Los 2300 días y las 70 Semanas

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Apéndice 1: Los 2300 días y las 70 Semanas IV
Botón: Cambises
Cambises II:
El nombre en persa es ‫ ﻩﯼجوبمﮎ‬Kambujiya) (muerto en el 521 a.C.), rey de
Persia de la dinastía aqueménida (528-521 a.C.), hijo y heredero de Ciro II el
Grande, fundador del Imperio persa aqueménida.
Cuando Ciro II conquistó Babilonia en el año 539 a.C., Cambises fue el
encargado de dirigir las ceremonias religiosas (según cuenta la Crónica de
Nabónido), y en el cilindro que contiene la proclamación de Ciro a los
babilonios, el nombre de Cambises está ligado al de su padre en las oraciones a
Marduk. En una tablilla fechada en el primer año del reinado de Ciro, Cambises
es mencionado como rey de Babel; sin embargo su autoridad debió ser efímera,
Cambises enfrenta a Psamético III de Egipto
pues hasta el año 530 a.C., Cambises no fue asociado al trono, cuando Ciro
partió hacia su última campaña contra los masagetas del Asia Central. Se han
hallado numerosas tablillas en Babilonia de este momento de su ascensión y de su primer año de reinado, y donde Ciro es
denominado “rey de naciones” (sinónimo de “rey del mundo”).
Tras la muerte de su padre en la primavera del 528 a.C., Cambises se convirtió en el soberano único del Imperio persa. Las
tablillas encontradas en Babilonia acerca de su reinado abarcan hasta su octavo año de reinado, concretamente hasta marzo del
521 a.C. Herodoto establece su reinado desde la muerte de Ciro, y le otorga una duración de siete años y cinco meses, desde el
año 528 a.C., hasta el verano del 521 a.C.
Era bastante normal que, tras la conquista de los países asiáticos por parte de Ciro, Cambises decidiera emprender la conquista de
Egipto, el único estado independiente que subsistía en Oriente. Antes de partir con su expedición, mandó asesinar a su hermano
Esmerdis, el cual había sido designado por Ciro como gobernador de las provincias orientales del Imperio. Esta información es
proporcionada por Darío I en la Inscripción de Behistún, mientras que los autores griegos clásicos indican que su asesinato se
produjo tras la conquista de Egipto.
La guerra comenzó en el 525 a.C., cuando el Faraón Amasis II fue sucedido por su hijo Psamético III. Cambises había preparado
la marcha de su ejército a través del desierto del Sinaí con la ayuda de tribus árabes, que le prepararon depósitos de agua,
esenciales para cruzar el desierto. La esperanza del anterior faraón egipcio, Amasis II, para conjurar la amenaza persa se basaba
en una alianza con los griegos. Sin embargo, su esperanza fue vana cuando comprobó que las ciudades chipriotas y el tirano
Polícrates de Samos (quien poseía una poderosa flota) decidieron pasarse al bando persa, como también hiciera Fanes de
Halicarnaso, comandante de las tropas griegas mercenarias en Egipto, y el egipcio Udjahorresne de Sais, jefe de la flota egipcia.
Finalmente, en la decisiva batalla de Pelusio, los egipcios fueron derrotados por los persas, y poco después Menfis caía en manos
de Cambises. Psamético fue capturado, y posteriormente ejecutado tras intentar una rebelión. Las inscripciones egipcias de este
periodo muestran que Cambises adoptó oficialmente los títulos y costumbres de los faraones, si bien es factible creer que no
ocultó su desprecio por las costumbres y la religión egipcia.
Desde Egipto, Cambises planificó la conquista de los reinos nubios de Napata y Meroe, ubicados en el actual Sudán, pero su
ejército fue incapaz de atravesar el desierto nubio, sufriendo elevadas pérdidas que le obligaron a retirse. En una inscripción
hallada en Napata, actualmente ubicada en el Museo de Berlín, el rey nubio Nastesen describe su victoria sobre las tropas de
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Kembasuden y la captura de sus barcos, personaje que se identifica con Cambises . De la misma forma, otra expedición de
Cambises al oasis de Siwa también fracasó, además de tener que renunciar a su proyecto de conquistar Cartago debido a la
negativa de sus marineros fenicios a atacar a sus compatriotas, siendo la flota de sus súbditos fenicios esencial para cruzar el Mar
Mediterráneo y salvar así el desierto libio.
Mientras Cambises llevaba a cabo estas tentativas de expansión por África, en Persia un mago llamado Gaumata se hizo pasar por
el hermano de Cambises, Esmerdis, que el rey había ordenado matar previamente y en secreto, ante el temor de que se rebelase
contra él tras partir hacia Egipto. De esta forma Gaumata consiguió el apoyo del pueblo, tras dictar varias medidas favorables, por
lo que Cambises decidió emprender el retorno a Persia y castigar al usurpador. Sin embargo, comprobando finalmente que no
podría vencer la revuelta, acabó suicidándose en marzo del 521 a.C., tal como narra Darío I en la inscripción de Behistún,
mientras que Herodoto y Ctesias afirman, con menor credibilidad, que su muerte se debió a un accidente. Herodoto narra que
Cambises murió en Ecbatana de Siria, la actual Hama; Flavio Josefo señala que su muerte se produjo en Damasco (Antigüedades,
(2)
xi. 2. 2); mientras que Ctesias aboga por la ciudad de Babilonia, algo difícilmente posible .
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Hay varias fuentes principales que proporcionan la información existente acerca del reinado de Cambises, entre las que destacan
las de los autores griegos Herodoto y Ctesias. El primero nos habla de Cambises en su relato de la historia de Egipto, donde
Cambises aparece como el hijo legítimo de Ciro y de Nitetis, hija del faraón Apries. La muerte de Apries a manos del usurpador
Amasis II fue el hecho que decidió a Cambises a vengarse del usurpador.
Esta versión de la historia es corregida por las tradiciones persas que también recoge Ctesias (Athen. xiii. 560) y también
Herodoto, y que explican que Cambises deseaba contraer matrimonio con una de las hijas de Amasis, pero el faraón egipcio,
consciente de que sólo las mujeres persas eran declaradas reinas consortes, comprendió que su hija acabaría formando parte del
harén real persa. De esta forma decidió enviar a Cambises a una hija de su predecesor Apries, quien, humillado al descubrir este
engaño, decidió vengarse preparando la invasión de Egipto.
Amasis ya había muerto para cuando Cambises conquistó el país, por lo que su venganza recayó en su hijo Psamético, al que hizo
beber la sangre del dios-toro Apis, por lo cual fue castigado con la locura, según las fuentes clásicas. De esta forma, Cambises en
su locura acabó con la vida de su hermano y su hermana Roxana, perdiendo finalmente su imperio a manos de un usurpador y
muriendo a causa de una herida (quizás autoinducida) en la cadera, el mismo lugar donde había mandado herir al animal sagrado.
Otra historia relacionada con Cambises es la de Fanes de Halicarnaso, el jefe de los mercenarios griegos al servicio del faraón
Amasis II, que decidió buscar la protección del rey persa, y que pagó su traición con la cruel muerte de sus dos hijos, que
permanecieron en Egipto.
La tradición persa, por el contrario, cuenta que la causa de su locura fue el asesinato de su hermano Esmerdis, lo cual, unido a los
abusos de la bebida, fueron señalados como causas de su prematura ruina.
Todas estas tradiciones se basan en diferentes pasajes tardíos de Herodoto, complementados con detalles familiares poco fiables
de los fragmentos de Ctesias. Con la excepción de la escasa información que proporcionan las tablillas babilonias y algunas
inscripciones egipcias, la única fuente de información coetánea que poseemos del reinado de Cambises es el relato de Darío I en
la inscripción de Behistún. Es por ello que es difícil tener una imagen correcta acerca del carácter real Cambises, si bien todo
apunta ciertamente a que se trató de un soberano déspota y sanguinario.
De acuerdo con Herodoto, Cambises envió un ejército de 50.000 hombres para someter al oráculo de Amón, ubicado en el oasis
de Siwa. Cuando ya había atravesado la mitad del desierto que separa el oasis del valle del Nilo, una tormenta de arena se abatió
sobre el ejército, sepultándolo para siempre. Muchos egiptólogos consideran esta historia como una leyenda, si bien mucha gente
ha tratado de encontrar los restos de este ejército durante mucho tiempo. Entre ellos se cuentan el conde László Almásy (en el que
se basa la novela El paciente inglés, de Michael Ondaatje) y el moderno geólogo Tom Brown. Hay quienes piensan que en
algunas excavaciones petrolíferas recientes se han hallado evidencias que demuestran la existencia de este ejército. La novela de
Paul Sussman El enigma de Cambises narra la historia de las expediciones arqueológicas que rivalizaron en busca de sus restos.
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Fuente:
1. Schafer, H. (1901): Die Aethiopische Königsinschrift des Berliner Museums
2. Lincke, A (1897): “Kambyses in der Sage, Litteratur und Kunst des Mittelalters”, en Aegyptiaca: Festschrift für Georg Ebers,
Leipzig, pp. 41-61.
3. Sussman, P. (2004) El enigma de Cambises.
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