C.E.I.P. Clara Campoamor CURSO 4º Colaboración: Grupo

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C.E.I.P. Clara Campoamor
CURSO 4º
Colaboración: Grupo A.T.I.
I.E.S. Ilíberis
Pág. 1
Índice
La Casa Encantada
El Hombre Hacha
El misterio de la casa en el prado
La historia de mi abuela María
La casa del bosque
Los 1001 accidentes
Aurora tiene miedo
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6
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10
12
13
Pág. 2
La Casa Encantada
Una
pareja decide mudarse a una antigua casa en las afueras de la ciudad.
Cuando llegan se disponen a colocarlo todo y a limpiar la casa. El marido
decidió salir a comprar alimentos y la mujer se quedó en casa leyendo un poco
y descansando. De pronto sintió un ruido que procedía de la parte de abajo y
pensó que había llegado su marido, lo llamó y no contestó nadie; bajó a ver de
qué eran esos ruidos y no encontró nada. De pronto ese ruido empezó a sonar en
la parte superior, la mujer se puso algo nerviosa, subió y de nuevo no vio nada,
pero al pasar por su dormitorio le pareció ver a alguien. Asustada, entró
cuidadosamente a su habitación y vio a una niña sentada en su cama de
espaldas. La mujer preguntó:
- ¿Oye qué haces aquí,cómo has entrado a mi casa? Ahora yo vivo aquí.
La niña giró la cabeza 180º, no tenía rostro y al verla la mujer salió corriendo.
Una vez en la calle la vio una vecina que le preguntó qué le sucedía, ella le
contó lo que le acababa de pasar, la vecina le dijo:
- Esa es Paula.
- ¿La conoce?
- La conocía. Hace 10 años murió en esta casa; desde entonces no deja que
nadie viva aquí.
Al llegar su esposo la mujer, asustada, le contó lo sucedido y se fueron a su
ciudad para no volver nunca más a ese lugar.
Beatriz
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El Hombre Hacha
Según cuenta la leyenda...
Un personaje diminuto, que siempre llevaba una espada, llega por las noches a
las casas donde hay niñas menores de 10 años. Esta cosa (porque no sé cómo
llamarla) tiene los ojos totalmente blancos y todo cubierto de sangre, pero aún
sigue siendo muy diminuto. Ya sé qué os preguntáis, ¿por qué voy a tener
miedo de alguien tan pequeño? Pues su tamaño le permite meterse sin
problemas en las casas de sus próximas víctimas y con su hacha destriparlas sin
problemas sin que se den cuenta.
Dani llegó a conocer a este terrible ser. Todo
comenzó una noche de luna llena. Dani, un niño
sin miedo a nada, (por ahora) se iba a acostar.
Cuando estaba a punto de quedarse plácidamente
dormido, escuchó abrirse una ventana, pensó que
había sido el viento, así que fue a cerrarla.De
repente divisó a este ser, y el ser, al ver a Dani
despierto, le lanzó el hacha al cuello. Le hizo una
gran raja y Dani fue corriendo a lavarse la
herida. Cuando terminó alzó la cabeza y vio unas
letras de sangre que decían
¡¡¡Volveré mañana!!!
Firmado: Hombre Hacha
Dicho mensaje estaba escrito en el espejo del cuarto de baño. El niño esa noche
tuvo un montón de pesadillas.
Por fin apareció el sol. Dani se despertó con los ojos cubiertos de lágrimas y la
frente inundada por sudor.
Llegó al colegio, no le contó a nadie lo del hombre hacha para que no lo
tomaran por loco.
Cuando volvió a casa, almorzó, cogió el ordenador y se puso a investigar sobre
el hombre hacha. En wikipedia decía
“Muchos niños han sido sus víctimas, se sabe que existe por sus huellas y por
una calavera roja que pinta en sus casas después de ser destripados”.
A Dani, al ver la palabra “destripados”, se le encogió la barriga.
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¡¡¡¿¿¿Y si aquel ser diminuto era real y no una pesadilla???!!!
Por una vez en su vida sentía miedo, mucho miedo.
Cayó la noche y Dani no podía dormir. Después de mucho tiempo se volvió a
abrir la ventana y a la vez escuchó una voz que decía:
- Ha llegado tu fin, Álvara.
- ¡Oye, que me llamo Daniel!
El Hombre Hacha se abalanzó sobre él, pero Dani, que tenía su oso de peluche
lleno de piedras, se lo tiró al diminuto ser. El diminuto personaje lo esquivó y le
pegó un mordisco a Dani, pero él ya estaba preparado así que le pegó un
puñetazo.
El Hombre Hacha, ya casi muerto, se tiró por la ventana, y nunca se supo más
de él... ¡POR AHORA!
Sara
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El misterio de la casa en el prado
En
las afueras de Madrid había una casa donde vivían Julián, Ana, Fran y
Antonio. No tenían madre, con lo cual vivían solos. Julián era amable,
simpático y tenía 10 años; Ana también es muy amable, con 13 años; Fran era
mediano y tenía 7 años.
Un día decidieron ir de vacaciones al prado, donde había una casa rodeada de
vegetación. Era lunes. Después de desayunar, se fueron a la casa donde pasarían
las vacaciones; la casa era enorme, tenía las ventanas rotas, la puerta no tenía
pomo, tenía puertas cerradas con llave, había telarañas y todo estaba
desordenado. Los chicos empezaron a limpiar toda la casa y después de 3 horas
terminaron de recoger, pero las puertas seguían cerradas, no sabían lo que era
pero en un cartel ponía.
“No abrir”
Todos se quedaron sin aire y a
Antonio se le ocurrió una gran idea.
Salir de media noche y entrar por la
ventana que ponía “no tocar”.
Necesitarían una escalera. Llegó
media noche y se fueron al jardín,
apoyaron la escalera sobre la ventana
y Ana subió. Ana rompió la ventana y
se encontró 7 copas y 7 baúles. Todos subieron y vieron las 7 copas y los 7
baúles. Julián vio un cartel que ponía:
“Son las 7 copas del mago Loxford
y si no coges la copa adecuada
algún baúl matará al que se haya
equivocado”.
Antonio, sin pensarlo, cogió una
copa: ¡había cogido la buena!
Luego se fueron a ver una película
al cine, se titulaba “Pirata o mago”.
Cuando se sentaron vieron a un
hombre que los miraba, era mayor y... era ¡Loxford! Todos salieron de la sala y
Loxford los perseguía. Ana cogió su cuerda de cazadora y se la ató al pie del
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mago. Antonio le quitó la varita, y se encontraron un libro de hechizos. Lo abrió
y Antonio leyó un conjuro.
“Bue bue bue, que el mago vuelva a su tumba”.
De pronto... el mago se perdió y ellos... comieron sueños bonitos y soñaron
perdices.
Antonio Gómez Ávila
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La historia de mi abuela María
Este cuento, en realidad, es una historia que mi abuela María me ha contado
algunas veces. Pasó hace tiempo, cuando su hermana Emilia aún vivía y era
joven.
Os lo voy a contar... pero imaginaros una noche oscura, sin luz, con la lluvia en
Villanueva de las Torres. Mi abuela empezó a decirnos:
“Mi hermana Emilia nació en Cuevas del Campo como yo, pero mi hermana
tenía 14 años cuando nací. Mis padres fueron a vivir a Villanueva; yo tenía 2
años, así que mi hermana tendría 16 años más o menos. Allí conoció al que
fuera su marido, se casaron y al año nació un hijo llamado Paco.
Emilia vivía cerca de la casa del médico y conoció e hizo amistad con la señora
que se encargaba de cuidar a los hijos de este médico. Ella se llamaba Flores.
Las dos solían pasear a los niños, dejaban que jugaran juntos, tomaban café de
malta -que no tengo ni idea de lo que es-, se contaban sus cosas; en fin, que
eran íntimas amigas.
Flores era mucho mayor que mi hermana. Un día se puso enferma y la pobre
mujer murió. A mi hermana le afectó mucho, porque la quería un montón. Una
noche, Emilia estaba durmiendo y una voz la despertó: ¡era su amiga Flores! Y
le dijo:
 Le prometí a la Virgen de las Angustias tres misas, porque cuando la
mujer del médico fue a dar a luz a otro hijo, se tuvo que marchar a
Granada, ya que su salud era muy delicada. Entonces, su hijo Antonio se
puso enfermo, creía que iba a morir el niño, y le pedí a la Virgen “si lo
curas, te prometo ofrecerte tres misas”.
Emilia, muy asustada, le contestó:
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 Vale, vale, pero no te aparezcas más.- Y ella contestó:
 No te preocupes, que así será.
Pero mi hermana creía que era un sueño, “¡imposible lo que me ha pasado!” Así
que, ella no hizo nada.
Un año después, pasó lo mismo y ese día no estaba medio dormida como la vez
anterior. Mi hermana, muy preocupada, fue a hablar con la mujer del médico y
ella le confirmó que su hijo Antonio se puso muy enfermo, mientras ella daba a
luz en Granada.
Emilia, muy angustiada, fue hacia la casa del cura; le contó todo lo que pasó, y
él dijo:
 Sí, no te preocupes, yo le ofreceré esas misas para que su alma descanse.
Después, Flores volvió a aparecerse a mi hermana cuando ella estaba en su
salón, donde tantas veces habían tomado café de malta. Ella le dio las gracias y
se despidió de mi hermana hasta que volvieran a verse cuando llegara su hora”.
Mi abuela María
cree que ahora están
juntas. Yo, cuando
me lo contó por
primera vez, me
asusté tanto que
tuve que dormir con
mis padres, pero
ahora es parte de la
historia
de
mi
familia.
Elena
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La casa del bosque
Esta
historia comienza en una noche lluviosa, con muchos truenos y
relámpagos. Eran tres amigos llamados Fran, José Antonio y Javi.
Tras acabar el entrenamiento de
fútbol, se pusieron el chubasquero y
cogieron sus bicicletas. Como
siempre, por ese camino había una
casa abandonada y muy vieja. En el
pueblo se comentaba que en ella
ocurrían cosas muy extrañas.
Ya era de noche; a 500 metros de
llegar a esa casa, cuando se
disponían a correr más con las
bicicletas para pasar rápidamente, a
Fran se le pinchó la rueda. Seguía
lloviendo cada vez más y se vieron
obligados a refugiarse en la casa, a
pesar del miedo que sentían.
Tocaron a la puerta, pero nadie abría y, de repente, se abrió sola. Dieron tres
pasos hacia adentro y descubrieron que estaba todo oscuro y lleno de telarañas.
Pasaron al salón con ayuda de sus linternas. Allí encontraron una chimenea y al
lado había unos palos. Se dispusieron a encenderla para poder calentarse. A los
pocos minutos escucharon unos ruidos que venían de la parte de arriba.
Ellos estaban muy juntitos y cada vez más aterrados.
Ninguno se quería mover, pero los ruidos
cada vez eran más cercanos y más
fuertes. De pronto, apareció una
sombra oscura. Fran empezó a
gritar y José Antonio y Javi
cogieron unos palos con sus manos
temblorosas. Al principio la sombra
era pequeña pero cada vez que se
acercaba era más grande. En el
momento, la sombra se puso delante
de ellos y, con una voz ronca y vieja,
les dijo:
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 Quedaros aquí para siempre y os convertiré en fantasmas como lo soy yo.
Ellos salieron corriendo del salón y se dirigieron a la puerta. El fantasma, con
sus poderes, cerró la puerta y no podían escapar. Empezaron a correr por toda la
casa y el fantasma detrás de ellos. De pronto, con sus palos rompieron el cristal
de una ventana y salieron uno a uno. El fantasma agarró la pierna a Javi, que era
el último por salir. Fran y José Antonio ayudaron a Javi a salir, ya que le
quitaron los pantalones para poder soltarse del fantasma.
Salieron corriendo de allí, sin bicicletas, sin chubasquero, y corriendo a toda
velocidad. Llegaron a sus casas muy cansados, muy nerviosos y muy asustados.
Le contaron a sus padres todo lo que había ocurrido.
Al día siguiente regresaron a la casa con sus padres. Cuál fue la sorpresa de
ellos que no encontraron ni las bicis, ni los chubasqueros, ni ninguna señal que
demostrara que habían estado allí. Nadie creyó lo del fantasma, pero sí las cosas
extrañas que suceden en esa casa, como lo de desaparecer todo.
Desde entonces los tres amigos regresaban a sus casas por otro camino porque
no querían recordar aquel momento horrible en sus vidas.
Pepe Luís
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Los 1001 accidentes
Érase una vez una normal y humilde familia que estaba viendo la tele cuando,
de repente, sonó el timbre. El
hermano menor, José, por ser el más
pequeño, se dirigió a la puerta y vio
como entraba una carta por debajo.
La abrió y se la pasó a su padre,
Jesús, y la leyó. En ella ponía:
“Si no preparáis ranas muertas con
serpientes secas seréis maldecidos
con 1001 tragedias”
Jesús se echó a reír pero los demás no se lo tomaron tan bien. El hermano
mayor, Antonio, al ser tan fan de maldiciones y hechizos, dijo:
 Estaremos malditos si no preparamos esa bazofia.
 Pero, ¿cómo vamos a conseguir esos ingredientes? -se preguntó la madre,
Ana.
 No existen la maldiciones, por lo que no vamos a preparar eso.
Fue lo que dijo Jesús, que metió la nota en la carta, pero... se cortó con ella.
 ¡Ay, me he cortado!
Con el dolor en el dedo, se fue a dar un paseo y... ¡le cayó un bote de sal!
 Qué escozor
Sin darse cuenta se dio con la puerta. Al abrir la puerta, una bici le arroyó el
pie. Y dijo:
 Me voy a la montaña a relajarme.
Entonces cogió el coche y se fue a la montaña, se tumbó y, sin que se diera
cuenta, le empujaron y cayó por un precipicio y... ¡¡¡murió!!!
Javier Abril Román
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Aurora tiene miedo
En
un pueblo de la Alpujarra de Granada vive una niña de 9 años llamada
Aurora. Su abuelo materno estaba muy enfermo y falleció. Aurora se puso muy
triste cuando su madre se lo dijo al regresar del cole.
Al poco tiempo, la familia hizo una fiesta en honor al abuelo. Aurora seguía
triste y, en lugar de ir a la fiesta, fue al cementerio a rezar y a llevarle flores a su
abuelo, pues le echaba mucho de menos.
Cuando se fue del cementerio, se
cerraron las puertas de golpe,
empezó a sentir ruidos y, de repente,
se le apareció su abuelo. Al
principio, sintió mucho miedo, pero
se le fue poco a poco; cuando su
abuelo empezó a hablarle y
explicarle que aunque ya no
estuviera con ella, va a estar siempre
a su
lado, protegiéndola aunque ella no lo viera.
Aurora no podía creer lo que le había pasado
, era un secreto entre su abuelo y ella y gracia
s a él comprendió que aunque una persona se
muera, nunca desaparece de nuestra vida pues
nos queda siempre su recuerdo, y todo lo que
nos ha enseñado.
Ángela Cano Fernández
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Estos siete entrañables relatos se le deben a siete magníficas autoras y autores
de 4º de primaria del C.E.I.P. “Clara Campoamor”, en colaboración con el Aula
de Tránsito a la Integración del I.E.S. “Ilíberis”.
Durante todo el curso, los estudiantes de ATI y Compensatoria del instituto
están yendo a leer cuentos fantásticos (de Juanito Gracias Gran Viajero del
Mundo Entero, a infantil y 1º y 2º de primaria) y relatos de terror (sobre una
familia de Atarfe) a 3º, 4º, 5º y 6º de primaria.
A esta clase se le propuso escribir relatos de miedo, y ATI se encarga de revisar
las historias, pasarlas a ordenador y preparar la edición de este cuaderno, con
integración de imágenes.
¡¡¡Vale la pena leer estas historias de miedo!!!
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