LOS NUEVOS PROPIETARIOS DE LA AMÉRICA Los editores de La América, a quienes la extensión de sus negocios en otras vías impide ya atender a esta revista como su creciente y seguro desarrollo lo requiere, aparecen hoy ante el público a presentarle a sus sucesores en esta empresa: la Compañía de Publicación de La América (La América Publishing Co., R. Farrés, Presidente) 756 Broadway, cuya Compañía se propone ir haciendo de La América lo que sus cariñosos lectores de todos nuestros países le indican y ruegan que sea, sin quitarle su carácter principal de intérprete y representante mutuo de los intereses mercantiles de ambas Américas. Solo porque la dejamos en manos que sabrán cuidarla, nos apartamos sin pesar de una empresa que nos es querida, y que—si bien con meras apariencias de una publicación de anuncios—fue fundada y conducida de manera que, gradualmente y de sí propia, acabase al fin por ser un órgano severo, fiel y vigilante de los intereses generales de la América Española y especiales de esta en los Estados Unidos.—Este pensamiento, que como todo lo fecundo, ha venido desarrollándose lentamente, está ya en camino de realización. A nosotros, cuidados de otro orden a que, con pena nuestra, no podemos desatender, nos vedan dar remate a nuestra acariciada idea, cuya utilidad hemos hecho ya sentir, a punto que hoy se nos pide que hagamos lo mismo que nosotros habíamos meditado hacer. A los estimables caballeros que nos suceden, que de los que los conocen no necesitan encomio, y de los que no los conozcan lo merecerán pronto—toca ir uniendo, y concertar al fin, todos los importantes elementos que hoy se agrupan al rededor de una empresa de este género. Nosotros perdemos, al dejar ir La América de nuestras manos: no el público, que de seguro tendrá dentro de poco que agradecer nuevos servicios a nuestros sucesores en La América. Este número es el último de La América en que tenemos intervención: desde el número próximo el periódico aparecerá, sin variación notable al principio, a cargo de la Compañía de Publicación de La América. Réstanos solo dar afectuosas gracias a las respetables casas anunciadoras que han venido haciendo de nuestro periódico vehículo para la popularización de sus artículos, y que sabrán estimar y utilizar sin duda los esfuerzos de nuestros sucesores;—a nuestros lectores numerosos y suscritores, que de más de un modo han ayudado a nuestra empresa; y a la prensa de los países españoles de la América que ya con reproducciones de nuestros trabajos, ya con palabras de cariño y aprobación, han hecho más grata aún nuestra tarea. El Sr. José Martí, a quien no fue posible atender este mes a la redacción del periódico, continúa encargado de ella bajo los nuevos editores. La América. Nueva York, diciembre de 1883.