Audiometría La audiometría es una prueba que permite medir la audición, para determinar la capacidad auditiva del paciente, indicando también posibles causantes de la pérdida auditiva en los casos en los que se detecte. Puede realizarse de dos formas: · Vía aérea : se mide la capacidad para oír sonidos o ruidos recibidos a través del aire, mediante el uso de unos auriculares. · Vía ósea : este método se emplea para medir la capacidad para oír sonidos o ruidos a través de los huesos de la cabeza. Para realizar la prueba se usa un altavoz especial (vibrador) que emite vibraciones detrás de la oreja. El oído humano es capaz de diferenciar sonidos cuyas frecuencias oscilan entre los 20 y los 20.000 herzios, aunque en una audiometría normal se presentan sonidos o ruidos que van desde los 125 a los 8.000 herzios de volumen. Al hablar, los sonidos que emitimos se encuentran en estos niveles, por eso son los más importantes de medir. ¿Cómo se hace una audiometría? Debes entrar en una cabina insonorizada (aislada de ruido) y ponerte unos auriculares. Después, el otorrino (médico que hace las pruebas), va presentando una serie de sonidos y ruidos. Si eres capaz de oír los sonidos debes apretar un pulsador. Poco a poco estos sonidos irán bajando de volumen hasta que ya no oigas nada. La última intensidad reconocida determinará nuestro umbral de audición para esa frecuencia en concreto. Es entonces cuando se comprueba tu umbral auditivo, es decir, lo que eres capaz de oír. Esto se repetirá varias veces con diferentes intensidades y distintas frecuencias para cada oído por separado durante unos quince minutos y al final se sabrá cuanto eres capaz de escuchar. Representación de los resultados: el audiograma Los resultados de la audiometría se presentan de forma resumida mediante dos gráficos, uno por cada oído, denominados audiogramas. Estos diagramas muestran cuánto eres capaz de oír, midiendo en decibelios los sonidos y en herzios las frecuencias (repeticiones). ¿Qué información nos ofrece un audiograma? Se considera normal una pérdida de hasta 20 decibelios. Cuando las pérdidas auditivas superan esta cifra son consideradas "anormales". La comparación entre las pruebas de vía ósea y de vía aérea son muy útiles para comprobar si la pérdida del oído se debe a problemas en el oído medio (constituido por huesos: yunque, martillo y estribo), o si el problema está en el oído interno, aunque también pueden darse en ambas vías al mismo tiempo. Hay tres tipos de pérdidas auditivas: - Hipoacusia de conducción o de transmisión : se refleja en el audiograma con una línea que se distancia entre la vía aérea y la vía ósea. Ésta última permanece en los valores normales, mientras que la vía aérea cae por debajo de los 20 decibelios. - Hipoacusia de percepción o sensorial : las líneas de la vía ósea y de la vía aérea se encuentran por debajo de los 20 decibelios. La caída suele ser más acusada en las frecuencias agudas o altas. - Hipoacusia mixta : a pesar de la distancia entre ambas vías las dos están por debajo de los 20 decibelios. Los diferentes niveles de audición reflejados en los audiogramas son: · Audición normal : cuando se reflejan por encima de los 25 decibelios, valor que muestra que no tienes problemas para oír y entender. · Pérdida de audición mediana : cuando se obtienen valores entre 26 y 45 decibelios. Si obtienes estas cifras en el audiograma es que tienes algunos problemas para escuchar y entender si te hablan a cierta distancia, en un tono bajo o cuando hay ruido. · Pérdida de audición moderada : cuando se registran valores entre 46 y 65 decibelios, lo que señala que tienes problemas para entender conversaciones aunque no haya ruido de fondo y te resulta casi imposible escuchar conversaciones en lugares ruidosos. · Pérdida de audición severa : el audiograma refleja entre 66 y 85 decibelios. Este margen indica dificultades para escuchar siempre y percibir sonidos sólo cuando tu interlocutor te habla muy alto y muy cerca. · Pérdida de audición profunda : más de 85 decibelios. Si tu audiograma registra este valor no oyes aunque te griten o no haya ruidos muy fuertes cerca de ti. Sin embargo, para obtener unos resultados fiables es muy importante que el médico colabore con el paciente, que preste gran atención durante la prueba y responda con sinceridad. Por lo tanto, los resultados de una audiometría estarán distorsionados en niños pequeños, no siendo válida la prueba en menores de cuatro años ni en personas muy nerviosas o con déficit de atención.