Lesiones, enfermedades y telemedicina en vela extrema MÓDULO 3.2 Valoración de síntomas Dolor abdominal Casi todos experimentamos alguna vez dolor en el abdomen aunque, la mayoría de las veces, no es causado por un problema de salud serio. Muchas afecciones diferentes pueden causar dolor abdominal. La clave está en saber cuándo se debe buscar atención médica inmediata. Algunas veces, tal vez sólo sea necesario llamar a un médico si los síntomas continúan. La intensidad del dolor no siempre refleja la gravedad de la afección que lo causa. El dolor abdominal es uno de los síntomas que aparece cuando hay un trastorno en el aparato digestivo, sin embargo también puede ser una dolencia de órganos de otros aparatos localizados en la cavidad abdominal como por ejemplo riñones y vías excretoras, útero, ovarios.. Existe un elevado número de causas que lo desencadenan, tanto orgánicas como funcionales y el carácter inespecífico que muchas veces adopta puede dificultar el diagnóstico. La orientación correcta de un cuadro de dolor abdominal requiere el conocimiento de las estructuras abdominales y de las peculiaridades orgánicas y funcionales del posible órgano afecto, experiencia clínica y una buena historia clínica. El aparato digestivo consta de una serie de aparatos tubulares que se extiende desde la boca hasta el ano. La pared de estos órganos está dotada de una mucosa adaptada a la secreción y a la absorción y de una musculatura con capacidad propulsiva. Su función es digerir los alimentos con las glándulas anejas (hígado, páncreas) y absorber los productos resultantes. Por su origen y características el dolor abdominal se puede clasificar en 3 tipos: • Dolor visceral: es originado en las vísceras abdominales, se suele percibir en la línea media, región periumbilical, es una mezcla entre dolor y “plenitud abdominal”. Cuando se trata de una víscera hueca, el dolor puede ser intermitente (tipo cólico), con períodos de remisión y exacerbación. • Dolor somático o parietal: con origen en el peritoneo o estructuras de la pared abdominal. Se define como agudo, intenso y bien localizado, empeora con los movimientos obligando al enfermo al reposo. • Dolor referido: El dolor se percibe en lugares remotos a la zona causante del dolor, con características similares al dolor somático. La diferencia entre estos tipos de dolor no es clara y a menudo se solapan. Valoración clínica del dolor abdominal Una historia clínica que recoja las características del dolor es clave para llegar al diagnóstico. 1. Localización: se refiere al lugar donde se percibe el dolor. El grado de precisión constituye la primera orientación sobre el origen de la lesión. Sospechas clínicas del dolor en función de donde está localizado. 2. Intensidad: la importancia del dolor con frecuencia está escasamente relacionada con la magnitud del estímulo. Hay factores subjetivos que condicionan la percepción dolorosa. Algunas patologías graves comienzan con un dolor ligero, no alarmante como difuso y prolongado como es el caso de una isquemia intestinal. La irritación del peritoneo que se produce cuando hay contacto de jugos gástrico, pancreáticos... causa un dolor muy intenso. 3. Cronología: Se tiene que relacionar el momento de la aparición del dolor con determinadas circunstancias desencadenantes. Por ejemplo, un traumatismo abdominal obliga a descartar rotura de víscera sólida o estallido de víscera hueca. Una comida copiosa o la ingesta de alcohol pueden relacionarse con una pancreatitis aguda. La velocidad de instauración o presentación puede ser súbita (instantánea), rápida (en minutos) o gradual (en horas). Pancreatitis aguda 4. Circunstancias que alivian o empeoran el dolor: El dolor se puede agravar con el movimiento, la inspiración profunda, tos o estornudo. Hay dolores abdominales que empeoran con la ingesta como por ejemplo una afección esofágica o pancreática y otros que mejoran como en el caso de úlcera de duodeno. Hay dolores que se relacionan con la postura como por ejemplo el reflujo gastroesofágico que empeora al estirarse en la cama (decúbito) y se alivia estando de pie (con la bipedestación). 5. Síntomas acompañantes: Contribuyen a precisar el origen del dolor abdominal. Nauseas, vómitos, anorexia, alteraciones del ritmo intestinal (diarrea, falta de emisión de gases o heces), fiebre, coloración amarillenta de la piel (ictericia). Algunos síntomas implican urgencia como la palidez, sudoración, taquicardia, hipotensión, fiebre elevada, contractura abdominal, distensión del abdomen... 6. La exploración física: es muy importante ya que hay determinados signos clínicos que orientan el origen del dolor. El signo característico de la irritación peritoneal es el signo de Blumberg o hipersensibilidad al rebote, se describe como un dolor intenso al retirar bruscamente la mano después de una palpación profunda. El signo de Murphy, que es dolor que se desencadena con la palpación profunda en hipocondrio derecho durante la inspiración, es muy sugestivo de colecistitis. Signo de Blumberg Hasta que no se tenga orientado el origen del dolor abdominal debe evitarse el uso de analgesia para evitar camuflar el dolor y sus características. La apendicitis es el fantasma médico más temido de todos los navegantes, tanto es así que algunos regatistas optan por quitarse el apéndice para evitar que manifieste problemas en alta mar aunque actualmente no se recomienda el uso de la apendicectomía profiláctica. Zonas más frecuentes de dolor abdominal asociado a la apendicitis Se manifiesta como dolor abdominal agudo localizado a nivel de la fosa ilíaca derecha, doloroso a la palpación en esa zona. Se acompaña de nauseas, vómitos, estreñimiento... La fiebre no es un síntoma frecuente a no ser que se agrave el cuadro, en ocasiones febrícula. La presencia de fiebre, junto con signos de irritación peritoneal, abdomen en tabla, con dolor intenso, sugieren una apendicitis perforada, se trata de una emergencia médica y requiere CONSEJO MEDICO INMEDIATO, el tratamiento es quirúrgico que, por motivos obvios, es inviable en la mar. En estos casos hay que proceder a la evacuación del enfermo, se debe mantener dieta absoluta, administrar antibióticos por vía parenteral o intramuscular y debe limitarse el uso de calmantes, puesto que pueden enmascarar o agravar el proceso. Patologías más frecuentes y su tratamiento Acidez de estómago La acidez de estómago o ardor se percibe como dolor quemante, urente, suele acompañarse de síntomas como sensación de plenitud gástrica, eructos, hinchazón abdominal y regurgitación de jugos gástricos ácidos hacia la boca. La relevancia clínica es variable, tanto puede ser debido a lesiones orgánicas como la úlcera de estómago o la hernia de hiato o bien puede no tener origen en una estructura anatómica concreta sino por factores emocionales. Este caso engloba el grupo de las llamadas dispepsias funcionales, producidas por causas de origen psicológico como por ejemplo por ansiedad. Es frecuente el agravamiento de los síntomas coincidiendo con situaciones de estrés. Las emociones intensas generan una gran actividad autonómica, visceral y músculo- esquelética. Las actuaciones deben ir encaminadas a realizar cambios en la dieta, eliminar alimentos que estén relacionados con las molestias y que aumenten la producción ácida del estómago. En este sentido se deben eliminar el café y bebidas con cafeína o alcohol, alimentos flatulentos (legumbres, coles, etc.), disminuir el consumo de alimentos grasos, rebozados y fritos y eliminar el tabaco. Se debe comer en pequeñas cantidades y con frecuencia (5-6 veces al día) • • Evitar posturas que aumenten los síntomas. Dormir semi incorporado. Tratamiento sintomático: Se pueden usar antiácidos, como hidróxido de magnesio, durante breves períodos de tiempo. Se administrarán entre una y tres horas después de las comidas y al acostarse u omeprazol una vez al día. El dolor de estómago no se calma con analgésicos. La aspirina y los antiinflamatorios en general están contraindicados porque lesionan la mucosa gástrica y pueden empeorar el dolor. Meteorismo (gases) El meteorismo, es la flatulencia se acompaña de una distensión (abombamiento) abdominal y son síntomas relacionados con el acúmulo de gas en el aparato digestivo. Suele aparecer en personas nerviosas que comen muy rápidamente y tragan mucho aire. También aparecen en personas con el hábito de beber bebidas gaseosas o comer ciertos alimentos (legumbres, coles), masticar chicle... El paciente con gases se queja de dolor en el abdomen, hinchazón, sensación de plenitud, náuseas y estreñimiento, que característicamente mejora con el eructo o la ventosidad. Se deben tomar una serie de medidas como la adquisición de unos hábitos de alimentación adecuados, evitando tragar aire y comer alimentos flatulentos, lo que suele corregir estos problemas. Para el caso agudo puede recomendarse 1-2 comprimidos de dimeticona o 1 comprimido de metoclopramida antes de las comidas. Ante la cronicidad o frecuencia de estos síntomas será necesario realizar consulta médica. Estreñimiento El estreñimiento es la dificultad para defecar,la menor frecuencia de las deposiciones o la expulsión de heces secas, duras o escasas. El hábito intestinal normal varía mucho de unas personas a otras, si bien en la población general se puede considerar normal entre tres deposiciones diarias y tres semanales. Es un síntoma frecuente y raramente constituye un problema médico grave. Aunque son numerosas sus causas, la carencia de fibra vegetal en la dieta, junto a una escasa toma de líquidos, constituye la causa más frecuente. Los navegantes de regatas de altura y los tripulantes de la Barcelona WorldRace basan su dieta en alimentos liofilizados que requieren de ingesta de grandes cantidades de agua ya que su elaboración se basa en deshidratar los alimentos para aligerar peso y mejor conservación. A su vez, también puede ser debido al uso de algunos medicamentos (como antiácidos, antidiarreicos, etc.). El tratamiento del estreñimiento se basa fundamentalmente en adquirir unos hábitos adecuados: 1. Alimentación rica en residuos, legumbres, cereales y harinas integrales (es conveniente el pan integral). 2. Limitar la ingesta dealimentos astringentes (arroz, zanahorias, plátanos, manzanas, etc…) 3. Tomar abundantes líquidos: agua dependiendo de las condiciones climáticas y la intensidad del ejercicio (al menos 2 litros por día).Suele ir bien tomar líquidos en ayunas. 4. No contener las ganas de defecar. 5. Crear un «hábito intestinal» acostumbrándose a defecar a la misma hora, dedicando diariamente o en días alternos un tiempo a la defecación, que preferiblemente será al levantarse por la mañana (antes o después del desayuno) o una media hora después de la comida. Como tratamiento: Inicialmente se puede utilizar salvado integral (tres cucharadas grandes al día) mezclado con agua, zumos, caldos, etc., aumentando si es preciso la dosis hasta defecar con regularidad. Si con las medidas anteriores el problema persiste, se deberá tratar médicamente con un laxante suave como lactulosa, un sobre por la mañana y otro por la noche. Hernia Es la protrusión del contenido de la cavidad abdominal a través de defectos de la pared abdominal, que son las denominadas zonas débiles y pueden ser congénitas o adquiridas. El aumento de la presión en el interior de la cavidad abdominal puede forzar la salida de una parte del contenido intestinal dentro de una bolsa (hernia) a través de un punto débil en los músculos de la pared abdominal. El saco herniario consiste en el peritoneo parietal que acompaña las vísceras. El material de la hernia más frecuente es el intestino delgado, epiplon y colon. Según su localización, la hernia puede ser umbilical (ombligo), inguinal (ingle), escrotal (bolsa de los testículos), etc. Hernia inguinal Al comienzo la hernia se observa bajo la piel como un bulto blando, redondeado, que al principio no es mayor que una nuez, pero que puede hacerse mucho mayor al cabo de unos meses. Tiende a desaparecer cuando el paciente está tumbado, pero reaparece cuando se pone de pie o tose. Normalmente no se acompaña de dolor, pero sí de sensación de molestia y tirantez. La mayor parte de las hernias logran entrar y salir a través del hueco de la pared abdominal sin quedar atrapadas en éste. Sin embargo, el contenido de la misma puede quedar atrapado y comprimido en la abertura, quedando suprimida la circulación de la sangre y dando lugar a lo que se denomina «hernia estrangulada», que requiere una urgente operación quirúrgica. En este caso, solicitar inmediato consejo médico. Las personas que padecen crónicamente de hernia, han aprendido, a menudo, a empujar ellas mismas el bulto hacia dentro. La hernia inguinal puede reintroducirse mediante una suave presión cuando el paciente está echado boca arriba con las rodillas dobladas. Si la hernia es dolorosa, debe realizarse consulta médica. El tratamiento definitivo de la hernia es quirúrgico y consiste encorregir la debilidad de la pared del abdomen. Mientras tanto, el paciente no debe efectuar trabajos que requieran esfuerzos.