MADAMA BUTTERFLY Giacomo Puccini Ópera en tres actos cantada en italiano Festival Euro Mediterráneo Teatro Antico Taormina, 7 de julio, 2016 Duración: 2 horas 40 minutos (2 intermedios) Conductor Myron Michailidis Director Enrico Castiglione Vestuario Sonia Cammarata Intérpretes: Cio-cio San Hye Myung Kang (soprano) Pinkerton Zoran Todorovich (tenor) Suzuki Ning Liang (mezzosoprano) Sharpless Davide Damiani (barítono) Orquesta y coros del Taormina Opera Festival El Teatro Antico de Taormina Construido en el sur de Italia en el siglo VII antes de Cristo, el Teatro Antico di Taormina es el segundo mayor teatro griego antiguo italiano, utilizado frecuentemente para representaciones de ópera y teatrales, este pintoresco teatro asentado en la costa de Sicilia, es la sede del anual Festival Euro Mediterráneo. Acto I En 1904, B. F. Pinkerton, un oficial de la Armada estadounidense a bordo del USS Abraham Lincoln, toma una casa sobre una colina en Nagasaki, Japón, para sí y su prometida, la quinceañera Cio-Cio-San, apodada Butterfly. Por intermedio del casamentero Goro, el marino ha arreglado su matrimonio con la muchacha. Ella ve ese vínculo como un compromiso de por vida, pero para Pinkerton sólo se trata de una aventura fuera de su país. Como las leyes de divorcio japonesas son muy laxas, su secreta intención es divorciarse de la joven nipona una vez que encuentre la esposa estadounidense adecuada. La boda tendrá lugar en la casa, y Butterfly está tan animada por casarse con un estadounidense que antes se convierte secretamente del budismo al cristianismo. Su tío Bonzo, un monje budista, descubre la conversión, va a la casa, maldice a la joven y ordena a todos los invitados que se vayan, lo que hacen todos al tiempo que reniegan de ella. Butterfly y Pinkerton se casan de todas formas, y tienen su apasionada primera noche de amor (dúo Vogliatemi bene). Acto II Tres años después, Butterfly está a la espera del regreso de Pinkerton, quien partió a Estados Unidos poco después de la boda. Su criada Suzuki intenta convencerla de que él no volverá, pero ella no la escucha. En un apasionado intento por convencerla de lo contrario, Butterfly canta su gran aria (Un bel dí vedremo). Goro (el casamentero que arregló el matrimonio) sigue intentando casarla de nuevo, pero ella no lo escucha tampoco. Sharpless, el cónsul norteamericano, llega a la casa con una carta que le ha enviado Pinkerton, en la que le pide que le explique a Butterfly que él volverá a Japón, pero no con la intención de estar con ella. Él comienza a leer la carta pero no puede decidirse a acabarla pues Butterfly se altera demasiado al oír que Pinkerton regresa. Con el fin de prepararla para la verdad, Sharpless le pregunta qué haría con su vida si Pinkerton decidiese no volver jamás. Con seriedad impetuosa, Butterfly responde que sólo podría volver a divertir a la gente con sus canciones, o bien, morir. Cuando Sharpless trata de convencerla de que se case con el rico Yamadori, un príncipe que la pretende, Butterfly le revela que tuvo un hijo de Pinkerton, producto de su noche de bodas, y argumenta que el marino podrá olvidarla a ella pero no a su hijo. Dado que Pinkerton ignora por completo los hechos, el alarmado cónsul promete informar a Pinkerton del asunto y a la vez trata de persuadir a la joven a casarse con Yamadori. Ella le ordena retirarse, pero el diplomático permanece en la casa y ve cómo Butterfly, desolada, toma al niño en sus brazos y canta su dolorosa aria “Che tua madre dovrá”, en la que explica que sin dinero y sin un marido que la proteja ella tendrá que pedir dinero en las calles o cantar; que hará todo menos “ese oficio deshonrado” (que puede interpretarse como prostitución). En su delirio y desesperación la joven dice preferir acabar con su vida. Conmovido, Sharpples pregunta con dulzura al niño su nombre; Butterfly responde por él: “su nombre es Dolor”. Sharpples se retira y la joven corre a observar con un catalejo por la ventana hacía el océano. Al divisar la bandera de la nave estadounidense “Abraham Lincoln” (el barco que dirige Pinkerton), siente triunfar su amor por verlo volver y le pide a Suzuki que llenen el espacio con flores de todo tipo, para que la llegada de Pinkerton sea en primavera como él había prometido. Aquí comienzan los pasajes más tristes de la ópera. Expectantes, Suzuki, Dolore y Butterfly esperan toda la noche la llegada del barco. Al amanecer, Butterfly cae rendida y duerme. Acto III Suzuki se despierta por la mañana; Butterfly duerme. Llegan Sharpless y Pinkerton, junto con Kate, la nueva esposa estadounidense del marino. Han venido porque, al enterarse de la existencia del hijo deciden recogerlo para criarlo en los Estados Unidos. Cuando Pinkerton ve cómo Butterfly ha decorado la casa para su regreso, se da cuenta de que él ha cometido un gran error. Admite que es un cobarde y no puede enfrentarse a ella, de manera que Suzuki, Sharpless y Kate le dan la noticia a ella. Ella se muestra conforme con entregar al niño si Pinkerton viene él mismo a verla. Mientras tanto, ella pide perdón ante una estatua de Buda, se despide de su hijo y le tapa los ojos (Tu tu piccolo iddio). Luego se retira a sus habitaciones y se clava el cuchillo de su padre. Tambaleante, besa a su hijo y muere. Pinkerton se apresura a entrar, pero es demasiado tarde. www.operayballetencine.es