Parte II Cap. 3 - ‘Desolación’, o El Invierno Existencial de Gabriela “Credo”. Poema de cuartetos serventesios de endecasílabos (llamados redondillas) que se aligeran en el último verso, heptasílabo. Es el acto de fe de ella en el propio corazón: Creo en mi corazón, ramo de aromas (...) perfumando de amor toda la vida y haciéndola bendita. (...) capaz del sumo ensueño y abraza en el ensueño lo creado (..) (...) que cuando canta hunde en el Dios profundo el flanco herido, para subir (...) como recién nacido. Gabriela ahonda su profesión de confianza en su corazón, continuando con la preciosa anáfora o ritornelo: ‘Creo en mi corazón’ y desmintiendo, de paso, la amargura que se le reprocha en su Obra: (...) el que yo exprimo para teñir el lienzo de la vida (...) (...) el que en la siembra por el surco sin fin fue acrecentado (...) (...) siempre vertido pero nunca vaciado. (...) Creo en mi corazón, el reclinado en el pecho de Dios terrible y fuerte. Efectivamente, sólo un corazón de temple como el de Gabriela puede ‘mellar a la muerte’... “Mis libros” es un poema en 13 cuartetos de versos alejandrinos elaborado para la Biblioteca mexicana ‘Gabriela Mistral’, ya citado en otros contextos de este trabajo, y omitido por su autora en la “Antología”. La poetisa deja traslucir sus preferencias bibliográficas, según su orden espiritual de prioridades: La Biblia (en especial los Salmos –‘lavas ardientes’- y Job, poeta del dolor humano); Dante Alighieri –‘el sumo florentino’ y su ‘Divina Comedia’; san Francisco de Asís –‘fino como las rosas’ en sus ‘Florecillas’-, Federico Mistral con su ‘olor a surco abierto’ en su ‘Mireya’; Amado Nervo ‘con pecho de paloma’; Tomás de Kempis y su ‘Imitación de Cristo’... Hasta que llega al Poeta por antonomasia, Cristo: ‘y es lienzo de Verónica la estrofa dolorida’. Y concluye: ’¡Todo libro es purpúreo como sangrienta - 105 -