Siglo nuevo R usia es un país que algunos mexicanos vemos muy lejano. No en referencia a la distancia en función de kilómetros, sino a sus manifestaciones culturales. Al menos para los treintañeros, el discurso del socialismo no fue muy atractivo, y nos tocó presenciar la caída del muro del Berlín y la Perestroika de Gorbachov. La literatura rusa tiene grandes exponentes, aunque muchas veces de este lado del charco nos sentimos poco atraídos a ella, tal vez porque por largo tiempo este país vivió en una especie de aislamiento del mundo. “La escena literaria soviética es peculiar y pocas analogías con Occidente son útiles para entenderla. Debido a una variedad de causas Rusia ha llevado, en tiempos históricos, una vida hasta cierto punto aislada del resto del mundo y nunca ha formado una parte genuina de la tradición occidental; en efecto, su literatura siempre ha arrojado la evidencia de una actitud peculiarmente ambivalente sobre la relación inestable entre ella y Occidente”, dice un ensayo de Isaiah Berlin publicado en Letras Libres en noviembre de 2000. La literatura, como otras actividades artísticas en Rusia, se generó en medio de la censura de los políticos que deseaban inclinar toda actividad artística e intelectual hacia fines sociales y económicos de la revolución de aquel país. “La rígida censura, que cerró puertas, pero seleccionó cuidadosamente autores e ideas y la prohibición o el desaliento de muchas formas de arte no políticas (particularmente géneros triviales como las populares historias de amor, de misterio y de detectives, al igual que todas las variedades de noveletas y basura en general) automáticamente centraron la atención del público lector en obras nuevas y experimentales, llenas -como solía suceder en la historia de la literatura rusa- de sentidas y a veces pintorescas y extravagantes nociones sociales”, continúa el ensayo de Berlin. DEL SIGLO XIX PARA EL MUNDO Los Hermanos Karamazov, de Dostoievski, está considerada una de las grandes obras de la literatura mundial, que incluso el Papa Benedicto XVI considera una obra maestra. Algunos críticos literarios han mencionado que la acción de la novela está relacionada con hechos reales acaecidos a mediados de 1860. “Preocupado por la situación crítica que vivía Europa en general y Rusia en particular, Dostoievski consideraba que su país debía encontrar solución a los problemas de la época. La novela refleja una gran profundidad trágica y adquiere grandes dimensiones. De ahí que la historiadora crítica Vetlóvskaya llegue a afirmar que el tema principal de Los Hermanos Karamazov es la Rusia del pasado, del presente y del futuro, así como el destino del mundo y de la humanidad”, afirma José A. Hita, en un artículo presentado en las II Jornadas de Rusística en la Comunidad Valenciana, celebradas en 1997. La novela puede leerse en dos niveles: en el más superficial se encuentra la historia de un parricida con el que todos los hijos del hombre asesinado comparten diversos nive- La influencia de Dostoievski está presente en escritores como Hermann Hesse, Albert Camus, Franz Kafka Sn • 61