EN PROFUNDIDAD: MUJER Y TABACO Enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco en la mujer S. Alonso Viteri Servicio Neumología. Hospital La Princesa. Madrid INTRODUCCIÓN Desde la llegada del tabaco en el siglo XV a los países occidentales, han existido opiniones contradictorias sobre los efectos de su consumo. Sin embargo es, desde mediados del siglo pasado, a raíz de la publicación de artículos científicos1, cuando la medicina se ha hecho eco de los deletéreos efectos del tabaquismo. El consumo de labores de tabaco ha ido variando con el tiempo. Inicialmente el consumo mayoritario era de tabaco mascado y de cigarros, y casi exclusivo del sexo masculino. Desde la aparición de la máquina de fabricar cigarrillos, el consumo de estos ha sido mayoritario, representando hoy más del 90%. Y es desde mediados del siglo XX, coincidiendo con la incorporación al mundo laboral y con la independencia económica, cuando el consumo entre las mujeres va incrementándose de forma progresiva. Así en España desde 1987 hasta 1997, el porcentaje de fumadoras se ha incrementado en 4 puntos, situándose en el 27.2% de la población femenina mayor de 16 años2; es este periodo de tiempo el consumo entre los congéneres varones se ha reducido en más de 12 puntos. Nos encontramos actualmente en una etapa en la que el tabaquismo tiene gran importancia entre las mujeres, sobre todo las más jóvenes que inician su consumo antes de los 20 años en más del 90% de los casos. La industria tabaquera se ha valido durante las últimas décadas de una publicidad engañosa dirigida al sexo femenino, en la que no sólo se incitaba al consumo, sino que se reflejaba la idea de inmu- Correspondencia: Soledad Alonso Viteri. Unidad de Tabaquismo. Hospital de La Princesa. C/ Diego de León, 62. 28006 Madrid Recibido: 19 de junio de 2001. Aceptado: 21 de junio de 2001 [Prev Tab 2001; 3(3): 161-164] PREVENCIÓN DEL TABAQUISMO vol. 3 nº 3, Septiembre 2001 nidad de la mujer ante los efectos dañinos del tabaquismo. Actualmente hoy sabemos que esto no es así. Estamos comenzando a ver ya en mujeres patologías relacionadas con el consumo de labores de tabaco y es de prever que en pocos años asistamos al triste boom de enfermedades derivada de dicho consumo entre las féminas. En nuestros días el cigarrillo mata a más de 500000 mujeres al año, siendo la causa de muerte prematura evitable más importante en mujeres de los países desarrollados3. En España en 1995 murieron más de 11000 mujeres por causas directamente atribuibles al consumo de esta sustancia4. En el presente capítulo vamos a hacer referencia a los procesos nosológicos derivados del consumo de tabaco, centrándonos en aquellos más específicos de las mujeres. Si bien estas pueden padecer las mismas enfermedades por dicha sustancia que los varones. No es descabellado tener en mente que en breve tiempo la lista de morbilidad causada por el tabaco vaya incrementándose entre las mujeres. TRASTORNOS GINECOLÓGICOS EN FUMADORAS La diferenciación sexual entre mujeres y hombres va a ser la base de estos trastornos causados por el tabaco, al actuar sobre los órganos genitales. Por otro lado, debemos tener en cuenta una característica propia de la mujer: la gestación, a la que se hace referencia en otro de los apartados de este número. Ya hemos señalado que la mayoría de la fumadoras se inicia en su hábito antes de los 20 años (muchas antes de los 14 años consumen de forma irregular tabaco). El empleo de esta sustancia a edades tan tempranas, en las que el sistema genital está en fase de maduración, lleva asociado un retra- 161 so en la edad de la menarquia. Pero, no sólo se retrasa la aparición de la menstruación y los cambios hormonales asociados, sino que en las mujeres adultas fumadoras se observa un adelanto en la edad de la menopausia. Ello es consecuencia del efecto antiestrogénico5 del tabaco, que podría deberse a alteraciones en el metabolismo, y a un efecto tóxico directo de esta sustancia sobre los folículos ováricos. Globalmente lo anterior tiene como consecuencia la reducción del periodo fértil de la mujer fumadora, y de la etapa con mayores niveles de estrógenos circulantes. Esto no sólo va reducir la fertilidad, sino que va a tener relación con la aparición de tumores, como veremos posteriormente. Se ha objetivado también entre la mujeres fumadoras una mayor intensidad de síntomas del síndrome de tensión premenstrual, con dificultad mayor para el control de los mismos. Así mismo se objetiva mayor incidencia de amenorrea secundaria en ellas. Con respecto a la fertilidad de la mujer fumadora, ya hemos señalado la reducción de los años para la procreación; sin embargo, existen en ella otra serie de problemas para la concepción. La existencia de una mayor incidencia de infecciones genitales en fumadoras parece ser la causa principal de infertilidad de origen tubarico6, que es más frecuente entre consumidoras de tabaco. Una vez fecundado el óvulo la existencia de problemas en la implantación del mismo se presentan también con mayor frecuencia en fumadoras, en probable relación con alteraciones en los niveles hormonales o alteraciones en su funcionalidad, como se sospecha con la hormona luteinizante. De esto modo los embarazos ectópicos6 y los abortos precoces son también mas prevalentes entre estas mujeres. En la sociedad actual el ritmo de vida lleva a que las familias no tengan tiempo para los hijos. En un intento de controlar esta natalidad, es frecuente el consumo de anticonceptivos orales. En las fumadoras que consumen este tipo de fármacos, existen problemas de salud más frecuentes que entre las no fumadoras. Así la asociación en ellas del efecto procoagulante de los anovulatorios con la mayor viscosidad sanguínea de los fumadores, lleva una mayor incidencia de procesos trombóticos, sobre todo a nivel de miembros inferiores y en ramas pulmonares. Podemos hablar de un riesgo de 20 a 40 veces superior para el tromboembolismo pulmonar entre las fumadoras, con el incremento de mortalidad femenina que ello conlleva. Entre ese grupo de mujeres consumidoras de ambas sustancias también está incrementada la incidencia de enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio y de procesos cerebrovascualres, siendo la embolia hemorrágica hasta 4 veces más frecuente en ellas7. 162 Los riesgos anteriores con la toma de anticonceptivos orales parecen verse ligeramente reducidos con la nueva generación de estos fármacos, en los que los niveles hormonales son menores. Sin embargo ninguna mujer, especialmente si es fumadora, debería olvidar que se trata de fármacos y como tales deben de ser controlados por personal sanitario. OSTEOPOROSIS EN LA MUJER FUMADORA La osteoporosis, definida como la pérdida de densidad mineral a nivel óseo, es un proceso cuya frecuencia se incrementa con la edad, siendo más prevalente entre el sexo femenino, sobre todo en edad postmenopaúsica. Sus consecuencias pueden ser tan graves como fracturas a nivel de grandes articulaciones como la cadera o aplastamientos vertebrales, que modifican totalmente la calidad de vida de los pacientes; si bien, en ocasiones se diagnostica en personas totalmente asintomáticas. Se ha observado una mayor incidencia de osteoporosis entre las mujeres postmenopaúsicas fumadoras8,9, objetivándose una menor densidad ósea nivel de la cabeza del fémur10. Este hecho puede atribuirse:a) al efecto antiestrogénico5 del tabaco, b) no se puede descartar un efecto directo del tabaco a nivel del metobolismo fosfo-cálcico, c) la existencia de unos niveles menores de hormona paratiroidea10 entre las fumadoras, d) la menor masa corporal que suelen presentar las consumidoras de tabaco,..... Los estudios sobre el papel del tabaco en la génesis y evolución de la osteoporosis son escasos y cabe pensar que su peso aumentará a medida que se vayan incrementando nuestros conocimientos. Lo que sí podemos afirmar actualmente es la existencia de un correlación inversa entre el número de cigarrillos consumidos al día y la densidad ósea medida8. La frecuencia de fracturas de cadera entre fumadoras es 4 veces más frecuente que sus congéneres no fumadoras; del mismo modo la prevalencia de aplastamiento es mayor para las primeras. Es importante el diagnóstico precoz de la osteoporosis, con el fin de establecer unas normas higiénico dietéticas, entre ellas el abandono de tabaco, y un tratamiento eficaz que pueda evitar la aparición de complicaciones. CÁNCER POR EL TABACO EN LA MUJER La relación directamente causal entre tabaco y cáncer es conocida desde los años 50 del siglo pasado. Conocemos en Enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco en la mujer. S. Alonso Viteri la actualidad más de 5000 sustancias presentes en el humo del tabaco. Entre ellas muchas tienen efecto cancerígeno, bien por ser responsables directos de modificaciones celulares o por evitar la acción de las defensas celulares. El cáncer de pulmón y laringe han sido los más directamente y más precozmente relacionados con el consumo de tabaco. En la actualidad sabemos que hay un mayor número de tumores relacionados con el mismo; y hoy podemos decir que no sólo entre los consumidores activos, sino también entre los pasivos. Actualmente es mayor es número de varones afectos que encontramos, sin embargo es de prever que esto cambie en pocos años. Muchas de las mujeres consumidoras van a padecer de procesos tumorales, pero comenzamos ya a ver a las sufridoras del tabaquismo de los cónyuges con este tipo de patología. Hay más de una veintena de procesos malignos relacionados con el tabaquismo. Vamos a revisar aquellos que presentan peculiaridades entre las féminas, si bien referiremos al final una lista de los más importantes. 1. Neoplasias ginecológicas. Se ha observado una mayor prevalencia de cáncer de cérvix11 entre las fumadoras frente a las no consumidoras; si bien hay pocos datos al respecto, esta relación si parece tener una base causal. Lo mismo ocurre con el cáncer de mama, más frecuente en fumadoras sobre todo en aquellas que se iniciaron de forma precoz en el consumo y que este se ha mantenido durante más de 30 años12. Con respecto al cáncer de endometrio existen datos que sugieren una reducción de riesgo entre las fumadoras13; sin embargo este hecho no está comprobado y, desde luego, no justificaría el consumo de tabaco ya que las consecuencias deletéreas de este es mucho mayor que el producido por el tumor endometrial. 2. Cáncer de pulmón. Hasta nuestros días es más frecuente su diagnóstico entre varones, sin embargo, comienza a incrementarse entre las féminas fumadoras. En países como Estados Unidos es actualmente el tumor maligno más frecuente en mujeres, por delante del cáncer de mama. Esta parece ser la tendencia en los países desarrollados, en los que la incorporación de la mujer al tabaquismo ha sido masiva desde hace treinta años. 3. Otros tumores: laringe, cavidad oral, labio, esófago, estómago, páncreas, vejiga, uréter, pelvis renal14, ... PATOLOGÍA RESPIRATORIA ENTRE LAS FUMADORAS Es una de las principales patologías y de las que más precozmente da síntomas entre los fumadores. En nuestros PREVENCIÓN DEL TABAQUISMO vol. 3 nº 3, Septiembre 2001 días las salas de los servicios de neumología se encuentran llenas de pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). A este grupo de pacientes observamos una progresiva incorporación de mujeres, sin presentar diferencias sintomatológicas. Otros procesos como las disfonías, bronquitis agudas, infecciones vías respiratorias altas, otitis medias, etc, son también más frecuentes en fumadores, no encontrándose grandes diferencias por sexo. Es preocupante el inicio tan precoz en el tabaquismo de los jóvenes; en ellos la función pulmonar no se encuentra totalmente desarrollada ni madura. Se observa en ellos una obstrucción de forma precoz a nivel de la pequeña y mediana vía aérea, objetivable mediante espirometría15. Adoptando la edad de los 18 años como la edad en la que se completaría la función pulmonar y estudiando la misma entre adolescentes podemos observar una reducción de los valores espirométricos, sobre todo del FEV1 y del FEF25-7515. Esta reducción es más marcada entre las adolescentes fumadoras, lo cual supone una menor reserva funcional. Es de prever que esto tenga importancia en el desarrollo de patología en la edad adulta cuando no se abandona el consumo. PATOLOGÍA VASCULAR ENTRE LAS FUMADORAS Se conoce la existencia de lesión en los vasos del organismo de los fumadores, como consecuencia de los efectos de la carboxihemoglobina y la nicotina entre otras sustancias del humo de tabaco. La frecuencia de ateroesclerosis entre los fumadores es mayor que entre los congéneres no fumadores. Asociando esto a un menor calibre en los vasos por efectos de las catecolaminas y a una menor capacidad sanguínea para el aporte de oxígeno, podemos entender la aparición de patología vascular a cualquier nivel del organismo. En esto va a contribuir además de las lesiones locales, la mayor incidencia de hipertensión arterial entre los consumidores de tabaco. Cabe destacar la mayor frecuencia de cardiopatía isquémica entre las mujeres fumadoras, sobre todo a partir de la menopausia, que va contribuir a incrementar la mortalidad femenina. En es estudio Framinghan16 ya se concluyó la existencia de una relación directa entre el número de cigarrillos y el riesgo de enfermedad coronaria. En cuanto a la patología cerebro vascular, se ha observado una mayor incidencia de hemorragia subaracnoidea entre las mujeres fumadoras, llegando a ser esta patología hasta 10 veces más frecuente que entre las no fumadoras. Se conoce además la existencia de una relación causal entre 163 el tabaquismo y la aparición de embolia cerebral17, viéndose incrementado este riesgo si hay un consumo concomitante de anticonceptivos orales7. ESTÉTICA Y TABACO En pleno siglo XXI, en una sociedad donde la imagen corporal tiene gran importancia, es frecuente que las jóvenes consuman tabaco “con el fin de permanecer delgadas”; esta es la respuesta que más frecuentemente dan las adolescentes cuando se las preguntan por el motivo que tienen para fumar y sobre todo el principal motivo para no dejarlo. Este concepto erróneo sobre el tabaco parte de la gran influencia que tienen los medios audiovisuales y la publicidad en los jóvenes. Las industrias tabaqueras venden su producto enfocado hacia los jóvenes, sobre todo mujeres, asociándolo con conceptos como la mejor imagen corporal, el éxito social y laboral, el atractivo físico residente en el consumo de una determinada marca o la equiparación a los congéneres varones. Debemos dar a conocer a nuestras jóvenes que ese mensaje no es correcto. El fumar no mantiene delgada: mata. No es un buen método para adelgazar o para mantener el peso; se trata de una droga y como tal con carácter adictivo. Esta idea debe de cambiar entre las mujeres. Por otro lado, y teniendo en cuenta la importancia de la imagen en la sociedad, se debe tener en cuenta que el consumo de tabaco conduce a un mayor y más rápido deterioro de la piel, con aparición precoz de arrugas sobre todo faciales. La aparición de halitosis, la coloración amarillenta de dedos y dientes18 por la nicotina, son determinantes estéticos que siempre suelen tener presentes las mujeres. Sin embargo, las fumadoras parecen olvidarlos y siguen viendo mejor el mantenimiento del consumo de tabaco. Todas estas alteraciones mejoran a medida que se mantiene la abstinencia. BIBIOGRAFÍA 1. US Department of Health and Human Services. Reducing the health consequences of smoking: 25 years of progress. 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