2 ( 39) la tose. Otras muchas propiedades tienen las granadas, que por no ser prolijo callo, y aun porque casi se pueden reducir á estas que he dicho. L a madera de los granados es Je muy lindo color, y de mucha tura. Los granados dxiran muchos años, porque aunque se pierde el tronco, siempre totna de raiz. ADICIÓN. E l granado está comprendido en la clase 1 2 , orden i . ° (Icosandria monogynia) del sistema de L i n e o , quien lo denominó Puntea granatum, conservándole el nombre que le dieron los romanos cuando, en tiempo de sus guerras púnicas, le trasladaron desde Cartago á Italia. H o y dia abunda espontáneamente en todo el m e diodía d e E s p a ñ a . Reconócense como especies, propiamente tales, el granado c o mún (P. granatum), y el enano (P. nana. L i n . ) . E l d e fruto agrio y dulze al mismo t i e m p o , llamado por esto agridulze, el q u e lo tiene enteramente dulze , el de flor s e m i - d o b l e , el balaustria, q u e la produce doble ó llena, y a mas y a menos grande & c . & c . , son todas variedades m u y fugazes de la especie primitiva ó granado agrio; tan accidentales y p o c o permanentes q u e , en descuidando su cultivo y beneficio, desaparecen al momento todas las propiedades que las distinguen. D e ahí es que la propagación por medio de estacas, b a r bados é injertos, es indispensable para conservar cualquiera de ellas. E l granado e n a n o , c o m o q u e es una especie natural, conserva su tipo y carácter p r i m i t i v o ; mas no usándose de ella p o r l o g e n e ral sino para adornar los espesillos ú otros puntos semejantes en los jardines, no nos detendremos á tratar d e su c u l t i v o , ocupándonos solo en aclarar los puntos pertenecientes al granado común. Desaprueba Herrera la multiplicación del granado p o r semilla como cosa enteramente i n ú t i l , y aun nociva según sus principios; y á la verdad no deja de tener razón hasta cierto p u n t o , pues si c o n sideramos por una parte la lentitud en la vejetacion de este árbol cuando proviene de semilla, y p o r otra el hallarse después con frutos ácidos y ruines, no puede menos de desalentarse el c u l t i v a d o r , y abandonar enteramente semejante medio de p r o p a g a r l o ; pero siendo cierto q u e solo p o r las semillas se consigue la renovación de los i n dividuos y generaciones, tampoco puede quedar duda sobre las v e n tajas que se logran con las multiplicaciones ovíparas ó de semilla. P o r esta razón nos parece prudente aconsejar q u e , sin olvidarse de la multiplicación p o r estaca, acodo y barbado , repita también el cultivador d e cuando en cuando algunas siembras, pues es constante que