LA OTRA CARA DEL mg DEPORTE El corazón hace también malas jugadas Raimonds Jumikis, 23 años. Alero del equipo letón Akropols. Rondaba el minuto cuatro del segundo cuarto del partido que enfrentaba a su equipo con el del Jaemtland en la liga sueca, cuando en un instante se desplomó al suelo. Los masajes cardíacos y las técnicas de respiración asistida que aficionados espontáneos intentaron practicarle no sirvieron de nada. Murió de muerte súbita y se sumaba así a la lista negra de jugadores profesionales que fallecen durante la práctica del deporte. La muerte súbita en profesionales del deporte causa un considerable impacto familiar, social y deportivo ¿Cómo puede ocurrirles esto? ¿no dicen los médicos que realizar una actividad física disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares?. Y así es. La muerte súbita, descrita como el fallecimiento repentino durante la práctica del ejercicio o durante el reposo posterior, está causa- EL MATIZ Las personas mayores de 35 años que realizan actividades deportivas de gran intensidad, que retoman la práctica de un deporte o que bajo recomendación médica inician un tipo u otro de ejercicio son el centro de las recomendaciones de los médicos del deporte. A estos deportistas, dado el riesgo por lesiones coronarias, son a los que especialistas insisten en la realización de pruebas de electrocardiografía de esfuerzo que les detectará los posibles trastornos. Por el contrario, en personas menores de 25, en las que las deficiencias congénitas son más difícilmente detectables, se recomienda la realización de ecocardiografías, que revelarán los problemas genéticos en la morfología del corazón. A pesar de que un notable número de casos de muerte súbita no tiene explicación científica, e independientemente de la edad de los deportistas, los médicos del deporte aconsejan que siempre se mantenga un continuo control clínico. REVISTA D E L A SEMG da mayoritariamente por una malformación cardíaca congénita agravada por el ejercicio o adquirida por el mismo y que no se detectó a tiempo. Como coinciden la mayoría de los especialistas, ningún corazón va a sufrir un accidente grave si está en perfectas condiciones. Si la estructura cardíaca es normal, la práctica de ejercicio en sí misma no desencadena este tipo de respuestas, es en los casos en los que existe una alteración considerable (miocardio alterado con un sustrato arritmogénico) cuando aparece el accidente cardiovascular con el consecuente trágico final. Un estudio realizado por la Universidad de Madrid y publicado en el número 4 de la Revista Española de Cardiología estudió los casos producidos en España entre 1995 y 2001. Se encontraron un total de 61 fallecimientos, destacando el ciclismo (21 casos), el fútbol (13 casos) y la gimnasia (5) como los deportes más implicados. Con una edad que comprendía entre los 11 y los 65 años, se observó un claro predominio de afección en los hombres, 59 casos, frente a las mujeres con tan sólo 2 defunciones. Entre las causas de muerte súbita se encontraron que un 40,9% de los casos estuvieron provocados por enfermedad ateromatosa coronaria, un 16,3% por miocardiopatía arritmogénica, un 6,5% por miocardiopatía hipertrófica, un 4,9% por hipertrofia ventricular izquierda idiopática, un 3,2% por fibrosis miocárdica postmiocarditis, un 1,6% por miocardiopatía dilatada, un 3,2% por anomalías en el origen de las coronarias, un 3,2% valvulopatía aórtica y un 3,2% por otras patologías. Los que no han pasado el umbral de los 25 años mueren en un 90% de los casos por causas relacionadas con malformaciones genéticas en el corazón, mientras que, por el contrario, los que ha pasado el umbral de los 35 las causas por lesiones coronarias que provocan un cuadro agudo de cardiopatía isquémica (infarto, aritmia, etc) presentan un porcentaje considerable. Una triste faceta del corazón relacionada con el deporte. Nº 6 3 - ABRIL 2004 - PÁG 257 257