Caral – La Ciudad Sagrada La Ciudad de Caral, ubicada a 182 km. al norte de Lima y a 23 km. hacia el este desde la carretera Panamericana, fue construida sobre una terraza aluvial desértica, en la parte inicial del valle de medio Supe a 350 msnm. Caral ocupa unas 66 hectáreas. Comprende una zona nuclear con 32 estructuras públicas, además de varios conjuntos residenciales y una zona marginal con un conjunto de viviendas de rango menor. En el espacio del núcleo, las edificaciones están distribuidas en dos grandes mitades: una alta donde se puede apreciar los volúmenes piramidales más destacados, rodeados por las viviendas de los funcionarios, así como el conjunto residencial más extenso, y una baja con estructuras de menores dimensiones y un conjunto residencial igualmente de mayor expansión. Caral representa a la civilización más antigua de América, desarrollada casi simultáneamente con las de Mesopotamia, Egipto, India y China. Los habitantes del Perú se adelantaron en, por lo menos, 1500 años a los de Mesoamérica, el otro foco civilizatorio de los seis reconocidos mundialmente. La Ciudad Sagrada de Caral se encuentra en el valle de Supe, provincia de Barranca, a 182 km. al norte de Lima, en el área norcentral del Perú. Es el asentamiento urbano más destacado por su extensión y complejidad arquitectónica de todos los identificados en el nuevo continente entre los 3000 y 2000 años A.C. Caral ocupa 66 hectáreas, en las cuales se distingue una zona nuclear y una periférica. La primera muestra estructuras arquitectónicas monumentales, cuatro clases de conjuntos residenciales distintivos, unidades residenciales de élite, dos plazas circulares hundidas y espacios de congregación pública masiva. La zona en la periferia tiene numerosas unidades domésticas distribuidas a manera de archipiélago con “islotes” de viviendas agrupadas a lo largo de la terraza que linda con el valle. Los avances tecnológicos alcanzados en los campos agrícola y pesquero tuvieron una de sus expresiones más importantes en la producción y manufactura del algodón en las sociedades costeñas del área, en particular en las de Supe, al permitir la elaboración de ropa y redes para la extracción masiva de pescado, fomentar la especialización laboral y favorecer la complementariedad económica mediante el intercambio entre los asentamientos de agricultores y pescadores. Se hizo posible así la acumulación de la producción, la cual sustentó la división social del trabajo. Los beneficios derivados de la producción social fueron distribuidos de modo desigual dando lugar a una organización con estratos sociales jerarquizados. Se formó así, en el área norcentral, un gobierno centralizado que logró movilizar grandes cantidades de fuerza de trabajo; y, mediante complejas redes de intercambio, consiguió atraer en su beneficio el excedente producido en un extenso territorio. Con estas condiciones económicas, sociales y políticas se desarrollaron las ciencias, tecnologías y artes. Conocimientos en astronomía, geometría, aritmética, biología, etc. encontraron su aplicación en la elaboración del calendario y la predicción del clima, en la construcción de obras públicas, en el manejo de los suelos, en el mejoramiento de los cultivos, en la medicina, en la administración pública y en la manufactura de artefactos con fines ceremoniales y suntuarios. Un elaborado sistema de creencias, ceremonias y rituales impregnó a las sociedades articuladas por el primigenio Estado político de Supe. Se formaron complejos universos mitológicos y simbólicos. En ausencia de un grupo militar, la religión fue la fuerza de control y de cohesión social. nacional e internacional, y en una fuente de ingresos importantes para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones de la localidad y del país en general. Por lo cultural y lo económico, el invertir en Caral no es un gasto, es contribuir al desarrollo del país. La publicación que presentamos es una síntesis de los resultados obtenidos en las investigaciones que venimos realizando por nueve años en el valle de Supe, en los asentamientos de Caral, Chupacigarro, Miraya y Lurihuasi. Es producto del trabajo interdisciplinario del personal del Proyecto; en esta oportunidad hemos querido transmitir el contenido histórico mediante un formato didáctico para hacerlo llegar a lectores o visitantes no especializados pero interesados en conocer acerca de una de las etapas cruciales de nuestro proceso cultural. A MITAD ALTA DE LA CIUDAD Las formas de organización social y política de las poblaciones de Caral-Supe trascendieron el espacio y el tiempo, y sentaron las bases de las estructuras que tendrían los Estados políticos en los Andes Centrales. El precoz desarrollo de la sociedad de CaralSupe la convirtió en la civilización más antigua de América, diferente de otros focos civilizatorios, como Mesopotamia, Egipto e India, que intercambiaron conocimientos y experiencias, pues logró un avance sin precedentes en completo aislamiento de sus coetáneas de América y del Viejo Mundo. Desde la perspectiva cultural del presente, Caral está llamada a convertirse en uno de los más importantes instrumentos para mejorar la autoestima de los peruanos y a constituirse en el símbolo más destacado de la identidad nacional, por ser la primera civilización y el modelo de organización sociopolítica que desarrollarán otras sociedades en períodos posteriores en el territorio del Perú. En el aspecto económico, la puesta en valor de Caral, a través de acciones de investigación, consolidación y restauración de sus imponentes construcciones monumentales, la convertirá en un destino turístico de primer orden a escala En ella se encuentran seis grandes estructuras piramidales, un extenso conjunto residencial de quincha y varias agrupaciones de residencias, ubicadas en relación con determinada pirámide. Todas las estructuras están distribuidas alrededor de un gran espacio abierto o plaza. Los edificios públicos fueron construidos con bloques de piedra, enlucidos con arcilla y pintados de blanco, amarillo y rojo, según los períodos de ocupación de la ciudad. LA MITAD BAJA DE LA CIUDAD En este espacio de la ciudad la distribución de los edificios es diferente; ellos se encuentran sobre una terraza baja, alineados en un eje Este-Oeste, aunque la fachada está en dirección a la mitadalta. Las construcciones, en general, son de menores dimensiones que las del sector alto, pero destaca entre todas la Pirámide del Anfiteatro, justamente por estar conectada a la plaza circular hundida más grande de la ciudad. LA MÚSICA Y SU IMPORTANCIA EN LA SOCIEDAD DE CARAL Un conjunto de 32 flautas. Elaborado en huesos de cóndor y pelícano, recuperado en una esquina de anfiteatro, evidencia una elaborada práctica musical y la participación de esta relevante expresión artística en las actividades públicas de la sociedad de Supe. Las flautas están decoradas con diseños incisos de figuras de manos, serpientes, cóndores, águilas e imágenes humanas. Otro Conjunto de 37 instrumentos, probablemente cornetas, manufacturado con huesos de camélidos y venados, recuperado de otro sector de la Pirámide del Anfiteatro, confirma la práctica musical colectiva de la sociedad de Caral-Supe, tradición artística que formaría parte de la herencia cultural andina de todos los tiempos.