EQUILIBRIOS EN EL CAMINO ESPIRITUAL: Por Martín (Thupten Chophel) Entre las personas que recorremos el camino espiritual, podemos hacer dos grandes grupos. El primero es el de las personas que dedican su vida en primera instancia a la actividad espiritual, como sacerdotes, monjes, lamas y el segundo grupo el de las personas que se dedican a actividades profesionales remuneradas como primera opción de su vida, pero también puede haber amas o amos de casa, y algunas personas pensionistas que no necesiten trabajar profesionalmente, para el desarrollo normal de su vida. Pues bien, en base a mi experiencia en todos los casos hay que hacer equilibrios continuos en el camino espiritual. Veamos por ejemplo el caso primero, de sacerdotes, monjes y lamas. Estas personas son centro y apoyo de otras personas en cuanto al camino espiritual, por tanto debemos poner especial énfasis en no fallar dentro de este camino y mantenernos centrados aún a costa de renunciar a muchas actividades mundanas. Pero aún así no podemos volvernos excesivamente rígidos e intolerantes, y ver como negativo el mundo en casi todo, y también hay que mantener cierto grado de interrelación con el mundo para comprenderlo mejor y valorar lo bueno y malo que hay en él. Cuando estamos demasiado cerca de lo divino y muy alejados de lo terrenal, debemos aprender a dar el paso de acercarnos a lo terrenal y viceversa. Ahora vamos a ver el caso segundo, de personas no directamente consagradas a lo espiritual, pero que son espirituales en su interior. Estas personas en la mayoría de casos están vinculadas a una Iglesia, un Centro de Meditación, un Lama, etc, y en los momentos de debilidad espiritual, tienen a quien acudir y pedirle ayuda, por tanto se pueden permitir cierto grado de debilidad espiritual. En cambio en cuanto a lo terrenal, deben estar muy cerca de actividades familiares, o de ingreso de dinero, que le exigen una gran atención y esfuerzo y no pueden abandonar siguiendo sus apetencias personales del momento, pues hay responsabilidades laborales y familiares. Por tanto igual que en el caso anterior, sucede que hay que equilibrar y ver si lo espiritual está flojeando y deben conectar con su grupo o Maestro espiritual y con sus prácticas espirituales, y también si están distanciándose demasiado de la familia y lo laboral por sus inclinaciones espirituales, deben de poner mucha atención en retomar estas tareas y responsabilidades familiares y laborales. Así podéis ver que no es fácil ni para unos ni para otros, y hay que continuamente ver nuestro estado mental para actuar equilibrándolo lo antes posible. Hace falta honradez con uno mismo y con los demás y también rapidez en la actuación, para que no se produzcan daños en nuestro entorno. Por tanto ya veis que el equilibrio entre lo espiritual y lo mundano, es básico en nuestra vida y debemos atender muy mucho a él. Siempre suelo decir en estos casos que los tibetanos tienen un símbolo para indicar la necesidad de equilibrio entre lo espiritual y mundano, es el nudo auspicioso, que se pinta en la entrada de templos, pueblos, escuelas, etc.