EL CORREO.COM CULTURA Sabina Berman se sumerge en la historia de una autista que adora la vida marina La escritora mexicana se estrena en el mercado español con 'La mujer que buceó dentro del corazón del mundo' 15.09.10 - 02:36 MIRIAM SAINZ | BILBAO. Decía 'El Principito' de Antoine de Saint-Exupéry que «lo esencial es invisible a los ojos». Sabina Berman (México DF, 1954) corrobora la reflexión del escritor y aviador francés a través de 'La mujer que buceó dentro del corazón del mundo', una novela que narra la vida de una joven autista que debe enfrentarse a un mundo lleno de seres robotizados que prefieren sumergirse en el pensamiento en lugar de en la realidad. «Nosotros estamos tan despistados que llamamos profundidad a ver las cosas como son, sin adjetivos», argumenta Berman. Karen es inocente, salvaje, rebelde, nadie sabe de dónde viene y, lo que es peor, dónde va. Es torpe para desempeñar ciertas tareas, pero un sorprendente genio para otras. Fascinada con el mundo que la rodea, es una ferviente defensora del minimalismo verbal y crítica con lo clasificado como 'standard', lo contrario a lo que ella se siente. Por eso, para ella, es más fácil bucear en las aguas de la costa de Mazatlán en busca de atunes que en tierra firme junto a humanos. «Es una mamífera bípeda con capacidades especiales», describe su creadora. Y es que Karen tiene «tres incapacidades que son sus mayores virtudes»: no sabe mentir, no se preocupa por lo que no existe y sabe lo que sabe y lo que no. «Nos lleva una buena ventaja», bromea Berman. 'La mujer que buceó...' es un estudio psicológico del ser humano que invita a una constante reflexión. Así, a través de Karen, la autora mexicana refleja la aplastante tendencia del hombre a fantasear. «Buena parte de nuestras preocupaciones son fantasías. Y nuestra ideología, también». No obstante, la lucha de Karen se centra en entender a dos hombres: Descartes y Darwin. Un combate de titanes del pensamiento que gana el británico. «Es una locura sostener el 'pienso, luego existo'», argumenta Berman, contagiada del amor-odio que siente su protagonista. La joven argumenta que existe siempre pero sólo piensa «a veces y cuando es estrictamente necesario». Es la primera vez que Berman publica en España una de sus obras, todas relacionadas con los sectores minoritarios de la sociedad. «Los desadaptados me atraen», se sincera. «Ponerse en la piel de una autista ha sido difícil, pero ha valido la pena. Me exigió limpiar mi propio lenguaje, borrar los adjetivos y eufemismos y volver a lo esencial».