LUNES 12 Octubre (XXVIII). NUESTRA SEÑORA DEL PILAR Canto Yo siento gran alegría, cuando comienzo a cantar, a nuestra madre la Virgen, a la Virgen del Pilar. Es Madre y es Reina de la Hispanidad, y en Aragón la queremos de modo singular. Voy a rezar al Pilar cuando estoy alegre o triste, porque sé que mis plegarias escucha siempre la Virgen, yo quiero expresarle mi amor sin igual y colgadica al cuello la quiero yo llevar. La virgen a Zaragoza vino una noche de enero, y su presencia por siempre bendijo el agua del Ebro. Hoy quiero pedirle una gracia especial, que me proteja y cuide siempre de todo mal. Adiós virgen del Pilar madre querida y muy fiel, en la nave de la vida sé mi timón y sostén. Y cuando la muerte apague mi voz recógeme en tus brazos junto a tu corazón. María es el "arca" de la Nueva Alianza: A través de ella nos llegó Jesús. PRIMERA LECTURA 1Crónicas 15,3-4.15-16; 16,1-2: En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todos los israelitas para trasladar el arca del Señor al lugar preparado. Reunió también a los hijos de Aarón y a los levitas. Los levitas se echaron los varales a los hombros y levantaron el arca de Dios, como mandó Moisés por orden del Señor. David ordenó a los jefes de los levitas que organizasen a sus hermanos cantores, para que entonasen cánticos de alegría, acompañados de instrumentos musicales, salterios, cítaras y címbalos. Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David había preparado. Ofrecieron a Dios holocaustos y sacrificios de comunión, y cuando David terminó de ofrecerlos bendijo al pueblo en el nombre del Señor. Palabra de Dios El arca, presencia de Dios. María, Jesús, la Iglesia, cada creyente somos ese “arca” porque somos y llevamos la presencia del Señor. Lo que hay que hacer es vivir y expresar con alegría esa presencia divina. Sal 26,1.3.4.5: El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado. El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida; ¿quién me hará temblar? Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo. Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo. El me protegerá en su tienda el día del peligro; me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca. SEGUNDA LECTURA Hechos de los apóstoles 1,12-14: Después de la ascensión de Jesús a los cielos, los apóstoles regresaron a Jerusalén desde el monte de los Olivos, que dista de la ciudad lo que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron a la ciudad, subieron al piso alto de la casa donde se alojaban: Pedro y Juan, Santiago, Andrés, Felipe, y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago (el hijo de Alfeo), Simón el Cananeo y Judas, el hijo de Santiago. Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con María, la madre de Jesús, con los parientes de Jesús y algunas mujeres. Palabra de Dios La madre de Jesús ocupa un lugar destacado. Sin duda quiere ponerse de relieve el honor en que fue tenida desde primera hora en la Iglesia. También se destacan los denominadores comunes que concurren en la comunidad: unidad y permanencia en la oración. La oración como expresión de la confianza en Dios. Como el niño que no sabe dormirse sin cogerse a la mano de su madre, así mi corazón viene a ponerse, sobre tus manos al caer la tarde. Como el niño que sabe que alguien vela su sueño de inocencia y de esperanza, así descansará mi alma segura, sabiendo que eres tú quien nos aguarda. Tú endulzarás mi última amargura, tú aliviarás el último cansancio, tú cuidarás los sueños de la noche, tú borrarás las huellas de mi llanto. Tú nos darás mañana nuevamente la antorcha de la luz y la alegría, y por las horas que te traigo muertas tú me darás una mañana viva. (J. L. M. Descalzo) EVANGELIO Lucas 11,27-28 En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las turbas, una mujer de entre el gentío levantó la voz diciendo: -¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron! Pero él repuso: -Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen! Palabra del Señor Como decían los antiguos: María ha concebido con la fe antes de hacerlo con el vientre. Su bienaventuranza no se limita al seno y a los pechos, sino que abarca toda su persona. Símbolos en la eucaristía de hoy La "columna": evoca la misteriosa presencia de Dios en la columna de nube y fuego que guiaba al pueblo por el desierto. El "arca de la Alianza": que contenía la Ley o Mandamientos de Dios. Cuando María es una de los seguidores de Jesús y es alabada por la asamblea. Madre cercana María ha sido uno de los canales más eficaces para acercarnos a Jesús (Dios) y hacernos conocer el rostro del Padre. Para muchos cristianos, Dios ha sido demasiado grande, misterioso, temible. A Jesús, más que hermano, lo sintieron Señor, más que primogénito, lo miraron como Juez. Muchas cosas oscurecieron la imagen de DiosPadre. Pero el Espíritu sopló y encontraron en María a la Madre. La ternura de Dios, su misericordia, su cercanía y amor, lo descubrieron en María. Y por María se descubrió la presencia de Dios cercana, amorosa, y la confianza ganó al miedo y Dios ha sido recuperado en los creyentes como el Padre que está preparando su fiesta para sentarnos a su mesa eternamente. Hemos de superar aquello de que "nuestra Virgen es mejor que la vuestra", como si la Virgen fuese distinta, como si fuese otra persona. Sólo existe una Virgen aunque le demos distintos títulos o la vistamos con distintos mantos. Sólo existe la Virgen madre de Jesús que le reconoció como Hijo del Padre-Dios más que como hijo suyo, seguidora por los caminos de Galilea, presente al pie de la Cruz y que formó parte, discreta y casi innominada, entre los poquitos seguidores de Jesús que superaron el escándalo de la cruz. María María, la servidora humilde que te fiaste de Dios (Lc 1,38) María, feliz porque creíste (Lc 1,45) María, que no sabías cómo se realizaría en ti el anuncio del ángel (Lc 1.34) María, que confiaste en las cosas grandes que hizo en ti el todopoderoso (Lc 1,49) María, que viviste la alegría de tu vocación (Lc 1, 46) María, que sufriste en silencio las dudas de José (Mt 1,18) María, que viviste en la fe y en la esperanza, a pesar de que una espada atravesaría tu corazón (Lc 2,35) María, que no comprendías pero meditabas en tu corazón (Lc 2,36) María, que viviste la alegría de tu virginal maternidad (Mt 1,25) María, que quedabas admirada de lo que se decía de tu hijo (Lc.2,33) María, llena de confianza en tu huida a Egipto (Mt 2,13) María, angustiada porque tu hijo Jesús había obrado así contigo y José (Lc 2,48) María, que guardabas todo lo que sucedía en lo íntimo de tu corazón (Lc 2,51) María, que seguiste confiando, aunque parecía que no eras escuchada (Jn 2,5) María, que permaneciste junto a la cruz en la muerte de tu hijo (Jn 19,25) María, que junto a la cruz recibiste a Juan como a hijo (Jn 19,26) María, que asististe gozosa a la ascensión de tu hijo (Hch 1, 9-14) María, unida a los apóstoles que oraban y esperaban contigo (Hch 1, 14) María, que nos pides que hagamos todo lo que Jesús nos diga (Jn 2, 5) María, que con los apóstoles recibiste el Espíritu Santo en Pentecostés (Hch 2, 1) «Decir: "hágase" y entregar su seno, cantar agradecida en la montaña, para todos los vientos de la historia, el gozo de los pobres libertados. Y ya callar, detrás del evangelio. Y darle al mundo el Redentor, y devolver al Padre el Hijo. Dios te salve, María, madre de la Palabra en el silencio.» (Casaldáliga) Oración de los fieles Proclamemos la grandeza de Dios, que ha querido que la Virgen María participara en la gloria de Jesucristo, -haz que todos tus hijos deseen esta misma gloria y caminen hacia ella. Tú que nos diste a María por madre, concede, por su mediación, salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores, -y a todos abundancia de salud y paz. Tú que hiciste de María la llena de gracia, -concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres. Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor, -y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús. Tú que coronaste a María como reina del cielo, -haz que los difuntos puedan alcanzar, con todos los santos, la felicidad de tu reino. María, Señora del Amor y de la entrega. Señora de la Palabra recibida y de la palabra empeñada. Señora de la paz y la esperanza. Señora de todos los que parten, porque eres la Señora del camino y de la pascua. Ofertorio Venimos a ofrecerte, los frutos de nuestra tierra, racimos de nuestras vides, espigas de nuestras eras. De la viña y del secano, de la huerta y del trigal, recogemos estos frutos que traemos a tu altar. Mira por nuestras cosechas del Alto y Bajo Aragón, la Ribera, el Somontano, los Monegros y el Jalón. Y junto con los esfuerzos y sudores del rastrojo, te ofrecemos nuestras vidas en apretado manojo. Este trigo y este vino que cultivó el labrador, para nosotros serán pan y bebida de salvación. Comunión A tu mesa. Señor, nos convidas, a gozar de tu Vino y tu Pan; pan y vino de vides y espigas, son tu propia vida, son nuestra unidad. Tus manos de amigo nos parten tu Pan, y así compartimos el gozo de la unidad. Es tu Pan alimento y vigor, del hombre que se une contigo en la comunión. 1 2 Tu Cuerpo y Sangre, Señor, El Señor nos asegura son alimento de vida, que el que come de su Carne, amasado con el fruto tendrá abundancia de vida, de la vid y de la espiga, y no pasará más hambre, de la vid y de la espiga, y no pasará más hambre tu Cuerpo y Sangre, Señor. el Señor nos asegura. En tu mesa hay pan blanco y reciente, y hay un vino que alegra y enciende, y nosotros gozosos venimos, a brindar en tu nombre contigo. 1 2 Cuando vengo a la oración, Fuente de la Eucaristía, no vengo a la soledad, de donde mana el querer, cuando vengo a la oración, donde vamos los cristianos, pues sé que estando contigo, con sed, con sed de vida con mis hermanos estoy, a tus aguas a beber. Y sé que estando con ellos, A tus aguas a beber, tú estás en medio Señor. con sed, con sed de vida, fuente de la Eucaristía. Oración Santa María del Pilar, escucha nuestra plegaria, al celebrar tu fiesta, Madre de Dios y madre de los hombres Reina y Señora. Tú la alegría y el honor del pueblo, eres dulzura y esperanza nuestra: desde tu trono, miras, guardas, velas, Madre de España. Árbol de vida, que nos diste a Cristo, fruto bendito de tu seno virgen, ven con nosotros hasta que lleguemos contigo al puerto. Esa columna, sobre la que posa leve sus plantas tu pequeña imagen, sube hasta el cielo, puente, escala, guía de peregrinos. Cantan tus glorias las generaciones, todas te llaman bienaventurada, la roca firme, junto al Ebro enhiesta, gastan los besos. Abre tus brazos virginales, Madre, vuelve tus ojos misericordiosos, tiende tu manto, que nos acogemos bajo tu amparo. Canto final Virgen santa, Madre mía, luz hermosa, claro día, que la tierra aragonesa te dignaste visitar. Este pueblo que te adora, de tu amor favor implora, y te aclama y te bendice, abrazado a tu pilar. Pilar sagrado, faro esplendente, rico presente de caridad. Pilar bendito, trono de gloria, tú a la victoria nos llevarás, tú a la victoria nos llevarás. Cantad, cantad, himnos de honor y de alabanza; cantad, cantad, a la Virgen del Pilar. Cantad, cantad, a la Virgen del Pilar Jotas a la Virgen 1ª Aire de Aragón, cuando canto yo la jota, con el aire de Aragón, le canto a la Pilarica, por ser la Madre de Dios. Llenos de fe y alegría hoy venimos a cantar, a nuestra madre la Virgen, a la Virgen del Pilar. 2ª Tengo tres amores grandes, sí, sí, ay, ay, ay! dentro de mi corazón, sí, sí, la Pilarica y mis padres, sí, sí, ay, ay, ay! y la jota de Aragón, sí, sí. A la Virgen del Pilar la llevan los de Aragón, unos en la medallita y otros en el corazón. MARTES 13 Octubre (XXVIII SEMANA) Canto Libertador de Nazaret, ven junto a mí, ven junto a mí. Libertador de Nazaret, ¿qué puedo hacer sin ti? Yo sé que eres Camino, que eres la Vida y la Verdad, yo sé que el que te sigue sabe adonde va. Quiero vivir tu vida, seguir tus huellas, tener tu luz, quiero beber tu cáliz, quiero llevar tu cruz. PRIMERA LECTURA Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 1, 16-25 Hermanos: Yo no me avergüenzo del Evangelio: es fuerza de salvación de Dios para todo el que cree, primero para el judío, pero también para el griego. Porque en él se revela la justicia salvadora de Dios para los que creen, en virtud de su fe, como dice la Escritura: "El justo vivirá por su fe". Desde el cielo Dios revela su reprobación de toda impiedad e injusticia de los hombres que tienen la verdad prisionera de la injusticia. Es decir, lo que puede conocerse de Dios lo tienen a la vista: Dios mismo se lo ha puesto delante. Desde la creación del mundo, sus perfecciones invisibles, su poder eterno y su divinidad, son visibles para la mente que penetra en sus obras. Realmente no tienen defensa, porque conociendo a Dios no le han dado la gloria y las gracias que Dios se merecía. Al contrario, su razonar acabó en vaciedades y su mente insensata se sumergió en tinieblas. Alardeando de sabios, resultaron unos necios que cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes del hombre mortal, de pájaros, cuadrúpedos y reptiles. Por esa razón los ha entregado Dios a la bajeza de sus deseos, con la consiguiente degradación de sus propios cuerpos; por haber cambiado al Dios verdadero por uno falso, adorando y dando culto a la criatura en vez de al Creador. ¡Bendito él por siempre! Amén. Palabra de Dios Pablo afirma que de parte de Dios no hay discriminación, ya que El se descubre a todas las personas. Esto quiere decir que los "ámbitos cerrados de revelación divina" (judaísmo y cristianismo) no pueden pretender el monopolio de la presencia de Dios, presencia que desborda cualquier institucionalismo eclesial. Aun siendo un borrico El me eligió Salmo responsorial Sal 18, 2-3. 4-5 El cielo proclama la gloria de Dios. El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. . Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 37-41 En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. El entró y se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades. ¡Necios ! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro ? Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo. Palabra del Señor Quien hace de su vida servicio a los demás (se convierte en don para los otros), se convierte en plenamente puro. Oración de los fieles Oremos al Señor, nuestro Dios, que es la luz que ilumina nuestro mundo, mostrando la verdad y denunciando la inautenticidad e incoherencia. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna. Por la Iglesia, para que sepa guardar y actualizar lo que ha recibido de su Señor y prescindir de todo lo que impide su misión en el mundo, viviendo màs de la misericordia que de la ley. Para que nuestras sociedades se esfuercen por encontrar soluciones humanizadoras para todas aquellas personas y pueblos que sufren las consecuencias de la marginación y el rechazo. Para que las nuevas generaciones colaboren con su sensibilidad hacia el respeto, la tolerancia y la acogida, para que en nuestra sociedad desaparezca todo tipo de discriminación. Por nosotros, aquí reunidos, para que nuestro culto a Dios sea en espíritu y en verdad. Escucha Señor, la oración de tu pueblo, que te honra con los labios y desea honrarte con sincero corazón. P. J. N. S. Ofertorio ¡Oh Dios! Tú mereces un himno en Sión. Tú que afianzas los montes con tu fuerza, ceñido de poder; tú que reprimes el estruendo del mar, el estruendo de las olas y el tumulto de los pueblos. Comunión Cerca de ti, Señor, yo quiero estar; tu grande eterno amor quiero gozar. Llena mi pobre ser, limpia mi corazón; hazme tu rostro ver, dame tu amor. Mi pobre corazón inquieto está, por esta vida voy buscando paz. Mas sólo tú, Señor, la paz me puedes dar; cerca de ti, Señor, yo quiero estar. Oración Te ofreces a nosotros para que comulguemos con tu presencia y, al acogerte a ti, hecho de tiempo y de historia nuestra, acojamos también la vida de los otros que en ti se han hecho sacramento cercano. Te ofreces a nosotros para que comulguemos con tu proyecto que congrega y resucita tantas horas humanas desmenuzadas como harina por mecanismos que giran como prensas y molinos. Un día, toda la historia descansará en tu encuentro, en reconciliada eternidad, como el pan y el vino de la vida tuya y nuestra, compartidos sin codicia en la mesa fraterna donde la festejaremos sin ocaso. Canto final Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino Santa María va. Ven con nosotros al caminar Santa María, ven. Ven con nosotros al caminar Santa María, ven. Aunque te digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad. MIÉRCOLES 14 Octubre (XXVIII SEMANA) Canto Somos un pueblo que camina y juntos caminando podremos alcanzar otra ciudad que no se acaba, sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad. Somos un pueblo que camina y marcha por el mundo buscando la verdad. Somos errantes peregrinos en busca de un destino, destino de unidad. Siempre seremos caminantes, pues sólo caminando podremos alcanzar, otra ciudad que no se acaba, sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad. PRIMERA LECTURA Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 2, 1-11 Tú, el que seas, que te eriges en juez, no tienes defensa; al dar sentencia contra el otro te condenas tú mismo, porque tú, el juez, te portas igual. Todos admitimos que Dios condena con derecho a los que obran mal, a los que obran de esa manera. Y tú, que juzgas a los que hacen eso, mientras tú haces lo mismo, ¿te figuras que vas a escapar de la sentencia de Dios? ¿O es que desprecias el tesoro de su bondad, tolerancia y paciencia, al no reconocer que esa bondad es para empujarte a la conversión? Con la dureza de tu corazón impenitente te estás almacenando castigos para el día del castigo, cuando se revelará el justo juicio de Dios pagando a cada uno según sus obras. A los que han perseverado en hacer el bien, porque buscaban contemplar su gloria y superar la muerte, les dará vida eterna; a los porfiados que se rebelan contra la verdad y se rinden a la injusticia, les dará un castigo implacable. Pena y angustia tocarán a todo malhechor, primero al judío, pero también al griego; porque Dios no es parcial con nadie. Palabra de Dios No juzgar, nos dice el Señor. “Antes de sacar la mota del ojo de tu hermano, saca la viga del tuyo” Salmo responsorial Sal 61, 2-3. 6-7. 9 Tú, Señor, pagas a cada uno según sus obras. Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré. Descansa sólo en Dios, alma mía, porque el es mi esperanza; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré. Pueblo suyo, confiad en él, desahogad ante él vuestro corazón, que Dios es nuestro refugio. EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 42-46 En aquel tiempo, dijo el Señor: ¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios ! Esto habría que practicar sin descuidar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo! Un jurista intervino y le dijo: Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros. Jesús replicó: ¡Ay de vosotros también, juristas, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo! Palabra del Señor Dios no es juez ni policía; es amor, perdón y misericordia. Es el ejemplo a seguir. Oración de los fieles Para que la Iglesia sepa oír los gemidos del Espíritu en las personas de nuestro tiempo, y con apertura dé una palabra de esperanza a cuantos la necesitan. Para que los cristianos, sepamos ser en este mundo azotado por el odio y la violencia, fermento de unidad y testigos del amor de Dios. Para que quienes viven atrapados por la droga, placer, confort, poder... tengan una ayuda de aquellos que pueden sacarlos de estas debilidades. Para que el Señor resucitado acoja en su Reino a todos los que han muerto, aquellos que vivieron con fe y los que han muerto sin fe. Ofertorio Te doy gracias, Señor, de todo corazón, delante de los ángeles cantaré para ti. Comunión Andando por el camino, te tropezamos, Señor, te hiciste el encontradizo, nos diste conversación. Tenían tus palabras fuerza de vida y amor, ponían esperanza y fuego en el corazón. Te conocimos, Señor, al partir el pan, tú nos conoces, Señor, al partir el pan. Llegando a la encrucijada, tú proseguías, Señor; te dimos nuestra posada, techo, comida y calor; sentados como amigos a compartir el cenar, allí te conocimos al repartirnos el pan. Oración Jesús, paz de nuestros corazones, en nuestras noches y en nuestros días, en las horas de oscuridad como en las de plena luz, tú llamas a nuestra puerta y esperas nuestra respuesta. Canto final Madre de todos los hombres, enséñanos a decir: "Amén". Cuando la noche se acerca y se oscurece la fe. Cuando el dolor nos oprime y la ilusión ya no brilla. Cuando aparece la luz y nos sentimos felices. Cuando nos llegue la muerte y tú nos lleves al cielo. JUEVES 15 Octubre (XXVIII SEMANA). SANTA TERESA DE JESÚS Canto El mirar de Dios es amar, el mirar de Dios es amar. El mirar de Dios es amar. Poema de Santa Teresa Vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero porque no muero. Vivo ya fuera de mí después que muero de amor; porque vivo en el Señor, que me quiso para sí; cuando el corazón le di puse en él este letrero: que muero porque no muero. Esta divina prisión del amor con que yo vivo ha hecho a Dios mi cautivo, y libre mi corazón; y causa en mí tal pasión ver a Dios mi prisionero, que muero porque no muero. ¡Ay, qué larga es esta vida! ¡Qué duros estos destierros, esta cárcel, estos hierros en que el alma está metida! Sólo esperar la salida me causa dolor tan fiero, que muero porque no muero. PRIMERA LECTURA Lectura del libro de la Sabiduría 7, 7-14 Supliqué y se me concedió la prudencia: invoqué y vino a mí un espíritu de sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y en su comparación tuve en nada la riqueza. No le equiparé la piedra más preciosa, porque todo el oro a su lado es un poco de arena, y junto a ella la plata vale lo que el barro. La preferí a la salud y a la belleza, me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso. Todos los bienes juntos me vinieron con ella, había en sus manos riquezas incontables; de todas gocé porque la sabiduría las trae, aunque yo no sabía que ella las engendraba a todas. La aprendrí sin malicia, repartí sin envidia, y no me guardo sus riquezas. Porque es un tesoro inagotable para los hombres: los que la adquieren se labran la amistad de Dios, porque el don de su enseñanza los recomienda. Palabra de Dios Es Salomón (la iglesia, comunidad, tu y yo) el que habla. Salomón sabe (sabemos muy bien) que el hombre en su totalidad, en pensamientos, palabras y obras, está en las manos de Dios. O bien: PRIMERA LECTURA Lectura del libro del Eclesiástico 15, 1-6 El que teme al Señor obrará así, observando la ley, alcanzará la sabiduría. Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como la esposa de la juventud; lo alimentará con pan de sensatez y le dará a beber agua de prudencia; apoyado en ella no vacilará y confiado en ella no fracasará; lo ensalzará sobre sus compañeros, para que abra la boca en la asamblea; lo llena de sabiduría e inteligencia, lo cubre con vestidos de gloria; alcanzará gozo y alegría, le dará un nombre perdurable. Palabra de Dios Salmo responsorial Sal 88, 2-3. 6-7. 8-9. 16-17. 18-19 Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los Ejércitos! Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. Hasta el gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina un nido donde colocar sus polluelos; tus altares, Señor de los Ejércitos, rey mío y dios mío. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Vale más un día en tus atrios que mil en casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios, a vivir con los malvados. Porque el Señor es sol y escudo, él da la gracia y la gloria. El Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable. Señor de los Ejércitos, dichoso el hombre que confía en Ti. EVANGELIO Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30 En aquel tiempo, exclamó Jesús: -"Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. - Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera." Palabra del Señor La autosuficiencia es un obstáculo para abrirse al Señor. Así como Jesús revela al Padre, nosotros también debemos ser “reveladores” de Dios; hemos asumido su carga y yugo, que no son nada pesados sino el amor, la paz la amistad… O bien: Lectura del santo evangelio según san Juan 7, 14-18 En aquel tiempo, a mitad de la fiesta, subió Jesús al templo y se puso a enseñar. Los judíos preguntaban extrañados: ¿Cómo es éste tan instruido, si no ha estudiado? Jesús entonces les contestó: Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado; el que está dispuesto a hacer lo que Dios quiere podrá apreciar si mi doctrina viene de Dios o si hablo en mi nombre. Quien habla en su propio nombre busca su propio prestigio; en cambio, el que busca el prestigio del que lo ha enviado, ese es veraz y en él no hay injusticia. Palabra del Señor Oración de los fieles Aclamemos con júbilo a Cristo, Señor de la gloria y corona de todos los santos, que nos concede celebrar hoy la fiesta de santa Teresa y digámosle: Te alabamos, Señor. Señor, fuente de vida y de santidad, que has mostrado en tus santos las maravillas de tu amor, queremos cantar tus misericordias con santa Teresa. Señor, que quieres que tu amor llegue a todas las personas, haz que seamos servidores y testigos de tu amor. Tú, que te manifiestas a los limpios de corazón, purifica nuestros ojos para que te descubramos en todas las criaturas y acontecimientos. Tú, que resistes a los soberbios y amas a los humildes, haz que andemos en verdad y vivamos al servicio de la Iglesia. Ofertorio Sois la semilla que ha de crecer, sois estrella que ha de brillar. Sois levadura, sois grano de sal, antorcha que ha de alumbrar. Sois la mañana que vuelve a nacer, sois espiga que empieza a granar. Sois aguijón y caricia a la vez, testigos que voy a enviar. Id, amigos, por el mundo anunciando el amor, mensajeros de la vida, de la paz y el perdón. Sed, amigos, los testigos de mi resurrección, id llevando mi presencia, con vosotros estoy. Comunión Nada te turbe, nada te espante, quien a Dios tiene, nada le falta. Nada te turbe, nada te espante. Sólo Dios basta. A Jesucristo sigue, con pecho grande, y venga lo que venga, nada te espante. ¿Ves la gloria del mundo? Es gloria vana, nada tiene de estable, todo se pasa. Aspira a lo celeste, que siempre dura, fiel y rico en promesas, Dios no se muda. Ámala cual merece, bondad inmensa, pero no hay amor más fino sin la paciencia. Confianza y fe viva, mantenga el alma, que quien cree y espera, todo lo alcanza. Poema de Santa Teresa Canto final Vuestra soy, para Vos nací: ¿Qué mandáis hacer de mí? El ave cantemos, cantemos el ave, a nuestra Señora la Virgen del Carmen. Vuestra soy, pues me criastes; vuestra, pues me redimistes; vuestra, pues que me sufristes; vuestra, pues que me llamastes. Vuestra, porque me esperastes, vuestra, pues no me perdí: ¿Qué mandáis hacer de mí? Veis aquí mi corazón, yo le pongo en vuestras palma; mi cuerpo, mi vida y alma, mis entrañas y afición. Dulce Esposo y Redención, pues por vuestra me ofrecí: ¿Qué mandáis hacer de mí? Si queréis , dadme oración; si no, dadme sequedad, si abundancia y devoción, y si no esterilidad, Soberana Majestad, sólo hallo paz aquí: ¿Qué mandáis hacer de mí? Si queréis que esté holgando, quiero por amor holgar, si me mandáis trabajar, morir quiero trabajando; decidme dónde, cómo y cuándo, decid, dulce amor, decid: ¿Qué mandáis hacer de mí? Dadme Calvario o Tabor, desierto o tierra abundosa; sea Job en el dolor, sea Juan que al pecho reposa, sea viña fructuosa, o estéril, si cumple así: ¿Qué mandáis hacer de mí? Ave, ave, ave, María, ave, ave, Virgen del Carmen. Las flores alfombran tu monte Carmelo, te sirven de orquesta las aves del cielo. A los marineros en la travesía, la Virgen del Carmen a puerto los guía. Dejad que yo cante mis tiernos requiebros, a nuestra Señora del monte Carmelo. VIERNES 16 Octubre (XXVIII SEMANA) Canto Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti, mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua, sedienta de ti. PRIMERA LECTURA Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 4, 1-8 Hermanos: Veamos el caso de Abrahán, antepasado de nuestra raza. ¿Aceptó Dios a Abrahán por sus obras? Si es así, tiene de qué estar orgulloso; pero de hecho, delante de Dios no tiene de qué. A ver, ¿qué dice la Escritura? : "Abrahán creyó a Dios y le fue computado como justicia". Pues bien, a uno que hace un trabajo, el jornal no se le cuenta como un favor, sino como algo debido; en cambio, a éste que no hace ningún trabajo, pero tiene fe en que Dios absuelve al culpable, esa fe se le cuenta en su haber. También David llama dichoso al que Dios cuenta como inocente, prescindiendo de sus obras: "Dichoso el hombre que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien Dios no le cuenta el pecado". Palabra de Dios La fe, que es un reconocimiento de la propia indigencia y una aceptación de la salvación ofrecida por la fuerza de Dios, se refiere esencialmente al gran acontecimiento de esta fuerza de Dios: la resurrección de Cristo, primicias y garantía de la resurrección de los creyentes Salmo responsorial Sal 31, 1-2. 5. 11. Tú eres mi refugio: me rodeas de cantos de liberación. Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: "Confesaré al Señor mi culpa", y tú perdonaste mi culpa y mi pecado" Alegraos, justos, y gozad con el Señor, aclamadlo los de corazón sincero. EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12, 1-7 En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digáis de noche, se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el sótano, se pregonará desde la azotea. A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Os voy a decir a quién tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después echar en el fuego. A ése tenéis que temer, os lo digo yo. ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos ? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados. Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Palabra del Señor Sólo hay una pérdida irreparable, la pérdida de Dios. A veces queriendo “ganar” la vida lo que hacemos es perderla. No temáis": Dios nos ayuda, nos sostiene cuando todo parece insostenible y nos espera siempre, aunque lo haga de una forma especial al otro lado de la muerte. Oración de los fieles Para que los cristianos manifestemos con sencillez y cercanía la misericordia infinita de Dios, especialmente a los más débiles. Para que el Señor, que nos llamó a seguir sus pasos, nos haga testigos de su presencia salvadora. Para que no busquemos la hartura y el confort y superemos el egoísmo e indiferencia que a veces vivimos hacia los pobres. Derrama, Señor, tu amor en nuestro mundo, para que todos te reconozcan y sientan la alegría de saberse amados por ti. Ofertorio La bondad y el amor del Señor duran por siempre, duran por siempre. La bondad y el amor del Señor, duran por siempre. Por siempre, por siempre, por siempre, duran por siempre. Comunión Como el Padre me amó yo os he amado, permaneced en mi amor, permaneced en mi amor. Si guardáis mis palabras y como hermanos os amáis, compartiréis con alegría el don de la fraternidad. Si os ponéis en camino, sirviendo siempre la verdad, fruto daréis en abundancia, mi amor se manifestará. Oración Jesús nuestra paz, eres tú quien nos llamas a seguirte toda nuestra vida. Por eso, con humilde confianza, comprendemos que tú nos invitas a acogerte ahora y siempre. Canto final Madre de todos los hombres, enséñanos a decir: "Amén". Cuando la noche se acerca y se oscurece la fe. Cuando el dolor nos oprime y la ilusión ya no brilla. Cuando aparece la luz y nos sentimos felices. Cuando nos llegue la muerte y tú nos lleves al cielo. SÁBADO 17 Octubre (XXVIII SEMANA). SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA Canto Miles de ermitas pequeñitas, cobijan tu imagen, Señora, campanas que el Ángelus rezan, paisajes que cantan y lloran. Mas sé que prefieres y añoras la ermita de mi corazón, temblores de paz en el alma, el eco de una oración. Ave, María, Ave, María, Ave, María, Ave, María. PRIMERA LECTURA Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 4, 13. 16-18 Hermanos: No fue la observancia de la ley, sino la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de heredar el mundo. Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia: así la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así lo dice la Escritura: "Te hago padre de muchos pueblos" Al encontrarse con el Dios, que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe, Abrahán creyó. Apoyado en la esperanza creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: "Así será tu descendencia". Palabra de Dios Cristo es de todos y la fe en él desborda por completo las fronteras de la misma Iglesia. Siempre en el inicio está el hombre en su absoluta desnudez. Sobre él irrumpe la "manifestación" de Dios sin ningún criterio de previa selectividad. Salmo responsorial Sal 104, 6-7. 8-9. 42-43. El Señor se acuerda de su alianza eternamente. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo, hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac. . Porque se acordaba de la palabra sagrada que había dado a su siervo Abrahán: sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos con gritos de triunfo. EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12, 8-12 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del Hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del Hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará. Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir. Palabra del Señor Pecar contra el Espíritu consiste en rechazar el mensaje y el sentido de Jesús porque destruyen la vida de las personas. Oración de los fieles Por la Iglesia, para que guiada por el Espíritu, se purifique y se conduzca por caminos más evangélicos. Por los gobernantes, para que trabajen por el bien común y defiendan los valores permanente: la justicia, la paz, la igualdad. Por los que son víctimas de racismo o cualquier discriminación, para que encuentren en los cristianos acogida y comprensión. Para que la Virgen, nuestra madre, nos mueva a todos a saber responder con fidelidad al evangelio de su Hijo Jesucristo. Ofertorio Dios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús. Comunión Yo soy de Dios, oh dulce pensamiento, que anega el alma en celestial amor. Un Dios potente hasta albergar se llega en mi pobre y estrecho corazón. Yo nada anhelo, yo soy feliz, que el Rey del cielo ya mora en mí. Yo soy de Dios, el cielo me contempla, y el ángel que se acerca a mí veloz, halla mi pecho en templo convertido, donde el Eterno fija su mansión. Yo soy de Dios, la sangre inmaculada que de una Virgen cándida tomó, ¡oh gran prodigio! con mi sangre llega, hasta mezclarse en misteriosa unión. Oración Dios que nos amas, por muy pobre que sea nuestra oración, te buscamos con confianza. Y tu amor se abre una brecha a través de nuestras indecisiones e incluso de nuestras dudas. Canto final Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino Santa María va. Ven con nosotros al caminar Santa María, ven. Ven con nosotros al caminar Santa María, ven. Aunque te digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad.