México ante la revolución energética del siglo XXI Los absurdos en el sector energético se acumulan: somos el sexto país con más reservas de gas de lutitas (shale gas), pero las importaciones de gas han aumentado 485% desde 2001. Y somos vecinos del productor mundial más eficiente de gas, pero no tenemos suficiente infraestructura de ductos para importarlos a costos competitivos. JULIO 12, 2013 El mundo está entrando en una nueva era de hidrocarburos que ha cambiado el paradigma del fin de la era del petróleo. Los avances tecnológicos están transformando la manera en que se extraen los hidrocarburos. Muchos recursos antes inaccesibles hoy son viables técnica y comercialmente. Antes, en un mundo dominado por la OPEP y marcado por la amenaza de grandes embargos petroleros, los inversionistas competían por un número muy limitado de países con yacimientos de hidrocarburos. Hoy son los países quienes compiten por el talento global, la inversión y el acceso a la tecnología de punta. Esta revolución energética, sustentada en el avance tecnológico, está posicionando a EUA y Canadá como líderes energéticos globales. Las tendencias indican que para 2018, EUA será el mayor productor de petróleo y gas del planeta. Nuestro vecino está en una ruta acelerada hacia la independencia energética. Mientras tanto, en México el sector se encuentra en crisis: la producción de petróleo ha caído 25% en los últimos nueve años, además la producción de gas no alcanza para cubrir la demanda nacional y las necesidades del sector industrial. Fuente: Elaboración del IMCO con datos de BP Statistical Review of World Energy 2012, World Energy Council, World Bank y Canadian Energy Research Institute Los absurdos en el sector energético se acumulan: somos el sexto país con más reservas de gas de lutitas (shale gas), pero las importaciones de gas han aumentado 485% desde 2001.[1] Somos vecinos del productor mundial más eficiente de gas, pero no tenemos suficiente infraestructura de ductos para importarlos a costos competitivos: el precio de referencia del gas en EUA es de 3.58 dólares,[2] mientras que México ha llegado a importara 22.58 dólares.[3] El tiempo apremia, la revolución energética en Estados Unidos, liderada por la explotación de lutitas, ofrecerá energía barata para la industria. Esto podría provocar una migración del sector manufacturero mexicano al vecino del norte que ofrecerá costos más competitivos. Mientras tanto en México, PEMEX pide a la industria que reduzca su consumo de gas natural. México puede ser parte de esta revolución energética y convertir a la energía en un factor de competitividad para todos los sectores de nuestra economía. Sin embargo, primero tiene que transformar el modelo actual en uno que le permita atraer inversión, tecnología y talento humano para explotar su potencial. Actualmente, el país cuenta con el sector energético más cerrado del mundo. Naciones como Cuba y Corea del Norte han comprendido las ventajas de asociarse con la iniciativa privada para explotar sus recursos naturales. En Cuba, por ejemplo, existe la participación de 11 empresas extranjeras a través de contratos de riesgo. El caso que mejor refleja las ventajas de asociarse con la iniciativa privada es Noruega. Los ingresos obtenidos a través de las concesiones a la iniciativa privada han permitido crear un fondo soberano que representa 1.47 veces su PIB y se usa para el beneficio de los ciudadanos noruegos y de las generaciones futuras. ¿Por qué asociarse con la iniciativa privada? Destacan al menos tres razones: Acceso a tecnología. La nueva revolución energética ha puesto fin al petróleo fácil, la carrera actual no es por el control geográfico sino por el desarrollo de tecnologías más eficientes y capital humano calificado. En este sentido, las empresas energéticas cuentan con un desarrollo tecnológico superior al de Pemex. En 2011, la empresa Schlumberger registró 540 patentes, mientras el Instituto Mexicano del Petróleo registró 22. La tecnología es uno de los principales activos de una empresa y compartir o vender este conocimiento les quitaría su ventaja competitiva frente a otros competidores. Capital. Explotar los recursos naturales que tenemos en el subsuelo requiere de una inversión considerable que Pemex no puede realizar por su propia cuenta. De acuerdo con estimaciones de IMCO, con el presupuesto anual de 26 mmd de Pemex para inversión se requerirían más de 30 años para poder explotar todos los hidrocarburos convencionales y no convencionales que existen en el país. Al permitir la asociación de Pemex con otros operadores o permitir que éstos participen, tanto la inversión como la capacidad de ejecución para desarrollar el potencial del país se incrementarían. El potencial de captación de recursos financieros es alto. En 2010, la empresa paraestatal brasileña PETROBRAS obtuvo en un solo día 70 mmd en una oferta pública de acciones, ese año el monto total de la inversión extranjera directa en México fue de 19 mmd. Diversificación de riesgo. La industria de los hidrocarburos es un negocio de riesgo. En el caso de la exploración de aguas profundas, por ejemplo, la tasa de éxito de Pemex es de 16%[4] mientras que las empresas que operan asociadas registran una tasa de riesgo de 33%.[5]Al permitir asociaciones o dejar que otros operadores inviertan en el sector de hidrocarburos mexicano el riesgo se compartiría entre los distintos actores involucrados y existirían más recursos disponibles para otros proyectos de exploración. Actualmente, Pemex requiere una inversión de 1,562 millones de dólares para hacer un descubrimiento, mientras que el promedio de la industria es de 750 millones de dólares. Los hidrocarburos no le pertenecen a Pemex sino a todos los mexicanos. Este hecho no debe cambiar. Sin embargo, es tiempo que pensemos en la estrategia que maximizará el beneficio social de poseer un vasto tesoro en el subsuelo. Los hidrocarburos son un recurso natural que puede fortalecer nuestra competitividad y aumentar la renta petrolera en beneficio de todos los mexicanos. Este texto surge de la presentación del Índice de Competitividad Internacional “Nos cambiaron el mapa: México ante la revolución energética del siglo XXI”. Para consultar el informe completo sigan este vínculo. [1]SENER (2012). Prospectiva de gas natural 2012-2026 [2] EIA, Henry Hubb Gulf Coast Natural Gas Spot Price, 9 de julio de 2013, [3]Costo por millón de BTU. Reforma, “Importa el país menos gas pero más caro”, 9 de mayo de 2013. [4]Estimaciones IMCO con datos de PEMEX y Comisión Nacional de Hidrocarburos [5] US Geological Survey, Department of the Interior http://www.animalpolitico.com/blogueros-neoliberal-nelliberal/2013/07/12/mexico-ante-la-revolucion-energetica-del-sigloxxi/#axzz2ZR4uzbiD