -repite venturoso. ¡Ah!... -otra vez, y así, hasta ciento. 5 Literatura, 2º ESO Recitar un poema - ¿Cura tú? ¡Por Dios bendito! No repitas esas frases, ¡en jamás de los jamases! ¡Pues estaría bonito! Después, sacando un puñal, de un solo golpe certero le enterró el cortante acero junto a la espina dorsal. Hija soy de Sisebuto desde mi más tierna infancia, y aunque es mucha mi arrogancia, y aunque es un padre muy bruto, El joven, naturalmente, se murió como un conejo. Ella frunció el entrecejo y enloqueció de repente. y aunque temo sus furores, y aunque sé a lo que me expongo, huyamos... vamos al Congo a ocultar nuestros amores. También quedó el conde loco de resultas del espanto, y el perro... no llegó a tanto, pero le faltó muy poco. - Bien dicho, bien has hablado, huyamos aunque se enojen, y si algún día nos cogen, ¡que nos quiten lo bailado! Desde aquel día de horror nada se volvió a saber del conde, de su mujer, la llamada Leonor, En esto, un ronco ladrido retumba potente y fiero. - ¿Oyes? -dice el caballero-, es el perro que me ha olido. de Cunegunda su hermana, de su madre Berenguela, de la prima de su abuela que atendía por Mariana, Se abre una puerta excusada y, cual terrible huracán, entra un hombre..., luego un can..., luego nadie..., luego nada... de su cuñado Vitelio, de Cleopatra su tía, de su nieta Rosalía ni de su chico Rogelio. - ¡Hija infame! -ruge el conde. ¿Qué haces con este señor? ¿Dónde has dejado mi honor? ¿Dónde?, ¿dónde?, ¿dónde?, ¿dónde? Y aquí acaba la leyenda verídica, interesante, romántica, fulminante, estremecedora, horrenda, Y tú, cobarde villano, antipático, repara cómo señalo tu cara con los dedos de mi mano. que de aquel castillo viejo entenebrece el recinto, a cuatro leguas de Pinto y a treinta de Marmolejo JOAQUÍN ABATÍ 6 Literatura, 2º ESO Recitar un poema EL IDIOMA CASTELLANO Señores un servidor: Pedro Pérez Baticola, cual la Academia Española, «limpia, fija y da esplendor». Como tampoco imagino ni el diccionario me explica por qué al que gorros fabrica no se le llama gorrino. ¿Y vuestra vista no mira lo mismo que yo lo miro, que quien descerraja un tiro dispara, pero no tira? Pero yo lo hago mejor; y no son ganas de hablar, pues les voy a demostrar que es preciso meter mano al idioma castellano donde hay mucho que arreglar ¿Por qué las Josefas son por Pepitas conocidas, como si fueran salidas de las tripas de un melón? Este verbo y más de mil en nuestro idioma es un barro; tira el que tira del carro, no quien dispara un fusil. ¿Por qué el de Cuenca no es cuenco, bodoque el que va de boda, y al que los árboles poda no se le llama podenco? Si se le llama mirón al que está mirando mucho, cuando ladre mucho un chucho, hay que llamarle ladrón; ¿Me quieren decir por qué, en tamaño y en esencia, hay esa gran diferencia entre un buque y un buqué? ¿Por el acento? Pues yo, por esa insignificancia, no concibo la distancia de un presidio a presidió. Ni de tomas a Tomás, de un paleto a paletó ni de topo a que topó ni de colas a Colás. Mas dejemos el acento que convierte, como ves, las ingles en un inglés y vamos con otro cuento. ¿A ustedes no les asombra que diciendo chico y chica, majo y maja, rico y rica no digamos hombre y hombra? Y la frase tan oída del marido y la mujer ¿por qué no tiene que ser el marido y la marida? El sexo a hablar nos obliga a cada cual como digo; si es hombre, me voy contigo; si es mujer, me voy contiga. ¿Por qué llamamos tortero al que elabora una torta y al sastre que ternos corta no le llamamos ternero? Cometa está mal escrito y por eso no me peta; ¿hay en el cielo un cometa que cometa algún delito? Y no habrá quien no conciba que llamarle firmamento al cielo, es un esperpento; ¿quién va a firmar allá arriba? ¿Y es posible que persona alguna acepte el criterio de que llamen monasterio donde no hay ninguna mona? porque la sílaba –on indica aumento, y extraño que a un ramo de gran tamaño no se le llame Ramón. Y, por la misma razón, si los que estáis escuchando un buen rato estáis pasando, estáis pasando un ratón. ¿Y no es tremenda gansada en los teatros que sea denominada platea lo que nunca platea nada? De igual manera me quejo al ver que un libro es un tomo; será un tomo si lo tomo y si no lo tomo, un dejo. De la cárcel al rector se le llama carcelero; luego a quien es director de una prisión, ¡por favor! Hay que llamar prisionero. De largo sacan largueza en lugar de larguedad; y de corto, cortedad, en vez de sacar corteza. Ya basta para quedar convencido el más profano que el idioma castellano tiene mucho que arreglar. Si el que bebe es bebedor, el sitio es el bebedero, y hay que llamar comedero a lo que hoy es comedor. Aquí se acaba la historia. Si ahora, para terminar, unas palmadas me dan, ustedes no extrañarán que les llame palmatorias. Comedor será quien coma, como es bebedor quien bebe: y de esta manera debe modificarse el idioma. PABLO PARELLADA, ”MELITÓN GONZÁLEZ” 7