CAPITULO I Geograf'"ra del régimen señorial en las comarcas centrales valencianas a fines del Antiguo Régimen En 1804, I.V. Franco publicaba una decallada relación de villas, lugares y aldeas, en las que se especificaba -salvo alguna imprecisión de escasa imponancia-, los terricorios de realengo, Ordenes Militares, señotíos seculazes y señoríos eclesiásticos' . a) La.r tierra.r realenga.c, o de dominio del monazca, apazecian distribuidas del siguiente modo: - En el Rincón de Ademúz todos lós lugares, a excepción de Vallanca. - En la comazca de los Serranos: Aras de Alpuente, Titaguas, Alpuente y La Yesa. - En el Camp de Morvedre, el extenso término de la villa de Sagunt. - En L'Horta de Valencia: Valenciá (incluyendo sus arrabales de Russafa y Caznpanaz), las aldeas de Vistabella, el Grau, Alboraia y Massazrojos y los lugazes de Foios, Meliana y la Pobla de Faznals. En la zona sur, la villa de Almussafes. - En la Ribera del Xúquer existían poblaciones igualmente imponantes, tales como las villas de Alzira, Cazcaixent, Algaznesí, Castelló de la Ribera, Guadassuar y Corbera, así como los lugazes de Llaurí, Fortaleny, Riola y 1'Enova. - En la Costera destaca la ciudad de Xátiva y el lugar de la Llosa. - En el Vall d'Albaida, las villas de Benigánim, Ontimyent, Bocairent y el lugaz de Agullent. - Por último, el extenso realengo constituido por Requena, Utiel, Venta del Moro, Fuenterrobles, Caznporrobles, Caudete y ViIlagordo de Cabriel, territorio entonces perteneciente a la antigua ^^tANCO, I. V., Noticia de !a octua! población de! Reyno de [^alenciá: !a de ruJ deJpobladol derde la conqu ^ta por e! rey D. Jayme Primero; !ar leguar que d^ta de !a capital; lol terioríol director que !a poieen; y!ar dióce.r ^ a que pertenecen. Valencia, 1804. 13 Corotia de Castilla antes de su incorporación definitiva a tierras valencianas en 1851. ^ En resumen, entre ciudades, villas y lugares, el realengo estaba constituido por 41 núcleos, lo que suponía un sexto del total. Aunque más que a la importancia numérica -escasa a primera vista-, quizá sea más representativo señalar que el realengo se extendía a lo largo de toda una franja litoral ocupando de este modo buena parte de las ricas tierras de la huerta y regadío y, lo que es más importante, donde se localizaban los núcleos de población más importantes y las densidades más elevadas (más de 75 hab/Kmz), aunque también existieran núcleos en tierras montañosas (Rincón de Ademúz y los Serranos) o interiores ( Requena-Utiel), donde las densidades no alcanzaban los 15 hab/Km22. En conjunto, las tierras de realengo reunían un total de 167.716 habitantes, lo que suponía un 43,4% del total. b) Los territorios que habían pertenecido a las Ordener Militaret fueron incorporados a la corona en el siglo XVI. A diferencia de las comarcas septentrionales, donde tenía gran importancia, su peso era modesto en las centrales, aunque en general eran tierras de gran calidad. Montcada, Museros, Picanya, Silla, Carpesa, Borbotó, Sueca, Torrent y Vallada, eran los territorios que abarcaban. Su número reptesentaba el 3,9% del total y teunía a más de 18.000 habitantes (4,6% del conjunto de la población). No obstante su existencia al Real Patrimonio existían, como se verá, sustanciales diferencias con respecto a las áreas que eran de realengo desde la época de la reconquista, puesto que en la práctica, al menos en algunos casos y por lo que respecta al condominio sobte la tierra, seguían funcionando como un auténtico señorío que únicamente se diferenciaba del resto en que el señor era el rey. Es por ello por lo que, en nuestra opinión, deben ser considerados como señoríos y por tanto susceptibles de tratamiento diferenciado del realengo. c) Lo.r.ceñorzo.r ecle.ciá.rticor, en los que quedan incluidos abadengos, Mitra de Valencia y Cabildo Eclesiástico, afectaban a 191ugares y una aldea ( 6,S%) y suponía un tótal de población de 31.597 habitantes (8,2%). A la Mitra de Valencia pertenecían los lugares de Chulilla, Losa del Obispo y el Villar del Arzobispo, en la comarca de los Serranos, y z CASTELLb TRAVER, J. E., FlPaít [/alenc:áno en el Cen.ro de Flondablanca. Institución Alfonso el Magnánimo, Dipu[ación Provincial, Valencia, 1978. 14 Poçol y Albal en L'Horta. EI Cabildo era séñor del lugar de Benimaclet. Los abadengos presentan, en cambio, mayor impottancia: al monasterio de San Jerónimo pertencía el señorío del Lloc Nou; al de Poblet, los lugares de Quan y Albaida; el de Vall de Crist era señor de los lugares^de Alcublas y Vinalesa; de la misma importancia era el monasterio de San Miguel de los Reyes, señor de Benimámet y Tavernes Blanques; finalmente, los más importantes de los señoríos eclesiásticos eran el monasterio de La Valldigna, señor del valle del mismo nombre y el Real Colegió del Corpus Christi, señor de los lugares de Alfara y Burjassot. d) Sin embargo, el peso el .reñorío .recular tesultaba abrumador en comparación con todo lo anterior: 191 poblaciones (tres cuartas partes) y un total de 169.455 habitantes (43,8%) quedaban bajo su dominio, aunque distribuidos de un modo desigual entre numerosa ^ casas nobiliarias, tanto castellanas como valencianas. Diez casas nobiliarias abarcaban el 57% de los lugares de señorío secular y más del 53% de su población. Existían también buen número de señores con un patrimoriio más reducido, aunque todavía importante, y después, más de 45 señores, casi todos pertenecientes a la nobleza regnícola, titulares de un sólo señotío. - Entre las grandes casas castellanas destaca la de Osuna, que a principios del siglo XIX había acumulado al estado de Gandía; el condado de Oliva, el marquesado de Llombai, el valle de Cofrents, y las baronías de Vilallonga y Pobla del Duc. En total 26 lugares y 31.095 habitantes. - Seguía en importancia la casa de Villahermosa a la cual pettenecía el vizcondado de Chelva, Millars, Monteserrat, Real de Montroi y Catarroja. En conjunto, diez lugares y 12.378 habitantes. - La casa ducal de Medinaceli no tenía en las comarcas centrales su peso más importante, dándose este en las tietras del Marquesat de Dénia, ducado de Cocentaina y ducado de Segorbe. Con todo, en el área estudiada poseía ocho señoríos y más de 9.000 habitantes podían considerarse como sus vasallos. - De menos impottancia era la casa del Infantado, a la que pertenecía Ayora; Alberic y Gabarda con una población de 6.098 habitantes, y la casa de Híjar que solamente poseía el señorío de Sollana. - Entre los grandes de la nobleza valenciana destaca en primer lugar el marqués de Dos Aguas, primero en la lista general de contribuyentes del momento, y con señoríos en la Vall d'Albaida y L'Horta 15 además del lugar de Dos Aguas, que suponía un^total de doce lugares y más de 10.000 habitantes. . - Seguía en importancia el matqués de Bélgida, señor de diez lugares repartidos en bueñ número de comarcas (Vall d'Albaida, L'Horta, Camp de Morvedre, Canal de Navarrés) y con una población superior a los 8.200 habitantes. - A continuación, la duquesa de Almodóvar (5 lugates y 5.677 habitantes), el marqués de Albaida (6lugares y 5.263 almas) y el conde de Buñol (5 lugares y 4.500 habitantes) eran las casas nobiliarias ^ con posesiones más extensas. - Después ^ n gran número de condados, ducados y baronías, tanto castellanas como valencianas, con un peso específico mucho menor por parte de sus titulates, tanto en el orden eeonómico como en el político, Entre la interminable lista destacan en todo caso el conde de Villanueva, conde de Catlet, conde de Faura, marqués de Ariza, marqués de Mirasol, conde de Rótova, D. Pascual Juliá, conde de Parcent, conde de Cervelló... La importancia de algunos de ellos, como el matqués de Ariza, el conde de Cervelló o el conde de Parcent, no se cortesponde en realidad con la verdadera extensión de sus estados señoriales si se contemplata el conjunto del País Valenciano, en cuyo caso su importancia se vería enormemente incrementada3. No obstante, el mapa juijsdiccional en las comarcas centrales no presenta alteraciones sustanciales con respecto al total del País Valenciano. Sólo hay que registrar un mayor peso numérico de señoríos secul'ares en detrimento de los señoríos eclesiásticos y de Ordenes Militates; el realengo ofrece una correspondencia casi total. Peto si se atiende al númeto de habitantes, las diferencias son algo más acusa. das. País Valenciano Núm. lugares 96 Habitantes 96 Realengos 88 15,3 305.824 38,9 Ordenes 49 8,G 57.59G 7,3 Señoríos eclesiásticos 47 8,2 41.295 5,3 Señoríos seculates 390 G7,9 381.710 48,5 Total 574 100 78G.425 100 3 BLESA C• NAT, A. :EI régimen senyorial valenci3 vespres dc la seva dissolusió.. ErtidiJ d'Hittó>ia Contempordnia, Facultad• de Geografía e Historia. Departamento de Historia Contemporánea, núm. 1, pp. 167-198. 1G Comarca centrales Núm. lugares 96 Realengos Ordenes Señotíos e^lesiásticos 41 10 15,8 3,9 Habitantes gfo 167.717 18.047 43,4 4,6 18 G,8 31.597 8,2 Señoríos seculates 191 73,5 169.495 43,8 Total 260 100 386.855 100 Fuente: Pata el conjunto del País Valenciano, BLESA CLINAT, A. Op. cit., 189-196. Para las comarcas centrales, elabora^ibn propia a partir de FRANCO, I:V., Op. cit. y CASTELLÓ TRAVER, E., Op. cit. De lo anteriormente expuesto, puede colegirse la extraordinaria importancia del régimen señotial én el ámbito de estudio, especialmente los señoríos seculares, entre los que se enconttaban además los máximos'representantes de las grandes casas castellanas, junto a exponentes de una nobleza valenciana y algún señorío eclesiástico, que en cienos casos reunían patrimonios verdaderamente considerables. En conjunto, más de184% de lugares y del 56% de la población se hallaban bajo la jurisdicción señorial. En la mayoría de los casos la jurisdicción Ilevaba además aparejado el elemento solariego. El hecho pone de manifiesto la gran fuetza política y económica ejercida por los señores y el elevado número de vasallos que, debido al poder de coetcibn señorial, se hallaban sometidos a unos mecanismos de exttacción de tentas que en algunos casos llegarían a ser verdaderamente gravosos e incluso insoportables. Bien es cietto que la gran variedad de situaciones que presenta el señotío valenciano -circunstancia esta que detiva de distinta génesis y evolucibn en las épocas medieval y moderna-, obliga a su estudio pormenorizado si se quiere- llegar a conclusiones válidas en este sentido. En conclusión, un tégimen señotial extraotdinariamente impottante, encte cuyas características más sobresalientes destacan la ptesencia de grandes linajes castellanos, el peso igualmente importante de algunas casas valencianas, su gran estabilidad4 y la gran importancia y generalización del elemento solariego hasta el extremo, en pala= 4 PESEr, M.; GRAULLERA, V. ^Noblcza y señoríos durantc el XVIII valenciano., Ertudiot de Hittorra Social, Valencia, 1981. 17 Fig. 1. Mapa jurisdiccional de las cinco casas nobiliarias mSs importantes en la provincia. de Valencia a comienzos del siglo XIX. 18 ® ^ ® s.b.bw^ ® arwb^arua^m O ^..^^... Fig. 2. Mapa jurisdiccional de la actual provincia de Valencia a comienzos del siglo XIX. 19 bras de Gil Olcina, «de no admitir parangón posible con ninguna otra región peninsularbs. Junto a ello, las tierras de dominio del monarca, reducidas en extensión, pero importantes en su calidad y por la gran ^antidad de población que albergaban, donde la corona actuaba a veces como un verdadero señor feudal más, haciendo válida la a^rmación primun inter pares, aunque en la mayoría de los casos tuviera que hacer verdaderos esfuerzos para hacer efectivos sus derechos y controlar las rentas. S GIL OLCINA, A. la pmpiedad.reiroria! en tierra.r valenciana.r. Valencia, Del Cenia al Segura, 1979, pág. 124. EI capítulo sexto de esta obra prescnta un extenso y bien trazado panorama de la génesis y evolucifin del régimen señorial valenciano por lo que hay que remitirse a él para el conocimiento cabal del mapa jurisdiccional. 20